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Imaginarios urbanos

Benjamín Bravo

El ser humano no deja de imaginar e imaginarse


conrinuamenre en contextos históricos y epistemológicos:
"La imaginación es uno de los sentidos interiores cuyo
funcionamienro, hecho posible por el senrido común, se
une a la memoria y a la cogitativa, en cuanro absorbe y
elabora las percepciones y las sensaciones; en cuanro
reproduce esas percepciones sensibles, también en
ausencia del estímulo actual, y las combina con extrema
libertad y se inserta en el dinamismo de la psique
humana"l. La imaginación, pues, produce y ordena
imágenes. Cuando el ser humano da "el paso" de hacerlas
suyas, o sea, de subjetivizarlas, a dicho "producto" se le
llama imaginario. En este sentido, el imaginario tiene su
realidad específica: es objetiva (en cuanto la imagen
represenra algo real) y subjetiva (en cuanto la imagen está
cargada de afectividad)"2. No tiene un objeto a reflejar,
sino deseos a proyectar. Es la capacidad humana de hacer
I surgir como imagen algo que no es ni que fue. Es desde
I
I este concepto desde done se establece la relación con la
historia, con lo social y con lo psicológico3•

I Si relacionamos estos conceptos con el fenómeno


I urbano, se puede decir que en las ciudades, más que
I

1S. Babolin, Cultura eJnculturación, México 2000, 38. 2


Ibid, 37.
3 Cf. A. Vergara, "Horizontes del imaginario. Hacia

un reencuentro con tradiciones investigativas", en A. Ver-


gara (coord.), Imaginarios: horizontes plurales, México 2001,
11-83.

I
I
48 / BmjmniJ1 BllwO Imaginarios urbanos / 49

en ningún otro espacio, coexisten diferentes realidades- individuo"". Son imágenes heredadas, cargadas de
imágenes que dan identidad real a la ciudad y, a su vez, emociones, que dicho individuo lleva sin darse cuenta,

muy diversos imaginarios que continuamente sus que lo empujan a ir más allá de lo que es y tiene no tanto
I
habitantes están recreando para sobrevivir y buscar
I porque esras herencias, a las que se da en llamar
i
arquetipos, las haya logrado en un momento histórico
sentido de vida en esa realidad que se llama urbe'. ¿Qué
propicia la continua recreación de imaginarios? El ¡I determinado de su vida, sino porque las fue recibiendo
[ de! grupo en que le toCÓ vivir y crecer, que, a su vez,
hecho de que e! citadino pisa -debido a su trabajo, a sus [
estudios y servicios que presta, a sus diversiones- ¡ las heredó de las formas como reacciona comúnmente la
diferentes espacios, en los que encuentra distintos gru- especie humana ante situaciones-límite significativas:
i morir, procrear, sufrir, parearse, crecer, defenderse, etc.
pos viviendo de plurales maneras -más si están afir-
mando sus convicciones religiosas o de raza-, también I Es, pues, un saber cultural que le fue transmitido en
lo propicia aquello que nunca va a llegar a pisar, pero \ forma de imágenes míticas, de direccionalidad actitudi-
1¡ nal; son vivencias y experiencias que el individuo, a su
que se lo imagina; además, están la información y las I
vez, adquiere, y, en consecuencia, en él perviven en esta-
propuestas de! mercado que recibe a domicilio por la ¡ do potencial, como soporte básico de muchas creaciones
televisión y la cibernética y, finalmente, los distintos I
papeles que tiene que desempeñar por su trabajo I sociales que él realizará en su futuro. De ahí la
importancia del imaginario de la persona, que es la
cuando, por ejemplo, piensa como indígena, viste como
moderno, se conduce por políticas laborales japonesas y potentia de responder a todas las situaciones que la urbe
1
siente la desigualdad y la frialdad en e! trato de parte de le presenta, en forma inesperada y sin previo
1 conocimiento, a lo largo de la vida.
sus jefes extranjeros. Experimenta, pues, continuamente 1
"la presentificación" de imaginarios en formas Llegar a descubrir directamente qué hay "dentro"
concretas de modos de vida. El imaginario se torna así de! individuo es imposible. Los imaginarios no son
activo, expresado, plasmado, movilizante. Es imagen visibles. Por eso se dice de ellos que, sin dejar de ser
encarnada en personas y grupos. sociales, son inconscientes. Para llegar a conocerlos no
nos queda más que una vía indirecta y mediata: conocer
Imaginario es, pues, gran parte de lo que pasa en la
los mitos heredados de su grupo cultural. Sin embargo,
urbe. La macrourbe es e! nido en e! que se realizan
se presenta e! problema de que muchos mitos, sobre
estos medios de comunicación. No surgen de una
todo los del origen de los pueblos, han desaparecido o
interaccion real y permanente entre dos o mas
.\ permanecen en la oscuridad. Lo que queda de los mitos,
personas, aunque no se niega que en dicha interacción
existan imaginarios, sino de una interacción fugaz, I ¡
y consecuentemente de los imaginarios, son sus
evasiva, pasajera, entre la persona y los "componentes" símbolos. A través de éstos, es posible llegar a lo
de la macrourbe, que tiene, por así decir, "cuotas de
imaginario"". I 1
profundo de las culturas de los pueblos y grupos. La
razón es que el imaginario utiliza lo simbólico no sólo
para expresarse, lo cual es evidente, "sino sobre todo
"

Otra forma de describir e! imaginario es como ¡ para "existir", para pasar de lo virtual a cualquier otra
"inconsciente colectivo, heredado in potentia a todo
I I
cosa". En la observación de los sím-

Cf. N Carda Canclini, Imaginarios urbanos, Buenos


4 \ " C. Sánchez, "Imaginario cultural e identidades
Aires 1997,69-104. I colectivas", en J. Beriain - P. Lanceros (comps.),
5 Ibid., 89. I Identidades culturales, Bilbao 1996, 125.
I, 7 lb id. , 186.
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50 / Benjamin Bmvo InZilgÍiwrios urbanos / 51

bolos (objetos, realizaciones, acciones, obras) será posible tuamente"8. "Seremos capaces de apreciar la fuerza del
descubrir cómo los individuos y los grupos se interpretan imaginario social cuando estemos atentos a los signos de
a sí mismos y en la relación con su entorno: con los los tiempos y los sepamos interpretar con la carga
demás, con la naturaleza, con la urbe en que habitan, con emocional que constituye la vida de todos los días"9.
la trascendencia; y, a su vez, cómo buscaron conseguir
aquello que anhelaron y desearon. De esta manera, aquel
1. Los imaginarios urbanos
que observa un símbolo concreto está en condiciones de
reinterpretarlo para dar sentido a nuevos contextos que él La macrourbe es uno de los mitos mejor narrados o, mejor
ahora vive, que son distantes y distintos a los contextos dicho, es el objeto simbólico más consumado de la
que vivieron los creadores de los símbolos que ahora modernidad y de la globalización neoliberal salvaje en la
contempla y de los que ahora se está sirviendo. que nos encontramos. Es "el espacio de los suenas [oo.], es
fuente de ilusiones; genera la sensación de libertad, de
Así, los imaginarios colectivos o sociales nos van a movilidad, de escenario de infinitas posibilidades. Permite
remitir, con más precisión y seguridad, a la realidad un pluralismo de modos de vivir [oo.], es el espacio de la
instituyente, a la del principio, sea la inmediata anterior o tolerancia; el lugar de la seducción, de la religión invisible;
a la mediata, que está en la base de la realidad social que el lugar donde lo religioso pierde su localización externa. Se
aquí y ahora se presentifica en forma visible, a través de la interioriza"!o. Es el espacio en el que el ser humano ha
acción de un individuo o de todo un grupo o sociedad. El plasmado los símbolos que conjugan la cultura y la
individuo y la misma sociedad son condicionados por civilización. "Decir sociedad y cultura moderna y decir
dicho imaginario original. Aunque aparezcan como que ciudad es equivalente"!!. En ella se encuentra todo lo que la
están creando su mundo propio y distinto, lo crean dentro sociedad actual, moderna, con sus modernizaciones,
de la corriente que el pasado humano cultural les ha promete al ser humano "actual", incluso al que vive fuera de
heredado. la urbe. Por eso es tan fascinante, sobre todo para los
Es legítimo preguntarnos cuándo el hombre se jóvenes. Así, los imaginarios apuntan y operan hacia el
imagina de forma distinta a como hasta entonces se ha futuro, abren horizontes visionarios a todos y todas, a la
imaginado. La respuesta es obvia: en cualquier situación. masa como tal. Decir esto es afirmar que a cada paso se
La modernidad olvidó, según Cassirer, que el mito es el descubren aportes simbólicos que el ser humano seleccionó
saber colectivo imaginario que permite estructurar y dar en función de la construccion de la urbe. Y en cada objeto o
representacion simbólica late un imaginario. Ordenar tan
sentido al universo sensible; que es la expresión de una
difícil búsqueda del secreto del origen. Pero más grave es vasta y plural expresión requeriría el mito ordenador que
haber olvidado el pensamiento religioso-mítico, la manera nos permitiera reconstruir de forma lógica esta dispersión
como éste funciona y cómo da unidad a la diversidad. No simbólica. Consecuentemente, nuestro reto
es exagerado decir que el imaginario social es el
fundamento de la sociedad actual, pues se ha caído en la 8 J. E Lyotard, "Reescribir la modernidad", Revista de
cuenta de que el mundo imaginario es lo que en verdad Occidente 66 (1986) 24.
relaciona y a su vez refuerza el vínculo social. Esto es lo ') Cf. A. Vergara, o. c., 46-50.
característico de la postmodernidad cara a la modernidad IU J. B. Libanio, "La Iglesia en la ciudad", en M. VV.,
y lo que hace que aquélla no parezca tan sólo ser una La Iglesia en la ciudad, México 1999, 50-56.
modernidad tardía. "La postmodernidad es una promesa 11 J. M. Mardones, La cultura actual y la gran ciudt¡d,
de la que está preñada la modernidad, definitiva y perpe- CSIC, 2002, 1.
1.
2.

