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TALLER DE BIENES CIVILES Y COMERCIALES

GERMAN ANDRES QUIROGA CARDONA


(Docente)

MARIA ALEJANDRA OLIVEROS ROBINSON


RICHARD PADILLA
(Estudiantes)

DIVISION DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS, FACULTAD DE DERECHO


UNIVERSIDAD SANTO TOMAS
BUCARAMANGA, SANTANDER
2019
INDICE

1.1 Concepto de Titulo y Modo:


1.2 Investigar y definir las Clases de TITULOS: Constitutivos o Translaticios; Justos
e Injustos, Gratuitos u Onerosos; Singulares o Universales; Atributivos o
Declarativos
1.3 Investigar y definir las Clases de MODOS: Originarios y Derivados;
Singulares - Universales; Gratuitos –Onerosos
2.0 Concepto y requisitos de la ocupación
2.1 Explicar brevemente cuáles son los bienes que son objeto de
ocupación
3.0 Concepto, Características y clases de la accesión
4.0 Concepto, Características y Requisitos de la Tradición.
5.0 Haga un Análisis respecto a la Venta de Cosa Ajena en el Derecho
Colombiano.
6.0 Definición de la Acción reivindicatoria
6.1 Diferencia entre la acción reivindicatoria y la Acción resolutoria,
acciones posesorias, y acción publicano
6.2 Definición y características de las acciones posesorias
6.3 Que es Garantía Mobiliaria y cuál es su régimen en Colombia
7.0 Concepto y clases de Prenda
7.1 Forma de Constitución de la Prenda
7.2 Modalidades de la prenda explicar
7.3Características del Contrato de prenda
8.0 Que es una Garantía Inmobiliaria y cuál es su régimen en Colombia.
9.0 Concepto de Hipoteca
9. 1 Modalidades de la Hipoteca Explicar
INTRODUCCION

1.0 Para establecer la definición y características que envuelven a esas dos


fuerzas que llamamos “Titulo” y “Modo”. Se es necesario e inmediatamente
prudente, esclarecer su génesis, su procedencia. Haciendo énfasis en sus
respectivas teorías y fuentes. Por consiguiente, encontramos:

Teoría del Título y El Modo: Con orígenes en el derecho Romano, en dos


fuentes principales: El Digesto y El código. En la primera fuente se enuncia
asi: “La nuda tradición nunca transfiere el dominio, sino hubiere precedido la
venta, o alguna causa justa, por la cual siguiese la entrega”. En el Código (2,
3,20) se destaca así: “El dominio de las cosas se transfiere por tradición y
usucapión, no por simples pactos.”

Estos textos establecen que en la adquisición de un derecho real como el


dominio, necesariamente se presentan dos fuerzas fundamentales: el
acuerdo de voluntades verbal o escrito, creador de obligaciones, y la
ejecución de ese acuerdo en un momento posterior diferente del inicial.

Aunque el origen de la teoría tiene un marco de aplicación restringida para el


dominio, posteriormente la conjugación de estas dos fuerzas se hizo
extensiva a la adquisición de los demás derechos reales.

De lo anterior, podemos afirmar que El título es, el hecho o la misma ley que
da posibilidad de adquirir un derecho real. Y, la forma de realización o
ejecución de dicho título es el modo. “Es la forma jurídica mediante la cual
se ejecuta o realiza un título cuando este genera la constitución o
transferencia de derechos reales” (José J. Gómez)

“Es un hecho material y visible que, por disposición de la ley, tiene la virtud
de hacer ganar los derechos Reales”

El Artículo 673 del código civil colombiano enuncia como modos de adquirir
la propiedad: la ocupación, la accesión, la tradición, la prescripción y la
sucesión por causa de muerte.

Con motivo de mayor apreciación y claridad, se expone el siguiente gráfico:

FUENTE TITULO MODO


Compraventa, Tradicion,
Negocio Juridico permuta, ocupacion, accesion
Hecho ilicito. donacion, aporte
Enriquecimiento Prescripccion,
en sociedad, sucesion por causa
sin causa lesiones de muerte
Estados de hecho personales, pago
o de derecho, de lo no debido,
originarios de comunidad ,
obligaciones dacion en pago,
etc

DERECHO REAL: Dominio, prenda, hipoteca, Usufructo…


Al observa el grafico anterior, y continuando lo anteriormente nombrado, la mera
expresión de un deseo o por generación espontánea no nace el derecho. Por ende,
se es necesario el acercamiento de un acto creador (un contrato, ejemplo),
mediante el cual se inicien unas reglas de juego para las partes que, como norma
general, le corresponde a la ley.

El primer recuadro que bautizamos como “Fuente”, identificado en la gráfica, está


integrado por una serie de fenómenos jurídicos que constituyen el arranque o el
origen, punto de partida de lo que a su culminación se denominara derecho Real.
“En esta primera fase apenas empieza el ensamblaje del derecho, conocida con el
nombre de fuente”

Para adquirir una obra, la ley expresa que debe existir un consentimiento exento de
vicios, un precio, una entrega o tradición, un saneamiento, etc . Todo esto se
afirma en la regulación de la fuente, que viene a ser un contrato o acto jurídico. Sin
embargo, la fuente en si misma considerada es un fenómeno abstracto y estático.
“La fuente, por si sola nada crea, porque es abstracción y posibilidad jurídica”(2)

Si se llega a un acuerdo con el propietario de la obra, ofreciendo x dinero por ella, y


por tanto, aceptando el precio, ese concepto estático de la fuente se dinamizo con
una nueva fuerza o energía, se movió en la gráfica un recuadro más. Esa fuerza
nos lleva a una frase “el título”. Si decido pagar un precio por adquirir la obra, y su
propietario decide sacarla de su patrimonio por medio una compraventa, nace la
obligación de comprador de entregar el precio y del vendedor de trasferir la cosa un
precio, hay de por entre las partes. “La fuente es, en resumen, la institución
jurídica; el título, la aplicación de la institución. Mientras la voluntad humana no
actué, no habrá título, sino fuentes abstractas, ideales”(3).

Una cosa es crear las obligaciones y otra muy distinta es ejecutarlas. Si el contrato
(es la fuente), expresa a través del título la obligación de pagar el precio, esta se
tiene que cumplir o ejecutar de algún modo. De ahí, la necesidad de recurrir al
siguiente recuadro llamado “modo”. “El título es la orden; el modo es su ejecución.
El titulo ordena pagar; el modo contesta pagando…un automotor es la fuente; si lo
acciono mediante el botón de arranque le transmito energía al motor, hay título; y si
lo pongo en marcha, hay modo”(4).

 1. José J. Gómez, Bienes, reimpresión, Bogota, Publicaciones


Universidad Externado de Colombia, 1983, p.156.

 2. Ibidem, p.156

 3. Ibidem, p.157

 4. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición,


Bogota: grupo Editorial Ibáñez, 2019, p.278.
TEORÍAS ACERCA DEL TÍTULO Y DEL MODO

Existen diversidad de tesis que en contraposición de la anteriormente mencionada,


niegan y/o rechazan la coexistencia del título y el modo, las cuales son:

I. Teoría francesa o del consensualismo: Para los franceses, el título es


suficiente en orden a la adquisición del derecho real. En otras palabras, es
la ejecución de una obligación del vendedor nacida de un acuerdo de
voluntades, cual es el compromiso de entregar la cosa. Como el contrato
crea el dominio en el adquiriente, es absolutamente necesario en la
compraventa que el vendedor sea dueño de la cosa trasferida. Por ello, en
este sistema no existe la compraventa de cosa ajena como título justo. (5)

II.  Teoría Alemana o del negocio abstracto: Para los alemanes lo que
interesa en la adquisición del derecho real es el modo, ya que el título es un
acto sin trascendencia.” (6)
Observación: El modo se desdobla en dos momentos: el acuerdo real, un
acto abstracto para provocar la transmisión del derecho real y la entrega si
se trata de muebles la inscripción si se trata de inmuebles

No obstante, al mismo tiempo existen teorías que si consideran o admiten la


coexistencia del título y el modo únicamente en la tradición:

III. El jurista chileno SOMARRIVA UNDURRAGA, se basa en el Articulo 745


del código civil, al preceptuar que para que valga la tradición se requiere un
título traslaticio de dominio, como el de venta, permuta, donación, etc. En
ninguna disposición del código, diferente a la que se refiere a la tradición, se
habla del título en los otros modos de adquirir el dominio.

IV. ARTURO ALESSANDRI se opone a ésta tesis debido al afirmar que en de


muchas disposiciones del código y de su comparación de deduce, se
sobreentiende o se establece implícitamente que el título es un
requerimiento imprescindible en todos los modos de adquirir.

Finalmente encontramos la teoría del ordenamiento jurídico colombiano, en la cual


la adquisición de un derecho real tiene dos exigencias imprescindibles que son el
título y el modo. El título procede al modo y sin éste no se puede cumplir el modo y
por lo tanto no se pueden adquirir derechos reales.

 5. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición, Bogota:


grupo Editorial Ibáñez, 2019, p.283.
 6. Ibídem, p. 285
Clases de TÍTULOS: Constitutivos o Translaticios; Justos e Injustos,
Gratuitos u Onerosos; Singulares o Universales; Atributivos o Declarativos.

 Títulos Constitutivos, Translaticios de Dominio y de mera tenencia:


    Los títulos con vocación de traslaticios: El título es un hecho generador de
obligaciones y no un instrumento de adquisición. Si queremos emplear una
terminología apropiada para denominar los títulos referidos. Si nos atenemos a la
teoría de no aplicar la tesis de título y el modo a la ocupación, accesión y la
prescripción; dichos fenómenos jurídicos por sí mismos como modos de adquirir
generan el dominio. Debido a que no existe título antecesor generador de
obligaciones, por lo tanto es el modo el cual origina por medio de la adquisición del
bien.
De acuerdo con el artículo 765 C.C. Inciso tercero son títulos constitutivos la
compraventa, la permuta y la donación. Para algunos autores, Valencia Zea, la
expresión “título traslaticio” indica las fuentes de la tradición y no de la propiedad

·         Títulos Gratuitos y Onerosos


 Se le llaman títulos gratuitos aquellos que no implican para el adquiriente una
inversión económica, como lo es la donación. el acreedor, puede adelantar la
acción probando la mala fe del deudor, sin necesidad de demostrar la del tercer
adquiriente
 Son títulos onerosos aquellos que acarrean para los contratantes una carga
económica o pecuniaria, como en el caso de la compraventa y la permuta.
 Por medio de la acción Pauliana, los acreedores del deudor pueden obtener la
revocatoria de los actos realizados con el ánimo de perjudicarlo
patrimonialmente. Si el deudor vende un bien, (título oneroso) con ese
propósito, el acreedor perjudicado, para que prospere su acción, debe
demostrar la mala fe del deudor y del adquiriente. En cambio, ese traspaso a
título gratuito permite al acreedor adelantar la acción probando la mala fe del
deudor, sin que sea necesario demostrar la del tercer adquiriente.

·         Títulos Singulares y Universales

 Son títulos singulares aquellos cuando “se adquieren cosas de especie,


cuerpo cierto o de género. Comprar el carro marca Sabaru modelo 1993 con
placas BMW 789(Titulo singular); donar vacas (genero)”(9)
 Son títulos universales aquellos en los cuales implica la transferencia o
transmisión de todos los bienes de un sujeto o de una cuota de ellos como
ocurre en la sucesión por causa de muerte con testamento en la ley. (10)

·         Títulos Atributivos y Declarativos


 Los títulos atributivos son los que permiten la posibilidad de adquirir el dominio
como la compraventa, dación en pago, donación y permuta.
 Los títulos declarativos son aquellos que se limitan a declarar un derecho
preexistente. Ejemplo de ello son: las sentencias de expropiación, los autos
aprobatorios del remate, actos extrajudiciales de partición, etc. (11)
 8. Juan José Rodríguez Beltrán, Universidad de la Sabana, Derecho Civil
Bienes-Derechos reales, investigación profesoral dirigida, 2000, p.
 9. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición, Bogota:
grupo Editorial Ibáñez, 2019, p.295
 10. Ibídem, pg295
 11.Ibídem, pg296
Clases de MODOS: Originarios y Derivados; Singulares - Universales;
Gratuitos –Onerosos.

Originarios y Derivados

Son modos originarios cuando se adquiere la posesión de una cosa sin


consentimiento de su poseedor anterior, y se cumple con la sola intervención
de la voluntad del adquirente. Constituye un acto jurídico unilateral ya que
debe mediar la voluntad de adquirir la posesión y solo la voluntad de quien la
desea; y real, ya que dada la circunstancia de que no es suficiente la sola
voluntad, sino que esta debe estar acompañada de la efectiva constitución
de una relación material con la cosa. (12)
Son modos derivados aquellos que se presentan en los casos en que la
posesión del adquirente se fundamenta en la posesión existente en un
poseedor anterior, que se denomina causante o transmitente e implica
necesariamente una sucesión jurídica de posesión (VALENCIA ZEA, 2012,
pág. 90). Esta puede hacerse por acto entre vivos o por causa de muerte. En
estos es importante la aplicación del principio según el cual nadie da lo que
no tiene. Si el tradente no es dueño de la cosa tramitada no transfiere el
dominio al adquirente.

·         Singulares y Universales

Se habla de título singular o universal. Es decir, el modo de adquirir el título.


Modo de adquirir los títulos singulares aquellos cuando son cosas de
especie, cuerpo cierto o de género.
Modo de adquirir los títulos universales cuando aquellos son los cuales
implica la transferencia o transmisión de todos los bienes de un sujeto o de una
cuota de ellos como ocurre en la sucesión por causa de muerte con testamento
en la ley.(13)
Gratuitos y Onerosos
La ocupación es un modo gratuito. La tradición es a título gratuito cuando va
precedida de la donación y es a título oneroso cuando la antecede una
compraventa, permuta, etc. La sucesión por causa de muerte y la prescripción son
a título gratuito (VELÁSQUEZ JARAMILLO, Bienes, 1996, pág. 183).

