Está en la página 1de 4

Asignatura:

Resolución de Conflictos

Tema:

Artículo de opinión

Presentado:

Jessica Lorena Zabala Cárdenas ID 567329

Docente:

Edward Andrey Rubio

NCR: 3370

Ibagué – Tolima agosto de 2019


La complejidad de la maldad

La teoría del efecto Lucifer es la transformación de las buenas personas que hacen algo malvado,
partiendo de allí se podría decir que hay una línea delgada entre el bien y el mal que los seres
humanos en la actualidad conocemos y donde se basa en los principios del tiempo de Adán y Eva
con el pecado, generando así corromper a cada ser de forma directa por Lucifer, pero teniendo en
cuenta que es tan estrecha esta línea que Lucifer era en buen ángel y se convirtió en el rey del
infierno. Por tanto, la maldad es sinónimo de destrucción en cada una de su forma en que sea
aplicada.

Es un abismo latente que está en nuestra vida cotidiana donde el mal siempre está al acecho de
nuestras vidas y así se forma en etiquetas diarias de que está bien y mal, donde se puede
encontrar lo más mínimo hasta lo peor como matar. La maldad es una nebulosa latente en nuestra
sociedad donde todos los días intoxica a alguien dando así unos comportamientos, como por
ejemplo la cárcel de Stanford donde las circunstancias desencadenan el mal dónde se ha
utilizado como paradigma de nuestro comportamiento, por ello el efecto Lucifer se establece
como un comportamiento influyente según las circunstancias del ser y al ser así todo es cuestión
de causa y efecto que impulsa a la conducta de un ser humano a reaccionar y es allí donde la
mayoría de nosotros nos escudamos en prejuicios morales.

Sabemos que el circunstancialismo desde las épocas de antaño afecta generación por generación
y a la sociedad como tal, para que exista un “mal” debe haber una circunstancia, un algo que
transforme a la persona totalmente a todo lo opuesto de ser bueno. Las guerras mundiales
acabaron con muchas vidas y también con muchas mentes que efectuaban caridades “buenas”,
esto basándose en la teoría de lucifer fue un cáncer que poco a poco va haciendo metástasis en
las personas a tal punto que para defender su integridad debían hacer la maldad, ahí se termina
una generación que fue marcando la historia para que en un futuro esa maldad del pasado
siguiera vigente en las personas y sus descendientes hasta ahora.

No todas las personas son buenas ni malas solo son una escala de grises, es bien sabida que un
mal día puede convertir a la persona más buena y pura en un repugnante ser lleno de maldad, las
guerras que vivimos hoy en día afectan a las sociedades más vulnerables desde una pandilla
hasta mafias nacionales que afectan indirectamente a las personas causando anarquías violentas
en los cuales los niños son los más afectados. Un niño desde pequeño es careciente en diferenciar
entre el bien y el mal a la medida que un niño va creciendo su entorno va impactándose en su
forma de ser y actuar desde una simple discusión entre el padre y la madre un infante va tomando
estas acciones como unas comunes formas de convivir con las personas, los pequeños conflictos
son tan grandes que las personas que las vivan generen uno peor. El conflicto y la violencia
jamás van a acabar, la realidad es absoluta y aunque desde pequeños nos han enseñado hacer el
bien siempre nos toparemos en una situación en la que emplearemos una pequeña maldad. La
paz es un factor importante que se relaciona con el conflicto y la maldad los guerreros griegos
tenían una insignia la cual era “si quieres paz prepárate para la guerra” y es así como en el
mundo nos venden cortinas de humo haciéndonos creer en una paz verdadera y absoluta que
esconde un obscuro secreto al otro lado donde la violencia es la parte maternal de aquellas
acciones y conflictos, una mala educación desde temprana edad genera mentes abstractas llenas
de malas acciones, que como la manzana podrida pudre su entorno y arrasa con todo a su paso .

La maldad es compleja no hay punto de partida ni de salida para esta, no tiene un origen como tal
pero podemos deducir con sentido común que esa impureza se genera por las circunstancias, la
religión nos muestra ese ser lleno de pureza y bondad para que sigamos ese camino y actuemos
ayudando al prójimo, pero no, en realidad no hay un paraíso, no hay persona buena en su
totalidad que exista, es ahí donde decimos que la razón para la existencia humana se basa en una
balanza perfectamente equilibrada entre el bien y el mal.
Conclusión

Lo que podemos hacer como sociedad es reducir ese nivel de conflicto y violencia, desde una
pequeña charla con jóvenes hasta un discurso bien hecho para varias personas hablando acerca
de los conflictos y cuál es su afectación e importancia para nuestra vida diaria, así sin tapujos ni
mentiras se puede convivir en una pequeña armonía.

También podría gustarte