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Prismas

ISSN: 1852-0499
Centro de Historia Intelectual, Departamento de Ciencias
Sociales, Universidad Nacional de Quilmes

Marchesi, Aldo; Markarian, Vania


Solari y Trías. Dos trayectorias intelectuales en la guerra fría
Prismas, vol. 23, núm. 2, Julio-Diciembre, 2019, pp. 227-233
Centro de Historia Intelectual, Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Quilmes

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Dossier: Guerra fría cultural en América Latina

Solari y Trías
Dos trayectorias intelectuales en la guerra fría

Aldo Marchesi y Vania Markarian


Universidad de la República, Montevideo

A más de cincuenta años de las pasiones y


los intereses que las determinaron, los
rastros de las trayectorias de los intelectuales
de Solari, resulta interesante constatar la den-
sidad de sus relaciones con el Congreso por la
Libertad de la Cultura (clc), organización fi-
latinoamericanos se abren en archivos lejanos nanciada por la cia que fue determinante en la
al continente y develan los márgenes de deci- llamada guerra fría cultural. Solari mantuvo
sión personal que tuvieron en el contexto de intensa correspondencia con representantes
la guerra fría. Los uruguayos Aldo Solari y del clc, recibió dinero y realizó encargos, en
Vivian Trías son paradigmáticos de estos pro- lo que parece haber sido también una relación
cesos. Pionero de la sociología universitaria de conveniencia mutua.
el primero, connotado dirigente socialista el Por encima de las diferencias, nos interesa
segundo, ambos pertenecieron a la genera- pensar las posibilidades que estaban abiertas
ción que pensó los “problemas nacionales” y durante ese período para intelectuales que
la inserción latinoamericana del Uruguay buscaban internacionalizar sus carreras y
desde el reconocimiento de su crisis. Sus marcar la agenda de las redes donde se posi-
nombres se repiten, con justicia, en todos los cionaban. Sin olvidar los límites que esas op-
estudios sobre el campo cultural y político de ciones supusieron en el rango de modos posi-
los años cincuenta y sesenta. Documentación bles de ser intelectual en esas décadas.
de reciente acceso ilumina su integración a
redes político-intelectuales que incluían a los ***
principales actores del conflicto global.
En el caso de Trías, la apertura de su legajo Vivian Trías nació en 1922 en Las Piedras,
en el servicio de inteligencia checoslovaco de- cerca de Montevideo. En su juventud co-
tonó un breve escándalo sobre sus servicios de menzó a vincularse con grupos juveniles del
“agente” a sueldo de un poder extranjero. Por Partido Socialista (ps). Abandonó estudios de
un lado, esto lleva a repensar su papel como medicina para dedicarse a la enseñanza se-
inspirador de la izquierda que se proclamó na- cundaria de filosofía e historia. Sus inquietu-
cional y repudió el socialismo real. Por otro des intelectuales comenzaron a desarrollarse
lado, parece fructífero desentrañar las razones cuando el inicio de la guerra fría reconstituyó
de ese involucramiento, los intereses de ambas las alineaciones políticas mediante la redefi-
partes y el impacto de esos víncu­­los sobre su nición de la idea de imperialismo. Mientras
ensayismo y su liderazgo político. En el caso algunos militantes del ps, inspirados por el

