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CULTIVO MAIZ

1 PROCESO DE PREPARACION
Preparación del terreno

Para que se produzca una buena germinación y emergencia de las plantas tenemos
que tener una temperatura adecuada (unos 10º C de temperatura media diaria del
suelo), determinada humedad (si el terreno no la tiene la aportaremos con el riego),
buena aireación para que la semilla tenga oxígeno para germinar, desmenuzamiento
de la tierra para que la semilla esté en contacto con las partículas del suelo y una
capa superficial de suelo suelto para que la plántula no tenga obstáculo para salir.
Además debemos disponer de un volumen de suelo en condiciones óptimas para que
las raíces se desarrollen bien. Para ello deben disponer de una profundidad de unos
40 centímetros.

Las labores deben ser las necesarias y justas. Un exceso de labores, además de ser
antieconómico, podría ser perjudicial porque corremos el riesgo de desmenuzar
demasiado el suelo y formarse más costra y, por otro lado, originamos más suela de
labor.

Abonado del maíz


El aporte de los nutrientes necesarios es fundamental para el desarrollo inicial y
futuro del cultivo. Debe hacerse de manera racional y sostenible, maximizando el
aprovechamiento de los fertilizantes acorde al potencial de las plantas. Es necesario
buscar el máximo rendimiento económico; hay veces que el buscar el máximo
rendimiento de las plantas no es el mejor rendimiento económico.

Es necesario saber con qué reservas de nutrientes contamos en el suelo, qué


producción final esperamos y cuáles son las extracciones de nutrientes del maíz para
esa producción esperada.

Para lo primero, lo más práctico y seguro es hacer una analítica de suelo para
conocer las reservas de nutrientes y a partir de esto conseguir un buen consejo de
abonado. A partir de este análisis tenemos que saber que las extracciones del maíz
son aproximadamente por cada 1.000 kilos de cosecha: nitrógeno (N): 21; fósforo
(P2O5): 9; potasio (K2O): 25.

El aporte de estos nutrientes se hará en fondo y en cobertera. En fondo, antes de la


siembra con enterrado posterior, aportaremos el 40% del nitrógeno, y la totalidad del
fosforo y el potasio.
Elección de la variedad
La variedad a sembrar es otro factor clave. Esta está condicionada por el clima de la
zona y la disponibilidad de agua. El factor fundamental es el número de días en que la
variedad se pueda desarrollar, de la época de siembra y del periodo libre de heladas.

También es importante elegir variedades que maduren uniformemente, que se


adapten al tipo de terreno y al lugar de la siembra, y que tengan el máximo
rendimiento en producción y calidad.

Este año, por las condiciones climáticas quizás sea necesario ajustar un poco más el
ciclo ya que nos vamos a siembras, en la mayoría de los casos, un poco más tardías.
Quizá sea más seguro sembrar un ciclo un poco más corto. En el mercado existen
variedades de ciclos 400 y 300 con total garantía de éxito en cuanto a producción y
calidad.

Lo más importante en estos momentos y en estas condiciones actuales, es no


precipitarse, hacer las labores en buenas condiciones y sembrar el ciclo oportuno. No
podemos hacer labores mal hechas, ni sembrar ciclos que por la fecha pueden correr
riegos. Como he mencionado antes, en el mercado existen ciclos cortos
suficientemente productivos como para garantizar el máximo rendimiento.

Densidad de siembra
La densidad de siembra viene dada por la distancia entre las plantas y la separación
de las líneas de siembra. A esta densidad teórica hay que restarle aproximadamente
un 10% para llegar a la densidad real.

Cuando las siembras quedan claras, el mayor tamaño de la mazorca no compensa la


falta de planta y un exceso de densidad puede provocar plantas poco vigorosas y
esterilidad. Hay variedades que se adaptan a más densidad y otras a menos, por lo
que las distintas variedades de maíz alcanzan su máximo rendimiento a unas
determinadas densidades que debemos consultar a la casa de semillas.

Por lo tanto la densidad de siembra correcta es la que nos asegure una mazorca por
planta y que pese entre 200 y 250 gramos. Y dependerá de la población final que se
desee obtener y de la variedad a sembrar pero siembre contando con un 10% de
pérdidas de semillas por diversas circunstancias.u Profundidad de la siembra. La
profundidad de siembra puede oscilar entre 2 y 10 centímetros, siempre dependiendo
de varios factores.

Siembras más profundas en terrenos arenosos, con más temperatura y menos


humedad. Con temperatura y humedad apropiadas la profundidad aconsejada será de
3 o 4 centímetros. No obstante la experiencia del agricultor para cada parcela será la
mejor guía.
Paso 1: Para los expertos es fundamental que el productor conozca muy bien el suelo que
pretende sembrar. Para ello debe tomar en cuenta su historial. Esta información debe
considerar la característica y los comportamientos anteriores del suelo, las plagas más
frecuentes, las condiciones climáticas, la compactación de suelo o presencia de pie de arado y
manejo de rastrojos, entre otros. Todo ello determinará el tipo y número de labores que
deberán realizarse, las que se describen a continuación.

