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La ética profesional en los estudiantes de Derecho.

GRUPO # 4

Hace algunos años, un estudiante me pidió orientación sobre cómo puede hacer el
profesor universitario para preparar al estudiante de la carrera de Derecho en el
perfil profesional correspondiente a su profesión. Aquí les comparto mis
comentarios:

En primer orden, es importante resaltar la importancia de estudiar la ética como


cátedra dentro de la carrera de Derecho, en razón de que a través de ella se
formará al estudiante en el perfil que debe asumir en el ejercicio de la profesión
que ha decidido estudiar.

Asimismo, permite al estudiante familiarizarse con las leyes y principios morales


que rigen la profesión del Abogado.

No obstante, más allá de cualquier enseñanza teórica que se pueda impartir al


estudiante, no hay mejor manera de hacerles aprender y aprehender los principios
éticos que a través del ejemplo de los docentes que a lo largo de la carrera tendrá
la oportunidad de conocer; es el aprendizaje a través de la observación, por
cuanto es determinante para que puedan quedar bien arraigados los
conocimientos que imparte cualquier docente, y en especial los relacionados con
la ética, la moral, el buen proceder, que el alumno se sienta identificado con el
docente, y más aún que el docente predique con el ejemplo; definitivamente
cuando el docente goza del respeto, credibilidad y hasta en cierto punto de la
admiración de sus alumnos, puede más fácilmente hacerles llegar cualquier
mensaje, información, o contenido, bien sea relacionado con la cátedra que
enseña o con cualquier aspecto de la vida en general.

En ese sentido, buena parte de la formación ética y profesional que recibirán los
estudiantes de Derecho estará marcada por la calidad profesional y personal de
sus profesores.
Ahora bien, además del ejemplo que pueda dar el docente con su actuar,
ostentando algunas cualidades que sirvan de modelo a seguir para sus alumnos,
como la imagen personal, la expresión corporal y oral, la manera como resuelve
los conflictos que puedan presentarse en el aula, siempre tratando de utilizar en lo
posible mecanismos de mediación, utilizando un lenguaje respetuoso, mostrando
una conducta decorosa tanto en el salón de clase como fuera de él, tanto dentro
del recinto universitario como fuera de él, siendo puntual y responsable, entre
otros aspectos importantes, existen mecanismos muy precisos que puede utilizar
para ayudar al alumno a perfilarse en la ética de un abogado.

Por ejemplo, lo primordial de todo Abogado de conformidad con el Código de Ética


Profesional del Abogado en Venezuela, es que debe tener como norte de sus
actos servir a la justicia, este principio bien puede el docente enseñarlo a los
alumnos con su propio actuar justo dentro del salón de clase, aplicando las
normas a todos por igual, siendo justo en la manera de evaluar y de corregir,
dando las mismas oportunidades a cada uno, siendo igual de estricto o flexible con
cada alumno, pero sobre todo haciendo llamados de atención con la misma
vehemencia tanto cuando el alumno haya obrado mal, como cuando haya obrado
bien, y una que otra vez mostrando con humildad que también puede equivocarse
y rectificar de ser preciso.

De igual forma, el mismo Código referido, señala que el Abogado debe fraternizar
con sus colegas, siendo respetuoso y cordial en todo momento, lo cual también se
puede formar en los alumnos, tanto no expresándose mal de los demás docentes,
como fomentando en el salón el respeto mutuo entre todos los estudiantes,
promoviendo la solidaridad y el trabajo en equipo, no permitiendo que se
desarrolle una competencia malsana, que de hacerse críticas sean siempre
constructivas.

Por otra parte, el Abogado debe ser puntual tanto en los actos que deba asistir en
un tribunal, como en las reuniones que haya establecido con algún cliente o algún
colega, asimismo el docente puntual y que además refuerce constantemente la
puntualidad en los alumnos estará contribuyendo en la formación ética de los
estudiantes de derecho.

El Abogado debe mantener en todo momento una conducta decorosa, honorable,


digna, es por ello que el abogado-docente debe mantener esa misma conducta en
el aula, evitando incurrir en actitudes que vayan contra esos principios, y
orientando al alumno de tal manera que poco a poco se vaya enmarcando en esos
preceptos, indicándole cuando su actuar no sea el adecuado.

Finalmente, se puede indicar como último ejemplo, el hecho de que la apariencia


personal es muy importante para los abogados, existen ciertas vestimentas con
las cuales no puede ingresar al recinto de un tribunal, en ese sentido el docente
puede ir formando ese hábito, al exigirle al alumno unas normas mínimas en el
vestir, y en ocasiones, cuando se trate de actividades más protocolares como
exposiciones o exámenes orales, requerirles un vestir más formal, sobrio, acorde
con el momento.

De todo lo anterior se desprende, que en la medida en que los abogados que


ejercen la docencia en la Escuela de Derecho, muestren una actitud apegada a los
preceptos éticos que caracterizan su profesión, será más efectiva la formación de
los alumnos en esos preceptos, y es por ello que la Universidad a través de sus
autoridades competentes es la responsable de velar porque todos los docentes
cumplan con esas características personales, para que haya unidad de criterios en
ese sentido, y no suceda que mientras algunos docentes se esmeran por cuidar
todos los aspectos descritos, otros no hagan el mínimo esfuerzo o peor aún
actúen en total desapego al deber ser, a los principios morales y éticos.

GRUPO #4.

TULIO CASTRO , SANTOS ACEVEDO, JOSE ANTONIO PEREZ, GENESIS


CRESPO, MAYERLIN CENCIO.

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