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FUNDACIÓN

UNIVERSITARIA
DEL AREANDINA

ESPECIALIZACIÓN
EN AUDITORIA EN
SALUD

PRINCIPIOS BIOÉTICOS

[ ANALICEMOS LOS PRINCIPIOS BIOETICOS ]


Los principios fundamentales, universalmente reconocidos de la bioética planteados por
Beauchamp y Childress (3) son: (beneficencia, no-maleficencia, autonomía y justicia) los
cuales darán inicio a un punto de discusión a desarrollar en esta actividad.

Imagen 1.
BIOETICA
ANALICEMOS LOS PRINCIPIOS BIOETICOS

INTEGRANTES:

NELVIS YUDIAN GUERRA VANGRIEKEN

NORMA YASMID SUAREZ GARCIA

JHOAN SEBASTIAN ARBOLEDA OCHOA

KATERINE PAOLA TRONCOSO GUERRERO

JOHANNA SOFIA OSPINO RIVERA


TUTOR

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL AREA ANDINA


ESP. GERENCIA EN AUDITORIA EN SALUD
MODALIDAD VIRTUAL
2019-2020
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION…………………………………………………….4
OBJETIVOS…………………………………………………………..5
JUSTIFICACION……………………………………………………..6
PRINCIPIOS BIOETICOS……………………………………………7
TEMA DE DISCUSION: CLONACIÓN…………………………….10
CONCLUSIÓN……………………………………………………….15
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………..17
INTRODUCCION

La reflexión de la bioética se encuentra encaminada en hechos concretos, principios y


reglas. Los principios se encargan de guiar al profesional de la salud hacia un enfoque
particular en la solución de un problema. Pueden además cumplir con una función de
justificación, son normas generales, necesarias y suficientes para dirimir los dilemas éticos.
Consisten principalmente en una serie de reglas que se encargan de ordenar los argumentos
y permiten resolver las diversas situaciones, los principios y reglas no poseen carácter
absoluto permitiendo resolver situaciones de conflicto, basándose en el principio que
predomine en una situación de salud determinada.
OBJETIVOS

GENERALES:

 Analizar una problemática específica (dilema ético) desde os cuatro principios de la


bioética trabajados en la unidad y evaluados desde la visión de cada uno de los
miembros del grupo de trabajo.

ESPECIFICOS:

 Plantear el análisis de una problemática actual partiendo de los 4 principios de la


bioética.
 Conocer la definición de los principios de la bioética.
 Crear u grupo de trabajo favoreciendo el aprendizaje colaborativo y la capacidad de
llegar a acuerdos frente a temáticas e donde no siempre se evidencian las mismas
posiciones y/o argumentos.
JUSTIFICACIÓN

Este trabajo se encuentra orientado en dar a conocer los principios de la bioética según
Beauchamp y Childress (beneficencia, no-maleficencia, autonomía y justicia), con el objeto
de proponer elementos que permitan resolver situaciones dilemáticas que se presentan en la
práctica diaria, en este caso en nuestro objeto de estudio centrado en Clonación, al permitir
un enfoque que se orienta a la solución de problemas y sustentación de argumentos que
defiendan ciertas posiciones. Para su elaboración se recurrió a la revisión bibliográfica
utilizando posteriormente el método como la reflexión y el análisis. Permitiendo de esta
manera la formación de un grupo de trabajo donde se realiza la discusión de un dilema ético
permitiendo así favorecer el aprendizaje colaborativo y permitir la resolución de conflictos
en pro de la resolución de la problemática estudiada.
PRINCIPIOS BIOÉTICOS

Imagen 2.