Paso 2: Las labores de preparación de suelo, luego de picar el rastrojo, deben considerar la
aradura, que idealmente debe realizarse con subsolador para lograr descompactar el terreno.
“Los suelos en Chile presentan altos niveles de compactación, lo que implica una disminución
significativa de la porosidad, y, por lo tanto, de la aireación del suelo; en esas condiciones el
agua no infiltrará en forma adecuada y las raíces no lograrán crecer en buena forma, por lo que
los cultivos verán afectada la expresión de su parte área y obtendrán un menor rendimiento de
grano”, explica Hugo Faiguenbaum, asesor de cultivos y especialista en maíz.
40 cm
de suelo libre de capas duras, como mínimo, permitirá un correcto desarrollo de raíces

La compactación es un problema frecuente y que se da todas las temporadas. Esto quiere


decir que el suelo se hace más denso por causa de la pérdida de aire tras ser sometido a
presiones provenientes del uso de maquinaria, precipitaciones e ingreso de animales, entre
otras. Otra de las acciones que inciden en el grado de compactación es el uso frecuente de
arado de vertedera, el que deja una capa dura llamada “pie de arado” en el límite del nivel que
profundiza el equipo al arar.
Para determinar el grado de compactación, existen testeadores de compactación de suelo, los
cuales miden con precisión la magnitud del problema.

Para un buen crecimiento del sistema de raíces, es muy importante airear el suelo. “Lo que
esperamos es tener, a lo menos, los primeros 40 cm de suelo libres de capas duras”, comenta
Mauricio Toro, jefe de proyecto Cropcheck, de Estándares Productivos de Fundación Chile.

Se recomienda alternar el tipo de arado, es decir, un año con subsolador y al siguiente con
arado de vertedera, aunque también es posible usar arado subsolador todos los años y no el
de vertedera. Eso sí, se debe considerar que el arado de vertedera, también llamado de
inversión, facilita el manejo del rastrojo a los productores, ya que les permite incorporarlo
mediante una sola labor. Sin embargo, si se usa todas las temporadas, puede producir el “pie
de arado”, fenómeno muy negativo para el crecimiento de las raíces. “El único arado que logra
descompactar bien el suelo y no produce esa dureza llamada pie de arado es el subsolador.
Con este implemento, se busca que las raíces puedan crecer densamente y en profundidad,
para que las plantas puedan nutrirse bien de los minerales que hay en el suelo”, argumenta
Faiguenbaum.
Paso 3: Si el suelo se encuentra descubierto, porque el cultivo anterior no dejó rastrojos, el
productor puede llevar a cabo la aradura sin problema. Al contrario, si el suelo posee restos
vegetales producto de la última temporada, debe comenzar con el procesamiento de esos
rastrojos, para incorporarlos o mezclarlos con el suelo. “Los rastrojos siempre aportan
características positivas, mejorando las propiedades físicas del suelo. Aumentan la materia
orgánica y mejoran la aireación e infiltración del suelo, siendo por lo tanto muy bienvenidos”,
señala Hugo Faiguenbaum.

“Lo más recomendado es que al cosechar el cultivo anterior, se pique ese rastrojo y se
incorpore de inmediato”, dice Toro. “La aradura se realiza al fin de la cosecha porque el equipo
no puede ser pasado después, ya que los suelos adquieren humedad. Lo recomendable es
picar el rastrojo de maíz con un triturador de rastrojos. No obstante, se debe tener en cuenta
que al utilizar este sistema es muy importante que las cuchillas estén con buen filo para lograr
un buen picado”, agrega Faiguenbaum.

Una vez picado el rastrojo, según Faiguenbaum, se pueden seguir dos caminos, dependiendo
del tipo de arado que se utilice. Si es de vertedera, los rastrojos son incorporados a 30 o 35 cm,
según la profundidad de aradura, por la misma máquina. En cambio, si se usa un subsolador,
arado que no incorpora el rastrojo y lo deja en la superficie, se debe pasar una rastra tras él
que permitirá mezclar el rastrojo con el suelo a una profundidad aproximada de 15 cm. Una vez
realizado el manejo del rastrojo, el suelo debe quedar a la espera de la próxima siembra, de
modo que los equipos de labranza no entren durante el período de lluvias y que el rastrojo
avance lo más posible en su proceso de degradación.

Paso 4: La cama de siembra debe prepararse, idealmente, utilizando rastras que presenten
rodillos (vibrocultivadores, rastras de disco, rotofresas, etc.). El equipo que se utilice estará
condicionado por las características del suelo y la disponibilidad de maquinaria. El paso de la
rastra puede realizarse una a dos veces, dependiendo de cuán mullido quede el suelo para la
siembra.

En el intertanto, entre la preparación del suelo y la siembra, pueden aparecer malezas


(barbecho), por lo que es recomendable, en caso que ello ocurra, aplicar tratamientos
herbicidas que contemplen el uso de glifosatos, para su eliminación
2 DISTANCIA DE SIEMBRA
Se recomienda realizarla en hileras para facilitar los posteriores controles de las malezas, los
tratamientos específicos a la planta y la cosecha. Frente a ello, la distancia entre una y otra
planta ha de ser muy importante. De acuerdo al sistema que posea el agricultor, deberá tomar
como punto medio entre las hileras, los 90 cm de distancia.

