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Traducción Específica
0202 Ortografía y Gramática
para Traductores
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3.2. La flexión de género en los sustantivos animados. ....... 66
3.3. La flexión de género en los sustantivos inanimados. .. 71
3.4. La gramática del género. .................................................................. 71
3.5. El género en las siglas ....................................................................... 74
3.6. El número .................................................................................................... 75
3.7. Las marcas de número en español ............................................... 76
3.7.1. Plural de los nombres acabados en vocal ..................... 76
3.7.2. Plural de los nombres acabados en consonante ...... 78
3.7.3. Plural de los extranjerismos .................................................. 78
3.7.4. Plural de siglas y latinismos ................................................... 79
Bibliografía ............................................................................................................ 83
4. Problemas morfológicos del español actual: el verbo ........ 84
4.1. Introducción .......................................................................................... 84
4.2. La irregularidad y la regularidad ............................................. 85
4.3. Alternancias vocálicas en la raíz verbal .............................. 87
4.3.1. Verbos terminados en –iar ........................................................ 87
4.3.2. Verbos terminados en –uar ...................................................... 88
4.4. Las tendencias a la analogía en las terminaciones ........ 89
4.4.1. En los pretéritos fuertes ........................................................... 89
4.4.2. En imperativos y presentes ........................................................ 89
4.5 Variaciones en las desinencias. Verbos defectivos .......... 91
4.6. Estudio de determinados empleos de las formas
verbales en –ría y en –ra ............................................................................. 92
4.7. Estudio de los usos anómalos de las formas no
personales del verbo ................................................................................... 95
4.8. El régimen inmediato del verbo: vacilación en el uso
de las preposiciones. .................................................................................. 102
4. 9. Variación en el uso de preposiciones en los demás
complementos de la oración............................................................... 106
Bibliografía ..........................................................................................................109
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5. Problemas morfosintácticos en torno al uso del el
adjetivo, el artículo y la concordancia. .........................................110
5.1. Introducción ........................................................................................ 110
5.2. Cuestiones normativas en torno al adjetivo ................... 110
5.3. Cuestiones normativas en torno al artículo y
determinativos .............................................................................................. 112
5.4. Cuestiones normativas en torno a la concordancia 117
5.4.1. Concordancia con sustantivos femeninos en a-, ha 118
5.4.2. Concordancia con sustantivos de referente
colectivo ....................................................................................................... 120
5.5. Conclusión .............................................................................................. 122
Bibliografía ..........................................................................................................124
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1. El español normativo: implicaciones,
definición.
No todos los hablantes de una misma lengua hablan de una misma manera. En
todas las lenguas existe variación, con la única barrera de que debe darse
simultáneamente también la intercomprensión entre los hablantes. El ideal
lingüístico sería la comunidad de usos, la absoluta homogeneidad entre los
hablantes de una misma lengua, pero esto sólo se da excepcionalmente. En las
lenguas hay una tensión constante, un juego de fuerzas persistente entre
homogeneidad y heterogeneidad, entre unidad y diversidad, entre estabilidad y
variación. Hay aspectos de la lengua que no están sujetos a variación, pero otros
manifiestan notables diferencias según nos movamos en el eje espacial,
sociocultural, temporal o estilístico.
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HOMOGENEIDAD VARIEDAD
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Variable fónica Asociada al ámbito de la pronunciación. Implica diferencias en la
pronunciación de una misma palabra, sin que implique diferencia de
significado. Por ejemplo, en Andalucía /s/, /h/ y /θ/ constituyen tres
variantes con las que puede realizarse la /s/ implosiva1. Cada una de
estas tres realizaciones es una variante. La realización /losóχos/ la
encontramos más ante pausas y en estratos altos; la realización
/lohóho/ es más frecuente ante consonante y /loóho/ más común ante
pausa.
Variable morfológica Asociada a las marcas de flexión y derivación (género, número,
conjugación verbal, tipos de diminutivos empleados etc). Por ejemplo,
los pretéritos indefinidos de segunda persona del plural pueden tener
una terminación en –ste: comiste o una terminación en –stes, que se
tiene por incorrecta y por eso se marca con asterisco: *comistes.
Variable sintáctica Asociada a construcción de la frase o a cualquier clase de
construcción sintagmática superior al nivel morfológico. Por ejemplo,
la alternancia que se da en español entre formas sintéticas y analíticas
de futuro: perífrasis (ir a + infinitivo) frente a forma simple (iré).
Parece que las perífrasis indican ‘futuridad segura’ o ‘futuridad
cercana’ mientras que las formas en –ré indican ‘futuridad insegura’ o
‘distanciada’.
Variable léxica Asociada a uso de palabras, preferencia por determinadas unidades
lingüísticas para aludir a una misma realidad: embarazada / preñada;
axila / sobaco, carro / coche...
Como se ve, la variación puede plasmarse en cualquier ámbito del lenguaje. Pero,
¿de qué depende que elijamos una unidad u otra de las que están en variación?
Ahí es donde interviene un segundo factor: los tipos de variación que dan lugar a
la aparición de las variables que hemos visto. La lingüística del siglo XIX y de
gran parte del siglo XX sólo consideró posible la variación de la forma de hablar
de un lugar a otro. Pero ya con la figura del lingüista rumano Eugenio Coseriu
(1921-2002) se empiezan a perfilar otros ámbitos de variación:
Variación diatópica
1
S implosiva: la que está a final de palabra (las casas) o a final de sílaba (agosto).
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Variación diafásica
Variación diastrática
Variación diacrónica
Cuestiones
(1) Caracterice las siguientes variables del español según su tipología (fonética,
morfológica etc).
a. A mi novio lo quiero mucho // A mi novio le quiero mucho ______________
b. He cenado // He cenao ______________
c. Coloca aquí la mesita // Coloca aquí la mesina ______________
d. He salido por ahí // He salido por áhi ______________
(2) Caracterice las siguientes variables del español según su ámbito de producción
(variación diafásica, diastrática etc).
a. Aquesta casa non es mía // Esta casa no es mía ____________
b. ¿Qué pasa, tío? // ¿Cómo estás? ____________
c. Me se olvidó el bolso // Se me olvidó el bolso ____________
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1.2. Nivelación, estandarización, normalización
El estándar es...
la forma codificada y
aceptada de un
lo que se identifica la
idioma
ss con la norma culta varieda una
d que variedad
sirve que no se
la variedad que
el resultado de la de habla en
se describe en
abstracción de una modelo ninguna
los tratados y
variedad territorial a una parte pero a
gramáticas
comuni la que todos
generales
dad tienden
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El estándar se fundamenta en los sectores de prestigio de la sociedad; este ideal
lingüístico se construye a partir de los usos más acreditados de la colectividad,
representados por los sectores cultos más instruidos, aunque en los últimos años
los medios de comunicación están funcionando de verdaderos representantes del
estándar. Cierto es que el estándar tiene más trascendencia social que las otras
variedades, aunque todas las variedades merezcan el mismo respeto.
Cuestiones
(3) La estandarización no puede ser planificada ni dirigida; en cambio, la normalización sí lo es.
Llamamos normalización al conjunto de decisiones que se toman para configurar el sistema
interno de una lengua. En los últimos años también ha significado el ‘proceso por el que una
lengua postergada trata de recuperar vigencia social, prestigio y generalización de uso’. Elija
algunos de los siguientes procesos de normalización e indague en ellos:
a. La normalización del eusquera y la creación del batua.
b. La figura de Ivar Aasen y la normalización del noruego.
c. La figura de Joséf Dobrovsky y la normalización del checo.
Los grandes procesos de normativización del español se dan: en el siglo XIII, con
Anfonso X el Sabio (rey de Castilla de 1252 a 1284); desde el final del siglo XV
al siglo XVII con la obra de gramáticos particulares y desde el siglo XVIII con la
creación de la Real Academia Española.
Antes del siglo XIII, el castellano era un dialecto que se estaba desarrollando
paulatinamente, con una notable variación diatópica y muchas diferencias
gráficas (la tradición latina no daba grafías para algunos sonidos nuevos que se
habían gestado en el romance). En cuanto al léxico, se tomaba del latín como
cultismo todo el léxico científico. Alfonso X el Sabio (hijo de Fernando III y
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padre de Sancho IV el Bravo) es llamado el rey sabio por promover la escritura
de obras en castellano e impulsar traducciones de textos científicos árabes y
hebreos al castellano. Sin que se reglen normas, sólo de manera implícita, los
textos alfonsíes presentan una ortografía muy similar (eso estandarizó la
ortografía castellana), fortalecen la sintaxis del castellano y acopian todo un
léxico científico nuevo.
Los primeros académicos siguen una idea alejandrina que también tuvo Nebrija
(aunque está constatado que la Gramática de Nebrija no pudo ser consultada por
los académicos, ya que hubo pocas reimpresiones de este texto): la idea de que
las lenguas son organismos vivos que nacen y se desarrollan; una vez que
alcanzan su «máxima expresión» se piensa que deben ser codificadas en obras
normativas. Los académicos sostienen que la cima del idioma ha llegado en el
11
siglo XVII y que ya sólo cabe esperar su decadencia, por eso piensan que es
necesario codificarlo y fijarlo:
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Entre las obras de la RAE están:
• Diccionarios, como el conocido Diccionario de la Academia (el
primero, el de 1726 llamado Diccionario de Autoridades, el último,
el de 2001, 22ª edición); en 2005 se publicó un diccionario de otro
tipo: el Diccionario panhispánico de dudas, al que nos referiremos
más adelante.
• Gramáticas. La penúltima gramática, la de de 1931. En 1973
apareció el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española,
que es simplemente un esbozo de gramática, que moderniza la de
1931 pero no es exhaustiva. En 2010 apareció una nueva edición de
la gramática, en dos volúmenes y dirigida por Ignacio Bosque:
Nueva gramática de la lengua española (vol.1.: Morfología-Sintaxis
I; vol.2: Sintaxis; Editorial Espasa). De esta obra existe una versión
abreviada, en un volumen único, titulada Manual de la Nueva
gramática de la lengua española.
• Ortografías. La última Ortografía es de 1999. Actualmente se está
preparando una nueva versión de esta obra, que se prevé aparezca en
2011. Posiblemente haya leído los avances de sus novedades en la
prensa reciente.
(i) ‘Reglas sobre la manera como se debe hacer una cosa’. Esto se
corresponde con lo que en Lingüística se llama norma de corrección o
norma prescriptiva. Se trata de una norma convencional, no está
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taxativamente establecida, depende de la tradición literaria, de
conceptos vagos referencialmente como el de buen gusto, de la
conciencia lingüística de los hablantes cultos, de la actuación de
instituciones como la RAE en el caso de España. Es algo cambiante,
arbitrario y subjetivo. Los lingüistas suelen fijarse en la descripción
antes que en la prescripción.
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las variedades es apropiada para unos fines comunicativos determinados, y
ninguna es totalmente válida para todos, ni siquiera el estándar.
15
acogiendo sin rechistar el dictamen de la comunidad» (Francisco Rico
(1996): Prólogo al Gran diccionario de la lengua española. Barcelona:
Larousse).
Hay que aclarar, además, que la norma académica no es fija ni inmutable, sino
que cambia según se extienda el uso de los hablantes. Es decir, la Academia no
hace más que recomendar determinados usos, pero si éstos no se extienden,
termina dando por buena la decisión que se haya extendido en toda la comunidad
hablante. Ofrecemos algunos ejemplos al respecto:
• Cuando la palabra elite se introduce desde el francés en el siglo
XVIII, los intelectuales que la «toman prestada» entienden que la
tilde que aparece en francés en la vocal inicial (élite) es una tilde a la
española, es decir, que indica acento prosódico, y empiezan a
pronunciar esta palabra como esdrújula élite. La RAE se ha
empeñado durante décadas en explicarnos que debería pronunciarse
como llana elite, ya que esa tilde francesa indicaba grado de apertura
de la vocal, y no carácter esdrújulo. Como la pronunciación
esdrújula estaba ya generalizada, ahora la RAE admite ambos
esquemas prosódicos: élite y elite.
