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Hacia el año 1500 la población encontrada por los españoles pudo ser de entre 3 y 6

millones de indígenas en lo que llegó a ser el Virreinato de la Nueva Granada. Entre 1535-


40, la población indígena, extrapolada a partir de los tributarios de las encomiendas, pudo
ser de 4 millones de habitantes . Veinticinco años más tarde, el mundo indígena del
territorio bautizado como Nuevo Reino de Granada podía haber contado con una
población aproximada de solo 1’260.000 almas, reducción en ese solo período de casi el
70% . Las primeras expediciones de pillaje en las áreas de la costa intentaron apropiarse
del tesoro acumulado por varias generaciones de taironas y zenúes, ambas tribus
sedentarias con una buena organización de la agricultura, basada en métodos de
irrigación y drenaje que les permitía vivir en poblados de alta densidad.

Los taironas, en especial, mostraron un alto desarrollo en arquitectura urbana y en la


construcción de terrazas para la agricultura. Las largas jornadas de trabajo, la separación
de cónyuges, la separación de los sexos, los obstáculos a los matrimonios y las
enfermedades traídas por los europeos hicieron que la población indígena original no
pudiera reproducirse naturalmente y su número colapsara. Aquí también los
conquistadores martirizaron a la población para que entregara el tesoro de El Dorado, que
aunque no fue encontrado como tal, sí les produjo una gran cantidad de oro. Una vez
agotada esta fase, los españoles organizaron a los muiscas para abastecer sus
necesidades y laborar en las minas.

En el valle del Magdalena los españoles encontraron varias concentraciones de indios


caribes, como los carares, los muzos, los panches y los pijaos que les ofrecieron mayor
resistencia que las organizaciones más sedentarias y consolidadas y que eventualmente
fueron diezmados. En el Sinú, los españoles encontraron vestigios de unas obras de riego
que podían abarcar 30.000 hectáreas, mostrando que su población había proliferado e
impuesto presión sobre los alimentos que debían producir. De manera similar, en la Sierra
Nevada de Santa Marta encontraron sistemas de agricultura muy productiva, utilizando
terrazas para intensificar el cultivo que reflejaban desbalance entre población y recursos
naturales. Más hacia el sur, los españoles que venían en expediciones desde Perú
encontraron tribus sedentarias como los pastos y los quillancingas que tenían una
agricultura avanzada, también reflejo de altas densidades poblacionales, y que fueron los
que mejor sobrevivieron la conquista, en la forma de un campesinado minifundista .

Más adelante, se establecerían relaciones más estables entre los españoles y sus indias
que convirtieron en concubinas y de las cuales tuvieron una creciente descendencia que
eventualmente daría lugar a una población mestiza que reemplazó a la indígena que se
extinguía rápidamente. Los hijos de españoles e indígenas que eran criados en las
comunidades originales eran considerados como tales y solo los reconocidos legalmente
y criados por españoles escaparon a ese estatus, aunque no era del todo claro si podían
participar de los privilegios de que disfrutaban los blancos.
La radical reducción de la población constituyó una hecatombe demográfica, lo que fue
cierto para toda la América incluyendo a los portugueses en Brasil y a los ingleses y
franceses en el norte de América. Los primeros empresarios de la conquista no conocían
de la fragilidad de la población indígena ni parecieron contemplar el cálculo de los costos
de la mano de obra que sometían a duras condiciones de trabajo o a ser medio de
transporte, ni los de su reproducción, por lo que la población original se vino abajo. Los
aborígenes no contaban con resistencia a los patógenos de las enfermedades que
trajeron los españoles y fueron diezmados por ellas, en particular por la viruela. La Corona
y la Iglesia se preocuparon por el despoblamiento, pero actuaron poco y
tardíamente, adoptando la posición de importar esclavos, supuestamente más resistentes
que los indígenas.

