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Heinrich Cunow, El Sistema de Parentesco Peruano y Las Comunidades Gentilicias de Los Incas OCRed PDF
Heinrich Cunow, El Sistema de Parentesco Peruano y Las Comunidades Gentilicias de Los Incas OCRed PDF
CU N O W
t j j v b n í A S I O
H úm a _ Jo s© s V íS f iB A r i c c
NOTA D¡ E LOS EDITORES
LO S EDITORES.
#
PREFACIO
fj
cápaos í¡¡ae rigen en la elección ds: io s.nombres de la;,
comunidades lucientemente formadas,. Desgraciada
mente, estamos tan poco informados sóbse la ©rgaiá.í.a-
cióia de parentesco de la mayoría de las poblaciones
RO civilizadas, que no puede decirse nada determinado
sobre ellas. Sólo poseemos noticias auténticas de a l
gunas tribus ele Norte América pos las infcrm&eicneá
que nos ha suministrado Morgan, quien vivió la
mayor parte de su vida entre ellas. A . juzgar por aque
llos informes, las nuevas comunidades conservan sus
nombres gentilicios, aun en sus nuevos domicilios»
especialmente cuando la división alcanza grandes pro
porciones, es decir, cuando tiene lugar al mismo
tiempo en varias gens. Por; eso, tribus emparentadas
tienen regularmente un numéro de gentes con el misino
nombre gentilicio» En cambio, si las nuevas comuni
dades gentilicias se incorporan a las comunidades de
donde ellas proceden., entonces es necesario—para
evitar equívocos— crear nombres especiales; en caso
contrario, los equívocos serían incontestables. Se usan
de preferencia—como lo demuestran los nombres de
diferentes uifcm&—nombres de animales, que pertene
cen a la misma especie del animal tótem de la madre
gens, para indicar así la relación próxima de parentesco
que las tribus tienen entre sí. A sí, la gen s mayor se
llama tortuga; las menores se denominan pequeña
tortuga, tortuga del pantano, tortuga saltadora, etc. Con
todo, no puede tomarse este hecho como una norma
estricta.
El contraste entre generación y familia explica la
diferencia de criterio que existe entre nosotros y loa
pueblos primitivos sobre la cercanía y ¡a lejanía de las
relaciones de parentesco, en especial la posición sobre-
saliente tíei hermano de la madre. Ellas no se basan
en conceptos confusos de derecho, ni en una facultad
— 50 —
S e g ú n G arcilaso S eg ú n Sahuaraura.
d e la V ega.
Usca Maya A yllu. A yllu Usca Mayta.
Panaca A yllu. »
Apu Mayta A yllu. A yllu Apumayta
Panac-Urin Cuzco.
» Huaccaylli Panaca A ylhi.
»
Capac A yllu, Capac A yllu Panaca.
Socso Panaca A yllu , Ayllu Su seo Panaca,
» » '
Inca Panaca A yllu. A yllu Inca Panaca.
»
»
Raurahua Panaca A yllu. A yllu Raurahua.
»
))
Chima Panaca A yllu. A yllu Chima Panaca.
— 52 —
{
>ara que se háyá añadido a los nombres gentilicios
a antigua partícula ca, y no la partícula pa, a la
sazón en uso ? ; y por último, <jpor qué los ayllw
trataron de fijar sú origen en la época preincaica, y
consideraron como a sus antepasados y progenitores
sobrehumanos a las Huacas, cuando les era más sen
cillo explicarse apoyándose en la descendencia de
los incas gobernantes^ ¿Tenían acaso ios incas une
especial disposición paira forjar fábulas ? Examinando
éstos datos de Garcilaso, resulta que son inverosími
le s; él mismo nos proporciona las pruebas. En el
raes de abril d e! año. 1663, varios descendientes de
los incas se dirigieron al R ey de España, pidiendo
se les exonere de ios tributos. Para comprobaf su.
personería los peticionarios acompañaron su solicitud
con un árbol genealógico cuidadosamente dibujado,
y con los datos exactos de sus relaciones de páren
le seo. L as imágenes de ios incas reinantes estaban
pintadas— como dice Garcilaso—-de medio cuerpo,
junto a cada efigie se había inscrito el nombre de
los a yllu s, identificados todos con el C apac-ayllu. No
aparecen los nombres de Chima P an acas Hahuamina,
V icaquirao , etc. Esto está de acuerdo con nuestra
teoría. S i se considera como sucesores del padre al
hijo, nieto y todos los demás descendientes por la
línea masculina, entonces todos pertenecen a la gens
d el padre. Entre los incas, según Garcilaso, el hijo
ha seguido siempre al padre en el gobierno; por con
siguiente, los diferentes gobernantes no podían haber
pertenecido a los diferentes ayllus. L a g en s a la cual
ellos y todos sus descendientes pertenecieron fué la
de C a p a c a yllu (Capac = noble), que era la g en s
1 gobernante de ios incas. En consecuencia, si los incas
reinantes pertenecieron a un solo y único ayllu, re
sulta falsa la suposición de Garcilaso, salvo que los
indios peticionarios no hubiesen sido orientados sobre
sus propias reláciones gentilicias y de parentesco.
