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Miércoles, 06 de Octubre de 2010 18:24 | Publicado por Eduardo A. Lovizio |
Lunes 4 de octubre 2010
A pocos dı́
as del 12 de octubre, fecha que por cultura, costumbre, rutina, feriado… tenemos muy en cuenta, desde la
Secretaria de Cultura, Identidad y DD HH les hacemos llegar material sobre el tema. Pretendemos que exceda la simple efemé ride,
que se cargue de signi�؆icado trascendente… Somos hoy el resultado de la historia de nuestro centro‑suramericano. De su relació n con
“las Europas”, con el Norte de Amè rica… Somos una sı́ntesis que asumida en su totalidad, creemos �؆irmemente, que nos seguirà
abriendo el camino hacia el nuevo hombre americano, integrado a todos los aspectos culturales y temporales de nuestra extensa
historia de mà s de 20.000 añ os…
El a�؆iche busca sintetizar lo expresado.
El Documento que lo acompañ a, ampliarlo y seguir debatiendo.
Los escritos literarios, manifestaciones de arte que nos hacen ver a NUESTRA PATRIA GRANDE desde otro punto de vista, con
otra mirada…sobre todo, una mirada desde la IDENTIDAD
Los cuadernillos Orı́ genes, Aquellos y estos tiempos, aportes para tratarlo en el aula…
El breve ensayo de Eduardo Galeano “El dı̀ a que America descubrió al capitalismo”… nos actualiza la efemé
ride…
Los cuadernillos Orı́ genes, Aquellos y estos tiempos, aportes para tratarlo en el aula…
El breve ensayo de Eduardo Galeano “El dı̀
a que America descubrió al capitalismo”… nos actualiza la efeméride…
Esa es la intención: renovar la mirada sobre un repetido 12 de octubre… y hacernos cargo. Nuestro trabajo es un trabajo de
responsabilidad social, un trabajo que desarrollamos en un á mbito constructor de derechos por excelencia, como lo es la escuela. Una
labor que permanentemente nos invita a contribuir a la formació n de “la masa crı́ tica” que hoy nuestra Patria Grande necesita para
seguir creciendo
Buen trabajo…
Fraternalmente
Eduardo A Lovizio
Secretaria de Cultura, Identidad
y Derechos Humanos
Asumir la totalidad de la realidad histórica para seguir forjando nuestra integral identidad.
NOSOTROS hoy somos… No 500 sino 20.000 años de dolorosa construcción y alegría…
20.000 años de patria grande:
una realidad a seguir construyendo.
podemos elegir: víctimas o constructores de la CULTURA DE LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD DE NACIONES que
hoy somos y conformar así la definitiva patria grande y ofrecerla al mundo.
(Las consignas siguen vigentes)
1492 12 de octubre 2010
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas
Facultad de Filosofía y Letras. U.B.A.
NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS
CARTILLA PRELIMINAR (PARA EL DOCENTE)
Como equipo dedicado a preparar material para acompañar la tarea en el aula de los docentes, pensamos que algunas fechas son significativas en el
calendario escolar. Es por eso que nos proponemos reflexionar y repensar la tan polémica fecha del 12 de octubre. Somos conscientes de que, desde hace ya
bastante tiempo, una gran cantidad de docentes a nivel personal, muchas instituciones escolares y hasta algunos organismos de conducción han revisado esta fecha
y sus connotaciones. Pero también sabemos que, a veces, a pesar de las intenciones, no se cuenta con el material adecuado para trabajar este tema desde una
mirada diferente.
Es por eso que nos proponemos ofrecer estos cuadernillos, que no tienen la pretensión de abarcar la multiplicidad de etnias, recorridos históricos y situaciones
presentes sino sólo reflexionar en torno a ciertos ejes orientativos con el propósito de contribuir a la construcción de la América Una desde una mirada más amplia e
integradora. Así, pensamos a los pueblos originarios como realidades vivas y no sólo como hechos del pasado, que interactúan entre sí y con otras sociedades y que
reclaman ser escuchados. Buscamos trascender las perspectivas historicistas tradicionales presentes en los textos escolares para dar cuenta de las estrategias de
lucha y resistencia llevadas a cabo por estas comunidades que a diario se ven forzadas a defender su modo de vida. En primer lugar, acercamos algunos textos para
lectura del docente, con el fin de contextualizar el trabajo posterior.
Tal como hicimos con el tema del Bicentenario, enviaremos y publicaremos una serie de cuadernillos con textos, fuentes y propuesta de actividades para que
los docentes tengan a mano una herramienta que podrán utilizar tal como está, modificar, mejorar y hasta reemplazar por otras más adecuadas.
Equipo de Educación de la Cátedra Americanista
Seminario Quienes somos‐Iden疬dad/diversidad de Nuestra América
Clase inaugural de Juan Rosales
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas
Facultad de Filosofía y Letras –UBA
Introducción
“Cuando yo iba a la escuela primaria en un suburbio de Buenos Aires, mis excelentes maestras y gran parte de mi familia repetían axiomáticamente que los
brasileños (calificados de macacos) eran cobardes, a eso se agregaba de inmediato que los uruguayos eran falsos y traidores, que los chilenos estaban
siempre borrachos, igual que los bolivianos, y que todos ellos nos envidiaban y odiaban. Los argentinos, en cambio, ¡ah, los argentinos! ¡Eso es un pueblo,
che!”
Julio Cortázar
En noviembre de 1611 la compañía teatral inglesa King·s Men representó “La Tempestad”, de William Shakespeare. La obra se inspiró en un episodio ocurrido
en 1609, cuando una tempestad arrebató a una flota británica que iba rumbo a América la nave capitana y ésta naufragó en una isla de las Bermudas. Todos
creían que la tripulación había muerto, pero logró salvarse y un año y medio más tarde pudo ser rescatada.
La aventura fue muy difundida y se tejieron alrededor toda clase de leyendas.
Hasta Shakespeare, que vivía recluido en los años postreros de su vida, llegaron los prodigios de la isla encantada, con sus rumores extraños y sus
monstruos terribles. Y eso es lo que trató de exponer en esta comedia mágica, llena de hechizos, pero que en su pluma genial no se alejaba de la sociedad y las
pasiones de su época.
Resumamos la obra: a esa isla perdida, habitada por una bruja y su vástago, un ser bestial llamado Calibán, llegan Próspero, un soberano despojado de su
reino y su hija Miranda. Con sus artes de magia, Prósperovence a la bruja y pone a su servicio a Calibán. Además, encuentra prisionero en la corteza de un
árbol a Ariel, un espíritu grácil, que Próspero libera para ponerlo también a su servicio, no tan rudo como el Calibánesclavizado, pero también servil.
Próspero es el tirano ilustrado y despótico típico del Renacimiento europeo, Ariel el genio del aire , mezcla de esclavo y mercenario que menosprecia la
acción y sólo ama lo espiritual, y Calibán, anagrama de caribe o caníbal, como llamaban los españoles a los indígenas de las Antillas, es el “pobre monstruo
rojo”, el “infecto esclavo”, maloliente y bruto, que no sabe hablar sino apenas balbucear en una lengua “primitiva y bárbara”.
Estos tres personajes reproducen en sus relaciones las contradicciones de una sociedad dividida en clases, culturas y comunidades en pugna . Próspero
es el conquistador que ha sometido al natural del país conquistado, sumergiéndolo en las tareas más duras. Gracias a ello, con la colaboración de Ariel, puede
dedicarse al ocio, es decir, al cultivo del espíritu. El pago que recibe Calibán por su sometimiento es la educación en los “valores espirituales” y en la lengua
que se digna transmitirle su amo para que el sometido obedezca sus órdenes.
Pero Calibán descubre a la larga que ese idioma también le sirve para maldecir al dominador, haciendo que el lenguaje del esclavo se convierta en lenguaje
de rebeldía, de liberación.
Así, Calibán reprocha a Próspero el haber usurpado de sus riquezas y su libertad con el argumento de que no era un ser humano, sino un animal.
Próspero: Terrón de barro… infecto esclavo engendrado por el mismo demonio... me tomé el trabajo de que supieras hablar… Cuando tú, hecho un
salvaje, ignorando tu propia significación balbucías como un bruto, doté tu pensamiento de palabras que lo dieran a conocer
Calibán: Esta isla me pertenece y tú me la has robado. Cuando viniste por primera vez me halagaste, me corrompiste… Y ahora estoy desterrado
en una roca desierta, mientras me despojas del resto…
De este modo Calibán, que el escritor cubano R. Fernández Retamar describe como símbolo de la resistencia de las culturas dominadas, reivindica al
sublevarse su irreductible identidad humana, su derecho a su tierra, su cultura, su futuro.
Podríamos decir que “La Tempestad” refleja en cierta medida y de manera artística, el debate histórico y cultural que desde hace largo tiempo se viene
dando acerca de la real identidad de Nuestra América. O como dijera Simón Bolívar: “No sabemos exactamente lo que somos. No somos blancos, ni indios, ni
negros, sino una nueva síntesis de todos ellos: un pequeño género humano”.
* * *
Si el tema de la identidad ha cobrado en nuestros días una fuerza inusitada, para cada individuo y para la sociedad en su conjunto, es porque la crisis desgarra
el cuerpo y el alma de un mundo agredido por guerras que se dicen “étnicas” y de “civilizaciones” y por la invasión de un pensamiento hegemonista que
intenta disolver las identidades de los pueblos y uniformar sus conciencias.
Si la Historia tiene un sentido, si ocupa un lugar en la configuración del pensamiento de la sociedad –no como una materia escolar ni como un saber
puramente académico es porque procura comprender y hacer comprender las causas y las enseñanzas que derivan de los sucesos vividos, de los conflictos
que nutren la memoria y le permiten participar en la construcción de la identidad. O mejor dicho, de las identidades.
Porque mal puede hablarse de una identidad nacional o cultural en una sociedad como la nuestra, que lejos de ser un “crisol de razas” o una “comunidad de
iguales”, está permeada por antagonismos y desigualdades, en la que impera la injusticia y la vida cotidiana está impregnada por el veneno del Racismo y la
Discriminación, donde hay “incluidos” y “excluidos”.
Queremos decir con esto que el de la identidad no es un hecho de la naturaleza sino un proceso de construcción cultural e histórica; que no existe una
esencia natural e inmutable del hombre y de la sociedad sino múltiples círculos de identidad que se constituyen en la vida social, en la relación con los otros.
No somos seres abstractos, anacoretas aislados, sino partícipes de un grupo, etnia, clase, cultura… De una historia. No hay identidad fuera del sujeto, pero no
hay sujeto fuera del mundo y sus conflictos.
Y son estos conflictos los que definen el contenido mismo de la identidad de un punto de vista histórico, social y cultural. ¿A qué queda reducida la naturaleza
humana común y cuál podría ser la identidad compartida cuando en la vida real chocan los intereses del amo y del esclavo, del opresor y del oprimido, de
Próspero y de Calibán?
El dilema que se viene planteando desde hace quinientos años a Nuestra América, a este pueblocontinente, como lo llamara Salvador Allende, es tener una
identidad propia, fundada en sus hondas raíces y su multiforme tronco histórico, o asumir la identidad que nos imponen o que copiamos, ponernos la
máscara, cómplice o inconsciente, de los que nos dominan.
En toda relación de dominación se expresa una lucha por el control de la identidad. La sociedad machista presupone el sometimiento de la mujer. La sociedad
colonial impone la identidad del colonizado. Los que niegan la posibilidad de una identidad cultural, nacional, latinoamericana, pluriétnica, lo hacen porque
esperan convertirnos en Otros diferentes a lo que somos o queremos ser. Seremos ellos, y no nosotros. O mejor dicho, seremos “para ellos”. Todo lo más,
seguiremos cumpliendo, como desde hace cinco siglos, una función de servicio.
