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El cara de niño

Hace unos días nos encontrábamos festejando el cumpleaños de mi sobrina Leyla, cuando mi hermano me comentó que había
encontrado algo muy interesante. Entró a la casa y salió casi inmediatamente con un bote de plástico con un enorme “cara de
niño” adentro. El insecto estaba completito, no le faltaba nada.

- “Lo guardé para enseñárselo a Alicia mi hija”, me dijo, mientras me daba el bote.

Antes de que yo pudiera hacer algún comentario, relacionado con lo intacto que estaba el animal... o de lo maravillosamente
bien adaptado que está a su vida de cavador (el cara de niño, no mi hermano... que es mecánico no minero...), se oyó un grito
aterrador de uno de los invitados...

- “¡Pero, qué es eso! ¡Un cara de niño! ¿Verdad? ¡Tírenlo! ¡Deságanse de él! ¿Qué no saben que son venenosísimos?”

Mi hermano y yo nos volteamos a ver como diciendo: Ya lo esperábamos... y antes de que pandiera el cúnico, como diría
Chespirito, le aclaré a nuestro amigo, y a las diferentes personas que salieron de la casa con cara de “sálvese quien pueda”,
que estos insectos no tienen veneno, ni glándulas venenosas, ni pican porque no tienen aguijón, ni andan buscando personas
para atacarlas.

Comúnmente viven enterrados, se alimentan principalmente de raíces y tienen unas fuertes mandíbulas. De hecho, no existe “el
cara de niño”, sino un grupo que incluye a varias especies. Su nombre en inglés es mole crickets, grillos topo, que posiblemente
los identifica mejor.

Si alguien se encuentra un cara de niño, lo toma y le llegara a morder, que es muy poco probable, lo que algunos médicos o
veterinarios sugerirían, como máxima medida precautoria, sería inyectarse contra el tétanos, pues la bacteria que ocasiona esta
enfermedad puede encontrarse en la tierra. Una precaución parecida a cuando nos cortamos con una lata o un clavo oxidado,
que seguramente estaba en el suelo y posiblemente contaminado con las mismas baterias. Por otro lado, muchos otros
médicos y veterinarios, únicamente sugerirían lavar la herida con agua y jabón.

Dato Cultural muy importante: el responsable de causar tétanos es la bacteria Clostridium tetani, que genera una exotoxina,
llamada tetanoespasmina, que se dispersa hasta llegar al Sistema Nervioso Central (SNC). El óxido de la lata o del clavo no
causa el tétanos.

¿Cómo es que mucha gente cree que son venenosos? Me imagino, que hace muchos años, algún niño curioso y de espíritu
investigador, se topó con un cara de niño en el jardín, lo tomó, lo vió con cuidado y pensó que se había encontrado un
“grillote”... y corrió orgulloso a enseñárselo a su mamá, quien al verlo, pegó el grito en el cielo, de un golpe se lo tiró de las
manos, y le dijo a gritos... ¡Nunca vuelvas a agarrar uno de esos animales horribles...! ¡Son venenosos...!

Y así, queridos amigos, creo que empezó todo... y ya que somos especialmente crédulos para las historias de este tipo, pues
en poco tiempo toda la región aseguraba que los indefensos cara de niño eran sumamente venenosos. Se comenzaron a crear
las historias del hijo del vecino, que murió en instantes, o de Don Chon, el carnicero de Doña Eulalia, que gracias a que era un
hombre sano y fornido sobrevivió de milagro al ataque del niño... y muchas historias más, que ustedes habrán escuchado en
fiestecitas de niños como en la que yo estaba.

Por cierto, que a pesar de asegurarles a algunos invitados, que sabía de lo que hablaba, que en varios libros escritos por
entomólogos (los especialistas en insectos) se hace la aclaración respectiva, y recalcar que sólo se trata de un mito, varios
siguieron convencidos de lo peligrosos que son estos animales, y por poco se van de la fiesta antes de cantar las mañanitas y
partir el pastel, si mi hermano no hubiera tirado al insecto muerto a la basura, que tal que quisiera picar a alguien.

Por favor, no me crea, consulte un buen libro especializado.

HECHO:
En el número seis de la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM de 1998, en el artículo “insectos venenosos de
importancia médica”, se hace la siguiente aclaración: “El Orden Orthoptera tiene la familia Grillacrididae, cuyos miembros son
considerados de manera errónea como venenosos, (se les conoce vulgarmente como “Cara de niño” o “Mestizo”), pero son casi
inofensivos, cuando muerden producen apenas dolor, irritación y prurito, o complicación por la infección bacteriana secundaria.”

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