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Trabajo para el Seminario:

Naturaleza, Basura y Cultura. Filosofía culturalista y comunicacional de Vilém Flusser.


Alumno: Ariel Dávila
Cohorte 2

La concepción de la imagen para Vilem Flusser. un breve ensayo sobre el uso de las imágenes en la
actualidad y en comparación con otro autores.

La intención de este trabajo es caracterizar que son las imágenes para Flusser y también que son las
imágenes técnicas. Además tratar de aplicar estos conceptos sobre una mirada hacia el uso
contemporáneo de las imágenes con la digitalización, y además comparar con otras miradas de
pensadores que trabajaron sobre las imágenes y fotografías como Barthes y otros.

Para Flusser las imágenes son superficies significativas. Estas superficies tienen dos dimensiones en
un proceso que Flusser llama de “abstracción” de las cuatro dimensiones (Las tres del espacio mas
tiempo), en este proceso se van quitando dimensiones hasta quedar la bidimensión de las imágenes.
El significado y el sentido reside en sus propias superficies, las cuales pueden captarse con una
mirada. Para reconstruir las dimensiones abstraídas es necesario recorrer la superficie y se obtiene
el significado profundo, de lo contrario el observador se quedaría con una mirada superficial. Las
imágenes son connotativas, es decir el observador puede interpretarlas, no son denotativas como los
números, en este proceso de recorrer la superficie de la imagen el observador aporta su subjetividad
y el sentido de la imagen es la suma de la información de esta mas el aporte del observador.
Flusser sostiene que las imágenes tienen un significado mágico, que no tienen una linealidad
histórica, sino que se superponen en su superficie el tiempo y el espacio en forma simultánea. En el
mundo de la magia todo se repite eternamente y se forma una dialéctica infinita, a diferencia de la
historia la cual es lineal y todo tiene una causa y un efecto. La magia de las imágenes permite
observarlas mas allá de un evento congelado, como traducciones de hechos a situaciones.
Las imágenes son un medio entre lo humano y el mundo. Las imágenes nos permiten imaginar el
mundo, lo representan. Las imágenes permiten que el mundo sea accesible para el humano, pero al
mismo tiempo se interponen entre el hombre y el mundo en forma de pantallas. Esta mediación
produce a veces que el hombre confunda el mundo con las imágenes, esta inversión la llama
idolatría. “Las imágenes técnicas omnipresentes han empezado a reestructurar mágicamente la
realidad en un escenario semejante a una imagen”.
El hombre se olvida que produce imágenes confunde la realidad con las imágenes y vive en función
de ellas, ya no las descifra la imaginación para Flusser se convierte en alucinación. Se vive una
alienación por las imágenes.
Pero esta alienación por las imágenes no es la primera vez que pasa según Flusser. En el segundo
milenio antes de Cristo, la escritura surgió como un intento de acabar con la idolatría de las
imágenes. El método consistía en romper los elementos de la imagen de la superficie y ponerlos en
linea. De ese modo inventaron la escritura lineal. De allí surgió un conflicto entre las imágenes (la
conciencia mágica) contra la escritura (la conciencia histórica). De ese conflicto nace la
conceptualización es decir la capacidad de abstraer lineas de las superficies y el pensamiento
abstracto.
“El propósito de los textos es el de explicar las imágenes, de transcodificar los elementos de las
imágenes y las ideas en conceptos. Los textos son metacódigos de las imágenes”.
Pero a su vez las imágenes ilustran los textos, hacen que su significado sea imaginable, entonces se
genera una dialectica entre el pensamiento mágico de las imágenes y el pensamiento conceptual del
texto.
Para Flusser los textos también son mediaciones entre el hombre y las imágenes, como dijimos los
textos explican las imágenes, y sostiene que al interponerse le ocultan el mundo al hombre. Los
textos se vuelven inimaginables cuando el hombre no puede descifrar ni reconstruir las ideas que
ellos significan. Por ejemplo en el universo científico cuando se codifica toda una teoría en
ecuaciones matemáticas luego es difícil “imaginar” de que se trata.
Dado que a finales del siglo XIX se produjo una textolatría en un grado crítico, es decir
transcodificacion de las imágenes en conceptos a tal punto que los textos ya no son imaginables, no
hay nada mas que explicar se produce el fin de la historia y es cuando se inventan las imágenes
técnicas.

