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MEMO

RIAS
Memoria repetitiva
o de los hábitos /

HÁBITOS
Memoria rememorativa
o del lenguaje

LENGUAJE
La memoria repetitiva o de los hábitos presenta rasgos característicos como la rutina
e incorporación a la vida cotidiana de aprendizajes, prácticas y saberes que apropiados en
el pasado se realizan todos los días, apareciendo escindidos de este y, por tanto, difícilmente
asimilados al pasado y a la memoria. Su marcaje es la repetición.
La memoria rememorativa o del lenguaje se caracteriza por la intención expresa de visitar
el pasado, de actualizarlo en el presente y, en muchos casos, por la intención de comunicarlo.
En tal sentido, es separación de la tenencia pasiva del recuerdo o de la memoria repetitiva o
de los hábitos.
Con este primer abordaje se alude a la pluralidad de la memoria y se abre la perspectiva de
otros plurales, toda vez que los procesos de construcción de memoria ocurren en contextos
tensionados por el pasado que interesa posicionarse en un campo de disputa, el cual revela
múltiples versiones del mismo y, por tanto, se trata de actuaciones diferenciadas sobre el
pasado en perspectivas diferentes de futuro.
LA
MEMO
¿De quién es
la memoria?

RIA
La respuesta a esta pregunta ha llevado a consideraciones importantes sobre todo desde la
sociología, que enfatizan en la memoria colectiva o enmarcada socialmente. Con la memoria
colectiva se caracteriza la memoria individual; no obstante, y reconociendo estos polos, Ricoeur
alude a un plano intermedio de referencia, dando lugar a lo que el autor denomina plano de
relación con los allegados.
¿No existe entre los dos polos de la memoria individual y de la memoria colectiva,
un plano intermedio de referencia en el que se realizan concretamente los intercambios
entre la memoria viva de las personas individuales y la memoria pública de las
comunidades a las que pertenecemos? (Ricoeur, 2000, p.171)

¿De quién es la memoria?

Plano de relación
Memoria colectiva Memoria individual
con los allegados

Según Elizabeth Jelin (2001):


El ejercicio de las capacidades de recordar y olvidar es singular. Cada persona tiene
“sus propios recuerdos”, que no pueden ser transferidos a otros. Es esta singularidad
de los recuerdos, y la posibilidad de activar el pasado en el presente —la memoria
como presente del pasado, en palabras de Ricoeur (1999:16)— lo que define la identidad
personal y la continuidad del sí mismo en el tiempo. Estos procesos, bien lo sabemos,
no ocurren en individuos aislados sino insertos en redes de relaciones sociales, en
grupos, instituciones y culturas. De inmediato y sin solución de continuidad, el pasaje
de lo individual a lo social e interactivo se impone. Quienes tienen memoria y recuerdan
son seres humanos, individuos, siempre ubicados en contextos grupales y sociales
específicos. Es imposible recordar o recrear el pasado sin apelar a estos contextos.
Dicho esto, la cuestión —planteada y debatida reiteradamente en los textos sobre
el tema— es el peso relativo del contexto social y de lo individual en los procesos
de memoria. (pp.19-20)

Contextos sociales y grupales

Singularidad
Yo Recordar
del recuerdo

Identidad personal

Para Ricoeur (2000), “la fenomenología del mundo social penetra de lleno en el régimen del vivir
juntos, en el que los sujetos actuantes y sufrientes son de entrada miembros de una comunidad
o de una colectividad” (p.169). La memoria colectiva tiene que ver con la existencia de rasgos
del ejercicio de la memoria que llevan la marca del otro. Así afirma que:
En su fase declarativa, la memoria entra en el ámbito del lenguaje: una vez expresado,
pronunciado, el recuerdo es ya una especie de discurso que el sujeto mantiene consigo
mismo. Ahora bien, el pronunciamiento de este discurso se hace en la lengua común,
lo más a menudo en la lengua materna, que —es preciso decirlo— es la lengua de los
otros. (pp.167-168)
Bajo la premisa de la experiencia del mundo compartido, la cual descansa en un tiempo y
un espacio, tiene sentido la relevancia del mundo de los contemporáneos, predecesores y
sucesores, fenomenología de la memoria compartida que da cabida al reino de los allegados,
de los anteriores, sobre todo a los contemporáneos, y allí a los próximos por el vínculo de la
amistad, que acerca los polos del individuo solitario y del ciudadano definido por su contribución
a la vida de la ciudad. De manera muy bella, Ricoeur incluye en sus allegados a quienes aprueban
o desaprueban sus acciones pero no su existencia.

REFE
Referencias bibliográficas
RENCIAS
Garrido Lecca, J. (2005). Reseña de “La memoria, la historia, el olvido, 1. ed. en español” de
P. Ricoeur. Persona, (8), 205-210.
Jelin, E. (2001). Los trabajos de la memoria. España: Siglo XXI Editores.
Ricoeur, P. (2000). La memoria, la historia, el olvido. Argentina: Fondo de Cultura Económica.

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