 12. Arturo Valencia Zea, Derecho Civil Bienes, editorial Temis 2012,
pág. 90.
 13. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición,
Bogota: grupo Editorial Ibáñez, 2019, p295
CONCEPTO Y REQUISITOS DE LA OCUPACIÓN:

La ocupación es un modo originario de adquirir el dominio de las cosas muebles


que a nadie pertenecen (res nullius o res derelictae), mediante su aprehensión
material con el ánimo de adquirirlas y siempre que la ley permita su apropiación.

El Código Civil, en el artículo 685, la define así: “Por la ocupación se adquiere el


dominio de las cosas que no pertenecen a nadie, y cuya adquisición no es
prohibida por las leyes o por el derecho internacional”. Esta definición es
incompleta, ya que deja por fuera elementos sustanciales tales como el ánimo de
adquirir y la aprehensión material o presunta.

La ocupación como modo originario crea la propiedad y no la transfiere, puesto que


no se recibe de nadie. (14)

REQUISITOS:
a. Que la cosa carezca actualmente de dueño:
Las cosas de nadie o sin dueño se denominaron en Roma res nullis, como las
“piedras, conchas y otras sustancias que arroja al mar, y que no representan
señales del dominio anterior”
Este requisito es la esencia de la ocupación porque, al tomar como referencia el
artículo 685, sólo pueden adquirirse por ocupación las cosas que no pertenecen a
nadie, es decir, las cosas que no tienen dueño, sea porque no lo han tenido nunca,
sea porque lo tuvieron y dejaron de tenerlo, por haber permanecido largo tiempo
ocultas, o porque el dueño las ha abandonado voluntariamente para que las haga
suyas el primer ocupante. (Alessandri, Arturo. Somarriva, Manuel)(15)
b.    Aprehensión material con intención de adquirirla:
La aprehensión puede ser real o presunta. Es real cuando el ocupante toma la
cosa en su poder; es presunta cuando realiza actos que evidencian su actitud de
adquirir aun cuando no la tenga físicamente en su poder, como el cazador que
hiere al animal e insiste en perseguirlo. (16)
El ocupante necesita de una voluntad natural para adquirir, de la cual carecen los
infantes (menores de 7 años) y los dementes (art 784 C.C)

Dentro de este requisito hay que distinguir, dos elementos: la aprehensión material
y el ánimo de adquirir el dominio. El primero de estos elementos es material, real o
de hecho; el segundo, es un elemento intencional. Ninguno de estos elementos
puede faltar en la ocupación porque todo modo de adquirir es un hecho y es
necesaria la voluntad como elemento intencional. (Alessandri, Arturo. Somarriva,
Manuel)(17)

c.    Que la ocupación esté permitida por la ley:


El artículo 258, literal h, del decreto 2811 de 1974 faculta a la administración
pública para “imponer vedas periódicas o temporales o prohibiciones permanentes
y fijar las áreas en que la caza puede practicarse y el número, talla y demás
características de los animales silvestres y determinar los productos que puedan
ser objeto de aprovechamiento según la especie zoológica”. La misma facultad
existe para los recursos hidrobiológicos (decr.2811 de 1974, art 274, lit. a).
Las tierras existentes en el territorio nacional, carentes de dueño, son bienes de
propiedad de la nación (C.C., art 675). Tales como los baldíos y los vacantes. Al
tenerlos la nación en su dominio impide, según algunos autores, su adquisición por
ocupación y el nacimiento de un nuevo modo de adquirir no previsto por el Código
para los bienes baldíos como es su adjudicación por resolución administrativa.
Nuestra Corte Suprema de Justicia en reiterada jurisprudencia afirma que los
bienes baldíos se adquieren por ocupación. Los vacantes, bienes inmuebles que
estuvieron bajo el dominio del hombre y que actualmente aparecen sin dueño
aparente o conocido, pertenecen por mandato del artículo 16 de la ley 160 de 1994
al Fondo Nacional Agrario.

Si se admite que los bienes baldíos no son res nullius no cosas abandonadas por
su dueño, sino bienes inmuebles de propiedad de la nación, no pueden adquirirse
por ocupación ya que este modo exige que el bien no tenga dueño o no lo haya
tenido nunca. Así las cosas, la ocupación sería un modo de adquirir reservado para
los bienes muebles ya que las tierras carentes de propietario pertenecen a la
nación, según lo afirma el Código Civil en el artículo 675. Como se ve, esta norma
se refiere únicamente a las tierras, sin incluir para nada otro tipo de inmuebles tales
como los denominados por destinación. Las minas y las aguas, al ser bienes de
uso público, pertenecen a la nación y tampoco pueden adquirirse por ocupación.

Si un bien inmueble presenta señales de dominio anterior pero su dueño actual no


es conocido, tiene carácter de mostrenco y su propiedad pertenece al Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar (ley 75 de 1968, art. 66. y C.C., art. 706). Por tal
razón no pueden adquirirse por ocupación. (Velásquez Jaramillo)(18)

 14. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición,


Bogota: grupo Editorial Ibáñez, 2019, pg.303
 15. Arturo Alessandri Rodriguez y Manuel Somarriva Undurraga, -Los Bienes
y los Derechos Reales, pg.607
 Ibídem, 609
 16. Luis Guillermo Velásquez, 1957- Bienes. Décimo cuarta edición,
Bogota: grupo Editorial Ibáñez, 2019, pg.305
Tesoros, especies náufragas, animales capturados por medio de la caza y
pesca, cosas animadas e inanimadas, fauna silvestre.

La ocupación de las cosas animadas:

comprendida por la caza de la fauna silvestre y la pesca de algunos recursos


hidrológicos. Anteriormente estas actividades estaban reguladas por el derecho
privado, pero actualmente se encuentran reguladas por normas de derecho público
(Decreto 2811 de 1974 o Código de Recursos Naturales y la ley 84 de 1989). El
objeto de su reglamentación de reglas de orden público se orienta a la
conservación e incremento de los recursos naturales. Respecto a los artículos 685
y 686 (Art 685: Por la ocupación se adquiere el dominio de las cosas que no
pertenecen a nadie, y cuya adquisición no es prohibida por las leyes o por el
derecho internacional, y Art 686: La caza y pesca son especies de ocupación, por
las cuales se adquiere el dominio de los animales bravíos) debe entenderse que la
caza de fauna silvestre y extracción de los recursos hidrobiológicos (de acuerdo a
la consulta del consejo de estado de marzo 13 de 1985) deben hacerse cuando lo
permita la nación porque “ no existe libertad de caza ni aun en nuestras propias
tierras con relación a la fauna silvestre”, sobre los anteriores el estado ejerce un
derecho de dominio eminente, que lleva a interpretar el artículo &85 del C.C en el
sentido de que “la ocupación se aplica a las cosas no sujetas a propiedad privada
aunque sobre ellas exista dominio eminente del estado.Está

De acuerdo a lo anterior  y al artículo 259 del Decreto 2811 de 1974, se permite la


caza sin permiso de la autoridad cuando esta tiene como fin la subsistencia, es
decir no tiene ánimo de lucro. Este tipo de caza es susceptible de ocupación, el
cazador adquiere el dominio del animal salvaje a pesar de que el artículo 47 del
decreto 2811 lo define como un bien de propiedad de la nación ( Decreto 2811 de
1974, art 47: Pertenecen a la nación los recursos naturales renovables y demás
elementos regulados por este código, que se encuentran dentro del territorio
nacional, sin perjuicio de los derechos adquiridos por los particulares y las normas
especiales sobre baldios” también el artículo 3 de este decreto incluye la fauna en
general dentro de los recursos renovables. Adicionalmente para la protección de las
especies animales se cuenta con la Ley 84 de 1989, denominado como el Estatuto
de Protección de los animales y con el decreto 1608 de 1978.

La caza: 

Según el artículo 250 y ss del  Decreto 2811 de 1974 la caza es “todo acto dirigido
a la captura de animales silvestres ya sea dándoles muerte, mutilándolos o
atrapándolos vivos, y a la recolección de sus productos.

La Fauna Silvestre:

Según el artículo 229 del Decreto 2811 de 1974 (además del decreto nacional 1608
de 1978 que regula en materia de Fauna Silvestre el código de Recursos
Naturales) “se entiende el conjunto de animales que no han sido objeto de
domesticación, mejoramiento genético o cría y levante regular o que han regresado
a su estado salvaje excluidos los peces y todas las demás especies que tienen su
ciclo total de vida dentro del medio acuático”

Respecto al artículo 687 del Código los conceptos aportados por el Código de
Recursos Naturales no constituyen una gran diferencia; la expresión salvaje o
bravío utilizado por el Código Civil es equivalente a la de “fauna silvestre” utilizada
por el código de Recursos Naturales. Las expresiones de animal domesticado y
doméstico son perfectamente aplicables en el derecho actual, conforme a las
definiciones del código civil.

Se pueden cazar los animales silvestres y los domesticados que han regresado a
su estado de salvajes o bravíos. No se puede los animales domésticos o la fauna
silvestre que no han regresado a su estado salvaje, ni los animales silvestres que
se encuentren en corrales, pajareras, etc. O escapados, perseguidos por sus
dueños. Además la fauna silvestre que se encuentra en zoocriaderos o en cotos de
caza de propiedad particular no puede adquirirse mediante la caza.
De acuerdo al artículo 693 Se entiende que el cazador o pescador se apodera del
animal bravío y lo hace suyo desde el momento que lo ha herido gravemente, de
manera que ya no le sea fácil escapar, y mientras persiste en perseguirlo, o desde
el momento que el animal ha caído en sus trampas o redes, con tal que las haya
armado o tendido en paraje donde le sea lícito cazar o pescar. Si el animal herido
entra en tierras ajenas donde no es lícito cazar sin permiso del dueño, podrá este
hacerlo suyo.

De acuerdo al artículo 252 del decreto 2811 de 1974  las clases de caza pueden
ser de subsistencia ( sin ánimo de lucro, pretende proveer alimento a quien la
ejecuta y no necesita permiso de la autoridad), comercial (tiene  fin económico)
deportiva (tiene  fin recreativo), científica (con fines de investigación o estudios), de
control (con el fin de regular la población de una especie), de fomento (para 
establecer zoocriaderos y cotos de caza)

La pesca: (También regulado por el Estatuto General de Pesca de la ley 13 de


1990)

De acuerdo al artículo 671 del decreto 2811 de 1974 se entiende por pesca el
aprovechamiento de cualquiera de los recursos hidrobiológicos o de sus productos
mediante captura, extracción o recolección, agrega el artículo 270 que son recursos
hidrobiológicos el conjunto de organismo animales y vegetales cuyo ciclo de vida
de cumple totalmente en el medio  acuático, y sus productos. De acuerdo al artículo
267 del mismo decreto estos recursos hidrobiológicos pertenecen a la nación, sea
que se encuentren en aguas marítimas, fluviales o lacustres.
Se puede pescar libremente en ríos, lagos (art 690 C.C) y mares (Código de
Recursos Naturales). Agrega el artículo 692 que se puede pescar en aguas de
dominio privado con las limitaciones impuestas para la caza. La pesca se clasifica
en: pesca de subsistencia, científica, comercial, deportiva de control y de fomento.
De acuerdo a los artículos 275 y 277 del decreto, la pesca para la subsistencia no
requiere autorización y debe practicarse de manera que no impida navegar ni
cambie el curso de las aguas.

La ocupación de las cosas inanimadas : 

El código 699 dice que la invención  hallazgo es una especie de ocupación por la
cual, el que se encuentra una cosa inanimada, que no pertenece a nadie, adquiere
su dominio apoderándose de ella. De acuerdo a Velásquez Jaramillo la cosa tiene
que ser corporal, mueble e inanimada, ya que si es animada se rige por los
preceptos de la caza y la pesca. Además la cosa debe ser res nullius es decir que
no corresponda a nadie y también recae sobre cosas denominadas por el derecho
romano como res dereclitae, es decir cosas abandonadas por su dueños de las
cuales no exista signos de dominio.
Respecto a las cosas perdidas: Los artículos 704 y 705 del código civil establecen
que  estas son cosas corporales que salen del patrimonio de una persona ya sea
porque se perdieron o fueron olvidadas por su dueño, además estas presentan
señales de dominio anterior.
Respecto a la res dereclitae  esta se diferencia por la voluntad de abandono, que
no existe en las cosas pérdidas, además la res dereclitae puede adquirirse  por
ocupación, las queal parecer están perdidas no. En cuanto al objeto hallado este
debe entregarse en los 30 días siguientes a la autoridad competente e informarse
de manera diligente a la comunidad para que quien la haya perdido sepa en manos
de quien se encuentra.

El tesoro: 

De acuerdo al artículo 700 del código civil el descubrimiento de estos es una


especie de invención o hallazgo, “se llama tesoro a la moneda o joyas u otros
efectos preciosos que, elaborados por el hombre, han estado largo tiempo
sepultados o escondidos, sin que haya memoria o indicio de su dueño. De acuerdo
a Velásquez Jaramillo no debe confundirse con el término de guaca que se refiere
al derecho minero, que de acuerdo al código de minas pertenece a quien la
descubre y tiene sobre ella derecho de explotación.
Los requisitos que debe reunir el tesoro de acuerdo al autor anteriormente citado se
refiere a que deben objetos  de valor de consideración, deben ser elaborados por el
hombre que es quien puede ocultarlos o sepultarlos, estos no necesariamente tiene
que estar sepultados o escondidos, pues bien pueden estar en un muro o
escaparate, finalmente estos objetos deben estar sepultados o escondidos por
largo tiempo sin que se conozca de su dueño.
Para concluir, respecto al tesoro. El código civil agrega: Artícuo 701 El tesoro
encontrado en terreno ajeno se dividirá por partes iguales entre el dueño del
terreno y la persona que haya hecho el descubrimiento. Pero ésta última no tendrá
derecho a su porción, sino cuando el descubrimiento sea fortuito, o cuando se haya
buscado el tesoro con permiso del dueño del terreno.
En los demás casos o cuando sean una misma persona el dueño del terreno y el
descubridor, pertenecerá todo el tesoro al dueño del terreno.
El artículo 702:  Al dueño de una heredad o de un edificio podrá pedir cualquiera
persona el permiso de cavar en el suelo para sacar dinero o alhajas que asegurare
pertenecerle y estar escondidos en él; y si señalare el paraje en que están
escondidos y diere competente seguridad de que probará su derecho sobre ellos, y
de que abonará todo perjuicio al dueño de la heredad o edificio, no podrá este
negar el permiso, ni oponerse a la extracción de dichos dineros o alhajas., y artículo
703:  No probándose el derecho sobre dichos dineros o alhajas, serán
considerados o como bienes perdidos, o como tesoro encontrado en suelo ajeno,
según los antecedentes y señales. En este segundo caso, deducidos los costos, se
dividirá el tesoro por partes iguales entre el denunciador y el dueño del suelo; pero
no podrá este pedir indemnización de perjuicios, a menos de renunciar su porción.