Las imágenes técnicas:


Para Flusser la imágens técnicas, son aquellas producidas por un aparato. A diferencia de la
imágenes tradicionales, las imágenes técnicas son abstracciones de tercer grado, porque se abstraen
de los textos, los que a su vez abstraen de las imágenes tradicionales. Las imágenes tradicionales
son abstracciones de primer grado y existen previamente a los textos son prehistóricas.
Flusser sostiene que las imágenes técnicas no son fáciles de descifrar, su significado está grabado
sobre la superficie como un sello , una marca, una huella que es el resultado de una causa, la luz que
dejó su marca. Aunque es el último eslabón de una cadena causal, estas imágenes técnicas como
resultado se confunden con sus causas. Por eso a veces se las confunde con la realidad.
A través de procesos mecánicos y químicos se da como resultado una imagen técnica, y lo que
contemplamos en ellas no son símbolos que necesitan descifrarse, son indicios dice Flusser, y
podemos percibir este significado indirectamente a través de ellas.
Entonces son como ventanas al mundo, aparentemente no simbólicas, si no objetivas, acríticas, lo
cual puede ser peligroso, ya que estas están sustituyendo los textos.
Aunque esta objetividad no es mas que una ilusión, porque no dejan de ser imágenes, y todas las
imágenes son simbólicas, pero las imágenes técnicas son conceptos transcodificados del mundo
exterior.
Por eso no se puede dejar de tener una mirada crítica a esa producción de imágenes. Y lo que hay
que analizar es el aparato, eso que se interpone entre la imagen y el mundo. En la imágenes
convencionales hay que descifrar lo que pasa dentro de la cabeza del pintor. En las imágenes
técnicas no es tan simple hay que analizar al funcionario que saca la foto y el aparato.
Hay que analizar como es la caja negra, el factor oculto entre la entrada y la salida. Y además dos
elementos claves en esta producción de imágenes técnicas que son el programa, que tiene el aparato
y el funcionario el que la utiliza. La función de esta imágenes es de emancipar a sus espectadores de
las necesidad de pensar conceptualmente.
Flusser sostiene que la invención de la fotografía y las imágenes técnicas es un acontecimiento
histórico tan importante como la aparición de la escritura. La fotografia seria post-histórica y lucha
contra le textolatría.
La civilización para Flusser tomó tres caminos: hacia “las bellas artes” con las imágenes
tradicionales, otra hacia la ciencia y la tecnología, con textos herméticos y otro camino hacia las
masas con textos baratos accesibles. Entonces las imágenes técnicas se inventaron con el fin de
evitar la desintegración a partir de esta división. Las imágenes técnicas son un código común válido
para toda la sociedad como un todo.
“Las imágenes técnicas fueron propuestas para re-introducir las imágenes en la vida diaria; en
segundo lugar, para transformar los textos herméticos en imaginables: y en tercero, para hacer
visible la magia subliminal inherente a los textos baratos”. Es decir un elemento común para las
artes, la ciencia y la política.
Pero para Flusser las imágenes técnicas no están cumpliendo el fin propuesto por la civilización y la
sociedad. Las imágenes técnicas no re-introducen las imágenes tradicionales en la vida cotidiana.
Las sustituyen con reproducciones, se colocan en lugar de ellas. Tampoco hacen imaginables lo
textos herméticos. Flusser dice que los falsifican, traducen en imágenes las proposiciones científicas
y ecuaciones. Tampoco hacen visible a los textos baratos, dice que sustituyen la magia por una
nueva forma de magia que es la programada. Entonces no logran reunir la civilización, por el
contrario la quebrantan porque no logran un denominador común.
Nada puede resistir la atracción centrípeta de las imágenes técnicas, ni los eventos artísticos,
científicas o políticos, todo quiere perdurar en esta memoria eterna que se reproduce hasta el
infinito, este es el signo de nuestro tiempos para Flusser. Y es una visión apocalíptica.

Las imágenes y la realidad.


Para Roland Barthes la fotografía es tautológica, sostiene que en una fotografía una pipa es siempre
una pipa. Esta fatalidad la hace inclasificable, no se pude separar el objeto fotografiado de la
fotografía. Una foto es siempre invisible, no es ella a quien vemos.
Para Flusser en el acto de fotografiar esta comprendido las condiciones culturales del fotógrafo, y
eso debería tener en cuenta la crítica. En esto se asemeja a lo que sostiene Barthes cuando habla de
Punctum y Estudium.
El Estudium es la atracción que el espectador siente por la imagen, en función de la cultura y saber
propio. Es la información sobre un campo a ser fotografiado. Nos gusta la imagen porque
comprendemos qué quiere mostrar el fotógrafo. Informa, representa, hace significar, da ganas de
conocer. Reconocemos con mayor o menor placer, sin goce ni dolor. Son la mayoría de las fotos
que existen.
El Punctum: Vendría dado por la fascinación, por la emotividad, que provoca una respuesta en el
espectador. Algo que no se busca sino que sale de la escena para "pinchar" a este. Se encuentra en
fotos que no están conscientemente hechas. Basta con verlas, para percibir esa punzada en pleno
rostro. Se dan siempre dentro de un encuentro azaroso, nunca premeditado. Es lo que se ve, pero
que el fotógrafo no vio en el momento de tomar la fotografía. Es algo contingente, una
particularidad dentro de la foto, un detalle, o algo inminente de la imagen.

