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Mechnicov, el científico que estudió el yogur búlgaro

El método científico aplicado a las tareas cotidianas y costumbres lleva, a los


observadores, a conseguir grandes logros para la humanidad

Iliá Ilich Méchnikov (También conocido como Elie Metchnikoff) nació en


Ivanovka, cerca de Kharkoff, en Ucrania, el 16 de mayo de 1845. Su padre,
Ilya, era oficial de la Guardia Imperial. Su madre, Emilia Nevakhovich, era hija
de un emprendedor judío que tenía predilección por el pequeño Elie, aunque
tenía cuatro hermanos mayores que él.

Desde muy joven sintió gran atracción por la historia natural y cuando leyó “El
origen de las especies” de Charles Darwin, cambió su concepto de la
naturaleza.

La formación académica

En 1856 ingresó en el liceo de Kharkoff. Ahí conoció el socialismo, el ateísmo y


el materialismo y la idea de que el progreso de la civilización dependía del
avance de las ciencias. Fue en esta época que pudo observar seres vivos con
un microscopio, pidió prestado uno y tomó lecciones privadas de histología. Su
madre no quiso que estudiara medicina y decidió hacer biología. Alemania era
el lugar puntero en investigación celular y Metchnikoff quiso ir a la Universidad
de Würzburg, pero por presiones familiares se quedó en Kharkoff e ingresó en
la Facultad de Ciencias naturales. Completó los cuatro cursos sólo en dos y
antes de cumplir los veinte años ya tenia algunos trabajos científicos hechos,
que mandaba a las revistas científicas, pero con algunos errores, escribiendo
posteriormente disculpándose y volviendo a enviar los artículos reescritos. Para
hacer su tesis se marchó a la isla de Helgoland en el Mar del Norte. Ferdinand
Cohn le recomendó a Rudolf Leuckart, famoso taxonomista, que se encontraba
en la Universidad de Giessen. Sin su consentimiento, Leuckart publicó un
artículo de Iliá mientras fue a visitar a su hermano a Ginebra, lo que
Metchnikoff denunció en Du-Bois-Reymond’s Archiv, (Arch. Anat. Physiol. wiss.
Med.).
La peregrinación en busca de un trabajo

Metchnikoff dejó Alemania para ir con su compatriota Alexander Kovalevsky a


Nápoles, presentando su tesis en la Universidad de Kharkoff sobre la
morfología embriológica de los cefalópodos, destacando la similitud entre el
primer desarrollo de estos y el de los vertebrados.

En otoño de 1867 fue contratado como profesor de zoología en la recién


fundada Universidad de Odessa. Después de unos meses tuvo problemas,
renunció a su puesto, regresó por un tiempo a Nápoles para seguir trabajando
con Kovalevsky para después aceptar un contrato de profesor en la
Universidad de San Petersburgo donde no tenía medios ni laboratorio, y sus
colegas no le prestaban ninguna ayuda. El dinero escaseaba y se vio obligado
a dar clases en la Escuela de minas para poder comer.

El descubrimiento de los fagocitos

Se casó con Ludmilla Feodorovitch, una enferma de tuberculosis que fue a la


boda en silla de ruedas y Elie decidió buscar soluciones para curar la
enfermedad de su esposa. En 1869 Metchnikoff fue a Sicilia porla salud de su
esposa. Escribió varios trabajos sobre la digestión de las esponjas y las
estrellas de mar que fueron ilustrados por ella. Observó que en los cuerpos de
éstas hay unas células errantes, las coloreó con carmín y se dio cuenta de que
se dirigían a los trozos de carmín y se los comían, además sabía por
experiencia que cuando hay una herida en su entorno aparece pus que son los
glóbulos blancos: había descubierto el proceso inmunológico. A esas células
errantes las llamó fagocitos. En 1872 fue como profesor de zoología y
anatomía comparada en la Universidad de Odessa, pero su esposa murió en
1873 en la isla de Madeira por causa de su enfermedad y Metchnikoff cayó en
una profunda depresión que incluso le llevó al intento de suicidio con opio.

Con problemas en la vista para hacer microscopía, se volvió hacia la


antropología viajando en dos ocasiones por las estepas de Astrakan y
Stavropol al suroeste de Rusia. Allí se encontró con grupos humanos que
tenían una larga vida, así como otras características relacionadas con la buena
salud y Metchnikoff lo atribuyó a su hábito de beber leche fermentada,
observación que usó posteriormente.
Reconocimiento de su trabajo por Pasteur

Regresó a Odessa y se casó en 1875 con Olga Belokopitova, de 16 años, y al


poco tiempo fueron a vivir a Messina donde continuó sus estudios de la fauna
marina. En 1884 publicó su "teoría fagocitósica de la inmunidad" que explicaría
la capacidad del cuerpo humano para resistir y vencer las enfermedades
infecciosas. En 1885 le ofrecieron dirigir la estación bacteriológica de Odessa
para fabricar vacunas y sueros después de los éxitos obtenidos por Pasteur en
París. Aquí sufrió la agresividad de los médicos y finalmente se vio obligado a
dimitir, pero en 1887 fue con su esposa al Congreso de Higienistas en Viena.
Intentó quedarse en algún laboratorio alemán pero no lo consiguió. Decidió
entonces ir a hablar con el propio Pasteur que estaba creando un nuevo
instituto en París y le ofreció un laboratorio. Poco a poco fue abandonando los
estudios de inmunidad y se centró más en el proceso de envejecimiento y en
estos años también retomó las investigaciones hechas años antes en aquellas
comunidades longevas de las estepas, concibiendo la idea de que la senilidad
en general era el resultado de una intoxicación crónica debida a la presencia de
microbios en el intestino, estudió la flora intestinal y los tejidos que más
envejecen a lo largo de la vida. Pensaba que la vejez se podía retrasar por
procedimientos científicos y otorgó al intestino un papel fundamental. Para ello
recomendó la dieta láctea que acidificaba el intestino disminuyendo así la
“intoxicación”. Puso así de moda en París el comer yogur.

El éxito científico y reconocimiento internacional

Metchnikoff intentaba asistir a todos los congresos que podía para dar a
conocer su teoría de la fagocitosis, estudió el cólera, la arteriosclerosis, y tuvo
siempre un respeto reverencial por la muerte. Fue el padre de disciplinas
científicas como la gerontología y la tanatología. Creyó que la muerte estaba
vinculada, en cierta forma, con la sífilis y buscó, junto con Emile Roux, una
cura. Finalmente En 1908 se le otorgó el Premio Nobel junto a Paul Ehrlich por
sus estudios sobre la inmunidad.

A partir de 1913 comenzó a sufrir fallos cardíacos. En 1915 se celebró su


jubilación. En noviembre de 1916 se resfrió, fue empeorando y volvió a sufrir
ataques cardíacos. Murió el 15 de diciembre de 1916 en París

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