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Universidad Católica y Tecnológica de Barahona

(UCATEBA)

NOMBRE:
Darío Rubén Cuevas Lachapel
MATRÍCULA:
2017-0231
SECCIÓN:
D-
PROFESOR:
Miguel Ángel Figuereo

FECHA:
3/24/2017
Introducción
El trabajo que se va a desarrollar ahora, producto de un análisis o síntesis, trata acerca
de las diferentes teorías que han aportado los jurisconsultos cásicos acerca de las
causas de los hechos ilícitos, tales como la; Teoría individualizadora y generalizadora,
que fueron un gran paso para determinar con más precisión si era de lugar la
imposición de una pena.
Conjuntamente con esto, se habla de sus polémicas y críticas, hechas por las personas
que tenían un amplio conocimiento del Derecho y Lógica.
Sin más preámbulo, para no adelantar mucho, aquí el desarrollo de los temas.
l. Explique el concepto de la conditio sine qua non y además, establezca
la relación entre los procesos de causalidad hipotética y causalidad
cumulativa

Conditio sine qua non


Es una frase latina que se traduce al español como: ‘‘condición sin la cual no’’. Es
producto de la teoría de la equivalencia de condiciones, propuesta por Julius Glases a
mediados del siglo XlX.
En esencia, la conditio sine qua non, es una fórmula para identificar cuando una
conducta es condición de un resultado, es decir, que sirve para saber cuál fue la
acción externa que causó el resultado, o sea, la laceración al derecho individual de
cada persona.
Consiste en ir anulando mentalmente la conducta o la acción externa, para ver si
desaparece el resultado.
Fue una formula sencilla para aplicar en el tiempo que se utilizó, pero sufrió críticas
fuertes al incurrir en lo que se llama una ‘‘petición de principio’’, porque ponía de
manifiesto como verdadero o suponía el conocimiento de lo que se intentaba
demostrar, cuando lo que es de lugar y lógico, es investigar.
[Petición de principio: falacia que se comete cuando nos quieren demostrar algo,
metiendo ese algo, en la misma demostración]
Además, no daba una respuesta satisfactoria a un grupo en concreto de casos, como:
los proceso de causalidad hipotética y causalidad cumulativa.
Antes de abordar lo referente a estos procesos (que dan paso a métodos diferentes y
hasta más exactos), están dirigidos a casos muy específicos e improbables, pero que
se podrían presentar en algún momento, por tanto era necesario que queden
establecidas, para saber cómo hacer una mejor aplicación del Derecho y extinguir
brechas lógicas.
a) Causalidad hipotética: son un conjunto de supuestos en los que el resultado se
ha producido del mismo modo, pero por otra causa. Podría ilustrarse mejor con
un ejemplo:

Pablo le da a Juan una dosis de veneno suficiente para matar, pero Juan
muere por un paro cardíaco, siendo esto lo que lo mata.

De todas maneras hubiese producido el resultado, que es la muerte. Ahora bien


¿Se le puede imponer una pena a Pablo? Preguntas cómo esta eran las que no
se podían responder con certeza mediante la conditio sine qua non.
b) Causalidad cumulativa: implica que en los supuestos coincidan dos o más
condiciones que por sí solas, y de manera independiente, también hubieran
causado el mismo resultado. Queda mejor explicado con éste ejemplo:

Dos francotiradores disparan al mismo tiempo a la misma víctima, recibiendo


ésta dos balas en el corazón.

Aquí la fórmula es inútil, porque aun suprimiendo una de las conductas, el


resultado seguiría siendo el mismo, siendo imposible aplicar la conditio sine qua
non.

La única manera en la que podría considerarse como útil esta fórmula es si se


reformula, en el sentido de que, cuando todas las conductas puedan ser
suprimidas individualmente (sin acumularse) y se mantiene el resultado, todas
ellas son causas del mismo.

ll. Haga una síntesis de cada uno de los temas jurídicos que están en las
páginas 123-127 y luego explique con sus palabras su consideración al
respecto.

El conocimiento conforme a las leyes de la naturaleza


Engisch, dirigió la fórmula de la conditio según el conocimiento de las leyes de la
naturaleza. Lo que este nuevo método proponía un enjuiciamiento positivo de la
existencia de la relación causal, a partir de su verificación científica.
Esto desplazó el problema de la causalidad al mundo de la prueba, dejando
en manos de los peritos y los conocimientos científicos consolidados en cada
momento la determinación del concepto de condición.

