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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

EN EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA SUR


CREN “MARCELO RUBIO RUIZ”
LORETO, B.C.S.

D
Maestro: Domingo Sánchez González

Propuestas para
formar aulas
inclusivas.
Alumna: Michelle A. Lopez Lopez.
Curso: Atención a la diversidad
Grupo y grado: 2”B”
Trabajo: Reflexión
La educación inclusiva es uno de los mayores retos que la comunidad educativa
tiene por delante. Cuando hablamos de la necesaria presencia, participación y
progreso del alumnado en el aula, cuando advertimos a los profes sobre el hecho
de que la inclusión del alumnado en las dinámicas del aula es un deber y una
obligación de cada centro y de cada docente, debemos dar pistas claras sobre
cuál es la mejor forma para hacerlo. Si partimos de la base de que la inclusión
aboga por que el alumnado con necesidades especiales participe de las mismas
tareas, actividades y ejercicios que se plantean en el aula, debemos asumir un
principio que lo corrobora: El ajuste de la Propuesta Curricular vs Adaptación de la
Propuesta Curricular.  Ajuste supone mantener el mismo diseño curricular
realizando ajustes que rompan las barreras a la participación de todos. Supone
planificar una unidad didáctica que esté abierta a todos, amplia, enriquecida, con
variedad de formas de acceso y modalidades de expresión. Adaptación supone
modificar el diseño curricular a las características y particularidades de un alumno
concreto. Supone individualizar el proceso de enseñanza según la tipología del
alumno con alguna necesidad especial. Este proceso de adaptación facilita el
trabajo individual del alumno, y también puede que su aprendizaje y progreso
personal, pero dificulta la participación en la vida y en el trabajo que realizan sus
compañeros. Además propicia el trabajo en paralelo, fuera del grupo-clase,
aunque en el aula.
Por eso se debe realizar un proceso de ajuste que incluya Estrategias de Inclusión
que puedan romper las barreras cognitivas, físicas, sensoriales, comunicativas y
sociales que puedan llevar incorporadas el diseño de la propuesta curricular:

1. Conoce a los alumnos. Es fundamental que el docente conozca bien las


posibilidades de acción de cada uno de sus alumnos. Evaluar al comienzo de cada
curso, y al comienzo de cada unidad supone un factor determinante a la hora de
graduar los diferentes tipos de actividades que se van a proponer en clase. No
todos los alumnos se encuentran en la misma situación de la pirámide y no todos
trabajarán de la misma forma.

2. Diseña la tarea con sus actividades correspondientes, delimitando un eje central


de actuación que determine las actuaciones necesarias para alcanzar el producto
final y/o resolver el reto o pregunta propuesto. Este proceso servirá de base para
reajustar la propuesta de actividades en función de los diferentes niveles de
ejecución.

3, Situar a cada alumno ante las actividades programadas. Es importante que las
diferentes habilidades y capacidades de todos los alumnos encuentren un modelo
de actividad accesible para ellos, que les permitan trabajar, participar y progresar
en sus aprendizajes.

4. Aportar a las actividades todos aquellos elementos de acceso que las


necesidades educativas de los alumnos requieran. De esta forma se conseguirá
romper las barreras (cognitivas, físicas, sociales, sensoriales, comunicativas…).
Lograr que las actividades sean accesibles para todos.

5. Evaluar a los alumnos de forma grupal y personalizada. Realiza diferentes


niveles de desempeño o de logro de los aprendizajes evaluados por cada estándar
o indicador de evaluación. El indicador puede ser alcanzando desde diferentes
niveles de logro, manteniéndose constante en los diferentes alumnos y
posibilitando así el ajuste de la propuesta curricular, y no la adaptación del
indicador o estándar “recortando” contenidos implícitos.

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