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viejo dirigente Emilio Frugoni, se acercaban lardo Ramos y los uruguayos Alberto Methol
de manera crítica a la influencia estadouni- Ferré y Washington Reyes Abadie, y cercanía
dense, otros adoptaban una firme posición intelectual con el crítico Carlos Real de Azúa
antiimperialista. y con economistas preocupados por el desa-
En 1948, Servando Cuadro, militante e in- rrollo nacional, como Enrique Iglesias.
telectual autodidacta expulsado del ps, denun- En la década del sesenta su proyección po-
ció desde el semanario Marcha el avance im- lítica e intelectual se amplió. Lideró el proceso
perialista de los Estados Unidos y propuso la de renovación de grupos juveniles del ps con-
creación de una “federación hispanoameri- tra Frugoni, expresado en la ruptura con el so-
cana” de inspiración rodoniana.1 Estas postu- cialismo europeo, el acercamiento a los parti-
ras se difundieron en el movimiento estudian- dos latinoamericanos y la búsqueda de alianzas
til universitario y propiciaron un “tercerismo” con sectores populares asociados al naciona-
de izquierda que tomó distancia de los dos lismo en el continente. Frente a la estrategia
poderes de la naciente guerra fría y también electoral de Frugoni, apostó a la movilización
de experiencias nacionalistas conservadoras de vinculada con los trabajadores del campo. La
América Latina. Vinculada a Marcha y a su creación en 1962 de Unidad Popular, una coa-
director Carlos Quijano, esta generación tuvo lición electoral con sectores del Partido Na-
intervenciones originales en las ciencias so- cional e independientes de izquierda, fue parte
ciales y el pensamiento político, alejándose de ese mismo esfuerzo por establecer una
de ortodoxias liberales y marxistas. Trías fue alianza en clave antiimperialista y antibatllista
parte de esta promoción y participó de sus re- en sintonía con las izquierdas nacionales de la
vistas. Sus primeros textos en Nexo, Tribuna región. Aunque el proyecto fue un fracaso y
universitaria, Nuestro tiempo y El Sol, diario redujo la votación del ps, originó una red de
oficial del ps, referían a temas históricos vin- diálogo político y cultural que influyó en el
culados a la conformación del Estado nación, desarrollo de las múltiples expresiones de la
el imperialismo y las burguesías nacionales. “nueva izquierda”: desde periodistas como
También publicó trabajos derivados de inter- Carlos María Gutiérrez y Eduardo Galeano,
pelaciones parlamentarias como diputado su- que transitaron entre Marcha y Época, hasta
plente del ps. militantes como Raul Sendic, que abandona-
A fines de los cincuenta, Trías era un inte- ron el ps para crear el Movimiento de Libera-
lectual público orgánico de la izquierda. Reu- ción Nacional-Tupamaros.
nía la militancia con participaciones en revis- Trías fue una pieza clave que articuló esos
tas y en instancias de socialización en los nuevos espacios de la izquierda política y cul-
cafés montevideanos. No tenía pretensiones tural de los sesenta. En 1964, Real de Azúa lo
académicas y no integraba los ámbitos de las incluyó en su Antología del ensayo uruguayo
disciplinas sociales, entonces en pleno pro- contemporáneo destacando sus “tareas mili-
ceso de consolidación en la Universidad de la tantes” y la importancia de su pensamiento.2
República, pero tuvo vínculos con sus prota- Efectivamente, dos libros de 1961 habían sen-
gonistas. Mantuvo buena relación con histo- tado las bases de líneas de investigación per-
riadores revisionistas como el argentino Abe- durables en la agenda política de la década. La

1
Véase Servando Cuadro, Los trabajos y los días: Hacia 2
Carlos Real de Azúa, Antología del ensayo uruguayo
la federación hispanoamericana, Montevideo, Nexo, contemporáneo, Montevideo, Udelar, 1964, vol. ii, pp.
1958. 580-585.