• Algo parecido ha ocurrido con el verbo agredir: era considerado un
verbo defectivo (es decir, un verbo que no se puede conjugar en
todos los tiempos y personas), sólo se podía conjugar en aquellas
formas que contuvieran i (por ejemplo era correcto agredía pero no
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agrede). Ante la generalización de formas como agredo, agrede,
agreda, la RAE ya considera este verbo regular y no defectivo.
Pero aun así, en lo poco que hay, se hallan referencias sobre el papel axial de los
conocimientos lingüísticos. Así, en el libro de Alejandro Ávila El doblaje se
pone de manifiesto la importancia del conocimiento lingüístico para el traductor
de películas dobladas:
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«Para que la versión traducida se ajuste al máximo a la primitiva es
fundamental que el traductor de obras audiovisuales domine los aspectos
que siguen. En primer lugar, los fonológicos, que deberían procurar la
innecesaria repetición de sonidos, propios de una traducción cacofónica o
repleta de pareados prescindibles. Los aspectos gramaticales son también de
vital importancia. El conocimiento de la forma de las palabras y el modo en
que se combinan para formar sintagmas y frases sin desvirtuar el sentido
original son igualmente fundamentales para conseguir una buena traducción.
Por último, debe dominarse la relación existente entre palabras y los objetos
designados por ellas; en definitiva, la semántica».
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ejemplo, a la hora de analizar el diseño de lo que puede ser un programa
formativo para los subtituladores, lo primero que habría que tener en cuenta
es el perfil que debe reunir un profesional que se dedique a esta labor.
De entrada, una de las principales cualidades de un subtitulador ha de ser
una gran competencia en el área del lenguaje, con independencia de la
disciplina de la que provenga. De hecho, el origen académico del candidato
no tendría una importancia determinante, siempre que mostrara sobradas
habilidades en materia lingüística. Hay que comprender que lo que se busca
es, sobre todo, un experto en comunicar de una manera eficaz.
Sus conocimientos sobre ortografía y gramática respecto de la lengua en que
subtitule habrían de resultar perfectos, y tendría que dominar igualmente las
técnicas de redacción y síntesis de textos».
Por esa razón en ese documento constitutivo del Centro Español del Subtitulado,
se diseña un posible programa de formación de subtituladores en que se incluye
un «Curso recordatorio» de Lengua Española.
Al final de las páginas de este tema número 1, está incluido en anexo un texto de
Xosé Castro titulado «Reflexiones de un traductor audiovisual»; es un texto algo
antiguo que tiene interés por ser una especie de resumen de los problemas y los
retos de un traductor audiovisual. Pese a su antigüedad, sigue siendo válido hoy.
Extraigo dos fragmentos de lo que afirma Castro enfatizando la importancia de
un buen conocimiento de la lengua española:
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«Tu amplitud de conocimientos te hace más poderoso, te da más seguridad
para rebatir las malas traducciones y defender la tuya. Debemos recordar
que la traducción no son sólo palabras, sino conceptos. Hay que tener
formación cultural, por lo que resulta muy importante leer sobre temas
diversos, mantener viva la preocupación por seguir instruyéndose, ya que el
mejor adjetivo que se le puede aplicar a un traductor es el de curioso. Mi
biblioteca tiene desde el Corán a diccionarios jurídicos, y mi ordenador
encierra bases de datos sobre los moluscos de las costas mediterráneas. Una
diversidad temática que te permite saber un poco de todo».
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detendremos a exponer cuáles son los recursos prácticos a disposición del
traductor audiovisual.
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“Español urgente” presenta respuestas a problemas lingüísticos que se presentan
con inmediatez y que deben ser resueltos con urgencia (de ahí ese nombre de
“Español Urgente”. Por ejemplo, si una determinada prueba ciclista es ganada
por un deportista de Kazajistán, ¿cuál será en español el gentilicio de tal país?
Para evitar errores en el uso, y ante la necesidad de resolver cuanto antes tal
cuestión, la Agencia publicará (debidamente asesorada por filólogos y
académicos) en su sección de Español Urgente la solución a este problema
lingüístico. Igualmente, ofrece un archivo histórico de todas las cuestiones
resueltas hasta el momento, para que podamos consultarlas.
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1º) El Diccionario de la Lengua Española de la RAE. Se puede consultar aquí en
formato electrónico, con la ventaja de que ofrecerá siempre la versión más
actualizada, con las últimas adiciones, enmiendas y supresiones aprobadas.
Cuando se consulta un verbo, se puede buscar también su conjugación. Por
ejemplo, esta es la página que nos encontramos si buscamos el verbo agredir. En
el icono a la derecha del lema (lema= ‘palabra que se está definiendo’) podemos
pulsar sobre el icono conjugar:
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2º) Desde la página principal, podemos consultar también el Diccionario
panhispánico de dudas. Esta es una obra fundamental para el traductor
audiovisual. En ella encontraremos un diccionario de formas que pueden suscitar
dudas para el hablante de español. Por ejemplo, en claxon se nos informa de cuál
es su plural, en adecuar se informa de cómo se conjuga (¿adecuo o adecúo?), en
múltiplo se informa de cómo son los multiplicativos en español (óctuplo,
nónuplo, décuplo etc). Hay también, al final, una serie de apéndices de interés:
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Estos apéndices son muy relevantes para el traductor, como veremos a lo largo
de los temas que siguen.
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3º) ¿Qué hacer cuando una palabra no aparece en el Diccionario? Podemos estar
ante dos problemas distintos. Si la palabra es un derivado de una ya existente y
no sé qué sufijo derivado le corresponde, lo más recomendable es el Diccionario
de uso del español de María Moliner, que se vende en formato libro y también en
cederrón. Pero puede ocurrir también que sea una palabra más o menos reciente,
que la RAE aún no ha enjuiciado normativamente ni para bien ni para mal. Hay
varios procedimientos para informarse de la frecuencia de una palabra. Hay
quien, simplemente, busca en Google, aunque no es un procedimiento muy fiable
(pueden buscar en Google cualquier palabra con una falta de ortografía: la
encontrarán); son más fiables los corpus del español. Entre ellos destaca el
«Corpus del Español» de Mark Davies [http://www.corpusdelespanol.org]
«espanol» y no «español») y los corpus de la RAE: CORDE (Corpus Diacrónico
del español) y CREA (Corpus de Referencia del español Actual), que pueden
consultar pinchando en «Banco de datos». Ambos contienen, volcados, textos del
español sobre los que se pueden buscar palabras o secuencias. CORDE abarca
textos desde los orígenes del español hasta 1975 y CREA de 1975 hasta hoy. No
son corpus lematizados, es decir, lo que buscamos son formas; eso quiere decir
que si buscamos «Apóstola» obtenemos resultados distintos de si buscamos
«apóstola». Una posibilidad abierta en ambos corpus es buscar secuencias con *:
si ponemos como término de búsqueda apóstol* nos buscará apóstol, apostolar,
apostolas etc.
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Pero también podemos pinchar en «ver estadística» para ver en qué país, año o
tipo de texto aparecen porcentualmente los ejemplos. Esto, evidentemente, tiene
una gran rentabilidad en el ejercicio cotidiano de la traducción. La pantalla que
sigue nos muestra lo que encontramos una vez que hemos recuperado los
ejemplos; en este caso buscábamos la palabra cotidianidad (sobre cuya
corrección, frente a cotidianeidad, puede verse el Panhispánico de dudas). El
resultado, una vez recuperados los ejemplos, es este:
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4º) Otra opción que tenemos en la página de la RAE, y a la que se accede
también desde el menú principal es entrar en el «Nuevo Tesoro Lexicográfico de
la Lengua Española», que se publicó primero como DVD pero que desde hace
unos años también se puede consultar en esta página. Un tesoro lexicográfico es
una suma de diccionarios; esta aplicación nos permite consultar todos los
diccionarios académicos, desde el primero, el Diccionario de Autoridades (1726-
1739) hasta el de 1992 (el de 2001 se consulta según la vía explicada en el punto
1 supra). Cuando pinchamos en Nuevo Tesoro lexicográfico, obtenemos una
pantalla en la que debemos pulsar la lupa para introducir el término de búsqueda.
Por ejemplo, hemos consultado el término lengua, que, claro está, se encuentra
en todos los diccionarios académicos.
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La barra que se devuelve a la izquierda nos enumera todos los diccionarios
académicos en que aparece dicha palabra; pinchando, por ejemplo, sobre el
primero, se reproduce a la derecha la página del primer diccionario que contiene
esta voz definida. Si en la imagen que hemos puesto abajo aparece la voz
lencería es, obviamente, porque se define también en esa misma página, basta
desplazarse por la barra de la derecha para llegar al fragmento que nos interesa,
que puede copiarse o recortarse sin problemas
Ejercicio final
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Bibliografía
32
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Cervantes, 2003. Consultado en versión electrónica:
<http://www.cvc.cervantes.es/obref/anuario/anuario_03/galan/
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Lengua Española, Primera Reunión de Academias de la Lengua Española
sobre El lenguaje y los medios de comunicación. Madrid: Real Academia
Española, 29-43.
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visión histórica», Philologia Hispalensis, XIII, 109-132.
Montolío, Estrella (coord) (2000): Manual de escritura académica. Barcelona:
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Salamanca/Ohio Wesleylan Universiy, 63-95.
Pons Rodríguez, Lola: http://nosolodeyod.blogspot.com El blog sobre Historia de
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Beitrag zu einer integrativen Sprachgeschichte des Spanischen im 18.
Jahrhundert: Peter Lang.
RAE (1975): Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid:
Espasa Calpe.
RAE (1999): Ortografía de la lengua española. Edición revisada por las
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RAE (2005): Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana-RAE.
RAE (2010): Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe.
33
Rico, Francisco (1986), «De Nebrija a la Academia», en Homenaje a Pedro
Sainz Rodríguez, t. II. Estudios de Lengua y Literatura. Madrid:
Fundación Universitaria Española, 519-525.
34
2. Problemas de ortografía y pronunciación
del español
2.1. Introducción
El sistema fónico de una lengua y el gráfico constituyen dos sistemas
coexistentes. La escritura es el método de intercomunicación humana que se
realiza por medio de signos visuales que constituyen un sistema; la agrupación de
esos signos visuales constituye el sistema gráfico de una lengua.
Hay una gran variedad de escrituras alfabéticas en todo el mundo. Pero, además
de las letras que componen el alfabeto, las lenguas emplean símbolos especiales,
mayoritariamente logogramas que expresan de forma económica significados
que aparecen con frecuencia, caso de @, &, *, %, +... El mismo carácter
convencional, no motivado, tienen estos símbolos que las letras. Pero, fijado un
alfabeto, resulta curioso comprobar cómo se pueden integrar nuevos símbolos
como letras. Así, una reintroducción moderna es el caso de la arroba:
35
pensamiento’); y un artículo académico concluye un estudio sobre la
interacción entre el lenguaje literario y el coloquial con la expresión
language@literature y literature@lenguage. Aunque algunas lenguas han
tomado prestada la palabra inglesa at para este símbolo, hay otras que le
asignan su propio nombre: por ejemplo, @ es un «caracol» en italiano; un
«ratoncito» en chino, la «trompa de un elefante» en sueco; un «gusano» en
húngaro y un «mono araña» en alemán” (Crystal 2002: 33).
36
alfabeto a la hora de reflejar gráficamente una misma palabra intraducible de un
alfabeto distinto:
Cuanto mayor es la diferencia entre los sistemas fonéticos que representan las
dos escrituras, mayor es la arbitrariedad (¿Irak o Iraq?), porque no tienen signos
equivalentes. Por eso, los nombres se pueden interpretar de varias maneras, lo
que lleva a confusiones y dificultades a la hora de identificarlos en un directorio
internacional. Cuando se trata de lenguas que poseen escrituras semialfabéticas,
como es el caso del árabe, que no transcribe las vocales, la transliteración hay
que basarla en criterios fonéticos. Otro ejemplo es el del ruso: de los treinta y dos
caracteres que posee el ruso, en torno a la tercera parte puede atribuirse de varias
formas, porque el inglés lo hace de una manera, el español de otra...
