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Porto López, Benjamín.

4º Filosofía.
Filosofía de la Ciencia I.
Recensión I: Herbert Marcuse, “La relevancia de la realidad”.

En resumen1, podemos decir que Marcuse propone un nuevo objeto y objetivo de la


Filosofía para que ésta no se estanque o muera para siempre. Este objeto y objetivo no es otro
más que la relevancia de la realidad. Que la filosofía tenga en cuenta a la realidad desde su
concreción histórica. Desde la realidad concreta porque la filosofía está estrechamente
vinculada con la realidad. ¿Por qué nos propone esto Marcuse? Precisamente, porque nuestro
autor se percata de que la Filosofía ha estado limitada, en muchas ocasiones, por el poder
político y no sólo por éste sino también por ella misma. ¿Por qué por ella misma? Porque la
Filosofía tenía como meta alcanzar la verdad y siempre pensó que los datos primarios que ésta
nos ofrecía no eran los verdaderos. Y por lo tanto, la única forma de alcanzarla ere haciendo
abstracción sobre el mundo y por lo menos “ser pura en el pensamiento”.
Pero también ha estado limitada por el poder político. Como sabemos, Sócrates fue el
primer filósofo que se preguntó por los conceptos de las cosas. Pero en aquel tiempo eso no
estaba bien visto y fue cuando la polis de Atenas le acusó y le condenó. Así, el pensamiento se
convertía en una “ofensa política”. No obstante, esto iba a ser transformado inmediatamente con
la aparición de Platón y del platonismo. Ya que con Platón la filosofía y la Política resultan ser
algo unido por esencia. De esta manera, Platón quería hacer del pensamiento filosófico un
pensamiento crítico. Aquí, Marcuse piensa, que ya con Platón, la filosofía trata de buscar y
elaborar conceptos universales frente a lo particular para comunicar conocimiento y de esa
forma actuar en la realidad. Y de hecho, Marcuse considera que esto es lo que debe hacer la
filosofía actualmente si no quiere desaparecer.
Desde esta perspectiva, Marcuse analiza qué son los conceptos y cree que en ellos hay y
ha habido, “una doble universalidad”. Por un lado, una universalidad subjetiva con la cual se
llegaría a alcanzar una validez universal absoluta y, por el otro lado, una universalidad objetiva
que trataría de alcanzar la condición humana de manera supraindividual pero manteniendo la
concreción de los individuos. Pues para Marcuse los conceptos filosóficos dependen de la
circunstancia histórica y los conceptos, entendidos desde este punto de vista, abren un nuevo
camino para la filosofía. ¿Cuál? Precisamente, al depender los conceptos de la circunstancia
histórica se abren muchas posibilidades de entenderlo.
El tratamiento de los conceptos a lo largo de la Historia de la Filosofía acaba con Hegel
que fue el primer autor que defendió aquello de que “todo lo racional es real y todo lo real es
racional”. Según Marcuse, lo que Hegel estaba diciendo con aquello es que las condiciones
existenciales han alcanzado el nivel de la razón que quedaba manifestado como práctica
histórica. Así, se alcanzaba la libertad pero es el idealismo mismo el que acabaría consigo
mismo en el momento en el que del idealismo de Hegel tenía ya la semilla del materialismo de
Feuerbach, Marx y Engels. Y con el materialismo y el progreso científico-técnico en auge, éstos
se apoderaron de la filosofía y, por lo tanto, la muerte de la filosofía era un hecho anunciado.
Pero no hay que echarle toda la culpa al progreso en cuanto tal, mucha responsabilidad caería en
la filosofía de Wittgenstein que nos dijo que la filosofía quedaba reducida a mero análisis del
lenguaje, siempre estamos hablando desde el punto de vista de Marcuse.
Y de esta manera, la solución que propone Marcuse, es reemplazar los universales
abstractos por conceptos concretos. De esa forma, se consolidaría una nueva relación teoría-
práctica. Es decir, Filosofía y Realidad. Esta teoría se llama Teoría Crítica.
La Teoría Crítica tendría como función cambiar radicalmente el mundo a partir de lo
que Marcuse denomina una “renovación de la conciencia transcendente”. ¿Qué quiere decir
esto? Que si el filósofo empieza a concienciarse de la existencia de un sujeto universal en el
sentido kantiano a partir de él renovarlo y no dejarlo como un sujeto simplemente formal como
el de I. Kant, es decir, teniendo en cuenta esa concreción histórica que posee para alcanzar la
verdadera liberación del ser humano. Pero para entonces, antes hay que hacer muchas cosas. De
primeras, debemos tener en cuenta la realidad social y la realidad política, sabiendo, que estas
dimensiones necesitan o más bien exigen, a juicio de Marcuse, una Filosofía Crítica. La
Filosofía Crítica no nace de la nada. Se necesita recordar toda la Historia de la Filosofía pero
reinterpretándola de manera que nos pueda servir para alcanzar tal liberación. Así que debemos
conservar esa tradición filosófica. Y, además, esto no sólo es en teoría sino que para Marcuse, la
realidad actual necesita de la filosofía más que nunca.