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reforma agraria en Uruguay aportó un primer ción en redes regionales que lo convirtieron
listado de los sectores “oligárquicos” (propie- en informante privilegiado sobre los procesos
tarios con más de 2500 hectáreas) que fue políticos latinoamericanos.3
luego utilizado en otros estudios económicos. Sus razones son difíciles de dilucidar. Hasta
El Plan Kennedy y la revolución latinoameri- el momento no ha sido posible contrastar la
cana inauguró un camino de indagación sobre información de la stb que destaca la seriedad
el imperialismo norteamericano y anticipó la de su trabajo, su calificación intelectual, su
crítica del dependentismo al desarrollismo. colaboración desinteresada y el acuerdo con
Marcó también una inflexión en la reflexión ciertos objetivos políticos.4 Deja en claro tam-
sobre el imperialismo, desde el señalamiento bién que el uruguayo no se consideraba co-
de los dos imperios del primer tercerismo ha- munista. Varios gestos públicos de fines de
cia la preponderancia de los Estados Unidos. los sesenta y principios de los setenta mues-
En esos años Trías mantuvo el interés por la tran que su colaboración no implicó un ali-
producción histórica vinculada al siglo xix y neamiento con el bloque socialista. En 1968,
se convirtió en principal exponente del revi- desde el semanario Izquierda, que dirigía, se
sionismo histórico de izquierda en el Uruguay. cuestionó la intervención en Checoslovaquia,
Las montoneras y el Imperio Británico (1961) mientras que en La crisis del imperio, de
y Juan Manuel de Rosas (1970) fueron ejem- 1970, afirmó que la vanguardia de la revolu-
plos de su inquietud por abonar una tradición ción antiimperialista global era China.
ideológica que uniera las experiencias de las El archivo también muestra que aprovechó
luchas populares latinoamericanas del siglo el relacionamiento con la stb para potenciar
xix con las izquierdas internacionalistas del su trabajo intelectual. Al menos dos de sus li-
xx, intención que también expresó en Por un bros de esta época fueron financiados por este
socialismo nacional (1967). servicio. Desde un comienzo, Trías había in-
En el marco de esos nuevos proyectos po- sistido en que subvencionaran sus publicacio-
líticos y culturales Trías comenzó a tener un nes, pero la rezidentura no consideraba con-
acercamiento con el servicio secreto checos- veniente que un agente tuviera tal grado de
lovaco (stb), instalado en el Uruguay desde visibilidad. En la segunda mitad de los se-
1961. Según los archivos de la stb, se integró senta, sin embargo, se preocuparon por su de-
formalmente como agente en 1964, luego de sarrollo como intelectual orgánico de la iz-
perder su cargo de diputado y mientras eva- quierda, incluyendo las publicaciones así
luaba el fracaso de la Unidad Popular y el ini- como compras de libros y viajes vinculados a
cio de la profunda crisis del ps. De acuerdo sus trabajos. En agosto de 1971, por ejemplo,
con esos mismos documentos, el vínculo se publicó Perú: Fuerzas Armadas y revolución
estableció a partir de “razones ideológicas” y como resultado de su estadía en Lima para es-
dos objetivos comunes: la lucha contra el im- tudiar el fenómeno de los “militares progre-
perialismo estadounidense y la solidaridad sistas”. Luego de cada viaje, informaba a los
con la Revolución Cubana. Las actividades de
Trías fueron múltiples: propaganda antiimpe-
rialista mediante ayudas a Época y El Sol y
encargos de artículos a periodistas e intelec- 3
Véase Aldo Marchesi y Michal Zourek, “Vivian Trías y
tuales amigos; apoyo a Cuba con eventos re- Checoslovaquia: ¿Qué sabemos hasta ahora?”, la diaria,
gionales; recopilación de información reser- 17 de marzo de 2018.
4
Véase Michal Zourek, “Uruguay en el Archivo de las
vada sobre la influencia de los Estados Unidos Fuerzas de Seguridad en Praga”, Contemporánea, vol. 9,
en la política uruguaya; y, por último, inser- 2018.

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oficiales de la stb sobre sus contactos con edi- Esta sólida carrera explica que, al incluirlo
toriales e intelectuales.5 en su Antología del ensayo, Real de Azúa sin-
A partir de 1973, con el golpe de Estado en tiera la necesidad de justificarse: a pesar de su
el Uruguay y la consecuente finalización del pretensión “científica”, Solari había enten-
trabajo de la stb en Montevideo, la relación dido que en América Latina (y especialmente
decayó abruptamente. Los documentos mues- en el Uruguay) la falta de datos empíricos
tran la desesperación de Trías por su situación obligaba a navegar otras formas de compren-
económica luego de su destitución de la edu- sión de lo social.6 Cabe puntualizar que esa
cación secundaria. Ante cada informe sobre precisión no puede extenderse más allá de los
procesos políticos regionales, los oficiales le tempranos sesenta, cuando Solari empezó a
comunicaban que ya no tenían interés en sus colaborar como técnico con la Comisión de
colaboraciones. Trías murió en su ciudad na- Inversiones y Desarrollo Económico (cide)
tal en 1980, apartado de toda actividad pú- creada por el gobierno del Partido Nacional
blica, cuando empezaban los primeros pasos en sintonía con la Alianza para el Progreso.
hacia la recuperación democrática. Junto con su firme enclave académico, esa
disposición lo diferenció de la mayor parte de
*** las trayectorias recogidas por Real, pegadas a
los ámbitos político-partidarios, a los canales
Aldo Solari nació en Montevideo en 1922. En de circulación de la prensa periódica, a las re-
1948 se graduó de abogado en la Universidad vistas culturales y a la sociabilidad más infor-
de la República, pero su reconocimiento pro- mal de cafés y cenáculos.
viene de su papel pionero en la sociología uni- Sin renegar de su adscripción colorada y
versitaria en el Uruguay. Desde comienzos de masónica, Solari fue sobre todo un académico
los cincuenta dio clases de esa materia para do- preocupado por la institucionalización de los
centes de educación media y en la Facultad de estudios sociales vinculados “al interés prác-
Derecho y Ciencias Sociales. A mediados de la tico por la realidad nacional” y en colabora-
década participó de la fundación del Instituto ción con el Estado. El razonamiento podía ser
de Ciencias Sociales (ics) de esa Facultad y rea- interpretado como tecnocrático, pero apun-
lizó un viaje de estudios a Europa. Estableció taba también a marcar el impacto de la crisis
su prestigio con dos obras claves de esa etapa sobre el conocimiento de lo social. Creía que
primaria de la sociología uruguaya (Sociología el fin del “Uruguay optimista” podía favore-
rural nacional, 1953, y Curso de sociología ge- cer la especialización disciplinar y erradicar
neral y nacional, 1958) e inició algunas de las al viejo “intelectual de café”. En su “Réquiem
más importantes especialidades de esa disci- para la izquierda”, publicado en 1962 como
plina en el país: sociología del desarrollo, de la balance de las elecciones y el fracaso de la
educación, rural y política. Adhirió temprana- Unidad Popular, el sociólogo insistió en la
mente al estructural-funcionalismo dominante responsabilidad de los intelectuales que, al
en la academia norteamericana y se alineó con acercarse a las izquierdas marxistas y nacio-
el desarrollismo y las teorías de la moderniza- nalistas, habían “abdicado de la tarea de pen-
ción. En 1964 fue nombrado director del ics. sar al país tal como es”. Sostuvo también que
la manida escasez de recursos no era una ex-
cusa y que se conseguirían fondos si se tu-
5
Marchesi y Zourek, “The New Latin American Left in
the Cold War polarization. The story of Vivian Trías”
(inédito, 2019). 6
Real de Azúa, Antología del ensayo, p. 571.