Hay algunos manuales que tratan de resolver estos problemas, por ejemplo para
el ruso:
-Calonge, J. (1969): Transcripción del ruso al español. Madrid: Gredos.
-La antigua URSS (en concreto, la Administración General de Geodesia y
Cartografía) propuso un sistema en el que se basa el ofrecido por la ONU en
1987.
-Alvarado, Salustio (2003): Sobre la transliteración del ruso y de otras lenguas
que se escriben con alfabeto cirílico.
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También puede verse el Diccionario geográfico universal del académico
mexicano Guido Gómez de Silva (México, Fondo de Cultura Económica, 1997).
Iraq. La grafía culta del nombre del país árabe que se asienta sobre los territorios de la
antigua Mesopotamia es Iraq. Esta grafía resulta de aplicar las normas de transcripción
del alfabeto árabe al español, según las cuales la letra qāf en la que termina este
topónimo en árabe se representa en español mediante la letra q. La grafía Iraq es la que
usan filólogos y arabistas de la talla de Ramón Menéndez Pidal, Miguel Asín Palacios y
Emilio García Gómez, entre otros. No obstante, y debido probablemente a la anomalía
38
que supone para el sistema gráfico español el uso de la letra q en posición final, desde
muy temprana fecha se documenta también en español, y es válida, la grafía Irak. El
gentilicio es, para ambas formas, iraquí y su plural, en la lengua culta, es iraquíes. No
debe usarse la forma irakí para el gentilicio.
Pese a esta información, vea el siguiente titular (El País, 21 de julio de 2007):
Cuestiones
(1) Lea la siguiente noticia (El País, 1 de noviembre de 2007) y revise si es correcta o no la
versión transliterada de los topónimos que incluye.
39
-una letra que no comparten otros alfabetos de lenguas románicas, la ñ
(para el mismo sonido de palatal nasal, otras lenguas escogen dígrafos como nh,
ny, gn);
-dígrafos, secuencias de dos letras que han sido tratadas tradicionalmente
como una sola: ch y ll. Desde el siglo XIX (cuarta edición del DRAE, 1803) se
separaban como distintas ambas letras. Y esto suponía una gran dificultad para la
ordenación alfabética de tipo informático en el ámbito internacional. Por ello, en
1993, el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española
decidió volver a la ordenación clásica (la que había en el siglo XVIII) e incluir
las palabras empezadas por estos dígrafos dentro del apartado dedicado a la c y a
la l respectivamente. Esta es una decisión coherente (si se hubiera mantenido la
decisión tradicional, ¿por qué no considerar dígrafo a gu o rr y hacer de esta
combinación una letra aparte?). Desde 1994, diccionarios y listas alfabéticas
tratan a la ch como [c+h], antes de ci y tras ce. Lo mismo para las palabras que
empiezan por ll: aparecen entre las que empiezan por li y por lo. Dado que ll se
concibe no como una sola letra, sino como la suma de l + l, su tratamiento en las
mayúsculas obliga a poner en mayúsculas sólo la primera l, como, correctamente,
aparece en el siguiente titular (El País, 17 de julio de 2007):
40
lugar en 1999, cuando apareció la Ortografía de la lengua española (antes de la
de 1999 hubo una en 1959); esa normativa ortográfica está también incluida en el
Panhispánico bajo los epígrafes acentuación, mayúsculas etc.
Las principales novedades de la reforma de 1999 con respecto al sistema previo
fueron estas:
(1) Consideración de que las formas verbales con pronombres enclíticos
(enclítico= ‘pospuesto’) deben recibir la misma consideración que el resto de las
palabras y han de aplicarse a ellas las normas generales de acentuación. Antes se
acentuaban los verbos con pronombre enclítico como se acentuarían si no lo
llevasen: se cayó> cayóse, ahora cayose.
(2) Tratamiento homogéneo de diptongos e hiatos: se admite que el
hablante puede tratar a una secuencia vocálica como diptongo o como hiato:
piano (diptongo) o pi-a-no, pero la acentuación dependerá de una serie de
patrones fijos. Eso provoca una coherente falta de acentuación en guion, por
ejemplo, o fie, riais, que son monosílabos.
41
aislada, por eso se lo llama también acento de intensidad. La tilde (que también
se llama, aunque no es completamente correcto, «acento») es una marca gráfica,
en español es una tilde aguda (´). Hubo en los siglos XVIII y XIX acento grave y
circunflejo, como en francés, con usos diversos.
Estas reglas son conocidas generalmente por el común de los hablantes cultos;
sin embargo, las reglas para la acentuación de palabras que incluyen diptongos e
hiatos son muy difusas para esos mismos hispanohablantes. Incluido, extraído,
fue, Ruiz se escriben de la forma que se acaba aquí de exponer, pero muy a
menudo las vemos escritas como *incluído, *extraído, *fué, Ruíz (el * asterisco
42
significa forma incorrecta). Por eso, vamos a hacer especial hincapié en esta
cuestión.
Cuestiones
2) Lea en los siguientes recortes la escritura de la palabra chi(í) (El País, 9 de abril de 2007 y 11
de agosto de 2003). ¿Son correctos los modos de acentuarla? Justifique su respuesta.
43
b) Dos vocales cerradas (ui, iu): son siempre diptongo, y se acentúan si
corresponde a las reglas de acentuación: ruido, incluido, jesuítico incluyen tales
secuencias, que siempre son diptongos, por lo que son inseparables en la división
silábica. Se separarán como rui / do (llana acabada en vocal no lleva tilde), in
/clui / do (llana acabada en vocal no lleva tilde), je / suí/ ti / co (esdrújula, lleva
tilde). Si esa secuencia aparece marcada por una diéresis en la u, esto no
interferirá en la separación silábica ni en la acentuación (sigue sonando ui); así,
lin / güis / tas (llana acabada en –s, no lleva tilde), lin / güís / ti / co (esdrújula,
lleva tilde).
c) Dos vocales abiertas (a+e, e+a, o+e, o+a...) son siempre hiato, y se
acentúan si corresponde a las reglas de acentuación (¡atención!, aquí no entrarían
secuencias de dos vocales abiertas iguales, esas las hemos tratado supra, en a):
poema, poética, véase. Se separa en dos su secuencia vocálica y se aplican las
normas generales de acentuación: po / e / ma (llana acabada en vocal), po / é / ti /
ca (esdrújula, lleva tilde), vé / a / se (esdrújula, lleva tilde).
(I) -Si la vocal cerrada es átona, hay diptongo, y se siguen las normas
generales de acentuación. Por ejemplo, en farmacia la segunda a es la
tónica, luego la i es átona, por eso la palabra se divide como un diptongo:
far / ma / cia, es una llana acabada en vocal y no lleva tilde.
(II) Si la vocal cerrada es tónica, hay hiato y la cerrada siempre se acentúa,
le corresponda o no por las normas de acentuación generales. En estos
casos ni siquiera es necesario separar en sílabas. Es el ejemplo de la
palabra extraído, donde tenemos una vocal abierta átona junto a cerrada
tónica, ponemos la tilde sobre la cerrada (independientemente de que la
palabra resultante sea esdrújula, llana o aguda). Esa es la razón de que
lleven tilde palabras como baúl, reírse, ahíto (la h no interfiere en ninguna
44
de estas cuestiones de acentuación, si hay una h separe en sílabas como si
esta letra no estuviese).
Cuestiones
Un breve ejercicio de repaso. Separe en sílabas y ponga tildes si corresponde (las correcciones
están en la página siguiente):
Los monosílabos no llevan tilde salvo los casos de tilde diacrítica (tilde
diacrítica es la que tiene, además de la función prosódica, la función
discriminadora, distinguidora de palabras homófonas o que suenan igual). Sólo
hay casos de tilde diacrítica en los siguientes monosílabos:
45
Forma Sin tilde Con tilde
monosilábica
nada de ti (¡ojo! ti no tiene tilde); Sé bueno
conmigo
MI posesivo: Mi niño llega tarde; nota pronombre: Estoy hablando de mí mismo
musical: Tócalo en mi
SI conjunción condicional, nota musical: Si afirmación / pronombre: Sí, iré; Está hablando
llueve, no salgo; Tócalo en si de sí mismo.
TE pronombre: Te asustas sustantivo: Bebe un té
TU posesivo: Tu niño llega tarde pronombre: Tú llegas tarde
Estos días azules ... Me encontré con los actores, éstos no me vieron.
Las formas neutras esto, eso, aquello nunca llevan tilde porque siempre
funcionan como pronombres (nunca como determinantes), por lo que no es
aplicable la tilde diacrítica. Otro caso de uso de tilde diacrítica está en los
interrogativos y exclamativos cómo, quién, cuál, dónde, cuándo, cuánto, como,
qué, que llevan tilde cuando se usan con valor interrogativo o exclamativo
directo (presentan ¡! ¿?) o indirecto (están tras un verbo de decir): ¿Cuántos años
tienes? Dime cuántos años tienes. Por último, otros dos casos de tilde diacrítica
aparecen en las palabras llanas solo y aun. La primera, cuando se usa como
adjetivo, no va acentuada: Vine solo, sin acompañantes (en femenino: Vine sola)
pero sí se acentúa cuando se usa como adverbio (= ‘solamente’): Sólo he puesto
la mesa, no he cocinado (no admite paso a femenino). En cuanto a aún, lleva
tilde si equivale a ‘todavía’ y no la lleva cuando equivale a ‘incluso’: ¿Aún no te
has ido? // Aun los niños lo sabrían hacer.
46
¡Atención! Los monosílabos no se acentúan: en Ruiz hay dos vocales cerradas,
monosílabo y no se acentúa.
Los monosílabos no se acentúan: en guion hay una vocal cerrada átona junto a
una abierta, es un diptongo, luego una secuencia de vocales inseparable. Por tanto,
es un monosílabo y no se acentúa.
Corrección del ejercicio anterior (en los casos incluidos antes en -d II- no se separa en sílabas por
no ser necesario para asignar la tilde)
Por último, cabe reseñar la existencia de dos normas especiales que afectan a
secuencias muy concretas y no demasiado frecuentes en español:
1) Palabras que terminan en –y: en ese caso, aunque la y suene como una
vocal, no se trata como tal: las agudas terminadas en –y no llevan tilde, las llanas
terminadas en –y deben llevarla. Así: jersey, Alcoy, virrey no llevan tilde.
2) Palabras terminadas en consonante + s: las agudas terminadas en
consonante + s no llevan tilde, las llanas terminadas en consonante + s sí llevan
tilde. Por eso, prínceps, bíceps, fórceps, tríceps, cómics llevan tilde y no la lleva
robots.
Cuestiones
3) Consulte cuál es la acentuación correcta de las siguientes palabras:
a. ¿lívido o livido?
b. ¿paradisíaco o paradisiaco?
c. ¿un conductor novel o un conductor nóvel?
d. ¿currículum o curriculum?
47
e. ¿premio Nóbel o premio Nobel?
f. ¿esmóquin o esmoquin?
g. ¿África o Africa?
Cuestiones
Complete con mayúsculas o minúsculas:
a. Me dijo sin ambages: «¿D / d ónde están mis cosas?» Y / y o creo que... Q / q uizás me
equivoque... P / p ero él no puede pedirme las cosas así. ¿T / t tú qué crees?, ¿H / h abrías hecho lo
mismo que yo?, ¿C / c ómo te hubieras comportado en mi lugar? Perdí el N / n orte, pensé en ese amigo
tuyo que estudia B / b iología, y que siempre dice eso de: «N / n o dejes que te venza la cólera». Lo vi
claro, he de poner los pies en la T / t ierra; s / S ólo pude pensar en cambiar mi actitud: L/ l a próxima vez,
lo mandaré al I / i nfierno.
Soluciones:
Me dijo sin ambages: «¿D ónde están mis cosas?» Yo creo que... q uizás me equivoque... pero
él no puede pedirme las cosas así. ¿Tú qué crees?, ¿habrías hecho lo mismo que yo?, ¿cómo te
hubieras comportado en mi lugar? Perdí el N / n orte, pensé en ese amigo tuyo que estudia Biología, y
que siempre dice eso de: «No dejes que te venza la cólera». Lo vi claro, he de poner los pies en la tierra;
sólo pude pensar en cambiar mi actitud: la próxima vez, lo mandaré al infierno.