1
Advertencia: El profesor ha propuesto un modelo de hacer las recensiones según el cual éstas tendrían
que tener tres fases: resumen, comentario y valoración crítica. Yo me propongo a hacer el resumen del
texto y el comentario a la vez pues considero que de no hacerlo así la mayor parte de este escrito
resultaría, al final, muy repetitivo.
Porto López, Benjamín.
4º Filosofía.
Filosofía de la Ciencia I.

Necesita que el pensamiento haga un análisis crítico, sin olvidar el materialismo y


elaborar a partir de aquí nuevos conceptos filosóficos universales pero concretos. Y es más, la
filosofía le queda todavía mucho por hacer. Y de ahí, que Marcuse nos de pinceladas de algunos
de los campos en donde, se le exigiría a la filosofía investigar.
Desde el análisis del lenguaje para que éste, que actualmente sólo es un “instrumento de
control y de manipulación”, quede totalmente transformado y sea más bien, como cabe esperar
en Marcuse, análisis crítico. Por tanto, tendríamos un análisis crítico del lenguaje. Hasta la
Estética, la Epistemología y la misma Historia de la Filosofía.
Para Marcuse, la Estética tiene mucho de que hablarnos siempre y cuando estemos ante
una estética, a la que el autor denomina, “estética renovada” que tendría como objetivo
fundamental analizar la obra de arte en sí misma y no desde la experiencia estética, y una vez
analizada la obra “valorar la función ontológica del arte”. La Epistemología debe convertirse,
nuevamente, en análisis transcendental del conocimiento, pero las categorías a analizar y de las
que se parten ya no son a priori, universales y necesarias como las de Kant sino que dependen
de la circunstancia histórica, esto es, estaríamos ante unas categorías históricas (por lo tanto,
dinámicas) y no fijadas de antemano. Y desde la Historia de la Filosofía reinterpretarla
continuamente para que pueda ayudarnos en esa larga empresa (la de cambiar el mundo y llegar
a la liberación tal como nos lo dice Marcuse).
Así que desde esta problemática, el ser humano filósofo entraría en una dinámica a
partir de la cual tendría como objeto cambiar el mundo porque el mundo necesita del
pensamiento, necesita de la teoría. La acción, nos dice Marcuse, necesita de la teoría, necesita
del pensamiento. Y así acabar con las ideologías de nuestro mundo que nos están reprimiendo y
que desde Sócrates, ya cumplían su función represora. Con esto, Marcuse quiere convencernos
de que, realmente, la realidad es relevante para la Filosofía.
Una vez resumido y comentado el texto, faltaría la parte que muchos profesores
demandan del alumno que es su valoración crítica de todo lo que nos dice, en este caso,
Marcuse. ¿Qué piensa el que escribe esta recensión sobre el tema planteado por el filósofo de la
Escuela de Frankfurt? Bien, veamos en qué se está de acuerdo y en qué no.
En primer lugar, en parte es verdad que la filosofía se ha olvidado de la realidad exterior
creyendo que el “mundo verdadero” como diría Nietzsche, está en otro lugar. En el ser, en Dios,
o en la sustancia, el nombre ahora mismo es lo de menos. Pero eso no significa que eso no valga
para nada. Yo soy partidario de aquellos que creen en esa disciplina llamada Ontología. Y debo
decir, que la ontología trata al ente en cuanto ente. Muy bien, esto suena muy escolástico pero
esa expresión no quiere decir lo que quiso decir Aristóteles, hay muchas maneras de ver al ente
y tratarlo pero desde la dimensión metafísica (no química o física o social). Yo no estoy de
acuerdo con la metafísica de Deleuze pero creo que sería una línea de hacer una ontología, hay
más. Tenemos, por ejemplo, a Xavier Zubiri y otros muchos, incluido el propio Marcuse, pues
él quiere elaborar conceptos, históricos, pero conceptos. Y en tanto conceptos son abstracciones
de la realidad dada en cuanto tal. Y sigue olvidándose de la realidad… aunque es cierto que
quiere transformarla de algún modo, esta transformación la comentaré más adelante.
En segundo lugar, ¿Qué el poder político reprime a la filosofía? Esto hay que verlo