I
52 I Benjamín Bravo
I Imaginarios urbanos I 53
1
I
t representa y valora"14. No todos los habitantes de la ciudad se
es "aprender a clasificar los comportamientos expresivos,
mirar cómo se comportan los unos con los otros y averiguar
I representan igualmente, aunque todos se expresan
urbanamente. La confJuencia de múltiples razas, orígenes,
por qué razón viven así"I2. 1
culturas y pueblos en el pequeño espacio que es la ciudad hace
En América Latina y en los países caribeños, el campo
ha dejado de ser símbolo del imaginario humano. Los signos
I
1
que no todos se reconozcan en las mismas expresiones
simbólicas. Aparecen así presentes múltiples culturas urbanas.
agrarios -la buena cosecha, signo de la abundancia y de la ! Las culturas, así, son las que dan vida a la ciudad y, a su vez,
las que dan sentido a sus habitantes. Cada uno se siente "en
madre naturaleza; la familia ampliada, signo de la armonía y
de la seguridad; la tierra, símbolo de la divinidad providente- casa" en algunos espacios con los que se identifica, incluso a
se han esfumado o han cedido su valor ante signos de pesar de que la urbe lo mantenga excluido de espacios
esperanzas y sueños que sienten concretizados en la urbe. sociales, laborales, políticos y económicos.
Hoy día, incluso el hombre y la mujer del campo, gracias a
Lo que a primera vista parece masa amorfa que no "habla" a la
los medios de comunicación, recrean imaginarios y los
urbe y que no se deja retar por ella está precisamente
imaginan urbanamente. Los países a los que la globalización
económica ha beneficiado han podido llevar lo urbano a las ¡ "hablando" a través de "prácticas culturales" que no son otra
cosa que conjuntos conceptuales y simbólicos a través de los
poblaciones campesinas Lo común, en América Latina, sin
¡ cuales los diferentes grupos que componen dicha masa tratan
embargo, es emigrar hacia donde dicho objeto simbólico se I de interpretarse a sí mismos y al mundo; juzgan, gracias a sus
encuentra. Así, la población se ha concentrado en las
valores, situaciones y acciones, y las materializan en símbolos
3. macrourbes latinoamericanas y caribeñasl3•
y en palabras según como están sintiendo la realidadl5. De
Lo primero que el migrante busca en la urbe es ubicarse, aquí la importancia de dividir la urbe no tanto a partir de los
conocer e! territorio: avenidas, monumentos, jardines, calles. planos geográficos, sino por "territorios culturales", también
Con e! tiempo, se ubica en relación a puntos de interés de conocidos como "ciudades invisibles".
trabajo o estudio. Mide el tiempo de acuerdo con las
"Los territorios urbanos, entendidos simbólicamente y no
distancias. Habla de cambio en relación a la ubicación física
como meros espacios físicos, van relatando las maneras en
y muchas veces en relación a la clase económica. Sin
que nos asumimos y comprendemos el mundo. El territorio se
embargo, con esto no se ha llegado al fondo de lo que es
marca distinguiendose de lo 'otro', y precisamente desde esa
verdaderamente la urbe, a los verdaderos territorios ..
distinción se reconoce lo otro. Uno en su territorio se entiende
en casa; en el territorio del otro, uno se desubica. Y vice-
Los territorios urbanos son los espacios de prácticas
versa"16. Son las huellas simbólicas, consecuentemente
sociales de autorrepresentación simbólica; son los espacios
imaginarias. Es el espacio donde e! citadino vive afec-
culturales, o sea, "aquellas expresiones de! citadino en donde
tivamente, en el que tiene un "centro afectivo" que le
se reconocen las formas como se

14 M. Restrepo, "Simbología urbana en la propuesta de


12 A. Silva, Imaginarios urbanos. Cultura y comunicación Armando Silva", Signo y Pensamiento 22 (1993) 31-32.
urbana, Bogotá 1997, 84-91.
15 Ibid., 36-39.
13 En adelante, cuando nos refiramos a América Latina
16 Ibíd., 41.
o a Latinoamérica, incluimos también al Caribe y a los
hispanos que viven en Estados Unidos de Norteamérica y en
Canadá.
4.
ImagÚwrios urbanos! 55
54 ! Benjamín Bravo
fondo común que es la psique humana. Una, que es posible
brinda tal calidad de sentido de vida que le sutura heridas, tocar, la visible; la oua, invisible, que es realmente lo que se
le ordena desórdenes, le hace experimentar que el caos se anhela poseer. El símbolo reúne lo consciente y lo
ha transformado en cosmos, pues le convierte lo virtual en inconsciente, el mundo exterior e imerior del hombre. "Está
real'-. compuesto por lo simbolizante, lo manifiesto del símbolo,
dado a la audición, a la visión y a la percepción, y aquello
¿Cómo descubrir estas culturas o "ciudades invi-
simbolizado en el símbolo que constituye su horizome de
sibles"? Analizando los símbolos, o sea, analizando las
sentido, el ámbito de 10 imaginario [oO.] comparece una
maneras y formas como los citadinos se manifiestan
dualidad en su configuración interna, una tensión entre un
interpretándose y al mismo tiempo haciéndose ante la
'decir' (el simbolizante portador de algo) y un indecible (10
urbe, ante los otros y, en nuestro caso, ante el Otro, Dios. Desde
simbolizado)"'" que es "la parte importante, la que tiene
esta perspectiva, la urbe debe ser analizada no sólo ni
huellas de infll1itud, de inmortalidad, de trascendencia, de
primordialmente desde una óptica política y socio-económica, sino
eternidad, de plenitud"'9. El símbolo así empuja hacia la
desde el eje de los imaginarios urbanos, es decir, desde una
relación, hacia la co-implicación religiosa, a un
perspectiva semiótica. Por supuesto, aquí no analizaremos todas
emparentarse con 10 numinoso, religándonos con 10
las formas simbólicas como el citadino se muestra interpretándose, \ sagrad020. Por eso da sentido a la existencia humana, ya que
o sea, como va haciendo su cultura. Nos centraremos solamente,
por razón de nuestro interés, en desentrañar y descifrar la manera
concreta como se va haciendo ante la Trascendencia, ante Dios, o
l es el medio del que dispone el ser humano para apagar la
sed de sus preguntas fundamentales, la guía que le orienta
hacia la unidad en medio del caos o de la inteligibilidad"2'.
sea, analizaremos el aspecto religioso de la cultura. Por lo mismo,
nos circunscribiremos a hablar de lo que llamaremos en adelante
"ciudades invisibles religiosas" para enlistar al final, con una I
¡
El imaginario, pues, da consistencia al símbolo, ya que en
todo símbolo subsiste un componente imaginario,
actitud propositiva, las más significativas "ciudades religiosas" que convirtiéndose así en respuesta que produce sentido; a su
están presentes en las megalópolis. Sin embargo, antes de entrar en vez, el símbolo, como signiflcante visible, se convierte en
este punto, es conveniente ahondar sobre los símbolos, concreción asidero real de la persona que busca sentido y en él 10
de los imaginarios. encuentra. El símbolo no sólo, pues, nos ayuda a remontar el
hallazgo del imaginario que simboliza, sino también a
¡ remontar los limites del sentido: "El símbolo es límite,
2. El símbolo, camino para t pero a su vez prolonga la fuerza de la que carece la razón
descubrir los imaginarios
urbanos
J para hacemos llegar