-Detrás de dos puntos se escribe siempre minúsculas, salvo tras encabezamiento de cartas,
certificados o al inicio de citas textuales, como en «¿Dónde están mis cosas?» o en «No dejes que te
venza la cólera». En cambio, al final del texto debería escribirse minúscula en «la próxima vez».
-Tras signos de interrogación se empieza con mayúscula siempre, a menos que haya una coma
u otro signo de puntuación tras el cual sea costumbre escribir minúscula. Por ello, escribiríamos «Yo creo
que» en la primera línea y «¿cómo te hubieras...? en la tercera.
-Tras puntos suspensivos, se usan mayúsculas si el enunciado siguiente no tiende lazos de
continuidad con el anterior. Es una norma a menudo interpretable. Con todo, hemos entendido que
«quizás» y «pero» están en interrelación sintáctica con lo previo.
-Tras punto seguido, siempre mayúsculas, sin que interfiera la aparición de una interrogación,
como en «¿Tú qué crees?».
-Para los casos de norte, infierno, tierra usamos minúsculas por ser usos lexicalizados, alejados
del sentido recto de ‘punto cardinal’, ‘planeta’ o ‘lugar de importancia religiosa’
-Las disciplinas científicas se escriben en mayúsculas, por lo que Biología se escribe con ella.
Debe diferenciarse el uso de los nombres de disciplinas científicas como nombres lexicalizados: «Estudio
Historia» frente a «La historia de mi vida es muy simple».
48
ultura T / t artéssica es otra manifestación prerromana. Se ha celebrado en Sevilla una E / e xposición
acerca de esta cultura. En ella se podía observar el original del T / t esoro del C / c arambolo. La
exposición fue inaugurada por el A / a lcalde de Sevilla.
Soluciones:
La cultura ibérica se desarrolla en el Este peninsular antes de la llegada de los romanos. La La dama
de Elche es uno de sus principales vestigios artísticos. La cultura tartéssica es otra manifestación
prerromana. Se ha celebrado en Sevilla una exposición acerca de esta cultura. En ella se podía observar
el original del Tesoro del Carambolo. La exposición fue inaugurada por el A /alcalde de Sevilla.
-Los nombres de conceptos históricos se escriben en mayúscula (Renacimiento, Edad Media) pero
cuando se usan sinónimos para ellos (por ejemplo «etapa renacentista» o «siglos medievales») no se
usa mayúscula. Formas como cultura ibérica o cultura / civilización / fase tartésica no designan per se una
etapa histórica que se conozca prototípicamente con ese nombre. Por ello, van en minúscula. El nombre
del punto cardinal Este se usa ahí en mayúscula por estar empleado en su sentido primario. Los nombres
de obras artísticas llevan la inicial en mayúscula, lo que explica «La dama» o «Tesoro». En cuanto a
«exposición» se escribe en minúscula porque esta palabra está ahí siendo usada como sustantivo común
(frente a, por ejemplo, una exposición que tenga como parte de su nombre «oficial» la propia palabra
exposición, como en «Se inauguró la Exposición Universal de los Descubrimientos». En cuanto a los
nombres de cargos, se usan habitualmente en minúscula, aunque, cuando no se incluye el nombre de
quien posee ese cargo, puede aparecer la mayúscula (el alcalde Pepe Pérez // el Alcalde).
Cuestiones
4. Completa con mayúsculas o minúsculas (ejercicio sin correcciones):
d. Alfonso X E / e l S / s abio reinó hasta 1284. Le sucedió su hijo Sancho IV E / e l B / b ravo, quien
contrajo matrimonio con María D / d e Molina. Fundó una importante E / e scuela de sabios e
historiadores J/ udíos, H / h ebreos, Á / á rabes... Q / q ue traducían desde el L/l atín o el Á/ á rabe al C/ c
astellano importantes textos desconocidos en el R / r eino D / d e Castilla. La F/ f ilología debe mucho a
este M / m onarca.
49
pausa aunque se ponga una coma al escribir. A la inversa, en la oralidad hay
quien hace pausa entre sujeto y predicado y, sin embargo, es incorrecto escribirla.
Gracias a la pragmática y a los nuevos estudios de lingüística textual (Figueras
1999) sabemos que la oración no es la unidad máxima en la comunicación, sino
el texto, y que en el texto la intervención del autor puede filtrarse a través de los
modos de conectarlo, de organizarlo... Pues bien, la puntuación debe considerarse
como un mecanismo del autor de un texto para guiar la interpretación del lector
en el sentido previsto por el emisor. La puntuación no es un reflejo de la oralidad
en los textos sino un sistema exclusivo de la escritura. Es la organización de la
sintaxis, más que la prosodia, la que condiciona la puntuación de un texto.
50
SIGNOS DE PUNTUACIÓN
Signos de primer régimen Signos de segundo régimen
Delimitan unidades textuales Indicadores de modalidad Delimitación de un segundo
básicas en el eje horizontal discurso
coma Signos de interrogación Guiones largos
dos puntos Signos de exclamación Paréntesis
punto y coma Puntos suspensivos Comillas
punto y seguido
Delimitan unidades textuales
básicas en el eje vertical
Punto y aparte
Punto final
En cuanto a los signos de primer régimen, presentan los siguientes usos: con la
coma dividen aspectos específicos de una misma unidad temática; con el punto y
seguido se informa al lector de que el segmento precedente constituye una unidad
sintáctica y semántica y que el nuevo segmento, que se inicia con la mayúscula,
constituye una unidad sintáctica y semántica diferente a la anterior. El punto y
aparte, sin embargo, indica al lector que se da por terminada una unidad temática.
Normativamente, hay que recordar que estos signos van siempre seguidos de un
espacio. En cuanto al punto:
Respecto a la coma, es el signo que más funciones tiene asignadas. Con la coma,
el escritor indica al lector que debe interpretar el segmento anunciado o cerrado
como elemento individual.
51
paréntesis). Por ejemplo, en las siguientes frases o en el recorte adjunto (coma
tras «tú»):
*El corredor, llegó tarde a la rueda de prensa (incorrecto)
El corredor llegó tarde // El corredor, cansado y deprimido, llegó tarde
(correcto)
Llevan siempre coma detrás enlaces como así pues, esto es, es decir, o sea, en
fin, sin embargo, en primer lugar, efectivamente... No se pone coma ante la
conjunción copulativa cuando ésta precede al último miembro de una
enumeración, pero cabe la posibilidad de emplear una coma ante y si los periodos
coordinados son largos. Por ejemplo,
Buscó libros que pudiera regalar a su hija, muebles con los que decorar su triste y
vacía casa de campo, y recuerdos (correcto).
El punto y coma indica una pausa superior a la marcada por la coma e inferior a
la señalada por el punto. Su buen uso es marca de un conocimiento profundo de
la escritura y la ortografía. Sigue minúsculas. Se utiliza mucho para separar los
miembros de una enumeración (vertical u horizontal) con guiones, cuando éstos
no son excesivamente largos, si son largos se ponen puntos. Así:
52
-En este trabajo exponemos:
-los criterios de acentuación del español y sus problemas;
-los criterios de asignación de mayúsculas, con ejercicios explicativos;
-la norma fónica del español.
-En este trabajo exponemos los criterios de acentuación del español y sus
problemas; los criterios de asignación de mayúsculas, con ejercicios explicativos,
y la norma fónica del español.
Las unidades separadas por el punto y coma están al mismo nivel sintáctico: son
unidades yuxtapuestas. Con el punto y coma se indica que el nuevo segmento
está muy relacionado con lo anterior desde el punto de vista informativo, pero no
se especifica qué tipo de vinculación semántica existe.
El segmento que introducen los dos puntos se interpreta como una información
que completa y amplía el contenido del segmento previo. La unidad que
introducen los dos puntos, por tanto, comunica una subordinación informativa,
una aclaración, explicación o reformulación de la información previa. Se emplea
para insertar enumeraciones, para cerrarlas, para incluir citas textuales o para
introducir una causa o un efecto, conclusión, resumen o explicación de lo dicho.
Sustituyen en este caso a un conector, del tipo por esto, debido a esto, por tanto...
Todo iba bien hasta que su padre irrumpió en la fiesta: tuvimos que irnos
(causa: efecto, se puede reemplazar por «por eso»)
Compramos de todo: velas, adornos, regalos... (enumeración)
Los signos de segundo régimen son los puntos suspensivos, paréntesis, comillas,
el guion largo o raya y los signos de interrogación y exclamación. Estos signos
no delimitan unidades textuales básicas, no son imprescindibles en la puntuación
de un texto. Dentro de los signos de este grupo hay que diferenciar los signos que
53
marcan dos planos del discurso (guion, comillas, paréntesis) y los signos
indicadores de modalidad (puntos suspensivos, exclamación e interrogación).
Guion, comillas y paréntesis marcan dos planos del discurso dentro de un mismo
texto; se presenta un discurso base y un discurso secundario que se superpone y
que está avisado con los signos de ortografía. Si la voz que se superpone es ajena
al autor se emplean comillas. Con ellas, el emisor cita literalmente las palabras
de otra persona. Tienen una función distanciadora, de desvinculación (discurso
referido) o rechazo (uso irónico). Hay tres tipos de comillas: las españolas o
latinas, que tienen forma angular («»), las inglesas (“”) y las comillas simples
(‘’). Españolas e inglesas son intercambiables, aunque se prefieren en general las
españolas. Se emplean juntas cuando dentro de un texto ya entrecomillado hay
que emplear de nuevo comillas:
En cuanto a las comillas simples, comparten valores significativos con las dobles
salvo en un caso: cuando se usan comillas simples para introducir el significado
de una voz:
Si la voz que se superpone es la del autor tenemos el uso de la raya o guion largo
y del paréntesis. La raya introduce un inciso donde el emisor inserta información
relevante para la comprensión de lo que dice. Cuando introduce un inciso se usa
con apertura y cierre:
54
Sin embargo, cuando se utilizan los guiones largos para encerrar los comentarios
o precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes, se suele
suprimir la raya si coincide con punto y aparte o punto y final. No ocurre así
cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y ésta
es continuada inmediatamente después.
¿Qué diferencia hay entre coma, guion largo y paréntesis? Estas tres unidades
pueden servir para delimitar incisos. La diferencia en su uso está en la relación
sintáctica y semántica que guarda el inciso con el resto de la secuencia. El
fragmento entre comas debe guardar relación sintáctica y semántica con el resto
de la secuencia en la que aparece. Las comas acotan, pues, incisos primarios. Los
guiones largos y los paréntesis, por el contrario, delimitan segmentos que están
más desvinculados, tanto desde el plano sintáctico como del contenido.
55
autor en una transcripción de un texto ajeno y para indicar que un verso se pone
en el renglón de abajo porque no cabe en la línea que le corresponde.
Por ejemplo, en este recorte (El País, 9 de abril de 2007), se transcriben las
palabras de un personaje y los corchetes sirven para, dentro de la citada
transcripción, introducir una aclaración; si se introdujera con paréntesis se
entendería como dicho por la entrevistada, mientras que los corchetes lo
adscriben al redactor. Lo mismo ocurre en el siguiente recorte (17 de julio 2007):
En cuanto a los signos indicadores de modalidad (¡!¿?...), sirven para que con
ellos el emisor expresa su actitud y punto de vista hacia el destinatario o el
enunciado. Los signos de exclamación e interrogación y los puntos suspensivos
son medios de los que dispone el emisor en la escritura para expresar cuáles son
sus actitudes y sentimientos ante la información que transmite el enunciado.
56
del texto, por tanto, comunica que ha dejado intencionadamente incompleta la
secuencia (porque es irrelevante, porque no es adecuada). Hay una delegación de
la responsabilidad en la interpretación del texto. Si el autor utiliza los signos de
puntuación para transmitirnos su interpretación del texto, al emplear los puntos
suspensivos hay una dejación momentánea de ese papel de guía.