Pero Garcilaso sabe apuntalar sus argumentos. ÉL
asegura que 'todos estos incas quedaron comprendidos
, accesoriamente en el C apac ayllu, a fin de contarse
entre los descendientes de M a n co C apac. En otras
palabras, M a n co C a pa c fué antecesor del C hima
P an a ca A y llu ; pero sus descendientes no llevaban,
para comprobar su descendencia, el nombre de este
a yllu , sino el de un ayllu fundado mucho más tarde
- 57 — '
NO TAS
VO LU M EN N°.
H. CUNOW
Los E d ito re s .
PREFACIO
Heinrich C u n o w .
L A S CO M UNIDADES DE A LD E A
Y DE M A R C A
D EL P E R U AN TIG UO
¡
— 50 —
roa antepasados de la marca conservadas cuidadosa
mente en lugares sagrados. En ciertas fiestas religiosas
cada A yllu sacaba su Pacariña, y sus miembros se reu
nían alrededor de ella con el objeto de deliberar. P aca-
ring. es el participio de Pacarini, que significa despertar,
entrar en la vida, lo be born, como lo traduce Markham;
por consiguiente Pacarina es el que ha llevado la vida,
es decir, el primer antepasado humano de la tribu nacida
de la H u aca; pero no el divino fundador .del A yllu
(ancestral deity), como opina Markham; es en todo caso
la H uaca de la que la Pacarina és simplemente el pro
ducto. Esta es también la .razón por ,1a que los Malquis
fueron llamados los hijos de las Huacas, (37) de acuer
do con Arriaga.
A l mismo tiempo que se veneraba a las Pacariñas, la.
mayor purte de las tribus veneraba también las Pacaris-
cas (38) o Pacarim uscas (3 9 ), que quiere decir los lu
gares sagrados, de donde, según la tradición, surgieron
O’ nacieron los ayllus. Los Incas tuvieron también su
P acarisca. Esta era una caverna llamada Pacarictam -
pu (40) , situada a unas cinco millas ^españolas, del Cuzco.
Los conquistadores españoles hicieron respecto de este
culto toda clase de suposiciones ridiculas: Como sabían
que los lugares de origen estaban en relación con las
Huacas, y que los indios les prestabasi un señalado ho
menaje, dieron a dichos lugares el nombre genérico de
H uaca y contaron que los indios adoraban las rocas, las
fuentes, los cerros, etc. bajo la influencia del demonio.
Una yeiíeracíón semejante a la de las. Huacas era tri
butada a las Compás, con la diferencia de que ia H u a
ca era honrada pm el ayllu entero, y la Conopa única
mente por un determinado círculo de personas de! ayllu.
Arriaga llama a las conopas Lares y Penates, lo cual
atestigua su sagacidad. Hasta donde se puede juzgar
hoy, las conopas fueron originariamente dioses protectores
de las primitivas comunidades del antiguo Perú; por eso
se llamaron tasnbién Huasicamayoc. Después de la deca
dencia, en el Perú, de la comunidad doméstica, ésta se
trasformó en grupos aislados ,de familia. El hijo mayor
heredaba al padre, lo cual :1o obligaba a cumplir los
ritos, a guardar los objetos; sagrados que se usaban en
las fiestas religiosas.
Además de estas deidades, tenían los peruanos dioses
protectores para sus campos, rebaños, etc. Entrar en
pormenores sobre su significado, importancia, adoración,
sería apartarse demasiado del objeto que tiene este peque
ño trabajo, fuera de que dichas deidades desempeñaron
un papel secundario en la vida religiosa de los inca-
peruanos. Me propuse demostrar simplemente que la comu
nidad gentilicia fué el fundamento sobre la cual se cons
truyó en el Perú todo el edificio social y religioso, y que
sus instituciones económicas no representan, como se cree
generalmente, un sistema especial, producto de los incas,
sino que existió un sistema análogo en la constitución eco
nómica de los antiguos germanos.
NOTAS
H. CUNOW
la o s e a m o s social
DEL IMPERIO. DE LOS INGAS
(Investigación sobre el Comunismo Agrario
en el Antiguo Perú)
Introducción.
Jleinrich Cunow.
INTRODUCCION
CAPITULO PRIMERO
N OTAS D E L P R IM E R C A P IT U L O
CAPITULO SEGUNDO
CAPITULO CUARTO
íi
.e
— 86 —
“Huiracocha runayachachachun
huarmayach achacillan mirachun
llactapachacasilla quispillacachun” ( 1 )
N. del El. .
CAPITULO SEPTIMO