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DESDE CHINA EL IMPACTO DE EXPORTACIÓN DE  PERÚ 

China es uno de los cuatro principales destinos de los productos agrícolas


peruanos. En el 2019, los envíos a ese mercado sumaron US$ 262 millones. Los
principales productos exportados fueron uva, arándanos y palta.
En caso particular de la uva, cuya campaña acaba de concluir, la mayor parte de
la producción, particularmente de la zona norte del país, habría logrado
colocarse con éxito días antes del Año Nuevo chino.
Luis Vila, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ica, reconoce que sus
asociados también están preocupados ante la posibilidad de que las
negociaciones para envíos futuros se paralicen, sobre todo porque hay otros
productos que se exportan a ese mercado y están próximos a iniciar campaña.
“Hablamos de la palta, la mandarina, el espárrago, la quinua y la granada. Estos
productos podrían verse severamente afectados”, alertó.
En el 2019, China representó 4% del total de los envíos de palta y 7% de las
exportaciones de mandarina. El gobierno, por su parte, ha estimado que el
impacto en las exportaciones peruanas no será importante “debido a la
estacionalidad de nuestros principales productos, en concreto arándano, palta y
uva, que se encuentran en etapas de cierre”, señaló Mario Ocharán, director de
exportaciones de PromPerú.

1.  Otra alternativa de solución es otorgar prioridad a la agricultura


familiar, un sector olvidado y excluido pero sin embargo es uno de
los pilares de la agricultura del Perú, otorgando casi un 97% total
de las unidades agropecuarias, pese a su tanta importancia sigue
siendo olvidado. Por ello buscar un proyecto que regule y garantice
la producción y el abastecimiento de los productos en condiciones
de equidad, priorizando sobre todo la salud e integridad de los
agricultores del campo.

Agricultura familiar en tiempos


del coronavirus
La crisis mundial del coronavirus nos toma por sorpresa, con graves debilidades
en nuestro sistema de salud, y con una enorme masa de la población con
empleos precarios o en sectores informales que viven el día a día.  Las radicales
medidas de confinamiento obligatorio adoptadas por gobierno del Presidente
Martín Vizcarra son por ahora la mejor alternativa para evitar una crisis,
descalabro económico y social de incalculables dimensiones; y, por tanto, hay
que apoyarlas, y usar nuestros mejores recursos y capacidades para enfrentar y
salir de la crisis lo más pronto posible.

En medio de esta feroz crisis sanitaria, nuestros agricultores familiares han


seguido produciendo los alimentos esenciales para la vida, e incluso vienen
produciendo más de lo normal.  En los primeros 18 días de este año el volumen
total de alimentos ingresados al Gran Mercado Mayorista de Lima.
Gracias a esto esto no estamos enfrentando problemas de desabastecimiento y
subida de precios de alimentos, y millones de peruanos podemos acceder a
alimentos básicos en esta difícil situación. Cabe decir que la gran
agroexportación no juega mayor rol en atender al mercado interno por lo que
hoy es momento de agradecer a nuestros millones de pequeños agricultores y
agricultoras por su trabajo diario y su capacidad de alimentar a más de 30
millones de peruanos.  Nuestra agricultura familiar, abandonada a su suerte por
tanto tiempo, se convierte hoy en un soporte a nuestra economía para enfrentar
la crisis, tener seguridad alimentaria y mirar con esperanza hacia adelante
Por esto es vital que, una vez que pase este dramático episodio, el presidente
Vizcarra y los nuevos congresistas también vuelvan sus ojos y
preocupaciones a la agricultura familiar y comunera, a la pequeña
agricultura de casi dos millones de familias en todo el territorio nacional. 

VIVIR EN CUARENTENA AFECTA NUESTRA SALUD MENTAL


Falta de libertad. Esa es la principal sensación desde la activación del estado
de alarma por el COVID-19. Aunque ya se habían tomado medidas de
confinamiento similares en China, Corea e Italia, la ciudadanía necesita
prepararse psicológicamente para afrontar esta etapa sin precedentes.
Aunque no se puede comparar con ninguna situación vivida con
anterioridad, sí se sabe que en periodos de aislamiento son frecuentes
reacciones de estrés, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, confusión, miedo,
culpa. En algunos casos, esto puede llevar a insomnio, dificultades de
concentración, pérdida de eficacia en el trabajo y, a largo plazo, a síntomas
de depresión y estrés postraumático. 
Así, durante la cuarentena pueden aparecer casos con sintomatología de
tristeza y ansiedad. Esta última siempre aparece como un mecanismo de
defensa ante un peligro y, en estos momentos, la amenaza no es otra que la
falta de coherencia entre lo que queremos y lo que podemos hacer.

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