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SALA PLENA
Expediente: 00351-2012-01-AIC
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 15 de enero de 2010, cursante de fs. 19 a 22, el incidentista -ahora
accionante- expone los siguientes fundamentos:
En el proceso judicial coactivo-fiscal seguido por el SNC-R contra Ronald Enrique Barrientos
Porcel y otro, con nota de cargo “03/01 de 25 de junio de 2002” (sic), los coactivados
opusieron excepción de prescripción, al amparo del art. 40 de la LACG, la cual si bien se
encontraba dentro del marco constitucional de la Constitución Política del Estado abrogada;
empero, en la actualidad, al existir un mandato constitucional determinante, en cuanto a la
imprescriptibilidad de los adeudos a la “Nación” (sic), hace “procedente el recurso”, pues la
norma legal necesariamente debe ser aplicada al caso concreto, lesionando el derecho del
Estado de acceder a un fallo de fondo en cuanto a una pretensión que deviene de una
auditoría completamente legal, en la que se demostró la responsabilidad civil de los
coactivados que deben responder por el daño económico ocasionado, debidamente
cuantificado.
I.3. Alegaciones del personero del órgano que generó la norma impugnada
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso coactivo fiscal seguido por el entonces Servicio Nacional de Caminos
contra Ronald Enrique Barrientos Pórcel y Roberto Antonio Reyes Berreira, en base a la nota
de cargo 03/01 de 25 de junio de 2002, por la suma de $us97 200.- (noventa y siete mil
doscientos dólares estadounidenses), emergentes de responsabilidad civil solidaria, según
dictamen de la entonces Contraloría General de la República (fs. 8); los coactivados por sendos
memoriales de 9 de noviembre de 2009 y de 6 de enero de 2010, interpusieron excepción de
prescripción, al amparo de lo dispuesto por el art. 40 de la LACG (fs. 9 a 14).
“Artículo 40º
“Artículo 324. No prescribirán las deudas por daños económicos causados al Estado.”
“Artículo 123. La ley sólo dispone para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, excepto en
materia laboral, cuando lo determine expresamente a favor de las trabajadoras y de los
trabajadores; en materia penal, cuando beneficie a la imputada o al imputado; en materia de
corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos
contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la Constitución.”
“Artículo 410. I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos,
funciones públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución.
II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía
frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de constitucionalidad está integrado
por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas
de Derecho Comunitario, ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas se regirá
por la siguiente jerarquía, de acuerdo a las competencias de las entidades territoriales:
3.- Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de legislación
departamental, municipal e indígena
4.- Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos ejecutivos
correspondientes”.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La Constitución Política del Estado, entre las acciones de defensa, prevé la acción de
inconstitucionalidad, que puede ser presentada por toda persona individual o colectiva
afectada por una norma jurídica contraria a la Ley Norma Suprema, de acuerdo con los
procedimientos establecidos por ley. En ese sentido, en el Título III de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional, se desarrollan las acciones de inconstitucionalidad,
estableciéndose en su art. 101 que las acciones de inconstitucionalidad proceden como: “1.
Acción de Inconstitucionalidad de carácter Abstracto. 2. Acción de Inconstitucionalidad de
carácter Concreto, vinculada a un proceso judicial o administrativo”.
El art. 115 de la Ley Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), sobre los efectos de las
sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional Plurinacional en acciones de
inconstitucionalidad concreta, establece que serán los mismos que los establecidos para la
acción de inconstitucionalidad abstracta. En ese sentido, en remisión al art. 107 de la misma
norma, se tiene que: “2. La sentencia que declare la inconstitucionalidad total de una norma
legal impugnada, tendrá efecto abrogatorio de ella. 3. La sentencia que declare la
inconstitucionalidad parcial de la norma legal impugnada tendrá efecto derogatorio de los
artículos sobre los que hubiera recaído la declaratoria de inconstitucionalidad y seguirán
vigentes los restantes”.