Si hemos dicho que el camino para descifrar el imaginario es 18 C. Sánchez, o. c., 185.
¡
el símbolo, estamos entonces afirmando que el imaginario debe 19 M. Beuchot, Hermenéutica, analogía y símbolo, México
tener algo de numinoso y sagrado. El vocablo "símbolo" habla de l 2004,143 Y 151.
!
dos fragmentos que se corresponden, dos claves que se implican. íI 20" Cf. A. Ortiz-Osés - P. Lancetos (dirs.), Claves de
¡
hmnenéutica para la filosofia, la cultura y sociedad, Bilbao
Es una expresión de doble sentido que se arraiga en un !
,!
2005,67.
¡ 21 J. M. Mardones, La vida del símboLo, Santander
i
i 2003,56.
17 Cf. A. Silva, "El territorio: una noción urbana", Signo y !
Pensamiento 12 (1988) 81-91.
56 I Benjamín Bravo Imaginarios ¡¡¡,b,lnol'! 57

a eso que deja desconocido [oo.] va (pues) más allá de la bolos y la mediación del pensamiento. Se trata, pues, de la
razó n"". conjunción de! sentir y de! razonar; del animal
symbolicum y de! rationale. Se trata de "entrar en relación
El problema ahora es discernir cuándo un deter- apasionada, al mismo tiempo que crítica, con e! valor de
minado símbolo da sentido a un individuo, a un grupo o a la verdad de cada símbolo"26, de captar, a partir de!
la sociedad, y cuándo es una mentira o un fantasma. Esta sentido captado en e! símbolo, un pensamiento autónomo
cuestión es de suma importancia en América Latina por e! y un discurso conceptual en e! que se gana una
hecho de que e! lenguaje simbólico es e! mayoritario y comprensión de! ser hombre o ser mujer y de su situación
también, como veremos, porque gran parte de la población en el conjunto del ser, pero no al margen de la
se juega en e! símbolo mítico-re!igioso su último recurso interpretación, sino por medio de ella.
para encontrar sentido de vida. "Una mala interpretación
¿Cómo hacerlo en concreto en un trabajo pastoral?
puede cosificar y hacer de! símbolo un ídolo"23. Con esto
nos referimos no tanto a la necesidad de explicar e! Los pasos siguientes no son una técnica, sino una con-
contenido de! signo visible, a su "arqueología"24, que cepción de la vida misma de! sujeto que se autocom-
nunca deja de ser útil hacerlo, como más bien hacia prende a través de signos:
aquello al que éste nos reenvía, "hacia la 'otra cosa que no _ Hacer que e! pueblo mayoritario diga y dialogue
es encarada más que por él"25. y aquí es donde la palabra sobre las múltiples significaciones e interpretaciones que
hablada -e! símbolo lingiiístico- es absolutamente cree que tienen los distintos símbolos mítico-religiosos de
imprescindible. "Ahí donde un hombre sueña, profetiza o su "templo cultural".
poetiza, otro hombre se levanta para interpretar" (Paul
Ricoeur). Desentrañar, pues, en nuestro caso, e! _ Se constatará la gran reserva de sentido que, para
significado de! signo mítico-religioso no es simplemente él, poseen los símbolos: cómo siguen diciéndole mucho,
comprender qué significó en un pasado remoto y arcaico, aunque desconozca su significado original. Por ejemplo,
tratando de recuperar significaciones perdidas en e! no porque desconozca los significados de los signos que
tiempo; se trata, más bien, de añadirle una interpretación se encuentran en la imagen de Guadalupe, ésta deja de dar
que, aprovechando su enigma original, promueva un sen- sentido a la vida del devoto. Es e! paso interpretativo en e!
tido que vaya más allá de! individuo que lo "toca", que el devoto contextualiza el símbolo, imaginariamente,
en la situación que está viviendo.
asumiendo éste la responsabilidad de un pensamiento
a\ltó.nomo. En otras palabras, es necesario ofrecer prin-
I
I - Es aquí el momento en el agente de
cipios de discernimiento del símbolo. ¡r pastoral, clérigo o laico -para quien el mismo signo
¡ puede decir muy poco-, interpreta el mismo símbolo desde
En e! acto de discernir confluyen dos momentos del ¡
conocimiento humano: la inmediación de los sím- ¡ Aquel que para él sí tiene sentido: Jesucristo, Verbo hecho
carne que trajo un mensaje de salvación liberación. En un
diálogo entre e! pueblo y el agente, se da e! encuentro de
22 M. Beuchot, o. C., 158.
¡ la interpretación racional con la interpretación simbólica.
23 R. Kerbs, "Una interpretación sobre el origen de la .1 "La interpretación es así la bisagra entre e! lenguaje y la
articulación (interna y externa) y la restauración de los ¡ experiencia vivida"27. En
mitos en Paul Ricoeur", Logos 86 (2001) 67.
l< Cf. P. Ricoeur, Le conflit des interprétations. Essais
!
I
d"herméneutique, París 1969, 25.
25 M. Agís, Del símbolo a la metáftra, Santiago de
¡1
26P. Ricoeur, LS, 485, cirado por Agis, o.
c. 27 M. Agis, o. c., 87.
Compostela 1995, 71. I
I
¡
!
íI
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'!
Imaginarios urbanos! 59
58 / Bm/!o

