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TEMA: SEGURIDAD EN LA TORMENTA

TEXTO: SALMO 91: 2 Diré yo a Jehová: Esperanza (refugio) mía, y castillo Fortaleza) mío;
Mi Dios, en quien confiaré (estar seguro).
INTRODUCCION: Este Salmo es uno de los más conocidos; es un salmo de confianza en un tiempo
de peligro y de desafío contra los poderes malignos. Este Salmo está lleno de promesas de
bendiciones y de protección para aquel que confía en el Señor.
Nuestro planeta ha sido sorprendido de una manera intensa con la pandemia de Corona Virus,
también una de las crisis económicas más profunda de la historia por el alza de dólar.
Son tiempos en que muchos creyentes se hacen preguntas y no tienen respuesta.
El versículo 6 de este salmo dice que no habrá pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad
que en medio del día destruya.
El versículo 10 de este salmo dice que, no nos sobrevendrá mal, ni plaga tocará nuestra morada.
Pero no debemos pensar que al recitar este Salmo o tener una Biblia abierta en esta página habrá
algún poder místico que cambiará nuestra vida.
Lo que sí cambiará tu vida para siempre será que habites al abrigo del Señor. Debes hacer tu
morada en Dios.
Los dos primeros versículos enfatizan la comunión íntima con Dios.
Los pronombres personales, mía, mío, mi, indican que el salmista gozaba de una profunda
comunión personal con el Señor.
Usa cuatro nombres de Dios: Altísimo (ʿelyon, Es decir, el que está por encima de todo y nadie, ni
nada por encima de Él.), Todopoderoso (shadai, "el Poderoso que nutre, suple y satisface".),
Jehovah (yahveh, YO SOY EL QUE SOY YO) y Dios (ʿelohim, “el fuerte o el poderoso").
A1 (v. 1) El tema declarado: protección segura
B1 (v. 2) Testimonio personal
C1 (vv. 3–8) Afirmación
B2 (v. 9a) Testimonio personal
C2 (vv. 9b–13) Afirmación
A2 (vv. 14–16) El tema confirmado: protección divina
La palabra hebrea para “refugio”, machaceh, se refiere a un refugio contra tormentas y
peligro. Este refugio es como los bunkers que muchos judíos tienen en sus hogares en Israel hoy
para protegerlos de los ataques a pequeña escala. En sentido figurado, cuando tú dices que el
Señor es tu machaceh, también estás declarando que Él es tu lugar de esperanza.
El Señor también es tu fortaleza. En hebreo, la palabra usada para “fortaleza” es matsuwd.
Ésta se refiere a un castillo o fortaleza, un lugar de defensa y protección contra los ataques a gran
escala.
¿No es esta una imagen hermosa? Lo que sea que tú puedas estar pasando ahora, puedes
declarar que el Señor es tu refugio y tu fortaleza —tu protección tanto en ataques pequeños
como en ataques mayores.
Juan 15: 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
¿Qué significa “permanecer en Cristo”?
La palabra traducida como "permanecer" es una de las palabras favoritas del apóstol Juan. Lo usa
34 veces en el Evangelio, y 19 veces en sus cartas. La palabra meno significa habitar en la casa de
los dueños, para permanecer como huésped en casa de alguien, a cumplir o para mantener una
comunión ininterrumpida con alguien. Para tener un amigo que permanece y está siempre
presente para ayudar en tiempos de necesidad.
La exhortación a “permanecer” ha sido frecuentemente mal entendida, como si se tratara de una
experiencia especial, mística, e imposible de definir.
Pero Jesús deja en claro que más bien implica una serie de realidades concretas.
En primer lugar, la unión con nuestro Señor depende de su gracia. Por supuesto que estamos
activa y personalmente unidos a Cristo por la fe (Juan 14:12). Pero la fe en sí misma tiene sus
raíces en la actividad de Dios. Es el Padre quien, como el jardinero divino, nos ha injertado en
Cristo. Es Cristo, por su Palabra, quien nos limpia y nos da forma, para unirnos a Él (Juan 15:3).
Todo es en su soberanía, todo es por gracia.
En segundo lugar, la unión con Cristo significa ser obediente a Él. Permanecer implica nuestra
respuesta a la enseñanza de Jesús: “Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en
ustedes…” (Juan 15:7a). Pablo hace eco a esta idea en Colosenses 3:16, donde escribe: “Que la
palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes”, una declaración muy relacionada con la
exhortación paralela en Efesios 5:18: “Sean llenos del Espíritu”.
En pocas palabras, permanecer en Cristo significa permitir que su Palabra llene nuestras mentes,
dirija nuestra voluntad, y transforme nuestros afectos. En otras palabras, ¡nuestra relación con
Cristo está íntimamente conectada a lo que hacemos con nuestras Biblias! Luego, por supuesto,
mientras que la Palabra de Cristo more en nosotros y el Espíritu nos llene, oraremos de una
manera consistente con la voluntad de Dios y descubriremos la verdad de la frecuentemente mal
aplicada promesa de nuestro Señor: “Pidan lo que quieran y les será hecho” (Juan 15:7b).
Principios Permanente y Aplicaciones Prácticas
1. Cuando Dios nos invita a venir y unirse a él en lo que está haciendo, es una invitación a una
íntima relación personal con él. Estamos en él como una rama en la vid. Si vamos a llevar su tipo
de fruta debe estar en relación con él. No podemos hacer nada, aparte de la fuerza que nos da Él
(Juan 15:5).
2. Cuando se producen fruto espiritual de calidad, depende totalmente de la vida de Cristo que se
reproduce en el creyente. No hay daños en las frutas (Gálatas 5:22-23; Hebreos 12:11). El "fruto"
Jesús está esperando son actos de amor que demuestran nuestra relación con Dios. Jesús no
espera de nosotros trabajo para ganarse el favor de Dios, sino las evidencias de vida en las ramas.
3. "¿Quién nos separará del amor de Cristo?" "Nadie," truena el apóstol Pablo en Romanos 8:35-
39. Nuestra permanencia en Cristo no depende de nosotros, sino en hacernos disponibles para él.
El Espíritu Santo mora en el creyente para siempre (Juan 14:16). La cuestión en el capítulo quince
es sobre nuestra relación con Dios dando sus frutos. La salvación no es el tema.
4. Si permanecemos en Cristo, vamos a tener una vida rica en oración que suplirá una rica
comunión con Él (Juan 14:13-14; 15:7 16.
5. Cuando caminamos como Cristo, siempre vamos a permanecer cerca de Cristo. La cercanía de
Cristo siempre nos invita a venir y entrar en comunión perfecta con él. Lo que hace que un hombre
"santo" es la perpetua permanencia del Espíritu Santo dentro de él. Llegamos a ser como aquellos
con quienes nos asociamos.
6. Permanecer en la dependencia continua en Cristo es para mantenerse en la posición de los
niños como confiar y depender de Él.
7. Jesús dijo que Él no podía hacer nada por su propia cuenta, por lo que no podemos hacer nada
por nuestra cuenta. Todo es sobre permanecer significa que debemos permanecer unidos a Él
como el Hijo permanece unido con el Padre.

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