Hace 500 años el teólogo del Imperio español, Ginés de Sepúlveda sostenía en nombre de Dios el “perfecto derecho de los españoles a imperar sobre estos
bárbaros del Nuevo Mundo … tan inferiores a los españoles como los niños a los hombres y las mujeres a los varones” y tan diferentes como “los monos de
los hombres”, “nacidos no para mandar, sino para servir”.
Como han procedido y proceden todos los Imperios, tampoco entonces bastaban las armas, los mastines feroces, las hogueras inquisitoriales para someter y
saquear a los pueblos agredidos. Había que destruir sus culturas y sus valores, su autoestima, su identidad, aniquilar su rica diversidad e inferiorizar su
condición humana. Sus pueblos peculiares y pletóricos de rasgos propios, elaborados en miles de años de historia, aztecas y toltecas, mayas y chibchas,
guaraníes, quechuas, mapuches, calchaquíes, fueron reducidos al común y despectivo denominador de “indios”, y los indios definidos como demoníacos y
perezosos, y sus comunidades condenadas a la resignación.
Los africanos cazados como fieras en Benin, Tombuctú o Guinea, los yoruba y los níger, fueron todos convertidos en “negros” y la negrura de la piel en
estigma de inferioridad que autorizaba a utilizarlos como combustible biológico en las plantaciones, minas y obrajes de la esclavitud.
Nuestra América no fue incorporada a la “civilización occidental y cristiana” que se iba conformando en el planeta impulsada por el capitalismo naciente y
expansivo, sino convertida en apéndice colonial sin autonomía propia, negada su creatividad, su identidad étnica y cultural.
El poder autoritario ha recurrido siempre a la enajenación de las calidades humanas de los pueblos que oprime porque sólo puede ejercerlo si éstos
permanecen aislados, vacíos de valores y de proyectos compartidos. La primacía de la identidad colonialista necesita sostener que el atraso y la injusticia que
sufren nuestros pueblos son culpa del indio bruto, del negro servil, del gaucho vago y mal entretenido, del obrero indisciplinado y haragán. Necesita del
Racismo como naturalización biológica o social de las diferencias étnicas – que son producto de la geografía y de la historia transmutadas en diferencias
fatales de cultura, de poder, de ser o no ser. Promueve la aculturación de los vencidos, es decir, como escribiera José María Arguedas, la renuncia de su alma
para adoptar la de sus vencedores.
* * *
La presunta “identidad latinoamericana”, esbozada en el proceso de las guerras de Independencia y la conformación de las naciones, tras la derrota y las
frustraciones de los sectores revolucionarios y populares que luchaban por transformaciones sociales profundas y una unidad de Nuestra América
sustentada en el protagonismo de los pueblos, no representó en las políticas dominantes sino el mecanismo ideológico que sirvió a las élites oligárquicas para
instalar , desde su visión etnocéntrica y socialdarwinista, su propio modelo de identidad nacional y continental, el una y otra vez revivido panamericanismo, es
decir un modelo de inequidad interna y de subordinación respecto de los sucesivos centros mundiales del poder.
Lo había visto muy claro José Martí a fines del siglo XIX: “El problema de la Independencia no era el cambio de formas sino el cambio de espíritu… Éramos
una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España…”. Y por ello convocaba a
“completar la Independencia” apelando no a la “civilización devastadora” de los viejos y nuevos Imperios, sino al “hombre natural”, el indio, el negro, el
gaucho, el trabajador; al arte, la cultura y el saber de nuestros pueblos.
La historia argentina, escrita desde aquellos tiempos sustentada en la confrontación de “civilización o barbarie”, de culturas ilustradas e inculturas plebeyas,
de razas y clases superiores e inferiores congénitamente, expresa esta pretensión del poder político y económico, militar y cultural, por imponer una
“identidad nacional” construida no sobre la base de la pluralidad y la síntesis de las diversas culturas, respetando las formas de expresión y de vida de los
distintos sectores populares, sino sobre el genocidio de los indígenas cuyas tierras codiciaban, la persecución del gaucho rebelde al latifundio expoliador, la
represión terrorista de los inmigrantes trabajadores que luchaban por la justicia social, la desaparición de los militantes populares que atentaban contra ese
Ser Nacional donde todos los argentinos debíamos ser “derechos y humanos”. La barbarie ya no era atribuible solamente a los naturales “palurdos que no
sienten como nosotros”, según explicara Ramos Mejía, sino también a los nuevos Calibanes llegados de la Europa obrera y campesina y de Nuestra América
morena.
Si por largas décadas para “ser argentino” –ese argentino visto como el europeo o el yanqui del sur había que dejar de ser indígena, afrodescendiente,
cabecita negra, los tiempos actuales exigen que para ser del Primer Mundo, para no perder el tren de la modernidad, hay que renunciar a ser argentino e
indolatinoamericano, globalizarse, macdonalizarse, a aceptar como verdad revelada la cultura y la gramática de quienes se arrogan, entre tantos atributos del
poder, la de definir nuestro lugar, nuestra visión del mundo, nuestra identidad personal y social. Seremos – en
realidad ya lo somos pensados, controlados, incluidos o excluidos, autorizados a comer, a educarnos, a estar sanos o a morir antes de tiempo, por otros. Ya
no por el Consejo de Indias de la primera globalización que inició la era capitalista y colonialista, sino por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
por las estrategias neocoloniales del ALCA, por las guerras abiertas o encubiertas del petróleo, el uranio, el agua, la biodiversidad, que sellan la actual etapa
de la globalización neoliberal.
Tal vez debamos profundizar más qué es lo que se nos pretende imponer detrás del término globalización, considerado como un proceso histórico fatal, tan
natural comola sucesión de las estaciones . La globalización es, por un lado, una consecuencia del desarrollo científico, tecnológico, comunicacional, la
presente etapa del largo proceso de internacionalización financiera y mercantil que se ha venido desarrollando en los últimos 5 siglos.
Y por el otro lado, lejos de constituir de por sí una evolución del espíritu humano, se trata de una estrategia de imposición de intereses de los núcleos más
concentrados de poder económico y militar, una nueva forma de colonialismo que arrasa fronteras, soberanías e identidades culturales y espirituales,
pretendiendo occidentalizar, y en realidad norteamericanizar, la vida entera del planeta.
Si la conquista genocida de América tuvo sus teólogos y evangelizadores, su cultura de resignación, racismo y sometimiento de cuerpos y almas, la
globalización tiene sus intelectuales dedicados a argumentar las estrategias neocoloniales, basándose en el fundamentalismo religioso y apocalíptico de los
WASP –blancos, anglosajones y protestantes y en la tradicional política expansiva desde Monroe y Teodoro Roosevelt a nuestros días.
Samuel Huntington, profesor de Harvard , alto funcionario de sucesivos gobiernos y consejero de Bush,. es uno de los autores de la fórmula que sostiene
que el mundo globalizado ha entrado en una era de “choque de civilizaciones”., un conflicto insoluble entre la civilización moderna, representada por Estados
Unidos, “única nación libre de la tierra”, símbolo del Bien, y formas arcaicas de barbarie como el Islam y otras subculturas, símbolo del Mal.
En su último libro, “¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional estadounidense” (Paidós, 2004), financiado por la Fundación Smith Richardson y
organizaciones de extrema derecha, Huntington añade a la lista de la barbarie y del mal a los mexicanos e hispanoparlantes inmigrantes que amenazan la
“cultura anglosajona protestante”.
. En tiempos de Hitler, el teórico nazi Alfred Rosenberg sostuvo en “El mito del siglo XX” que el conflicto universal era de razas, justificando el exterminio de
las razas inferiores. Hoy, el “choque de civilizaciones” que el gobierno Bush y la industria cultural han convertido en una estrategia del miedo y en ideología
guerrera, oculta también detrás de tesis racistas, confesionalistas y seudoculturales sus verdaderos intereses y objetivos de dominación.
La dicotomía “civilización/barbarie” vuelve a repetirse una y otra vez, quizá porque los dilemas que inquietaron a las anteriores generaciones siguen en pie y
reclaman, tal vez con la urgencia de un mundo corroído por conflictos, malestares y crisis inéditas, que los afrontemos desde esa síntesis histórica de
nuestras diversidades, luchas, sueños y proyectos propios que llamamos cultura , y que según dijera Julio Cortázar “no es en el fondo otra cosa que la
presencia y el ejercicio de nuestra identidad con toda su fuerza”.
Juan Rosales
Agosto 2005
“El buen vivir” según la cosmovisión de los pueblos originarios
Según la ideología dominante, todo el mundo quiere vivir mejor y disfrutar de una mejor calidad de vida. Se asocia esta calidad de vida al PIB de cada país. El
PIB es una medida inventada por el capitalismo para estimular la producción creciente de bienes materiales de consumo. De modo general asocia esta calidad
de vida al Producto Interior Bruto (PIB) de cada país. El PIB representa todas las riquezas materiales que produce un país. Entonces, de acuerdo con este
criterio, los países mejor situados son Estados Unidos, seguido de Japón, Alemania, Suecia y otros. En los últimos años, a la vista del crecimiento de la
pobreza y de la urbanización “favelizada” del mundo y hasta por un sentido de decencia, la ONU introdujo el Índice de Desarrollo Humano (IDH). En él se
incluyen valores intangibles como salud, educación, igualdad social, cuidado de la naturaleza, equidad de género y otros. Ha enriquecido el sentido de "calidad
de vida", que era entendido de forma muy materialista: goza de una buena calidad de vida quien consume más y mejor. Por delante de todos los países está
Bután, encajonado entre la China y la India, a los pies del Himalaya, muy pobre materialmente, pero que estableció oficialmente el "Índice de Felicidad Interna
Bruta". Ésta no se mide por criterios cuantitativos, sino cualitativos, como buen gobierno de las autoridades, distribución equitativa de los excedentes de la
agricultura de subsistencia, de la extracción vegetal y de la venta de energía a la India, buena salud y educación y, especialmente, buen nivel de cooperación
de todos para garantizar la paz social. En las tradiciones indígenas de Abya Yala, nombre para el continente indoamericano, en vez de "vivir mejor" se habla de
"el buen vivir". Esta categoría entró en las constituciones de Bolivia y Ecuador como el objetivo social a ser perseguido por el Estado y por toda la sociedad. El
"vivir mejor" supone una ética del progreso ilimitado y nos incita a una competición con los otros para crear más y más condiciones para "vivir mejor". Sin
embargo, para que algunos puedan "vivir mejor", millones de personas han tenido que vivir mal. Es la contradicción capitalista. Por el contrario, el "buen vivir"
apunta a una ética de lo suficiente para toda la comunidad y no solamente para el individuo. El "buen vivir" supone una visión holística e integradora del ser
humano, inmerso en la gran comunidad terrenal, que incluye no sólo al ser humano, sino también al aire, el agua, los suelos, las montañas, los árboles y los
animales; es estar en profunda comunión con la Pachamama (Tierra), con las energías del Universo, y con Dios. La preocupación central no es acumular.
Además, la Madre Tierra nos proporciona todo lo que necesitamos. Con nuestro trabajo suplimos lo que ella por las excesivas agresiones no nos puede dar, o
le ayudamos a producir lo suficiente y decente para todos, también para los animales y las plantas. El "buen vivir" es estar en permanente armonía con todo,
celebrando los ritos sagrados que continuamente renuevan la conexión cósmica y con Dios. El "buen vivir" nos convida a no consumir más de lo que el
ecosistema puede soportar, a evitar la producción de residuos que no podemos absorber con seguridad y nos incita a reutilizar y reciclar todo lo que hemos
usado. Será un consumo reciclable y frugal. Entonces no habrá escasez. En esta época de búsqueda de nuevos caminos para la humanidad la idea del "buen
vivir" tiene mucho que enseñarnos.
Leonardo Boff
12 de Octubre ¿Día de la raza?
Esta fecha fue impuesta en 1917 por decreto del presidente H. Irigoyen, que lo declaró fiesta nacional. Y efectivamente, en nuestro país se sigue festejando.