Las especies naufragas: 

De acuerdo a los artículos 710 y 711 “son bienes muebles que se encuentran en el
mar y en los caudales navegables como consecuencia de un naufragio” (Velásquez
Jaramillo), quien encuentre una de estas especies debe buscar a su dueño si es
conocido, sino debe avisar a la autoridad competente del lugar dentro de los 30
días siguientes al hallazgo. Como gratificación al descubierto la autoridad
competente del lugar deberá fijarla sin que sea mayo a la mitad del valor de la cosa
hallada. En caso de que el dueño ofrezca también una gratificación, quien
encuentre la especie escogerá con cual de las dos se queda. De acuerdo con el
artículo 710 sino aparecen los interesados dentro de los 30 días siguientes al
naufragio se procederá a declarar mostrencas las especies salvadas previo el juicio
correspondiente.

1.

La accesión es un modo de adquirir por el cual el dueño de una cosa pasa a serlo
de lo que ella produce o de lo que se junta a ella.” (art 713, C.C.) Este es un modo
de adquirir la propiedad en el cual se da una unión o incorporación de forma natural
o artificial de una cosa a otra. La cosa que se une se convierte en accesoria a la
que se une. La consecuencia de este hecho material es la adquisición del dominio
sobre una cosa ajena, es decir un acto de dominio. En este acto el dueño de la
cosa accesoria tiene el derecho (art 716 C.C.) sobre todos los frutos producidos
naturalmente.

Para la legislación colombiana existen dos especies de accesión: 1) accesión


discreta y 2) accesión continua. La primera corresponde al caso cuando una cosa
se junta con otra principal. Y la segunda se refiere a los frutos que produce una
cosa principal.

Lo que produce la cosa se diferencia según el Codígo Civil en dos tipos: “frutos
naturales o civiles”. Los naturales son los que se obtienen por la naturaleza, ya sea
con ayuda o no del hombre. A su vez, estos se dividen en frutos pendientes
(adheridos a la cosa que los produce), percibidos (frutos separados de la cosa que
los produce) y consumidos (aquellos que se han enajenado o consumido
verdaderamente). Por otro lado están los frutos civiles, que son todos aquellos
rendimientos, pensiones o cánones de arrendamiento, intereses de capital o
impuestos  que se perciben de un bien.

Características:
           
- Modo originario de adquirir en el cual nace el derecho y la propiedad sin que
intervenga alguna persona para transferirlo
- Es necesaria la existencia de un bien principal que esté en propiedad de alguien.
Este bien debe ser de distinto dueño del que se junta  (del accesorio).
- “Se da efecto mediante el mero hecho de la unión de dos cosas” (ARTEAGA,
Jaime. De los Bienes y su Dominio. Bogotá,  Edit Facultad de Derecho, pág 164).
- No puede existirun acuerdo previo, o voluntad de las partes para hacer tal unión,
por lo contrario, debe ser resultado de un hecho de la naturaleza o uno artificial
- Solo versa sobre cosas materiales, pues permite adquisición de cosas corporales
muebles e inmuebles.
- El propietario de la cosa principal, adquiere el dominio sobre la cosa accesoria
que se adhieren o producen.
- Para que se clasifique como accesión la cosa principal debe de la accesoria.
También la unión debe ser un  ”todo homogéneo en forma que no pueda separarse
la cosa accesoria de la principal sin detrimento del todo resultante” (ARTEAGA,
Jaime. De los Bienes y su Dominio. Bogotá,  Edit Facultad de Derecho, pág 164).
- Al darse la unión, se extingue el dominio del dueño de la cosa accesoria.
- El dueño de la cosa principal debe indemnizar al dueño de lo accesorio.
- Es un modo de adquirir entre vivos, sin la necesidad de que alguno muera para
que de efecto.

Ejemplo: Juan vive al lado de una rivera. A causa del calentamiento global, esta se
ha secado en los últimos 5 años. Juan, por el derecho de accesión aluvión, entra a
poseer terreno en el cual su propiedad trace línea recta hasta empezar el nivel del
agua. 

Clases: Accesión de mueble a mueble: 

Tiene lugar cuando dos cosas que son de diferente dueño se unen para formar uno
nuevo. Son la adjunción, la especificación y la mezcla.

-La adjunción de acuerdo al artículo 727 del Código Civil se da “cuando dos cosas
muebles pertenecientes a diferentes dueños se juntan una a otra, pero de modo
que puedan separarse y subsistir cada una después de separada”

-La especificación según el artículo 732 del Código Civil “se verifica cuando de la
materia perteneciente a una persona, hace otra persona una obra o artefacto
cualquiera”

- Y la mezcla en la que se forma una cosa por la mezcla de cosas áridas o líquidas
que pertenezcan a diferentes dueños y en las que no haya mala fe se reputara que
pertenece a ambos, a menos de que una de las cosas tenga un valor
considerablemente mayor.

De acuerdo a lo anterior a los artículos 729, 730 y 731 del Código, para la
determinación de la cosa principal si una es de mayor estimación que la otra a
primera se mirara como principal y la otra como accesoria. En caso de que el
anterior requisito no se cumpla se tendrá como principal la que sirva para el uso,
ornato y complemento de la otra, de lo contario será principal la cosa que tenga
más volumen. En conformidad con lo dispuesto en el artículo 735, si el dueño de la
cosa principal no fue el que hizo uso de la cosa ajena, puede optar entre la
propiedad de la cosa que resulte o exigir el valor de lo que le corresponde
(restitución en dinero o con cantidad igual de la misma naturaleza y calidad)

Accesión de mueble a inmueble: “Se presenta cuando una persona edifica, siembra


o planta con materiales ajenos en suelo propio, o cuando con sus propios
materiales construye, siembra o planta en suelo ajeno. Es necesario que la obra
nueva adhiera al suelo en forma que no sea posible su separación sin detrimento
del todo (art. 738 inc. 4°)” (Velásquez Jaramillo)

Se presenta en dos circunstancias: cuando se realizan obras en terreno propio con


materiales ajenos y cuando se ejecutan obras en terreno ajeno con materiales
propios. De acuerdo al artículo 738 del “Si se edifica con materiales ajenos en
terreno propio en suelo propio, el dueño del suelo se hará dueño de los materiales
por el hecho de incorporarlos en la construcción”, según esto el Código define
como cosa principal el suelo y como accesoria la edificación o plantación, respecto
a la obras en terreno ajeno con material propio el artículo 739 define que “el dueño
del terreno en que otra persona, sin su conocimiento hubiere edificado, plantado o
sembrado, tendrá derecho de hacer suyo el edificio, plantación o sementera,
mediante las indemnizaciones prescritas a favor de los poseedores de buena fe o
mala fe en el título. De la reivindicación o de obligar al que edificó o planto a
pagarle el justo precio del terreno con los intereses legales por todo el tiempo que
lo haya tenido en su poder, y al que sembró a pagarle la renta y a indemnizarle los
perjuicios. Si se ha edificado, plantado o sembrado a ciencia y paciencia del dueño 
del terreno, será obligado, para recobrarlo, a pagar el valor del edificio, plantación o
cementera”. Según lo anterior se cumple el principio general de que lo accesorio
sigue la suerte de lo principal, por lo tanto es cosa principal el inmueble y accesoria
el inmueble.

La accesión de inmueble a inmueble: 

“La aproximación entre dos inmuebles es ordinariamente imposible por el propio


concepto de estos. Pero deviene posible cuando interviene un fluido; en particular,
la fuerza de las aguas de un rio. Por eso los fenómenos de accesión entre fincas se
consideran como accesión fluvial, sin perjuicio de que, más excepcionalmente,
pueda producirlos un movimiento sísmico o catástrofe similar(…) este tipo de
accesiones son producidas por hechos naturales: la fuerza de la corriente, el
arrastre de tierras, el curso del agua que se desvía, etc. (Agustín Luna Serrano y
otros). Este tipo de accesión son: aluvión, avulsión, mutación de cauce o álveo,
formación de islas.

-Aluvión: Este terreno se forma por sedimentos que el agua va depositando y hace
que ese vaya alejándose poco a poco de la ribera primitiva.

-Avulsión: Es el acrecimiento de un predio por la acción de una avenida u otra


fuerza natural violenta, en la que se transporta un porción del suelo de un predio a
un fundo que es de otra persona.

-Mutación del cauce de un río: Es un concepto que alude al cambio del cauce
original de un río.

-Formación de isla: Se originan por causas naturales en el mar territorial o ríos,


estos pertenecen al estado.

Accesión de mueble a mueble: Adjunción, Especificación, Confusión o Mezcla.


Explicación y ejemplo de cada uno.

De acuerdo al artículo 727 del código civil “es una especie de accesión, y se
verifica cuando dos cosas muebles pertenecientes a diferentes dueños, se juntan
una a otra, pero de modo que puedan separarse y subsistir cada una después de
separada; como cuando el diamante de una persona se engasta en el oro de otra,
o en marco ajeno se pone un espejo propio”. De acuerdo a Alessandri y Somarriva
la ley quiso decir que este fenómeno supone una conexión en la que las cosas
juntadas no pueden su fisionomía individual, para que en caso de que se separen
pueden mantener su carácter específico.
Adicionalmente el artículo 728 del código civil indica que “no habiendo
conocimiento del hecho por una parte, ni mala fe por otra, el dominio de lo
accesorio accederá al dominio de lo principal, con el gravamen de pagar al dueño
de la parte accesoria su valor”.

Características: (Arteaga Carvajal)
a.            Interviene la mano del hombre
b.            En virtud de la cosa nueva que resulta, cada una de las partes que la
forma puede separarse y subsistir de manera independiente, siendo está última
característica la que la distingue de otros formas de accesión

Requisitos:

1.            Cosas muebles de diferentes dueños


2.            Ninguna de las dos cosas debe perder su individualidad para que pueden
subsistir después de separadas en virtud de la unión hecha.
3.            “Que la unión se produzca sin conocimiento de una de las partes y sin
mala fe por parte de quien la ha hecho” ya que si se presume que hay
conocimiento no se tratará de adjunción sino de una comunidad voluntaria, o un
acto de disposición de dominio y ejercicio del derecho en caso de que dueños de
las cosas fuere el mismo.

EJEMPLO:

Cuando a un automóvil se le pone un motor que no es del mismo propietario.

Cuando se le agrega a un anillo una piedra preciosa que aumenta su valor.

Especificación:

Se agrega al bien mueble el trabajo de un artífice. De acuerdo al artículo 732 del


Código Civil “se verifica cuando de la materia perteneciente a una persona, hace
otra persona una obra o artefacto cualquiera, como si de uvas ajenas se hace vino,
o de plata ajena una copa, o de madera ajena una nave. No habiendo conocimiento
del hecho por una parte, ni mala fe por otra, el dueño de la materia tendrá derecho
a reclamar la nueva especie, pagando la hechura. A menos que en la obra o
artefacto, el precio de la nueva especie valga mucho más que el de la materia,
como cuando se pinta en lienzo ajeno, o de mármol ajeno se hace una estatua;
pues en este caso la nueva especie pertenecerá al especificante, y el dueño de la
materia tendrá solamente derecho a la indemnización de perjuicios. Si la materia
del artefacto es, en parte ajena, y en parte propia del que la hizo o mandó hacer, y
las dos partes no pueden separarse sin inconveniente, la especie pertenecerá en
común a los dos propietarios: al uno a prorrata del valor de su materia, y al otro a
prorrata del valor de la suya y de la hechura”.

El dominio se le atribuye al dueño de la materia, a menos que la obra que hizo el


artífice tenga un mayor valor económico, lo que haría que le perteneciera, con la
obligación de reconocerle al dueño el valor que le corresponde. De manera similar,
cuando el especificante usaré materiales que fueran unos propios y otros ajenos,
se hará dueño de la cosa en razón de los materiales propios y el trabajo realizado
en la obra, teniendo en cuenta el valor correspondiente de otro condueño por
concepto de las materias primas suyas utilizadas en la confección de la obra.

EJEMPLO:

El escultor que realiza una obra con materiales ajenos, o los citados por el
artículo732: hacer vino con uvas ajena, de plata ajena una copa o de madera ajena
una nave

Mezcla:

Se unen dos muebles de forma que no pueden separarse y subsistir como dos
entidades distintas. El artículo 733 del Código Civil dice que “si se forma una cosa
por mezcla de materias áridas o líquidas, pertenecientes a diferentes dueños, no
habiendo conocimiento del hecho por una parte, ni mala fe por otra, el dominio de
la cosa pertenecerá a dichos dueños pro indiviso, a prorrata del valor de la materia
que a cada uno pertenezca. A menos que el valor de la materia perteneciente a
uno de ellos fuere considerablemente superior, pues en tal caso el dueño de ella
tendrá derecho para reclamar la cosa producida por la mezcla, pagando el precio
de la materia restante”.