En el referido contexto normativo, es posible aún ratificar la doctrina sentada por el extinto
Tribunal Constitucional en relación a los alcances del control de constitucional a través de las
dos vías conocidas ahora como abstracta y concreta; así, en la SC 0019/2006 de 5 de abril,
siguiendo el criterio expresado por la SC 0051/2005 de 18 de agosto, se estableció: “…el
control de constitucionalidad abarca los siguientes ámbitos: a) la verificación de la
compatibilidad o incompatibilidad de las disposiciones legales impugnadas con las normas de
la Constitución Política del Estado, lo que incluye el sistema de valores supremos, principios
fundamentales, así como los derechos fundamentales consagrados en dicha Ley Fundamental;
b) la interpretación de las normas constitucionales así como de la disposición legal sometida al
control desde y conforme a la Constitución Política del Estado; c) el desarrollo de un juicio
relacional para determinar si una norma legal es o no conforme con las normas
constitucionales; determinando previamente el significado de la norma legal por vía de
interpretación; y d) la determinación de mantener las normas de la disposición legal sometida
al control. De lo referido se concluye que el control de constitucionalidad no alcanza a la
valoración de los fines, los propósitos, la conveniencia o beneficios que pudiese generar la
disposición legal sometida a control; lo que significa que el Tribunal Constitucional, como
órgano encargado del control de constitucionalidad, no tiene a su cargo la evaluación de si son
convenientes, oportunos o benéficos los propósitos buscados por las normas impugnadas, su
labor se concentra en el control objetivo de constitucionalidad de las disposiciones legales
objetadas...”.
“En ese entendido, el control de constitucionalidad de las normas jurídicas de alcance general,
a través de un proceso judicial o administrativo, faculta a la parte legitimada a promover un
incidente dentro del proceso respectivo, cuando dichas normas tengan vinculación directa con
la resolución de su caso; es así que, el Tribunal Constitucional, sólo se pronunciará sobre las
normas impugnadas compatibilizándolas con los valores, principios, derechos y normas
reconocidos en la Constitución Política del Estado, para determinar su correspondencia…”.
Con el propósito de ingresar al análisis del caso, es preciso señalar que si bien al momento de
emitirse la disposición legal impugnada de inconstitucional, se encontraba en vigencia otra
Constitución Política del Estado; empero, al tratarse de una inconstitucionalidad sobreviviente,
el test de constitucionalidad debe ser efectuado conforme a la Constitución Política del Estado
vigente. En ese sentido, la SC 0039/2010 de 20 de septiembre, señaló: “…tratándose
específicamente de las acciones de inconstitucionalidad, el juicio o test de constitucionalidad
debe ser realizado con la Constitución Política del Estado vigente, así se trate de normas
jurídicas o resoluciones de contenido normativo dictadas con anterioridad a su vigencia, es
decir nacidas a la vida jurídica bajo el anterior régimen constitucional” (las negrillas son
nuestras).
Entendimiento jurisprudencial que señala con claridad que en los casos en los que se cuestiona
la inconstitucionalidad de una norma, sea esta ley, estatuto autonómico, carta orgánica,
decreto y todo género de ordenanza y resolución no judicial, emitida con anterioridad a la
vigencia de la nueva Constitución Política del Estado, el test de constitucionalidad debe ser
efectuado desde y conforme al nuevo orden constitucional y no al vigente al momento de la
emisión de la norma impugnada de inconstitucional.
Lograr que todo servidor público, sin distinción de jerarquía, asuma plena responsabilidad por
sus actos rindiendo cuenta no sólo de los objetivos a que se destinaron los recursos públicos
que le fueron confiados, sino también de la forma y resultado de su aplicación;
Desarrollar la capacidad administrativa para impedir o identificar y comprobar el manejo
incorrecto de los recursos del Estado (art. 1 incs. c) y d) de la LACG).
Dentro de lo que nos interesa, a los efectos de resolución del presente caso, el art. 31 de la
LACG, referido a la responsabilidad civil, señala:
“Artículo 31º.- La responsabilidad es civil cuando la acción u omisión del servidor público o de
las personas naturales o jurídicas privadas cause daño al Estado valuable en dinero. Su
determinación se sujetará a los siguientes preceptos:
c) Cuando varias personas resultaren responsables del mismo acto o del mismo hecho que
hubiese causado daño al Estado, serán solidariamente responsables”.
POR TANTO
No interviene la Magistrada, Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños, por ser de voto particular
disidente.
PRESIDENTE
MAGISTRADO
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO
MAGISTRADA
MAGISTRADA