En “La Sociedad del espectáculo” Guy Debord decía que la realidad es un espectáculo como
inversión de la vida. Las imágenes tienen el mismo valor, imágenes de gobernantes, de noticas de
guerra, estrellas de cine, modelos de moda y publicidad son todas equivalentes para Debord, forman
parte de la misma realidad intolerante: la de la vida separada de nosotros mismos, transformada por
la máquina espectacular de las imágenes muertas. Denuncia esta inversión de la vida, que consiste
en ser un consumidor pasivo de mercancías que son imágenes y de imágenes que son mercancías. Y
que los que miran esas imágenes no actúan, permanecen como espectadores de una vida que ocurre
en la imagen.

Flusser piensa que los obstáculos de la cultura, “condición cultural” informa en el acto fotográfico,
y como tesis se puede descifrar a partir de las fotografias. Plantea el acto de fotografiar como una
caza en el medio de un bosque de objetos culturales. Esa cacería esta condicionada por intenciones
culturales, algo similar a lo que plantea Barthes con el Studium. La crítica debe descifrar estas
condiciones culturales, pero a la vez esa tarea se torna muy difícil porque las categorías de la
cámara cubren las condiciones culturales como una red que filtra la realidad. En la era posindustrial
sostiene Flusser las categorías de los aparatos se imponen a las condiciones culturales. El resultado
es una cultura de masas uniforme producida por los aparatos.
La supuesta libertad del fotógrafo esta condicionada por el programa de la cámara, en realidad la
cámara hace lo que quiere el fotógrafo y este hace lo que la cámara le permite en su programa. Solo
puede atrapar aquello que es apto para ser fotografiado es decir lo que está inscrito en el programa
de la cámara. Entonces para Flusser el verdadero acto de fotografiar es la búsqueda de imágenes
aún no vistas, buscar imágenes informativas, improbables.
En cuanto a la recepción de la fotografía, Flusser admite que casi todo el mundo tiene una cámara,
ahora podemos decir que tenemos más desde que están incorporadas en los teléfonos inteligentes. Y
todo el mundo saca fotos, pero no significa que todos sepan como descifrar las fotos. Los fotografos
aficionados son iletrados en materia de fotografía. Las cámaras se volvieron cada vez mas
accesibles, baratas, automáticas, fáciles de usar y con mas definición.
Flusser hace una analogía con el juego de ajedrez, es fácil conocer las reglas y los movimientos de
las piezas del juego, pero conocer todas las posibilidades y estrategias es mas complejo.
La automatización de la cámara ciega al fotógrafo aficionado. Ahora podemos realmente comprobar
con la digitalización que con dos toques en la pantalla tenemos una foto con filtro y difundida
públicamente. Si Flusser hablaba que la automatización de las cámara producía fotógrafos adictos a
imágenes redundantes, no se imaginó que con las redes sociales el fenómeno se multiplicaría aún
mas. El resultado es un flujo de imágenes sin conciencia. En cambio el fotógrafo profesional
procura descubrir formas novedosas de producir situaciones nuevas mas informativas.
Las reacciones a una fotografía pueden variar según Flusser, si están en una pantalla como en el
cine o la televisión, no podemos hacer nada con ellas. En cambio si están impresas en papel o en el
diario podemos recortarlas, pegarlas en un lugar, guardarlas, romperlas, quemarlas. Esta supuesta
materialidad nos dan la impresión de que podemos actuar sobre ellas. Pero estas reacciones son solo
rituales.
“La fotografía ilustra un artículo periodístico cuya estructura es lineal y que está compuesta de
conceptos informados por causas y efectos de la guerra. No obstante, si de alguna manera leemos
el artículo, lo hacemos a través de la fotografía: El artículo no explica la fotografía, mas bien, la
fotografía ilustra el artículo. Esta inversión de la relación entra la imagen y el texto es
característica de la era posindustrial; tal inversión también hace imposible cualquier acción
histórica”. (Flusser: 56: 19..)
Esta inversión hizo que las imágenes dominaran la cultura. En tiempos pasados el analfabetismo
estaba segregado de la cultura codificada en textos. Hoy puede participar de esta cultura codificada
en imágenes.
En el capítulo sobre la distribución de la fotografía Flusser menciona como la fotografía va
perdiendo el valor de cosa de objeto, por otro se valoriza cada vez mas su carácter de información.
Para Flusser estamos en una sociedad de la información, donde los objetos industriales informados
tienen mas valor por su información que por su materialidad.
Flusser observa este fenómeno de informatización aún mas en las imágenes técnicas magnetizadas,
o la televisión. No hay un soporte físico en estas imágenes salvo las pantallas, también menciona la
publicidad la cartelería, como lugar donde las imágenes tienen valor solo de exhibición pero
temporal o efímero.
Claro que en la actualidad con la digitalización de la fotografía se pierde aún mas su materialidad.
Esta condición de objeto digital refuerza aún más su capacidad de reproducción infinita, se impone
aun mas la información sobre el soporte. Flusser piensa que a la hora de hacer crítica sobre la
fotografía se debe tener en cuenta el canal donde se publican las imágenes, una misma foto de un
alunizaje por ejemplo no tiene el mismo valor simbólico expuesta en por un gobierno, en una
revista científica o en una publicidad de una marca.