Los puntos suspensivos son sólo y siempre tres. Tras ellos, no se escribe punto, sí
se puede escribir coma, punto y coma, dos puntos...
Julio Iglesias confiesa que a sus 48 (!) años se siente muy feliz.
La ventaja de poseer un signo de apertura es que con él se indica al lector que
empieza una aserción enfática (en el caso del signo de exclamación) o una
pregunta (con el de interrogación). El signo de cierre correspondiente obliga al
lector a dar por terminado el período exclamativo o interrogativo. En ese sentido,
los signos son «instrucciones» para al lector de que comienza un aserto
modalizado, el lector deberá determinar si esa modalidad es, en la secuencia
exclamativa, sorpresa, ironía, admiración o, en la interrogación, cuál es el
objetivo de la pregunta. Tras las exclamaciones o interrogaciones no puede
emplearse punto. Es error muy frecuente.
57
Tras la interrogación o exclamación se sigue escribiendo con mayúscula, menos
cuando hay detrás una coma o un punto y coma, entonces se sigue con
minúsculas. Pueden encontrarse en publicidad acumulaciones de signos de
apertura y cierre como mecanismo realzador, que no puede considerarse
incorrecto.
Son varias las secuencias del español que pueden presentar dudas en su grafía por
ser homófonas con otras de distinta función. Las más relevantes son las
siguientes:
[con + que] Esta combinación la podemos encontrar en tres posibles secuencias:
-Con qué es la unión de la preposición con y el interrogativo qué:
¿Con qué ropa haces taichí?
Explícame con qué herramientas puedes pintar un techo.
58
-Con que es la unión de preposición y relativo (permite la inserción de artículo
que reproduce el antecedente):
Esta es la ropa con (la) que voy a taichí.
Es la canción con la que termina el disco.
-Conque es una conjunción consecutiva, que significa ‘así que’, ‘o sea que’ o
‘por lo tanto’. También se emplea en exclamaciones para introducir sorpresa o
extrañeza:
¡Conque fumando a tu edad! Pues a la mía no llegas.
No hay más que repartir, conque, ya sabes, a buscar a otro lado.
[si + no] La unión de si con el adverbio de negación no puede servir para estos
valores:
-sino: sustantivo sinónimo de ‘hado’, ‘fortuna’:
Es mi sino perderte y encontrarte
-sino: conjunción adversativa con valor de contraposición:
No quiero té, sino café
Mi explicación no hizo sino confundirla
-si no: es la unión de la conjunción condicional si al adverbio negativo, se
escribe separado y se pueden insertar elementos entre una palabra y otra:
Si no llueve, salgo (Si hoy no llueve, salgo)
Me resulta, si no triste, sí preocupante.
[por + que] La unión de la preposición por con que puede usarse en cuatro
formas distintas. Por ejemplo:
-por qué: interrogativo directo o indirecto
¿Por qué no lees? Dime por qué no lees
59
-porque: es la conjunción subordinante causal, equivalente a ya que, puesto
que. Por ejemplo:
Quiero saberlo ya, porque me atormenta.
Cuestiones
5. ¿Es correcta la escritura de las secuencias homófonas aquí tratadas en los siguientes recortes de
prensa?
60
2.9. ¿En qué norma doblar?
Solo para decir que mejor sería que los simpson salgan con subtitulos, por que
barth con acento mejicano es el chavo, otre que esos señores que los doblan
Cuando se dobla una película para difundirla por América Latina se opta a veces
por un español neutro, con rasgos sueltos de todos los sitios. En los años 40 y 50,
época de abundantes coproducciones entre España, México y Argentina, este
problema no se planteó:
61
«¿Cómo se logró el acuerdo? A base de una especie de español neutro. Por
ejemplo, las películas argentinas renunciaron al “vos” para hablar de “tú”.
En el cine el lenguaje era, pues, sofisticado, irreal, alejado del español
popular de la calle, incluso del español más culto. De ahí que, cuando en
1958 Fernando Ayala dirigió El jefe utilizando el “vos” en los diálogos, la
película se convirtiera en uno de los mayores éxitos de taquilla conocido
hasta entonces en Argentina. El público bramó» (Galán 2003).
Esto desde los 60 deja de ocurrir porque decae la coproducción y se aviva el cine
de referentes culturales propios, con la torcida consecuencia de que eran
desconocidas las producciones españolas al otro lado del Atlántico y viceversa:
«En la España de los ochenta y noventa era rarísimo que hubiera alguna
película de América Latina en las carteleras. Y lo que es peor: las pocas que
se exhibían estaban dobladas al castellano de Castilla. Un disparate
provocado por la desconfianza de los distribuidores, que temían que no se
entendieran los modismos locales, o porque no consideraban comercial la
procedencia de las películas, ¿Miedo a que el público que se había reído con
Cantinflas no entendiera ahora el español mexicano? Un buen ejemplo de tal
disparate es la película Martín Fierro, que Leopoldo Torre Nilsson dirigió
en 1968, basándose en el legendario poema de José Hernández. Un
acartonado acento castellano reemplazó la frescura verbal del criollo. Así
ocurrió también con Crónica de una señora (1970), de Raúl de la Torre,
donde la típica porteña Graciela Borges hablaba en un ortodoxo
vallisoletano» (Galán 2003: 3.3).
62
2. Valore si es correcta o no la escritura de mayúscula o minúscula en los siguientes
recortes:
63
Bibliografía
64
3. Problemas morfológicos del español
actual: género y número
3.1. Introducción
65
extralingüística, la flexión de número no está afectada tan profundamente por
tantos factores.
a) Sustantivos variables:
Los sustantivos variables tienen la misma raíz léxica para masculino y
femenino, pero se distinguen en el morfema, caso de niño-a, por ejemplo. Un
sustantivo variable puede presentar una de estas tres clases de marcas:
66
Un caso especial se da con las palabras políglota, autodidacta y estratega.
Aparentemente, en ellas no tenemos moción. Pero...
Cuestión
1) Consulte la información que da el Diccionario Panhispánico de Dudas al respecto de las tres
voces mencionadas (estratega, políglota, autodidacta). ¿Es viable convertirlas en sustantivos
variables por moción? ¿Cree aconsejable volver a redactar el fragmento siguiente variando el
género de la voz señalada?
Cuestión
2) Lea el siguiente recorte y decida: ¿poeta o poetisa? Consulte el Panhispánico de dudas al
respecto.
67
nombres propios, (nombre común: aquel que hace referencia a una realidad no
individual). Por eso hay que especificar que no es lo mismo nombre común (el
que no es propio) que nombre común en cuanto al género.
Los sustantivos comunes en cuanto al género no tienen flexión de género,
terminan en –o, en –a o en –e pero esa vocal conlleva ambos géneros. El género
se distinguirá con el adjunto. Así en cofrade, periodista, atleta, víctima, mártir,
cajista, representante. En este punto, conviene detenerse en una cuestión
interesante que aparecerá constantemente en cualquier ejercicio técnico que
implique el uso del español, el fenómeno de los nuevos femeninos.
68
Cuestión
3) Lea los siguientes recortes y explique en cada caso si es recomendable o no mantener el tipo
de formación que presentan para el femenino o si habría que buscar una forma alternativa.
a. El País, 4 de agosto de 2004 b. El País, 4 de agosto de 2004
Hay algunos nuevos femeninos que han suscitado más controversia que otros.
Por ejemplo, es el caso de jueza, que la RAE antes recomendaba y que ahora
simplemente acepta (dadas las críticas que se han hecho ya que no existe un
masculino juezo, aunque se podría contraargumentar que tampoco existe un
masculino andaluzo y tenemos pese a eso un femenino andaluza).
69
• general: ‘Como sustantivo, con el sentido de ‘oficial general del Ejército’, es común
en cuanto al género. No es normal el femenino generala’.
• estudiante: ‘Por su terminación, es común en cuanto al género. No es propio del
habla culta el femenino *estudianta’
• gerente: ‘Por su terminación, es común en cuanto al género. No es norma el
femenino gerenta’.
• huésped: ‘Su femenino tradicional es huéspeda, que aún se documenta en la
actualidad, pero hoy parece preferirse su uso como común’.
• músico: ‘El femenino es música. No debe emplearse el masculino para referirse a
una mujer: *la músico’.
• sargento: ‘Es común en cuanto al género. No es normal el femenino sargenta. Para
referirse a la categoría intermedia entre sargento raso y sargento mayor se emplean
las locuciones sargento primero o sargento (de) primera, ambas comunes en cuanto
al género (el / la sargento primero y el / la sargento (de) primera).
• sastre-tra: ‘Aunque por su terminación sería normal su uso como sustantivo común
en cuanto al género, el único femenino documentado para esta voz es sastra,
registrado ya en el diccionario de Nebrija. No es normal, y debe evitarse, el
femenino sastresa’.
• teniente: ‘Como sustantivo (...) es común en cuanto al género (el / la teniente)’.
• testigo: ‘Con el sentido de ‘persona que da o puede dar testimonio de algo’, es
común en cuanto al género (el / la testigo). No debe usarse la forma *testiga para el
femenino’.
c) Sustantivos epicenos
Son sustantivos de carácter sexuado en los que la diferencia de sexo no se tiene
en cuenta, ya que son siempre masculinos o femeninos, independientemente del
sexo del referente. Normalmente son sustantivos que hacen referencia a animales
70
cuyo sexo se desconoce por caer fuera del interés de la comunidad lingüística,
como buitre, hormiga, ruiseñor, atún, rinoceronte. En ellos se puede diferenciar
el sexo añadiendo los sustantivos macho, hembra (la ballena macho, el topo
hembra...). El rasgo epiceno no es un género. Estos sustantivos son epicenos en
cuanto al sexo del referente, pero tienen un género femenino o masculino, según
el caso.
Para terminar, no podemos dejar de lado una cuestión que es de gran actualidad:
la diferencia entre sexo y género. Hay que tener clara la diferencia entre género
gramatical y sexo del referente. El sexo alude a una realidad natural, personal,
mientras que el género es un parámetro meramente gramatical. Por ejemplo,
persona es un sustantivo de género femenino pero en la frase Emilio es una
persona su referente es de sexo masculino. No es lo mismo sexo que género, son
términos que actúan en distintos planos: la realidad y la gramática. La confusión
entre sexo y género tiene un origen más o menos reciente: en 1995 se celebró en
Pekín la Conferencia Mundial sobre la Mujer, y en ella el Departamento de
71
Traductores de la ONU tradujo la voz inglesa gender como sexo. Posteriormente,
se rehicieron los documentos y se aclaró la diferencia entre ambas voces.
«en los años setenta del siglo XX, con el auge de los estudios feministas, se
comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término género (ingl. gender)
con un sentido técnico específico, que se ha extendido a otras lenguas, entre
ellas el español. Así pues, en la teoría feminista, mientras con la voz sexo se
designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género
se alude a una categoría sociocultural que implica diferencias o
desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es en este
sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de género,
discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del ámbito
específico de los estudios sociológicos, esta distinción puede resultar útil e,
incluso, necesaria. Es inadmisible, sin embargo, el empleo de la palabra
género sin este sentido técnico preciso, como mero sinónimo de sexo, según
se ve en los ejemplos siguientes: «El sistema justo sería aquel que no
asigna premios ni castigos en razón de criterios moralmente irrelevantes (la
raza, la clase social, el género de cada persona)» (País@[Esp.] 28.11.02);
«Los mandos medios de las compañías suelen ver como sus propios
ingresos dependen en gran medida de la diversidad étnica y de género que
se da en su plantilla» (Mundo [Esp.] 15.1.95); en ambos casos debió decirse
sexo, y no género. Para las expresiones discriminación de género y
violencia de género existen alternativas como discriminación o violencia
por razón de sexo, discriminación o violencia contra las mujeres, violencia
doméstica, violencia de pareja o similares».