Son las normas básicas que deben guiar la práctica profesional de las ciencias biomédicas.
Los principios fundamentales, universalmente reconocidos de la bioética planteados por
Beauchamp y Childress (3) son:

PRINCIPIO DE BENEFICENCIA: Hace referencia a la obligación de prevenir o aliviar


el daño hacer el bien u otorgar beneficios, deber de ayudar al prójimo por encima de los
intereses particulares, en otras palabras, obrar en función del mayor beneficio posible para
el paciente y se debe procurar el bienestar de  la persona enferma. Los elementos que se
incluyen en este principio son todos los que implican una acción de beneficio que haga o
fomente el bien, prevenga o contrarreste el mal o daño; adicionalmente, todos los que
implican la omisión o la ausencia de actos que pudiesen ocasionar un daño o perjuicio.

El principio de beneficencia puede en ocasiones generar situaciones dilemáticas, en donde


el acto de beneficencia se contrapone a la no comisión de un mal, daño o perjuicio; en estas
situaciones priva la máxima de no causar daño, a menos que tal perjuicio esté
intrínsecamente relacionado con el beneficio por alcanzar y en donde el paciente o su
representante conjuntamente con el profesional de la salud considere al daño como inferior
en relación con el beneficio por obtener y esté dispuesto a asumirlo.

PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA: Es uno de los principios más antiguos en la


medicina hipocrática, el cual se enfoca en la teoría de no hacer daño al paciente,  es la
formulación negativa del principio de beneficencia que nos obliga a promover el bien. Los
preceptos morales provenientes de este principio son no matar, no inducir sufrimiento, no
causar dolor, no privar de placer, ni discapacidades evitables. Las obligaciones derivadas
consisten en realizar un análisis riesgo/beneficio ante la toma de decisiones específicamente en el
área de la salud y evitar la prolongación innecesaria del proceso de muerte (distanasia). Se trata de
respetar la integridad física y psicológica de la vida humana.

Este principio está contemplado en el juramento hipocrático cuando expresa “Dirigiré la


dieta con los ojos puestos en la recuperación de los pacientes, en la medida de mis fuerzas
y de mi juicio y les evitaré toda maldad y daño.

Se diferencia del principio de beneficencia en que pudiese en ocasiones hacer el bien al


paciente y sin embargo, acontecer complicaciones no contempladas que eventualmente
pudieran perjudicarlo directa o indirectamente.

PRINCIPIO DE AUTONOMIA: Consiste en que cada persona es auto determinante para


optar por las propias escogencias en función de las razones del mismo, es decir, que al
hacer uso de la autonomía, cada quien tiene la capacidad de conducir su vida en
concordancia con sus intereses, deseos y creencias (Jonson citado por Castillo, 1999).

El principio filosófico de la autonomía tiene su contraparte legal en el principio de


autodeterminación que en nuestro país se contempla en el artículo 44 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela que expresa: “la libertad personal es inviolable”. La
autonomía tiene su valor al ser una reafirmación de una de los rasgos fundamentales de la
persona y por principio porque promueve el bienestar del sujeto al permitirle seleccionar lo
que considere que es mejor para él.

El principio de autonomía da origen a la norma moral, de no coartar la libertad de la


persona y nos remite a la obligación de aplicar el consentimiento informado ante la toma de
decisiones en el campo de la salud. Lo cierto, es que en el modelo social emergente, se
tiende a que cada cual tenga derecho a opinar sobre su salud en ejercicio de su libertad, y
para lo que se requiere de un conocimiento, es decir, estar bien informado, la comprobación
de la competencia del enfermo para decidir y la ausencia de coerción.

PRINCIPIO DE JUSTICIA: Para analizar este principio comenzaremos definiendo la


justicia que para muchos griegos y filósofos constituye el elemento fundamental de la
sociedad, consideran que algo es justo cuando su existencia no interfiere con el orden al
cual pertenece, el que cada cosa ocupe su lugar. Cuando no sucede así, y una cosa usurpa el
lugar de otra, o cuando existe alguna demasía, se origina una injusticia y se cumple con la
Justicia al restaurar el orden de origen, cuando se corrige y sanciona la desmesura. En los
aspectos sociales de la justicia se destaca el equilibrio en el intercambio entre dos o más
miembros de la sociedad.