En Villa Gesell se hace la Fiesta Nacional de la Raza. Con desfile de carrozas, bandas y la elección de la reina. Uno puede preguntar: ¿De qué raza será esta
reina?
Y otra vez se efectúan actos en las escuelas, se habla del heroísmo de Colón descubriendo América, de la abnegación de los misioneros que trajeron a Dios
y de la generosidad de la madre patria que trajo su cultura a estas tierras de salvajes.
En realidad, el 12 de Octubre nos reclama reflexionar, hacernos algunas preguntas. ¿Qué se celebra en este día? ¿Descubrimiento de qué? ¿De territorios
poblados por centenares de pueblos que los habitaban desde hace más de 30.000 años? Pueblos que habían llegado en diverso grado a niveles de desarrollo
cultural, científico, productivo y espiritual de inmensa riqueza y originalidad.
¿Encuentro de culturas? ¿Es que “veían” los invasores la cultura de los pueblos originarios, o los miraban con los ojos codiciosos y menospreciadores del
naciente capitalismo europeo mercantil y depredador? ¿Trajeron la cultura de Cervantes y Quevedo, de los humanistas y las comunas populares? ¿O
impusieron la de los cañones y mastines feroces, de los encomenderos despóticos, de las hogueras de la Inquisición donde ardían seres humanos, códices
maravillosos, templos y reliquias de enorme belleza?
Quienes celebran la instalación de un sistema colonial basado en la codicia , la violencia y el saqueo, instalado sobre decenas de millones de víctimas
indígenas y africanas esclavizadas y convertidas en combustible biológico para minas, plantaciones y obrajes, son los que pretenden eternizarlo en las
nuevas condiciones de la globalización neocolonial.
Pero para los indígenas y los pueblos de Nuestra América, el 12 de Octubre es el inicio de una era de muerte y despojo, de discriminación e inferiorización
humana con pretextos de supremacía racial y social, una era que se prolonga desde la colonia a la república, desde las campañas genocidas de Cortés y
Pizarro a las de los generales Roca en el sur y Victorica en el norte. Y de sus continuadores dictatoriales.
Comunidades enteras fueron exterminadas o acorraladas ayer por el oro y la plata, y siguen siendo agredidas hoy por la tierra y el petróleo, el agua y la
biodiversidad. Mientras se mueren los niños indígenas por falta de alimentos y atención sanitaria y se reprime y criminaliza la lucha de las poblaciones
originarias por sus tierras, su cultura, su identidad y sus derechos, reconocidos en la Constitución pero negados en la realidad, el territorio nacional se va
cubriendo con alambrados extranjeros.
¿Cómo se puede, entonces, seguir festejando el Día de la Raza o de la Hispanidad? Es como si los polacos, por ejemplo, celebraran el 1 de setiembre, el día de
1939 en que los nazis invadieron Polonia iniciando la 2ª. Guerra Mundial, como el “Día de la Raza Aria”. Se trata de una postura soberbia y racista. Incompatible
no sólo con las leyes nacionales y las resoluciones de las NN.UU., sino también con la ciencia y la conciencia de la humanidad. La ciencia nos dice que entre
las personas diversas como producto de la geografía y de la historia, hay diferencias somáticas, pero que son banales. Porque se dan dentro de una identidad
genética que unifica a todos los seres humanos.
¿De qué raza somos los argentinos, los latinoamericanos? Pueblo de pueblos, pluriétnicos y multiculturales. Bolívar lo advirtió cuando dijo: “…no sabemos
exactamente lo que somos. No somos blancos, ni indios, ni negros, sino una nueva síntesis de todos ellos: un pequeño género humano”.
Así, pues, lo que nos corresponde es darle a esta recordación un sentido opuesto al que pretenden los conquistadores y opresores de ayer y de hoy. Un
sentido de recuperación de nuestra memoria histórica, de nuestras raíces y experiencias vitales. De homenaje a aquellos que desde el primer momento no
cejaron en su resistencia, su rebeldía, su permanente combate por los valores, el patrimonio, la identidad propia y el futuro libre y solidario de Nuestra
América.
Y finalmente, a los que gustan tanto de hablar de razas inferiores y superiores, les recordamos con Martí: “En este mundo no hay más que una raza inferior:
la de los que consultan ante todo su propio interés. Ni más que una superior: la de los que consultan ante todo el interés humano”.
Juan Rosales
La memoria y la palabra indígena
Voz de gente. Contando. ¿Qué? Testimonios de sueños, memorias del futuro más antiguo, palabras venidas de la oscuridad de los tiempos para ser
pronunciadas mañana por la mañana sobre los surcos de una milpa. El poder de la duración indígena en México a través de los siglos, las eras, los sexenios,
los días, reside en su palabra.
Lo han sostenido siempre. Que la palabra es sagrada, verdadera. Pero los dueños de la razón no les creen. Cómo van a creerles a pueblos que hace una
generación seguían ágrafos en sus lenguas y mayoritariamente analfabetas en la nacional. Se les catalogaba como “atrasados”. Para el tortuoso pensamiento
de la sociedad dominante y su clase política, la palabra dicha “no prueba nada”, y hasta sacan abogados para demostrarlo. Suya es la cultura política que
promete, contradice, miente voz en cuello, traiciona y hasta se traiciona en sus leyes, sus discursos, sus acuerdos. Sin rubor alguno.
El hilo de la palabra de los pueblos originarios de México no se ha roto nunca. Y ya que es posible leerla en sus propias manos, de entre los tal vez centenares
de autores en lenguas indígenas actualmente activos, uno encuentra en ellos una verdad esencial siempre a flor que resulta más verosímil, más respetable
que las de tanto anuncio comercial, tantos discursos, tanto monólogo de intelectuales.
Que la vida humana es pasajera, un momento sólo aquí en la Tierra, es conocimiento que ha movido la sabiduría y las narraciones de los antiguos mexicanos
con un sentido diferente a los apocalipsis cristianos que les sobrepusieron sus descubridores. Para aquellos pueblos el mundo terminaba constantemente. Y
del mismo modo volvía a comenzar. Sus civilizaciones agrícolas, desde el origen nómada hasta el esplendor urbano de sus periodos clásicos, vivían los ciclos
de la naturaleza, y desarrollaron formas eficaces de conservar la memoria, transmitirla de uno a otro de los recomienzos.
Sus herederos directos, los actuales pueblos de México, siguen siendo esencialmente agrícolas, y su existencia cotidiana se mantiene impregnada de ese
humanismo campesino que la resistencia y el infortunio secular han fortalecido y vuelto sabio, campeón del nunca morir del todo.
Y siempre narran. Desde el origen de los tiempos, los pueblos se fueron transmitiendo la palabra en un hilo no roto ni siquiera después de la catástrofe
civilizatoria desatada por Hernán Cortés y los 500 años que la han seguido.
Nunca en silencio, se escuchan sin cesar a sí mismos, por eso conservan sus lenguas. Y sobrevivir es su obra maestra. Platicar con el mundo. Platicar un
mundo donde la creación no ha terminado, ni tiene para cuándo.
Pensamos que estos textos que adjuntamos pueden ser de utilidad para ustedes, docentes interesados y comprometidos en demostrar que “otra educación
es posible”. Sabemos que los caminos no están alfombrados de pétalos de flores; muy por el contrario, es seguro que hay piedras que tratarán de entorpecer
la tarea. Pero también es cierto que tal vez sea éste, el único modo de empezar (o continuar) el cambio que nos llevará a una sociedad más justa, más
equitativa, menos dolorosamente agresiva y excluyente. Gracias por confiar en un futuro mejor.
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas. Fac. Fil. y Letras. U.B.A. Agosto 2010
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas
Facultad de Filosofía y Letras. U.B.A.
NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS
CUADERNILLO N° 1: Orígenes
Introducción
Mucho tiempo antes de la llegada de los españoles, estas tierras estaban habitadas por diversos pueblos con
costumbres propias. Sin embargo, la historia oficial los ha omitido a lo largo del tiempo, acallando parte de lo que nos ha
constituido como la nación mestiza que somos. No obstante, este relegamiento no ocurrió únicamente en Argentina, sino
también en gran parte del resto de América, de esa América Única soñada por el escritor José Martí. Por eso, proponemos
reflexionar sobre las culturas originarias no sólo como hechos del pasado sino como realidades vivas, que conviven con otras
culturas y que muchas veces se ven obligadas a emprender caminos de luchas y enfrentamientos con el solo y único objetivo
de defender y preservar su patrimonio ancestral. “Tal vez lo más notable es que muchas de esas culturas constituyen hoy una
parte significativa del conjunto de la población latinoamericana. Son nuestros hermanos, los originarios, los primeros. Y han
sido también protagonistas de la historia, aunque siempre se los haya negado” (Carlos Martínez Sarasola)
I. Orígenes
Hace más de 50.000 años, grupos humanos llegaron a tierras americanas por el estrecho de Bering, de acuerdo con las
investigaciones realizadas por diferentes estudiosos. Pero esta teoría no es la única que se presenta para explicar el
origen de la multiplicidad de culturas originarias, aunque sí de la antigüedad del poblamiento de América. En general, las
teorías más conocidas pueden resumirse así:
Origen autóctono: Florentino Ameghino, a principios del siglo XX, intentó demostrar, a través de sus estudios, que el
origen del género humano se ubica en América. Las investigaciones más recientes desestiman esta teoría, ya que
sostienen que el hombre no es originario de América sino que procede de otro u otros continentes.
Origen único: Esta teoría sostiene que, a partir de un núcleo asiático que ingresó por el estrecho de Bering se
formaría una sola raza americana.
Origen múltiple: el poblamiento de América sería producto de cuatro corrientes: australiana, malayopolinesia,
esquimal y, la más importante, asiática. Paul Rivet defendió esta postura con el aporte de estudios antropológicos,
etnológicos y filológicos.
Origen africano: los americanos proceden de África. Esta teoría actualmente fue dejada de lado.
A lo largo de 600 generaciones, los primeros pobladores fueron extendiendo los territorios habitados, hasta que las
campañas de exterminio obligaron a los sobrevivientes a replegarse o a luchar desesperadamente por la defensa de sus
tierras.
Otra de las teorías clásicas es la de Paul Rivet, para quien la población indígena americana es el resultado de cierto
número de migraciones, unas por el estrecho de Bering y otras a través del OcéanoPacífico.
Rivet tomó como base para su teoría, datos de múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura, color de piel, etc.),
datos culturales y lingüísticos, tanto de los asiáticos, como de los americanos y oceánicos, con el objetivo de encontrar
correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas migratorias que habrían seguido los primeros hombres
americanos.
Refutó la tesis monoracial de Hrdlicka, postulando varias corrientes migratorias aparte de la asiática‐mongoloide. Sostiene
que también poblaron América los melanésicos y polinésicos a través de rutas transpacíficas, inclusive reconoce una
inmigración australiana. Por ello la teoría de Paul Rivet es llamada “`poliracial”. Arturo Gómez Alarcón
Actividades
Nivel 1
Les proponemos que, en un planisferio, marquen la entrada de las diferentes corrientes de poblamiento, tomando en cuenta la
teoría de origen múltiple.
Niveles 2 y 3
Escriban un texto breve y fundamenten, de acuerdo con el criterio de ustedes, la teoría de origen múltiple o polirracial.
Estudios antropológicos. Estudian al ser humano en forma integral, tanto su evolución biológica como el desarrollo
y estructura de las diferentes comunidades.
Estudios etnológicos. Buscan relaciones entre los pueblos diferentes, desde el parentesco, la cultura, la religión,
etc.
Estudios filológicos. Se ocupa del lenguaje, la literatura y los textos escritos en general.
II. Origen del Universo y del hombre
Los orígenes y la concepción del Universo fueron explicados por los pueblos originarios a través de mitos y leyendas,
muchos de los cuales se conservaron durante muchas generaciones, hasta llegar a nuestros días.