72
A veces también se confunde sexismo lingüístico con cuestiones que pertenecen
al sistema lingüístico de nuestro idioma. Ya hemos dicho que el masculino es el
género no marcado, por eso, una frase como Los niños deben vacunarse incluye a
niños y niñas. Frases del tipo los niños y las niñas suponen una alteración de los
sistemas gramaticales de nuestro idioma, una alteración antinatural que está
destinada a fracasar. El uso del masculino impide la inclusión del masculino,
pero el masculino permite la designación de masculino y femenino. El siguiente
fragmento incide en esta cuestión:
73
El empleo de la arroba (niñ@s), que aparece ocasionalmente como recurso
gramatical para marcar género gramatical común, también supone un problema
lingüístico: ¿cómo se lee? Realmente, este tipo de fenómenos tienen más que ver
con la corrección política que con el deseo de solventar un aparente problema
gramatical. Sobre este uso de la arroba dice la RAE:
Las siglas que designan seres humanos se comportan como los nombres de
persona, su género depende del sexo del referente: el ATS, la ATS (ATS=
Ayudante Técnico Sanitario). En otros casos, las siglas pueden ser más o menos
transparentes sobre las palabras que les dan sus iniciales: la ONU (por
«Organización»), la RENFE (por «Red»), el BOE (por «Boletín»).
74
3.6. El número
Otro caso de restricción para la variación singular / plural está en los llamados
plurales estilísticos, nombres cuya forma de singular / plural no implica más que
una diferencia de intensidad (la feria de mi pueblo, las ferias de mi pueblo). En
otros casos, el significante plural parece añadir un mayor énfasis o sirve para
potenciar la expresividad..
Existen también sustantivos que están fijados en una sola forma de la oposición,
son los llamados pluralia tantum (sustantivos que no tienen singular y siempre
se usan en plural) y singularia tantum (hacen referencia a realidades
extralingüísticas únicas que no admiten la posibilidad de una enumeración o de
una designación plural). Por ejmplo, son singularia tantum voces como caos,
infinito, salud, norte, oeste, pereza, cariz, zodiaco, sed y son pluralia tantum
otras como víveres, nupcias, finanzas, fauces, ambages, exequias, añicos,
cosquillas...
75
3.7. Las marcas de número en español
SINGULAR PLURAL
76
SINGULAR PLURAL
Es decir, los sustantivos terminados en cualquier vocal átona forman plural en –s.
Aquí entran también los monosílabos, por ejemplo, los nombres de las notas
musicales (dos, res, mis, fas, las, sis pero soles) y los nombres de las letras
consonantes (bes, ces, des, efes, ges, zetas). Es una excepción el plural de las
vocales, que se forma añadiendo –es (aes, íes, oes, úes) salvo el plural de la e
(«Poseer se escribe con dos es»).
77
3.7.2. Plural de los nombres acabados en consonante
SINGULAR PLURAL
SINGULAR PLURAL
78
SINGULAR PLURAL
Cuestión
4) Conteste a las siguientes preguntas:
(a) ¿Es correcto el plural de talibán que aparece en el siguiente recorte? ¿Cuál sería su
correspondiente flexión femenina? El País, 15 de septiembre de 2006
c. ¿es correcta la grafía acentuada del siguiente extranjerismo? ¿Cuál sería su plural?
(El País, 15 de septiembre de 2006)
En español existen muchas palabras que hemos tomado directamente del latín,
sin adaptarlas morfológicamente. El tratamiento que han recibido en cuanto a
aparición de plural por parte de la Academia ha tenido en consideración varias
posibilidades:
79
-la hispanización del vocablo: currículo y no currículum, con el empleo
de las mismas marcas en plural que cualquier otra forma castellana (currículos).
-la inmovilización del vocablo en su forma singular latina.
-la flexión del plural de acuerdo con las reglas del latín: currículum-
currícula, corpus - córpora, desiderátum - desiderata. Tal era la norma que en
un principio recomendaba la Academia en el Esbozo, pero actualmente se
rechaza por ser una costumbre copiada del inglés.
Cuestión
5) ¿Cuál es el singular de efemérides en español? ¿Supone alguna variación formal respecto a
la foma de plural las efemérides?
6) ¿Cómo se construye el plural de los siguientes latinismos?
médium
80
eucaliptus
factótum
7) Lea los siguientes recortes y explique cuál de las dos formas de plural para la sigla ONG es la
correcta y por qué.
a. El País, 21 de julio de 2007 b. El País, 4 de agosto de 2004
Ejercicio final
Comente la corrección, incorrección, adecuación o necesidad de reemplazo en los fenómenos
gramaticales implicados en los siguientes recortes.
NÚMERO
1. El País, 4 de agosto de 2004
81
GÉNERO
4) EL PAÍS, 12 de agosto de 2006
82
Bibliografía
83
4. Problemas morfológicos del español
actual: el verbo
4.1. Introducción
En este tema nos ocupamos de distintos aspectos vinculados con el uso de los
verbos en español. En primer lugar, tratamos de morfología del verbo, esto es, de
los problemas morfofonemáticos del verbo español. Como es sabido, desde el
punto de vista formal, el verbo es una categoría gramatical que reúne marcas de
número, persona, tiempo, modo y aspecto. Esas marcas son morfemas, llamados
también morfemas desinenciales. La conjugación del verbo en sus diferentes
tiempos provoca en algunos casos alteraciones y variaciones en esas desinencias
y, también, en la propia raíz, el lexema del verbo.
84
Soluciones
(1) a. ambos son válidos; b. marchaste; c. adecuan; d. eligió; e.arría; f. ambos son correctos; g.
satisfizo; h. vacíala;
(2) satisficieron, satisfacen; adherimos; predecirá
Los verbos regulares son los verbos que en las distintas formas que pueden
adoptar en su conjugación se ajustan siempre a las formas del verbo que se toma
como modelo en la conjugación a la que pertenece. Los verbos irregulares son
aquellos que no siguen los modelos clásicos de la conjugación, ya que presentan
alteraciones
(1) en la raíz o en el lexema: ‘cuelo’ de ‘colar’, debía ser *‘colo’;
(2) en el morfema o terminación: ‘anduve’, de ‘andar’, debería ser *‘andé’, o
(3) en ambas partes a la vez: ‘puso’, de ‘poner’, debería ser *‘ponió’.
(i) diptongación de la vocal tónica del lexema: o > ue / e > ie: oler >
huelo, huela (frente a lo regular, que sería *olo, ola); sentir > siente,
sienta (frente a lo regular, que sería *sento, *senta)
(ii) cierre de la vocal átona: o > u; e > i: sentir > sintamos, sintió (lo
regular sería *sentamos, *sentó); dormir > durmamos, durmió (lo
regular sería *dormamos, dormió)
(iii) pérdida de la vocal temática: caber > *cab(e)ré > cabré / >
*cab(e)ría > cabría
85
(iv) pérdida de la vocal temática con adición, supresión o cambio de
algún fonema consonántico: poner > pondré (lo regular sería
*poneré); decir > diré (lo regular sería *deciré)
(v) pérdida de la vocal final de la desinencia: hacer > haz (lo regular sería
*hace)
Hay otra serie de verbos, los verbos irregulares aparentes, que presentan en
alguna de las formas de su conjugación alteraciones gráficas que no responden a
irregularidades verbales, sino que corresponden al cumplimiento de las normas
ortográficas de nuestra lengua: ‘toque’, ‘rece’, ‘cace’...
86
solucionan sus problemas de flexión creando unas formas pertenecientes a la
primera conjugación (balbucear, garantizar) que se conjugan regularmente.
Entre los verbos irregulares con alternancias en la raíz verbal, además de los que
hemos visto en (i), que diptongan la vocal tónica del lexema (oler > huelo), y en
(ii), con cierre de la vocal átona del lexema (sentir > sintió), hay un grupo de
verbos, los acabados en –iar, en los que la irregularidad se debe a que algunos se
conjugan con diptongo (io, ia, ie) en todas sus formas, o con hiatos (í-o, í-a, í-e)
en las formas en que la i que precede a las vocales o, a, e es tónica. En algunos
casos, como los de agriar y paliar, el Diccionario panhispánico de dudas acepta
las dos opciones:
AGRIAR- Los preceptistas no están de acuerdo sobre la acentuación de este verbo. Entre las
personas cultas parece que predominan las formas agrio, agrias, agria, etc.
(conjugación como cambiar): “El pinar verde se agria” (JR Jiménez, Platero) pero no
es rara la acentuación como desviar: “No se corta ni se agría” (ABC, 20-7-1958), “Se
agría lo de Chipre” (Ya, 31-10-1958). [tomado de Seco, s.v.] Sin embargo, en el
Diccionario panhispánico de dudas de la RAE, s.v. ‘agriar(se)’ se afirma que en el uso
mayoritario se acentúa como enviar (y, por tanto, como desviar): “El importante cargo
de portera agría tremendamente el genio”, Verdaguer, Pipa [Esp. 1980]. Con todo, se
reconoce que también es válida, aunque menos frecuente, su acentuación como
anunciar (y, por tanto, como cambiar): “El vino no se zarandea ni se puede poner al
lado del mar porque se agria” (Barnet, Gallego [Cuba 1981]).
PALIAR.- El presente de indicativo del verbo paliar es yo palío, tú palías, él palía, nosotros
paliamos, vosotros paliáis y ellos palían. De todas formas, el Diccionario panhispánico
de dudas admite tanto la acentuación como enviar “Los alumnos confían en que la
Universidad palíe las deficiencias en las instalaciones” (NCaStilla [Esp.] 5.12.00)
como la acentuación como anunciar “Diferentes combinaciones farmacológicas que
palian e incluso evitan el síndrome de abstinencia” (Castilla, Psiquiatría 2 [Esp. 1980].
87
En cuanto a otros verbos terminados en –iar, de los que terminan en –liar se
conjugan con hiato (como enviar), los verbos liar, desliar, aliar, ampliar y con
diptongo (como cambiar) los verbos afiliar, conciliar, reconciliar, auxiliar,
domiciliar, escoliar, expoliar, exfoliar, exiliar, represaliar. La mayoría de los
verbos terminados en –riar se conjuga con hiato (como enviar): arriar, averiar,
chirriar, contrariar, (mal)criar, descarriar, desvariar, enfriar, entrecriar,
inventariar, resfriar, variar. También se conjuga con hiato gloriar(se), pero no
vanagloriarse, que se conjuga con diptongo (como cambiar).
Pero hay una excepción: los verbos terminados en –CUAR y –GUAR: adecuar,
licuar, averiguar, aguar, apaciguar en las formas de imperativo, presente de
indicativo y presente de subjuntivo no presentan hiato sino diptongo. Luego se
conjugan: averiguo, averiguas; adecuo, adecuas, él licua; apaciguo, apacigüe.
La RAE, con todo, ha transigido, y ya da por buenas las dos posibilidades
acentuales, por ejemplo, para adecuar o licuar, aunque avisa del caracter más
culto de adecua frente a adecúa. Lo mismo para licuar:
LICUAR(SE): ‘Hacerse líquida una sustancia sólida o gaseosa’. En el uso culto se acentúa
preferentemente como averiguar: Se licuan los tomates.; pero hoy es frecuente, y
también válida, su acentuación como actuar.
88
4.4. Las tendencias a la analogía en las terminaciones
En la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple de todas las
conjugaciones puede aparecer una incorrección consistente en la adición de la
consonante –s a final de la palabra: *dijistes, *volvistes, *fuistes, *bajastes...
Desde el latín, el castellano ha heredado el uso de –s como marca de segunda
persona del singular. Ahora bien, en latín, la segunda persona del singular del
pretérito perfecto de indicativo (sibilavisti) no acababa en -s. Esta excepción, por
pura coherencia etimológica, también la ha heredado el español; de ahí silbaste,
viniste, tuviste, etc. Por analogía, el hispanohablante puede tender a igualar todo
el sistema e igual que dice subías, vendrás, subirías, crea las formas analógicas
*subistes, *vistes, *echastes...
Un mecanismo de analogía es también el que explica las formas del verbo andar
*andó, *andara. Para el pretérito perfecto simple (yo anduve), el pretérito
imperfecto de subjuntivo (yo anduviera o anduviese) y el futuro de subjuntivo
(yo anduviere) son las únicas que reconoce la norma culta estándar como
correctas en la actualidad. Sin embargo, es frecuentes escuchar, e incluso leer, las
formas regularizadas *andó etc.