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viera una agenda clara y se apelara a los orga- plinas en América Latina y su asimilación a
nismos indicados.7 las formas de trabajo de la academia anglosa-
Esta actitud permite desenvolver la trama jona sin el impulso del clc.9
de intereses que lo llevó a involucrarse con el En 1962 Solari había sido detectado como
clc en los tempranos sesenta y recibir pagos la persona más idónea para llevar adelante ese
por diferentes tareas vinculadas a sus intere- programa en el Uruguay.10 Mercier confió en
ses académicos. El primer dato público de el editor Benito Milla, viejo amigo republi-
esta colaboración fue la coordinación, junto a cano exiliado en Montevideo, para reclutar
su reconocido colega estadounidense Sey- colaboradores. Los dos identificaban el terce-
mour Lipset, de un Seminario de Elites en rismo como caldo de cultivo del antiimperia-
América Latina, realizado en Montevideo, en lismo de los intelectuales y su creciente adhe-
junio de 1965, con la presencia de lo más gra- sión a Cuba. La decisión de encargar a Solari
nado de la sociología latinoamericana y lati- un estudio crítico de esa tradición muestra su
noamericanistas de los Estados Unidos. La agudeza para detectar una voz que, por prove-
iniciativa era parte del cambio de orientación nir de círculos culturales cercanos, fuera escu-
del clc desde una primera etapa dirigida a chada con atención. Efectivamente, la publi-
contrarrestar las redes intelectuales de la cación del libro El tercerismo en Uruguay
Unión Soviética hacia el combate del ejemplo (Montevideo, Arca, 1965) justo después del
cubano en América Latina. Esta reorientación Seminario desató una intensa polémica desde
se expresó en la sustitución del liderazgo de medios de prensa ampliamente leídos por inte-
Julian Gorkin, combatiente del poum exiliado lectuales y militantes: el prestigioso Marcha y
en México, por el de Luis Mercier Vega, anar- Época, el más nuevo y radical diario de la iz-
quista republicano radicado sucesivamente en quierda independiente, donde escribía Trías.
París, Montevideo, Santiago y Caracas a ini- Solari no intervino mientras Arturo Ardao
cios de los sesenta.8 Mercier veía en las inci- y Real de Azúa se lanzaban hirientes dardos
pientes ciencias sociales un campo prolífico que traspasaban los contenidos del libro.11
para influir en las formas de pensar las socie- Pero no dejó de escribirse con Mercier, verda-
dades latinoamericanas y promover el cambio dero artífice del texto, para comentar los ava-
por vías alternativas a la revolución. El semi- tares de la polémica y planificar la empresa
nario de Montevideo fue parte de esa estrate- que los unía: viajes para fomentar las discipli-
gia, junto con la revista Aportes y el Instituto nas sociales, publicaciones en medios del
Latinoamericano de Relaciones Internaciona- clc, asistencias pagas a congresos y la publi-
les, ambos de 1966. Ese mismo año, el escán- cación del libro resultante del Seminario con
dalo por la financiación de la cia empezó a
minar estas iniciativas, pero no es posible
concebir la profesionalización de esas disci- 9
Karina Jannello, “As redes editoriais do ilari no Rio
da Prata e a modernização das ciências sociais durante a
Guerra Fria cultural latino-americana”, Arquivos do
cmd, vol. 7, nº 1, enero-junio de 2018, pp. 69-84.
7
Véase Aldo Solari, Las ciencias sociales en el Uru- 10
Véase Louis Mercier Vega a John Hunt, 13/11/1962,
guay, Río de Janeiro, Centro de Investigaciones en Cien- International Association for Cultural Freedom Records,
cias Sociales, 1959, y “Requiem para la izquierda”, Ga- Special Collections Research Center, University of Chi-
ceta de la Universidad, vol. vi, nº 22, noviembre de cago Library (en adelante iacfr), Caja 236, Carpeta 4.
1962, pp. 6-12. 11
Polémica republicada en Real de Azúa, Tercera posi-
8
Véase Patrick Iber, Neither peace nor freedom: The ción, nacionalismo revolucionario y tercer mundo: Una
cultural Cold War in Latin America, Cambridge, Har- teoría de sus supuestos, Montevideo, Cámara de Repre-
vard University Press, 2015. sentantes, vol. 3, 1997.