Uno de esos testimonios es el Popol Vuh o Pop Wuj (Libro del Tiempo) de los pueblos mayaquichés. Hacia 1550 un
originario escribió en lengua quiché este texto, pero utilizando caracteres latinos, ya que lo hizo en la época de la conquista y
colonización española.
A principios del s. XVIII un cura católico, Francisco Ximénez, descubrió el manuscrito indígena en un pueblito de
Guatemala y lo tradujo al español.
El Popol Vuh es un tratado míticoreligioso que incluye varios temas: a) Orígenes del Universo; b) Aparición del hombre
sobre la Tierra; c) Narración de aventuras de personajes semidivinos; d) Historias de migraciones y conquistas del pueblo
quiché hasta la llegada de los españoles.
Lectura 1. ( fragmento del Popol Vuh). Creación del hombre
He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.
Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz: "Ha llegado el 딀empo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han
de sustentar, y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la 딀erra." Así dijeron.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron y discu딀eron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera salieron a luz claramente sus
decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Estos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac [el gato de monte], U딀ú [el coyote], Quel [una cotorra vulgarmente llamada chocoyo] y Hoh [el cuervo]. Estos cuatro
animales les dieron la no딀cia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.
Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz [en la
formación del hombre] por obra de los Progenitores.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa 딀erra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en
pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.
Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las
mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores,
Tepeu y Gucumatz, así llamados.
A con딀nuación entraron en plá딀cas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se
hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados.
Cap. I, parte 3, Popol Vuh
Ac疬vidades
Nivel 1
‐ Después de leer el fragmento del Libro Sagrado, contesten lo siguiente: a) ¿cuál es la materia prima u疬lizada para crear al hombre, según este texto? ¿Por qué? b) ¿A quién
se atribuye el acto de creación? ¿quiénes intervienen?
Nivel 2
‐ Otras culturas an疬guas también 疬enen relatos que explican la aparición del hombre. Les proponemos que consulten alguno de esos relatos y lo comparen con el relato
anterior.
Nivel 3
El escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias publicó, en 1949, una novela, Hombres de maíz. Es la historia del enfrentamiento entre los hombres que se consideran de maíz
como parte de su ser y como alimento sagrado, con aquéllos que lo u疬lizan como un producto cualquiera de lucro. Se establece entre ambos grupos (los “originarios de maíz” y los
“maiceros”) una lucha feroz que termina con la muerte del cacique Gaspar Ilóm, defensor de los valores ancestrales de su pueblo.
Lectura 2. Fragmentos de la novela Hombres de Maíz, de Miguel A. Asturias (1949)
Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de máiz. Sembrado para negocio es hambre del hombre que fue hecho
de maíz.
………………………………………………………………………………………………………
La que más lunares y pus tenía era la nana de Martín Ilóm, el recién parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que más lunares y más piojos
tenía. La Piojosa Grande, la nana de Martín Ilóm. En su regazo de tortera caliente, en sus trapos finos de tan viejos, dormía su hijo como una
cosa de barro nuevecita y bajo el coxpi, cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y la cara para que no le hicieran mal de ojo, se oía su
alentar con ruido de agua que cae en tierra porosa.
Mujeres con niños y hombres con mujeres. Claridad y calor de fogarones. Las mujeres lejos en la claridad y cerca en la sombra. Los hombres
cerca en la claridad y lejos en la sombra. Todos en el alboroto de las llamas, en el fuego de los guerreros, fuego de la guerra que hará llorar
las espinas.
Así decían los indios más jóvenes, con el movimiento senil de sus cabezas bajo las abejas. O bien decían, sin perder su compás de viejos:
Antes que la primera cuerda de maguey fuera trenzada se trenzaron el pelo las mujeres.
…………………………………………………………………………………………………………………..
Indios de Ilóm, capitaneados por el Gaspar y los “maiceros” que talan selvas para sembrar cada vez más maíz.
Hay que limpiar la tierra de Ilóm de los que botan árboles con hacha, de los que chamuscan el monte con las quemas, de los que atajan el
agua del río que corriendo duerme y en las pozas abre los ojos (…) Y si fuera para comer. Por negocio. Y si fuera por cuenta propia, pero a
medias en la ganancia con el patrón y a veces ni siquiera a medias. El maíz empobrece la tierra y no enriquece a ninguno. Ni al patrón ni al
mediero.
de Hombres de maíz
Ac疬vidades
Les proponemos que, luego de la lectura de los fragmentos del Popol Vuh y de Hombres de Maíz, elaboren un texto argumenta疬vo en el que tomen posición frente a la situación de los
pueblos originarios enfrentados al avance del supuesto progreso.
Lectura 3. Ar馥ዄculo periodís疬co de opinión
El Impenetrable o la agonía Qom
Por Mempo Giardinelli
En estos tiempos el Chaco concita la atención de todo el mundo. Prensa y televisión global vienen a mirar los estragos de la desnutrición que
afecta a miles de aborígenes en los bosques que se conocen –ya impropiamente– como El Impenetrable
…en el camino hasta Juan José Castelli –población de 30 mil habitantes que se autocalifica “Portal del Impenetrable”– la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que queda del otrora
Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos centenarios y fauna maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y desértico, con raigones por doquier esperando las
topadoras que prepararán esta tierra para el festival de soja transgénica que asuela nuestro país
Después viajamos otra hora y el cuadro se hace más y más grotesco. Paramos en Fortín Lavalle, Villa Río Bermejito, las tierras allende el
Puente La Sirena, los parajes El Colchón, El Espinillo y varios más. Son decenas de ranchos de barro y paja, taperas infames donde se
hacinan familias de la etnia Qom (tobas). Todas, sin excepción, en condiciones infrahumanas.
Digan lo que digan, estas tierras –más de tres millones de hectáreas– fueron vendidas con los aborígenes dentro. Son varios miles y están ahí
desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer. El resultado
es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen. Los seres humanos también.
Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex Impenetrable chaqueño,
palabras duras como exterminio o genocidio tienen vigencia.
Desfilan ante nuestros ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua,
rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da. Casi todos
dicen ser evangelistas, de la Asamblea de Dios, de la Iglesia Universal, de “los pentecostales” o “los anglicanos”.
Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: “Por aquí, Dios no pasó”.
Actividades
1. El periodista y escritor Mempo Giardinelli presenta la situación de la comunidad originaria qom (tobas) en el chaco argen疬no. Les proponemos que elaboren un pequeño ensayo,
vinculando la situación de los “hombres de maíz” guatemaltecos y los “qom” del Chaco argen疬no. Como guía, les ofrecemos algunas preguntas orienta疬vas: ¿cuál es la situación
de los originarios con respecto al cul疬vo del maíz? ¿quiénes se presentan como enemigos y qué pretenden? ¿cuál es la situación de la comunidad qom? ¿quiénes son sus
enemigos y qué pretenden? ¿qué dificultades encuentran para defender la posesión de sus 疬erras ancestrales? ¿qué conclusiones se pueden sacar? También observen la
ac疬tud de la gente qom en la fotogra엢a ¿qué parecen manifestar?
2. Intercambien los ensayos con otros grupos de la clase y, si fuera posible, les proponemos publicar alguno en la revista de la escuela, barrial, etc.
Ac疬vidad final integradora
Les proponemos que lean (o escuchen) la siguiente canción de León Gieco y luego creen dos cuadros: en el primero, dibujen a los hombres originarios en su espacio, tal como
lo describe el Popl Vuh; en el segundo, a esos hombres hoy, a par疬r de los conocimientos adquiridos y complementados con la letra de la canción.
Cinco siglos igual. (León
Gieco) Desamor desencuentro,
Soledad sobre ruinas, perdón y olvido
sangre en el trigo cuerpo con mineral,
rojo y amarillo, pueblos trabajadores
manantial del veneno infancias pobres,
escudo heridas, cinco siglos igual.
cinco siglos igual. Libertad sin Lealtad sobre tumbas,
galope, piedra sagrada
banderas rotas Dios no alcanzó a llorar,
soberbia y mentiras, sueño largo del mal
medallas de oro y plata hijos de nadie, cinco siglos
contra esperanza, igual.
cinco siglos igual.
Muerte contra la vida,
En esta parte de la tierra la historia gloria de un pueblo
se cayó como se caen las piedras desaparecido
aun las que tocan el cielo
es comienzo, es final
o están cerca del sol leyenda perdida,
o están cerca del sol. cinco siglos igual.
A Roosevelt
(Rubén Darío 1905)
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy.
Y domando caballos, o asesinando tigres,
eres un AlejandroNabucodonosor.
(Eres un profesor de energía,
como dicen los locos de hoy.)
Crees que la vida es incendio,
que el progreso es erupción;
en donde pones la bala
el porvenir pones.
No.
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis, se oye como el rugir del león.
Ya Hugo a Grant le dijo: «Las estrellas son vuestras».
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol
y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos.
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.
Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida,
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del gran Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de Amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.
Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas
Facultad de Filosofía y Letras. U.B.A.
NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS
CUADERNILLO N° 2: Aquellos y estos tiempos
1 Primeros 疬empos
Los primeros pobladores de América han dejado huellas de sus culturas desde hace aproximadamente 25.000 años. Eran cazadores y recolectores, es decir, que basaban su
subsistencia en la caza de animales y la recolección de frutos, tal como se los ofrecía la naturaleza. A este primer período pertenecen las herramientas encontradas,
construidas con piedras y materiales óseos.
Hacia el 12.000 a.C. la industria de la piedra se perfeccionó, tal como lo demuestran las puntas de proyec疬les encontradas en México y Guatemala. Los habitantes de
este período, hasta el 5.000 a.C., se dedicaban a la caza, tanto de grandes animales como de los que habitaban lagos y ríos. También se han encontrado ves疬gios de
recolección de productos vegetales. Pertenecen a esta época las pinturas rupestres con representaciones de animales, escenas de caza y manos, como las de las cuevas de
la Patagonia.
El cazador‐recolector disponía de 疬empo libre y esto dio lugar al inicio de un marcado desarrollo cultural (prác疬cas religiosas, ritos anteriores a la caza y de iniciación e
incorporación al grupo social). Algunas de estas prác疬cas se conservan en la actualidad (comunidades waika de Venezuela, gé de Brasil), lo cual demuestra la con疬nuidad
histórica de las primeras culturas que pudieron subsis疬r a pesar de los intentos de dominación.
La domes疬cación de vegetales y animales permi疬ó la construcción de otras formas sociales, culturales y económicas. Con respecto a las plantas, es increíble la variedad
que la naturaleza le ofrecía a los hombres, todas de alto valor alimen疬cio. No pasaba lo mismo con los animales, porque las especies que podían ser domes疬cadas eran
pocas, por ejemplo las llamas en los Andes.
La agricultura provocó cambios en la vida de las comunidades; la principal fue la vida sedentaria. El cul疬vo programado permi疬ó a los hombres organizar más su vida social
y buscar soluciones para sa疬sfacer sus necesidades. Por ejemplo, pulía la piedra para lograr mejores herramientas y utensilios, construía si疬os para vivir y para almacenar
frutos, tejía prendas de abrigo, se dedicaba a la alfarería y enriquecía su visión del Mundo y su papel en ese mundo. Todo lo anterior hizo posible que los grupos humanos
asentados en lugares adecuados incrementaran su crecimiento demográfico.
Ac疬vidades
Nivel 1.
‐ Luego de finalizar la lectura del texto anterior, les proponemos que dibujen dos escenas: a) período en el que los grupos humanos son cazadores‐recolectores; b) período en
que se inicia la domes疬cación de animales y vegetales (ganadería y agricultura).
Nivel 2
‐ Lean el siguiente texto:
El maíz, “la planta de América”
…Su origen, no declarado por completo, se considera americano, aunque han aparecido en la India representaciones del maíz, lo que plantea la posible relación entre ambos
con疬nentes. La primera referencia escrita aparece en el Popol Vuh.
Fue la base de la economía mesoamericana y andina como base de la alimentación debido a su alto valor energé疬co y a la facilidad de almacenaje y conservación durante largo 疬empo.