este momento del juicio conjunto, se da un momento un método que supera el reduccionismo psicoanalítico y
destructivo, que es la desmitologización de la religión que estructuralista por e! que el mito es ubicado en estadios
evade y enajena, y, asimismo, otro positivo, dado por la oníricos v subconscientes30•
hermenéutica restauradora, que busca que dicho símbolo Gracias a este método o círculo hermenéutica, e! individuo
proyecte la riqueza de resistencia y de liberación que el llega a ser menos ingenuo y más crítico, pero no por esto
símbolo mantuvo oculta o aletargada28. racionalista. Hay que reconocer, por otro lado, que e!
- Observar la nueva práctica, fruto de la interpre- lenguaje racional, conceptual y lógico, por más que lo
tación hecha, es determinante para discernir si fue un intente, no puede por sí mismo producir sentido. Si la
diálogo restaurador o no. filosofía no se conecta con los símbolos, será un simple
deleite especulativo, un hablar desde ninguna parte, pero
Se puede aplicar al símbolo mítico-religioso lo que no respuesta existencial al ser humano. El lenguaje lógico
dice Gadamer respecto al lenguaje: "Debe ser y filosófico queda, de esta forma, vinculado a "esta
comprendido en cada momento y en cada situación de una imaginación de! ser posible humano, individual o
manera nueva y distinta. Comprender es siempre colectivo-histórico, poniéndose al servicio de la
aplicar"29. Aunque hay multiplicidad de hermenéuticas - imaginación productiva3'.
siendo esto un problema cultural~, ya que unas insisten en
desmitologizar e! símbolo hasta dejarlo "puro" y otras en
restaurar e! sentido a como dé lugar, la que hemos 3. Los símbolos en acción: los rituales
propuesto nos ha parecido adecuada teniendo en cuenta la
limitación de! proceso de! conocimiento humano en la
Los símbolos generalmente se ritualizan, es decir, se
mayoría de los habitantes de América Latina. Conviene
realizan en acciones estilizadas y repetitivas, en las que se
explicar esto.
emplean gestos y movimientos corporales, dentro de un
La conquista, e! coloniaje, el caudillismo, los par- contexto social, para expresar y articular un significado.
tidos únicos y los militarismos han impedido a las Aunque tiene formas fijas, su significado varía de acuerdo
mayorías latinoamericanas juzgar y transformar la con la interpretación de cada grupo en determinada
situación opresiva que seculannente han padecido: situación. Puede ser sagrado o re!igioso si relaciona a la
hambre, carencia de agua, vivienda, desapariciones gente con el mundo sobrenatural o con aquello que los
forzadas, muerte-antes-de-tiempo, miseria, analfabetismo, participantes consideran el sentido último y definitivo de
falta de centros de salud y esparcimiento, negación de sus vidas. Será secular si relaciona al grupo con las cosas
todo derecho... Juzgan esto, hechos frecuentemente ha ordinarías de! día a día:
sido un delito. La gran masa, víctima diaria de esta
injusticia institucionalizada, busca asideros simbólicos
30 "Para mí -dice Ricoeur-, la hermenéutica es toda
donde agarrarse, que le permitan, al menos por unos
una espiritualidad [ ... ] Hacemos un trabajo de
instantes, sentir un cosmos pasajero. Por esto,
totalización, sin tener aún toda la totalidad. Ni pensamos
consideramos que es mejor abrir horizontes de sentido desde lo absoluto, ni renunciamos a él [ ... ] Hay que dar
liberador que detenemos racionalmente en la sospecha de! lugar a la esperanza. y, por cierto, la esperanza no sólo
símbolo mítico-religioso. Asimismo, es como categoría de la vida cotidiana, sino como categoría
lógica. Así que es un pensamiento que ni se instala en lo
absoluto ni se resigna al sinsentido [ ... ] Renunciamos a la
R. Kerbs, o. c., 57.
2S
arrogancia de todo saber absoluto". Citado por J. Masía,
Lecturas de Pauf Ricoeur,
"H. G. Gadamer, Verdady método 1, Salamanca 1960, Madrid 1998,45.
380.
31 CE. R. Kerbs, o. C., 82.
5.
6.
Imaginarios urbanos I 61
60 I Benjl/mín Brallo

Aunque en la práctica es difícil distinguidos, porque hoy _ Ritos de entrada (bienvenida, acogida, ubicación,
día, sobre todo en las megaurbes, los rituales seculares se saludo, calidez).
celebran con camuflajes religiosos y rituales seculares son
_ Ritos de sensibilización o calentamiento (con-
celebrados en espacios considerados sagrados3z, "(pues)
centración interior, música, luces, olores, lecturas,
los momentos decisivos de la vida de los individuos y
silencio, cercanía corporal, coqueteo, sugestión).
pueblos se viven en el marco de los rituales católicos. Esta
tendencia a organizar la vida individual y colectiva _ Experiencia extática o de felicidad -momento
alrededor de los rituales católicos se manifiesta también culminante- (compra, gol, orgasmo, trofeo, medalla,
en la amplia convocatoria masiva de los cultos máximo dezibel, éxtasis, pisar terreno sagrado, sentir lo
7. tradicionales y de la devoción a vírgenes locales y otro-distinto, comulgar, sentirse puro).
barriales"33. _ Ritos conclusivos (convivencia, reposo, canto,
consigna, silencio, ejercicios de relajamiento, danza
Los rituales culminan siempre en ágapes festivos.
eufórica, abrazos, palabras de despedida, comunión entre
Una vez culminados, la comunidad disfruta de haber
instaurado equilibrio entre sus miembros, alianzas con los los participantes).
grupos vecinos, con las fuerzas ocultas, con la naturaleza _ Ritos "misioneros" (comunicación a otros de la
entera y con el Otro, con Dios34• Gracias, pues, al ritual se experiencia vivida; presumir el producto; invitación a
da la irrupción del imaginario, plasmado en la pequeñez otros a que experimenten "la vivencia"; recuperación de
de los símbolos, ya que, como se ha dicho, tocan el la esperanza ante el fracaso vivido, compromiso de
momento sentiente del conocimiento y traen a escena lo regresar).
imaginado por éste. Así, el sujeto cambia de ánimo, se
enardece, explota en una emoción aún más intensa y plena
que cuando se imaginó lo que ahora vivencia en plenitud. 4. El símbolo, referencia a lo religioso
En sentido contrario, si el símbolo ya está esclerotizado o
es oscuro para los participantes, el ritual, por más que Hemos apuntado cómo el símbolo tiene referencia a
tenga elementos valiosos, no logra hacer vivir lo religioso. En la medida en que un pueblo "hable" más
experiencias cercanas. Es cuando se torna simple simbólicamente, más religioso será. Hablar, pues, del
ritualismo. símbolo y no abordar la religión, al menos en América
Latina, dejaría incompleta la explicación del símbolo y?
Todo ritual, tanto sagrado como secular, no sólo consecuentemente, del imagina.:!-?
tiene tiempos y espacios propios y bien determinados, sino
La religión o lo religioso se ha vuelto hoy día un
que en su misma dinámica tiene un "orden", o sea, pasos
término central. Sin embargo, entrar por el símbolo a la
específicos que conjugan variados elementos que lo
religión obliga a ampliar el concepto de ésta, pues ha
convierten en una liturgia:
desbordado las limitaciones que consagraban el término a
las religiones monoteistas (cristianismo, judaísmo,
islamismo), a las politeistas, dualistas, henoteistas y a
32 Cf. en este mismo libro la "palabra" Religiosidad popular.
algunas religiones orientales místicas". Hablar
33 R. de la Torre, "Religiosidad popular. Anclajes locales de

los imaginarios globales", Metapolítica 17 (2001) 107.


34 Cf. A. Villadary, Fete et vie q!lotidienne, París 1968, 26
35 "Académicamente se dice que religión procede de una
(citado por González, Jorge, Dominación cultural, [vléxico
doble etimología: relegae y religa re. Religiosos son las personas
1987,46).
que reúnen escrupulosamente (relegere) todas las co-
8.
9.
62 / Benjfl711in Bmllo Imaginarios urbanos / 63

países europeos y, en América Latina, sectores académicos,


de religión hoy día es referirse a cualquier búsqueda de
I científicos y, cada día más, la juventud buscan e! sentido de
sentido, sea que vaya más aHá del mismo individuo -religión I
I
¡ vida en realidades intraterrenas, inmanentes. Aunque todavía
trascendente- o se quede en él -religión inmanente-o Éste es el
caso, por ejemplo, de las religiones animistas, de las I las mayorías latinoamericanas se confiesan "católicas", han
"religiones orientales"; de las que divinizan valores humanos
y políticos (La democracia, la constitución, los héroes, el
¡ pasado, sin embargo, en sus búsquedas prácticas, o de la
trascendencia a la inmanencia o han inventado simbiosis
1 nuevas en las que incluyen símbolos profanos que
culto al Estado); de las religiones sensoriales; de las creencias
"catolizan", así como símbolos católicos que secularizan. Se
absolutas en ciertas ciencias (la biogenética, la cibernética,
etc.) y aún de las adhesiones a convicciones esotéricas, estéti- I empieza a aceptar en estos sectores 10 que en Europa ya es
cas, reencarnacionistas y deportivas, como el futbol.
f ! un hecho: ya no sólo el ateísmo práctico de élites intelec-
tuales y políticas, sino el "ateísmo popular", el ateísmo
Quienes manejan la primera concepción de religión
niegan que las búsquedas de sentido intramundanas sean ! masivo'".