A diferencia de la adjunción este tipo de accesión no permite que se haga la


separación de las materias involucradas, para que individualizadas vuelvan a su
estado anterior, de esta manera la mezcla puede llamarse también confusión. “La
consecuencia inicial de la mezcla o confusión es la comunidad entre los dueños de
las especies mezcladas o confundidas, habiendo buena fe por parte de quien la
hizo e ignorancia por parte del dueño de la otra materia mezclada; pero si el valor
de la materia perteneciente a una de las partes es considerablemente mayor al
valor al valor de la materia del otro, el dueño de la cosa de superior calidad, o de
más cantidad pasará a ser el dueño de toda la especie resultante, pagando el valor
de los bienes ajenos que se mezclaron con los suyos”. (Arteaga Caravajal)

EJEMPLO:

Unión del cemento y la arena, del colorante y del agua (Velásquez Jaramillo)

2. Hh

La tradición es, sin duda alguna, el más interesante de los modos de adquirir de
que trata el libro II del Código Civil. Es esencialmente un modo traslativo o
derivativo, por lo cual implica problemas jurídicos de mayor entidad y presupone la
relación previa de ciertos fenómenos jurídicos que le anteceden y le sirven de
fundamento para que pueda operar.

En términos muy generales, puede afirmarse que tradición significa entrega de una
cosa que pasa a poder de otra persona, como realización concreta de la trasmisión
de derechos. Es la entrega que se hace de una cosa trasladando la posesión sobre
ella.

La tradición exclusivamente como modo de adquirir el derecho de propiedad, se


prescinde de su estudio detallado en relación con otros derechos. Considerada así,
en forma restringida, puede decirse que la tradición es el medio práctico y concreto
de transferir el derecho de propiedad sobre una cosa corporal como consecuencia
de un título traslaticio, lo que hace que su sentido estrictamente jurídico deba
distinguirse del sentido simplemente gramatical (entrega de una cosa), ya que
aquel parte de este pero haciendo una depuración en él.
Barragán, Alfonso. “Derechos Reales”. Pág. 413

El Código Civil Colombiano en su art 740 consagra la tradición como un modo de


adquirir el dominio de las cosas, y consiste en la entrega que el dueño hace de
ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio,
y por otra la capacidad e intención de adquirirlo. Lo que se dice del dominio se
extiende a todos los otros derechos reales.
Un ejemplo claro de tradición es entregando las llaves del lugar en donde se
encuentra la cosa a transferir, por ejemplo la entrega de la llave donde se
encuentran joyas de valor.

Mostrando o señalando la cosa a transferir por parte del tradente al adquirente


como señal de que se la cosa va a ser transferida.

Por la venta, la donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa 
mueble, por ejemplo un carro. Ya sea como  usufructuario, poseedor, arrendatario,
comodatario o cualquier otro título no traslaticio de dominio.

Características:

Siendo la tradición un modo de adquirir el derecho real y consecuencia o efecto de


un título traslaticio de dominio previo, sigue la suerte de su causa, y si ésta es
defectuosa, la tradición fatalmente tendrá los defectos de ella. Pero puede suceder
también que, habiendo un título válido, haya una tradición nula en razón de la
diferencia que hay entre el título creador de la obligación y el modo creador del
derecho real y su interdependencia causa-efecto, más su independencia inversa.

Las consideraciones anteriores permiten afirmar que la tradición es un acto


bilateral, es decir, una convención, en que se requiere la participación, voluntad y
capacidad de dos personas: quien entrega y quien recibe, con la intención de crear
efectos en derecho y con la voluntad orientada hacia un objeto jurídico. Pero la
tradición no es ni llegará a ser un contrato, por cuanto con ella no se pretende la
creación de obligaciones sino la extinción de ellas mediante el pago que entraña la
modificación de una relación jurídica pre-existente al cambiarse el titular del
derecho real que se transfiere. La tradición es una manera de extinguir
obligaciones, pues con ella el tradente, deudor de la obligación de dare, paga su
obligación. El pago, en sentido jurídico, no consiste únicamente en la entrega de
una suma de dinero debida. También se hace un pago cuando se entrega cualquier
especie debida con la intención de transferir propiedad. El término pago, por
consiguiente, sirve para indicar la transmisión de cualquier derecho patrimonial. En
ese orden de ideas, puede decirse que la tradición es un negocio jurídico de
cumplimiento de una obligación previamente constituida.

Siendo así que la tradición es un negocio jurídico, forzoso será afirmar que debe
reunir los mismos elementos de éste y las mismas condiciones de validez que, en
general, se requieren para la validez de todos los actos jurídicos; y, a demás, debe
reunir los elementos y los requisitos propios o específicos exigidos por la ley para
la  validez del modo. Deberán estudiarse, por lo tanto, entre las primeras
(exigencias generales) las propiedades que deben reunir las personas que
participan en la celebración de cualquier acto jurídico; la causa, el objeto y sus
cualidades, y el consentimiento yo necesario para la validez de cualquier
declaración de voluntad, los vicios que pueden afectarlo y la forma específica como
ellos, particularmente el error, vician la tradición; las condiciones de validez del
objeto y la prexistencia de un título traslaticio válidamente otorgado; la existencia
previa del derecho que pretende transferirse y la titularidad del tradente sobre ese
derecho y las consecuencias que tiene el no ser el tradente verdadero dueño de la
cosa traditada y, finalmente, las formas de hacer la tradición, que es consensual
cuando se trata de la tradición de bienes muebles, cuyo dominio puede transferirse
en cualquier manera que signifique la entrega de ellos (art 754 C.C) y la de los
inmuebles que es solemne (art. 756 C.C), ya que sólo  puede hacerse mediante la
inscripción del título en la oficina de registro del círculo donde  se encuentra
ubicado el inmueble.

Lo anterior puede resumirse diciendo cuáles son las características propias de la


tradición, a saber:

1.            Ser un modo de adquirir los derechos reales;


2.            Ser un modo derivado;
3.            Ser un modo que obra por acto entre vivos;
4.            Ser un acto jurídico bilateral;
5.            Ser un acto jurídico dispositivo que generalmente operara a título singular
y excepcionalmente a título universal;
6.            Que el título que da origen a la tradición puede ser gratuito y puede ser
oneroso.

Además, por ser la tradición un modo derivado de adquirir los derechos reales en
virtud de pasar éstos de un patrimonio a otro, deben distinguirse dos momentos: el
desprendimiento del derecho por parte del enajenante, y la consolidación del
mismo derecho en la persona del adquirente; en el momento intermedio, en el que
termina la situación anterior de derecho y empieza la nueva, está actuando el modo
tradición. (Arteaga Carvajal)

Requisitos:

Al ser la tradición un modo de adquirir, es necesario un título que le sirva de


fundamento jurídico “en cuanto sea la causa eficaz legalmente para que una
persona (tradente) realice en favor de otra (adquiriente) la traslación perfecta del
derecho de propiedad sobre una cosa” (Barragan). Para que el título de tradición
sea válido y eficaz, y la tradición sea suficiente como modo de adquirir, el acto
jurídico por el cual se lleva a cabo cumpla con ciertas condiciones de fondo y forma
para que la voluntad privada sea creadora de derechos y obligaciones.
Los requisitos que debe cumplir bien pueden ser: (Alessandri y Somarriva)

a. Existencia de dos personas, tradente y adquirente:

De acuerdo al artículo 741 del Código Civil el tradente “es la persona que por la
tradición transfiere el dominio de la cosa entregada por el” y el adquiriente es quien
“por la tradición adquiere el dominio de la cosa recibida por él o su nombre”. El
tradente tiene la obligación de dar, traducida en la transferencia del dominio; y el
adquiriente es su acreedor.

Además hay que resaltar otros aspectos: el titular debe ser dueño o titular del
derecho que transfiere y debe tener la facultad de transferirlo (Velásquez Jaramillo);
para esto deben tenerse en cuenta los artículos 752 y 753 del Código Civil que
preceptúan respectivamente: “el tradente no es el verdadero dueño de la cosa que
se entrega por él o a su nombre, no se adquieren por medio de la tradición otros
derechos que los transmisibles del mismo tradente sobre la cosa entregada. Pero si
el tradente adquiere después el dominio, se entenderá haberse este transferido
desde el momento de la tradición”. Y “La tradición da al adquirente, en los casos y
del modo que las leyes señalan, el derecho de ganar por la prescripción el dominio
de que el tradente carecía, aunque el tradente no haya tenido ese derecho”.
Respecto a lo anterior consideran Alessandri y Somarriva que la tradición que se
hace por quien no es dueño, es válida pero no transfiere el derecho de dominio, ya
que en el código no se habla de que el acto jurídico por el cual se lleva a cabo la
tradición adolece de nulidad. Sin embargo considera Velásquez Jaramillo que la
tradición hecho por quien no es dueño es inválida, ya que de acuerdo al artículo
740 la facultad e intención de transferir el dominio constituye un elemento necesario
de la tradición, y por lo tanto lo indicado por los artículos 752 y 753 del Código Civil
estos constituyen una “ficción legal orientada a proteger la buena fe de los
adquirientes en tales condiciones”.

Otro aspecto que debe señalarse es la propiedad aparente, porque si bien el


artículo 752 principia que nadie pueden transferir a otro más derecho de los que
tiene, esto se encuentra quebrantado y se hace indispensable proteger la buena fe
exenta de culpa de los adquirientes. Por ellos para la protección de terceros
adquirientes consagra el artículo 753 que “si una persona tiene la convicción de
haber recibido una cosa por tradición de su verdadero dueño, que a la postre no
resulta serlo, no adquiere el dominio sino la calidad de poseedor” además de la que
indica el artículo 947 en el inciso 2° por la que se permite la acción reivindicatoria
contra el poseedor que haya adquirido un bien mueble en una feria, almacén u otro
establecimiento industrial donde se vendan cosas muebles de la misma clase, solo
si se paga lo que hubiere dado por él y lo que hubiere gastado en mejorarlo o
repararlo.

Para terminar con este aspecto, al implicar la tradición la expresión de la voluntad


del tradente y del adquirente, estos requieren capacidad (según los artículos 1503 y
1504 C.C)

b. Consentimiento exento de vicios entre tradente y adquirente:

De acuerdo a Velásquez Jaramillo si hay un consentimiento viciado la tradición se


anula. Estos vicios del consentimiento son el error, la fuera y el dolo.

En cuanto al error este puede referirse: en primer lugar al error en la persona en el


que rige el criterio del artículo 746 que indica que no debe haber erros en la
identidad de la persona que hace la entrega, entonces se constituye nula la
tradición en la que el pago se le haga a otra persona porque el contrato o negocio
jurídico por el cual debe cumplirse la obligación de entregar es perseguida por un
acreedor que se ve beneficiado por esta. En segundo lugar el error también se
refiere a la cosa ya que en cuanto a la identidad de la especie que debe entregarse
si es errónea, la tradición se anula. En tercer lugar , el error en el titulo se presenta
cuando “los contratantes entienden que hay un título traslaticio, pero yerran
respecto a su naturaleza (…) o cuando un contratante entiende que hay un título de
dominio y el otro entiende que hay mera tenencia”
Según el artículo 1513 del Código Civil la fuerza vicia el consentimiento “cuando es
capaz de producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en
cuenta su edad, sexo o condición; la fuerza puede ser usada por uno de los
contratantes o un tercero, o incluso obedecer a un hecho de la naturaleza o fuerza
extraña  que afecte a la victima y la oblige a realizar el negocio jurídico.
c. Existencia de un título traslaticio de dominio que genere una obligación de
dar:

Al ser la tradición un modo derivado de adquirir la propiedad por necesitar la


voluntad precedente que transfiere el derecho real. Debe la expresión del tradente
estar en un título que sea potencial para adquirir el dominio (ej: compraventa) ya
que en caso de no ser así no se puede dar paso a la tradición. Además en el título
debe cumplirse con las solemnidades que exige la ley para que se genere una
tradición válidad

d. Entrega de la cosa:

Hay que hacer una distinción entre muebles e inmuebles. Para la transferencia de
la propiedad se necesita que haya una entrega material, un desapoderamiento real
y visible de la cosa. Por su parte la tradición del dominio de los derechos reales de
lleva a cabo con la inscripción del título en la oficina de registro de instrumentos
públicos. En los bienes muebles e inmuebles la entrega material y la tradición son
lo mismo, pero en los inmuebles en los que de acuerdo a la ley civil la tradición es
simbólica (inscripción de la escritura pública en la oficina de registro), entrega
material es una obligación que se deriva del título y nada tiene que ve con la
tradición.
De acuerdo al artículo 417 del Código de Procedimiento Civil en la que el
adquirente tiene una acción para hacer valer la obligación, es necesario que tanto
en material civil como comercial el tradente realice la entrega de la cosa.

3.
En Colombia la venta de cosa ajena está regulada en el Código Civil (Ley 57 de
1887), y en el Código de Comercio (Decreto 410 de 1971), aplicables a contratos
civiles y mercantiles respectivamente, en los que los segundos se caracterizan,
según concluye Lozada (2016), por cuanto “una de las partes que lo celebra es un
empresario o comerciante que realiza actos de comercio en forma 24 habitual y
profesional y teniendo como finalidad la producción en masa o en gran cantidad ya
que, tiene el carácter de industria” (p. 47).

Así pues, resulta que esta clase de venta, de lo ajeno, se reputa válida sin perjuicio
de los derechos del legítimo propietario en razón a que el contrato de compraventa
solo genera obligaciones entre las partes y no transfiere los derechos que se
tengan sobre la cosa, y de otro lado, recurriendo a la doctrina chilena citada
anteriormente como punto de partida del derecho civil en Colombia, en tratándose
de la eficacia, Guzmán (1996) señala que el vendedor:
no se encuentra obligado a hacer dueño de lo vendido al comprador, sino tan solo
a entregarle la cosa mueble, o a ponerle a su disposición el predio libre de
cualquier otro ocupante (vacuam possessionem tradere), como arrendatarios o
usufructuarios, etc.; y a mantenerlo en estado de no sufrir reclamaciones de
derechos sobre la cosa, provenientes de terceros; todo ello, según la buena fe (p.
138).