Su consumo fue muy variado: solo, crudo, en tor疬llas, como bebida o refresco, mezclado con chocolate (atole), etc. Pero aparte de su carácter de bien de consumo e intercambio, el
maíz fue un elemento ritual y suntuario e impulsó, por la necesidad de racionalizar su cul疬vo, los conocimientos de cómputo del 疬empo y meteorológicos. Su vinculación a los ritos
religiosos explica que el dios maya Yumkax lo fuera a la vez del maíz y de la agricultura en general.
‐ Relean el texto del Popol Vuh del cuadernillo 1. Luego, contesten: ¿En qué se basa la importancia del cul疬vo del maíz? ¿Por qué, entonces, es la materia prima del ser humano,
según el libro sagrado?
Nivel 3
‐ Lean el siguiente texto, con el fin de completar los datos aportados por el primer texto de este cuadernillo.
América fue descubierta hace 40 mil años en tiempos de la última glaciación, durante la cual el congelamiento de las aguas
del Estrecho de Bering tendió un puente que unió nuestro continente con el asiático. De allí provinieron las primeras oleadas
de pobladores en busca de la megafauna que constituía su alimento básico.
Durante este largo proceso, pueblos con culturas diversas surgieron, dando lugar a la amplia variedad de formaciones
económicosociales que encontraron los españoles a su llegada.
De cazadores y recolectores nómades, en ese proceso de diferenciación, algunos de estos grupos se fueron sedentarizando
al domesticar plantas y animales. Estas sociedades llegaron a desarrollar una agricultura intensiva de extraordinaria
tecnología. De acuerdo a lo que es posible establecer a través de los registros arqueológicos no hubo en América grandes
mortandades por hambrunas equiparables a las que para la misma época asolaban al continente europeo.
El desarrollo de medios de subsistencia basados en una agricultura intensiva, sólo fue posible en aquellos grupos que más
allá de condiciones propicias, lograron un importante grado de organización políticoinstitucional. Sin la existencia de lo que
hoy calificaríamos como sistema estatal, no hubiese sido posible la construcción de infraestructuras productivas tales como
los sistemas de regadíos, las terrazas de cultivo, las redes viales e incluso de grandes obras de carácter religioso, símbolos
de poder y cohesión social.
Lischetti, M. Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 2006
‐ Elaboren un texto informa疬vo en el que desarrollen el siguiente tema: La subsistencia en las primeras comunidades americanas.
‐ Lean ahora este ar馥ዄculo periodís疬co
Sin pueblos no hay Nación
Por Fuente: Hermann Bellinghausen / La Jornada Tuesday, Jun. 15
Es posible que la actual ofensiva neoliberal (gobiernoempresas) contra los pueblos indígenas de México y buena parte de América Latina sea una de las
más agresivas en la historia. No obstante, la escalada sucede en un momento brillante de estos pueblos, cuando han alcanzado niveles de conocimiento
muy precisos de su condición, y están en lúcida posesión de su bagaje civilizatorio. Toman en sus manos el destino de sí mismos, y en ocasiones, de las
naciones que los contienen. Organizados, son enemigos formidables para el poder neoliberal. Contra ellos no bastan las viejas doctrinas
contrainsurgentes. Es una "contrasabiduría" lo que se emprende para detenerlos. Un "viva la muerte", donde cualquier brutalidad está permitida.
Bajo el signo de la rebelión, en menos de dos décadas los indígenas cambiaron el mapa político de Bolivia y Ecuador, y son influencia profunda en las
luchas de liberación en el sur de México. El proceso inspiró los despertares históricos de sus hermanos en Chile, Venezuela, Colombia, y ahora Argentina,
a contracorriente de la uniformidad desarrollista y capitalista que los condenaba a desaparecer.
No debemos olvidar que México avanza (literalmente, da pasos adelante) sólo cuando sus pueblos son determinantes. Cuando callan (aprisionados,
perseguidos a tiros, envenenados, desalojados) la vida se atora, se pudre, se entristece. El siglo de la Conquista, las guerras liberales del siglo XIX contra
ellos y la dictadura porfirista (tres paradigmas de "modernización"), fueron esta clase de períodos tristes.
Ahora les quieren arrebatar lo de siempre: el oro y el moro. Minerales y petróleo bajo sus pies. Bosques, ríos, playas. Las semillas de sus milpas. Hasta por
los bordados de sus huipiles pagarán copyright. Gobiernos como el mexicano, con su red de socios (¿o más bien sus acreedores?) pretenden secuestrar,
encadenar, sitiar con piedras, borrar en los censos y las políticas culturales, y finalmente expulsar a los pueblos, la parte más desechable de un paisaje
como quiera desechable.
Máxima expresión de la premisa capitalista úsesetírese es la trágica derrama de petróleo en el Golfo de México, responsabilidad directa de British
Petroleum, Deepwater Horizon y Halliburton, típicos especímenes del mercantilismo criminal en control del mundo. Mientras se vacía en el océano el
segundo mayor yacimiento de petróleo del planeta, y amenaza el futuro ambiental de todo un hemisferio sin que los causantes resuelvan su tiradero, éstos
ocultan, engañan, se preparan a huir por la puerta de atrás. Revelan lo poco que les importamos.
Están en la mira Amazonia y Lacandonia, las costas del Pacífico, las inmensas cordilleras donde el capitalismo vislumbra su último El Dorado en
Mesoamérica y los Andes. La ofensiva neoliberal, en su exceso, hace reaccionar contra represas, minas y petroleras a los pueblos originarios de
Guatemala y Perú, a los que, como en Colombia, se daba por perdedores de guerras que no han terminado.
‐ Completen ahora el texto anterior, desarrollando este tema: Aproximación a la vida de las comunidades originarias en la actualidad. Finalmente, elijan un 馥ዄtulo para el trabajo
completo.Titulo que debe reflejar el tema. Puesta en común y discusión. Cri疬ca valora疬va del trabajo final.
II. La tierra
América es el continente más alargado en el sentido NorteSur y esto determina la existencia de una multiplicidad de
climas. La cadena montañosa que se extiende de sur a norte en la región occidental proporciona variabilidad de altitudes que,
junto con las diferentes latitudes conforman paisajes muy diferentes entre sí. Hacia el Este de esta inmensa cadena se
extienden las llamadas “tierras bajas” surcadas por caudalosos ríos. Esto da como resultado una variedad interesante de
macropaisajes, tal como lo caracteriza José Alcina: [esto]… “dará como resultado una abundante gama de macropaisajes,
tales como el desierto polar, o la tundra americana, donde habitan los esquimales; las mesetas del Colorado, en el suroeste de
los Estados Unidos; los bosques orientales de Norteamérica, o las grandes llanuras o praderas del medio oeste, el bosque
tropical lluvioso del sistema fluvial AmazonasOrinoco o de la costa septentrional del Pacífico, entre Ecuador y Colombia; la
llanura kárstica de Yucatán, hogar de los antiguos mayas; el desierto costero del Perú; o la puna helada de las tierras altas de
PerúBolivia.”
En estos espacios naturales se desarrollaron importantes culturas desde hace miles de años, que no sólo respetaron la
conformación natural sino que consideraron a la naturaleza como parte integrante de su vida, de sus aspiraciones y de sus
sueños.
En un Congreso de la tierra de 2004, los participantes manifestaron: “Los pueblos originarios somos hijos de la tierra, que para
nosotros es sagrada; por eso afirmamos que no somos dueños de la tierra sino parte de ella, que no la queremos para
explotarla sino para convivir con ella, para trabajar cuidando la naturaleza con un desarrollo equilibrado para el bienestar
común de la humanidad”.
La cultura occidental considera al hombre como centro de la tierra (teoría antropocéntrica) y su misión es, por tanto, dominar
todos sus elementos. En cambio, los pueblos indígenas tienen una cosmovisión en la que el hombre es un ser más entre todos
los seres de la naturaleza. Entonces, la naturaleza y el hombre son parte de un mismo todo y por lo mismo merecen igual
respeto y consideración. Muchos pueblos originarios rinden, por eso, culto y veneración a la Tierra, a la que consideran
generadora de la vida.
PACHAMAMA
Las etnias aymara y quechua rinden culto a la Pachamama (Pacha: Universo, mundo y Mama: Madre), es decir que veneran
a la Madre Tierra como divinidad cotidiana, que actúa directamente o por presencia y con la que se dialoga
permanentemente. La Pachamama no es una diosa creadora, sino protectora, posibilita la vida y favorece la fertilidad. Por lo
general la Pachamama tiene hambre y si no se la nutre es capaz de vengarse y provocar enfermedades. Madura los frutos y
multiplica el ganado, puede conjurar heladas y plagas y dar suerte en la caza. Su representación es una india baja,
cabezona, de grandes pies calzados con ojotas. Vive en los cerros y la acompaña un perro negro muy bravo. Su lazo es una
víbora y el quirquincho es otro de los animales acompañantes .Es por eso que los pastores acostumbran hacerle frecuentes
ofrendas en sitios rituales llamados apachetas. Éstos son montones de piedra que construyen los arrieros y los viajeros a las
orillas de los caminos, para depositar las ofrendas. Todos los 1° de agosto se realizan ofrendas en su honor (challas o
tributos); se ofrecen a la Pachamama hojas de coca, yicta, vino, alcohol, cigarros y chicha.
Actividades
Nivel 1 a)¿Qué diferencias encuentran entre las culturas originarias y la cultura occidental, con respecto a la relación del
hombre con la tierra? b) Supongamos que deben enviar una invitación a una autoridad para la fiesta de la Pachamama. Les
proponemos que elaboren esa invitación, incluyendo la figura de la Madre Tierra, tal como se describe en el texto anterior. No
se olviden de poner lugar, fecha y hora de la ceremonia.
Nivel 2
1. Realicen las actividades del nivel 1.
2. Lean el siguiente texto:
“¿Cómo pueden uds. comprar o vender el Cielo, el calor de la Tierra? ...“Somos parte de la Tierra y ella es parte de nosotros” ... “cualquier
cosa que hiera a la Tierra, herirá a los Hijos de la Tierra” ... “Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia” ...
“Así termina la vida y comienza el sobrevivir” ( Palabras del jefe seatle al presidente de Estado Unidos, 1855)
“Nosotros los Galibi hemos sufrido las consecuencias del turismo salvaje... de personas sin escrúpulos, y como los indios no manejan todavía
ese mundo, arriesgan su perdición ... es como si se quisiera meter el fuego en el agua. Alguno de los dos se extinguirá”(M. Tiouka). –
“Esta es la tierra que antes era mía; era parte de mi canto, parte de mis huellas; y hoy muestra mis huellas para que el hombre blanco me
persiga” (Lucía Peña,guaraní). “No sabemos exactamente qué es un parque nacional, pero tampoco lo queremos. ¿Por qué el gobierno
quiere crear un parque nacional en nuestro territorio? ¿A quién le han consultado para la creación de ese parque? (I. Hoarive).”
Carlos Falaschi. Jornadas de Estudio “Culture et nature dans les Ameriques”, Ginebra,2004.
1. Contesten: ¿qué problemas plantea el autor con respecto a la posesión de las tierras de parte de los pueblos originarios?
¿qué dicen los propios originarios con respecto a este tema?
Nivel 3
1. Realicen las actividades de los niveles 1 y 2.
2. Lean el siguiente texto del psicólogo social argentino Alfredo Moffat
"Respecto a las teorías explicativas de la naturaleza y de las religiones nativas, la técnica metabolizadora del
sistema de poder ha re‐formulado la metafísica originaria de nuestras poblaciones nativas; la Iglesia Católica ha ido
llenando en nuevos moldes católicos y europeos las antiquísimas estructuras míticas de nuestro pueblo no‐europeo.