En muchas de estas nuevas religiones no hay interés por


religión; más bien, las conciben como un proceso de
La verdad, sino por la funcionalidad de la creencia en función
secularización'7. Casi la totalidad de los
¡
i de un sentirse bien. "La gente no busca ya muchas veces la
Verdad, ni la de la razón ni la de la fe. Se conforma con la
1 débil verosimilitud. No busca la coherencia de! ser y su
sas que se refieren al culto de los dioses. Es "una lectura
interpretativa" del origen. Religare, en cambio, es religar:
Dios se liga con el hombre y lo ata por la piedad. Ésta es la
.¡ creencia permanente; le basta con la creencia móvil y
pragmática que da sentido a cada momento. No busca ni el
noción judeo-cristiana que ha dominado todo el intelecto ¡ sentido de la trascendencia última ni el sentido de la historia;
basta el sentido de cada día"39. Ciertamente, el supermercado
occidental y que ha hecho que se reduzca la religión a un 1
"ordo ad Deum" (Tomás de Aquino) (CE "Religión", en A. I de estas nuevas religiones es La megaurbe.
Ortiz-Osés - P. Lanceros, o. c., 485.
36 Se podrían añadir Otro tipo de religiones: el culto al
I! A fin de evitar que el concepto "religión" se diluya,
poder mental (el potencial humano, la energía universal, la I algunos analistas llaman a estas expresiones religiosidad
psicología transpersonal, la Iglesia de Syannon, etc.); la difusa40; religión invisible41; rumor de ángeles42,
creencia en realidades extraterrestres (la religión de Rael, la
academia Unarius de la Ciencia, la religión de los maestros
ascendidos a otros planetas); las creencias que permiten que secularización no es el fin de la religión, sino el fin de las
mantener la salud o conseguir dinero o amor, que abarcan formas religiosas que no quieren o no saben adecuarse a las
. santería,astrológia., angelolcigia, ReílÚ, 'vampii-Ismo, tarat,
nuevas condiciones del pluralismo.
wicca, chamanismo, por citar algunos casos. Es la época de las
"religiones a la cana". Incluso otras subesferas no religiosas, 38 Cf. G. Winfried, "Asignatures der religiosen
como la salud o el mantenimiento de la ecología, llegan a Gegenwartskultur", en W Isenberg, Orten fiir den G!auben,
constituirse en poderosas dadoras de sentido (cE P. Reygadas, Bernsberger Protokolle 106, 2002, 9-24.
La ineludible necesidad de creer: integridad, pobreza y bÚsqueda 39 P. Reygadas, o. C., 4.
de sentido (mimeo), México 2004.
40 Cf. R. Cipriano, La religione diftsa. Teoria e prasi, Roma
17 Juan Martín Velasco prefiere hablar de "desacraljza-

ción": "La desacralización, que constituye uno de los aspectos 1988.


41 Cf. T. Luckmann, La religión invisible, Salamanca
centrales de! fenómeno complejo designado con el término de
'secularización; es decir, que e! número más o menos impor- 1973.
tante de realidades naturales o culturales destituidas de su 42 CE P. Berger, Una gloria lejana. La bÚsqueda de la fe en
condición de sagradas, son entendidas ahora como profanas, una época de incredulidad, Barcelona 1994.
puramente inmanentes o intramundanas". CE J. M. Velasco,
La religión en nuestro mundo, Salamanca 1978. Otros afirman
64 I &'<1/)0
Imaginarios urbanos I
65
por enumerar algunos. En resumen, es muy conveniente
precisar de qué se habla cuando se usa el término tiples realidades de su mundo. Y entre todas estas
"religión": si se está haciendo referencia a una relación realidades, otorga a algunas la vertiente de un más allá, de
con la trascendencia o con la absolutización de cienos trascendencia; en otras palabras, las sacraliza. La
valores, o a un modo de producción de sentido terrenal expresión de lo sacro siempre es por eso simbólica.
ordenado hacia una articulación de lo sagrado en la que es "Gracias al descubrimiento de lo sacro, e! hombre se da
posible incluir las "religiones seculares"" . cuenta de que existen realidades necesarias frente a la
contingencia de su propia existencia. Es consciente de la
precariedad de su condición y de la incertidumbre de su
Esta avalancha de religiones, para algunos, no es otra destino [oo.] es un hamo simbolicus por e! hecho de ser un
COsa que "[ ... ] la revalorización de lo simbólico, la horno religiosus" (Mircea Eliade)47. Esto le lleva a
nostalgia de las experiencias cálidas de lo sagrado y modificar e! mundo, pues no le placen, como ya se ha
revuelta Contra la sistematización de las expresiones y dicho, las situaciones-límite que lo angustian y cuestionan
representaciones de lo (institucional) religioso"44 Es un (dolor, sufrimiento, muerte, crisis, derrota, desempleo,
revivir religioso que no se había visto desde hace siglos45• enfermedad, escasez económica, ruptura amorosa, etc.).
Éstas y similares preguntas tienen que ver con su finitud.
Busca por todos los medios hacer del mundo su casa
Desde la óptica antropológica, la religión no es sino
definitiva. Mucho lo consigue a través del trabajo
un componente particular, sin duda e! máximo, de la
transformador, de las bellas artes, de la tecnología. Con
cultura. Entendida la cultura como un sistema de
todo, no se siente satisfecho completamente. Es entonces
interacción de signos interpretables que son los símbolos;
como e! contexto o textura dentro de la cual pueden cuando da el paso de tomar de su entorno signos que le
describirse estos fenómenos de manera inte!igible y den sentido a su vida en correspondencia con una realidad
comprensible46. Se podría argüir que la fe es distinta a la última. Al no haber, por naturaleza, símbolos profanos o
religión, que es un don sobrenatural. Sin embargo, al final sagrados, el ser humano tiene que interpretados en el
se tiene que aceptar que la fe se encarna en culturas contexto de lo último que le está deparado, de tal manera
concretas; quien acepta o rechaza la fe es un hombre o una que todas las demás realidades pasan a ser penúltimas.
mujer que pertenece a una determinada cultura. "Es el mundo de lo único necesario, como se dice
respecto al Reino de Dios, ante lo cual todo es relativo. Es
la vida de! ser humano, que, organizada en torno a un
Así, e! ser humano -cuya corporeidad es e! símbolo Único eje, adquiere una nueva dimensión"48. Lo que se
original Ce1i que por lo mismo acontece la dualidad: lo modifica es su visión o conducta cognitiva, emocional y
visible y lo invisible, lo palpable y lo que existe sin verse pragmática49. El ser humano se transforma al reconocer la
y tocarse, lo pequeño y lo inmenso, lo que es y lo que se trascendencia última y absoluta; él se hace
imagina poder ser- es quien preña múl- trascendentable. De este

" Cf. "Religión", en A. Ortiz-Osés - P. Lanceros, o. C.,


486-487.
4. J. M. Mardones, Para comprender las nuevas firmas de la
47 Citado pOt Agís en la introducción del libro Del sím-
religión, Estella 1994, 157. bolo a la metáfira.
48 J. M. Velasco, "Religión", en C. Floristán, Nuevo dic-
4; Cf Juan Pablo II, Pastores gregis, nn. 3-5.
cionario de pastoral, Madrid 2002, 1.252-1.253.
·16 Cf C. Gera, La interp¡'etación de las culturas, México 49 Cf. G. Theissen, La religión de los primeros cristim1Os.
1998,27.
Una teoría del cristianismo primitivo, Salamanca 2002, 16-17.
66 Bravo Imaginarios urol1llOs ! 67
!

modo, el ser humano hace de su cultura una religión, la i puede hablarse de "bloques culturales" en la misma urbe.
concretiza en nomos (en principios fundamentales que den Este fenómeno, más que una superestructura ideológica,
sentido), en et/;os (comportamientos éticos que respondan es un modo de relación social conflictiva que se enraíza
a éstos) y en símbolos ritualizados que permitan sentir el en lo más profundo de los procesos de construcción social
hoy del mañana. I de sentido.