3 CLASE DE SEMILLA
Semillas criollas

Semillas mejoradas

Semillas baby

Semillas hibridas

Semillas hortalizas

Semillas de flores

Semillas de frutas

Semillas comestibles

4 SISTEMA DE SIEMBRA
Mediante el manejo de siembras en surcos angostos (50 cm); de doble hilera, en surcos de 75
y 80 cm, se presenta un cierre anticipado del cultivo, pues al modificarse la distribución
espacial de las plantas se reduce el sombreo mutuo entre las hojas durante su etapa de
expansión, lo que logra una cobertura del suelo más rápida.

Esta cobertura más temprana permite lograr mayor eficiencia en la intercepción de la luz, del
suelo y nutrientes en el cultivo, respecto de la eficiencia lograda con las siembras en surcos
convencionales de hilera sencilla, con separación a 75 y 80 cm.

El método permite incrementar la densidad de plantas por hectárea, al manejar poblaciones


que van desde 100,000 hasta 125,000 plantas, para brindarles una mejor distribución en el
terreno.

La siembra se realiza con una sembradora de doble hilera o bien, con una sembradora
convencional de siembra en hilera sencilla para surcos a 50 cm.

Esta tecnología permite, además, obtener una disminución de los problemas de acame (caída
de plantas) y plantas improductivas, que se traduce en mayores rendimientos por hectárea.
Cabe resaltar que la respuesta productiva de cada híbrido es variable en función de la
estructura y de la fisiología de la planta, por lo que los niveles de incremento en rendimiento
son directamente proporcionales al grado de adaptación de cada material.

Método de siembra en surcos de 80 cm con doble hilera

Este método permite acomodar 120 surcos en una hectárea (100  x 100 m), con cinco semillas
por metro por hilera y la separación entre hileras es de 20 y 60 centímetros, para una población
de 125,000 semillas por hectárea.

En este método, las labores de cultivo, fertilización y riego se realizan en la separación entre
hileras de 60 centímetros.

La cama de siembra es de 80 centímetros y la separación entre semillas es de 20 centímetros,


aproximadamente, como se puede ver en las Figuras 2 y 3.

Para la adopción de este método de siembra no se requiere hacer modificaciones  a la


maquinaria que se utiliza en la siembra tradicional en hilera sencilla, sólo es necesario realizar
un ajuste en la sembradora, que consiste en acoplar una extensión o “mancuerna” en cada
unidad o bote de siembra, como se observa en la Figura 4.

Método de siembra a 50 cm

Este método permite colocar 200 surcos por hectárea (100 m x 100 m), con seis semillas por
metro lineal, para una población total de 120,000 semillas, en donde la cama de siembra es de
50 centímetros.

La cama de siembra se utiliza para hacer las labores de cultivo, fertilización y riego y la
distancia entre semillas es de 16 centímetros, aproximadamente

Existen dos maneras de llevar a cabo este método: En una se utilizan surcos impares (5, 7, 9)
con un tractor abierto de trocha, a una separación entre llantas de 1.50 metros y con rodado
trasero no mayor a las 15.5 pulgadas de ancho; se acomodan las unidades o botes de siembra
a 50 centímetros de distancia, uno de otro, y se inicia el acomodo del centro del tractor hacia
los extremos, como se puede ver en las Figuras 7 y 8.

La otra forma de realizar una siembra a 50 cm es utilizar surcos pares (4, 6, 8). Para este
método se requiere un tractor, con una abertura de trocha de 2 metros y con un rodado trasero
no mayor a las 15.5 pulgadas de ancho, se distribuyen las unidades de siembra a una
separación de 50 centímetros, una de otra, como se puede ver en las Figuras 9 y 10.

Un punto que debe cuidarse en las siembras en surcos estrechos es que, si al momento de
trazar los surcos (marcar) se emplean surcos impares se debe de escarificar, sembrar y
fertilizar al cierre del cultivo con un implemento agrícola acondicionado para surcos impares, y,
de igual forma, si se inició con surcos pares deben de realizarse todas las labores siguientes
con implementos para surcos pares y con tractor abierto de trocha a 2 metros.

A diferencia del método de siembra en doble hilera en surcos de 80 cm, en el de surcos


estrechos a 50 cm se requiere que la cosechadora esté acondicionada con un cabezal (o
banco de cosecha) a 50 cm para reducir la pérdida de mazorcas al momento de realizar la
cosecha.

Selección del híbrido a sembrar

Al momento de aplicar cualquier método de siembra debe de tomarse en cuenta que se


incrementará el número de semillas y por consecuencia, aumentará el número de plantas por
hectárea, lo que obliga a tener una mayor selección del material o híbrido que se sembrará.

Para altas poblaciones (arriba de 110,000 plantas por hectárea) se recomiendan híbridos de
porte bajo, hojas semierectas, con altura de mazorca en la parte media de la planta, tolerantes
a plagas y enfermedades, adaptados a la zona y con alto potencial productivo.

Maquinaria utilizada en los métodos de siembra

Las máquinas son elementos que se utilizan para dirigir la acción de fuerza de trabajo a base
de energía.