En otras palabras, Guzmán (1996) reitera que su obligación no es de dare rem sino
de facere, tal es la razón por la cual resulta eficaz la venta de una cosa ajena, ya
que “igualmente un no dueño puede cumplir con su obligación de entregar la
posesión de la cosa que vende” (p. 138) pero resulta recurrente, que con el pasar
del tiempo, aunque existan mecanismos de defensa del comprador respecto a la
invalidez del contrato o al incumplimiento, no son suficientes para garantizar que en
materia de inmuebles por ejemplo, el vendedor de lo ajeno una vez reciba el precio
pactado por la cosa, realice el respectivo saneamiento, o restituya lo pagado junto a
los perjuicios acaecidos al comprador, permitiendo que en el tráfico jurídico se
adopte un ambiente propicio para la comisión de delitos como la estafa y el abuso
de confianza, en mérito de que no procede nulidad por el hecho de que la cosa no
sea de propiedad del vendedor, ni tampoco 25 incumplimiento en el evento en que
se realice la entrega y puesta a disposición de la cosa.

La adopción en Colombia del sistema romano referente al título y al modo se


precisan para la adquisición de derechos reales, mientras que el sólo contrato
genera derechos personales, produciendo que la venta de cosa ajena vale.

Si bien el Código Civil (Ley 57 de 1887) contempla en su art. 1893 el saneamiento


por evicción amparando al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa
vendida y la obligación del vendedor de responder por los vicios redhibitorios de
esta, regulando los alcances de la acción de saneamiento, resulta escaso en
efectos prácticos frente a la protección de los derechos que le asisten al
comprador, pues no sugieren una garantía que respalde el cumplimiento de las
obligaciones del vendedor frente al dueño de la cosa y frente al comprador a pesar
de los mecanismos legales que les amparan para reclamar vía judicial.

En ejercicio de su facultad constitucional, el Congreso de la Republica eligió la


concepción romanística de transferencia de la propiedad privada, que distingue
entre título y modo, desechando el sistema francés que le da a la manifestación de
voluntad, expresada al momento de celebrar el contrato, la capacidad de transferir
el dominio de la cosa vendida. Concluye que por esto, a la luz del sistema
consagrado en el Código Civil Colombiano, la venta de cosa ajena es válida (Corte
Constitucional de Colombia Sentencia C-174 de 2001).

En Colombia, la compraventa está sujeta a los requisitos generales de todo


contrato o acto jurídico, para lo que exige, capacidad, consentimiento, objeto y
causa lícita, con algunas excepciones como las inhabilidades previstas en el
Código Civil (Ley 57 de 1887) en los artículos 1852 a 1856, sin embargo, aparece
entonces la duda de cómo es válida la venta cosa ajena cuando no existe
consentimiento de parte del titular del dominio del bien aun cuando el contrato solo
26 se realiza entre vendedor de lo ajeno y comprador, pero un tercero que no
aparece expresamente, es el único facultado para tradir el bien, y de otro lado,
asumiendo la plena validez, cómo se refiere el artículo 1874 del mismo Código a la
ratificación siendo que se tenía por válido el contrato desde su origen.

Art. 1874 Código Civil ““la venta de cosa ajena, ratificada después por el dueño,
confiere al comprador los derechos de tal desde la fecha de venta” (p, 266). En el
contrato de venta de cosa ajena, quedan implícitas las obligaciones del vendedor
entre ellas el saneamiento por evicción, y también permite que se configure como
justo título idóneo para transmitir ulteriormente la propiedad, de suerte que el
adquirente entre a ejercer una posesión para activar la prescripción ordinaria. Se
refiere a este evento el tribunal superior de Bogotá confirmando que de antaño, esa
Corporación ha sostenido esa misma línea doctrinal (Tribunal Superior de Bogotá
Sala Civil de Decisión, 2008)
Sugiere Bonivento (2012) que: Si el vendedor no es dueño, no puede transferir un
derecho que no tiene sobre la cosa. Por eso hay que entender este aspecto frente
a la tradición, que es el modo, y no sobre la validez del contrato que es el título. El
vendedor que entrega la cosa, a pesar de ser ajena, celebra un contrato valido y
cumple inicialmente con su principal obligación. Eso sí: no transmite el dominio (p.
73).

A pesar de que el Estatuto de Registro de Instrumentos Públicos (Ley 1579 de


2012) en su Art. 8 parágrafo 6 admite la inscripción de la enajenación de cosa
ajena como falsa tradición el registrador, emitirá nota devolutiva cuando tal falsa
tradición no esté expresada en la escritura pública. 27 Gómez-Estrada (1999)
comenta que: No es motivo que conduzca a la nulidad de la obligación el hecho de
que de antemano se sepa que el deudor no va poder cumplir, pues para el
incumplimiento de una obligación contractual tiene la ley establecido un régimen
especial sentado precisamente sobre el supuesto de que la obligación se contrajo
válidamente, afirma también que ante la entrega del bien por parte del vendedor al
comprador , en nada empeora, en principio los intereses del verdadero dueño, que
conserva intacto su derecho de dominio (p. 39).

Lo que implica que la venta por sí sola no ejecuta la obligación de hacer la tradición
de la cosa en principio.

Se presenta entonces una discusión según Bonivento (2012) en cuanto al alcance


de la obligación de “dar” que sostienen por un lado, no solo significa entregar, sino
que exige la transferencia de dominio del bien, y de otro lado la que defiende que
“dar” es sinónimo de entregar, o sea que el vendedor cumple su obligación
haciendo la entrega de la cosa y garantizando luego la posesión pacifica de la
cosa. (p. 74)

La Corte Constitucional en la Sentencia C-174 de (2001) al decidir sobre la


exequibilidad del artículo 1871 del Código Civil, señaló, que si el contrato de
compraventa solo genera obligaciones, la venta de cosa ajena, aunque válida, no
produce efectos para el titular del derecho negociado; mientras que un contrato
traslativo requiere para su validez el consentimiento o la posterior ratificación del
verdadero dueño, por ser modo de adquirir y transmitir el derecho sobre la cosa
vendida.

En dicha sentencia, dice la Corte que: Con respecto a los contratos que constituyen
títulos traslaticios de dominio, la inscripción es la única forma de tradición que la ley
admite y que la inscripción, como tal, da al adquirente, no la propiedad libre y
saneada de toda carga o gravamen, sino como la tenía el tradente; de modo que si
éste no es el verdadero dueño de la cosa, aunque tenga posesión inscrita, no
transfiere al adquirente, conjuntamente con la posesión, otros derechos que los que
él tenía y tales como los tenía. Idéntica es la disposición del Código Austriaco de
1811 y ambos códigos están conformes con la ley romana (p. 17).

También en su parte resolutiva, concluye declarar la exequibilidad del artículo 1871


del Código Civil, referida a la validez de la venta de cosa ajena conceptualizando
que el vendedor estará obligado a entregar la cosa – tradere y dare-, el comprador
a pagar el precio, y ambos pueden acudir a la justicia para exigir el cumplimiento de
las obligaciones asumidas. Además el derecho real adquirido en nada se afecta,
aun siendo el objeto del contrato celebrado por otros, en razón de que el contrato
es “res inter alios acta” respecto de aquel y, en caso de que su ejecución afecte al
verdadero dueño, tiene acciones para defender lo suyo.

Como se anotó en la parte introductoria de este trabajo, la permisividad de la


validez de la venta de cosa ajena en Colombia, muchas veces es confundida y
alegada por la defensa en estrados penales frente a delitos contra el patrimonio
económico, bien sea por estafa o abuso de confianza, en la medida en que el
contrato de compraventa no exige la transmisión del dominio del bien, sino que
produce plena validez con la entrega de la cosa, y se presta el marco legal para
que el vendedor, sin haber cometido delito tipificado en el Código Penal, engañe al
comprador y al titular del dominio haciéndolos incurrir en procesos judiciales y 29
perjuicios no sólo económicos, para hacer valer los derechos de cada uno, mientras
que el vendedor de lo ajeno se insolventa para no sanear o declara no poder
responder por la operación de venta que realizó.

Bajo esas circunstancias, se evidencia una situación desprovista de claridad en


materia del alcance de la validez de la venta de cosa ajena en lo civil, como
elemento constitutivo de defensa en el campo penal, es decir, que esa validez que
ampara el código civil a los contratos de venta de lo ajeno, se pretende introducir
en juicio penal para desvirtuar la comisión de un delito.

No es menester, ahondar en las prácticas penales, pero sí, poner en consideración


circunstancias que de no estar claras, podrían confundir al juzgador para
desestimar una conducta delictiva, como por ejemplo quien con la intención de
atentar contra el patrimonio económico, toma en arriendo un inmueble y en calidad
de tenedor engaña al comprador vendiéndolo sin el consentimiento del titular del
dominio, y recibiendo el precio o parte de él, a la firma del contrato de compraventa
sin que medie escritura pública de por medio. Este contrato, a la luz de lo que ha
expresado reiteradamente por la Corte Suprema de Justicia en Sentencia
Referencia: SS-4128931030022000-00050-01 del (16, abril de 2008) resulta justo
título que habilitaría para la prescripción ordinaria al comprador que de buena fe
entró en la posesión de la cosa.

En pocas palabras, transcurrido el término de prescripción requerido por la ley junto


con la posesión del inmueble, podría el comprador adquirir el dominio del bien,
mientras quien se reputaba como dueño no tenía conocimiento de la venta, y el
vendedor amparado por la validez del contrato, acudiría a esta para eludir una
acción penal.

4.

“La reivindicación o acción de dominio, es la que tiene el dueño de una cosa


singular, de que no esta en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado
a restituirla” (C.C., art.946).

La definición del código ha sido objeto de reparos por la doctrina y por la


jurisprudencia. La acción no la tiene solo el dueño de la cosa, sino también el
poseedor regular por medio de la acción publiciana del articulo 951 del código civil.
Tambien tiene legitimación de la acción el titular de un derecho real diferente del
dominio con excepción de la herencia. Dispone el articulo 948 del código civil: “Los
otros derechos reales pueden reivindicarse como el dominio, excepto el derecho de
herencia”.
El actor o demandante dirige la acción para lograr la restitución de la cosa, basado
en la facultad de persecución inherente al derecho real. Si no hay forma de
restituirla porque pereció, se tiene la posibilidad de obtener su valor económico o
pecunario, parte esta que en su tenor literal no da a entender la definición.

En consecuencia, la acción reivindicatoria es una acción real que tiene el titular de


un derecho real principal, o el poseedor regular, para recuperar una cosa singular o
su valor pecunario de quien la tenga en su poder.

CONTRA QUIEN SE REIVINDICA:

ANGARITA: De los Arts. 952 a 960 del C. C. se deduce que la acción


reivindicatoria, comprendiendo dentro de esta la llamada publiciana, se puede
ejercer contra el que posee a título de señor y dueño (Arts. 950 y 952), quien se
encuentra amparado por la presunción del inciso segundo del art. 762, y también
contra los tenedores - poseedores a nombre ajeno (Art. 97l).

La reivindicación contra el actual poseedor (en nombre propio) comprende al "que


poseía de mala fe y por hecho o por culpa suya ha dejado de poseer" (art. 957),
como también contra el que hace imposible o difícil la recuperación por haberla
enajenado (art. 955).

En el primer caso, art. 957, el reivindicante puede dirigir su acción para obtener de
quien dejó de poseer el valor del bien vendido, no el mismo bien, o dirigir la acción
contra el actual poseedor, por el bien mismo, y contra el que enajenó, por e! valor
de los frutos y daños que le haya ocasionado al bien durante el tiempo que estuvo
en su poder; teniendo en cuenta que también será considerado como de mala fe el
poseedor que, notificado de la demanda de reivindicación, vendió el bien.

En el segundo caso (art. 955), la acción no se dirige contra el poseedor sino contra
el que poseía o hizo difícil o imposible la recuperación y su objeto es obtener el
valor del bien, si de buena fe, y si de mala fe, junto con la indemnización de
perjuicios y que "el reivindicador que recibe del enajenador lo que se ha dado a
este por la cosa, confirma por el mismo hecho la enajenación (art. 955, Inc. 2o).

Esta acción del art. 955 del C. C. puede aplicarse en los casos en que el bien se
encuentre en poder de un poseedor que la ha afectado un servicio y sea imposible
o perjudicial su separación, como el que construye en terreno ajeno: se busca el
valor y no el terreno.

La reivindicación contra los tenedores (C. C., art. 971) se ejerce contra el mero
tenedor indebido, o sea, contra el tenedor que no puede justificar la retención de un
bien, por carecer de título contractual o legal, como el poseedor material de un bien
en que otra persona tiene una cuota pro indiviso, el usufructuario que no reintegra
el bien al vencimiento del usufructo o el administrador que no entrega lo
administrado a su legítimo propietario, es decir, que esta acción prospera solo
contra el que tiene una cosa a nombre ajeno y la retiene indebidamente, o sea, sin
titulo legal: es la posesión ficta, de los romanos.

BIENES SUSCEPTIBLES DE REIVINDICACIÓN:

VALENCIA ZEA: En general, pueden reivindicarse tanto las cosas muebles como las
inmuebles, mas debe tenerse en cuenta:
1. Que las cosas deben ser determinadas; Según el art. 946, la cosa objeto de
reivindicación debe ser singular; y con arreglo al art. 949, se puede reivindicar una cuota
determinada proindiviso de una cosa singular.

a. Con bastante impropiedad ha empleado el Código la expresión cosa


singular, pues en la doctrina esta expresión se opone a la de cosa universal
y a la de cosa compuesta. ¿Ha prohibido el Código la reivindicación de
cosas universales o la de cosas compuestas?
La singularidad que exige el Código se refiere más bien a que la cosa sea
determinada, y a que no se halle mezclada con otras cuya unidad no puede
precisarse. Desde este punto de vista las cosas universales, como un
almacén, una librería, un establecimiento comercial, son reivindicables, con
la única condición de que sean una cosa determinada. La Corte Suprema ha
dicho que se mira como cosa singular la pluralidad numérica de cosas,
siempre que sean determinadas específicamente; de ahí que haya
universalidades de hecho, como un rebaño o una biblioteca, que pueden ser
materia de reivindicación.
La acción reivindicatoria de cosas universales exige al actor la prueba de la
propiedad de la universalidad, mas no de cada uno de los objetos que la
componen, y por lo tanto, la reivindicación debe considerarse como única,
“no como una serie de reivindicaciones parciales relativas a cada una de las
cabezas de ganado o de los cuadros de una colección. De donde se sigue
que como no perjudica el hallarse comprendidos en el todo objetos
particulares de propiedad ajena, así tampoco no obsta al ejercicio de
sucesivas reivindicaciones parciales el haber reivindicado el todo”. Las cosas
compuestas también son objeto de reivindicación, como se deduce del
ejemplo contemplado en el art. 962.
b. El copropietario puede reivindicar la coposesión de la cosa, y tiene, por lo
tanto, una partis vindicatio sobre la cosa común, pero tiene toda la acción
sobre la cosa común, si exige la entrega a todos los copropietarios.
c. También el heredero puede reivindicar cosas de la herencia que se
encuentren poseídas por terceros (art. 1325 del C. C.); pero aquí debe
reivindicar las cosas para la herencia representada por todos los herederos.
No debe confundirse la acción reivindicatoria que puede ejercer el heredero,
con la acción de petición de herencia, pues la reivindicatoria recae solo
sobre cosas, y la de petición de herencia, sobre una universalidad jurídica.
En la reivindicatoria, el heredero pide se declare que una cosa determinada,
poseída por un tercero, pertenece a la herencia considerada como
universalidad de derecho por haber pertenecido al causante; en cambio en
la acción de petición de herencia, el heredero pide que se declare que él es
el verdadero heredero frente a un falso o aparente heredero. En la
reivindicatoria, el heredero habla en representación de la herencia y pide la
restitución de la cosa para la herencia en la de petición de herencia, el
heredero habla en su nombre y pide para sí y no para otro.
d. De lo expuesto resulta que la singularidad de la cosa que se reivindica,
debe entenderse en el sentido de que la cosa sea determinada, es decir,
que no se confunda con otra.

