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Cultura y modernidad-mundo

de Renato Ortiz

Las culturas se desarrollaban en el marco de sus territorialidades. Los antropólogos en el


momento de estudiar una sociedad establecían un mapa de la sociedad observada
identificando a los individuos y sus costumbres, los límites estaban marcados (centralidad).
Cualquier organización social podía ser resumida como un conjunto de valores.
El pensamiento antropológico está basado en los conceptos de “centralidad” y “oposición
entre lo interno y externo”. Las culturas son definidas internamente y tienen la capacidad de
interpretar los elementos que vienen de afuera.
Las sociedades no son estáticas, por lo que elementos de una sociedad se esparcen, pasan de
un grupo a otro por medio de la tradición que sería de generación en generación, la difusión
que es de una población a otra. La tradición está estada a tiempo y difusión a espacio.
El fenómeno de aculturación está dado por el contacto de dos grupos que vienen de
diferentes lugares y lo que se obtiene como resultado es un cambio en los patrones culturales.
Está dado por el traslado de individuos espacialmente donde las culturas entran en contacto y
la memoria colectiva es fundamental para no olvidar.
El sincretismo une los pedazos de la historia en un todo, vendría a ser una tradición
dominante que ordena las diferentes historias.

En la modernidad no tiene sentido analizar el fenómeno cultural bajo las premisas de los
antropólogos porque la modernidad se caracteriza por movilidad y no por fijeza, que era lo que
hacían los antropólogos, limitar un territorio.
Con el principio de circulación se hacen las reformas urbanas, se crean medios de transportes,
cambio de lo artesanal por lo industrial en la moda y también se va a modificar la
alimentación.
Antes se podía armar un mapa fijando los productos a sus regiones pero con las nuevas
conquistas tecnológicas se liberan los alimentos de las ataduras regionales. El mundo artesanal
es atropellado por la cocina industrial, los productos tradicionales pueden ser preparados fuera
de su lugar de origen. Se rompe de esta forma las relación entre lugar y alimento.
Los alimentos pierden su territorialidad y sus costumbres, se adecuan a la circunstancias que
los envuelve, por lo que se desvanecen los mapas alimentarios. Los alimentos pierden su
verdadero significado y pasan a tener una finalidad Ej.: hoy en día de tomar un café es
concebido como un acto para suspender el trabajo y no como un acto para disfrute del gusto
del café.
Con la modernidad se ha modificado el consumo de los alimentos por lo que ahora el mismo ya
no se remite a productos territoriales sino que trasciende las fronteras.
Ahora no hay tiempo para comer en casa, de allí que surge la necesidad de comer bien y
económicamente, impone un ritmo. Los productos dejan de ser comprados en la tienda para
ser suministrados por los supermercados. El ritmo alimentario está pautado por las exigencias
de la sociedad.

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Cultura y modernidad-mundo
de Renato Ortiz

La americanización del mundo, tiene su origen en la idealización de su pueblo y su historia.


El nacimiento de una nueva nación abre el camino hacia los hombres a los que les difundirían
sus valores democráticos y liberales.
La misión americana era llevar a los pueblos atrasados hacia la modernidad norteamericana,
donde de alguna manera al consumir sus mercancías estarían educándolos para una socieda
mejor. EE.UU. se imagina como un paradigma que debe ser imitado.
Desarrollan un capitalismo monopólico, una cultura de exportación obteniendo como resultado
dependencia política y cultural debilitando las culturas nacionales. Los EE.UU. dominan la
producción y distribución mundial de la televisión, filmes y publicidad.
El fenómeno de “imitación” surge como explicatoria de la propagación de costumbres, ya que a
los países sometidos no les queda otra alternativa que imitar. Siendo la mundialización un
fenómeno externo a dichos países.

El imperialismo viene marcado por su origen, se procura imponer ideas, modos de vida a
todos aquellos que se encuentran bajo su yugo. Existiría espacios difusores de Cultura y
locales periféricos sujetos a sus influencias. Es una expansión mundial, universalista, que
traspasa las fronteras nacionales. Sumisión del mundo al avance del capitalismo.

“Las culturas nacionales estarían en riesgo delante de la constante amenaza de una cultura
extraña” No se importa solo una mercadería sino que también viene con él un conjunto de
valores y conductas que están en los productos. Lo que es externo sería un elemento extraño,
distante a la modalidad nacional.

Según Ortiz el concepto de imperialismo restringe la comprensión de la mundialización.


Aculturación y difusión son propicios para el entendimiento de la globalización.

La lengua no es sólo un elemento de comunicación sino también de poder. El Estado es


importante en el momento de unificar lenguas, lo hará mediante actitudes represivas o bien
mediante instituciones totalizadoras (escuela, administración pública). La lengua oficial
adquiere valor simbólico y se impone frente a la pluralidad de hablas.

En la mundialización aparecen problemas de diglosia, sociedades en las cuales coexisten dos


lenguas distintas, es una costumbre. El inglés se caracteriza por una lengua mundial, deja de
ser una lengua extranjera para transformase en un segunda lengua. Lo que era externo se
vuelve interno. Esto se debe a la expansión de las fronteras de la modernidad – mundo. Los
individuos que conocen esta lengua tienen ventajas sociales. El inglés penetra fácilmente
donde hay conflicto entre lenguas.

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Cultura y modernidad-mundo
de Renato Ortiz

En la modernidad resulta difícil encontrar la centralidad de las cosas, hay nuevas formas de
dominación.

En principio el americanismo no existe, es un invento de Ortiz para explicar esa posición


ideológica que ve en USA el mundo ideal. En el extremo opuesto estaría el Imperialismo
diciendo que USA es el mal de mundo. Lo que Ortiz plantea es que ambas perspectivas
piensan de igual manera para decir lo opuesto, que toman los mismos elementos pero dicen
cosas opuestas. Para él el problema está en otro lado y además tiene que haber
necesariamente una perspectiva superadora de esta oposición. Como buen marxista es
dialéctico.

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