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La coartación aórtica y la estenosis aórtica son formas de estrechamiento aórtico.

En
términos de significados de raíz de palabras, los nombres no son diferentes, pero una
distinción convencional en su uso permite la diferenciación de aspectos clínicos. Este
espectro está dicotomizado por la idea de que la coartación aórtica ocurre en el arco
aórtico, en o cerca del conducto arteriosis, mientras que la estenosis aórtica ocurre en la
raíz aórtica, en o cerca de la válvula aórtica. Naturalmente, esto podría presentar la
cuestión de la línea divisoria entre una estenosis posvalvular y una coartación preductal;
no obstante, la dicotomía tiene un uso práctico, ya que la mayoría de los defectos son uno
u otro.

La coartación aórtica consiste en un estrechamiento de la luz aórtica, generalmente a nivel


de la unión del cayado aórtico con la aorta descendente, por debajo del nacimiento de la
arteria subclavia izquierda, a nivel o justo debajo de la inserción del ligamento arterioso .
La base anatómica de la alteración consiste en una deformidad de la pared media de la
arteria manifestada por un pliegue que estrecha de forma concéntrica la pared aórtica.
Esta constricción produce una disminución del flujo sanguíneo hacia la parte inferior del
organismo de forma que los pulsos y la presión son mayores en los brazos que en las
piernas. Menos comúnmente la coartación se localiza inmediatamente proximal a la
arteria subclavia izquierda en cuyo caso se nota diferencia de la presión y los pulsos entre
ambos brazos.

La coartación aórtica (CA) es un defecto anatómico localizado en la media de la pared


arterial  consistente en un pliegue en forma de cortina que estrecha excéntricamente la
luz del vaso. La zona de coartación se localiza característicamente más allá del origen de la
arteria subclavia izquierda, al nivel de la inserción del ligamento arterioso o después de
este por lo que suelen clasificarse en preductales, ductales o posductales.

La cuarta parte de los pacientes con CA presentan válvulas aórticas bicúspides y la


anomalía no cardíaca más importante es el aneurisma del polígono de Willis. Se presenta
predominantemente en varones después de la primera infancia donde inicialmente
pueden tener un curso asintomático,2 pero es poco frecuente que los síntomas no se
presenten antes de los 30 años, la mayor parte de los pacientes viven hasta la edad
adulta, pero solo una minoría viven mas allá de los 50 años.

Los síntomas de presentación guardan relación con la hipertensión arterial (HTA), fatiga o
claudicación de miembros inferiores y aquellos dependientes de sus principales
complicaciones como: insuficiencia cardíaca (IC), rotura de la aorta o aneurisma disecante,
endocarditis o endarteritis infecciosa y hemorragia cerebral. Estos enfermos muestran un
estado físico conservado con aspecto atlético del tórax y de los hombros que contrastan
con las caderas y las piernas delgadas.

La diferencia en los pulsos arteriales de las extremidades superiores e inferiores unido a la


diferencia de presiones sanguíneas entre brazo y pierna, basados fundamentalmente en
valores sistólicos, constituyen los signos clínicos principales de presentación de la CA, de
manera que estos pacientes tienen disminución o ausencia de pulsos con caída marcada
de la presión arterial en miembros inferiores. La CA se acompaña de soplos sistólicos,
diastólicos o continuos. Los soplos sistólicos se originan en colaterales arteriales, en la
propia coartación y en la válvula aortica bicúspide. Los soplos sistólicos colaterales se
auscultan fundamentalmente a lo largo del borde esternal izquierdo (arteria mamaria
interna izquierda). La propia CA causa un soplo localizado en la línea media posterior, cuyo
nivel guarda relación con el sitio de la coartación.

La CA constituye una causa curable de HTA secundaria cuya aparición es más frecuente en
niños o adultos jóvenes y que, de no diagnosticarse a tiempo, su historia natural puede
evolucionar a complicaciones potencialmente mortales como la insuficiencia cardíaca, 
rotura de la aorta o aneurisma disecante. Lo más llamativo de esta entidad radica en que
la sospecha clínica se establece a partir de un adecuado interrogatorio y detallado examen
físico donde se destaca la tríada clínica integrada por fatiga o claudicación  a la marcha,
disminución o ausencia de los pulsos  y caída de la presión arterial  en miembros inferiores
unido a HTA en extremidades superiores.