2. Que las cosas muebles adquiridas en establecimientos comerciales, no pueden


reivindicarse sino mediante el pago que el reivindicador haga de lo que costó la
cosa al poseedor actual. "Exceptuase las cosas muebles, cuyo poseedor las haya
comprado en una feria, tienda, almacén u otro establecimiento industrial en que se
vendan cosas muebles de la misma clase. "Justificada esta circunstancia no estará
el poseedor obligado a restituir la cosa, si no se le reembolsa lo que haya dado por
ella y lo que haya gastado en repararla y mejorarla".

a) La primera parte del texto sigue de cerca los principios del derecho romano,
según los cuales todo caso de disgregación entre propiedad y posesión se
decidía en favor de la propiedad. Por este motivo, "no hacía suya la
propiedad del que la adquiría a non domino, y de nada le servía haber creído
sin culpa 252 que el enajenante era propietario; tenía que restituir la cosa
adquirida al verdadero propietario: “Ubi rem meam invenio, ibi vindico” Los
romanos sometieron a un mismo régimen el valor de la posesión de cosas
muebles e inmuebles, pero en ningún caso identificaron la posesión en sí
con la propiedad. Por dicha circunstancia, sostenían que quien adquiría la
propiedad de un non domino adquiría una posesión de propietario, mas no la
propiedad, y como consecuencia de esta forma de pensar, surgió la regla de
que el verdadero dueño podía reivindicar en todo caso del poseedor actual,
sin distinguir si había adquirido de buena o de mala fe. Este engranaje lógico
explica suficientemente las reglas de los Arts. 752, 753 y primera parte del
art. 947. Sin embargo, la misma legislación romana reconoció algunos
efectos a la buena fe del poseedor, como son el derecho a los frutos y su
irresponsabilidad por los daños causados a la cosa (Arts. 963 y 964).
b) Pero los principios del derecho romano han sufrido una profunda evolución,
que consiste principalmente en dar mayor valor a la posesión de buena fe de
cosas muebles. Sin duda, la nueva institución de los libros de registro de
inmuebles del derecho actual creó una forma práctica de publicidad de los
derechos reales inmobiliarios, mientras que la posesión de cosas muebles
continuó siendo la más eficaz forma de publicidad de la propiedad
inmobiliaria. Si la posesión de buena fe del derecho romano producía en
favor del poseedor los efectos ya explicados (frutos e irresponsabilidad por
daños), el derecho moderno agrega un nuevo e importante efecto a la
posesión de las cosas muebles, esto es, que la buena fe tiene la virtud de
crear por sí misma el derecho de propiedad en favor del poseedor; y lo crea,
ya en una forma directa, como sucede en la mayor parte de las legislaciones
actuales, ya en una forma indirecta y mutilada como acaece con el art. 947
del Código. En efecto, conforme a los dos últimos párrafos del Art. 947, no
pueden reivindicarse las cosas muebles compradas en establecimientos
comerciales (de que es ejemplo una feria, tienda, almacén, etc. ), si el
reivindicante no paga al poseedor lo que la cosa le haya costado y "lo que
haya gastado en repararla y mejorarla". El comercio moderno se ha
organizado en forma tal que casi la totalidad de cosas muebles se vende en
establecimientos comerciales y, por lo tanto, no es exagerado, si se afirma
que la posesión de buena fe de cosas muebles, se gobierna por la
mencionada excepción de los Parágrafos 2 y 3 del Art. 947.205

Los Derechos o acciones que puedan ser objeto de garantía mobiliaria que
permita garantizar el pago de una obligación con los bienes muebles del garante
sea esta garantía con o sin tenencia, la cual se constituirá a través de contratos que
tienen el carácter de principales o por disposición de la ley, dichas garantías
mobiliarias se podrán establecer frente a obligaciones de toda naturaleza, ya sean
presentes o futuras, determinadas o determinables con el fin de garantizar una o
varias obligaciones propias o ajenas
En la sentencia C-085/18 Demandaban el articulo 76 el cual habla acerca de la
cancelación de la inscripción de la ley 1676 de 2013 los fundamentos de esta
demanda era por estimar que desconocía el derecho de acceso a la administración
de justicia y a la tutela judicial efectiva, consagrado en el artículo 229 de la
Constitución, para la Corte, la presente demanda carece de la certeza requerida,
toda vez que al precepto acusado no le es atribuible el sentido del cual parte el
cargo de inconstitucionalidad. En efecto, del texto literal del artículo 76 no se
desprende la fijación de una condición para acceder a la administración de justicia
o una barrera para ello, la corte tomo la decisión de Declararse inhibida por
ineptitud de la demanda y declararse inhibida, por falta de competencia, para
decidir sobre la constitucionalidad de los artículos 2.2.2.4.1.27, 2.2.2.4.1.28 y
2.2.2.4.1.29 del Decreto 1074 de 2015.
10. Diferencia entre la acción reivindicatoria y la Acción resolutoria, acciones
Posesorias, y acción publicana.
La Acción Reivindicatoria o Acción de Dominio, es la que tiene el dueño de una
cosa singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea
condenado a restituirla (CÓDIGO CIVIL, 2012, pág. art. 946).
En principio, solo está legitimado para adelantar la acción el propietario pleno de
una cosa singular. Pero también la pueden ejercer el nudo propietario, el
propietario fiduciario, el copropietario en la cuota determinada que le corresponde,
el poseedor regular en acción publiciana, el usuario y habitador (VELÁSQUEZ
JARAMILLO, Bienes, 2004, pág. 444).
La acción de dominio se dirige contra el actual poseedor. El titular de la cosa debe
averiguar quién es la persona que pretende el dominio y la calidad jurídica que
tiene. Si la tiene en su poder una persona distinta, como un comodatario,
arrendatario, acreedor prendario, secuestre, que no tiene animus domini o intención
de adquirirla.
1. Se puede reivindicar contra quien dejó de ser poseedor:
• Contra el poseedor de buena fe: si enajenó la cosa durante el proceso y la
ha dejado de poseer por hecho o culpa suya, puede intentarse la acción de
dominio, como si actualmente poseyera.
• Contra el poseedor de mala fe: si el poseedor dejó de serlo por mala fe,
procede contra él la acción reivindicatoria, como si poseyera la cosa actualmente.
Si es derrotado en el juicio, como no tiene la cosa en su poder, debe obtenerla, y si
no lo logra, debe restituir su valor, con todos los frutos y demás prestaciones (art.
952 del Código Civil).
2. Acción contra el tenedor o injusto tenedor: si un mero tenedor no restituye a
la terminación del contrato el bien dado en tenencia, el propietario tiene acción para
recuperarlo con base en el contrato celebrado, mediante la denominada acción de
restitución.
Para que se pueda llevar a cabo la acción reivindicatoria se debe cumplir con los
siguientes requisitos (art. 957 del C.C.):
• Que el demandante sea titular del derecho de propiedad sobre la cosa cuya
restitución demanda.
• Cosa singular reivindicable o cuota determinada de cosa singular.
• Identidad entre lo poseído y lo pretendido
• Que el demandado tenga la calidad jurídica de poseedor.

*De estos cuatro elementos, ninguno tiene superioridad de rango frente a los otros
y es obligación probarlos todos para que las pretensiones del actor prosperen (M.P.
José Fernando Ramírez G, 1982).
La acción reivindicatoria tiene como objeto probar la existencia del dominio y la
demostración de la calidad del dueño de quien la interpone.

Al surgir la acción reivindicatoria del derecho de dominio, y por ser este de carácter
perpetuo, esta acción es imprescriptible.
Sin embargo, el poseedor que detenta la cosa, puede oponerse a la acción
interpuesta por el propietario, deteniendo esta acción como consecuencia de la
prescripción adquisitiva. El dominio no se pierde por prescripción, pero en cambio
se adquiere por usucapión, y una vez este se haya operado, cesa el derecho de
dominio sobre el bien del anterior propietario. (BORDA, Guillermo A. 1989, pag
667).
No existe regla especial para la prescripción para la acción reivindicatoria. Esta no
se extingue por prescripción adquisitiva. (VELÁSQUEZ, JARAMILLO, 2004, Pag
441).

Acción resolutoria
La acción resolutoria es aquella acción que emana de la condición resolutoria
cumplida en los casos que es necesario que la resolución sea declarada por
sentencia judicial y en virtud de la cual el contratante diligente solicita que se deje
sin efecto el contrato por incumplimiento de las obligaciones del otro contratante.

Es el caso concreto del art. 1489 en que el legislador confiere la opción al


contratante diligente para solicitar el cumplimiento (acción de cumplimiento) o la
resolución, en virtud de la acción resolutoria y, en ambos casos, la indemnización
de perjuicios, pero no se puede solicitar conjuntamente el cumplimiento y la
resolución, pues son incompatibles.

Sin embargo, las acciones de cumplimiento y resolución pueden interponerse


subsidiariamente, de conformidad al art. 17 del C.P.C., solicitándose el
cumplimiento y, si ello no es posible, la resolución; incluso la jurisprudencia ha
aceptado la posibilidad que una vez intentada una de las acciones se abandone
dicha acción para intentar la otra, porque no hay cosa juzgada entre un juicio y
otro.

II. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN RESOLUTORIA

La acción resolutoria procede en aquellos casos en que es necesario declarar la


resolución por sentencia judicial, lo que ocurre en los siguientes casos:
• Condición resolutoria tácita
• Pacto comisorio simple
• Pacto comisorio calificado dentro del contrato de compraventa

Por consiguiente, no procede acción resolutoria en aquellos casos en que la


resolución opera de pleno derecho, esto es, tratándose del pacto comisorio fuera
de la compraventa o dentro de la compraventa, pero fuera de la obligación de
pagar el precio.
Acciones posesorias y Acción republicana

Acciones posesorias:
«Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la posesión de
bienes raíces, o de derechos reales constituidos en ellos.»
Solo se puede ejercer la acción posesoria sobre cosas que sean susceptibles de
adquirir por prescripción y es titular de esta acción el poseedor, pero el que ha
estado en posesión tranquila e ininterrumpida por un año. Esta acción se diferencia
de la reivindicatoria en que en esta el titular para iniciarla es el propietario de la
cosa mientras que en aquella es el poseedor.

La acción posesoria es una herramienta para la defensa de la posesión, además


pueden ejercerla los herederos de la persona que pudo haberla ejercido si viviese.
Las acciones posesorias prescriben en un año contado a partir del acto de
turbación si se trata de acción para conservar la posesión, y las que tienden a
recuperarla a partir de un año contado desde que el poseedor anterior la ha
perdido.

Acción republicana:
“La posesión regular es la adquirida con justo título y buena fe. Quien tenga esta
calidad, puede llegar mediante la prescripción a la adquisición del derecho real en
un plazo de 3 años para muebles y 10 años para inmuebles.
Como el poseedor regular no es propietario, la ley crea una variante de la acción
reivindicatoria para protegerlo, en el evento de que pierde la posesión en el
recorrido existente entre su iniciación y la adquisición del derecho. El poseedor
regular tiene el privilegio de iniciar el viaje hacia el derecho en la compañía del justo
título y la buena fe, y por tal razón el legislador le brinda como defensa en su
peregrinar la denominada “acción publiciana”.
El art. 951, inc 1º del C.C, señala: Se concede la misma acción (la reivindicatoria)
“aunque no se pruebe dominio, al que ha perdido la posesión regular de la cosa y
se hallaba en el caso de poderla ganar por prescripción”. […]

La ley considera al poseedor regular en el ejercicio de esta acción, como si hubiere


cumplido todo el tiempo de usucapión (prescripción adquisitiva).

11. Definición y características de las acciones posesorias


CONCEPTO
“Los artículos 972 a 1007 del Código Civil integran el conjunto normativo relativo a
las acciones posesorias, las cuales tienen por objeto conservar o recuperar la
posesión de bienes raíces o derechos reales constituidos en ellos, siempre que se
haya estado en posesión tranquila y no interrumpida un año completo.”
(SENTENCIA C-241/10 M.P. Juan Carlos Henao Pérez, 2010). Debido a esto
podemos decir que lo que buscan estas acciones es la protección del libre ejercicio
de la posesión material de los bienes inmuebles y el ejercicio libre de las facultades
que les otorga a los propietarios del derecho real.

