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PERSONAJES: PABLO
Pablo, que se llamaba Saulo de Tarso, era un erudito en la Ley hebrea por lo que
se considera que podría ser un abogado. A partir de su obra dedicada al
cristianismo, es que comienza a llamarse Pablo y trabajaba haciendo tiendas de
campaña.
Es conveniente saber un poco más acerca de la fabricación o costura de estas
tiendas y cómo trabajaban tanto Pablo como un matrimonio amigo de él llamados
Aquila y Priscila. Te envío información sobre ello.
Cuando Pablo visitó Corinto por primera vez, se quedó con Aquila y Priscila “por
ser del mismo oficio”. (Hch 18:1-3.) El apóstol Pablo era de Tarso (Cilicia), una
zona famosa por su tela de pelo de cabra llamada “cilicio”, con la que se
fabricaban tiendas de campaña. (Hch 21:39.) En vista de que entre los judíos del
siglo I E.C. se consideraba honorable enseñar un oficio a un muchacho, aunque
este recibiera luego una educación superior, es probable que Pablo aprendiera a
hacer tiendas de campaña durante su juventud. Puede que el hacer tiendas
también haya sido el trabajo que el apóstol realizó en Tesalónica (1Te 2:9; 2Te
3:8) y en otros lugares. (Hch 20:34, 35; 1Co 4:11, 12.) No era un trabajo fácil,
pues se dice que el “cilicio” era duro y áspero, lo que dificultaba el cortarlo y
coserlo. Pablo de Tarso, originalmente Saulo, también llamado San Pablo Apóstol,
el Apóstol de los Gentiles y San Pablo de Tarso († 67), es considerado por muchos
cristianos como el discípulo más importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó
a conocerlo, y, después de Jesús, la persona más importante para el cristianismo.
Pablo es reconocido por muchos cristianos como un santo. Hizo mucho para
introducir el cristianismo entre los gentiles y es considerado como una de las
fuentes significativas de la doctrina de la iglesia primitiva.
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A partir del año 46 comienzan los tres grandes viajes misioneros de Pablo:
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De las catorce cartas atribuidas a San Pablo llamadas comúnmente "las Cartas
Paulinas" una, la carta a los Hebreos, es objeto de una disputa desde una fecha
temprana. Para las demás, hay muy poca o ninguna duda acerca de que sea el
autor de las cartas a:
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a los Romanos
Primera a los Corintios
Segunda a los Corintios
a los Gálatas
a los Efesios
a los Filipenses
a los Colosenses
Primera de Tesalonicenses
Segunda a los Tesalonicenses
Primera a Timoteo
Segunda a Timoteo
a Tito
a Filemón.
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En tres diferentes viajes – cada uno de varios años de duración – Pablo compartió
las nuevas de Jesús en muchas ciudades de la costa y pueblos con rutas
comerciales. Esta es una breve crónica de estos viajes misioneros.
Primer Viaje Misionero (Hechos 13-14): Respondiendo al llamado de Dios de
proclamar a Cristo, Pablo y Bernabé dejaron la iglesia de Antioquia. Al principio,
su método de evangelismo era predicar en las sinagogas de los pueblos. Pero
cuando muchos de los judíos rechazaron a Cristo, los misioneros reconocieron el
llamado de Dios de predicarles a los gentiles.
El ministerio de Pablo a los gentiles atrajo la controversia sobre quién podía ser
salvo y cómo debía ser salvo. Entre su primero y segundo viajes misioneros, él
participó en una conferencia en Jerusalén discutiendo sobre el camino de
salvación. El consenso final fue que los gentiles podían recibir a Jesús sin
sujetarse a las tradiciones judías.
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Pablo les enseñó a aquellos que creyeron en Cristo y los estableció en iglesias.
Durante este segundo viaje misionero, Pablo hizo muchos discípulos de varias
procedencias: un joven llamado Timoteo, una mujer de negocios llamada Lidia, y
una pareja llamados Aquila y Priscila.
Tercer Viaje Misionero (Hechos 18:23 – 20:38): Durante este último viaje
misionero de Pablo, predicó fervientemente en Asia Menor. Dios confirmó su
mensaje con milagros. Hechos 20:7-12 nos dice de Pablo en Troas predicando un
sermón excepcionalmente largo. Un joven que estaba sentado en un tercer piso
se quedó dormido y cayó por la ventana. Fue dado por muerto, pero Pablo lo
revivió.
Los nuevos creyentes de Éfeso que habían estado anteriormente involucrados
con el ocultismo quemaron sus libros de magia. Por otra parte, los que fabricaban
ídolos, no estaban contentos con sus pérdidas en el negocio debido a este
verdadero Dios y a Su Hijo. Un platero llamado Demetrio, comenzó una revuelta
en toda la ciudad, alabando a su diosa Diana. Los juicios siempre perseguían a
Pablo. A última instancia, la persecución y oposición fortaleció a los verdaderos
cristianos quienes propagaron el Evangelio.
Al final del último viaje misionero de Pablo, él sabía que pronto sería
encarcelado y probablemente muerto. Sus palabras finales a la iglesia de Éfeso,
muestran su devoción a Cristo: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor
con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las
asechanzas de los judíos; y como nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y
enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca
del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora,
he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de
acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio,
diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago
caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabé mi carrera con
gozo, y el ministerio que recibí del evangelio de la gracia de Dios.” (Hechos
20:18-24).
Ese era el propósito de los viajes misioneros de Pablo: proclamar la gracia de Dios
en el perdón de los pecados a través de Cristo. Dios usó el ministerio de Pablo
para llevar el Evangelio a los gentiles y establecer la iglesia. Sus cartas a las
iglesias, registradas en el Nuevo Testamento, aún mantienen la vida y la doctrina
de la iglesia. Aunque él sacrificó todo, los viajes misioneros de Pablo valieron su
costo (Filipenses 3:7-11).
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Salmo 23:4
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