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Los cambios sufridos por el sector funerario en Colombia desde la década del ’80,
cuando se configuraron los primeros planes preexequiales, transformó en gran manera
a las funerarias.
Fue así como pasaron de ser empresas pequeñas prestadoras de servicios exequiales a
compañías sólidas, basadas en procesos comerciales y administrativos eficientes,
dando un giro importante en su función primordial.
Así mismo han creado una serie de servicios adicionales, buscando acompañar a sus
clientes desde el momento de la compra de los planes exequiales, pasando por la
prestación del servicio exequial y finalizando con servicios de post servicio como lo son
las unidades de duelo y las asesorías legales, entre otras.
Durante los últimos dos años se han posicionado las actividades económicas ligadas a
este sector, en lo corrido de año 2007 ha crecido en un 20%. En la actualidad el país
está a la vanguardia de Latinoamérica en la prestación de servicios exequiales.
Actualmente, las funerarias poseen ingresos constantes debido a que cuentan con un
número determinado de afiliados que cancelan oportunamente cuotas mensuales,
esto les permite desarrollar presupuestos estables y análisis de crecimiento confiables.
Así como han cambiado los profesionales, también lo han hecho los clientes quienes
ahora prefieren la cremación antes que el entierro en tierra, esta idea ha cobrado
fuerza, principalmente, entre los jóvenes.
Esta práctica es más económica que la inhumación (por la que hay que pagar un
impuesto de $77.300), gracias a que el gobierno decidió eximirla de impuesto para
estimular e incrementar el uso de este servicio en el país.
Estos cambios han ido más allá, a la hora de adquirir un servicio funerario el cliente
compara características como el precio, la cobertura, el tiempo de velación, los cofres
y los servicios complementarios.
"En este sentido para clientes de los estratos tres y cuatro el servicio funerario puede
cotizarse en promedio en cinco salarios mínimos ($2.000.000), y para personas con
mayor acceso económico, que quieran un servicio más lujoso, que incluya una sala y
corona especial, una misa cantada con coros exclusivos, un cofre especial tallado en
madera de cedro, un coche mercedes último modelo y el destino final en jardín
cementerio, además de otros valores agregados como asesoría religiosa, jurídica y
sicológica, y seminarios de orientación en proceso de duelo, pueden llegar a cancelar
hasta 10 millones de pesos", manifestó Armando Franco, Presidente del Comité de
Funerarias y parques cementerios de Bogotá.
Ecuador, Venezuela, Costa Rica y Bolivia son los que más compran bienes y servicios de
las empresas nacionales del sector. Esta industria genera unos 30.000 empleos, la
mayoría en Bogotá y Antioquia.
Los cofres, el instrumental de laboratorio, los equipos de velación y servicios como los
de la capacitación comercial y la atención al cliente, son frentes en la que los
empresarios nacionales han buscado ampliar sus negocios en los mercados vecinos.
Armando Franco, presidente del Comité Nacional de Funerarias, explica que, a su vez,
muchos empresarios también optan por la importación para fortalecer su oferta e
infraestructura.
En Colombia existen 575 funerarias que cubren 1.268 puntos de atención, incluidos
los 1.102 municipios del país. Sólo el diez por ciento de estos industriales cuentan con
Certificación de Calidad de Servicio y Ambiental ISO 9001 y 14000.
Armando Franco explica que en Colombia se mantienen las tradiciones del rito
funerario en materia de cofres, ambiente de la sala de velación y arreglos florales, pero
advierte que la modalidad del cenízaro le ha cedido preferencia al llamado
columbario que es una unidad en donde se pueden depositar las cenizas de nueve
personas, por lo general de la misma familia, bajo tierra.
La prestación de este servicio que se realiza de forma directa equivale al 35 por ciento
de la torta del mercado. En esta modalidad el cliente toma la asistencia en el momento
del fallecimiento.
El anticipado, donde el doliente adquiere una póliza de vida con aseguradoras, ocupa
el 60 por ciento de participación. Y los servicios sociales (de personas que no tienen
ingresos), que son asumidos en un 50 por ciento por el sector, corresponden al 5 por
ciento.