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Universidad de Lasalle.

Filosofía y letras.
Raíces griegas y latinas
Estudiante: Michael David Palacios Ramos.
Có digo: 30192004. Fecha: 18/11/2019

Raíz de la palabra Música y su definición a través de la filosofía.

En el siguiente texto presentare de manera breve la raíz etimoló gica de la palabra Música
junto a un pequeñ o vistazo sobre su historia y la forma que obtuvo, seguido explicare
también brevemente la forma como diferentes grandes pensadores en la filosofía a través
del tiempo han definido esta palabra.

Raíz etimológica:

El término mú sica es de origen griego, en μουσική [τέχνη] – mousikē [téchnē], en donde se


sobreentiende Arte y musa, o musas. Así, la palabra mú sica significa “el arte de las musas”.

¿Quiénes eran las musas?

Las musas, que en un principio tenían un nú mero indeterminado, terminaron


consolidá ndose en toda Grecia como nueve, las nueve Musas. Fue con Hesíodo cuando se les
otorgaron nombres. La leyenda cuenta que las nueve nacieron en nueve noches
consecutivas de amor entre Zeus y Mnemosine, una de las titá nides. Por lo que, estas musas
son las nietas de dioses como Urano y Gea. La musa de la mú sica se llama Euterpe.

¿Cómo se ha definido la música en la filosofía?

Pitágoras: Creía que todas las cosas son nú meros, para Pitá goras las cosas existen cuando
hay un orden matemá tico impuesto en la materia de informe del universo. Se cree que
Pitá goras llegó a esta idea al descubrir la importancia de las matemá ticas en la mú sica.

Platón: En su libro La república, discutió sobre la mú sica como parte del entrenamiento
emocional de los guardias de la sociedad. Segú n Plató n la mú sica formaba el alma de una
persona. Consideraba que toda conversació n sobre la mú sica debe llevar a lo hermoso, pues
la mú sica es el alimento de la virtud.
Aristóteles: Definió a la mú sica como parte de las ciencias productivas. Consideraba que la
mú sica nos acostumbraba a recrearnos correctamente y cree que la mú sica ademá s tiene un
propó sito “el divertimento de los hombres libres”. La mú sica contribuía al reposo, da placer
y la virtud de gozar, amar y odiar correctamente. Decía que la mú sica nos refleja; en los
ritmos y las melodías encontramos las semejanzas má s perfectas en consonancia con su
verdadera naturaleza, de la ira y la mansedumbre, de la fortaleza y la templanza, como
también de los contrarios y de todas las disposiciones morales.

Agustín de Hipona: Considera la mú sica como sierva de la religió n. Só lo la mú sica que


transmitía las enseñ anzas cristianas y los pensamientos sagrados era digna de ser
escuchada, ya que la mú sica sin palabras no era capaz de enseñ ar nada.

Gottfried Leibniz: En su libro La monadología, explica que el ser humano reacciona al arte
a través de percepciones subconscientes de una aritmética secreta. Leibniz cree que la
mú sica es el placer que experimenta la mente humana al contar sin darse cuenta que está
contando. Estaba convencido que la mú sica posee una irrefutable estructura matemá tica. La
armonía matemá tica del universo se revela por medio de ello de modo sensible e inmediato
en la percepció n antes de la razó n.

Friedrich Schelling: Fue el primer filosofo en considerar a la mú sica instrumental como la


má s pura e incorpó rea de las artes, lo que nos permite no solo darle un vistazo al absoluto,
sino que también nos permite vernos y sentirnos como parte del absoluto.

Artur Schopenhauer: El arte es una forma de liberarnos de la voluntad, especialmente en


su forma má s elevada, la mú sica. Para Schopenhauer hay una descripció n sensorial que
recibimos cuando escuchamos mú sica o vemos una obra de arte, pero siendo precisos es
má s significativa la experiencia que nos lleva a un reino sin sentido, lo que nos da la
sensació n de estar con nosotros mismos en algo má s allá de nosotros.

Frederick Nietzsche: En su libro El ocaso de los ídolos, o cómo se filosofa a martillazos,


proclama: “La vida sin mú sica sería un error; la mú sica reú ne todas las cualidades: nos
puede exaltar, entretener, levantarnos el á nimo o romper el má s duro de los corazones con
los tonos melacolicos má s suaves. Pero su principal tarea es guiar nuestros pensamientos a
cosas má s elevadas […] El arte musical a menudo habla en sonidos má s penetrantes que las
palabras de la poesía […] Una canció n eleva nuestro ser y nos lleva hacia el bien y la verdad.
Sin embargo, sí la mú sica solo sirve como diversió n o como un tipo de ostentació n vanidosa
es pecaminosa y dañ ina”.

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