El siglo XVI está marcado entonces por un severo descenso de la población tributaria que
creó una situación de abundancia de tierras y escasez extrema de mano de
obra. Solamente a partir de 1690 en la Nueva Granada se da una recuperación
demográfica por la rápida reproducción de mestizos, negros y mulatos que condujo a un
crecimiento económico mayor, en un medio donde la población era el factor fundamental
de producción. En un principio, los españoles organizaron el trabajo en las minas y
fundaron centros urbanos en las partes más pobladas de indígenas o en donde pudieran
irradiarse hacia fronteras bajo su control para reducirlas, siendo más centros de poder que
de comercio. A los indígenas encomendados los obligaban a prestar tributo en trabajo, la
mitad de cada mes, y en especie, o en mantas y productos agrícolas periódicamente.

El poblamiento se fue orientando hacia las tierras con altitudes mayores de

El territorio alto, cortado por sus tres cadenas montañosas, aisló a unas comunidades de


otras e indujo unos altísimos costos de transporte que fueron otro importante obstáculo
para la conquista y para la extracción de excedentes por parte de los españoles. En un
principio, la Corona concedió o encomendó poblados indígenas enteros a ciertas familias
distinguidas en la Conquista que los debían proteger y evangelizar. Las encomiendas
probaron ser formas de abusos sistemáticos contra los indígenas y las quejas frecuentes
llevaron a la Corona a dejar de repartirlas y a tratar de extinguirlas en una o dos
generaciones. Aunque la encomienda no implicaba propiedad sobre la tierra donde
habitaban los indígenas, sí hubo alguna combinación de familias de encomenderos que
poseían la tierra de hecho, lo que más adelante se legalizó por medio de las llamadas
«composiciones».
La agricultura se fue diferenciando entre una labranza indígena que se desarrolló en
zonas de «resguardo», dedicadas a maíz, papa y a las hortalizas, y una agricultura criolla
de grandes estancias que alcanzaban miles de hectáreas por familia, en las que se
cultivaban los granos europeos y pastaban el ganado y los caballos. Aunque había mucha
tierra y poca gente, en la práctica la tierra no era accesible o titulable para los indígenas y
mestizos, situación que conformaría la base de la cuestión agraria que todavía está sin
resolver en la Colombia del siglo XXI. Los españoles pobres y los mestizos se arrimaban
a los resguardos e iban alquilando las parcelas que quedaban vacantes, pero también
dependían de que las haciendas les ofrecieran posiciones de arrendatarios, inquilinos o
vivientes, lo que se volvió la forma dominante de agricultura hacia el siglo XVIII.

La economía del oro

Mientras España decaía económica y militarmente en el siglo XVII –se recuperaría un


tanto en el XVIII y con ello aumentaría su presión sobre las colonias– América y el Nuevo
Reino de Granada prosperaron sobre la base de una agricultura criolla de haciendas en
expansión y una minería del oro recuperada por la oferta renovada de esclavos y de
mineros independientes.
Posiblemente la producción de oro fue entre la mitad y un tercio mayor de la acuñada ya
que así se evadía el impuesto del quinto y se financiaba el contrabando, que por esa
misma razón sería reducido progresivamente hasta alcanzar un 3% en 1777. Los mineros
y comerciantes antioqueños favorecieron la inmigración campesina porque la escasez de
alimentos aumentaba el costo de las cuadrillas de mineros, ya fueran de esclavos o de
mazamorreros libres y entendían que con suficiente producción campesina podían ampliar
la frontera y sus riquezas.
La minería estuvo caracterizada por un sistema primitivo de trabajo y una técnica inferior a
la que se utilizaba en otros países más avanzados que España, como la utilizada por los
colonos de Norteamérica . La producción de oro subió considerablemente entre 1545 y
1595 pero se redujo y estancó desde esa fecha hasta 1710, cuando se torna dinámica de
nuevo, basado ahora en la mano de obra esclava importada de África y, sobre todo, en la
de los mineros independientes de Antioquia. Es particularmente en Antioquia en las
localidades de Cáceres y Zaragoza, con la explotación de esclavos, que la producción
alcanza su cenit del 1600. Comparada con otras colonias extractivas, la Nueva Granada
fue medianamente próspera.