Estamos en un mundo informatizado y atravesado por las imágenes. Estamos en un momento en


que los medios de comunicación tienen gran poder de construir realidad, los estados también tienen
ese poder utilizando medios de comunicación, por otro lado las redes sociales se convirtieron en un
medio con reglas propias donde se puede construir realidad o realidades.
Esta realidad se construye con textos e imágenes. Las imágenes como dice Flusser ya no son solo
ilustrativas si no también informativas, y existe una sobreinformación de imágenes que producen un
a alienación que no permite la acción, si no solo podemos quedar como espectadores atónitos.
Estamos rodeados de pantallas que representan “la realidad” a través de imágenes y algunos textos,
el problema es cuando perdemos la conciencia de esa representación y la confundimos con la
realidad.
Por otra parte este carácter de información pura de las imágenes técnicas la hace susceptibles de
mucha manipulación, ya vienen programadas las aplicaciones con filtros, máscaras, además de lo
que podemos hacer con photoshop. Como dijimos en la actualidad todos tenemos una cámara
permanentemente a mano en los celulares, podemos fotografiar tratar la foto y difundirla en
segundos. Todos somos consumidores y productores de imágenes, que en la actualidad pasan a ser
datos, los cuales son analizados por algoritmos que segun sus lógicas los censuran, los viralizan, los
guardan como datos para analizar, reconocer rostros por ejemplo para distintos fines.
Todos somos funcionarios de la cámara en palabras de Flusser, pero también el programa de la
cámara se complejizó, lo entendemos menos y a la vez tiene mas posibilidades.
Flusser sostiene que el universo fotográfico es un medio para programar en la sociedad una
conducta retroalimentadora en función de un juego de combinaciones.
El programa en si es un juego de combinaciones, este juego es automático no obedece a una
estrategia determinada.
El universo fotografico esta compuesto de fotografías que son un punto específico del programa.
Esta es la lógica que lleva todos los aparatos según Flusser, son combinaciones de pequeños
módulos, cuentas que producen un gran mosaico, esta lógica se ve mas evidente en la
computadoras. Semejantes a granos de bits, según sus palabras.
La fotografía es una superficie que sirve de modelo de conducta para su receptor. Pero como las
fotografías son automatizadas por lo programas, y se distribuyen en masa producen un efecto de
automatización también en los espectadores.
Con el libro Filosofia de la Fotografia Flusser intenta analizar la relación entre los aparatos en este
caso fotográfico y los humanos, el plantea que si se desarrolla una filosofía de la fotografía se
podría utilizar para analizar toda la relación entre estas tecnologías y el hombre. Hace una critica a
la mirada humanista. A la mistificación de los aparatos, a lo sobrehumano de los aparatos. El dice
que lo aterrador de los aparatos es que son estúpidos, incontrolables y sin intención.

Ariel Dávila

Bibliografía:

Flusser, Vilem “Filosofía de la fotografía” 1990. Ed Trillas. México.


Barthes, Roland “La cámara lúcida” 1989. Paidós.
Debord Guy “ La sociedad del espectáculo” 2007. Kolectivo Editorial “Ultimo Recurso”.

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