En el campo agrícola, los mecanismos a motor que se emplean en estas labores aligeran la
producción y mejoran las técnicas de cultivo. Entre las  máquinas agrícolas más utilizadas en
las labores del campo se mencionan:

ƒ Tractor. Es una máquina agrícola muy útil, con ruedas o cadenas diseñadas para moverse
con facilidad en el terreno y potencia de tracción que permite realizar grandes tareas agrícolas,
aún en terrenos encharcados.

Tiene dos pedales de freno y está acondicionado para jalar rastras. Hay dos tipos de tractores:
el de oruga, de gran estabilidad y fuerza, y el de ruedas, capaz de desplazarse hasta por
carreteras; éste posee mayor velocidad que el de oruga.

 Cosechadora o segadora. Es una máquina agrícola de motor potente, peine cortador


para segar las plantas maduras de cereales y un largo rastrillo, que va delante de la máquina y
gira sobre un eje horizontal.
 Arado. Equipo agrícola diseñado para abrir surcos en la tierra; está compuesto por una
cuchilla, reja, vertedera, talón, cama, timón y mancera, estos sirven para cortar y nivelar la
tierra, sostener las piezas del arado, fijar el tiro y servir de empuñadura.
Existen diversos tipos de arados, pero los más conocidos son:

1. Arado de vertedera, formado por la reja, cuchillas y una vertedera.


2. Arado de discos, formado por discos cóncavos para abrir surcos profundos.
 Subsuelo. Se utiliza para remover la tierra a profundidad.
 Rastra. Es un equipo agrícola diseñado para desmenuzar las partes o porciones de
tierra que han sido removidas por el arado; está compuesta por una armazón (que puede ser
de madera o metal), los dientes y el enganche que la une al tractor.
 Asperjadora. Equipo agrícola diseñado para fumigar; está compuesta por un depósito
de líquido, bomba de presión, tapa, boca, tanque y válvula de presión, correas, manguera, llave
y la boquilla por donde sale el líquido para fumigar, sea insecticida o herbicida.
La asperjadora manual se coloca en la espalda del rociador y éste porta, en la boca y nariz,
una mascarilla especial para evitar que los fuertes olores despedidos por la sustancia que
expele las asperjadoras le hagan daño.

 Sembradora: Equipo para colocar las semillas sobre la cama de siembra.


 Abonadora: Equipo agrícola diseñado para distribuir fertilizantes; está compuesta por
tres partes principales: la tolva o depósito del abono, el tubo de caída del fertilizante y el
distribuidor del fertilizante.
 Cultivadora: Consta de una estructura o de una barra porta-herramientas, de timones o
brazos y de elementos de trabajo.
Los timones constituyen el soporte de los elementos de trabajo y también se les denomina
“picos” o brazos y pueden constar de una o varias piezas.

5 CANTIDAD DE SEMILLAS POR HECTAREA


El alto precio de la semilla obliga a utilizar este insumo de una manera racional para establecer
una población adecuada, reducir costos y riesgos como el daño por acame. Es conveniente
asegurarse de contar con una densidad de población de 75,000 a 87,000 plantas por hectárea
al momento de la cosecha, equivalentes a 5.5 a 6.5 plantas por metro en surcos a 75 y 76 cm,
así como de 6 a 7 plantas por metro en surcos a 80 cm.

Los mejores resultados se obtienen sembrando en surcos a 75 ó 76 cm y en este caso para


tener la población deseada se requiere sembrar de 6.5 a 7.5 semillas por metro lineal; en caso
de sembrar en surcos a 80 cm, dicha población se obtiene depositando de 7 a 8 semillas por
metro.

Poblaciones mayores no incrementan el rendimiento, incluso pueden llegar a disminuirlo por la


competencia entre las plantas por luz, agua y nutrientes o por problemas de acame, debido a la
debilidad de sus tallos, además que se incrementa el costo. Una población menor implica
reducciones en el rendimiento de 1 a 2 toneladas por hectárea por cada planta cosechada de
menos en dicho rango. Por el contrario, una población mayor representa un incremento en el
costo de producción de 325 pesos por hectárea por cada semilla, considerando un precio de
$2,450 la bolsa de 80,000 semillas.
Método de siembra

En suelos de barrial y en el sistema convencional, la siembra puede realizarse en seco o en


húmedo; en suelos de aluvión o en los sistemas de labranza reducida o de conservación es
preferible en húmedo. Al sembrar en seco es conveniente depositar la semilla de 3 a 4 cm de
profundidad, en el lomo del surco y regar por trasporo; asegurarse que el nivel de salinidad no
sea mayor a 2.5 mmhos de conductividad eléctrica, para reducir problemas en la germinación
por la acumulación de sales en el centro del lomo del surco al regar en surcos continuos en
este sistema. Al sembrar en húmedo procurar depositar la semilla de 6 a 8 cm de profundidad.

Es importante que la tierra haya “dado punto” para lograr un buen sellado, y evitar que se tape
el orificio del tubo de descarga de la semilla, y que no se adhiera demasiado suelo húmedo a
los machetes de la sembradora como a la llanta selladora, pues puede provocar que la semilla
quede a menor profundidad de la requerida, provocando un mal anclaje de la planta, con
posibilidades de perderla.