Un ejemplo típico de este re‐moldeo de mitos lo constituyen las fiestas anuales de celebración de la Virgen María
en Salta y Jujuy, donde, pese a la imagen de la virgen y al sacerdote que guía la columna, la ceremonia
corresponde más a los rituales indígenas de la Pacha Mama que a la europea Virgen María, pues el consumo de coca
y alcohol, el regar con aguardiente y el enterrar ofrendas de comida alrededor de la imagen, corresponde al culto
de la Pacha Mama y no al ritual cristiano‐europeo de la Virgen que no tiene relación con las ceremonias de
fecundidad de la tierra, y más bien niega toda idea de fertilidad, pues consagra a la virginidad como propuesta.
Propuesta que, por otra parte no tiene sentido en la cultura quechua, que por el contrario, tiene instituciones pre‐
matrimoniales como el "irpa‐Sirse" (casamiento de prueba) que anulan el valor de la virginidad. Esta está
evidentemente relacionada con el concepto de propiedad privada, que no existe tampoco en las organizaciones
comunitarias indígenas, verdaderas cooperativas de trabajo."
1. Contesten:
¿Qué plantea el autor con respecto a la relación entre la religión de origen europeo y el culto a la
Pachamama? ¿Por qué se producirá este fenómeno?
Es Sudamérica Mi Voz
Mercedes Sosa
Composicion: (Félix Luna ‐ Ariel Ramírez)
(1968)
Americana soy,
y en esta tierra yo crecí.
Vibran en mí
milenios indios
y centurias de español.
Mestizo corazón
que late en su extensión,
hambriento de justicia, paz y libertad.
Yo derramo mis palabras
y la Cruz del Sur
bendice el canto que yo canto
como un largo crucifijo popular.
No canta usted, ni canto yo
es Sudamérica mi voz.
Es mi país fundamental
de norte a sur, de mar a mar.
Es mi nación abierta en cruz,
doliente América de Sur
y este solar que nuestro fue
me duele aquí, bajo la piel.
Otra emancipación,
le digo yo
les digo que hay que conquistar
y entonces sí
mi continente acunará
una felicidad,una felicidad
con esa gente chica como usted y yo
que al llamar a un hombre hermano
sabe que es verdad
y que no es cosa de salvarse
cuando hay otros
que jamás se han de salvar.
No canta usted, ni canto yo
es Sudamérica mi voz.
Es mi país fundamental
de norte a sur, de mar a mar.
Es mi nación abierta en cruz,
doliente América de Sur
y este solar que nuestro fue
me duele aquí, bajo la piel.
Otra emancipación,
Otra emancipación,
Otra emancipación...
El 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo
10/12/04
CINCO SIGLOS DE PROHIBICIÓN DEL ARCO IRIS EN EL CIELO AMERICANO.
Por Eduardo Galeano.
El Descubrimiento: el 12 de octubre de 1492, América descubrió al capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del
mar Caribe.
En su diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y
el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó.
Colón creyó que Haití era Japón y que Cuba era China, y creyó que los habitantes de China y Japón eran indios de la India; pero en eso no se equivocó.
Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población
come salteado.
Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad
diferente. Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser.
Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso. Sin embargo, en esa identidad prohibida y
despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible.
América, ciega de racismo, no las ve.
***
El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón escribió en su diario que él quería llevarse algunos indios a España para que aprendan a hablar ("que deprendan fablar"). Cinco siglos después, el 12
de octubre de 1989, en una corte de justicia de los Estados Unidos, un indio mixteco fue considerado retardado mental ("mentally retarded") porque no hablaba correctamente la lengua
castellana. Ladislao Pastrana, mexicano de Oaxaca, bracero ilegal en los campos de California, iba a ser encerrado de por vida en un asilo público. Pastrana no se entendía con la intérprete
española y el psicólogo diagnosticó un claro déficit intelectual. Finalmente, los antropólogos aclararon la situación: Pastrana se expresaba perfectamente en su lengua, la lengua mixteca, que
hablan los indios herede ros de una alta cultura que tiene más de dos mil años de antigüedad.
***
El Paraguay habla guaraní. Un caso único en la historia universal: la lengua de los indios, lengua de los vencidos, es el idioma nacional unánime. Y sin embargo, la mayoría de los paraguayos
opina, según las encuestas, que quienes no entienden español son como animales.
De cada dos peruanos, uno es indio, y la Constitución de Perú dice que el quechua es un idioma tan oficial como el español. La Constitución lo dice, pero la realidad no lo oye. El Perú trata a
los indios como Africa del Sur trata a los negros. El español es el único idioma que se enseña en las escuelas y el único que entienden los jueces y los policías y los funcionarios. (El español no
es el único idioma de la televisión, porque la televisión también habla inglés.)
Hace cinco años, los funcionarios del Registro Civil de las Personas, en la ciudad de Buenos Aires, se negaron a inscribir el nacimiento de un niño. Los padres, indígenas de la provincia de
Jujuy, querían que su hijo se llamara Qori Wamancha, un nombre de su lengua. El Registro argentino no lo aceptó por ser nombre extranjero.
Los indios de las Américas viven exiliados en su propia tierra. El lenguaje no es una señal de identidad, sino una marca de maldición. No los distingue: los delata. Cuando un indio renuncia a
su lengua, empieza a civilizarse. ¿Empieza a civilizarse o empieza a suicidarse?
***
Cuando yo era niño, en las escuelas del Uruguay nos enseñaban que el país se había salvado del problema indígena gracias a los generales que en el siglo pasado exterminaron a los últimos
charrúas.
El problema indígena: los primeros americanos, los verdaderos descubridores de América, son un problema. Y para que el problema deje de ser un problema, es preciso que los indios dejen de
ser indios. Borrarlos del mapa o borrarles el alma, aniquilarlos o asimilarlos: el genocidio o el otrocidio.
En diciembre de 1976, el ministro del Interior del Brasil anunció, triunfal, que el problema indígena quedará completamente resuelto al final del siglo veinte: todos los indios estarán, para
entonces, debidamente integrados a la sociedad brasileña, y ya no serán indios. El ministro explicó que el organismo oficialmente destinado a su protección (FUNAI, Fundacao Nacional do
Indio) se encargará de civilizarlos, o sea: se encargará de desaparecerlos. Las balas, la dinamita, las ofrendas de comida envenenada, la contaminación de los ríos, la devastación de los bosques
y la difusión de virus y bacterias desconocidos por los indios, han acompañado la invasión de la Amazonia por las empresas ansiosas de minerales y madera y todo lo demás. Pero la larga y
feroz embestida no ha bastado. La domesticación de los indios sobrevivientes, que los rescata de la barbar ie, es también un arma imprescindible para despejar de obstáculos el camino de la
conquista.
***
Matar al indio y salvar al hombre, aconsejaba el piadoso coronel norteamericano Henry Pratt. Y muchos años después, el novelista peruano Mario Vargas Llosa explica que no hay más
remedio que modernizar a los indios, aunque haya que sacrificar sus culturas, para salvarlos del hambre y la miseria.
La salvación condena a los indios a trabajar de sol a sol en minas y plantaciones, a cambio de jornales que no alcanzan para comprar una lata de comida para perros. Salvar a los indios también
consiste en romper sus refugios comunitarios y arrojarlos a las canteras de mano de obra barata en la violenta intemperie de las ciudades, donde cambian de lengua y de nombre y de vestido y
terminan siendo mendigos y borrachos y putas de burdel. O salvar a los indios consiste en ponerles uniforme y mandarlos, fusil al hombro, a matar a otros indios o a morir defendiendo al
sistema que los niega. Al fin y al cabo, los indios son buena carne de cañón: de los 25 mil indios norteamericanos enviados a la segunda guerra mundial, murieron 10 mil.
El 16 de diciembre de 1492, Colón lo había anunciado en su diario: los indios sirven para les mandar y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo que fuere menester y que hagan villas y se
enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres. Secuestro de los brazos, robo del alma: para nombrar esta operación, en toda América se usa, desde los tiempos coloniales, el verbo reducir.
El indio salvado es el indio reducido. Se reduce hasta desaparecer: vaciado de sí, es un noindio, y es nadie.
***
El shamán de los indios chamacocos, de Paraguay, canta a las estrellas, a las arañas y a la loca Totila, que deambula por los bosques y llora. Y canta lo que le cuenta el martín pescador:
No sufras hambre, no sufras sed. Súbete a mis alas y comeremos peces del río y beberemos el viento.
Y canta lo que le cuenta la neblina:
Vengo a cortar la helada, para que tu pueblo no sufra frío. Y canta lo que le cuentan los caballos del cielo:
Ensíllanos y vamos en busca de la lluvia.
Pero los misioneros de una secta evangélica han obligado al chamán a dejar sus plumas y sus sonajas y sus cánticos, por ser cosas del Diablo; y él ya no puede curar las mordeduras de víboras,
ni traer la lluvia en tiempos de sequía, ni volar sobre la tierra para cantar lo que ve. En una entrevista con Ticio Escobar, el shamán dice: Dejo de cantar y me enfermo. Mis sueños no saben
adónde ir y me atormentan. Estoy viejo, estoy lastimado. Al final, ¿de qué me sirve renegar de lo mío?
El shamán lo dice en 1986. En 1614, el arzobispo de Lima había mandado quemar todas las quenas y demás instrumentos de música de los indios, y había prohibido todas sus danzas y cantos
y ceremonias para que el demonio no pueda continuar ejerciendo sus engaños. Y en 1625, el oidor de la Real Audiencia de Guatemala había prohibido las danzas y cantos y ceremonias de los
indios, bajo pena de cien azotes, porque en ellas tienen pacto con los demonios.
***
Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se despoja a los indios de sus símbolos de identidad. Se les prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses, aunque ellos habían sido por
sus dioses cantados y danzados y soñados en el lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta los misioneros de las sectas norteamericanas que hoy
proliferan en América Latina, se crucifica a los indios en nombre de Cristo: para salvarlos del infierno, hay que evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como
coartada para el saqueo.
El arzobispo Desmond Tutu se refiere al Àfrica, pero también vale para América:
Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron:
“Cierren los ojos y recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
***
Los doctores del Estado moderno, en cambio, prefieren la coartada de la ilustración: para salvarlos de las tinieblas, hay que civilizar a los bárbaros ignorantes. Antes y ahora, el racismo
convierte al despojo colonial en un acto de justicia. El colonizado es un subhombre, capaz de superstición pero incapaz de religión, capaz de folclore pero incapaz de cultura: el subhombre
merece trato subhumano, y su escaso valor corresponde al bajo precio de los frutos de su trabajo. El racismo legitima la rapiña colonial y neocolonial, todo a lo largo de los siglos y de los
diversos niveles de sus humillaciones sucesivas.
América Latina trata a sus indios como las grandes potencias tratan a América Latina.
***
Gabriel RenéMoreno fue el más prestigioso historiador boliviano del siglo pasado. Una de las universidades de Bolivia lleva su nombre en nuestros días. Este prócer de la cultura nacional
creía que los indios son asnos, que generan mulos cuando se cruzan con la raza blanca. Él había pesado el cerebro indígena y el cerebro mestizo, que según su balanza pesaban entre cinco, siete
y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca, y por tanto los consideraba celularmente incapaces de concebir la libertad republicana.
El peruano Ricardo Palma, contemporáneo y colega de Gabriel RenéMoreno, escribió que los indios son una raza abyecta y degenerada. Y el argentino Domingo Faustino Sarmiento elogiaba
así la larga lucha de los indios araucanos por su libertad: Son más indómitos, lo que quiere decir: animales más reacios, menos aptos para la Civilización y la asimilación europea.
El más feroz racismo de la historia latinoamericana se encuentra en las palabras de los intelectuales más célebres y celebrados de fines del siglo diecinueve y en los actos de los políticos liberales
que fundaron el Estado moderno. A veces, ellos eran indios de origen, como Porfirio Díaz, autor de la modernización capitalista de México, que prohibió a los indios caminar por las calles
principales y sentarse en las plazas públicas si no cambiaban los calzones de algodón por el pantalón europeo y los huaraches por zapatos.