Epidemiología
Las cardiopatías congénitas se encuentran en un 1% de los recién nacidos vivos y de ellas
un 5% corresponden a la coartación de aorta, ocupando un lugar destacado. En las
autopsias se encuentra, en aproximadamente 1:1550 pacientes. Es de 2 a 5 veces más
frecuente en varones que en mujeres. Aunque la coartación suele presentarse como
hecho aislado puede asociarse en ocasiones a otras anomalías, siendo las más frecuentes:
la válvula aórtica bicúspide (20-40%), defectos del septo ventricular, ductus arterioso
permeable, estenosis mitral, cardiopatía coronaria debida a la hipertensión, riñón
poliquístico, aneurisma congénito de las arterías del polígono de Willis y disgenesias
gonadales como el síndrome de Turner3 .
Clínica
La mayoría de los niños permanecen asintomáticos y la enfermedad puede pasar
desapercibida hasta bien entrada la edad adulta. Clásicamente la edad típica de
presentación de los síntomas es entre los veinte y treinta años aunque en la mayoría de
los sujetos el diagnóstico se realiza durante exámenes físicos rutinarios cuando se observa
hipertensión arterial sistólica en los brazos, con ausencia o disminución de pulsos
femorales. Cuando los síntomas se presentan, suelen estar relacionados con la
hipertensión: cefalea, epístaxis, mareo, palpitaciones, frialdad y claudicación con el
ejercicio en miembros inferiores. A veces los pacientes consultan por tener síntomas de
fallo cardiaco o disección aórtica. Las mujeres con coartación aórtica tienen mayor riesgo
de disección aórtica durante el embarazo
Diagnostico:
ECG  Observar dilatación aurticula izq por ensanchamiento o mayor duración de onda P
(MAYOR A 3 SEG) en DI (hay una forma en M), DII, y avF. Ver que en V1 (BIFASICA) la
profundidad del componente final negativo es mayor al de la parte inicial. Observar
Hipertrofia ventricular izq en onda R alta en V5 y V6, y onda S profunda en V1 y V2.

Radiografía de Torax:

La radiografía  de tórax brinda información considerable pues esta entidad produce
muescas en las costillas que resultan de arterias intercostales posteriores pulsátiles,
tortuosas y dilatadas que aparecen en forma de zonas irregulares en sacabocado de las
superficies inferiores de las costillas posteriores. Contorno anormal de la aorta. En la CA
clásica del istmo aórtico suele cursar con dilatación pre-estenótica. EN ESTE CASO NO HAY
MUESCAS EN LAS COSTILLAS.

La radiografía de tórax demuestra una sangría focal del arco aórtico distal consistente con
la coartación de la aorta. Esto se conoce como una figura de 3 signos. No hay muescas en
las costillas inferiores definidas.

El Eco-doppler (fig.1) y la flujometria de miembros inferiores constituyen procederes


diagnósticos no invasivos de utilidad en el enfoque del paciente coartado  pues aportan
elementos como: estado del árbol vascular, existencia de placas de ateroma y otras
malformaciones asociadas.
El ecocardiograma (fig. 2) constituye otro método no invasivo de mayor utilidad en el
diagnóstico del paciente con CA y entre sus 2 variedades (transtorácico y transesofágico)
es la segunda forma la que muestra mayor sensibilidad diagnóstica.
 Se evidencia hipertrofia excéntrica, crecimiento auricular izquierdo e
hipertensión pulmonar. Disfunción diastólica de ventrículo izquierdo con
evidencia de aumento de presiones de llenado del ventrículo izquierdo

La angio-TAC ha devenido un proceder más novedoso y no invasivo de extraordinario


valor en el diagnóstico del paciente con CA. Este proceder se le practicó a nuestro
enfermo y demostró la existencia de una coartación de la aorta al nivel del istmo.

La aortografía (fig. 3) constituye la prueba de certeza de la existencia de una CA y es el


medio diagnóstico preferido por los cirujanos cardiovasculares a la hora de elegir la
intervención quirúrgica. 

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