Distribución de la semilla
La distribución de la semilla, combinada con una adecuada colocación, tanto en profundidad
como el sellado de la misma, aseguran el contar con una densidad final adecuada que
favorezca el desarrollo de las plantas, disminuya efectos de competencia entre ellas mismas y
la maleza, y no represente un costo adicional, especialmente cuando se decide a “tirar” un
poco más de semilla de la recomendada para asegurar mayores indices de germinación. Una
buena distribución se obtiene principalmente realizando la siembra a una velocidad del tractor
entre 5 y 10 km/hora, y utilizando preferentemente sembradoras neumáticas o de precisión.

Espacios vacíos

Los espacios vacíos o fallas de población son aquellos espacios perdidos o sin plantas que por
una mala germinación, daño por plagas o mecánico, o bien por una mala distribución de la
semilla, quedan desocupados aun cuando en ocasiones la cantidad de plantas presente sea la
planeada o requerida para un rendimiento aceptable. Se tiene determinado que a partir de
5,000 fallas de plantas por hectárea se da un decremento en el rendimiento, pudiendo bajar
aproximadamente 3 ton/ha cuando las fallas son muy elevadas, esto es cuando son entre
15,000 y 20,000 fallas por hectárea, lo cual se ilustra en la Gráfica 1.

Por ello es conveniente mantener un control eficaz de las plagas del suelo y gusano cogollero,
principalmente, desde la primera semana de la emergencia hasta durante los 45-50 días
después de la siembra. También, se debe evitar el daño físico a las plantas al momento de
realizar labores o abrir surcos, y mantener un adecuado control de maleza.

DIAS DE GERMINACION
El tiempo estimado en el que el maíz empieza a salir es de unos diez o doce días. Lo primero
que se hace después de sembrarlo es regarlo de forma adecuada, consiguiendo así asentar el
terreno, y a que la semilla comience el proceso de germinación. El maíz pide que se le riegue
de forma constante, pero no en gran cantidad. La cantidad de agua que necesita, va a variar en
función de si ya ha sacado la flor, o si aún está germinando. En las primeras semanas después
de la siembra, se ha de regar de manera muy regular, para conseguir una tierra que mantenga
la humedad de forma constante. Nunca hay que aguar la tierra, pues eso estropearía el cultivo.
Cuando la siembra del maíz no se riega correctamente, puede derivar en la aparición de
enfermedades. Uno de los nutrientes, que más demanda el maíz es el nitrógeno, por ello se
pueden cultivar judías, que son encargadas de fijar ese elemento. Una vez que el maíz gana
una altura considerable de unos veinticinco o treinta centímetros, hay que seleccionar con cuál
de los tres nos vamos a quedar, ya que se sembraron tres granos de maíz, por lo que crecen
tres plantas, elegimos la que peor este, y tirando de ella con la mano, la arrancamos. Debe de
quedar solo una de las tres, aquella que veamos más gruesa o resistente. Haciendo esta
selección hacemos que la semilla que se está cosechando sea la mejor. Después de eliminar
las dos que no queremos, se verá en un futuro los beneficios, pues ahuyenta las plagas y
mejora su producción. Dentro de la fase vegetativa, que consisten en el proceso en el que
empiezan a salir algunas flores, el riego, debe ser algo más abundante en cantidad de agua,
que en la primera fase de la siembra. La razón por la que este cultivo demanda tal cantidad de
agua, es porque su tallo y las hojas, son estructuras formadas por mucha agua. Se puede regar
con una variedad de entre tres y cuatro días, pero siempre hay que tener en cuenta la
temperatura del lugar donde se esté llevando a cabo la siembra.

NECESIDAD DE AGUA
Se determinaron las necesidades hídricas del maíz en dos épocas de siembra, en suelos
ferralíticos en la Estación Experimental de Riego en La Habana. La siembra de maíz de
primavera se cosecha desde 110 a 125 días, la siembra de invierno se cosecha desde 125 a
140 días. El maíz de grano tierno se cosecha entre 80 y 90 días en primavera y de 85 a 95 días
en invierno. El cultivo del maíz en grano seco requiere de 330 a 412 mm de agua, el maíz de
grano tierno requiere de 250 a 300 mm de agua.

El maíz es una planta con tolerancia relativa al déficit de agua, las necesidades de agua más
importantes son en la fase de germinación de la semilla y la fase de la formación de la espiga-
grano lechoso que se debe garantizar un suministro adecuado de agua. Para garantizar la
uniformidad de germinación debe regarse con la humedad del suelo de 90-95% de la
capacidad de campo a una profundidad entre 25 a 30 cm., En otras fases se riega con una
profundidad entre 30 y 40 cm., asegurándose de que la humedad del suelo no disminuya del
85-80% de la capacidad de campo..

COSTO POR HECTAREA


Es común que se hable de “paquetes tecnológicos”. Sin embargo, a nuestra forma de ver no
existe “un paquete” en el sentido de una receta fija para producir maíz. Los insumos se tienen
que aplicar de acuerdo a las necesidades. Si tenemos maleza de hoja ancha, por ejemplo, no
vamos a utilizar el mismo herbicida que si tenemos coquillo. En algunas zonas es tan fuerte la
presión de plagas de la raíz que hace obligatoria la aplicación de tratamientos a la semilla más
insecticidas granulados, mientras que en otras zonas podemos ahorrarnos esa segunda
aplicación. Los gusanos son mucho más agresivos en zonas tropicales ya que su ciclo de vida
se acelera con el calor. Los fertilizantes se aplican idealmente en base a un análisis de suelo.
En algunos suelos podemos trabajar con 4 riegos, en otros harán falta 8.