Eran los tiempos de la articulación al mercado mundial regido por el Imperio Británico, y el desprecio científico por los indios otorgaba impunidad al robo de sus tierras y de sus brazos.
El mercado exigía café, pongamos el caso, y el café exigía más tierras y más brazos. Entonces, pongamos por caso, el presidente liberal de Guatemala, Justo Rufino Barrios, hombre de
progreso, restablecía el trabajo forzado de la época colonial y regalaba a sus amigos tierras de indios y peones indios en cantidad.
***
El racismo se expresa con más ciega ferocidad en países como Guatemala, donde los indios siguen siendo porfiada mayoría a pesar de las frecuentes oleadas exterminadoras. En nuestros días,
no hay mano de obra peor pagada: los indios mayas reciben 65 centavos de dólar por cortar un quintal de café o de algodón o una tonelada de caña. Los indios no pueden ni plantar maíz sin
permiso militar y no pueden moverse sin permiso de trabajo. El ejército organiza el reclutamiento masivo de brazos para las siembras y cosechas de exportación.
En las plantaciones, se usan pesticidas cincuenta veces más tóxicos que el máximo tolerable; la leche de las madres es la más contaminada del mundo occidental. Rigoberta Menchú: su hermano
menor, Felipe, y su mejor amiga, María, murieron en la infancia, por causa de los pesticidas rociados desde las avionetas. Felipe murió trabajando en el café. María, en el algodón. A machete y
bala, el ejército acabó después con todo el resto de la familia de Rigoberta y con todos los demás miembros de su comunidad. Ella sobrevivió para contarlo.
Con alegre impunidad, se reconoce oficialmente que han sido borradas del mapa 440 aldeas indígenas entre 1981 y 1983, a lo largo de una campaña de aniquilación más extensa, que asesinó o
desapareció a muchos miles de hombres y de mujeres. La limpieza de la sierra, plan de tierra arrasada, cobró también las vidas de una incontable cantidad de niños. Los militares guatemaltecos
tienen la certeza de que el vicio de la rebelión se transmite por los genes.
Una raza inferior, condenada al vicio y a la holgazanería, incapaz de orden y progreso, ¿merece mejor suerte? La violencia institucional, el terrorismo de Estado, se ocupa de despejar las dudas.
Los conquistadores ya no usan caparazones de hierro, sino que visten uniformes de la guerra de Vietnam. Y no tienen piel blanca: son mestizos avergonzados de su sangre o indios enrolados a
la fuerza y obligados a cometer crímenes que los suicidan.
Guatemala desprecia a los indios, Guatemala se auto desprecia. Esta raza inferior había descubierto la cifra cero, mil años antes de que los matemáticos europeos supieran que existía. Y habían
conocido la edad del universo, con asombrosa precisión, mil años antes que los astrónomos de nuestro tiempo.
Los mayas siguen siendo viajeros del tiempo: ¿Qué es un hombre en el camino? Tiempo.
Ellos ignoraban que el tiempo es dinero, como nos reveló Henry Ford. El tiempo, fundador del espacio, les parece sagrado, como sagrados son su hija, la tierra, y su hijo, el ser humano: como
la tierra, como la gente, el tiempo no se puede comprar ni vender. La Civilización sigue haciendo lo posible por sacarlos del error.
***
¿Civilización? La historia cambia según la voz que la cuenta. En América, en Europa o en cualquier otra parte. Lo que para los romanos fue la invasión de los bárbaros, para los alemanes fue la
emigración al sur.
No es la voz de los indios la que ha contado, hasta ahora, la historia de América. En las vísperas de la conquista española, un profeta maya, que fue boca de los dioses, había anunciado: Al
terminar la codicia, se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo. Y cuando se desate la boca, ¿qué dirá? ¿Qué dirá la otra voz, la jamás escuchada? Desde el punto
de vista de los vencedores, que hasta ahora ha sido el punto de vista único, las costumbres de los indios han confirmado siempre su posesión demoníaca o su inferioridad biológica. Así fue
desde los primeros tiempos de la vida colonial:
¿Se suicidan los indios de las islas del mar Caribe, por negarse al trabajo esclavo? Porque son holgazanes.
¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no tienen vergüenza.
¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de riqueza? Porque son más parientes del mono que del hombre.
¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta de Mahoma, que bien arden en los fuegos de la Inquisición.
¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de castigo ni doctrina.
¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán o por pura estupidez.
¿Comen cuando tienen hambre, y no cuando es hora de comer? Porque son incapaces de dominar sus instintos.
¿Aman cuando sienten deseo? Porque el demonio los induce a repetir el pecado original.
¿Es libre la homosexualidad? ¿La virginidad no tiene importancia alguna? Porque viven en la antesala del infierno.
***
En 1523, el cacique Nicaragua preguntó a los conquistadores:
Y al rey de ustedes, ¿quién lo eligió?
El cacique había sido elegido por los ancianos de las comunidades. ¿Había sido el rey de Castilla elegido por los ancianos de sus comunidades? La América precolombina era vasta y diversa, y
contenía modos de democracia que Europa no supo ver, y que el mundo ignora todavía. Reducir la realidad indígena americana al despotismo de los emperadores incas, o a las prácticas
sanguinarias de la dinastía azteca, equivale a reducir la realidad de la Europa renacentista a la tiranía de sus monarcas o a las siniestras ceremonias de la Inquisición.
En la tradición guaraní, por ejemplo, los caciques se eligen en asambleas de hombres y mujeres y las asambleas los destituyen si no cumplen el mandato colectivo. En la tradición iroquesa,
hombres y mujeres gobiernan en pie de igualdad. Los jefes son hombres; pero son las mujeres quienes los ponen y deponen y ellas tienen poder de decisión, desde el Consejo de Matronas,
sobre muchos asuntos fundamentales de la confederación entera. Allá por el año 1600, cuando los hombres iroqueses se lanzaron a guerrear por su cuenta, las mujeres hicieron huelga de
amores. Y al poco tiempo los hombres, obligados a dormir solos, se sometieron al gobierno compartido.
***
En 1919, el jefe militar de Panamá en las islas de San Blas, anunció su triunfo:
Las indias kunas ya no vestirán molas, sino vestidos civilizados.
Y anunció que las indias nunca se pintarían la nariz sino las mejillas, como debe ser, y que nunca más llevarían aros en la nariz, sino en las orejas. Como debe ser.
Setenta años después de aquel canto de gallo, las indias kunas de nuestros días siguen luciendo sus aros de oro en la nariz pintada, y siguen vistiendo sus molas, hechas de muchas telas de
colores que se cruzan con siempre asombrosa capacidad de imaginación y de belleza: visten sus molas en la vida y con ella se hunden en la tierra, cuando llega la muerte.
En 1989, en vísperas de la invasión norteamericana, el general Manuel Noriega aseguró que Panamá era un país respetuosos de los derechos humanos:
No somos una tribu aseguró el general.
***
Las técnicas arcaicas, en manos de las comunidades, habían hecho fértiles los desiertos en la cordillera de los Andes. Las tecnologías modernas, en manos del latifundio privado de exportación,
están convirtiendo en desiertos las tierras fértiles en los Andes y en todas partes.
Resultaría absurdo retroceder cinco siglos en las técnicas de producción; pero no menos absurdo es ignorar las catástrofes de un sistema que exprime al hombre y arrasa los bosques y viola la
tierra y envenena los ríos para arrancar la mayor ganancia en el plazo menor. ¿No es absurdo sacrificar a la naturaleza y a la gente en los altares del mercado internacional? En ese absurdo
vivimos; y lo aceptamos como si fuera nuestro único destino posible.
Las llamadas culturas primitivas resultan todavía peligrosas porque no han perdido el sentido común. Sentido común es también, por extensión natural, sentido comunitarios. Si pertenece a
todos el aire, ¿por qué ha de tener dueño la tierra? Si desde la tierra venimos, y hacia la tierra vamos, ¿acaso no nos mata cualquier crimen que contra la tierra se comete? La tierra es cuna y
sepultura, madre y compañera. Se le ofrece el primer trago y el primer bocado; se le da descanso, se la protege de la erosión. El sistema desprecia lo que ignora, porque ignora lo que teme
conocer. El racismo es también una máscara del miedo.
¿Qué sabemos de las culturas indígenas? Lo que nos han contado las películas del Far West. Y de las culturas africanas, ¿qué sabemos? Lo que nos ha contado el profesor Tarzán, que nunca
estuvo.
Dice un poeta del interior de Bahía: Primero me robaron del Africa. Después robaron el Africa de mi. La memoria de América ha sido mutilada por el racismo. Seguimos actuando como si
fuéramos hijos de Europa, y de nadie más.
***
A fines del siglo pasado, un médico inglés, John Down, identificó el síndrome que hoy lleva su nombre. Él creyó que la alteración de los cromosomas implicaba un regreso a las razas
inferiores, que generaba mongolian idiots, negroid idiots y aztec idiots.
Simultáneamente, un médico italiano, Cesare Lombrosos, atribuyó al criminal nato los rasgos físicos de los negros y de los indios.
Por entonces, cobró base científica la sospecha de que los indios y los negros son proclives, por naturaleza, al crimen y a la debilidad mental. Los indios y los negros, tradicionales instrumentos
de trabajo, vienen siendo también desde entonces, objetos de ciencia.
En la misma época de Lombroso y Down, un médico brasileño, Raimundo Nina Rodrigues, se puso a estudiar el problema negro. Nina Rodrigues, que era mulato, llegó a la conclusión de que
la mezcla de sangres perpetúa los caracteres de las razas inferiores, y que por tanto la raza negra en el Brasil ha de constituir siempre uno de los factores de nuestra inferioridad como pueblo.
Este médico psiquiatra fue el primer investigador de la cultura brasileña de origen africano. La estudió como caso clínico: las religiones negras, como patología; los trances, como
manifestaciones de histeria. Poco después, un médico argentino, el socialista José Ingenieros, escribió que los negros, oprobiosa escoria de la raza humana, están más próximos de los monos
antropoides que de los blancos civiliz ados. Y para demostrar su irremediable inferioridad, Ingenieros comprobaba: Los negros no tienen ideas religiosas.
En realidad, las ideas religiosas habían atravesado la mar, junto a los esclavos, en los navíos negreros. Una prueba de obstinación de la dignidad humana: a las costas americanas solamente
llegaron los dioses del amor y de la guerra. En cambio, los dioses de la fecundidad, que hubieran multiplicado las cosechas y los esclavos del amo, se cayeron al agua.
Los dioses peleones y enamorados que completaron la travesía, tuvieron que disfrazarse de santos blancos, para sobrevivir y ayudar a sobrevivir a los millones de
hombres y mujeres violentamente arrancados del Africa y vendidos como cosas. Ogum, dios del hierro, se hizo pasar por san Jorge o san Antonio o san Miguel, Shangó, con todos
sus truenos y sus fuegos, se convirtió en santa Bárbara. Obatalá fue Jesucristo y Oshún, la divinidad de las aguas dulces, fue la Virgen de la Candelaria…
Dioses prohibidos. En las colonias españolas y portuguesas y en todas las demás: en las islas inglesas del Caribe, después de la abolición de la esclavitud se siguió prohibiendo tocar tambores
o sonar vientos al modo africano, y se siguió penando con cárcel la simple tenencia de una imagen de cualquier dios africano. Dioses prohibidos, porque peligrosamente exaltan las pasiones
humanas, y en ellas encarnan. Friedrich Nietzsche dijo una vez:
Yo sólo podría creer en un dios que sepa danzar.
Como José Ingenieros, Nietzsche no conocía a los dioses africanos. Si los hubiera conocido, quizá hubiera creído en ellos. Y quizá hubiera cambiado algunas de sus ideas. José Ingenieros,
quién sabe.
***
La piel oscura delata incorregibles defectos de fábrica. Así, la tremenda desigualdad social, que es también racial, encuentra su coartada en las taras hereditarias. Lo había observado Humboldt
hace doscientos años, y en toda América sigue siendo así: la pirámide de las clases sociales es oscura en la base y clara en la cúspide. En el Brasil, por ejemplo, la democracia racial consiste en
que los más blancos están arriba y los más negros abajo.