desde otras perspectivas y no sólo desde la línea de Marx y los marxismos, en donde, se ve
claramente, que está Marcuse introducido. Sólo hay que observar las expresiones que utiliza
como “represión”, “criticar las ideologías”, “manipulación” o “dominación”. Desde mi
perspectiva y en este caso ilustrada (en el sentido más puro posible y no ilustrada-marxista
como Marcuse) quiero decir dos cosas. Sí, el poder político puede reprimir e incluso manipular
el pensamiento filosófico pero un determinado ámbito del pensamiento filosófico, a saber, el
ámbito ético-moral. Gracias a esta manipulación los escritos, por ejemplo, de Adam Smith, se
convierten al final en ideología y, más tarde, en doctrina y entonces es obvio que venga una
persona y critique todo eso porque una doctrina siempre ha sido injusta. En este caso fue Marx.
Lo que quiero decir, es que la filosofía no está siempre manipulada y gracias a ello y por el bien
del ser humano y de la razón ésta se pone a disposición tanto del hombre como de ésta última y
se hacen cosas como los ejes matemáticos cartesianos, el liberalismo democrático, el cálculo
infinitesimal, y muchas más cosas. Y creo que Marcuse se olvida de esto aunque él diga que hay
que conservar la tradición filosófica, sí, conservarla, pero ya está y ahí nos quedamos…
Y por último, y en tercer lugar trataré el tema más importante del texto que es el hacer
una teoría crítica y con ella cambiar el mundo por completo. Bueno, esto hace falta matizarlo
porque a mi, realmente, tal cual lo dice Marcuse suena muy marxista y esto ya empieza estar
pasado de moda. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que la filosofía es esencialmente teórica y
hace falta hacer teoría y mucha teoría. Y una vez elaborada una buena teoría filosófica entonces
una de las metas es que si es buena (con buena quiero decir coherente, que constata hechos pero
Porto López, Benjamín.
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Filosofía de la Ciencia I.
buscando siempre el sentido, el por qué y la compresión de la realidad sobre todo del hombre)
entonces su meta es que incidirá en la realidad. Por eso, no creo que lo que diga Marcuse sea
cierto cuando sostiene que con la teoría crítica, y sólo con ésta, la realidad se hace relevante
para la filosofía. ¿Por qué? Porque la realidad en todas sus dimensiones ha sido relevante para el
pensar filosófico y sobre todo para el ser- humano. Y esto es así, y no tiene más discusión y si
cogemos cualquier autor u obra filosófica nos daremos cuenta de ello. Eso no significa que
debamos quedamos como estamos creo que deberíamos seguir hacia delante y eso es lo que
propone Marcuse y gracias a la filosofía se puede avanzar pero no desde la perspectiva
marxista. Sino progresar a partir del liberalismo. Basándonos en que la persona es totalmente
libre y defendiendo que existe la libertad humana y que gracias a ella podremos conseguir lo
que nos propongamos. Hablo de libertad tal cual lo hace el liberalismo democrático y político
no como libertad cristiana, no se me confunda.
¿Qué hace, pues, la filosofía? Por ejemplo, puede ser una ayuda al psicólogo o al
psiquiatra a la hora de tratar al paciente y de comprenderlo como persona y no sólo como
paciente. Y no sólo a ellos sino a toda la Medicina en general. A la hora de mejorar las leyes del
Derecho. A la hora de dar consejos a los cosmólogos de cómo pudiera estar hecho el universo.
A la hora de tratar a nuestro planeta tal como se merece, haciendo una metafísica, por decirlo de
alguna manera, del medio ambiente. Hacerles ver a los barrios marginados cómo es la vida y
que la droga no lo es todo, y no sólo a los barrios marginales. Ayudando a las personas a que
comprendan su propia existencia y esto sí que es “un trabajo, citando a Marcuse, cada vez más
serio y, ¡espero, más y más arriesgado!”. Y así, creo realmente que cambiaremos el mundo.
Partiendo de la libertad individual que tiene cada persona.

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