Como podemos ver, tenemos muchas variables relacionadas al cultivo del maíz. Sin embargo,
para efectos de estimar la rentabilidad del cultivo antes de sembrar, es necesario hacer
algunas suposiciones y estimaciones, por lo que decidimos publicar el presente artículo,
presentando costos estimados para lograr 6 y 9 toneladas de grano de maíz por hectárea en
temporal o 12 en riego.

En general, el nivel de insumos que se aplican rentablemente es mayor en zonas de mayor


potencial, es decir, en suelos profundos, de buen contenido de materia orgánica, un pH neutral,
en climas cálidos de día y frescos de noche, y bajo riego; mientras que en zonas de temporal
regular o malo, suelos delgados o desequilibrados, laderas, noches calurosas y días nublados,
o ciclos cortos, el potencial es menor.

Cabe mencionar que estos paquetes no incluyen la renta, ni el financiamiento, ni el bombeo del
agua. Con esto no queremos decir que estos costos no importan. Sí importan. Simplemente
hay mucha diferencia entre un productor y otro. Algunos producen todo en terrenos propios,
otros rentan. Algunos tienen recursos propios para adquirir los insumos y pagarlos de contado,
otros dependen fuertemente de un crédito de avío o de proveedores. Algunos producen con
riego de canal o de río, otros lo tienen que bombear a la superficie desde sus pozos profundos.

Rendimiento meta de 6 ton/ha en temporal

Costo Unitario Costo Total


Actividad Cantidad  ($) ($/ha)
Preparación del terreno
Rastras 2 700.00 1,400.00
Siembra
Siembra de precisión 1 600.00 600.00
Semilla 90 millares 43.00 3,870.00
Fertilización
A la siembra
DAP 100 kg 9.00 900.00
1er Sobreabono      
Sulfato de amonio 400 kg 3.80 1,520.00
Control de maleza
  Post-temprano
2,4-D 1l 200.00 200.00
3l 300.00 900.00
Atrazina y s-
metolaclor (Primagram
Gold)
Aplicación 2 jornales 200.00 400.00
  Post-emergente
Glufosinato de amonio
(Finale) 1.5 l 450.00 675.00
Aplicación 1 jornal 200.00 200.00
Control de plagas
Tratamiento a semilla 90 millares 5.50 495.00
Clorpirifos (Lorsban
480) 1l 250 250.00
Lambda-cihalotrina
(Karate) 0.25 l 460 115.00
Aplicación 2 jornales 200 400.00
Cosecha
Trilla 1 ha 1800 1,800.00
 Flete 6 ton 90 540.00
Total 14,265.00
 

Los precios de las semillas de maíz que se supusieron son aproximadamente aquellos que
cobra Unisem en el 2018 (los precios pueden variar dependiendo de la región). En este
ejemplo, se supuso una variedad de semilla de un precio promedio de $ 43.00 pesos por millar
o $ 2,580.00 pesos por saco de 60 millares.

Como podemos ver, el costo del cultivo de maíz por hectárea en una zona de temporal que nos
puede dar 6 toneladas de grano, es de aproximadamente $ 14,000.00-15,000.00 pesos. Por lo
tanto, el punto de equilibrio con un precio de maíz de $ 3,800.00 está en unas 4 ton/ha.

El retorno sobre la inversión es de aproximadamente 60 % o 60 centavos por cada peso


invertido. (Se invierte $ 1.00 peso, se cosechan $ 1.60).

Rendimiento meta de 9 ton/ha en temporal

Costo Unitario Costo Total


Actividad Cantidad  ($) ($/ha)
Preparación del terreno
Rastras 2 700.00 1,400.00
Siembra
Siembra de precisión 1 600.00 600.00
Semilla 90 millares 43.00 3,870.00
Fertilización
A la siembra
DAP 250 kg 9.00 2,250.00
1er Sobreabono
Urea 200 kg 7.50 1,500.00
2do Sobreabono
Sulfato de amonio 150 kg 3.80 570.00
Control de maleza
  Post-temprano
Topramezone (Convey) 0.1 l 8,500.00 850.00
Atrazina y s-metolaclor
(Primagram Gold) 3l 300.00 900.00
Aplicación 2 jornales 200.00 400.00
  Post-emergente
Glufosinato de amonio
(Finale) 1.5 l 450.00 675.00
Aplicación 1 jornal 200.00 200.00
Control de plagas
Tratamiento a semilla 90 millares 5.50 495.00
Cipermetrina polvo
(Sgollero) 25 kg 11.00 275.00
Carbofurán granulado
(Furadan) 20 l 51.00 1,020.00
Aplicación 2 jornales 200.00 400.00
Cosecha
Trilla 1 ha 1,800.00 1,800.00
 Flete 9 ton 90.00 810.00
Total 18,015.00
 

El paquete para 9 toneladas por hectárea cuesta unos $ 4,000.00 mil pesos más que el de 6.
La mayor parte de este aumento se debe a que la fertilización para 9 toneladas es más
completa.