El principio de justicia y equidad surge a partir de pensadores del ámbito de la salud,


sensibles a la problemática de aquellos más necesitados e insatisfechos con el modelo
utilitarista de Mill que establece el mayor bien para el mayor número de personas, lo cual
puede desproteger a las minorías y los marginados y se han visto en la necesidad de añadir
la teoría de John Rawls, sobre justicia social, centrada en la igualdad de los seres humanos
desde una óptica formal, que a ayudar a los menos favorecidos ante las desigualdades
sociales y económicas existentes entre los seres humanos, con el objeto de que las leyes,
instituciones y servicios públicos se encuentren organizados en forma tal que redunden en
el beneficio de las personas.

Este principio está relacionado con la norma moral de dar a cada quien lo que necesita, de
la cual se derivan diversas obligaciones, como realizar una adecuada distribución de los
recursos, proveer a cada paciente de un adecuado nivel de atención, y disponer de los
recursos indispensables para garantizar una apropiada atención de salud.
TEMA DE DISCUSION: CLONACIÓN.
OPINIÓN #1.

Es necesario tener en cuenta que existen varios tipos de clonación, como son clonación
génica, clonación reproductiva y clonación terapéutica.

La clonación génica es aquella que busca producir copias de genes o segmentos de ADN.
Es utilizada para la producción de moléculas con diferentes fines.

La clonación reproductiva por su parte produce copias de seres vivos enteros, llámense
plantas, animales o personas.

La clonación terapéutica pretende producir células madre embrionarias principalmente con


el objetivo de crear tejidos para reemplazar otros que estén afectados.

Frente a la clonación genética, terapéutica y reproductiva con animales y plantas no


encuentro ningún reparo en términos bioéticos porque buscan solucionar problemas que se
presentan en diferentes ámbitos, desde el comercial en el caso de la clonación de plantas y
animales, hasta problemas de índole médico a partir de la producción de medicamentos.
Donde sí encuentro algunas observaciones es frente a la clonación reproductiva en
humanos, debido a que considero que tiene grandes inconvenientes.

Desde una perspectiva se trata de un complejo procedimiento que requiere la realización de


estudios con grandes cantidades de embriones para que uno de ellos pueda tener viabilidad,
lo que implica que se muchos de ellos sean desperdiciados. Además, nos encontramos con
la posibilidad de que aquellos que culminen una gestación se encuentren con
malformaciones. Es importante tener en cuenta que no se sabe a ciencia cierta si un
producto de la clonación tendrá un desarrollo normal, sin tener en cuenta las repercusiones
psicológicas que pueda tener un producto humano clonado al conocer su origen.

No logro encontrar una sola razón válida para utilizar esta técnica con fines reproductivos
en seres humanos. Esto no es otra cosa que la forma más extrema de eugenesia, en la que se
manipulan las leyes biológicas de la herencia para lograr el “perfeccionamiento” de la
especie humana, ya que de alguna manera propende la existencia de personas más sanas,
más fuertes y más inteligentes, o de unos determinados grupos sociales o étnicos y que de
alguna manera promueve la no procreación de aquellas personas que no poseen esas
“cualidades”.

Por otro lado, tenemos la clonación con fines terapéuticos, la cual tiene un significado muy
distinto y podría convertirse en tratamiento incluso con fines de creación de tejidos como
piel, sangre, neuronas, corazón, páncreas, entre otros. Esto abre una expectativa de
tratamiento para enfermedades que hoy pueden ser intratables. Esto permite por ejemplo la
posibilidad de evitar rechazo de tejidos en algunos tipos de trasplante, ya que son
procedimientos que implican identidad genética para que no se presente rechazo de los
tejidos.

OPINION #2

Cada persona tiene derecho de forjar su propia perspectiva sobre si es correcto o no clonar a
otro ser humano. La idea de producir múltiples copias de seres vivos idénticos desde un
punto de vista genético, genera en la mayoría de las personas una reacción. Solo será
cuestión de tiempo que la clonación humana llegue a transformarse en un hecho
científicamente posible. Esto genera preguntas como si deberíamos permanecer expectantes
y aceptar lo inevitable del fenómeno sin importar qué tipo de consecuencias puede acarrear
o si por el contrario se deberían formular criterios para tomar decisiones moral y éticamente
defendibles acerca de esta nueva posibilidad.

