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10 consejos

para usar bien el DLE


(antiguo DRAE)
Esta presentación trata algunos de los aspectos principales
que debes tener en cuenta al consultar este diccionario y en
general un diccionario, y presenta algunos diccionarios
fundamentales.
1. Sé consciente de qué es el DLE
El DRAE ha sido desde 1780 el principal diccionario preparado por la Real
Academia Española. Ahora, para que sea un diccionario para todos los
hablantes del español en el mundo, el Diccionario es elaborado por todas las
Academias de la lengua española; por eso se denomina desde la última edición
DLE (Diccionario de la Lengua Española), no DRAE.
Este diccionario es normativo (propone o defiende que unos usos lingüísticos
son mejores que otros). P. ej., no admite determinadas palabras o expresiones
aunque se usen, marca algunos usos como “vulgares”, etc.
En cada nueva edición del Diccionario, aparecen nuevas palabras y
acepciones, otras cambian su definición y otras desaparecen. Para preparar
cada edición los académicos se fijan en el uso hablado y escrito de las
personas cultas (periodistas, profesores, escritores, etc.).
Un hablante culto no tiene por qué obedecer al DLE en todo, pero debería ser
consciente de qué usos lingüísticos son los normativos, y valorar el hecho de
que gracias al DLE, entre otras cosas, se consigue que 400 millones de
personas nos sigamos entendiendo.
2. Sé consciente del origen del DLE
El DRAE se publicó por primera vez en 1780, y era una versión
abreviada de la primera obra de la RAE, el llamado Diccionario de
Autoridades, publicado en 1726-1739. Con el Diccionario de
Autoridades, los académicos quisieron revalorizar la lengua española y
recoger los usos lingüísticos de los grandes literatos del español, por
eso recogieron incluso palabras que ya entonces estaban anticuadas,
para ayudar a leer y comprender las obras antiguas.
Este origen del DLE explica por qué se siguen conservando en el
diccionario palabras que ya no se usan o no se usan en la lengua culta,
como fermoso, agora, almóndiga y otras muchas.
En cada nueva edición, el DLE incluye nuevas palabras o acepciones, y
la anterior edición queda como no vigente. Actualmente, la última
edición, que se debería consultar y citar, es la 23ª (vigésima tercera),
aparecida en 2014.
3. Cita bien el DLE
Ten en cuenta que la RAE es una institución, y el DLE es un
diccionario. Así, puedes decir que la RAE (en sus varias obras o en
una de ellas) censura el laísmo, y puedes decir que en el DLE la
palabra maestro tiene 23 acepciones, pero no digas que has buscado un
significado “en la RAE”, y mucho menos *“en el RAE”.

También puedes incluir, si te parece necesario, el número de edición


y/o el año:

“en la 22ª edición del DRAE (1992) se advierte que la forma en masculino
médico puede ser empleada para designar el femenino, pero en la siguiente
edición, de 2014, ya no aparece esta advertencia.”
4. Conoce otras herramientas
El DLE es útil, pero hay otras herramientas que deberías conocer:
Los diccionarios de dudas aclaran los problemas y dudas que se suelen
presentar a los hablantes. El Diccionario Panhispánico de Dudas está en
línea en www.rae.es.
Hay otros diccionarios de gran calidad que también pueden consultarse,
como el Diccionario del español actual o el Diccionario de uso del español.
Hay muchas obras que dan ideas para escribir mejor o corregir errores
usuales. Pregunta a tu profesor de lengua, a tu librero o a tu bibliotecario.
Para niños y adolescentes, existen diccionarios escolares de gran calidad
cuyas definiciones son más claras y comprensibles que las del DLE, y que no
recogen tanto léxico especializado o anticuado.
Se pueden realizar consultas a diversas instituciones, como la RAE o la
Fundéu, que en unas horas solucionan las más diversas dudas lingüísticas.
5. Conoce e interpreta las marcas
Las palabras o acepciones pueden llevar marcas. Esto son indicaciones
de varios tipos: gramaticales (adj., m., f., tr.), de uso (coloq., malson.),
de tipo diastrático (vulg.), cronológicas (desus., ant.), geográficas (Esp.,
Am. Cen., Arg., Méx.) o técnicas (Psicol., Sociol., Der., Med., Ling.).

Las marcas siempre se refieren a la palabra del lema.