En su punto máximo, a finales del siglo XVIII, obtenía cerca de dos millones de pesos
plata al año, según fuentes oficiales mientras que México produjo entre 15 y 20 millones y
Perú-Bolivia llegó a un máximo de 8 millones, también a finales de la Colonia. Es notable
el crecimiento de la producción del virreinato de la Nueva España, en menor medida el de
Perú, reflejando el éxito de las políticas borbónicas en extraer un excedente económico
notable de estas colonias. En términos per cápita, en Colombia la producción minera era
de 2,5 pesos, mientras que en México alcanzaba 3,6 pesos por persona y en el alto Perú
6,2 pesos. Mientras que la Nueva Granada producía fundamentalmente oro, con el
producto de las minas de México y Perú España inundaban de plata al mundo, que
alcanzó a lubricar el comercio de la China y de la India con Occidente .

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y LAS CUENTAS FISCALES


DEL NUEVO REINO DE GRANADA
El producto transado en los mercados internacionales y como circulante fue el de la
producción de oro a cambio de bienes de lujo y otros más necesarios como
molinos, trapiches, medios de transporte, armas, etc. Las cifras de las exportaciones de
oro son del orden de los 2 millones de pesos plata anuales al final de la Colonia, con
algunos envíos de algodón, añil y tagua de menor cuantía pero crecientes. Los productos
transables dentro de la economía eran el aguardiente y el tabaco, el ganado, las mieles y
la panela, la sal, alpargatas y las «ropas de la tierra». Los estancos sobre el tabaco, el
aguardiente y la sal eran monopolios que le permitían a la Corona extraer una parte
importante del excedente local, en tanto eran bienes de consumo masivo. Los ingresos de
la Corona en la última década de su dominación alcanzaron en promedio la suma de 2,4
millones de pesos, de los cuales unos 770.000 provenían de los estancos de tabaco y
aguardiente.

El impuesto a la minería había sido reducido sustancialmente para fomentar la


actividad, del quinto inicial al 3% de la misma, lo cual debía conducir a una mayor
prosperidad general y, por la vía de los estancos y las alcabalas, aumentar
sustancialmente el recaudo tributario. Un cálculo burdo del valor de la agricultura y
ganadería que pagaban el diezmo sería entonces de 5,8 millones de pesos plata. Los
pequeños cultivos y sobre todo los de la costa Atlántica, que generaban pocos
excedentes, estaban exentos y lejos del poder de la Corona y sus diezmeros.
En términos per cápita, mientras en Colombia la producción minera era de

Pero en ambos casos se podría afirmar que el crecimiento económico durante el siglo
XVIII fue liderado por el sector minero . En nuestro caso, la minería en 1800 contribuía
con cerca del 12% del PIB y durante el siglo anterior había presentado un crecimiento
anual de 2,5% anual, que se torna más sistemático y acelerado para la segunda mitad del
siglo. El virreinato de la Nueva Granada obtuvo un buen crecimiento económico durante la
segunda mitad del siglo XVIII, evidente en la producción de oro, en los resultados fiscales
y en los diezmos para las regiones de Colombia central, como lo atestigua Brungdart, de
Cauca y del Valle del Cauca en particular, pero igual para Antioquia que registra un auge
del comercio . Aunque en la Nueva Granada también aumentan drásticamente los
impuestos con las reformas borbónicas, estos no parecen frenar la dinámica expansiva
que llevaba la economía.

Los incentivos tributarios aplicados a la minería explican parte del crecimiento evidenciado
en la última mitad del siglo XVIII , lo cual tuvo efectos multiplicadores en la
agricultura. Para la región del Cauca, la cifra de crecimiento de los diezmos fue menor, del
2% anual entre 1722 y 1800, lo cual aún con cambios de precios está bien para una
economía premoderna. La agricultura de Antioquia también estaba en fuerte expansión
como lo revelan sus diezmos, jalonados a su vez por un crecimiento sostenido de su
minería y de su comercio.
Otro incentivo al crecimiento, muy concentrado regionalmente, era el gasto en la defensa
de Cartagena, unos 600.000 pesos al año más 100.000 tomados directamente de su caja
real que recaudaba los impuestos al comercio exterior, lo que también se manifestó en
una mayor demanda para surtir las tropas y a los trabajadores de las fortificaciones . El
gasto en defensa de Cartagena pudo llegar a ser del orden del 2,8% del PIB del
virreinato, de acuerdo con nuestras cifras. El aumento de impuestos pudo entonces
afectar negativamente a la región del centro pero benefició a la costa Atlántica. A
diferencia de Nueva España, en la Nueva Granada no hubo al parecer contracción
monetaria, mientras que el excedente que se exportaba obtenía un descuento importante
al ser reinvertido en Cartagena.