CARACTERÍSTICAS
“a) Son acciones inmuebles -> Protegen la posesión sobre bienes raíces o
derechos constituidos sobre ellos (C.C., arts. 667 y 972). La razón del legislador
para no proteger con estas acciones los bienes muebles radica en que el poseedor
de cosas muebles es considerado un verdadero propietario, según el derecho
francés. […]
b) Son acciones que protegen un derecho probable de propiedad y se orientan a
recuperar o mantener la posesión -> Según el inciso 1º del artículo 978 del Código
Civil “el usufructuario, el usuario y el que tiene derecho de habitación son hábiles
para ejercer por si las acciones y excepciones posesorias dirigidas a conservar o
recuperar el goce de sus respectivos derechos, aun contra el propietario mismo”,
quien, según la misma norma, tiene la obligación de auxiliarlos contra la
perturbación o usurpación. […]
c) En el ejercicio de las acciones posesorias solo se discute y se prueba la
posesión material, y no se toma en cuenta el dominio (C.C., art 979)
d) No pueden aplicarse tales acciones respecto de bienes o derechos
imprescriptibles -> Tales como los de uso público, los fiscales y las servidumbres
discontinuas e inaparentes. El artículo 973 del Código Civil contiene el siguiente
texto “Sobre las cosas que no puedan ganarse por prescripción, como las
servidumbres inaparentes o discontinuas, no puede haber acción posesoria”.
e) Su ejercicio impide que los particulares hagan justicia por sus propios medios ->
Esto se da mediante la aplicación de un procedimiento rápido y abreviado
establecido en el título xxii del Código de Procedimiento Civil, numeral 2,
equivalente al artículo 1º numero 211, del decreto 2282 de 1989.
f) Si el sujeto, despojado de la posesión, no sale avante en el proceso posesorio,
puede adelantar la acción reivindicatoria si acredita la propiedad o la posesión
regular.
g) Naturaleza -> […] Para algunos autores son de naturaleza personal. Para otros
son simplemente acciones derivadas del hecho de la posesión, que no merecen el
calificativo ni de reales ni de personales. El hecho de poderse ejercer no solo
contra el usurpador de la posesión, sino también contra el que derivó la posesión
del usurpador (C.C., art.983, inc. 1º), las hace ver como reales, ya que puede
evitarse la perturbación o restituirse contra cualquier persona.
h) Sólo pueden instaurarse por el poseedor “que ha estado en posesión tranquila y
no interrumpida un año completo” -> Si no lleva el año completo, puede agregar las
posesiones anteriores siempre que reúna los requisitos exigidos por el código (art.
778, inc. 2º). Este plazo tiene su razón de ser, pues un año es tiempo suficiente
para diferenciar una posesión de una simple o mera tenencia. […]
Así mismo, las acciones posesorias que tienen por objeto conservar la posesión
prescriben al cabo de un año completo, contado desde el acto de molestia o
embarazo […]. Si buscan recuperar la posesión, el plazo de prescripción es un año
contado desde que le poseedor anterior la ha perdido […].
i) La posesión que se prueba es la material.” (VELÁSQUEZ JARAMILLO, 2004,
págs. 474-476)

SUJETOS PROCESALES
“La acción posesoria puede ser invocada por el titular del derecho real desde que lo
adquiere, pero no puede ser invocada por el poseedor que no haya cumplido por lo
menos un año de posesión tranquila y no interrumpida (art. 974), sin perjuicio de
poder sumar a la suya la posesión de sus antecesores en la forma establecida en el
capítulo relativo a la posesión (art. 976, inc.4º). […]
También es titular de la acción posesoria “todo lo que violentamente ha sido
despojado” (art. 984), sea titular de un derecho real, sea poseedor, sea mero
tenedor, aunque no lleve un año de posesión. […]
Las acciones posesorias pueden entablarse no sólo contra la persona que
efectivamente ha amenazado la tranquila y continua posesión del titular de ella,
sino contra cualquiera que se haya beneficiado con la conducta del primero,
siempre que no haya expirado la acción por la prescripción de un año (art. 963).”
(ARTEAGA CARVAJAL, 1999, págs. 435-436)

REQUISITOS PARA SU EJERCICIO


“a.) El que intente la posesión debe ser poseedor, sea regular o irregular y cumplir
con los requisitos que establece el art. 918, a saber:
i) Posesión tranquila, esto es, no viciosa.
ii) Posesión no interrumpida ni civil ni naturalmente.
iii) Posesión por un año completo, admitiendo la agregación de posesiones
cuando ella sea procedente (Art. 920, inc. final y 717)

Excepcionalmente la querella de restablecimiento no requiere del plazo de un año,


sino de seis (6) meses (Art. 928).
Cabe destacar que tratándose de coposeedores nada impide que éstos
interpongan acciones posesorias contra un tercero que ha perturbado o esté
perturbando la posesión, pero la doctrina mayoritaria y la jurisprudencia han
sostenido que no procede la acción posesoria entre comuneros, por las mismas
razones que ha no ha admitido la prescripción entre comuneros (Véase
prescripción entre comuneros).

b) Que se trate de inmuebles o derechos reales constituidos sobre ellos:


Por consiguiente, quedan excluidos los bienes muebles y los derechos reales
constituidos sobre ellos.
Cuando se alude a los inmuebles debe entenderes por tales los inmuebles por
naturaleza y por adherencia, aun cuando la jurisprudencia ha incorporado los
inmuebles por destinación.
Queda excluido el derecho real de servidumbre, dado que según el art. 917 sobre
las cosas que no pueden ganarse por prescripción, (como las servidumbres
continuas inaparentes y discontinuas de toda clase) no procede la acción
posesoria.

c) Debe interponerse la acción en tiempo oportuno (Art. 920)” (ACCIONES


POSESORIAS, 2010)

OBJETO Y PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN


Estos dos temas se encuentran regulados en el art. 976 del Código Civil y a esto
refiere:
“ARTICULO 976. <PLAZOS DE PRESCRIPCION>. Las acciones que tienen por
objeto conservar la posesión, prescriben al cabo de un año completo, contado
desde el acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla expiran al cabo de un año completo, contado
desde que el poseedor anterior la ha perdido.

Si la nueva posesión ha sido violenta o clandestina, se contará este año desde el


último acto de violencia, o desde que haya cesado la clandestinidad. Las reglas
que sobre la continuación de la posesión se dan en los artículos 778, 779 y 780 se
aplican a las acciones posesorias.” (CÓDIGO CIVIL, 2012)

11. Que es Garantía Mobiliaria y cuál es su régimen en Colombia

La garantía mobiliaria propende en asegurar el cumplimiento de una obligación


al acreedor a través del conjunto de bienes muebles del deudor, ya que como lo
menciona Martínez y Ternera (2011) “Como se sabe, en materia de derechos
personales o créditos, el acreedor depende ampliamente de su deudor para recibir
el beneficio patrimonial de su derecho.” (p.183), por ende, la garantía mobiliaria
está llamada a garantizar el cumplimiento de una obligación especialmente
crediticia. Del mismo modo, Herrera (2014) manifiesta que “el concepto de
garantía mobiliaria se refiere a toda operación que tenga como efecto garantizar
una obligación”.

Por otro lado con la expedición de la ley 1676 de 2013 se pueden constituir
garantías sobre gran variedad de bienes muebles y derechos; sin embargo frente
al concepto de garantía mobiliaria dispuso la referida ley en su artículo 3 lo
siguiente: “Independientemente de su forma o nomenclatura, el concepto de
garantía mobiliaria se refiere a toda operación que tenga como efecto garantizar
una obligación con los bienes muebles del garante e incluye, entre otros,
aquellos contratos, pactos o cláusulas utilizados para garantizar obligaciones
respecto de bienes muebles, entre otros la venta con reserva de dominio, la prenda
de establecimiento de comercio, las garantías y transferencias sobre cuentas
por cobrar, incluyendo compras, cesiones en garantía, la consignación con fine
de garantía y cualquier otra forma contemplada en la legislación con anterioridad a
la presente ley.

Cuando en otras disposiciones legales se haga referencia a las normas sobre


prenda, prenda civil o comercial, con tenencia o sin tenencia, prenda de
establecimiento de comercio, prenda de acciones, anticresis, bonos de prenda,
prenda agraria, prenda minera, prenda del derecho a explorar y explotar, volumen
aprovechable o vuelo forestal, prenda de un crédito, prenda de marcas, patentes u
otros derechos de análoga naturaleza, derecho de retención, y a otras similares,
dichas figuras se considerarán garantías mobiliarias y se aplicará lo previsto por la
presente ley.” (Ley 1676, 2013).

Régimen en Colombia
En Colombia la garantía mobiliaria como mecanismo para ampliar la
posibilidad de respaldar créditos en la medida en que se pueden constituir
garantía sobre bienes muebles comenzó a desarrollarse con la expedición de la
Ley 1676 del 20 de agosto de 2013 Por la cual se promueve el acceso al crédito y
se dictan normas sobre garantías mobiliarias reglamentada por el Decreto
número 400 del 24 de febrero de 2014 en lo que tiene que ver en materia del
Registro de Garantías Mobiliarias y se dictan otras disposiciones en la misma.

El 16 de Septiembre de 2015 se expide el Decreto 1835 por el cual se


modifican y adicionan normas en materia de Garantías Mobiliarias al Decreto
Único Reglamentario del Sector Comercio, Industria y Turismo, Decreto 1074 de
2015, y se dictan otras disposiciones. Para el 5 de marzo de 2014 mediante la
Resolución 834 del mismo año (2014), publicada en el Diario Oficial No. 49.083 se
aprueban los formularios de registro y los derechos de registro de la
Garantías Mobiliarias, mediante la Resolución 0356 de 2015 expedida por el
Ministerio de Comercio Industria y Turismo en la que se modifica el artículo 2° de la
Resolución número 834 de 2014. En el año 2015 el Ministerio de Comercio
Industria y Turismo a través de la Resolución 001 de 2015 modifica y adiciona el
contenido de los formularios de registro y los derechos del Registro de Garantías
Mobiliarias.

13. Concepto y clases de Prenda


Concepto
Es un contrato accesorio de garantía, que consiste en gravar el derecho de
propiedad que se tiene sobre bienes muebles, afectándolos al pago de una
obligación (“Código Civil Colombiano”,1887), (“Código de Comercio de
Colombia”,1971). Sólo puede ser constituida por quien tenga la calidad de dueño
de los muebles que se gravan, para garantizar obligaciones propias o de terceros.
(Pérez, 1999).
Por otro lado, Bonivento define la prenda como un derecho real accesorio de
garantía de cumplimiento de una obligación, que recae únicamente sobre
muebles, por el cual el acreedor prendario tiene un poder de hecho actual y
efectivo sobre la cosa pignorada, ya sea que la tenga en su poder a título de mera
tenencia, o no la tenga en su poder, sino que el deudor conserva su tenencia.
(Bonivento, 2002).

Clases
La prenda es civil o comercial. La prenda civil siempre implica la entrega de los
bienes pignorados al acreedor, en tanto que en la comercial el acreedor
puede en algunos casos permitir al deudor que conserve la tenencia de los
bienes. En desarrollo de lo anterior, tratándose de bancos o establecimientos de
crédito en general, las relaciones con sus clientes se rigen por las normas del
Código de Comercio, razón por la cual se hace referencia exclusiva a la prenda
comercial (Becerra, 2005, p.12).

14. Forma de Constitución de la Prenda


Si la prenda es con tenencia, se perfecciona por acuerdo entre las partes, pero el
acreedor no tendrá el privilegio que surge del gravamen sino a partir de la entrega
del bien pignorado al acreedor o a un tercero designado por las partes. Esta prenda
no admite la constitución de sucesivos gravámenes sobre el mismo bien, ni
permite que el acreedor se sirva de la cosa sin consentimiento del
propietario. (Becerra, 2005, p.12).

La prenda sin tenencia se constituye por documento que puede ser público o
privado, pero solo produce efectos frente a terceros a partir de la fecha de su
inscripción en el registro mercantil del lugar o lugares en que han de permanecer
los bienes. Por su parte, la prenda de vehículo deberá registrarse en el lugar que
determine la ley. En este caso, es posible constituir nuevos gravámenes sobre el
mismo bien, determinándose la prelación que tendrán por la fecha de registro a
semejanza del grado en las hipotecas (Becerra, 2005, p.12).

15. Modalidades de la prenda explicar


Modalidades

* La prenda comercial puede ser, desde el punto de vista de la tenencia de


los bienes, con o sin tenencia:

La prenda sin tenencia sólo es posible constituirla cuando se trate de bienes


necesarios para una explotación económica y destinados a ella o que sean
resultado de la misma explotación, y en aquellos casos en los que la ley
expresamente la autorice (Becerra, 2005, p.12).

* Desde el punto de vista de las obligaciones garantizadas, puede ser abierta o


cerrada:
Si es cerrada, está sujeta al impuesto de timbre; de lo contrario, no causa ningún
gravamen impositivo. Cuando se constituya abierta para garantizar además
obligaciones futuras, siempre deberá determinarse claramente el plazo y la cuantía
del contrato (Becerra, 2005, p.12).

La prenda en general, termina con la cancelación de los créditos que ampara, pero
en el caso de la prenda sin tenencia debe registrarse la circunstancia de su
cancelación en la Cámara de Comercio, para así darle publicidad al acto ante
terceros (Becerra, 2005, p.12).
Si durante la vigencia de una prenda sin tenencia es necesario cambiar el lugar de
ubicación de los bienes, debe mediar acuerdo escrito entre el deudor y el acreedor,
acuerdo que debe registrarse igualmente en la Cámara de Comercio, tanto en el
registro original como en el de la nueva ubicación (Becerra, 2005, p.12).

El deudor o constituyente de la prenda está obligado a permitir que el acreedor


inspeccione regularmente el estado de los bienes objeto de su garantía. La
renuencia a esta inspección por parte del deudor constituye causal de
aceleración del plazo de la obligación garantizada (Becerra, 2005, p.12).

La ejecución por parte del acreedor de ese derecho de inspección es lo que


permite, en la mayoría de los casos, darle el carácter de garantía admisible a la
prenda sin tenencia (Becerra, 2005, p.12).

Aunque los bienes gravados con prenda son susceptibles de ser vendidos, el
contrato de prenda subsiste. Si se vende un bien gravado con prenda con tenencia
del acreedor, éste puede conservar los bienes hasta el momento en que se cancele
su acreencia (derecho de retención) (Becerra, 2005, p.12).