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Lipset. Recién cuando Ángel Rama terció Paradójicamente, cuando estos esfuerzos
desde Marcha para volver a mencionar el Se- empezaban a dar frutos, la explosión del es-
minario en relación a la revelación del origen cándalo de los fondos de la cia y las resisten-
del dinero del clc, decidió el sociólogo que cias que estos asuntos despertaron en el espa-
era hora de hacerse oír.12 Reivindicó su “abso- cio académico que había contribuido a formar
luta independencia intelectual”, afirmó que determinaron su alejamiento del ics y del país
los universitarios debían “recibir dinero y en 1967. Fue sustituido por una nueva genera-
asistencia técnica sea cual sea su fuente” y de- ción de sociólogos que mayormente renegaba
claró que él mismo aceptaría si “los rusos o del desarrollismo y de la financiación externa.
los chinos o los cubanos me ofrecen dinero A partir de entonces, su carrera se volvió ver-
para organizar un Congreso”. Lamentó, por daderamente internacional. Pasó a residir en
sobre todo, el “daño irreparable” de estas “ca- Santiago de Chile y a trabajar en cepal,
lumnias” para la legitimidad de las ciencias flacso y unesco. En la segunda mitad de los
sociales en el continente.13 ochenta, luego del fin de la dictadura, fue con-
Junto con estos deslindes, lo que el libro y vocado por el presidente Julio María Sangui-
la correspondencia muestran es que, para So- netti para integrar la dirección de la educa-
lari, la deriva del tercerismo hacia posiciones ción pública. Murió en Montevideo en 1989.
de apoyo a Cuba significaba el fracaso de la
supuesta independencia de sectores intelec- ***
tuales que, por su redoblado antiimperialismo,
se habían vuelto resistentes a cualquier intento Las historias que hemos contado dan cuenta
de modernización o programa desarrollista. de las posibilidades y los límites que tuvieron
Este era el punto central de coincidencia con los intelectuales latinoamericanos durante la
el clc, una organización dirigida a sectores guerra fría, conflicto que determinó las vías de
progresistas no comunistas e integrada por financiamiento, internacionalización y profe-
personas provenientes de las izquierdas anti- sionalización de la actividad cultural y científi­
comunistas. Para Solari, además, este vínculo ­ca en el continente. En los sesenta y setenta,
entrañaba la posibilidad de actualizar los de- estos asuntos fueron percibidos en términos
bates de la sociología uruguaya y formar pro- fundamentalmente éticos o de estrategia polí-
fesionales a tono con sus colegas de los Esta- tica. Con cierta perspectiva histórica, es claro
dos Unidos y de Europa. Era también una que era muy difícil sustraerse a la influencia
oportunidad de internacionalizar su carrera. de las agencias de inteligencia implicadas en
Aunque tenía vínculos en la región, especial- esa lucha. Los ejemplos reseñados muestran
mente con Gino Germani en Buenos Aires y que el esquema bipolar terminó encapsulando
colegas en Chile, fueron las redes y los recur- casi todos los debates. Ni la preocupación la-
sos de su etapa de relacionamiento estrecho tinoamericanista y nacionalista de Trías ni el
con el clc los que le permitieron viajar asi- esfuerzo profesionalizador y modernizador
duamente y entrar en contacto con sociólogos de Solari pueden reducirse a su ubicación en
como Lipset, que era poco probable que se los campos del conflicto global. Sin embargo,
interesaran por colaborar con el uruguayo. terminaron por decantarse en el momento
preciso en que este recrudeció en América
Latina, inmediatamente después de la Revo-
lución Cubana.
12
Véase Ángel Rama, “El mecenazgo de la cia”, Mar-
cha, 6 de mayo de 1966. Es difícil calibrar hasta qué punto esas op-
13
Solari, “Réplicas”, Marcha, 13 de mayo de 1966. ciones pesaron en los contenidos de sus obras.