El impacto fiscal en el crecimiento de largo plazo del PIB

Uno de los temas que permite dilucidar la aproximación a las cuentas «virreinales» es el
peso del Estado en la economía y el de las remesas al exterior que debieron afectar el
crecimiento económico. Como ya se vio, los impuestos en 1800 fueron una décima parte
del PIB, figura muy alta para patrones premodernos. Sin embargo, parte de estos
recursos fueron gastados en la defensa de Cartagena y otra parte en los sueldos de la
burocracia española y criolla. Las remesas que hizo el virreinato a España no parecen
haber ocupado más del 1% del PIB colonial, que dentro de una economía preindustrial
constituyen una pesada carga y pueden afectar la inversión que tiende a ser muy escasa.
Existe un consenso extendido en el tiempo sobre el impacto negativo que sobre el
crecimiento tuvo la opresión colonial, lo cual justificó la independencia en términos
económicos. Aún si el régimen español permitió cierto crecimiento, se puede insistir en
que las instituciones coloniales produjeron un rígido sistema social de castas, crearon
sistemas productivos basados en la servidumbre y la esclavitud que poco estimulaban el
cambio técnico, distribuyeron la tierra de manera desigual, restringieron el comercio e
impusieron pesados tributos que impidieron que la Nueva Granada, como también el resto
de colonias españolas, creciera de acuerdo con su potencial, dado por sus recursos
naturales y por su población. De esta manera, el crecimiento económico fue escasamente
sostenible en el largo plazo, y sería frenado por frecuentes guerras civiles después de la
Independencia.
El dinero es un objeto respecto del cual hay un acuerdo social para que sea aceptado en
el intercambio. Ha transcurrido mucho tiempo desde que el hombre empezó a usar las
primeras formas de dinero, hasta la adopción del dinero tal y como lo conocemos hoy, es
decir, en la forma de billetes y monedas comúnmente aceptadas por todas las personas
para llevar a cabo sus transacciones. En Colombia, como en la mayoría de países, no
siempre existió un único tipo de dinero aceptado por todas las personas. Circunstancias
especiales como las guerras llevaban al gobierno de turno a cambiar la moneda que
circulaba, en la medida en que la gente perdía confianza en ella por su paulatina pérdida
de valor.

Actualmente en Colombia y en casi todos los países del mundo, los gobiernos mantienen
la confianza de la gente en el dinero que circula gracias a la gestión que realizan sus
bancos centrales, pero este es el resultado de un largo proceso histórico que no estuvo
exento de costos económicos. Veamos un breve recuento sobre cómo surgió el dinero y
cómo llegó a ser comúnmente aceptado por todas las personas. En las sociedades
tribales el dinero no existía porque la producción y el consumo se daban
simultáneamente, por lo que el intercambio no era una actividad habitual. Sin
embargo, hay que aclarar que en esta etapa las sociedades eran prácticamente
autosuficientes, es decir, que podían subsistir casi exclusivamente con lo que
producían, por tanto, requerían muy poco intercambio.