t América Latina cuenta, por un lado, con un pequeño grupo,


, egresado de las universidades ubicadas siempre en las
5. Las "ciudades invisibles" religiosas
ciudades, que ha hecho del lenguaje teórico-científico no
t sólo su único lenguaje de expresión, sino el único válido -
La naturaleza de este libro nos induce a aplicar a la !
pastoral estos aportes de la antropología social, la t posición de la "cultura occidental moderna"-, y, por otrO,
semiología y la semiótica. Si la filosofía busca llegar a las 1 con mayorías cuyo único lenguaje es el simbólico y, de
últimas causas, estas ciencias humanas buscan llegar al
núcleo, al corazón del ser humano, en donde debe calar la
¡ forma preponderante, el mítico-religioso. En nuestro
continente, la academia, tanto la civil como religiosa, ha
sido el canal de filtración, a través de los centros
Buena Noticia del Reino de Dios. Se trata de evangelizar
el corazón de la urbe no como un barniz superficial, sino
que llegue hasta sus nervaduras.
I universitarios y tecnológicos, de la modernidad científica y
técnica, que por principio excluye a Dios de cualquiera de
1 sus planteamientos. Sus exponentes -intelectuales, acadé-
Sin negar, pues, la existencia de una cultura urbana micos, artistas, inventores, tecnócratas, maestros, estu-
arquetípica que permita planteamientos pastorales diantes de nivel superior, entre otros- hablan de modo
generales sobre la ciudad, es preciso reconocer que en la distinto que la mayoría popular.
cotidianidad se manifiestan más las diferencias culturales,
o sea, los modos como los hombres y mujeres en la El lenguaje racional y científico, el del" horno academicus';
sociedad urbana se relacionan entre sí. Es, pues, esa es en la urbe el lenguaje "oficial", el que "debe" hablarse.
práctica cotidiana la que revela cómo los individuos se El lenguaje simbólico sobrevive, aunque sea el más hablado
interpretan y re interpretan en y desde la urbe -sea desde en estas sociedades. El orden racional y científico es
su barrio, su calle, sus recorridos, sus lugares públicos, canonizado como lenguaje claro, convincente y dador de
etc.-, cómo construyen sentidos y cómo en función de sentido. Hay en él un fuerte "capital simbólico" (Pierre
ellos orientan sus acciones religiosas, gracias a las cuales Bourdieu). Los promotores de esta opinión parten del
"viven". En dichas construcciones se dan desigualdades
tanto por las capacidades como por los medios
'-¡
I supuesto de que el universo y la sociedad tienen un orden.
Su tarea es simplemente encontrado, explicarlo y
económicos y políticos con que cuentan para realizadas I sostenerlo. Quien no habla su lenguaje no es gente de
socialmente. Esto trae como consecuencia que exista la I razón, no se ha metido en la marcha del progreso. Su
hegemonía de la cultura de una "ciudad invisible" sobre ! lenguaje, desgraciadamente, no ha estado al alcance de las
otra, propiciándose la formación de bloques culturales que ¡ mayorías, debido al desdén de los académicos y al
tratan de "convertir su cultura, su manera de definir e I domesticamiento que dichas mayorías han padecido
interpretar el mundo y la vida, en punto de referencia y
,t
secularmente desde la conquista. Esta historia de
valoración común del conjunto de las otras clases [ ... ]"5U,
razón por la cual I
i
sojuzgamiento, como se dijo, ha impedido en ellas el
completo desarrollo de su proceso cognoscitivo: las
I
I mayorías empobrecidas han vivido más el momento
I
I sentiente del conocimiento, con todo lo que esto
50 J. A. González, lvfás(+) cultura(s). Ensayos sobre rea/í·
!
dades plurales, México 1991, 68 ..
10.

68 / Benjamin Bravo Imaginarios urbanos / 69

implica, que la criticidad, la lógica, el concepto y la palabra conceptual para culminar la fuerza anidada en sus
ciencia, propios del momento racional de dicho cono- sIgnos.
cimiento. i
I Dentro de los centros de estudios religiosos y seminarios
"En América Latina, los distintos intentos históricos
I católicos en los que se forman los teólogos y presbíteros,
de modernización dependiente no pocas veces afectaron a I se ha dado un fenómeno semejante: el estudio de Dios que
ahí se imparte es dentro de planteamientos y metodologías
las élites en su relación con la religión, pero no tamo a la
mayoría popular. Por el contrario, en muchas ocasiones, la
I racionales: preguntas que el pueblo mayoritario
latinoamericano no se plantea son, sin embargo,
religiosidad popular, aun transformándose, fue el núcleo
de la resistencia cultural de los pueblos latinoamericanos a
II reflexionadas siguiendo la doctrina de teólogos europeos,
formas alienantes de modernización compulsiva"51. ¡ preñadas, frecuentemente, de un racionalismo modernista.
El lenguaje mítico-simbólico, que es sobre todo el de la
El ala humanista de algunas universidades de
América Latina, influida por sociólogos y psiquiatras de
¡ religiosidad popular, las teologías autóctonas indígenas y
africanas, y las recreaciones de éstas, no forman parte de
lengua alemana, fue desenmascarando el supuesto I los programas de estudio. En el momento en que teólogos
I
"orden", basado en el poder y la crueldad, en la explo- latinoamericanos, a partir de los años cincuenta del siglo
tación capitalista y neo liberal. Esto lleva a las disciplinas pasado, empiezan a optar por el hablar simbólico de los no-
sociales a acercarse a la cultura popular, a analizar sus sujetos históricos, en un lenguaje que parte de su vida y de
maneras de expresión, concretamente a sus mitos y su praxis transformadora como primer momento para
símbolos, religiosos y seculares, para a través de ellos desde aquí conceptualizar el Evangelio -como segundo
acceder a sus mitos y a sus imaginarios. Hay que momento-, los pueblos latinoamericanos se enriquecen y se
reconocer, sin embargo, que muchos de esos estudiosos movilizan con nuevas utopías, encontrando nuevo sentido
analizan los símbolos desde fuera y desde arriba. Al de vida a partir de su fe. Emplean conceptos y palabras
relacionarse con las personas del mundo popular, las desde una nueva posición, dándoles a las mismas palabras
consideran más como objetos que como sujetos; las un nuevo significado. Desgraciadameme, las formas
convierten en temas de su investigación más que simbólicas que de ahí brotan no son bien vistas por la
considerarlas interlocutores distintos y complementarios. institución eclesiástica y vuelven a imponerse, como
Pocos, los más, motivados por principios religiosos, optan ortodoxos y correctos, lenguajes lógico-teóricos y
por asumirlos desde abajo, siéndoles difícil, por su lingüísticos. Retorna asi “el dominio de la palabra” 52.
educación racionalista, asumidos desde dentro. El La mayoría del pueblo se queda nuevamente sólo en
encuentro de sujetos, cuando se ha dado, ha sido muy
su hablar simbólico. Este abismo de diálogo trae como
benéfico para ambas partes, para los científicos sociales y
consecuencia que la simbólica popular, que casi siempre
religiosos y para el pueblo. Los primeros han caído -en la
es incapaz de decimos su "por qué es así y no de otra
cuenta de que el conocimiento no sólo es reductible a
manera", continúe careciendo de una hermenéutica
conceptos; de que existen otros modos que el simple ser-
sencilla que dé certeza de interpretación y sentido a sus
pensando o el ser-expresando-en categorías-de-ser. Los
símbolos; que no se favorezca el discernimiento adecuado
segundos han descubierto la necesidad de la criticidad y la
por parte del pueblo para que ponga distancia en relación
con aquellos signos que,
51 J. C. Scannone, "La religión en la América Larina

del tercer milenio", Stromat,¡ 51 (1995) 78.