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Ciertos énfasis y silencios muestran una con- relaciones norte-sur en la producción de in-
vergencia entre las políticas encubiertas de formación y conocimiento. Para entender el
los bloques y los posicionamientos de estos abanico de acercamientos entre círculos inte-
intelectuales. En Solari, esto se expresó en la lectuales y políticas de inteligencia en la gue-
promoción de una “sociología científica” que rra fría latinoamericana es imprescindible
rechazaba la figura del intelectual comprome- incorporar procesos regionales, especial-
tido con iniciativas antiimperialistas y con el mente el papel de la dirigencia cubana. En la
tercerismo de los cincuenta. En Trías, casi en coyuntura que nos permitió trazar los clivajes
espejo, es evidente una obsesión por pensar el de Solari y Trías, este fue el factor cataliza-
imperialismo norteamericano como el pro- dor de los dilemas políticos de los intelec-
blema contemporáneo central. Por otra parte, tuales (y no solo). Cuba forzó a los terceris-
las redes que florecieron a través de esas tas a tomar partido y, contrariamente a lo
agencias habilitaron la expansión de sus ca- que la remanida división entre vieja y nueva
rreras desde un medio cultural pequeño como izquierda sugiere, debilitó el anticomu-
el uruguayo. Queda mucho para entender este nismo de izquierda que provenía de conflic-
aspecto, especialmente comparar el peso de tos anteriores (del trotskismo a la experien-
los ingresos recibidos de estas fuentes con cia republicana española, al menos). Esto
otros sustentos profesionales y políticos. seguramente hizo más fácil que Trías se vin-
También es cierto que sus posibilidades de culara a una agencia de inteligencia del blo-
desarrollo en las redes globales fueron limita- que comunista. De modo similar, la decan-
das, sobre todo porque allí se reprodujeron las tación de Cuba por el campo socialista hizo
desigualdades norte-sur en la producción de que muchos intelectuales antes cercanos a
conocimiento. Ambos se engancharon en los los círculos terceristas, como Solari, se deci-
eslabones finales de las cadenas y quedaron dieran por los proyectos modernizadores que
subordinados a decisiones tomadas por fuera venían de los Estados Unidos. o
de sus ámbitos de influencia. Trías murió de­
samparado, insistiendo en un tipo de produc-
ción que ya no tenía interés para quienes lo Bibliografía
habían contratado. Pero incluso en el caso de Iber, Patrick, Neither peace nor freedom: The cultural
Solari, mucho más exitoso profesionalmente, Cold War in Latin America, Cambridge, Harvard Uni-
el producto más importante de su colabora- versity Press, 2015.
ción con el clc, el libro del Seminario de Eli- Jannello, Karina, “As redes editoriais do ilari no Rio
tes, no tuvo demasiado impacto académico. da Prata e a modernização das ciências sociais durante
a Guerra Fria cultural latino-americana”, Arquivos do
Sin caer en reducciones simples sobre las mo- cmd, vol. 7, nº 1, enero-junio de 2018.
tivaciones de todos los involucrados, este dato Marcha, 1966.
sugiere que sus esfuerzos adquirieron valor
Marchesi, Aldo y Michal Zourek, “Vivian Trías y Che-
sobre todo en tanto fueron funcionales a las coslovaquia: ¿Qué sabemos hasta ahora?”, la diaria, 17
agencias que los promovieron. de marzo de 2018.
Otros trabajos sobre procesos similares Zourek, Michal, “Uruguay en el Archivo de las Fuerzas
han mostrado contingencias diferentes de las de Seguridad en Praga”, Contemporánea, vol. 9, 2018.

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