Por ejemplo, los individuos que tenían mayores aptitudes para la agricultura se dedicaron
a sembrar, mientras que quienes tenían aptitudes para la pesca se especializaron en esta
actividad. Como una respuesta a esas limitaciones, empezó a surgir en el comercio el uso
de objetos que fueran comúnmente aceptados por todos como un medio de cambio. Entre
las primeras formas de dinero que usó el hombre se pueden mencionar las conchas, las
cuentas de collares, el té, el tabaco, las pieles y el ganado. Para entender mejor los
atributos que debe tener un objeto para que sea aceptado por todos los miembros de una
sociedad en el intercambio, veamos con mayor detenimiento cuáles son las funciones del
dinero
Esto significa que los precios de los bienes y servicios pueden expresarse en unidades de
dinero en vez de expresarlos en términos de otros bienes. En tercer lugar, el dinero tiene
una función muy importante como depósito de valor. La liquidez es lo que distingue al
dinero de otros objetos que pueden ser depósitos de valor, pues es una característica del
dinero estrechamente relacionada con su aceptabilidad por parte de los miembros de una
sociedad. Este concepto implica que el dinero es un objeto que en el intercambio tiene la
capacidad de ser convertido de inmediato en otros objetos, y para ello se requiere que
haya un acuerdo entre las personas involucradas en ese intercambio.

Esto explica por qué el hombre rápidamente se dio cuenta de que los metales, y en
particular los metales preciosos, eran los objetos más adecuados para usar como
dinero. De otro lado, la divisibilidad y el bajo costo de almacenamiento del dinero permiten
que se pueda usar como unidad de cuenta y que las personas puedan llevarlo para
realizar sus transacciones en cualquier momento y lugar. El dinero ha tenido un largo
proceso de transformación a lo largo de la historia. los egipcios empezaron a usar anillos
de metal, y para 700 a.
los lidios fueron los primeros en acuñar monedas, seguidos por los griegos. Sin
embargo, hubo una larga evolución entre el momento en que se empezaron a acuñar las
primeras monedas, y el uso de los billetes y monedas que hoy conocemos. Las
civilizaciones antiguas, como la griega y la romana, tuvieron que enfrentar la transición de
comunidades tribales hacia sociedades basadas, en buena medida, en la propiedad
privada, en las que la actividad económica era ejercida de manera individual. Platón y
Aristóteles, a través de sus obras literarias, nos han permitido saber que en la sociedad
griega existía la propiedad privada de la tierra, la división del trabajo era bastante
avanzada, el comercio era una actividad importante y, además, se usaba dinero.

El papel moneda estaba respaldado por metales preciosos y, en este sentido, era un
certificado que le permitía al que lo recibía en el intercambio canjearlo en cualquier
momento por su equivalente en metales preciosos. En un principio estos certificados eran
emitidos por compañías comerciales y bancos privados que asumían el compromiso de
cambiar esos papeles por determinada cantidad de metal precioso, pero, después esta
facultad la asumió el Estado. Latinoamérica ha habido épocas en las que la gente acepta
tanto la moneda local como los dólares estadounidenses en el intercambio. Mundial
acabaron con toda posibilidad de retornar a ese esquema.
En el caso del dinero, el costo de oportunidad se expresa a través de la tasa de
interés. En términos generales, la tasa de interés es el precio pagado por el uso de un
crédito o de una cantidad de dinero. En el caso que estamos analizando, la tasa de
interés sería el pago que recibiríamos si en lugar de gastar el dinero lo ahorráramos en
una entidad financiera.

Detengámonos por un momento para ver un ejemplo simple que ilustra por qué la
tasa de interés representa el costo de darle un determinado uso al dinero

En suma, la respuesta a la pregunta de cuánto dinero queremos tener, no es tan simple


como parece, pues, debemos decidir sobre el mejor uso que le damos al dinero, ya sea
manteniéndolo en nuestras manos para atender nuestras transacciones, o depositándolo
en una entidad financiera que nos pague una tasa de interés. Por esta razón la ciencia
económica ha desarrollado varias teorías para tratar de explicar la demanda de dinero. La
demanda de dinero es el volumen de dinero que las familias y las empresas quieren tener
en su poder en un momento determinado. En esta sección haremos un breve recuento de
las principales teorías económicas sobre la demanda de dinero.