Con un precio del maíz supuesto de $3,800.00 por tonelada, la cosecha vale $ 34,200.00. La
contribución (a los costos de vida del agricultor) es de aproximadamente $ 16,000.00 pesos,
menos intereses y renta en su caso. El retorno sobre la inversión es de aproximadamente 90
%, es decir, se ganan 90 centavos por cada peso invertido.

El punto de equilibrio, con un precio de $ 3,800.00 por ton, está en aproximadamente 5 ton/ha.

Rendimiento meta de 12 ton/ha en riego

Costo Unitario Costo Total


 Actividad Cantidad  ($) ($/ha)
Preparación del terreno
Rastras 2 700.00 1,400.00
Nivelación 1 600.00 600.00
Surcado 1 500.00 500.00
Siembra
Siembra de precisión 1 600.00 600.00
Semilla 90 millares 43.00 3,870.00
Fertilización
A la siembra
DAP 200 kg 9.00 1,800.00
Sulfato de amonio 200 kg 3.80 760.00
Cloruro de potasio 100 kg 7.00 700.00
1er Sobreabono
Urea 300 kg 7.50 2,250.00
2do Sobreabono
Sulfato de amonio 200 kg 3.80 760.00
Control de maleza
  Post-temprano
Picloram+2,4-D
(Tordon) 1l 200.00 200.00
Topramezone
(Convey) 0.1 l 8,500.00 850.00
Aplicación 2 jornales 200.00 400.00
  Post-emergente
Picloram (Dragon) 0.5 l 200.00 100.00
Aplicación 1 jornal 200.00 200.00
Control de plagas
Tratamiento a semilla 90 millares 5.50 495.00
Carbofurán granulado
(Furadan) 20 kg 51.00 1,020.00
Paration polvo
(Sgollero) 20 kg 12.25 245.00
Cipermetrina polvo
(Sgollero) 25 kg 11.00 275.00
Aplicación 3 jornales 200.00 600.00
Riego
A la siembra 1 600.00 600.00
1er Auxilio 1 600.00 600.00
2do Auxilio 1 600.00 600.00
3er Auxilio 1 600.00 600.00
Aplicación 8 jornales 200.00 1,600.00
Cosecha
Trilla 1 ha 1,800.00 1,800.00
 Flete 12 ton 90.00 1,080.00
Total 24,505.00
 

El paquete con riego es significativamente más caro que el paquete para 9 ton/ha en temporal.
Esto se debe principalmente al costo del riego mismo ($ 4,000.00 pesos en este ejemplo) y la
fertilización.
Si podemos suponer un precio del grano de $ 3,800.00 por tonelada, el retorno sobre la
inversión es de aproximadamente 86 % y el punto de equilibrio está en 6.5 ton/ha.

Los costos fueron consultados en el reporte para el estado de Guanajuato en el ciclo PV 2018
que proporciona FIRA, donde también pueden consultarse los costos para otras zonas.

CICLO
MORFOLOGÍA Y TAXONOMÍA

El maíz (Zea mays) pertenece a la familia de las gramíneas. Se trata pues de un cereal.

El sistema radicular del maíz es fasciculado, de gran potencia y de rápido desarrollo. El tallo
puede elevarse a alturas de hasta 4 m, e incluso más en algunas variedades. Las hojas son
anchas y abrazadoras. La planta es diclina y monoica. Las flores femeninas aparecen en las
axilas de algunas hojas y están agrupadas en una espiga rodeada de largas brácteas. A esta
espiga se le suele llamar mazorca.

Las flores masculinas aparecen en la extremidad del tallo y están agrupadas en panículas. Son
llamadas vulgarmente por los agricultores “penachos” o “plumeros”, y algunas veces también
“pendones”.

La mazorca está formada por una parte central llamada zuro; también es conocida por los
agricultores por diferentes nombres como “corazón” o “pirulo”.

El zuro representa del 15 al 30% del peso de la espiga. El grano se dispone en hileras
longitudinales, teniendo cada mazorca varios centenares.

2. CICLO VEGETATIVO DEL MAÍZ

Nascencia: comprende el período que transcurre desde la siembra hasta la aparición del
coleóptilo, cuya duración aproximada es de 6 a 8 días.

Crecimiento: una vez nacido el maíz, aparece una nueva hoja cada tres días si las
condiciones son normales. A los 15-20 días siguientes a la nascencia, la planta debe tener ya
cinco o seis hojas, y en las primeras 4-5 semanas la planta deberá tener formadas todas sus
hojas.

Floración: a los 25-30 días de efectuada la siembra se inicia la panoja en el interior del tallo y
en la base de éste. Transcurridas 4 a 6 semanas desde este momento se inicia la liberación del
polen y el alargamiento de los estilos.

Se considera como floración el momento en que la panoja se encuentra emitiendo polen y se


produce el alargamiento de los estilos. La emisión de polen dura de 5 a 8 días, pudiendo surgir
problemas si las temperaturas son altas o se provoca en la planta una sequía por falta de riego
o lluvias.

