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Reseña del libro "El Islam y las escuelas económicas"

por Abdul Karim Huzman (El Salvador)


Del Imam de los creyentes Ali Ibn Abi Talib: ¿Han comprendido
ustedes completamente qué es el islam? Es por cierto una ideología
(din) basada en la verdad. Es como un manantial, guía del
aprendizaje, del cual fluyen diversas corrientes de sabiduría y
conocimiento…  De esta manera, el editor de tan espléndida obra nos
da la bienvenida a sumergirnos en ella y despejar dudas de un tema
tan crucial y  polémico como lo son las escuelas económicas y a la
vez erróneamente consideradas como exclusiva invención del
pensamiento occidental. 

Antes de iniciar nuestro comentario, conviene mencionar algunos detalles de nuestro


autor, que fácilmente podemos encontrar más detalladamente al final de la obra: Ayatullah
Al Uzma Saied Muhammad Baqir As Sadr, perteneciente a una familia sustentadora de la
ciencia y el saber, al servicio del islam. Baqir As Sadr, desde su niñez presentó signos de
su prodigiosa capacidad intelectual, a los 11 años escribe un libro sobre lógica y a los 20
es elevado al grado de Muytahid. Escribió 26 libros de distintas materias, entre ellos de
lógica, jurisprudencia, filosofía, economía, etc. Tan grande es su aporte, que esta obra “El
Islam y las escuelas económicas”, viene a ser el prefacio de su gran obra “iqtisaduna”
(“Nuestra Economía”), obra voluminosa y de gran valor intelectual.Esta obra está
organizada en tres capítulos principales: La economía occidental no es compatible con el
mundo islámico, fundamentos de las escuelas económicas y economía islámica.

En el primer capítulo el autor nos explica, no sólo con argumentos islámicos, sino que
además, con argumentos lógicos, científicos e históricos. El hecho de que un modelo
económico que no considere al islam para su funcionamiento, en el mundo musulmán
está destinado al fracaso. El mismo autor hace énfasis en tal afirmación de esta manera:
“No se puede esperar que tenga éxito cualquier sistema económico, sea capitalista o
socialista, a menos que esté en armonía con los fundamentos y las aspiraciones históricas
del pueblo en que se aplique” (página 15).

En el segundo capítulo el autor desmitifica ciertos asuntos que muchos pensadores


occidentales no toman en cuentan al defender sus sistemas económicos como los
mejores, los únicos y los primeros en aplicarse. Ya sean capitalistas, socialistas o
comunistas, estos sistemas tienden a ir al fracaso porque no están en armonía con la
naturaleza del ser humano, que además de caracterizarse por ser un ser tangible y
material, a la vez es un ser espiritual, negando arbitrariamente la naturaleza del ser
humano.

El sistema capitalista, que no cuenta con una base filosófica que lo respalde, que presume
ser un sistema de apoyo a la democracia, la libertad humana, no es más que un disfraz.
Uno es libre de hacer lo que le plazca, siempre y cuando tenga los medios para hacerlo y
el poder del pueblo no es más que la imposición de la mayoría sobre la minoría y el
enriquecimiento de unos pocos, la sobre-producción y la depredación del ambiente y del
mismo ser humano, son algunos efectos malignos del capitalismo que mejor que nadie lo
explica el autor.    Por otro lado, socialismo y el comunismo, gozan de tener una base
filosófica y en cierta medida más humana que la anterior, pero no deja de ser negativa al
ser humano y en especial al musulmán, por ser incongruente en su base materialista y
contradictoria con la naturaleza humana. 

En el tercer y último capítulo, el autor nos explica muy bien la diferencia entre ciencia
económica y escuela económica, también si existe escuela económica en el islam y como
esta trabaja. 

El islam no es una religión como a las que está acostumbrada occidente, uno es religioso
mientras vaya al templo, en cuanto a lo demás el Estado a través del gobierno se
encarga, en una sociedad islámica la base de la misma es el islam, de esta manera todo
lo que se deriva está basado en fundamentos islámicos.

Este libro, no es un libro propiamente de economía, además que constituye el prefacio de


uno más grande, ni presenta las soluciones a la crisis capitalista o socialista, se encarga
de mostrar al islam no solo como creencia, sino que además, como práctica, en este caso
como escuela económica. De esta manera, algunos lectores musulmanes y no
musulmanes podrán comprender en que han fallado los modelos económicos actuales, no
sólo en occidente, también en oriente.

Conviene que el lector para mayor goce de dicha obra tenga conocimientos básicos en
economía, en especial economía política y para los no musulmanes, conocimientos
básicos de islam. Aunque el editor se ha preocupado de tal situación y ha incluido un
apéndice que contiene un glosario muy bien explicado.  

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