James Baldwin, sobre los negros en Estados Unidos:
Cuando dejamos Mississipi y vinimos al Norte, no encontramos la libertad. Encontramos los peores lugares en el mercado de trabajo; y en ellos estamos todavía.
***
Un indio del Norte argentino, Asunción Ontíveros Yulquila, evoca hoy el trauma que marcó su infancia:
Las personas buenas y lindas eran las que se parecían a Jesús y a la Virgen.
Pero mi padre y mi madre no se parecían para nada a las imágenes de Jesús y la Virgen María que yo veía en la iglesia de Abra Pampa.
La cara propia es un error de la naturaleza. La cultura propia, una prueba de ignorancia o una culpa que expiar. Civilizar es corregir.
***
El fatalismo biológico, estigma de las razas inferiores congénitamente condenadas a la indolencia y a la violencia y a la miseria, no sólo nos impide ver las causas reales de nuestra desventura
histórica. Además, el racismo nos impide conocer, o reconocer, ciertos valores fundamentales que las culturas despreciadas han podido milagrosamente perpetuar y que en ellas encarnan
todavía, mal que bien, a pesar de los siglos de persecución, humillación y degradación. Esos valores fundamentales no son objetos de museo. Son factores de historia, imprescindibles para
nuestra imprescindible invención de una América sin mandones ni mandados. Esos valores acusan al sistema que los niega.
***
Hace algún tiempo, el sacerdote español Ignacio Ellacuría me dijo que le resultaba absurdo eso del Descubrimiento de América. El opresor es incapaz de descubrir, me dijo:
Es el oprimido el que descubre al opresor.
Él creía que el opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo. La verdadera realidad del opresor sólo se puede ver desde el oprimido. Ignacio Ellacuría fue acribillado a balazos, por creer en
esa imperdonable capacidad de revelación y por compartir los riesgos de la fe en su poder de profecía.
¿Lo asesinaron los militares de El Salvador, o lo asesinó un sistema que no puede tolerar la mirada que lo delata?
Relectura de la Oda “A Roosevelt”
Jorge Eduardo Arellano (30052009)
La célebre oda “A Roosevelt” de Rubén Darío es uno de sus cantos de vida y esperanza de mayor popularidad y, en consecuencia, más recitado. Sin embargo,
todavía merece escudriñarse releyéndola a la luz de nuevas aproximaciones.
Ubicación temática
En su Antología temática del modernismo poético en lengua española, Alberto Acereda deslinda cinco dimensiones en la lírica modernista: 1) una sabia visión del
arte y de lo metapoético; 2) un angustiado desasosiego existencial; 3) un erotismo trascendente; 4) una visión de la religión como generadora de cuestionamiento
sobre la divinidad y la existencia; y 5) una constante preocupación social y política, o más bien sociopolítica. Dieciocho poemas escoge para representar cada
sección, figurando en la última “A Roosevelt” y el primero de “Los Cisnes” que sustentan una palpitante dimensión política. Si “¿Qué signos haces, oh cisne con tu
encorvado cuello?”, la emblemática ave de Darío, majestuosa y serena, queda ligada al destino hispánico, “A Roosevelt” consiste —según su autor— en una
preconización solidaria del alma hispanoamericana “ante las tentativas imperialistas del coloso del Norte”.
Contexto epocal
Esta fue la circunstancia histórica en que se escribió: la declaración conquistadora del presidente de los Estados Unidos [del Norte], Theodoro Roosevelt (1852‐
1919), del 3 de noviembre de 1903: I took Panama (Yo tomé Panamá). Con ella, justificaba la política imperial e interventora de su gran nación. Panamá pertenecía
a Colombia, y como este país había rechazado el convenio que el gobierno norteamericano le propuso sobre el Istmo donde proyectaba abrir el Canal, un grupo de
panameños fue sobornado, proclamó la independencia y cedió la Zona del Canal en el Tratado Hay‐Bureau Varilla, suscrito en Washington el 18 de noviembre de
1903. Entonces Darío, quien se hallaba en Málaga, España, reaccionó contra ese atropello. Mejor dicho: respondió, protestando como poeta, a la política
expansionista de Teddy Roosevelt llamada del big stick (gran garrote), expuesta como presidente reelecto en los primeros días de enero.
Publicaciones e imitadores
Juan Ramón Jiménez (1881‐1958), discípulo de Darío, fue privilegiado por éste para difundir su oda, escrita en Málaga antes del 17 de enero de 1904, pues en esa
fecha se la remitió a Juan Ramón con otras composiciones en verso. El destinatario dejó constancia de su original autógrafo recibido en Madrid: “un espléndido
manuscrito en papel marquilla, cuatro páginas (sic), con esa letra rítmica que Rubén escribía en sus momentos más serenos. Era la magnífica oda a Teodoro
Roosevelt y venía dedicada al Rey Alfonso XIII. Al día siguiente recibí un telegrama de Rubén Darío pidiéndome que suprimiera la
dedicatoria”.
Jiménez añade que dichos versos “promovieron una gloria de admiraciones. Francisco A. de Icaza [1863‐1925] lloró de emoción cuando yo, en un tranvía le enseñé
el manuscrito de la ‘Oda a Roosevelt’ (sic)”. El mismo Jiménez lo publicó en la revista madrileña Helios —órgano del modernismo triunfante— en
febrero de ese año, con su data: “Málaga, 1904”. Luego se reprodujo en El Cojo Ilustrado de Caracas, en Pandemonium de San José, Costa Rica, y en dos revistas de
Santiago de Chile: Pluma y Lápiz (el 29 de mayo del mismo año) y en La Lira Chilena con la citada datación. En El Cojo Ilustrado, José Santos Chocano —altisonante
modernista del Perú—, se atrevió a contradecir el mensaje de la oda, sin trascender un nivel menos que mediocre, como lo fue su “Self‐help!/En nombre de
Roosevelt a Rubén Darío”, fechado en “San José de Costa Rica, 3 de mayo de 1904”, que concluía: Ya verás, cuando lleguen las albas redentoras, / que América,
esta América amada del sajón, / responderá a tus versos como Roosevelt lo hiciese: / —Para vencer no tengo sino un aliado: ¡yo!
Estructura acumulativa
Pero es necesario puntualizar la estructura acumulativa y confrontadora de “A Roosevelt” a partir de su tono invocador:
¡Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman / que habría de llegar hasta ti, Cazador! —inicia Darío sus alejandrinos (versos de 14 sílabas) arrojando al rostro de
Roosevelt, como una bofetada, el calificativo, aprovechando la circunstancia de que el expansionista líder norteamericano era un gran aficionado a la cacería. ¡Primitivo
y moderno, sencillo y complicado / con un algo de Washington y cuatro de Nemrod!
—lo retrata contraponiéndolo a su antecesor George Washington, prócer fundacional de los Estados Unidos, de quien tiene apenas “un algo” e identificándolo con
Nemrod, personaje bíblico, rey fabuloso de Caldea “el primero que se hizo poderoso en la tierra” y “gran cazador” (Génesis, 10, 8‐9). De éste no dice el poeta que
posee mucho, sino cuatro. ¡Ojo!: el número allí escrito —aparentemente prosaico— tiene el sentido de sugerir la idea de utilitarismo, la tendencia de reducir todo
a números, que domina generalmente a los hombres del Norte de América.
Contraste de culturas
En los cuatro versos siguientes (dos de 9 sílabas y otros dos de 14), la acusación de Darío se torna específica y sintetiza el carácter de Hispanoamérica: Eres los
Estados Unidos, / eres el futuro invasor / de la América hispana que tiene sangre indígena, / que aún reza a Jesucristo y aún habla en español. Pero el contraste entre
las dos culturas la acentúa enseguida: Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza; / eres culto, eres hábil; / te opones a Tolstoy, optando por el pacifista que fue el
escritor ruso Liev Mikolaévich Tolstoy (1828‐1910): polo opuesto al hombre batallador y materialista que gobernaba los Estados Unidos. Pero va más allá de su
tiempo: Y domando caballos o asesinando tigres / eres un AlejandroNabucodonosor.
O sea: como el famoso conquistador, rey de Macedonia, Alejandro Magno (356‐323 a.C.) y Nabucodonosor II el Grande, rey de Caldea (605‐562 a.C.), destructor del
reino de Judá, entre otras acciones depredadoras. (Eres un Profesor de energía / como dicen los locos de hoy) —
remata la primera estrofa, directa y efectiva, apropiándose de la expresión Profesor de energía inventada por Stendhal para aplicársela a Napoleón.
Estética política
A continuación, los versos se acortan en sílabas de 10 y 8:
Crees que la vida es incendio, / que el progreso es erupción; / que en donde pones la bala / el porvenir pones. / No.
Esta sílaba, enfática, complementaria asonante del sexasílabo anterior, queda con valor autonómico de verso único. Al respecto, el propio Darío estaba consciente
de esta intencionalidad gráfica o visual. En carta desde Málaga, fechada el 24 de enero de 1904, solicitó a Jiménez pruebas de imprenta de su oda ordenando:
“que me pongan espacios blancos de interlíneas dobles de las usuales, por causa de estética política¡ [el énfasis subrayado y la admiración son suyas, como
también las frases siguientes]. ¡Qué diría el Yankee!”. Ya en París, el 30 de marzo solicita al mismo Jiménez tres o cuatro ejemplares del número de febrero de
Helios, revista donde se había publicado la oda clamorosa y protestataria ante la política del garrote.
“El poeta adopta el tono de Víctor Hugo de Los Castigos” —señala Torres Bodet como fuente de la oda, traducida al inglés en 1913 por Eligan C. Hills, en su
antología Modern Hispanic Lyrics, editada ese año en Nueva York. Tres artículos dedicó Darío a esa obra, en la cual se le reconocía su innovación en el verso
alejandrino, ejemplificado precisamente con los de su poema, y su valor central dentro del “movement of emancipation” ya consolidado en Hispanoamérica. La
versión inglesa de “A Roosevelt” se la remitió Hills al ex presidente Roosevelt, pero éste le replicó en una breve, pero interesante carta que el hispanista se negó
a difundir.
“Un trompetazo”
La actitud de Hills fue lamentable. La Hispanic Society of America, donde se custodia el manuscrito de la oda, donado en 1916 por Juan
Ramón Jiménez, tampoco ha promovido su difusión. El mismo Jiménez la valoró como uno de los textos que no pasarán de Darío, “y
tampoco pasará nunca lo que la oda dice” —aseguró. Por eso su propio autor la calificaría de “un trompetazo” (reduciéndolo a eso: un
sonoro, aunque grandioso, anatema de la política invasora de los Estados Unidos, en defensa de nuestro continente mestizo).
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SURAMÈRICA
Nadie la para ya.
No pueden detenerla,
ni la calumnia, ni el boicot, ni nada.
Este es un continente de aventura,
que a los aventureros se los traga.
Les sube por la sombra, despacito
y el ojo codicioso les socava.
Vendrán los desahuciados de la Tierra,
buscando sus riquezas legendarias,
hasta que un dìa, en una sola greda,
confundan las lenguas y las razas.
América, animal de leche verde,
por la gran cordillera vertebrada,
hunde el hocico austral bajo el polo,
y descansa en su fuerza proletaria.
Camina hacia la luz, lenta y segura,
con el polen del sol en las entrañas,
y su destino torrencial,
fijado está en el tiempo por la Vía Láctea.
El hambre, la violencia la justicia,
la voluntad del pueblo traicionada,
no harán sino aumentar su rebeldía,
no harán sino apurar en sus entrañas
el hijo de la luz, que viene a unirnos
en una sola espiga esperanzada.
Porque Amèrica, tierra del futuro,
igual que la mujer, ¡vence de echada!
Jaime Dàvalos (años 60‐70)
Actualizado (Miércoles, 06 de Octubre de 2010 20:12)