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ANALISIS EPIDEMIOLOGICO DE COVID 19

INFORME NACIONAL SOBRE EL IMPACTO DEL COVID 19 EN LAS


DIMENSIONES ECONOMICA, SOCIALY SALUD.

ECONOMICA:
El COVID-19 viene ocasionando un grave impacto en la economía de nuestro
país y del mundo, con un futuro incierto, pero de carácter catastrófico al haber
sido inesperado. Algunos indicios de esto sería el declive real de la economía
tanto en Estados Unidos como Gran Bretaña, e inclusive China (recordando el
impacto para la existente guerra comercial entre China y Estados Unidos), como
también el hit en la Unión Europea, como se va viviendo al estar próximos al
cambio del tablero occidental. Un caso interesante es el de Gran Bretaña: el
gobierno va a compensar un 80 % de los salarios, donde hay una gran cantidad
de personas self-employed, que no aplican a pesar de ellos ser su propia
empresa, o el reciente bono a los americanos anunciado por Trump.

No es necesario irnos tan lejos para analizar este aspecto. En Perú, como en los
184 países afectados, la gente es forzada a trabajar de casa o no puede ir a su
centro de labores. Quienes trabajan de casa, o son trabajadores autónomos, no
tienen la misma productividad, y los que no pueden trabajar, algunos reciben su
salario (o un porcentaje) o nada. Por ende, es evidente que se está poniendo en
peligro la seguridad económica de las personas. Dicho esto, se tiene que
considerar el efecto global de la crisis. ¿Cómo se va a sentir en otros países? ¿Se
puede comparar con la crisis del 2008/9? ¿Quién tendrá el mayor golpe y cómo
afectará los mercados y economías más grandes del mundo?

En cuanto al impacto local, se puede visualizar en la caída de demanda interna


de los vínculos comerciales y de producción, la reducción del turismo, que
ocasiona interrupción en el suministro que devienen en los efectos sobre la salud
de la población. El gobierno peruano, el cual no había sido precavido en sus
políticas públicas previas, viene tomando acciones en prioridad dentro del marco
de proporcionar asistencia alimentaria a la población vulnerable, de trabajadores
o migrantes informales o ambulantes que son de extrema pobreza y que sus
recursos dependen del día a día.

Otra de las acciones tomadas es potenciar las pequeñas y medianas empresas,


uso de los recursos CTS, no pago de créditos y servicios, asignación
presupuestal a los gobiernos regionales y gobiernos locales para garantizar el
sostenimiento alimentario, permitiendo el adecuado funcionamiento de la cadena
logística y del ciclo económico en todo el territorio nacional, asegurando la
demanda de nuestra población.

Finalmente, es indudable que no solo la economía del Perú está y estará afectada
por el COVID-19, pero con respecto al caso peruano, el PIB crecerá, pero a
menor medida de lo esperado. Por otro lado, los más afectados son los
trabajadores y migrantes del sector informal, una gran parte de la población
económicamente activa (PEA) debido a la cuarentena, aún que no todos lo
cumplan a cabalidad. A esto se suma la suspensión de las AFP estimada para
abril, los subsidios generales y el bono económico para la población vulnerable.
La agro-exportación será limitada y la pesca de anchovetas, en la cual somos
uno de los países con mayor producción mundial (900 mil toneladas métricas en
2019), se verá aplazada ya que iniciaba en abril. Podemos concluir que para Perú
el precio de esta pandemia está siendo alto puesto que el gobierno peruano y sus
políticas de Estado nunca previeron esta posibilidad.

La actual crisis sanitaria no solo tiene un impacto negativo en la oferta y


demanda, sino, además, tiene un alto grado de incertidumbre lo que agudiza la
crisis actual y retrasaría la recuperación que se estaría dando a finales del
presente año; en este sentido, es imperante, una reactivación económica
inteligente con políticas que generen un mayor crecimiento en términos de PBI,
empleo y exportaciones sin descuidar la salud, para lo cual será determinante
controlar el avance del Covid-19.

SALUD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 30 de enero de 2020,


que el virus SARS-CoV-2 era responsable de la enfermedad denominada
COVID-19, la cual se constituía en una emergencia de salud pública de alcance
internacional. El 11 de marzo de 2020, la OMS declaraba que esta enfermedad
era una pandemia debido al creciente número de casos fuera de China (1).
Posteriormente, el crecimiento fue exponencial en todos los países del mundo;
llegó al Perú aproximadamente el 5 de marzo de 2020 cuando se confirmó el
primer caso importado de COVID-19 en un ciudadano peruano que había
viajado
a España, República Checa y Francia; se extendió primero en Lima, luego el
Callao, Lambayeque, Loreto, Piura y se generalizó especialmente en el norte del
país (2).Esto puso en prueba al sistema de salud peruano, y dejó en evidencia
una serie de deficiencias y dificultades tales como la debilidad de la atención
primaria de la salud; el trabajo articulado entre los diversos sectores; la reducida
oferta de los servicios de salud tanto en el primero como en el tercer nivel de
atención; la ausencia de un sistema único de información; la deficiencia en el
suministro de productos, recursos e insumos necesarios para la atención de la
salud; limitada capacidad de investigación y desarrollo, y la escasa articulación
del sector Salud. Las instituciones prestadoras de servicios de salud (IPRESS)
también se convirtieron en espacios donde la infección nosocomial por SARS-
CoV-2 se constituyó en un riesgo de propagación a los profesionales de la salud
y a la comunidad en general. El alto número de pacientes en diversas áreas
nosocomiales como triajes, emergencias, salas de hospitalización, unidad de
cuidados intensivos y salas de espera, con un reducido número de equipos de
protección personal y de calidad deficiente, así como la no adherencia a medidas
de prevención y control por parte de la población, condujeron a que se generara
infecciones en los trabajadores del sector, ocasionando numerosos casos de
SARS-CoV-2 en trabajadores sanitarios por el alto riesgo de exposición laboral,
lo que llevó también a tener un número alto de profesionales de la salud
fallecidos, 180 solo en médicos (3, 4).A ello se agrega que la infección no es
igual en todas las etapas de vida, el adulto y el adulto mayor son los estadios con
mayor riesgo, mientras que los niños y adolescentes representan menor riesgo.
También se observa que la enfermedad es más frecuente en el sexo masculino, y
con mayor mortalidad. Las poblaciones con mayor hacinamiento o con
saneamiento ambiental deficiente, con índices altos de pobreza y de
informalidad, son bastante más afectadas. El país tiene una economía
informal del 70%, lo que hace que sea un país muy frágil para cualquier
emergencia como esta. El Perú tuvo una rápida respuesta al decretar la
emergencia nacional y, posteriormente, la cuarentena; se logró implementar
servicios de control de riesgo, extendió sus servicios de cuidados intensivos,
implementó laboratorios para detectar el virus, pero no fueron suficientes, puesto
que durante muchos años el sistema de salud pública había sido olvidado,
además de tener un enfoque hospital céntrico, reduccionista y fragmentado, con
deficiencias que no fueron fáciles de cubrir; la
consecuencia fue una alta tasa de morbimortalidad y letalidad que nos deja como
enseñanza la necesidad de priorizar la salud en cualquier sistema de gobierno y
más aún la atención primaria de salud.

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