89
Con respecto al imperativo se dan tres fenómenos vulgares que hay que evitar:
90
segunda persona del singular, aparecen imperativos vulgares como ves y oyes, en
vez de los correctos ve y oye.
91
Es decir, no se autorizaban formas como yo agredo, tú agredes, ellos agreden, y
sí otras como yo agrediré, nosotros agrediríamos, vosotros agredís... es decir,
todas las que tuviesen i. Hoy, presionados por un uso que tendía a conjugar todas
las formas, independientemente de la vocal que tuviesen, la RAE ha transigido y
el verbo agredir ya no es defectivo. De hecho, en el Diccionario panhispánico de
dudas se explica:
Por variación estilística, en la lengua escrita, sobre todo literaria, y más aún
periodística con pretensiones de literaria, es frecuente encontrar usado el
condicional en lugar de un pretérito indefinido, es el condicional de narración:
llegaría por llegó, dentro de una narración de sucesos pasados en que es normal
el empleo constante de los pretéritos. En este caso, el potencial se usa implicando
92
posterioridad con respecto a un hecho recién mencionado. Así tenemos, por
ejemplo:
Otra cuestión es la que afecta a la forma de subjuntivo que hoy usamos acabada
en –ra, que puede darse en el pretérito imperfecto de subjuntivo: amara
(alomorfo de amase) y en el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo: hubiera
amado. Esta forma procede del latín, pero en latín expresaba un tiempo y un
modo distinto: AMAVERAM latino era como nuestro actual ‘había amado’,
pluscuamperfecto. En la evolución del sistema verbal español ha atravesado por
un complejo proceso de reanálisis modal y temporal, de manera que ha cambiado
de modo y carece del sentido pluscuamperfecto originario. Sabemos que amara
mantuvo hasta fines de la Edad Media su valor de pluscuamperfecto etimológico,
pero ya en documentación temprana esta forma verbal aparece con valores
temporales y modales distintos a los de había amado. Ese cambio está ligado a la
aparición de amara en oraciones condicionales.
El problema es que hoy se sigue dando ese empleo de los verbos en –ra con valor
de pasado no subjuntivo. No se puede decir que exactamente sea conservación
del valor que tenía en latín y español medieval, porque más que a
pluscuamperfecto parece equivaler a indefinido:
93
normativamente. En el lenguaje periodístico actual se da mucho, e incluso
pueden darse intercambios con el alomorfo subjuntivo de amara: amase.
(7) Desde que en 1990 rodara su última película, este director de cine había
desaparecido.
La opinión de los gramáticos sobre la incorrección del uso de las formas en –ra
en sustitución de formas del pasado de indicativo es unánime. Como señalan
Guillermo Rojo y Alexandre Veiga en la GDLE (págs. 2929-2927), ya Andrés
Bello, importante gramático del siglo XIX:
“llamó la atención sobre el abuso que una moda literaria hacía de este
empleo de cantara, generalizándola hasta usarla no sólo por había cantado,
sino también por canté, cantaba y he cantado. Surgieron posteriormente
más críticas a esta desmesurada utilización, que fue reprochada, por
ejemplo, por Cuervo (1914: § 319), la RAE (1931: 124, nota) o Alonso y
Henríquez Ureña (1974: § 199). Gili Gaya (1943: § 135) calificó este uso de
«mero artificio literario que algunos escritores emplean, ya por afectar
arcaísmo, ya con el afán de distinguirse del lenguaje corriente», con lo que
puntualiza que la resurrección es artificial y no afecta a la lengua viva; en
tiempos mucho más recientes Gómez Torrego (1989: § 2.12.7) ha calificado
de «pedante y arcaica» la forma en –ra así usada. Pero el punto álgido de las
protestas contra el abuso literario de dicho empleo de cantara tuvo lugar en
1947, cuando Mallo, profesor en la Universidad de Iowa, puso el grito en el
cielo en la revista Hispania temiendo que algún día llegase a usarse cantara
como única forma del pasado para todos los modos del verbo español y
calificando tal abuso de «monstruoso solecismo» y «gravísima corruptela
94
del idioma» (Mallo 1947: 484) [...]. El profesor de Iowa señaló que este uso
es corriente en «escritores, periodistas y gacetilleros de baja calidad»”.
“Algunos automovilistas que se vieron obligados a realizar maniobras evasivas para no chocar
frontalmente con el camión llamaron alertando a la policía de la presencia del «camionero
suicida»”. (El País, 13/12/2006).
Por supuesto, también son correctos los casos en que el sustantivo que precede a
la estructura A+INFINITIVO no pertenece a su sintagma, sino que se trata del
suplemento de un verbo en forma personal, al que se antepone el sustantivo que
actúa como complemento indirecto de dicho verbo. Por ejemplo «Obligó a María
95
a realizar una maniobra evasiva». La diferencia de estos últimos ejemplos con
respecto a los casos no normativos de texto a comentar o cambios a realizar está
en que, cuando la estructura es correcta, es posible cambiar de lugar, dentro de la
oración, el sintagma donde se encuentra A+INFINITIVO: «Obligó a realizar una
maniobra evasiva a María».
96
El imperativo puede tener un pronombre pospuesto, en ese caso la –d final del
imperativo se elimina. Ni se conserva ni se sustituye por r, porque entonces daría
lugar a un infinitivo:
La excepción a esta regla es el verbo ir, cuya segunda persona del plural del
imperativo, en contacto con el pronombre os, adopta la forma idos. Son
incorrectas para la escritura las formas iros e íos. Sin embargo, el imperativo idos
suena pedante y apenas se emplea, por lo que algunos autores recomiendan
utilizar el sinónimo marchaos.
(12) Ir – idos,
(13) *Iros, *Íos
(14) Marchaos
(15) A dormir
(16) no fumar, no pisar el césped.
97
incorrectos, se encuentran los conocidos como gerundio de posterioridad y
gerundio adjetivo, que veremos enseguida. En segundo lugar, el empleo del
gerundio se suele asociar a diferencias de registro y estilo. De hecho, algunos
gramáticos y lingüistas consideran que el gerundio es un rasgo propio del
lenguaje periodístico y legislativo:
La diferencia entre los gerundios censurados y los permitidos radica en que los
últimos son gerundios lexicalizados, que ya no tienen una naturaleza verbal, sino
adjetiva. En este sentido, leemos también en la GDLE (pág. 3453):
98
también acción inmediatamente anterior a la del verbo principal:
(19) Alzando la jarra con las dos manos, la dejó caer sobre mí.
99
gerundio como simple adjetivo solamente puede usarse en casos como hirviendo
y ardiendo, puesto que ya se encuentran lexicalizados, han perdido su valor
verbal y funcionan simplemente como adjetivos.
Como se ve, en relación con el origen híbrido del gerundio al que nos hemos
referido anteriormente (formado a partir del gerundio latino en ablativo y del
participio de presente), estos usos del gerundio adjetivo considerados incorrectos
muestran ciertas características del participio de presente latino, forma que no
existe en español –pero sí, por ejemplo, en francés- y que cuyo contenido verbal
se expresa en nuestra lengua mediante oraciones de relativo. Por tanto, los
ejemplos incorrectos anteriores tienen que reemplazarse por una oración de
relativo.
100
Menos compleja es la norma sobre el participio. En las construcciones en las
que el participio es auxiliado por el verbo haber para formar tiempos
compuestos, la forma conjugada del verbo auxiliar sólo es eliminable cuando los
tiempos verbales correspondientes van juntos e indican acciones muy
relacionadas:
Hay verbos que poseen dos participios: imprimir y freír, uno regular y otro
irregular, y ambos son correctos en español. Esta es la norma que dicta la
Academia al respecto:
101
4.8. El régimen inmediato del verbo: vacilación en el
uso de las preposiciones.
En español tenemos verbos con régimen preposicional, es decir, verbos cuyo
complemento interno se construye con preposición (informar de algo, dudar de
algo, etc.) y verbos transitivos sin régimen preposicional, en los que no hay
preposición alguna delante de los complementos directos que no sean de persona.
La mayoría de los hablantes no tiene problemas con estas construcciones cuando
los complementos de estos verbos son sintagmas nominales:
- Me informaron de la noticia.
- No dudo de tu sinceridad.
- ¿No te acuerdas ya del sueño?
dequeísmo queísmo
*Me dijo de que *Me informó que
102
El queísmo
aparece como una
reacción
ultracorrecta al
dequeísmo
Me informó de la situación
que la situación estaba así
103
“apropiarse. [...] Puede ser transitivo: «Nadie debe apropiarse esa
etiqueta» (Abc 22/11/1996); o intransitivo, con un complemento de régimen
introducido por de, construcción mayoritaria en el uso actual: «Brasil se
apropió DEL terreno de juego» (Observador [Ur.] 08/02/1997). [DPD].
Otros casos similares son los de disfrutar, gozar, gustar. Un caso especial
constituye necesitar. Consulte por qué en el Diccionario panhispánico de dudas.
Algunos de esos usos ya han sido aceptados por la RAE, como hervir:
104
- El coche entró en el garaje — *Alguien entró el coche en el garaje
Sin embargo, recurrir, que hasta hace poco sólo se admitía como intransitivo
(con la preposición contra), ya es aceptado también como transitivo por el DPD:
Algunas veces la transitivación indebida de los verbos tiene que ver, como en el
caso del queísmo, con la omisión de una preposición delante del nexo
subordinante que, que hace que verbos que se construyen con complemento de
régimen y que son intransitivos, aparezcan como seudotransitivos:
105
- *La gente especula que van a destituir al director.
- *Yo confío que salga bien.
- *Coindico contigo que eso no es bueno.
- *Insistió que no quería ir.
- *Me encontré que nadie quería ser director.
Esto hace que el hablante sienta que todas las estructuras <de + pronombre
personal> sean equivalentes a <posesivo + nombre> o a <artículo + nombre +
106
posesivo>. Esta equivalencia es cierta cuando <de + pronombre personal>
complementa a un nombre:
Si son posibles:
a mi lado = al lado mío
de mi parte = de parte mía
en su lugar = en lugar suyo
Otro asunto que hay que considerar es el de los pares antes de que / antes que;
después de que / después que. Ambos pares son válidos. La raíz histórica está en
los pares sin preposición. Hace unos años se suscitó una polémica sobre el título
de una película de Javier Bardem Antes que anochezca, pero es un título correcto.
El único caso donde es sólo posible una de las dos formas es el uso como
segundo término de comparación: antes de que no puede introducir segundo
término de comparación, se utiliza antes que: Prefiero quedarme en casa antes
que salir para aburrirme.
107
Ejercicios finales:
1. ¿Es correcta la forma verbal subrayada en la siguiente frase? La película del realizador
vasco contraria a las Asociaciones de Víctimas (verbo contrariar).
2. Elija la forma correcta, justifique su respuesta:
- Su deseo era esparcir / esparcer los restos por la bahía
- No podemos preveer / prever cuál será la norma urbana prestigiada en el futuro.
- A la moda del galicismo se sobrepuso / sobreposo la corriente del purismo en el siglo XVIII.
- No contradeciré / contradiré la teoría que otros han postulado.
- Se ha desdecido / desdicho de su promesa
- Ha maldecido / maldicho / maldito a todos sus ascendientes
- En el año 1976, la dictadura de Videla abuele / abole /abolió la Constitución argentina.
- Optan por revolucionar a la población y transgreden / quieren transgredir las normas.
- La familia espera que el cadáver se repatrie / repatríe cuando antes.
3. Señale y corrija los errores que pueda haber en el uso de infinitivos y gerundios de los
enunciados siguientes:
- Ponerse de pie, niños.
- Callarse ya, por favor.
- No hablar más si no queréis que os castigue.
- Buenos días; comunicarles que pronto estará con ustedes el director.
- Se prohíbe fijar carteles, siendo responsable la empresa anunciadora.
- Nos dieron un sobre conteniendo dinero.
