Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alineados en los procesos alveolares, los dientes están en contacto por sus caras proximales,
siguiendo una curva de concavidad posterior. Se establece así la relación entre la cara distal de
una pieza con la mesial del diente que le sigue. Las únicas excepciones se localizan entre los dos
incisivos centrales, que tienen contacto por sus caras mesiales, y en la cara distal del tercer
molar, que no toca ningún diente.
Esta relación da lugar a la formación del punto de contacto, en torno del cual se agrupan una
serie de elementos que configuran una verdadera entidad anatomofisiológica que se estudia en
la parte correspondiente a las relaciones interdentarias.
De tal forma, resulta que el arco dentario se compone de elementos separables, pero que
deben estar armónicamente integrados con sus diversas características anatómicas para
brindar al conjunto la suficiente normalidad como para permitir un correcto funcionamiento.
Debe entenderse que cada pieza del arco está capacitada para ejercer y aceptar las presiones
que se producen en el acto masticatorio, sin que ello determine lesiones en los tejidos de
soporte. Vale decir, que cada diente debe mantener su equilibrio biomecánico, pero para ello
es fundamental que actúen normalmente sus proximales y antagonistas.
Características fundamentales de los arcos dentarios humanos
Son las siguientes:
1. Altura equivalente de las coronas de todos los dientes, concepto que tiene vigencia para
ambas denticiones.
2. Nivel homogéneo en la posición de los bordes incisales y caras oclusales, carácter más
notorio en los arcos temporarios que en los permanentes, por cuanto aquéllos carecen de curva
de compensación.
3. Continuidad del arco, o de otra forma, inexistencia de diastemas congénitos (Los diastemas
son los espacios formados entre piezas dentarias por falta de contacto proximal entre ellas).
Aceptando que el arco temporario ha de ofrecer diastemas adquiridos por el crecimiento del
maxilar y el permanente por la desaparición del punto de contacto, la carencia de diastemas se
refiere a la inexistencia de áreas endentadas, tal como ocurre en algunas especies animales
(monos, etc.) ante la necesidad de brindar espacio para alojar coronas dentarias del maxilar
opuesto, cuyas alturas exceden las dimensiones de las restantes de su arco.
El arco dentario posee una cara externa, convexa, vestibular, y su opuesta, interna, cóncava,
palatina o lingual; una cara libre, oclusoincisal y su opuesta, implantada, apical. Por detrás, las
caras vestibular y palatina o lingual se continúan por las caras distales de los últimos molares,
que se relacionan arriba con el surco hamular, y abajo con la región del trígono retromolar.
A este arco dentario se lo puede dividir en dos porciones: una invisible, radicular, y otra visible,
coronaria. Ambas porciones están unidas a nivel de un plano que pasa por las líneas cervicales.
En el arco coronario, las caras vestibular y palatina o lingual se forman por una intercalación de
caras libres y troneras homónimas. El borde adherente o alveolar está formado por una
sucesión alternada de cuellos y espacios interdentarios. El borde libre lo constituyen los bordes
incisales y caras triturantes en alternancia con los surcos interdentarios.
Vale decir, que hemos de hallar una serie de elementos: cúspides, surcos, fosas, rebordes
marginales, bordes incisales, caras palatinas, surcos interdentarios, que responden a una
determinada posición que examinaremos al considerar las goteras o superficies oclusales.
ARCOS PERMANENTES
1. Forma. Son variadas las formas que pueden adoptar los arcos permanentes. Están en
relación con la distinta disposición que presentan los tres segmentos que comprende el arco:
uno anterior, extendido desde canino derecho a canino izquierdo, y dos posteriores, desde
primer premolar de cada lado hasta el tercer molar.
Otros autores consideran que, en atención a la pronunciada saliencia que presentan los lóbulos
centrales de los caninos, es a nivel de estos elementos donde debe considerarse que los tres
sectores se delimitan.
Las características de cada sector son éstas:
Porción posterior o de las caras oclusales: la vertiente incisal del canino se continúa con
la vertiente mesial de la cúspide vestibular del primer premolar; los dos premolares se
disponen siguiendo una curva que es siempre divergente, es decir, que el segundo se
desplaza en un plano más externo con respecto al plano sagital; los molares, sobre todo
el tercero, son los que han de dar características definitivas al arco, haciendo a estas
porciones posteriores paralelas, divergentes o convergentes.
Forma ovoidea. Existe relativa curvatura en la porción anterior (polo mayor del ovoide),
en tanto que las posteriores son convergentes. Es el caso que se halla con mayor
frecuencia, sobre todo en el maxilar superior. Aparece en el 85 % de los casos.
Forma parabólica. La curvatura de la porción anterior es mayor que en la forma oval; las
partes posteriores son divergentes, pero mostrando una trayectoria que si se
prolongara las llevaría a reunirse. Es una forma bastante frecuente, especialmente en el
maxilar inferior.