LA TEORÍA CUANTITATIVA DEL DINERO

La teoría cuantitativa del dinero afirma que una economía requiere la cantidad de dinero
necesaria para poder atender el valor de las transacciones que se generan por su
actividad productiva. Ese valor de las transacciones resulta de multiplicar el producto
físico de la economía por el nivel general de precios. Mientras más rápido circule el dinero
en una economía, menor cantidad se requerirá para atender un valor de transacciones
dado. En este contexto, la cantidad de dinero que requiere una economía es directamente
proporcional al valor de sus transacciones , e inversamente proporcional a la velocidad de
circulación del dinero .
En las secciones anteriores vimos las funciones del dinero, las características que éste
debe tener para que sea aceptado por todas las personas en el intercambio, y las razones
por las cuales la gente quiere mantener dinero en su poder. Si tratamos de responder
pensando de nuevo sólo en nuestros deseos, probablemente digamos que una economía
necesita mucho dinero, tanto como sea necesario para cubrir las necesidades de todas
las personas.

LA OFERTA MONETARIA

La justificación para esta ampliación de la definición de oferta monetaria radica en que


estos nuevos instrumentos también pueden ser líquidos, aunque no de manera tan
expedita como el dinero y los depósitos. En suma, la definición básica de oferta monetaria
es la que abarca los billetes, las monedas y los cheques, pero existen otras definiciones
más complejas que incorporan los nuevos instrumentos financieros que van
desarrollándose en las economías. Ante todo es importante precisar de qué esquema
monetario estamos hablando, teniendo en cuenta los conceptos que presentamos en la
sección sobre el dinero. En un esquema monetario como el del papel moneda, en el cual
los billetes y las monedas estaban respaldados por metales preciosos, la oferta monetaria
estaba determinada por el volumen de los metales con que cuenta una economía.

En ese contexto, los cambios en la oferta monetaria se logran modificando las tenencias


de metales preciosos de esa economía. Detengámonos un momento en el concepto de
política económica. El Estado debe guardar coherencia entre la política fiscal y la
monetaria, pues no siempre las medidas que se toman para alcanzar el pleno empleo de
los recursos contribuyen a mantener la inflación bajo control, mientras las medidas
dirigidas a controlar la inflación pueden tener un impacto negativo sobre el empleo. En la
última sección de esta guía profundizaremos en el dilema que surge de esta situación.
El banco central modifica la cantidad de dinero que circula en la economía a través de la
compra de activos financieros del público y la venta de activos financieros al público. En el
caso particular del banco central, se pueden mencionar entre sus activos financieros los
títulos valores emitidos por el gobierno nacional, que en Colombia se llaman TES, las
divisas y los títulos valores denominados en moneda extranjera. Veamos con un poco
más de detalle cómo afecta el banco central la cantidad de dinero que circula en la
economía. Por ejemplo, cuando el banco central vende al público divisas y títulos valores
emitidos por el gobierno, recibe a cambio dinero que retira de circulación.

Así, al vender activos financieros el banco central genera una disminución de la cantidad
de dinero que circula en la economía. La conclusión que podemos sacar hasta este punto
es que la compra y venta de activos financieros por parte del banco central se traduce en
un cambio en la cantidad de dinero que circula en la economía. Esta cantidad de dinero
también se ve afectada por las decisiones del banco central de prestar recursos a las
entidades financieras, así como por las normas que determinan de qué monto deben ser
los depósitos que éstas deben mantener en el banco central. Por último, los
requerimientos de reservas o encaje son otro instrumento que le permite al banco central
controlar los recursos con que cuentan las entidades financieras.

Los requerimientos de reservas o encaje son depósitos que esas entidades financieras
están obligadas a hacer en el banco central. Veamos cómo el dinero que se deposita
como requerimiento de reserva puede usarse como un mecanismo para afectar la
disponibilidad de crédito en la economía. Si el banco central quiere disminuir la cantidad
de crédito, incrementa los requerimientos de reserva y obliga así a los bancos a
«congelar» una mayor proporción de los depósitos de dinero que reciben, lo que a su vez
reduce el dinero con que esas entidades cuentan para ofrecer crédito a las personas. En
contraste, si el banco central quiere aumentar el crédito disponible en la
economía, disminuye los requerimientos de reserva y así genera un incremento en el
dinero que las entidades financieras tienen para ofrecer crédito a las personas.