La teoría de la equivalencia de condiciones, abarcaba un campo tan amplio


de análisis que podía encontrar un nexo causal entre el operario que fabricó
el cuchillo con el que fue apuñalada la víctima.

Ello provoca que el nexo causal carezca dentro de la teoría del delito de una
función delimitadora, siendo meramente descriptiva, y, por tanto, que
cualquier conducta que quepa señalar como condición equivalente para la
producción de un determinado resultado ni siquiera pueda considerarse
indiciaria de la responsabilidad penal, al no existir ningún criterio para
discriminar su relevancia social frente a otras conductas.

De ese modo, era obligado que la teoría de la causalidad evolucionara para


poder subsanar las disfunciones a las abocaba la teoría de la equivalencia de
condiciones.

Los pasos en la dirección de conseguir un concepto más restringido de


causalidad se dieron con las teorías individualizadoras y las generalizadoras.

Teoría individualizadora
Esta nace como un intento de individualizar las conductas para conocer, de una
manera más eficiente la causa, ya que, en la teoría de equivalencia de condiciones,
todas las condiciones necesarias para la producción de un resultado, eran la causa, es
decir, que la suma de todas las conductas que produjeron el resultado, son la causa del
mismo.
Básicamente, estableció una diferencia entre la condición y la causa, diciendo que ésta
última se distingue del resto por su eficacia para la producción del resultado.
Teorías generalizadoras
Los seguidores de estas teorías, creían que no existe diferencia entre condición y
causa, más bien, creen que en vez de dividirlos, se debe valorar la influencia de cada
condición en el resultado. Aquí cabe distinguir las teorías de la causalidad adecuada y
de la relevancia.
La teoría de la causalidad adecuada; formulada por von Kries a finales del siglo XX,
explica que solo es causa aquella conducta que normalmente produce el resultado,
quedando así excluidas aquellas que han producido el resultado por casualidad, lo que
quiere decir que la causa debe ser previsible.
Esta formulación, sin embargo, se vio envuelta en varias polémicas. Por un lado se
debatió si, esa previsibilidad debía ser objetiva subjetiva, por otro, si debía valorarse
desde una perspectiva ex ante o ex post y, por último, cuál es el grado de posibilidad
que lleva a afirmar a previsibilidad.
a) Polémica sobre la objetividad o subjetividad del juicio de previsibilidad, se
centraba en que si para el enjuiciamiento se debería atender exclusivamente los
conocimientos que tenía el autor a momento de ejecutar la conducta
(previsibilidad subjetiva) o si debería valorarse en base a los conocimientos que
debe tener el autor por ser perteneciente a la especie humana general
(previsibilidad objetiva).
b) La polémica sobre el carácter ex ante o ex post del juicio de previsibilidad; lo
que se debatía en esta polémica era si la valoración debería hacerse acerca del
momento de desarrollo de la conducta que se está juzgando (ex ante) o si
debería empezar a valorar cómo se han producido exactamente los hechos (ex
post).
c) Por último, todavía se ha desarrollado una polémica sobre el grado de
previsibilidad necesario, o sea, qué tan previsible podría ser que ocurra un
resultado ante una determinada conducta, ya que, resulta casi imposible saber
estadísticamente, a través de la media, cuando una conducta puede producir un
resultado. Y aun sabiendo, no quedaría establecido de manera adecuada
cuando la previsibilidad era penalmente relevante o no.
La teoría de la causalidad relevante
Formulada por Beling y Mezger en los años 30 del siglo XX, establece que será más
relevante jurídicamente la condición que sea adecuada para producir el resultado y
que, además, se muestre conforme al sentido de cada tipo penal.

lll. ¿Con qué se fundamenta la imputación objetiva?