Las formas restantes son menos comunes:
Como se aprecia, hay un predominio de los arcos de mucha curvatura en el sector anterior y
divergencia en los posteriores. En conocimiento de que este autor es brasileño, deducimos que
ese predominio debe tener su razón de ser en el material humano utilizado, sobre todo
teniendo presente que Walkhoff señala diferencias entre la forma de los arcos en las distintas
razas.
Existe interrelación entre la forma del arco y la del contorno del rostro, relacionadas ambas con
la de la cara vestibular del incisivo central superior.
2. Tamaño. En general, en ambos arcos la mayor dimensión corresponde al diámetro trasversal:
5 mm mayor que el longitudinal en el superior, y 15 mm en el inferior.
Se explica esta desproporción por la circunstancia de que, mientras el ancho del arco inferior
supera al del superior, el diámetro longitudinal del arco superior es mayor que el del inferior.
El diámetro trasversal se mide desde la parte más prominente de las caras vestibulares de las
coronas de los molares, que es donde se produce la mayor separación. En el superior puede
encontrarse en el primero o segundo molar; en el inferior, generalmente en el tercero.
Depende de la forma del arco, que en el superior tiende a ser oval, y en el inferior parabólico.
El diámetro longitudinal o sagital es la medida de la perpendicular trazada desde la parte más
prominente de la cara vestibular de la corona del incisivo central hasta la tangente a las caras
distales de los terceros molares. Debido a que en los dientes de ambos maxilares estas caras se
encuentran mayor que el del inferior en el mismo plano del espacio, y de que la vestibular del
central superior se halla delante de la del inferior (overjet), es que aparece la diferencia en la
medida de la altura de ambos arcos.
En las mediciones efectuadas por nosotros, en cabezas óseas pertenecientes al Museo de la
Cátedra de Anatomía Descriptiva Topográfica y Dentaria de la Facultad de Odontología de
Buenos Aires, hemos hallado las siguientes cifras promedio:
DIAMETROS
TRASVERSAL SAGITAL
ARCO SUPERIOR 61 mm 56 mm
ARCO INFERIOR 65 mm 50 mm
3. Condiciones que rigen la disposición de los arcos dentarios. La forma del arco dentario está
en función de la diferente disposición que muestran las piezas dentarias que lo integran.
Depende, pues, de la forma y del tamaño de los dientes, de la forma del hueso y de la
orientación de los dientes en el maxilar.
Para que exista normalidad en el alineamiento dentario, se hace necesario que se cumplan una
serie de condiciones que permitan la correcta relación de los dientes; vinculados por sus caras
proximales los de un mismo arco, y por sus superficies oclusales en la oclusión y articulamiento,
merced a la acción de la articulación temporomaxilar, los dientes antagonistas.
a) Formas dentarias
Analizadas ya en general las características de los dientes, debemos insistir ahora en algunas
condiciones que resultan importantes en su alineamiento.
1. Las caras proximales convergen hacia el cuello. Estando colocados los dientes uno
junto al otro, tocándose por sus caras proximales coronarias, es necesario que el
diámetro mesiodistal en cervical sea menor que en oclusal o incisal, a fin de permitir la
existencia del espacio suficiente para que se instale la pared proximal de los alvéolos.
2. Las caras proximales convergen hacia palatino o lingual. Si no fuera así, determinando
que los diámetros palatinos, medidos en el sentido mesiodistal, sean menores que los
vestibulares, no podría adoptar el alineamiento dentario la forma de arco.
3. Las caras libres convergen hacia oclusal o incisal. Salvo un ligero estrangulamiento en
el cuello, las caras libres aparecen convergentes hacia el borde cortante o la superficie
oclusal. Esta disposición hace que durante el acto masticatorio resulte fácil para los
labios, carrillos y lengua proceder al barrido de esas superficies para volver a colocar el
alimento entre las áreas oclusales.
Si fueran las caras convergentes hacia el cuello, se formaría a ese nivel un ángulo donde
no podría realizarse correctamente el barrido mecánico. Por otra parte, la ligera
convergencia hacia el cuello, que se opera en las inmediaciones de la línea cervical, hace
que se establezca allí una estrangulación, donde queda colocado el repliegue que
produce la encía al insertarse en el diente, hallándose de esta forma protegida. Claro
que dicha protección es real cuando la inserción gingival se realiza en las cercanías del
cuello anatómico del diente, vale decir, cuando coinciden las líneas cervical y gingival.
Con el progreso de la edad aparece la atrofia senil de los elementos de soporte del
diente, y la inserción de la encía se realiza en el cemento, careciendo entonces de la
mencionada protección pues durante el acto masticatorio queda más expuesta a ser
traumatizada.
b) Tamaño de los dientes
Interesa particularmente en lo que se refiere al tamaño del arco, más que a su disposición,
cuyas diversas formas son independientes del volumen dentario. La longitud del arco no es más
que la suma de los diámetros mesiodistales de todos sus dientes. Esta condición se cumple
estrictamente en el arco dentario joven. En el adulto, cuando los puntos de contacto
desaparecen por la fricción originan las facetas de contacto, ocurre una pequeña disminución
de los diámetros dentarios y una menor longitud del arco.
c) Forma del hueso
Sin llegar a penetrar en el terreno de las malformaciones que estudia y trata la ortodoncia, la
forma de los maxilares donde se implantan los dientes puede sufrir modificaciones de un sujeto
a otro, las cuales se traducen en variaciones en el alineamiento dentario.
