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Joint Venture es el término anglosajón utilizado para hacer referencia al acuerdo entre dos o más empresas que ponen

en común sus recursos con el fin de completar una


tarea común o llegar al mismo objetivo. Esta tarea o objetivo puede ser lanzar un nuevo proyecto o cualquier otro tipo de actividad empresarial.  En castellano se conoce como
empresa conjunta.

Una vez que entendemos el significado, podemos definirlo como la unión de dos o más empresas con el objetivo de desarrollar un negocio o introducirse en un nuevo mercado durante
un cierto periodo de tiempo y con la finalidad de obtener beneficios.

Este tipo de contratos se caracterizan porque las empresas:

 Comparten tanto los objetivos finales, como el control sobre el proyecto común.

 Comparten los conocimientos, ya sean tecnológicos, sobre el producto, el mercado, etc.

La unión de ambas compañías surgió gracias al fuego, y no, no es una metáfora mitológica, sino que tras un incendio en la fábrica de chips de Ericsson, los suecos, que ya
atravesaban una crisis bastante notable con el inicio de la burbuja tecnológica, tuvieron que buscar ayuda externa, y allí estaban los japoneses para tenderles la mano.

De esta forma nació una joint venture con base en Londres, que basaba sus fuerzas en el renombre internacional de Sony y en la experiencia en telecomunicaciones de Ericsson. El
T66 pasó a llamarse T600, pero en breve fue sustituido por diferentes terminales con funciones innovadoras y por supuesto también por el primogénito de una saga que continua hasta
nuestros días: el Sony Ericsson Xperia X1(2008).

Pero las cosas se pusieron feas y tras un 2011 lleno de rumores y tirones, la joint venture llegó a su fin en 2012, un año después de su décimo aniversario. Sony quería tener más
presencia en el mundo de los smartphones y sobre todo integrar esa línea de negocio con el resto de sus divisiones. Claramente la compañía sueca sobraba en esta ecuación por lo que
Sony compró la parte de Ericsson y empezó su andadura en solitario con la gallina de los huevos de oro que había heredado de su anterior matrimonio, la gama Xperia.

Otra de las características de este tipo de contratos es que las empresas en ningún momento pierden su identidad de empresa, siguen totalmente al margen, independientemente del
proyecto común que se esté realizando. Es decir, cada una de las empresas sigue desarrollando su actividad principal.

El fuego todo lo une

La unión de ambas, como ya dijimos, llega luego del incendio de la fábrica de chips de Ericsson, que resultó el último empujoncito para que los suecos salgan a buscar asistencia debido
a la fuerte crisis que atravesaban allá por comienzos del siglo XXI, cuando explotó la burbuja tecnológica.

Entonces, mediante un Joint Venture con base en Londres, se formó Sony Ericsson y ambas compañías dejaron de desarrollar sus propios celulares para aprovechar el renombre de Sony
en electrónica de consumo y la experiencia en telecomunicaciones de Ericsson. 50 y 50 fue el trato.

Ericsson es una compañía multinacional de Suecia dedicada a ofrecer equipos y soluciones de telecomunicaciones, principalmente en los campos de la telefonía, la telefonía móvil, las
comunicaciones multimedia e internet.
Sony, es una empresa multinacional japonesa con sede en Tokio (Japón) y uno de los fabricantes más importantes a nivel mundial en electrónica de
consumo: audio y vídeo, computación, fotografía, videojuegos, telefonía móvil, productos profesionales, etcétera.
1. Lego

Ésta marca de juguetes danesa caracterizada por tener bloques de plástico, ha incorporado juegos con la imagen de The Avengers, The Simpsons, Star Wars, Minecraft, Batman, James
Bond, entro otras.

Actualmente, los juguetes producidos por Lego son 50% líneas propias y 50% licencias de franquicias de empresas como Disney o Warner Brothers. Franquicias como Star Wars, Harry
Potter, Princesas o Jurasic Park se han posicionado como favoritos.

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