La imputación objetiva nace como evolución de las discusiones dogmáticas sobre la


relación de causalidad entre conducta y resultado.
Esta doctrina, actualmente, está relativamente completa y consolidada. Además, de
que existe una defensa mayoritaria que supone una corrección de carácter normativa
de los defectos que tiene el teoría de equivalencia de condiciones. De esa manera, se
ha sustituido la exigencia de la relación entre la conducta o el resultado, por la
imputación objetiva del resultado de a la conducta
La imputación objetiva existe dos cosas; que la conducta haya creado un riesgo
típicamente relevante y que este riesgo haya causado el resultado lesivo. En otras
palabras, se fundamenta en que el autor, debe haber cumplido con la conducta
antisocial descrita en el ordenamiento jurídico penal y que la misma haya tenido un
efecto que se manifieste en el exterior, modificándolo de manera negativa.

lV. Explique cada uno de los puntos de la imputación de la


conducta

La imputación de la conducta: la creación de un riesgo jurídico-penalmente


relevante:
La imputación objetiva de un resultado exige que haya una relación de causalidad entre
la conducta y el resultado, demostrada a través de la investigación pericial. No es
posible que pueda afirmarse la existencia de imputación objetiva respecto de una
conducta que no sea, en el sentido empírico y científico, causa del resultado. Además
de esto, debe haber generado un peligro jurídicamente relevante.
La valoración de la creación de un riesgo, como primer escalón de la imputación
objetiva, viene a compendiar dos exigencias: la peligrosidad objetiva ex ante de la
conducta y que, además, en la ponderación de conflictos de intereses, esa peligrosidad
supere la medida de lo tolerable.
La peligrosidad de la conducta.
Esta afirma a partir del criterio de posibilidad o de probabilidad del resultado o como
previsibilidad objetiva. Este requisito lo único que pretende es resolver el problema de
determinar la frontera entre la peligrosidad que por su insignificancia es irrelevante
desde un principio, y la peligrosidad suficiente para afirmar la adecuación de la
conducta. En ese contexto, lo que ha venido a defenderse por un sector de la doctrina
es que la ausencia de previsibilidad objetiva no sería una causa de exclusión de la
tipicidad objetiva dolosa o, en su caso, se exigiría un mínimo grado de posibilidades,
habida cuenta de la relevancia que tendría en este caso el grado de reprochabilidad de
la conducta como criterio para valorar la previsibilidad. De ese modo, aunque las
posibilidades de que con la conducta activa se condicione el resultado sean nulas o
mínimas, no habría que excluir por ello la imputación objetiva.
El riesgo no permitido.
No toda conducta peligrosa objetivamente ex ante recibe una valoración negativa por
parte de la norma, sino sólo aquellas por su dirección en los intereses son
consideradas no valiosas. Así, al requisito de la imputación objetiva de que la conducta
cree un riesgo penalmente relevante en el sentido de adecuado se le ha añadido el
requisito de que no esté aceptado por la norma. Existen supuestos en que se discute la
existencia o no de un riesgo permitido. Los dos principales son cuando hay disminución
del riesgo y cuando el riesgo es socialmente adecuado por su utilidad social.
a) La disminución del riesgo: En estos casos el sujeto lleva a cabo una conducta
que ha causado el resultado lesivo y, además, era objetivamente peligrosa, al
ser previsible que con ella pudiera causar ese daño, pero, a esta conducta no
puede imputársele objetivamente el resultado lesivo, ya que, al ser una conducta
que reduce el peligro existente para la víctima y, que salva un bien jurídico de
mayor importancia del que lesiona, no puede entenderse que, el ordenamiento
jurídico, debe prohibir esta conducta . En definitiva su conducta ha creado un
riesgo, pero no un riesgo desaprobado por el Derecho.

b) Riesgo socialmente adecuado: Se refiere a los casos, que de por sí son


peligrosos, pero que resultan útiles para la sociedad. Estas actividades, a pesar
de suponer un riesgo, resultan socialmente adecuadas y, por tanto, los
resultados lesivos que se produzcan en su marco pueden no resultar imputables
objetivamente.

La norma penal tampoco puede tener como finalidad prohibir las actividades
peligrosas que reportan una utilidad social cuando se desarrollan dentro del
marco de regulación establecido normativamente para controlar dichos riesgos,
sino sólo cuando desborda, ese marco.

La imputación del resultado: la realización del riesgo.


La imputación del resultado, una vez tomado como presupuesto que existe una relación
causal entre la conducta y el resultado, y verificado que la conducta del sujeto ha
creado un riesgo jurídico-penalmente relevante, tiene por objeto determinar si fue la
peligrosidad de la conducta del sujeto la que se realizó en el resultado y no cualquier
otra. Es lo que se denomina la relación de riesgo. En torno a su discusión se ha dado
solución o se discuten muy diversos grupos de casos, entre los que hay que destacar,
los de la interrupción del nexo causal, las conductas alternativas conforme a derecho y
la autopuesta en peligro.