Si el bien vendido está gravado con prenda sin tenencia, para que se realice la
transferencia de la propiedad debe mediar la aceptación del acreedor prendario o
cancelación total de la deuda, en nota suscrita por el acreedor, la cual debe
consignarse en el respectivo documento. En caso de autorización del acreedor, el
comprador quedará obligado a respetar el contrato de prenda. Si el deudor
enajena sin cumplir este requisito la tradición sería nula. Además, si de ello se
deriva perjuicio al acreedor, el deudor incurriría en la conducta tipificada en el
artículo 255 del Código Penal denominada “Disposición de Bien Propio Gravado
con Prenda", que está sancionada con una pena de uno (1) a cuatro (4) años de
prisión y multa de uno (1) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes
(Becerra, 2005, p.13).

La acción derivada de la prenda con tenencia prescribe a los cuatro (4) años del
vencimiento de la obligación u obligaciones garantizadas; en la prenda sin tenencia
el término de prescripción es de dos (2) años. Estos términos se deben tener
en cuenta para iniciar las acciones ejecutivas prendarias correspondientes.
(Becerra, 2005, p.13).

Prenda con tenencia:

Cuando se constituye la prenda con tenencia sobre bienes para respaldar créditos,
deberá solicitarse al deudor (o dueño tercero - persona diferente del deudor, según
el caso) la entrega del bien. Es de anotar que los gastos de tenencia, custodia y
conservación del bien dado en prenda, serán de cargo del deudor o del
constituyente de la misma (Becerra, 2005, p.13).
El contrato de prenda con tenencia más utilizado es el que recae sobre
títulos valores, en donde debe tenerse cuidado en verificar los siguientes
aspectos (Becerra, 2005, p.13):

Comprobar que la ley le haya dado la categoría de título valor al documento


que será objeto de la garantía; así mismo, que contenga los requisitos
esenciales generales de título valor y que cumpla con los requisitos especiales
fijados en la ley para cada título valor en particular.
Si se trata de un título valor nominativo, debe hacerse, además de la
entrega material y del "endoso en garantía", la inscripción del gravamen en el
registro que debe llevar el creador del título.

El título valor es nominativo cuando en él o en la norma que rige su creación se


exija la inscripción del tenedor en el registro que llevará el creador del título. Sólo
se reconoce como tenedor legítimo a quien figure, a la vez, en el texto del
documento y en el mencionado registro.

Se deberá notificar al creador o emisor que el título fue endosado en garantía al


acreedor.

Los títulos deben ser librados u otorgados por persona distinta del
beneficiario del crédito, sin perjuicio de que ésta los avale.

Debe verificarse que a la fecha del vencimiento del crédito que se garantiza, el
título sea judicialmente cobrable, es decir, deberá constar que la acción
cambiaria que de él emana no haya caducado ni prescriba durante el término de
vigencia de la garantía o del crédito.

Si se trata de títulos valores que hayan sido negociados previamente, debe


verificarse que lo fueron en debida forma. Es decir, que la cadena de endosos sea
ininterrumpida y que el tenedor lo haya adquirido de acuerdo con la Ley de
circulación (endoso, entrega y registro, se trata de títulos nominativos; endoso y
entrega, si se trata de títulos a la orden; entrega, si se trata de títulos al portador).

• Prenda sin tenencia: En los términos del Código de Comercio, podrá gravarse con
prenda, conservando el deudor la tenencia del bien pignorado, toda clase de
muebles necesarios para una explotación económica y destinada a ella o que sean
resultado de la misma explotación. En consecuencia, podrá constituirse prenda sin
tenencia sobre maquinaria y equipo, inventarios, sobre las rentas de un contrato,
vehículos, etc. (Decreto 410, 1971, art. 1207 ss.).

Lo anterior lo resume doctrinantes como Valencia y Ortiz (2001) así: "Si


consideramos que la desposesión o no desposesión de la cosa es lo que
constituye la prenda o la hipoteca, tendremos que llamar a la primera, o sea, la
desposesión, con el nombre de prenda y a la segunda con el de hipoteca. En
semejante caso la garantía de una deuda con una cosa mueble sin desposesión
recibiría el nombre de hipoteca mobiliaria. Pero si exigimos que la hipoteca caiga
sobre inmuebles, tendríamos entonces que denominar el supuesto que
contemplamos con el nombre de prenda sin desplazamiento. En pocos términos:
la prenda sin desplazamiento de la tenencia puede denominarse prenda sin
tenencia del acreedor" (p. 408).

• Prenda sobre acciones:

En cuanto a la prenda sobre acciones, ella se perfecciona una vez se inscriba el


correspondiente gravamen en el libro de registro de la entidad emisora. Cuando
además del derecho de prenda sobre las acciones se pretenda conferir al acreedor
prendario los derechos inherentes a la calidad de accionista, se hace
indispensable un documento escrito en el que se indique expresamente que se
confieren al acreedor los citados derechos (Decreto 410, 1971, art. 411).

• Prenda sobre activos circulantes:

Cuando la prenda recaiga sobre activos circulantes, esto es sobre los elementos de
producción o explotación de una empresa, vale decir, materia prima, productos en
proceso, productos terminados, inventarios etc., debe aparecer un detalle de todos
los bienes sobre los cuales se constituye, relación que debe estar incluida dentro
del texto del contrato (Becerra,2005, p.14).

La doctrina ha considerado que las prendas sin tenencia sobre activos


Circulantes no constituyen garantías reales. Lo anterior, en razón de que el
deudor mantiene ilimitada la facultad de disponer de los bienes ofrecidos como
respaldo del crédito, dando lugar al no surgimiento de los elementos constitutivos
del derecho real, como son los privilegios de preferencia y persecución, sobre los
activos circulantes que constituyen la prenda sin tenencia (Becerra, 2005, p.14).

De acuerdo con lo anterior, para que el contrato de prenda sea considerado como
garantía real, es requisito indispensable que exista la limitación de disposición
del objeto de la garantía, ya que con ello se pueden hacer efectivos los derechos
de preferencia y persecución, requisito que no se cumple en las prendas sobre
activos circulantes, constituidas con independencia del establecimiento de
comercio (Becerra, 2005, p.14).

• Prenda sobre establecimientos de comercio:

Cuando la prenda recaiga sobre establecimientos de comercio, en el entendido que


un Establecimiento de comercio se define como el conjunto de bienes
organizados por el empresario para realizar los fines de la empresa (Decreto
410,1971, art.515); la operación se presume hecha en bloque o como
unidad económica.
Por lo tanto, no hay necesidad de especificar detalladamente los elementos que lo
integran. Se tendrá como afectos a la prenda los siguientes elementos
(Becerra, 2005, p.14):

• La enseña o nombre comercial y las marcas de productos y servicios.


• Los derechos del empresario sobre las inversiones o creaciones industriales o
artísticas, que se utilicen en las actividades del establecimiento.
• Las mercancías en almacén o en procesos de elaboración, los créditos y
los demás valores similares.
• El mobiliario y las instalaciones.
• Los contratos de arrendamiento y, en caso de enajenación, el derecho de
arrendamiento de los locales en que funciona si son de propiedad de
empresario, y las indemnizaciones que, conforme a la ley, tenga el
arrendatario.
• El derecho a impedir la desviación de la clientela y a la protección de la
fama comercial.
• Los derechos y obligaciones mercantiles derivados de las actividades
propias del establecimiento, siempre que no provengan de contratos celebrados
exclusivamente en consideración al titular de dicho establecimiento.
• Avalúo de todo el establecimiento de comercio considerado como una unidad
total.

Los activos circulantes del establecimiento no se entienden incluidos dentro de la


prenda. Por lo tanto, si la constitución de la garantía quiere hacerse extensiva a
dichos activos, deberá manifestarse expresamente esta circunstancia en el
contrato que contenga la prenda. No se puede aceptar como garantía real, prenda
sobre el establecimiento de comercio limitada a determinados activos circulantes,
ya que la obligación del deudor es mantener el valor de esa universalidad -del
establecimiento de comercio- como un todo, es decir, si se agota el activo
circulante debe ser reemplazado con otro activo que mantenga el valor del
establecimiento, aun cuando no sean necesariamente los mismos activos
circulantes incluidos en la prenda. (Becerra, 2005, p.14).
En el evento de que el inmueble donde se encuentren los bienes muebles
objeto de pignoración, esté hipotecado a un tercero, es necesario obtener una
autorización escrita del acreedor hipotecario para constituir el gravamen. De
lo contrario, la prenda puede ser reputada por el acreedor hipotecario como
parte del inmueble hipotecado (Becerra, 2005, p.14).

• Prenda sobre derechos de crédito:


Al respecto el Código Civil indica que se puede dar en prenda un crédito,
entregando el título, pero será necesario que el acreedor notifique al deudor del
crédito, consignado en el título, prohibiéndole que lo pague en otras manos (Ley
57, 1887, art. 2414).

Este tipo de operación tenía gran importancia antes de la creación de los títulos
valores. Con todo, para la prenda de un crédito se requiere (Becerra, 2005, p.14):

Que se entregue el título, es decir, que el acreedor se convierta en tenedor


del documento en que consta el crédito.

Que se notifique al deudor del crédito la prenda constituida, con la prohibición de


que se haga el pago en otras manos.

16. Características del Contrato de prenda


. Características
Las características del contrato de prenda según Franco y Rivera (2010) se
enlistan de la siguiente manera:
• Es un contrato nominado: porque se encuentra reglamentado en la ley
• Es un contrato unilateral: porque sólo nace la obligación para el acreedor
de devolver la cosa dada en prenda. Sin embargo, se convierte en un contrato
sinalagmático (o bilateral) imperfecto porque genera derechos y obligaciones
para ambas partes.

• Es un contrato accesorio: ya que garantiza una obligación principal. Su objeto


debe ser un bien mueble.

• Es un contrato generalmente oneroso: porque reporta utilidad para ambas partes.

• Es un contrato De tracto sucesivo: Puede ser otorgada por el deudor o por un


tercero en garantía de un crédito ajeno.

• Es un contrato indivisible: hasta que la obligación principal no se cumple


completamente, la obligación accesoria de garantía se mantiene.
Habitualmente el contrato obliga a la entrega del bien mueble, pero puede
también acordarse una prenda sin desplazamiento para cierto tipo de bienes (por
ejemplo, automóviles).

17. Que es una Garantía Inmobiliaria y cuál es su régimen en Colombia


la garantía inmobiliaria es una figura jurídica que busca asegurar la devolución
de un préstamo o el pago de un crédito utilizando los bienes inmuebles del
deudor como garantía, la mencionada acción se formaliza mediante un
contrato denominado hipoteca por el que se adquiere una obligación y se consigue
un crédito.
La garantía inmobiliaria hace referencia a aquellos bienes inmuebles sometidos al
registro con una afectación hipotecaria con el fin de garantizar el cumplimiento de
una obligación, así las cosas, su regulación se dicta en la Ley 57 de 1887 por
medio de la cual se expide el Código Civil Colombiano, en el Titulo XXXVII
denominado “DE LA HIPOTECA”. Dicha regulación se extiende desde el artículo
2432 del Código Civil, el cual define la hipoteca, hasta el artículo 2457 de la misma
obra, en donde se habla de la extinción de la hipoteca; tratándose del registro de
la hipoteca inicialmente en la legislación Colombiana se regulo con la
expedición del artículo 32 del Decreto 1250 de 1970 por el cual se expidió el
estatuto del registro de instrumentos públicos el cual fue derogado por el artículo
104 de la Ley 1579 de 2012; en cuanto a la coexistencia de la acción hipotecaria y
la personal tratada en el artículo. 2449 del código civil la misma fue reformada en
su texto original por el artículo 28 de la Ley 95 de 1890 que trato sobre reformas
civiles expedida el 16 de noviembre del mismo año.

18. Concepto de Hipoteca

La hipoteca es un contrato accesorio que consiste en constituir un gravamen a la


propiedad que se tiene sobre un inmueble, nave o aeronave, en virtud del cual el
inmueble, nave o aeronave queda afectado al pago de una obligación. Es
decir, si no se cumple con la obligación, se pagará al acreedor con el
producto de la venta forzada del bien o adjudicándoselo como resultado de un
proceso ejecutivo o similar. (Vicuña, 2012).
La hipoteca solo puede ser otorgada por quien tenga la calidad de dueño del bien
que se ofrece en garantía (Ley 57, 1887, art. 2439).Puede constituirse para
garantizar obligaciones propias y/o de terceros y se constituye como una garantía
confiable tal y como lo expresan León y González (2015):
Tradicionalmente la hipoteca ha sido una seguridad confiable por su larga duración
y por cuanto el inmueble puede mantener o aumentar su valor durante la duración
del crédito. Adicionalmente, la pérdida del bien es, en condiciones normales, casi
imposible (p.87).

19. Modalidades de la Hipoteca Explicar

• En cuanto a las obligaciones que garantiza, puede ser cerrada o abierta


Será cerrada cuando garantice exclusivamente el pago de una o varias
obligaciones que determinen las partes en el contrato de hipoteca,
(Pérez,1999). Mientras que la abierta es comúnmente otorgada a favor de la
persona que eventualmente pueda llegar a convertirse en acreedora del
constituyente, para respaldar los préstamos que aquella conceda a éste en el futuro
y sobre cuya efectividad no haya certeza al momento de afectar el bien inmueble
con el respectivo gravamen. (Tamayo, 2004).

• En cuanto al monto garantizado puede ser con o sin límite en la


cuantía:
Será con límite cuando garantice obligaciones por un monto determinado, y sin
límite cuando tal monto no se determine. (Pérez, 1999).
• En relación con la preferencia como se pagará el crédito, puede ser de primero,
segundo o más grados:

El grado de la hipoteca lo determina la fecha de inscripción en la Oficina de


Registro de Instrumentos Públicos de la escritura por la cual se constituye el
gravamen. Así, será de primer grado la hipoteca cuya fecha de registro sea más
antigua, de segundo grado, la que sigue en orden de fecha de inscripción y así
sucesivamente. (Pérez, 1999).
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