Causas congénitas o adquiridas, de origen local o general, originan anomalías de reducción:
micrognasia o micromentonismo, o anomalías por aumento: macrognasia o macromentonismo.
Dependerá también de las características antropométricas del sujeto portador; así, en los
sujetos leptoprosopos, aparecen las bóvedas palatinas de tipo ojival y el arco dentario se
presenta con forma elíptica, hiperbólica y aun en V. El tipo opuesto corresponde al sujeto
euriprosopo, con gran diámetro bicigomático, con bóveda palatina plana y donde es fácil hallar
el arco dentario con forma de U.
d) Posición de los dientes
La forma del arco, y accesoriamente de la oclusión, depende también de la implantación de los
dientes.
En general, y salvo el caso de los incisivos inferiores, todos los dientes tienen sus ejes
orientados en tal manera que parecen reunirse hacia atrás, arriba y adentro. Por ello es que,
aun existiendo un desbordamiento horizontal hacia vestibular de los dientes superiores con
respecto a los inferiores, el arco de los dientes mandibulares resulta mayor que su opuesto. El
desbordamiento indica sólo que el arco superior es más amplio a nivel de las coronas; en
cambio, la dirección de los ejes señala que, en conjunto, el arco inferior es el mayor, sobre todo
a nivel de los premolares y molares, donde sus ramas muestran siempre una divergencia mayor
que las del superior.
Villain determina la existencia de una esfera que, hallando su centro a unos 3 mm por detrás
del punto nasión, en las inmediaciones de la base de implantación de la apófisis crista galli
(para otros a nivel de la glabela), está en contacto con las cúspides y bordes incisales de todos
los dientes y, además, con la vertiente anterior del cóndilo del maxilar inferior. Para Villain, los
ejes de los dientes coinciden con los radios de esta esfera, o lo que es lo mismo, que las
prolongaciones de los ejes dentarios han de interceptarse a nivel del centro ideal de esa esfera.
Miller considera "que las inclinaciones axiles de los dientes son resultado de la acción de las
fuerzas generadas por los músculos de la masticación, durante las distintas excursiones de la
mandíbula".
La forma de arco que adopta el conjunto de dientes impide hacer una referencia correcta de la
orientación de sus ejes con respecto a los planos del espacio. Si bien la vertical que pasa por los
dientes es una sola y representa la intersección de los dos planos verticales del espacio, no
puede formularse la cita referida a los planos frontal y sagital, puesto que la cara vestibular,
que es anterior en el incisivo central, pasa a ser anteroexterna en el canino y externa en el
segundo molar.
Por ello es que la descripción de la posición de los ejes ha de referirse a la visión de los mismos
desde vestibular y proximal.
Ejes de los dientes del arco superior
Visión vestibular
Icisivo central. Dirigido desde apical y distal, hacia incisal y mesial. Ahora bien, como no
coinciden los ejes de la corona y de la raíz y la inclinación mencionada corresponde a la del eje
general del diente, ocurre que el plano de la cara vestibular coincide casi con la vertical. El valor
de la inclinación es de 3°.
Incisivo lateral y canino, La inclinación tiene la misma orientación, con valores mayores: 5° y 6°,
respectivamente.
Premolares. La inclinación es de 5° y 7° para el primero y segundo, respectivamente.
Primer molar. El eje del diente coincide con la vertical.
Segundo molar. Se invierte el sentido de la oblicuidad, que pasa a dirigirse ahora desde apical y
mesial hacia oclusal y distal, con una inclinación de 6°.
Tercer molar. Aumenta la inclinación hasta llegar a 13°.
En resumen: para el maxilar superior, inclinación del ápice hacia distal, que aumenta desde
incisivos hasta los premolares. En el primer molar no hay inclinación, existiendo orientación
apical hacia mesial en los dos molares restantes, la cual es mayor en el tercero.
Visión proximal
Incisivo central. El eje se dirige desde apical y palatino hacia incisal y vestibular. La inclinación es
de 17°.
Incisivo lateral. Similar dirección, con mayor inclinación, 20°
Canino. Comienza a decrecer la oblicuidad, 17°.
Primer premolar. La inclinación es de 11°.
Segundo premolar. Decrece la oblicuidad, 7°.
Molares. Aumenta de nuevo la inclinación, 15° en el primer molar, 11° en el segundo y 17° en el
tercero.
En resumen, para el maxilar superior: la dirección de los dientes observada por proximal está
dirigida en el mismo sentido. Es máxima en los incisivos y caninos, y en los tres molares, sobre
todo en el último. Entre ambas, una zona que corresponde a los premolares, en donde se
localizan las menores oblicuidades.