La interrupción del nexo causal.


Luego de que la conducta peligrosa realizada por el sujeto haya creado el riesgo
penalmente relevante, se debe saber si esta conducta fue la que provocó el resultado.
Ello supone que en los supuestos en que existan dos riesgos deben valorarse estos
independientemente para comprobar cuál es el que se realizó en el resultado. Estos
supuestos hay que diferenciarlos claramente de aquellos otros en que existiendo un
único factor de riesgo, sin embargo, se produce una desviación casual que acaba
produciendo el resultado de una manera no directamente pretendida por el sujeto, en
que no cabe negar la imputación del resultado.
La conducta alternativa conforme a derecho.
Uno de los supuestos más discutidos en este ámbito es el de las conductas alternativas
conforme a derecho, que son aquellos en que, a pesar de que el sujeto se hubiera
comportado acorde a derecho, sin embargo, no existe certeza sobre si se hubiera
evitado el resultado. Un ejemplo clásico extraído de la jurisprudencia es el de los pelos
de cabra, en que el dueño de una fábrica de pinceles adquiere pelos de cabra en China
y, a pesar de estar obligado a su desinfección no lo hizo, muriendo varias trabajadoras
por carbunco, si bien se demostró que ninguno de los desinfectantes que obligaba a
usar la normativa excluía con seguridad el contagio. La polémica se ha desarrollado en
torno a la relevancia que desde la perspectiva de la relación de riesgo tiene valorar las
consecuencias de una eventual conducta alternativa conforme a derecho. Diversas son
las teorías formuladas para la resolución de este tipo de supuestos, entra las que
caben destacar las teorías de la evitabilidad y del incremento del riesgo, en cuanto
dotan de relevancia a la conducta correcta, y la del fin de protección de la norma, en
cuanto niegan esa relevancia.
a) La teoría de la evitabilidad, que es la tradicional, sostiene que no existe relación de
riesgo mientras no se pruebe con una probabilidad rayana en la certeza, que dicho
resultado no se hubiera producido con la conducta correcta. Esta teoría utiliza para
determinar cuál hubiera sido el resultado con el comportamiento alternativo conforme a
derecho la conocida formula de la conditio sine qua non. De modo que, si suprimido
mentalmente el comportamiento incorrecto y sustituido por el diligente, no desaparece
el resultado, quedaría negada la relación de riesgo. De ahí se pasó a que, para verificar
la realización del riesgo, hubiera que constatar con una probabilidad rayana en la
certeza que la conducta alternativa hubiera evitado el resultado.
b) La teoría del incremento del riesgo, formulada por Claus Roxin en 1962, afirma
que existe la relación de riesgo cuando la conducta ha creado un riesgo superior al
permitido, en el sentido de que ha incrementado el que ya estaba presente en la
situación.
c) La teoría del fin de protección de la norma fue defendida por Gimbernat en 1966
los partidarios de esta teoría sostienen que para afirmar la existencia de la relación de
riesgo, con independencia de que en el caso concreto el comportamiento correcto no
hubiera evitado el resultado o hubiera generado un riesgo igual, lo único decisivo es si
el resultado es de aquellos cuya producción la norma de cuidado infringido tenía por
misión evitar o reducir, es decir, que el mero hecho de incumplirse la normativa
determina la existencia de la relación de riesgo.

La autopuesta en peligro:
Este tipo de casos han quedado fuera del alcance del tipo penal, porque en estos, la
victima ha aceptado el peligro que representa una conducta riesgosa.
El problema que plantean es, desde la perspectiva de la eventual imputación del
resultado a la conducta del sujeto activo, si existe la necesaria relación de riesgo una
vez que queda evidenciada la existencia de específicas conductas jurídico-penalmente
relevantes.
En definitiva, se dijo que, al ser conductas en las cuales la víctima se autopuso en
peligro, no quedan prohibidas por la norma penal.
Conclusión
Para concluir es necesario decir que lo desarrollado anteriormente ha sido
trascendental en el mundo jurídico, por el hecho de que la imposición de una pena es
de lugar saber cuál fue la causa efectiva que produjo un resultado.
Ha sido una evolución constante, gracias a las críticas y, conforme la sociedad siga
cambiando, también lo harán los sistemas jurídicos, por lo que, estos juristas, que han
dado los primeros pasos en este mundo del Derecho, como von Liszt, deben
reconocerse por sus aportes.

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