Así, cuando hay más cantidad de dinero en la economía, los costos de esos recursos no


son tan altos como cuando la oferta monetaria se reduce. Por otra parte, en la medida en
que la tasa de descuento es la tasa de interés que el banco central cobra a los bancos por
los préstamos que les hace, se convierte en un mecanismo para que la autoridad
monetaria pueda influenciar las tasas de interés de la economía.
Como vimos en la sección anterior, entre las funciones más importantes de un banco
central está la de regular los aspectos relacionados con los cambios internacionales, es
decir, con las transacciones en moneda extranjera, así como la de administrar las
reservas internacionales. Igualmente, vimos que las reservas internacionales son activos
financieros denominados en moneda extranjera en poder del banco central. En este
sentido, cada vez que el banco central compra o vende activos denominados en moneda
extranjera, influye sobre la cantidad de dinero que circula en la economía. Así, la moneda
extranjera tiene un impacto sobre la cantidad de dinero que circula en la economía.

En términos generales, la moneda extranjera se denomina divisa, y en la medida en que


se compra y se vende tiene un precio. Los efectos de la intervención del banco central en
el mercado de divisas o de moneda extranjera sobre la oferta monetaria dependen del tipo
de régimen cambiario que el país tenga. En un sistema de tasa de cambio fijo el banco
central se compromete a comprar y vender moneda extranjera a un precio dado en
términos de la moneda nacional. Por otra parte, en un régimen de tasa de cambio flexible
el banco central no interviene en el mercado de divisas, de manera que son la oferta y la
demanda de divisas de los demás agentes económicos las que determinan su precio, es
decir, la tasa de cambio.

En un sistema de flotación sucia el banco central interviene en ciertos momentos en las


operaciones cambiarias para que las fluctuaciones de la tasa de cambio no sean muy
drásticas. Una caída del precio de la divisa se llama revaluación de la moneda en un
régimen de tipo de cambio fijo, y apreciación de la moneda en uno de tasa flotante. Ahora
veamos cómo se da el efecto sobre la oferta monetaria de la compra y la venta de activos
en moneda extranjera por parte del banco central. Como ya dijimos, en un esquema de
tasa de cambio fija el banco central debe garantizar que el precio de la divisa permanezca
constante.

Si este caso se registra en un régimen de tasa de cambio flexible, el banco central no


tiene que intervenir en el mercado cambiario, y por lo tanto no se altera la cantidad de
dinero de la economía. El precio de la divisa bajará porque su oferta es mayor que su
demanda, lo que significa que la tasa de cambio se reducirá. En la medida en que cuesta
menos una unidad de moneda extranjera, el precio en moneda local de los bienes
importados disminuirá, lo cual puede además reducir el precio de los bienes producidos
localmente.
momento dado y por los precios de los productos que suelen consumir. Si durante un período de
tiempo la cantidad de dinero de que disponen no aumenta al mismo ritmo que los precios, la
gente no podrá comprar todos los bienes que antes compraba con ese mismo dinero: esto quiere
decir que las personas han perdido poder adquisitivo. Las personas que tienen un ingreso fijo son
las que más pierden cuando aumentan los precios; por ejemplo, los asalariados pierden porque
cuando el IPC aumenta, ven disminuida su capacidad de compra. Algo parecido sucede con los
pensionados que también reciben una suma fija; también pierden quienes tienen ahorros en una
entidad financiera que les da intereses fijos, porque cada vez reciben un dinero que tiene un
menor poder de compra. Adicionalmente, la inflación no sólo afecta las condiciones de vida de las
personas sino que va minando su confianza en la moneda que circula en la economía; en efecto, si
con un billete de diez mil pesos puedo comprar ahora la mitad de lo que compraba hace un mes,
ya no valoro tanto ese billete como lo valoraba hace un mes. Esto es lo que sucede en las
economías en las que la inflación se acelera y los precios crecen mes tras mes, e incluso día tras
día. Cuando el crecimiento de los precios supera la barrera del 100% anual se denomina
hiperinflación. Ese tipo de procesos ha llevado a muchos países a cambiar sus monedas para
restaurar la confianza del público y así lograr que la gente quiera mantener el dinero en sus
manos. Esto no quiere decir que siempre que una economía entra en un período hiperinflacionario
debe cambiar sus monedas, pero en la mayoría de los casos ha sucedido así. Buena parte de lo que
alimenta un proceso de hiperinflación es el deseo de la gente de deshacerse de la moneda que ya
no sirve como depósito de valor y cambiarla por objetos o por una moneda más fuerte. Esa
necesidad de la gente de deshacerse de la moneda presiona aumentos en los precios y por esto el
gobierno encuentra que una solución puede ser el cambio de moneda. En situaciones menos
severas que una guerra o una profunda crisis económica lo que sucede es que, simultáneamente
con la moneda local, empieza a circular una moneda extranjera más sólida, como el dólar, por
ejemplo, que tiene la capacidad de mantener su valor.
La inflación es un aumento sustancial, persistente y sostenido del nivel general de precios
de una economía a través del tiempo. Es importante tener en cuenta que sólo hay
inflación cuando se da un aumento en la mayoría de los precios de una economía, y no un
incremento aislado o temporal en el precio de un solo producto o de un conjunto de
productos. Las otras causas se relacionan con un aumento excesivo de los costos de
producción, que puede ser generado por diversos factores como el desabastecimiento de
materias primas, una guerra o una catástrofe natural. También es posible que la
economía no funcione correctamente, como sucede cuando hay un excesivo nivel de
endeudamiento del país o cuando el gobierno no puede responder por sus gastos.