" J. M. Mardones, La vida deL símboLo, o. e., 31.
11.
12.
70 / Benjamín Bmvo Imaginarios urbanos! 71

manipulados por los medios de comunicación masiva, la modernidad, de la que e! dogma está bastante pre-
son en e! fondo "pseudosignificantes de significados [ ñado, aquélla tiene que rechazar también a la transmi-
... ] que juegan las combinaciones artificiales de signi- sora de un dogma logocentrista que sirve siempre y en
ficante y significados [ ... ] (en las que) el predominio todas partes, de una fe "globalizada" de una misma
lo tiene el significante sobre e! significado"". forma y de una vez para siempre, la Iglesia católica.
Por otro lado, la expresión religiosa que está siendo
En esta encrucijada llegan a América Latina el
más favorecida con la llegada paulatina de la post-
espíritu y el pensamiento postmodernos. Algunos estudiosos de
modernidad es la religiosidad popular. Pero no como
la situación religiosa en Europa que regularmente visitan urbes
latinoamericanas advierten de la presencia cada vez más fuerte
! tal, sino en cuanto que la postmodernidad la considera
una aliada útil, ya que fue la que conservó e! momento
de este espíritu;'. Alguno de ellos llegó a pronosticar que en 20
años, en la Ciudad de México, si la Iglesia diocesana no I sentiente, emotivo y afectivo de la fe; ya que fue
resistencia a un tratamiento objetivista de! Absoluto, de
reacciona, la práctica de! "ateísmo popular, como ya sucede en
Dios; ya que fue la que valoró "el lenguaje total" para
Europa" será la dominante. ¿Qué huellas de este fenómeno
expresarse; ya que dejó que Dios fuera Dios y no un
notaron? La carencia de valores absolutos y verdades que
simple objeto de reflexión. En resumen, por tener un
vinculen, aparejada a la no supeditación a un valor normativo,
"hablar débil" de Dios frente a un "hablar fuerte"
quedando abierto e! horizonte para que cada uno disponga de sí
eclesiástico y por vivir más de mitos y símbolos que de
mismo y de su entorno como le venga en gana; e!
verdades transmitidas exclusivamente en un lenguaje
decrecimiento cada vez mayor de! catolicismo normativo y del
verbal.
simbólico, que se expresaba en el respeto a tradiciones
heredadas de los antepasados, en acciones solidarias familiares; Si se interpreta lo más positivamente este plan-
y el viraje de una religiosidad popular cada vez menos ligada a teamiento, parece abrirse e! momento de! Amor, de la
lo "católico". El rastro de Dios esta desapareciendo y, con esto, etapa testimonial de! cristianismo. Y, a su vez, e!
se produce la liquidación del humanismo. momento en que la Iglesia católica tenga que aceptar,
más por la fuerza de las circunstancias que por la con-
La actitud postmoderna, al pregonar que ya no hay valores vicción de que ella es signo e instrumento de la vida y de
absolutos, tiene que crearlos para el momento, imaginarios, y, la Vida en abundancia, e! replanteamiento de su
consecuentemente, vive más de símbolos transitorios, simbólica, de su manera de vivir. "La entrega cristiana
puntuales, efímeros, que no tienen nada que ver ni con la evangélica conoce esta vía. Jesús no trató de concep-
metafísica ni con la teología. Si la religiosidad popular de las tualizar el misterio de Diosr: aun en Él, Dios permanece
mayorías hacía creer que los países latinoamericanos eran misterio insondable. Pero utilizó la vía de! amor para
católicos, ahora cada vez más se constata que la misma develar algo de lo que es Dios. Y en la entrega sin
religiosidad, en su sentido tradicional, está diluyéndose en el reservas a Él, en la cruz, indica e! camino de acceso a
"toma y déjalo", en el "saboréalo y deséchalo". Si a esto se Dios, sin caídas idolátricas"".
añade el rechazo de la postmodernidad a su madre,
Por e! hecho de que e! pensamiento postmoderno
haya valorado e! bloque religioso-popular, uno se
53 M. Beuchot, o. e., 116. siente movido a considerar este pensamiento como e!
54 José Ma Mardones, José María Castillo, entre otros autores. dique que detendrá una mentalidad metafísica, racio-

ss J. M. Mardones, Postmodemidad)' cristianismo. El desafio


del fragmento, Bilbao 1998 104.
72 I Benjamín Bmuo Imaginarios urbanos I 73

nalista, cruel, de una buena parte de la cultura moderna. teme "dar el paso de lo discursivo racional a la
Ya que ha valorado más a la masa que a la sociedad, evocación e insinuación, a la sugerencia y el recuerdo,
tiende uno a identificarse con dicha mentalidad que al anhelo y a lo imaginario social; en una palabra, a la
reconoce el pluralismo, la diferencia, el valor de cada analogía y la metáfora, (no obstante) sus bautizados lo
sujeto, contra la hegemonía de una cultura, la occidental han hecho y lo siguen haciendo sin titubeos, en
europea expansionista; se siente uno movido a creer en masa"57.
la supremacía de la experiencia sobre la razón, en e!
primer momento de! conocimiento sentiente, sobre todo
si se trata de! sentido último de la existencia; vuelve 6. Las "ciudades invisibles" religiosas
uno a creer en "la preeminencia de la vida de fe sobre la
teorización de la misma"56. Aunque ya hemos descrito cómo las "ciudades
invisibles" se comportan como bloques culturales que
Este derrotero ha sido riqueza de la teología lati- conviven en la misma urbe, conviene arriesgarse a
noamericana en su opción por los pobres, en cuanto que proponer, de forma concreta, nombres y perfiles más
e! pobre es, para ella, lugar teológico. Por eso, la concretos de las "ciudades invisibles religiosas", de tal
auténtica experiencia latinoamericana "está en la pre- manera que logremos dibujar un "mapa simbólico
sencia ausente de Dios que clama en los pobres". Ahí urbano" que sirva al agente de pastoral en su trabajo
está oculto e! misterio de Dios. Y en este punto hay que pastoral. Se trata de no hacerlo tan abstracto que, a la
desbordarse en lenguaje simbólico; desde este eje hay larga, no lo guíe, ni tan detallado que el abigarramiento
que hacer el círculo hermenéutico de los símbolos; acabe por ocultarle lo significativo. No es fácil
desde aquí hay que juzgar las teorizaciones de la fe. La descubrir estas "ciudades invisibles religiosas", y
opción por los pobres es, a su vez, un correctivo de la menos, ponerse de acuerdo en su número. Haremos un
búsqueda postmoderna de sentido que, al menos hasta intento de enumerarlas y describirlas brevemente. Un
ahora, lleva al vacío sin fondo, al solipsismo camino para descubrirlas es observar, primeramente,
individualista, narcisista y hedonista. A su vez, la post- los ritos o rituales con los que celebran los habitantes
modernidad, al reconocer el pluralismo en toda su de la ciudad sus símbolos y mitos.
crudeza, replantea la dialéctica de lo que es la evange-
lización de la cultura que lleve a una auténtica incul- Primera. Los que tratan de observar regularmente
turación del Evangelio. las normas, la moral y los ritos católicos; son las per-
sonas que llamamos, comúnmente, católicos practi-
La gente continua llamandose catolica en los centros,, pero ha cantes. Casi siempre se toma la asistencia regular a.la
preferido en su práctica religiosa, a veces parcialmente, misa dominical' como "medida" de su práctica; muchos
aventurarse en nuevos movimientos religiosos, en de los asistentes comulgan y practican en su vida la
múltiples sectas, buscando más que nada afecto, moral cristiana-católica; creen, aunque algunos no con
compañía, gozo, aprecio, valoración, acogida, la claridad que se quisiera, en Dios Padre, en Jesucristo
socialización, solidaridad, cercanía; en una palabra, y en el Espíritu Santo; creen que Dios se hizo hombre,
amor. El ingrediente emotivo, constitutivo básico de las que Jesús es hijo de la Virgen María, que seguir su
nuevas religiones, parece estar perdido, o al menos muy mensaje tiene un sentido para su existencia, que murió
débil, en el catolicismo institucional. Creyendo haberlo
¡
I y resucitó por nosotros y que esperamos algún día ir
suplido con la racionalidad modernista, se
! con Él.
¡
í
í
I
56 Ibíd., 111. I
I
I 5- Cf. ]. M. Mardones, Síntomas de un retorno. La religión

¡ en el pensamiento actual, Sant3.nder 1999, 171-199.


