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INTRODUCCIÓN
En los deportes siempre es bueno tener un jugador confiable, aunque no sea un súper estrella, a
raíz de que, después de 8 temporadas, los Dallas Cowboys dejaran libre a Dez Bryant, mucho se
dijo en las “redes vaqueras”; hay quienes no estuvieron de acuerdo, pero otros como yo, lo vimos
positivo, pues a pesar de las estadísticas, Bryant no es un jugador que siempre juegue dando lo
mejor de sí mismo, lo que lo hace poco confiable. Dejarlo ir, además del ahorro de $8.5 millones,
es un mensaje a cada jugador del equipo… tienes que dar lo máximo en cada juego, o buscar otro
equipo, en donde te solapen tus poses de estrella.
Mi jugador favorito, Roger Staubach, nos hacía estar confiados, no importaba que fuéramos
perdiendo, pues sabíamos que el Capitán América, podía conducir al equipo en una ofensiva de
últimos dos minutos y obtener la victoria; si no me equivoco, en el baseball se buscará tener un
Pitcher relevista en el que se pueda confiar cuando el juego está en una situación difícil.
Y aunque el soccer no me gusta, creo que muchos de los “expertos” comentaristas, siguen
desconfiando del entrenador de la selección mexicana, no obstante, parece ser, que los jugadores
sí le tienen confianza; por otra parte, creo que él, elegirá usar uno de los veintitrés puestos para
llevar a un veterano, que, aunque no tenga la condición de jugadores a los que les lleva al menos
10 años, puede ser de ayuda por su madurez y experiencia.
Decir que alguien es impredecible, pero confiable, pareciera ser un oxímoron* (ὀξύμωρον), pero
cuando nos referimos al Eterno, bien puede ser una de las muchas características con que
pudiéramos definirlo; el mismo Moisés estaría de acuerdo en que, Elohim es impredecible.
DESARROLLO
1) Por Su manera de aparecerse.
Éxodo 3.1–6 Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y
condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Elohim. Y
se le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y
he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré
ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se quema. Cuando el Señor vio que él se
acercaba para mirar, Elohim lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él
respondió: Heme aquí. Entonces ÉL dijo: No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies,
porque el lugar donde estás parado es tierra santa. Y añadió: Yo soy el Elohim de tu padre, el
Elohey de Abraham, el Elohey de Isaac y el Elohey de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro,
porque tenía temor de mirar a Elohim.
Moisés había vivido como Príncipe en Egipto por 40 años, pero ya no lo era, y después de 40
años de vivir como fugitivo en una tierra extranjera, se había convertido en un hombre común y
corriente, un pastor del rebaño de su suegro.
Un día como cualquier otro, apacentando las ovejas llegó hasta Horeb, en donde vio que una
zarza ardía en fuego (Acacia nilotica o Acacia seyal, de la que se obtiene la goma arábica), pero
contrario a su experiencia, ésta zarza no se consumía, y decidió acercarse para ver de qué se
CONCLUSIÓN
Por la manifestación de Su Gracia.
Marcos 9.2–4 Seis días después, Yeshúa tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó
aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y sus vestiduras se volvieron
resplandecientes, muy blancas, tal como ningún lavandero sobre la tierra las puede
emblanquecer. Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Yeshúa.
Según una tradición que data del siglo II d.C., la Transfiguración tuvo lugar sobre el monte
Tabor, y por esta razón se han elevado allí edificios religiosos conmemorativos; sin embargo, se
trata de una tradición espuria, ya que la transfiguración tuvo lugar en las cercanías de Cesarea de
Filipos, con toda probabilidad en el monte Hermón, además, en los tiempos de Yeshúa había una
ciudad fortificada en la cumbre del Tabor.
¡Moisés en el monte Hermón!
El monte Nebo está en Moab, frente a Jericó (Números 33:47; Deuteronomio 32:49), 13 Km al
Este de la desembocadura del Jordán, mientras que el Hermón algunas veces llamado “Monte de
Sión” (Deuteronomio 4.48), constituía el límite nororiental de las conquistas de Israel
(Deuteronomio 3:8, 9; Josué 11:3, 17; 12:1; 13:5, 11; 1º Crónicas 5:23), y se encuentra en el
extremo sur de la cadena del Antilíbano, su altura es superior a los 2,800 metros de altura, y tiene
tres cumbres, la más alta es la que se halla al sudeste, y su cima está coronada de nieves
perpetuas, de ella descienden glaciales, hacia numerosos valles. Probablemente la transfiguración
se produjo en una de sus zonas retiradas, y no en la cumbre de la montaña, ¿quién habría podido
predecir que Moisés se reuniría con el Mesías en la Tierra Prometida?, ni siquiera un profeta