- Se busca secretaria teniendo conocimientos de alemán.
- Se ha publicado una norma regulando el tráfico.
- El niño se cayó de un segundo piso, permaneciendo hospitalizado varios días por lesiones
diversas.
108
Bibliografía
109
5. Problemas morfosintácticos en torno al
uso del el adjetivo, el artículo y la
concordancia.
5.1. Introducción
Para terminar este módulo de actualización normativa del español, en este tema
aportamos información sobre otras cuestiones de corrección idiomática relativas
a concordancia, usos pronominales, adjetivales y empleo de determinativos.
110
bueno... mejor
malo... peor
grande... mayor
pequeño... menor
El grado superlativo utiliza en español, entre otras formas (como muy), el sufijo –
ísimo. En algunos casos, la adición de la terminación –ísimo al adjetivo puede
provocar modificaciones en el significante:
nobilísimo,
ardentísimo (frente a corrientísimo)
conviven:
cruelísimo crudelísimo
amiguísimo amicísimo
certísimo ciertísimo
buenísimo bonísimo
fortísimo fuertísimo
fiel fidelísimo
cursi cursilísimo
cruel crudelísimo, cruelísimo
simple simplicísimo
benévolo benevolentísimo
antiguo antiquísimo
sagrado sacratísimo
magnífico magnificentísimo
nuevo novísimo
notable notabilísimo
probable probabilísimo
benéfico beneficentísimo
111
Los mismos adjetivos que tienen comparativos sintéticos, vistos anteriormente,
tienen también superlativos sintéticos venidos del latín:
bueno... óptimo
malo... pésimo
grande... máximo
pequeño... mínimo
Cuestiones
(1) ¿Qué forma es correcta o normativamente más correcta: extravertido o extrovertido?
(2) Corrija las incorrecciones referidas a la construcción del grado en las siguientes frases:
a. Esta compra es muy importantísima.
b. Tu padre es más mayor que el mío.
c. Pocas tiendas hay más baratas como la de mi calle.
d. Pedrito toca el piano con una soltura mayor a la del año pasado.
a) Sobre el uso del artículo en las fechas, hay que recordar que en español
para fechas anteriores al año 1100 empleamos artículo ante el año (En el 409
tienen lugar invasiones germanas); en fechas posteriores a 1100 es frecuente la
ausencia de artículo (En 1492 se publica la Gramática de Nebrija). Para fechas a
partir de 2000, se ha generalizado el uso de artículo; según la RAE esto ha
ocurrido porque «a diferencia de las fechas que incluyen una centena, la escueta
referencia a 2000 puede resultar imprecisa en la mente de los hablantes para
designar inequívocamente un año». Por supuesto, cuando la fecha forma parte de
la datación de cartas y documentos, el año se introduce sin artículo (14 de junio
de 1996)
b) Una tendencia que está cobrando cierto auge en español actual, y que
debe evitarse, consiste en copiar estructuras inglesas con artículo ausente: «Para
ese asunto nos debe valer tener cuenta en banco» en lugar de una cuenta en el
banco.
112
c) Hay que aludir a una incorrección que puede presentarse en el uso del
relativo cuyo. Este relativo tiene la peculiaridad, frente a otros relativos, de que
no sólo expresa anáfora (remisión a un antecedente previo) sino también
posesión: Los matrimonios cuyos hijos no van al colegio disponen de más
tiempo. Hoy cuyo está en desuso (y es una tendencia desde el siglo XIX en el
idioma), por eso se emplea casi sólo en el lenguaje escrito, e incluso en ese tipo
de lenguaje, es sustituido por otros giros, como Los matrimonios que tienen hijos
que no van al colegio.... Ahora bien, es incorrecta la sustitución de cuyo por la
secuencia que su:
Por supuesto, no todas las secuencias que su son incorrectas; si estamos ante la
suma de [que no relativo + posesivo] que su es correcto: Me dijo que su madre
era dentista.
113
cardinal mil, la concordancia se hará siempre en masculino con este último,
aunque por estar muy extendida no se debería censurar la concordancia con el
sustantivo cuantificado: veintiún mil monedas, mejor que veintiuna mil monedas.
Pero con los compuestos con ciento (trescientos...) siempre se concuerda con el
sustantivo: doscientas mil hojas, doscientos mil hombres.
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ORDINALES EN ESPAÑOL
1. Primero (o primer)
2. Segundo
3. Tercero ( o tercer)
4. Cuarto
5. Quinto
6. Sexto
7. Séptimo
8. Octavo
9. Noveno (o nono)
10. Décimo
11. Undécimo
12. Duodécimo
13. Decimotercero
14. Decimocuarto
15. Decimoquinto
16. Decimosexto
17. Decimoséptimo
18. Decimoctavo
19. Decimonoveno
20. Vigésimo
21. Vigésimo primero
22. Vigésimo segundo
30. Trigésimo
40. Cuadragésimo
50. Quincuagésimo
60. Sexagésimo
70. Septuagésimo
80. Octogésimo
90. Nonagésimo
100. Centésimo
101. Centésimo primero
110. Centésimo décimo
200. Ducentésimo
300. Tricentésimo
400. Cuadrigentésimo
500. Quingentésimo
600 Sexcentésimo
700. Septingésimo
800. Octingentésimo
900. Noningentésimo
1000. Milésimo
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Cuando el número es superior a cien, lo más cómodo es citar con cardinal, así el
«500 centenario del Descubrimiento de América» era leído como «Quinientos» y
no como «Quingentésimo». No es nada habitual que al citar, por ejemplo, el
poema número 352 de una antología se aluda al poema tricentésimo
quincuagésimo segundo.
Sin embargo, es recomendable que los números que indican sucesión inferiores a
cien, salvo casos especiales fijados por la tradición, como «Alfonso XIII», =
trece, se lean como ordinales y no como cardinales. Así, un titular en prensa
como «Se juega la XXV edición de la Copa África» se lee con el número
desarrollado en ordinal, la vigésima quinta.
Cuestiones
3. Partiendo de estas dos recomendaciones, pase a letra los números de estos titulares:
_____________________________________________________
______________________________________________________
________________________________________________________
__________________________________________________________
___________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
8. Jacques Anquetil ganó la 51ª edición del Giro de Italia y se colocó la maglia.
______________________________________________________________
116
5.4. Cuestiones normativas en torno a la
concordancia
La concordancia es la igualdad de accidentes gramaticales entre dos palabras. Es
una relación entre al menos dos palabras que se establece con la repetición en
cada una de ellas de uno de los morfemas: género, número o persona. La
concordancia sirve para identificar léxica y sintácticamente las palabras
concordantes. En español el orden de palabras no es fijo, aunque sí responde a
reglas y motivaciones dadas. No puedo decir los aula alumnos en el estan, pero
sí Los alumnos están en el aula; en el aula están los alumnos. En lenguas como
el español, con orden de palabras libre, la concordancia sirve para relacionar
internamente, especificar y ayudar a interpretar los componentes de la frase.
117
5.4.1. Concordancia con sustantivos femeninos en a-, ha-
Esta regla no se aplica a los adjetivos, sólo a los sustantivos: la áspera corteza, la
agria naranja. Y si entre el artículo y el sustantivo se inserta otra palabra, debe
aparecer la forma femenina normal del artículo: la cristalina agua, el agua
cristalina.n Por eso, el recorte siguiente del Diario de Cádiz presenta una
concordancia errónea, al haberse utilizado mismo en lugar de misma; la forma el
118
(que, hay que recordarlo, no es masculina sino aparentemente masculina, ya que
es etimológicamente femenina) aparecxe cuando lo que sigue inmediatamente es
un sustantivo femenino que empieza por a- o ha tónicas; si hay cualquier otro
elemento esa regla no es válida.
Cuestiones
4. Elija la forma que considere correcta
1. Este / esta aula es demasiado pequeña.
2. El / la admiración por él no tiene límites.
3. El / la águila es un animal impresionante.
4. Algún / alguna hacha debió ser usada en el crimen.
5. Otro / otra aula es lo que nosotros necesitamos
6. Dame el / la agua que hay ahí.
7. Se ha registrado un / una apacible alza en las tarifas.
8. Estamos desesperados con este / esta amiga suya.
9. Todo / toda el / la agua necesaria / necesario deberá ser trasvasada.
119
5.4.2. Concordancia con sustantivos de referente colectivo
120
«Los sustantivos cuantificadores son aquellos que, siendo singulares,
designan una pluralidad de seres de cualquier clase; la clase se especifica
mediante un complemento con de cuyo núcleo es, normalmente, un
sustantivo en plural: la mitad de los animales, la mayoría de los profesores,
una minoría de los presentes, el resto de los libros, el diez por ciento de los
votantes, un grupo de alumnos, un montón de cosas, infinidad de amigos,
multitud de problemas, etc». La mayor parte de estos cuantificadores
admiten concordancia con el verbo tanto en singular como en plural,
dependiendo de si se juzga como núcleo del sujeto el cuantificador singular
o el sustantivo en plural que especifica su referencia, siendo mayoritaria, en
general, la concordancia en plural»
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5.5. Conclusión
“ (...) en los últimos dos días he leído u oído (más subtítulos, doblaje,
prensa) los siguientes disparates o inexactitudes: 1) «El General Surgeon ha
ordenado la vacunación», cuando eso es el nombre del Ministro de Sanidad
norteamericano, «Cirujano General» literalmente. 2) «La muerte está en sus
talones», cuando en castellano la consagrada frase, que conocen hasta las
cabras, es «... le pisa los talones». 3)«¿Cuál es el asunto?» por What’s the
matter?, que significa siempre «¿Qué pasa?» 4) Treinta veces «Me gustas»
por I like you, que en los diálogos suele querer decir «Me caes bien». 5)
Cuarenta veces «No has sido honesto», cuando honest es casi siempre
«sincero». 6) Ochenta y siete veces «Lo quiero ahora» o «Hazlo ahora»,
cuando now equivale a «ya» en todas las frases de este tipo. 7) «Lo correcto
y lo equivocado» por right and wrong, que es como se dice en inglés «lo
bueno y lo malo» o «lo que está bien y mal». 8) «El sabor» como uno de los
cinco sentidos, cuando taste sería, como tal, «el gusto». 9) Siete veces «la
alarma» por self-defense, que en español se llama «defensa propia». 11)
Doscientas veces «tributo» por tribute, que no es en inglés sino «homenaje».
12) «Los Reyes iban hacia Bethlehem», ignorante el traductor de que ese es
el nombre en inglés de «Belén». 13) «El Señor le dijo a Noah que
construyera un arca», lo mismo respecto a «Noé». 14) «Los cuadros de
Raphael», creyendo el traductor sin duda que el cantante epilecticoide pinta,
e ignorando que al renacentista italiano se lo llama «Rafael» desde siempre.
15) «La reina Dowager», como si hubiera una dinastía desconocida y
dowager no fuera «viuda». 16) «Una interpretación estrepitosa», sin saber
que strepitoso es en italiano sinónimo de «magnífico» y similares. 17) «He
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sentido una música», olvidando que en esa lengua «oír» se dice sentire. 18)
«Tiene mirada de banquero» o «de pordiosero», confundiendo look, que a
menudo es «pinta» o «aspecto». 19) «Es como entrar en Wonderland», lugar
que desde hace siglo y pico se conoce como «el país de las Maravillas». Y
20) «En el siglo IV antes de Dios», tomando A. D. (es decir, en latín —y
adoptado por el inglés— Anno Domini, «Año del Señor») por la referencia a
unos extraños tiempos ateos”.
El País, 15 de septiembre de 2006
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Bibliografía
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este / ese /aquel como femeninos», ELUA, 6, 123-127.
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el sintagma nominal», Gramática Descriptiva de la Lengua Española,
Madrid, Espasa-Calpe, I, 129-215.
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correctamente. Madrid: Arco Libros, 183-252.
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nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 190-201.
Vela Valldecabres, Daniel (2002), «El adjetivo y el adverbio. Estilística», en M.ª
Victoria Romero Gualda (coord.), Lengua española y comunicación.
Barcelona: Ariel, 315-338.
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