Concentraremos nuestra discusión en la inflación causada por un aumento de la


demanda, pues está estrechamente relacionada con la disponibilidad de dinero en la
economía. Por estos motivos, el banco central debe controlar la cantidad de dinero que
circula en la economía, pues si crece excesivamente puede estimular la demanda más de
lo deseado, y puede generar un aumento desmedido de los precios. Es importante evitar
la inflación ya que ésta nos afecta a todos de manera negativa. La inflación nos afecta a
todos porque perdemos poder adquisitivo en la medida en que nuestros ingresos son
constantes en un momento del tiempo.

COSTOS DE LA INFLACIÓN

En esta sección profundizaremos un poco en los mecanismos de transmisión de la política


monetaria y en la manera como las decisiones que toma el banco central tienen efecto
sobre nuestra vida cotidiana. Los mecanismos de transmisión pueden definirse como la
cadena de acontecimientos que se inicia con la decisión del banco central de ajustar la
cantidad de dinero que circula en la economía, y culmina con los cambios que se dan en
el consumo, la producción, el empleo y los precios. Por el contrario, si la economía no
cuenta con suficientes recursos productivos disponibles, el aumento en la cantidad de
dinero en circulación generará un aumento del nivel de precios y por ende una
aceleración de la tasa de inflación.
No obstante, el punto que queremos destacar ahora es que la magnitud de los efectos de
la política monetaria no es predecible con total exactitud, como tampoco lo es el tiempo en
que se dará esa repuesta.
La política monetaria es una de las herramientas con que cuentan las autoridades
económicas para alcanzar los objetivos de estabilizar la economía y garantizar su
crecimiento. Al analizar la teoría cuantitativa del dinero vimos que hay una estrecha
relación entre la cantidad de dinero que circula en la economía y los precios , tal como lo
ilustra la ecuación . Bajo estas condiciones, si el banco central quiere controlar la inflación
bastaría con controlar la cantidad de dinero que circula en la economía. Sin
embargo, cuando la economía no está en pleno empleo es posible que al aumentar la
cantidad de dinero se dé un efecto positivo sobre el producto , es decir que es posible que
se estimule la actividad económica y por tanto se incremente el empleo de los recursos.

Teniendo en cuenta esas consideraciones, el banco central debería aumentar la cantidad


de dinero lo suficiente como para estimular la actividad productiva, pero no tanto como
para generar inflación. Esta acción es compleja pues no es fácil determinar cuándo la
economía se acerca al pleno empleo, por tanto, el banco central corre el riesgo de
aumentar la cantidad de dinero excesivamente, de modo que ya no se genere un impacto
positivo sobre el crecimiento de la economía sino que se produzca inflación.

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