¡
r,¡
!
74/ Bravo
Imaginarios urbanos / 75

Segunda. Los inmigrantes: la primera generación - Estéticos (arte, música, arquitectura, poesía,
que llega a la urbe. Llegan de sus pueblos a la urbe con turismo, concursos literarios, exposiciones
muchas ilusiones. Pronto experimentan que ésta los I museográficas).
excluye y los considera nada y nadie. No encuentran I Quinta. Los que han encontrado el sentido religioso de
"agarraderas" en la ciudad, pues no conocen nada. En- I vivir en la urbe en sectas o en nuevos movimientos
tonces regresan una o dos veces al año a asirse de ritos l
religiosos. Es la obra de la macrourbe: el supermercado
de su pasado religioso. Esta "ciudad" y la siguiente se
encuentran ampliamente descritas en la "palabra" Re-
I religioso. Cada uno encuentra sentido personalizado:
ligiosidad popular urbana de este mismo libro.
I para sentirse limpio, curarse del cuerpo o del ánimo;
para "hablar con Dios"; para dejar un vicio; para
Tercera. Bautizados en la Iglesia católica para quie- inscribir su nombre en la otra vida; para hacer su cóctel
nes los rituales de "regreso al pasado" van perdiendo
sentido; influenciados por las coordenadas urbanas -la
I religioso -holísticamente- con pedazos de distintos
ingredientes religiosos, incluido el católico; para
industrialización, las tensiones entre el capital y el adivinar la suerte, el futuro, vivir los tiempos finales
trabajo, la tolerancia, el anonimato, los medios elec- apocalípticos, disponer de Dios; para conseguir buena
trónicos, la diversidad, etc.-, reformulan e inventan, suerte, recuperar al marido; para invocar al demonio, a
desde su situación de exclusión, nuevos símbolos y los muertos; para seguir a un líder carismático, etc. Se
ritos religiosos. trata, en suma, de lo sagrado difuso. Cabe mencionar que
no pocos de estos individuos fueron bautizados en la
Cuarta. La intelligentia, para quienes las enseñanzas
Iglesia católica y en las últimas décadas la han
de la Iglesia son intrascendentes. Hay un abismo entre
abandonado por distintos motivos.
su fe y su cultura. Es el grupo ilustrado -muchos están
bautizados en la Iglesia católica- que dice no creer en Sexta. Los que son producto de la postmodernidad, pues
Dios, ni en la Iglesia católica, ni en secta o movimiento tienen a la urbe como sentido de su vida; la gozan y
religioso alguno. Algunos niegan que haya vida disfrutan al máximo, de forma individualista, puntual y
después de la muerte; sin embargo, encuentran sentido egoísta. Es la "ciudad de las sensaciones". Viven el
en "crear" el futuro humano intraterreno o creen en el espacio y el tiempo urbano como el único recurso para
regreso reencarnatorio. Los símbolos más recurrentes afirmar su ser-sujeto, su individualidad, ya que el único
en que encuentran sentido de vida son: sujeto merecedor de su atención es yo-mismo. No existe
- Ecológicos (Greenpeace, organizaciones que la alteridad como sentido de vida. Él "yo" es el sentido
cuidan ia fauna y la flora); de sí mismo. Todo es pensado y acutuado en funcion del
propio “yo”. Es el individualismo egoísta en todo su
- Pacifistas (organizaciones en contra de la tortura,
apogeo
la violencia, la guerra, las bombas, las plantas
nucleares, las minas terrestres); "El sujeto de esta 'ciudad' pone el centro de sí
- Científicos (colegios de ... , reconocimientos, mismo en la posesión y, así, termina por convertido en
promoción de la cultura, de las bellas artes, mecenas de un perfecto consumidor". Buena parte de sus adeptos
restauración de obras de arte, premios); son jóvenes que tratan de descubrir la certidumbre en
una época de incertidumbre 58 y buscan como sea "una
- Género (organismos que promueven la dignidad especie de salvación aquí y ahora"59. Ha habido en
de la mujer, el derecho a decidir sobre la vida, a votar, ellos una pérdida del sentido (efecto del desmorona-
a ser gay o lesbiana en desfiles);
- Libertarios (marchas, manifestaciones, señales,
silencios) ; '" lbíd., 215.
" G. Balandier, El desorden, Barcelona 1996, 214-215.
13.

7 G ! Benjamín Bravo Imaginarios urbanos! 77

miento de los grandes sistemas simbólicos y explicativos y ligada a la degradación de las costumbres, al hedonismo y
de la expansión de una especie de agnosticismo general) y al individualismo insolidario; apelan al texto literal de
una pérdida de las orientaciones que los guían. _Algunos toda revelación, con una interpretación atemporal; se
de los principales símbolos que los ciudadanos de esta creen los intérpretes auténticos de la Tradición; forman
"ciudad" usan son: comunidades-gueto, hermanables hacia adentro de ellas
pero secretas u ocultas hacia e! exterior; su proyecto de
- Compro (símbolo), así' existo y trasciendo (anhelo).
sociedad es la reislamización o rejudaización o
- Me comunico (símbolo), así estoy en todas partes recristianización o recatolización del mundo"62. Ante un
(anhelo). mundo que ha re!ativizado sus creencias y sus normas,
- Estoy informado (símbolo), así domino (anhelo). esta "ciudad" siente la necesidad de restablecer a toda
costa un orden que limite el pensar y que establezca la
- Permanezco juvenil (símbolo), así viviré muchí-
norma universalmente válida para cada situación.
simo (anhelo).
- Uso tecnología (símbolo), así progreso (anhelo).
- Soy primero (símbolo), así soy dios omnipotente
¡ Octava. Los que no encontrando sentido a la urbe, la
destruyen o se apartan de ella formando guetos. Es e!
¡ grupo o "ciudad" que siente exclusivamente e! lado
(anhelo).
I caótico de la urbe. Sus "ciudadanos" son resumidero de
"Estas formas o derivas de la sacralidad en la vida
cotidiana pasan por el ámbito corporal: el cuerpo, desde la
salud, la belleza, la sexualidad, el deporte, hasta el sentirse
¡
¡
sufrimientos -sociales, familiares, económicos-, producto
agravado de la globalización economicista y de las
políticas neoliberales. La violencia institucional se ha
bien, constituye el nudo alrededor del cual se crean los cebado en ellos; excluidos, destruyen no sólo la convi-
rituales, se elevan los mitos o ídolos y nacen cultos"60. Es vencia humana, sino a otros excluidos como ellos.
la "ciudad" que está llegando a ser más hegemónica que la Ser punk, darketo, sket, sketo, graffitero, niño de la
de la intelligentia.

El agnosticismo y el ateísmo parecen ser, en América


¡ calle, sexo-servidora, pandillero, gente que vive en la
calle, pordiosero -"ciudadanos" de esta "ciudad"- es, en
cierto sentido, otra manera de ser frente a un ser citadino
Latina, un fenómeno, por el momento, mucho más
característico de las clases medias, de la burguesía y de
algunos estratos obreros que de! pueblo. En Europa
1
! ¡
que se siente normal en la más completa anormalidad
urbana.
occidental, la mayoría de la gente pertenece a esta "ciudad I
¡
postmoderna"61. Por esto, se dice que en esas naciones ya
hay "un ateísmo popular".
¡ Bibliografía
[
Babolin, S., Cultura e inculturación, UPM, México 2000.
Séptima. La ciudad fundamentalista: "Son ciudadanos
que se sienten acosados y tienden a defenderse y a ser
i! Balandier, G., El desorden, Gedisa, Barcelona 1996.
beligerantes en la presentación de sus propuestas; rechazan ¡ Beuchot, M., Hermenéutica, analogía y símbolo, Herder,
la modernidad ilustrada, según ellos [oo.]
I México 2004.
!t r
6U J. M. Mardones, P,zra comprender las nuevas formas de I
62 Cf J. M. Mardones, La religión política neo conserva-
la religión, Madrid 1994, 57-112 !
dora, Santander 1991, 237-239.
61 C. Parker, Otra lógica en América Latina. Religión

popular)1 modernízación, México 1996.


14.
15.
16.
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Santander 2003.
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