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“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos
que no puedan aprender, desaprender y reaprender”1. Esta es una frase que se usa en el
campo de la tecnología y es atribuida a un escritor estadounidense Alvin Toffer.
Desaprender según la Rae es “olvidar lo que se había aprendido”2 y no es fácil, desconocer
los patrones ya establecidos a la hora de acercarse a la Biblia, me refiero a que fui instruido
en la literalidad e historicidad de los textos sagrados, como bien afirma Schökel yo era “uno
que no podía disfrutar de un relato si sabía que no era histórico”3.
En segundo lugar, se debe reaprender como el narrador describe los personajes. Josué,
Samuel, Saul, David, Goliat, Absalón, Salomón, son analogías de personajes que los
narradores usaron para difundir entre su pueblo una identidad, una cultura, una tradición a
las nuevas generaciones que leerían estos escritos. Por ejemplo, “Dios (o su presencia como
“El Angel del Señor”), puede entrar en el relato como personaje narrativo. En esos casos el
autor no habla de Dios inmediatamente, sino por la mediación de un personaje narrativo”5.
En tercer lugar, se debe reaprender como el narrador describe los hechos. Hoy se narran los
acontecimientos, de una forma detallada, tratando de transmitir todo lo que está
aconteciendo con los personajes tanto en lo interno como lo externo, Pero el narrador
Bíblico tiene una forma diferente de descripción. Primero, No narra la personalidad de los
individuos, ni lo que piensan ni lo que sienten, esto para nosotros es muy importante, dado
que según las cualidades de las personas podemos tener más claro su carácter. Segundo, No
narra la escenografía, no le interesa contarnos el ambiente, ni la atmósfera en la que están
ubicados los personajes. Tercero, no narra teología, me refiero a que no se esfuerza en
hacer una elaborada reflexión, no hay ríos de profundidad, más bien, lo que narra lo hace de
una manera sencilla y simple. La razón a una narración tan elemental se debe a la cantidad
de tiempo que sucedió entre las proezas hechas y el momento en que se dejaron por escrito.
En conclusión, hemos visto lo importante que resulta el estilo narrativo en estos escritos,
todo el peso recae en la descripción del narrador, coincido con las palabras de Schökel al
darle nombre a estos libros “seria mejor llamarlos narrativos”6. Finalizaremos con esta
pregunta ¿estamos dispuestos aprender, reaprender o nos resistiremos al cambio?
5
Schökel, Estudios Bíblicos (Madrid:1990), 162
6 Schökel, Estudios Bíblicos (Madrid:1990), 148
Referencia Bibliográfica
1. Luis Schökel, Estudios Bíblicos (Madrid:1990)
2. Santiago Moll, “Alvin Toffer: 7 Frases para entender la escuela del siglo XXI”,
(18/08/2014), Tomado de: https://justificaturespuesta.com/alvin-toffler-7-frases-
para-entender-la-escuela-del-siglo-xxi/