En la imagen, puede verse cómo el DLE nos dice que el lema
(almóndiga) es un sustantivo femenino, que es desusado (casi no se usa
ya) y Usado como vulgar (propio de hablantes con bajo nivel
sociocultural). También se ve que su sinónimo es albóndiga.
Más sobre las marcas
Usa las marcas para saber más sobre la palabra y su uso: cuál es su
género, si es una palabra propia de algún campo del saber, si es
vulgar (propia de hablantes de un nivel sociocultural bajo), si es
despectiva (por tanto, hay que tener cuidado al usarlas), si se usa
solo en una zona, si es una palabra anticuada...

En la imagen puedes ver que calor es una sustantivo masculino en


muchos lugares (m.), pero que en Andalucía y en algunos lugares de
América, es usado también como femenino (u. t. c. f.).
Marcas en el ejemplo de gitano
En el caso de gitano, en la última edición del
diccionario (la 23ª, de 2014) se ha introducido
el dato de que usar gitano con el significado de
'trapacero' o 'engañoso' es ofensivo o
discriminatorio, mientras que hasta entonces
se había marcado como uso “figurado y
familiar” (en imagen, 22ª edición, de 1992).
6. Usa el conjugador de verbos
Muchas veces, las dudas de los hablantes se refieren a cómo construir
una forma verbal: ¿el imperativo de saber es sabe o sé? ¿Cómo se forma
el pasado de satisfacer? ¿Lleva tilde la segunda persona de plural de
decir? ¿Cómo es el pasado de yacer?
Para solucionar estas dudas, ve al botón de conjugar y comprueba cuál
es la respuesta correcta.
7. Familiarízate con el concepto de
homónimo
Cuando dos palabras aparecen así en el diccionario, en dos lemas
diferentes, decimos que son homónimos. Son palabras diferentes que
tienen la misma forma. Cada homónimo lleva un número en superíndice.
Más sobre homónimos
Los homónimos pueden ser palabras que no tienen nada que ver entre sí,
que tienen orígenes totalmente distintos, como llama ‘fuego’ y llama
animal, o tener un origen común y pertenecer a diferentes categorías
gramaticales: por ejemplo un verbo y un sustantivo siempre se colocarán
en lemas diferentes, aunque tengan un origen común.
8. Familiarízate con la estructura
de las entradas
Cuando una misma palabra tiene varios significados, estos aparecen
todos dentro del mismo lema, y se dice que es una palabra
polisémica. Cada uno de los significados del lema se denomina
acepción.
Orden de las acepciones
Cuando una palabra puede usarse como sustantivo y como adjetivo, se
recogen primero las acepciones como adjetivo y luego las acepciones
como sustantivo, como se ve en maestro.
También es frecuente que un adjetivo pueda usarse en la misma
acepción también como sustantivo, como se ve en el segundo ejemplo:
U. t. c. s. = Usado también como sustantivo.
Palabras y formas complejas
En el diccionario no solo aparecen palabras, sino también formas complejas. Formas
complejas son combinaciones de dos o más palabras cuyo significado no puede
deducirse sumando los significados de sus componentes: de perlas, ratón de
biblioteca, buey de mar, cortar el bacalao, madre política... Estas formas aparecen
dentro de un lema (el de su primera palabra o la principal), después de todas las
acepciones de la palabra simple o sola.
9. No te creas
en posesión de la verdad

El DLE recoge palabras y usos del español de Madrid, de Sevilla, de Bogotá, de


Buenos Aires… No te extrañe que, junto a los usos que te parecen habituales,
encuentres otros que te suenan raros, porque tu manera de hablar es la propia de las
personas cultas de la zona donde has crecido o donde vives, pero el español tiene
muchas variedades y muchos usos correctos que no conoces.
Así, la conjugación de saber incluye vos sabés, un uso argentino tan correcto como tú
sabes, y bluyín aparece en el diccionario porque es un préstamo del inglés que se usa
en América para lo que en España muchos denominamos “vaquero”.
10. Anímate a proponer cambios
Si detectas o crees detectar un error en el diccionario, puedes proponer que se corrija.
Por ejemplo, en el español de México, maestro y maestra se usan para denominar a
las personas tituladas en un máster. Este uso es recogido por el DLE, pero solo el del
sustantivo masculino maestro. ¿Por qué no se recoge el uso de maestra en esta
acepción, como se hace en la de “Persona que enseña una ciencia” o en la de
“maestro de primera enseñanza”? Probablemente por un olvido o error. Podemos
señalar este error y cualquier otro que encontremos para que sea corregido en la
próxima edición del diccionario.

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