La creación de un nuevo ser debe darse por el ciclo natural de la vida, como consecuencia
de una expresión de amor y dentro del contexto de una familia según los constructos
sociales. Considero que la procreación no debería ser reemplazada por tecnologías dentro
de un laboratorio.

Mi reacción personal ante esta posibilidad científica (clonación humana), es de desagrado


en el ámbito de la clonación humana. Considero que no existe ninguna aplicación útil. Por
otra parte, considero que la clonación humana altera la relación básica entre la persona
clonada y sus progenitores, que es pieza fundamental de la formación de la psiquis humana.

La clonación humana dado como ejemplo la de tipo reproductivo resulta para mi difícil de
aceptar por múltiples razones, entre ellas el hecho de que las alteraciones celulares de línea
germinal son difíciles de transmitir y, por ende, tienen una eficacia limitada. Muestra de
ello es que se hayan tenido que realizar cientos de intentos para clonar a la oveja Dolly.
Considero que éticamente no debe permitir ninguna intervención que altere las
características humanas fundamentales como el aspecto físico, las habilidades, la
inteligencia ni otro tipo de capacidades, además porque se estaría vulnerando el principio
de diversidad genética que ha sido lo que de una u otra forma ha llevado la raza humana
hasta el actual nivel de evolución. Esto suele generarme cuestionamientos sobre cómo
decidiríamos qué cambios serían apropiados para la especie humana y si debiésemos
convertirnos en nuestros propios creadores. Crear individuos con características genéticas
iguales convierte al ser humano en un objeto de fabricación y comercialización, lo que va
en contra totalmente de la fundamentación deontológica, ya que en esta técnica se elimina
de manera intencional las células embrionarias haciendo al ser humano como un objeto
desechable, razón suficiente para señalar que el ser humano no puede ser un objeto de
experimentación.

Pienso que la clonación en un término e u término más extenso se puede utilizar en varios
contextos, como por ejemplo, para el tratamiento de enfermedades genéticas serias para las
cuales no se encuentran disponibles terapias genéticas o alternativas. En estos casos el
defecto genético debe ser identificado claramente y se deben realizar estudios en animales
que precedan cualquier intervención humana con el fin de garantizar la seguridad y la
eficacia de este tipo de procedimientos. Así mismo, todas las intervenciones terapéuticas
deben ser precedidas de un adecuado consentimiento informado.
OPINIÓN #3

Los profesionales de la salud, tanto como filósofos y bioéticos debemos empezar a


reflexionar en relación con la clonación, el cual considero no se ha estudiado de forma
detallada.

Considero que la clonación produce una copia genética y una copia biológica, pero o una
copia de la persona. Debemos considerar que la persona no es solamente un cúmulo de
genes sino el resultado de esos genes con el ambiente. La persona es el conglomerado de
experiencias y en esa medida un clon genético sería una persona diferente que tendría un
ambiente diferente, de la misma manera que oportunidades, elecciones, y en esa medida
una mente y un alma distintos. Es imposible clonar experiencias, decisiones, entornos
sociales, por lo cual la clonación se constituiría en una alternativa para poner un paquete
genético en un ambiente diferente. Una persona clonada puede ser muy diferente al
individuo que se utilizó como fuente genética sólo debido a la influencia del lugar y el
contexto de nacimiento. El aspecto de estas dos personas será similar, pero no tendrán la
misma experiencia y, por consiguiente, serán personas totalmente diferentes, y esto lo
sabemos por la experiencia que se tiene con los gemelos monocigóticos, que serían una
forma de clonación natural.

