Buenos días, hermanos, el día de hoy veremos la muerte de Sara y las
connotaciones que trae este capítulo en nuestra vida, en este capitulo se evidencias varias reflexciones que ire mencionando en el recorrer del capitulo. Abraham había vivido largos años, y paso por muchas pruebas. Así a vivido un carrusel de situaciones duras y de bendiciones. Ya en su vejez tuvo que vivir un momento muy triste, cuando muere su querida esposa. Sara lo había acompañado por más de cien años, y juntos habían compartido muchas experiencias En primera instancia Este capítulo nos relata cómo fue la muerte de Sara en esencia, Sara vivió 127 años, estando más de un siglo al lado de Abraham, y por casi cuarenta años, con su único hijo, Isaac. A pesar de este doloroso suceso para Abraham Al parecer, no estuvo con Sara cuando ella murió. Cuentan en capítulos anteriores que Sara estaba en Quiriat-arba, mientras que Abraham se encontraba en Beerseba según el capítulo 22:19 de este mismo libro, acá según las evidencias, puede ser que la muerte le llego de forma repentina, lo que hace que la muerte de Sara sea aún más doloroso para Abraham al no estar ahí en su último suspiro! Esto nos deja la primera enseñanza y reflexión: La muerte a veces nos visita repentinamente. Por tanto, debemos vivir cada día, listos para la muerte. Decir y expresar a nuestros seres queridos todo lo que sentimos pensamos para que en esos casos de ausencia no quede esos vacíos y remordimientos. Otra pequeña pero sentido reflexión el cual considere importante es ¡Perder a una buena esposa es una gran tragedia humana! Nosotras en muchos casos somo el bastión del hogar somos esa compañera idónea para nuestros esposos y me pongo en los zapatos de Abraham y debe ser muy duro perder a esa compañera idónea, esa esposa, consejera, amiga, complemento, confidente, guía y demás virtudes que una mujer puede aportar a su compañero de vida.
Otro factor que debemos tener en cuenta en el capítulo 23 es LA COMPRA
DEL SEPULCRO el cual nos corrobora la evidencia de que la muerte de Sara sorprendió a Abraham, y no fue un suceso que venía en proceso degenerativo. Esto nos lleva a que Abraham aun no tenía un lugar donde enterrar a su esposa. Por ende, en medio de su luto, tuvo que solucionar esta situación y es cuando empieza a buscar un sitio acorde entre ,los hititas en la ciudad de Hebron, tierras prometidas por el Señor y su decendiencia. Acá debemos hacer otro análisis bien importante y es que Abraham Siendo “extranjero y forastero”, no tenía donde enterrar a su amada esposa Sara. Por eso hace un pedido conmovedor y es el pedir que les vendiera un terreno muy especial para poder enterrarla.
La respuesta de los hijos de Het es aún más interesante
1. Tratan a Abraham con bastante respeto
2. Reconocen su importancia 3. Le ofrecen una propiedad especial
Es evidente el gran respeto y admiración que se le tenía a Abraham, y esto
me dice que de forma paralela hoy por hoy en nuestro diario vivir debemos siempre actuar y obrar bajo los ojos de Dios. Debemos ser rectos en nuestra forma de pensar y actuar produciendo en los demás una buena imagen inspirando respeto, reciprocidad ayuda y elogios de nuestros hermanos, pero lo mas importante es llevar y obrar de forma correcta, es frente a nuestro padre quien siempre nos pide que obremos conforme su voluntad.
Y es que el hecho de que Dios haya permitido que Abraham enterrase a
Sara en Hebrón nos lleva a pensar que nuestro señor en su divinidad justa, permite que Sara descanses en la tierra prometida, el cual fue adquirida con rectitud y justicia.
Para finalizar entendamos un poco mejor la adquisición de Abraham, el cual
se interesa en una cueva, que estaba dentro de la “heredad” de Efrón quien le ofrece la cueva y la “heredad”, en calidad de regalo, Pero Abraham insiste en pagar, porque quería comprar la “heredad” entera (v.13). Efrón establece el precio – 400 monedas de plata (v.15), y Abraham lo paga (v.16). Podríamos decir que éste no era un precio bajo para una heredad, pero Abraham quería pagarlo con la finalidad de tener un lugar donde enterrar a su esposa.
En todo este relato, Abraham actúa con tremenda dignidad, como
corresponde a un hijo de Dios; a un hombre que aprendió a caminar con Dios.