Está en la página 1de 3

Alimentación

Para funcionar y vivir a buen ritmo, sin que tus nervios y neuronas funcionen
de más ni de menos, dispones de unos importantes aliados que puedes
tener siempre a mano.

Los alimentos aportan de forma continua los nutrientes más saludables y


necesarios para el sistema nervioso. Te ayudan a estar de buen humor, a
sentirte bien, a mantener tus niveles de energía, así como a no perder la
tranquilidad ni la vitalidad, y a recuperar el equilibrio tanto si vives acelerado
como si funcionas a cámara lenta. Sólo es cuestión de elegirlos bien.

Para mantener el bienestar, la energía y el ánimo, los expertos recomiendan


incluir en la alimentación una serie de alimentos que refuerzan el bienestar,
así como incorporar algunos hábitos destinados ahuyentar a los
saboteadores del ánimo, relacionados con lo que se debe hacer y evitar al
sentarse a la mesa.

Algunos alimentos que te ayudarán a sentirte mejor:

Plátano: Calma el nerviosismo. Es rico en vitamina B6 que intervienen en la


transformación de los compuestos proteicos en serotonina, una sustancia
relajante que reduce la ansiedad. Esta fruta también contiene otros
compuestos, como magnesio, ácido fólico, vitamina C y fibra vegetal que
levantan el ánimo y las defensas, debilitados por el estrés.

Manzana: Esta fruta que se digiere rápidamente, especialmente cuando se


toma en ayunas, tiene un efecto equilibrante del azúcar o glucosa en la
sangre, y por tanto de la energía con que cuenta el organismo. Su fructosa
se asimila y libera energía de forma gradual, debido a que su abundancia en
estos azúcares se compensa con una alta proporción de fibra soluble que
reduce el ritmo de la digestión

Naranja: es antiestrés. Cuando el organismo se halla en un estado de


estrés o ansiedad, bajan sus defensas y sufre un mayor desgaste físico y
mental, que merma la energía. En esa situación es necesario aumentar el
consumo diario de vitamina C, cuya carencia también ha sido relacionada
con la depresión. La naranja es rica en este compuesto antioxidante y
saludable, así como en otros nutrientes esenciales para la función nerviosa,
como el ácido fólico y la tiamina.
Kiwi: Es un aliado para combatir los nervios y la depresión. La falta de
vitamina C, sustancia que favorece la secreción de la noradrenalina, puede
provocar irritabilidad y abatimiento. Si no tomas alimentos con vitamina C, tu
cuerpo tendrá más dificultad para asimilar el hierro que impide que se
asiente la fatiga.

Cacao (chocolate): incrementa la secreción de serotonina, una de las


sustancias encargadas de trasmitir señales en el cerebro, y endorfinas:
unas sustancias del propio organismo que ayudan a mejorar el estado
anímico. Además, el chocolate aumenta la producción de feniletilamina, un
compuesto que el cerebro segrega cuando recibe un estímulo emocional, y
contiene componentes como la teobromina y la cafeína, que estimulan la
actividad intelectual y la agudeza mental.

Avena: este cereal muy energético está cargado de vitaminas B6 y B5, un


compuesto cuya carencia se relaciona con los cambios de humor, el dolor
de cabeza y la fatiga. La avena es considerada el cereal más completo
debido a la cantidad y calidad de su contenido de proteínas, grasas
insaturadas, carbohidratos, vitaminas, minerales y fibra. Su riqueza como
fuente de energía la convierte en un alimento ideal para quienes se
encuentran abatidos, sin fuerzas, con una sensación de sueño permanente,
sin ilusión o se sienten derrotados o con estrés.

Frutos secos: Si tu vida está llena de estrés, necesitas magnesio para


combatirlo. Este mineral mejora la calidad del sueño y ayuda a reducir la
ansiedad. Las almendras, nueces y avellanas son especialmente ricas en
magnesio.

Arroz integral: para equilibrarte. Libera progresivamente la energía que


producen sus carbohidratos complejos, lo cual ayuda a que el estado de
ánimo y la vitalidad sean estables a lo largo del día, evitando los altibajos de
energía y que sobrevenga el agotamiento. También tiene un efecto
calmante debido a su aminoácido triptofano y sus vitaminas del grupo B, de
efecto neuroregulador. Si el grano conserva su cáscara, que contiene la
mayor parte de sus proteínas, vitaminas y minerales, como el magnesio,
fósforo y selenio, mantiene todo su poder nutritivo y riqueza en hidratos de
carbono.

Pan de centeno: A veces el desánimo y el mal humor se relacionan con un


pobre aporte dietético de las vitaminas B, que el pan integral de centeno
contiene en abundancia. El consumo regular de este pan compacto y de
sabor intenso, no sólo beneficia el sistema nervioso, sino también la 
sangre, las arterias e intestinos.
Pan integral: El triptofano que contiene, aumenta la concentración de
serotonina en el cerebro, con lo que te notarás más tranquilo y con mejor
ánimo.
Toma el pan antes que los alimentos ricos en proteínas, para que el
triptofano (que es un componente de las proteínas) llegue al cerebro antes
que los otros aminoácidos.

Marisco: El selenio presente en los mariscos está relacionado directamente


con el buen humor. Ostras, mejillones.

Importante tener en cuenta:

La primera comida es clave para mantener la vitalidad a lo largo del día. Si


no desayunas o lo haces mal, comenzarás en baja forma, sin los nutrientes
que necesitan tu cuerpo y tu mente. Corres el riesgo de picotear o comer
más adelante de forma descontrolada, atiborrándote de dulces, grasas y
calorías, entrando en un “sube y baja” energético, debido a las oscilaciones
de tu azúcar sanguíneo. La combinación de fruta fresca, láctea, cereal y
frutos secos es un desayuno ideal.

Ten cuidado con las grasas, dulces y cafeína. Tomados en exceso o de


forma repetida estos alimentos producen sensaciones pasajeras de
bienestar y energía, pero una vez pasado su efecto desencadenan un
descenso del tono vital, cambios bruscos en la bioquímica del organismo,
picos de apetito y altibajos anímicos.

Divide para conquistar. En vez de tomar tres comidas abundantes,


distribuye tus alimentos en 5 ó 6 comidas moderadas, que incluyan
tentempiés bajos en calorías a media mañana y media tarde, y un vaso de
leche o un yogur antes de acostarse. Así evitas los altibajos de vitalidad y
los ataques de hambre, que te impulsan a picar “lo que sea” entre horas y a
atiborrarte en la comida o en la cena.

También podría gustarte