Desde el punto de vista teleológico, considero que la clonación es éticamente aceptable


porque en su filosofía se plantea que el estatus humano se adquiere durante el desarrollo
prenatal. En otras palabras, el embrión forma su alma y figura humana en la etapa del
desarrollo embriológico, por lo que cualquier manipulación al que es sometido antes de, es
justificable e incluso sirve para diagnosticar el desarrollo del embrión seleccionado. En esta
medida estoy a favor de la clonación humana, aunque asumiendo algunas precauciones.

Por ejemplo, la clonación podría ser utilizada por una persona con rasgos de personalidad
narcisista para dar rienda suelta a su necesidad de egocentrismo o para dar vía libre a su
deseo de inmortalidad. Considero que en este sentido se debe generar un diálogo entre
biólogos, profesionales sanitarios, bioéticos, filósofos y teólogos para crear pautas éticas
con miras a la implementación de la clonación humana. No considero que sea fructífera la
actitud de proponer prohibiciones absolutas sobre el tema. En lugar de reacciones llenas de
prejuicios o pasiones por parte de algunos sectores se podría empezar a desarrollar
estándares éticos con los cuales podamos construir nuevas posibilidades para la sociedad.

Por otra parte, creo que la clonación debe continuar contribuyendo en otros ámbitos como
la creación de nuevas alternativas terapéuticas. Por ejemplo, la creación de órganos a partir
de clonación de células ofrece alternativas para el desafío que enfrentan las sociedades para
encontrar donantes de diferentes órganos. Las listas interminables de pacientes a la espera
de un órgano se podrían reducir si se promovieran políticas públicas que garantizaran la
tecnología necesaria para este tipo de alternativas. Así mismo, actualmente la clonación
contribuye a la creación de medicamentos como los anticuerpos monoclonales, que son
producidos a partir de la clonación de linfocitos tipo b, y en esta medida es una muestra
clara de cómo esta técnica hace aportes invaluables al bienestar de la sociedad.
CONCLUSIÓN

Dentro de la discusión grupal, encontramos puntos de vista similares y otros


contradictorios. Algunas cosas deben quedar claras en la controversia que suscita este tema:
la sociedad tiene derecho a definir qué cosas se pueden hacer y qué cosas deben prohibirse;
este tipo de decisiones exigen un debate informado y racional y no sólo emocional ni
determinado por la visión del mundo desde lo moral ni tampoco desde lo radicalmente
científico.

Al citar la clonación reproductiva humana no logramos un consenso de opinión.


Encontramos un punto de vista a favor y dos en contra. Encontramos absoluto consenso en
lo ético de la clonación genética y terapéutica con fines terapéuticos (valga la redundancia)
y productivos. Esta tecnología ofrece soluciones a situaciones médicas y sociales para las
cuales no hemos encontrado mejores alternativas. Mencionamos dentro de las opiniones de
cada uno de nosotros ejemplos como la producción de medicamentos y la posibilidad de
generación de órganos a partir de la clonación celular. Aportes invaluables como ofrecer
posibilidad a personas que requieren un trasplante de órgano, la posibilidad de producir
medicamentos, la posibilidad de crear células donantes universales para tratar
enfermedades como la diabetes o la enfermedad de Parkinson.

Por fuera del ámbito médico existen otras aplicaciones importantes en las que estamos de
acuerdo, tales como la clonación de especies vegetales con el objetivo de tener especímenes
resistentes a plagas, la posibilidad de clonar animales en vía de extinción. También existe la
posibilidad de clonar animales de laboratorio idénticos que puedan utilizarse como modelos
para la investigación de enfermedades humanas. En este último punto, disponer de copias
idénticas de determinados animales resultaría muy útil para conocer con mayor precisión
cómo afecta la variabilidad genética entre individuos o la presencia de diferentes
mutaciones al desarrollo de algunas enfermedades.

Nos queda claro como grupo que ante cualquier discusión en torno a este controversial
tema deben primar principios bioéticos como la autonomía del ser humano, la beneficencia,
la no maleficencia y la justicia social.

La bioética es materia de discusión entre aquellos que defienden el proceso de manera


incondicional y los que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar
al servicio de las personas.
BIBLIOGRAFIA

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