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La respuesta de Dios ante dicho clamor, consistió en levantar “jueces” (civiles y militares)
para que guiaran al pueblo a la victoria frente a sus opresores. De los catorce jueces que se
levantaron en este periodo, resulta muy llamativo el único liderazgo de una mujer como fue
el de Débora, en medio de un contexto tradicionalmente patriarcal y sobre todo, de anarquía
después de la muerte de Josué a falta de un poder hegemónico. Como lo describe el autor
del libro “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”
(17:6).
1
Macarthur, John. Biblia de Estudio Macarthur. Nashville – Tennessee. Grupo Nelson 2011. Pág.311.
Por otro lado, resulta muy llamativo el rol de Débora contemplado en el versículo 4 y 5,
debido a que “Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de
Lapidot (…) y los hijos de Israel subían a ella a juicio”, es decir, ella no solo Gobernaba
Israel, sino que además era profetisa y juez. Si bien, el liderazgo de esta mujer fue único
entre los Jueces de Israel, es importante resaltar que el mismo estaba ligado al liderazgo de
Barac, quien también era juez, en otras palabras, ambas autoridades se ejercían de forma
simultánea.
Por último, aunque el rol social de Jael mujer de Heber Ceneo, no tiene mayor relevancia,
fue ella quien ocultó inicialmente a Sísara que estaba huyendo, con la intensión de
posteriormente matarlo clavando una estaca por sus sienes, y entregarlo a Barac quien lo
estaba buscando.
Es necesario tener presente, que los jueces en general representaban sobre todo un poder
político, militar y religioso o espiritual. Sin embargo, estos no se ejercieron plenamente en
cabeza de cada juez, debido a que unos eran solo civiles y otros eran jueces militares. En
este sentido, podemos resaltar que la juez Débora ejercía un poder político y religioso, pero
no militar, ya que este estaba en cabeza del juez Barac, lo cual, se evidencia en el versículo
6 donde Débora tuvo que llamar a Barac para recordarle el mandato de Jehová, de ir a
reunir diez mil hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón en contra de Sísara.
Es interesante analizar, los conflictos de competencia que surgen cuando el poder político y
el poder militar están en cabeza de personas y/o instituciones distintas 2, que en nuestro caso
objeto de análisis, se refleja sobre todo en el versículo 9, donde frente a la renuencia de
Barac quien tenía el poder militar, Débora le responde que irá con él para cumplir el
mandato de Jehová “(…) mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en
mano de mujer venderá Jehová a Sísara (…)”
2
Estos conflictos de poder aún se viven en la actualidad, por ejemplo en las Monarquías parlamentarias,
donde el poder político está en cabeza del Primer Ministro o Presidente del Gobierno, y el poder militar lo
ostenta el Rey como jefe de Estado.
Los resultados para el pueblo no fueron muy distintos al periodo de los Jueces, donde Dios
responde al clamor de Israel que como consecuencia a su desobediencia, había sido
oprimido por Jabín rey de Canaán y su capitán del ejército Sísara por veinte años,
levantando como jueces a Débora y Barac para entregarles al opresor.
No obstante, frente al resultado para los personajes, podemos resaltar que el poder militar
que tímidamente pretendía ejercer Débora, fue totalmente suplementario ante la renuencia
de quien lo ostentaba (Barac), inclusive, en el mismo relato de Jueces ella se contradice
debido a que, mientras en el ya citado versículo 9 asegura que “en mano de mujer venderá
Jehová a Sísara” (Negrilla fuera del original), más adelante, en el versículo 14 le dice a
Barac “(…) Levántate, porque éste es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus
manos” (Negrilla fuera del original). Al respecto, Macarthur escribe que “El hecho de que
Débora se levantó a tal papel es la excepción en el libro debido al fracaso de Barac al no
mostrar la valentía para guitar con denuedo”3.
El estudio de este capítulo nos deja como enseñanza que, a pesar de la cultura
tradicionalmente patriarcal que se desarrolló en Israel, Dios levantó en varias ocasiones
liderazgos femeninos para cumplir su propósito. En este caso concreto, aunque el poder y
liderazgo que ejercía Débora era atípico, este no dejaba de ser limitado, ya que como
vimos, no ejercía el poder militar.
3
Macarthur, John. Biblia de Estudio Macarthur. Nashville – Tennessee. Grupo Nelson 2011. Pág. 317.