Fructificación: con la fecundación de los óvulos por el polen se inicia la fructificación. Una vez
realizada la fecundación, los estilos de la mazorca, vulgarmente llamados sedas, cambian de
color, tomando un color castaño.

Transcurrida la tercera semana después de la polinización, la mazorca toma el tamaño


definitivo, se forman los granos y aparece en ellos el embrión. Los granos se llenan de una
sustancia leñosa, rica en azúcares, los cuales se transforman al final de la quinta semana en
almidón.

Maduración y secado: hacia el final de la octava semana después de la polinización, el grano


alcanza su máximo de materia seca, pudiendo entonces considerarse que ha llegado a su
madurez fisiológica. Entonces suele tener alrededor del 35% de humedad.

A medida que va perdiendo la humedad se va aproximando el grano a su madurez comercial,


influyendo en ello más las condiciones ambientales de temperatura, humedad ambiente, etc.,
que las características varietales.

3. EXIGENCIAS DEL CULTIVO

            Temperatura: para la siembra del maíz es necesaria una temperatura media del suelo
de 10 ºC, y que ella vaya en aumento. Para que la floración se desarrolle normalmente
conviene que la temperatura sea de 18 ºC como mínimo. Por otra parte, el hecho de que deba
madurar antes de los fríos hace que tenga que recibir bastante calor. De todo esto se deduce
que es planta de países cálidos, con temperatura relativamente elevada durante toda su
vegetación.

La temperatura más favorable para la nascencia se encuentra próxima a los 15 ºC.

En la fase de crecimiento, la temperatura ideal se encuentra comprendida entre 24 y 30 ºC. Por


encima de los 30 ºC se encuentran problemas en la actividad celular, disminuyendo la
capacidad de absorción de agua por las raíces.

Las noches cálidas no son beneficiosas para el maíz, pues es la respiración muy activa y la
planta utiliza importantes reservas de energía a costa de la fotosíntesis realizada durante el
día.

Si las temperaturas son excesivas durante la emisión de polen y el alargamiento de los estilos
pueden producirse problemas.

Si sobrevienen heladas antes de la maduración sin que haya producido  todavía la total


transformación de los azúcares del grano en almidón, se interrumpe el proceso de forma
irreversible, quedando el grano blando y con un secado mucho más difícil, ya que, cuando cesa
la helada, los últimos procesos vitales de la planta se centran en un transporte de humedad al
grano.
            Humedad: las fuertes necesidades de agua del maíz condicionan también el área del
cultivo. Las mayores necesidades corresponden a la época de la floración, comenzando 15 ó
20 días antes de ésta, período crítico de necesidades de agua.

En España el maíz es planta propia de los regadíos o de los secanos húmedos del norte y
noroeste.

            Suelo: el maíz se adapta a muy diferentes suelos. Prefiere pH comprendido entre 6 y 7,


pero se adapta a condiciones de pH más bajo y más elevado, e incluso se da en terrenos
calizos, siempre que el exceso de cal no implique el bloqueo de microelementos.

4. ABONADO

4.1. EXTRACCIONES

La extracción media que se calcula de elementos nutritivos de NPK en el maíz es, por tm, de
25 kg de N, 11 kg de P2O5 y 23 kg de K2O.

Por cada 1.000 kg de cosecha de grano esperada se pueden dar, como orientativas, las
siguientes cantidades de abono, expresadas en unidades de N, P 2O5 y K2O:

N                     30 Ud

P2O5                15 Ud

K2O                 25 Ud

Si se espera una producción de 10.000 kg por ha, las cantidades expresadas habrá que
multiplicarlas por 10, y si la cosecha esperada es de 12.000 kg, habrá que multiplicarlas por 12,
etc.

El análisis del suelo nos dirá si existe o no fósforo o potasio asimilable y, según las cantidades
existentes, podrán modificarse estas cifras que damos como orientación.

Igualmente, habrá que tener en cuenta si ha habido un estercolado en año próximo, si le ha


precedido el cultivo de una leguminosa, etc.
TIEMPO PARAINICIAR RECOLECCION

LA COSECHA DE MAÍZ. Dependiendo de la finalidad para la cual haya sembrado,


la recolección se efectúa entre los 100 a 150 días de haberse sembrado, cuando las
mazorcas están tiernas y blandas.

PORCENTAJE DE HUMEDAD
El grano llega a su madurez fisiológica cuando su contenido de humedad es alrededor del 37-
38 por ciento. La cosecha mecanizada se puede comenzar a partir de que el grano contenga
aproximadamente un 28% de humedad.

La humedad del grano aporta peso sin proveer substancias nutritivas, tales como proteínas,
almidones, grasas, vitaminas y minerales. La industria no paga por agua.

En una contratación o concertación, generalmente a alguna de las partes no le toca lo que


realmente y en justicia le corresponde, sino sólo lo que se concierta, es pues importante definir
las reglas del juego lo más claramente posible para que con toda buena fe, se realicen los
intercambios de engaño involuntario.

La humedad contenida en el grano de maíz es variable y se define como “grado de humedad”


(H) en por ciento del peso del grano, y se refiere a la relación o proporción entre el peso de los
almidones, azúcares, sacarosa, fructosa, aceite, entre otros compuestos del grano, y la
cantidad de agua presente en el mismo.

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