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ΕΛΛΗΝΙΚΗ ΟΡΘΟΔΟΞΟΣ ΠΑΡΑΔΟΣΙΑΚΗ ΕΚΚΛΗΣΙΑ ΤΗΣ ΑΜΕΡΙΚΗΣ

ΙΕΡΑ ΕΠΑΡΧΙΑΚΗ ΣΥΝΟΔΟΣ Γ.Ο.Χ. ΑΜΕΡΙΚHΣ


IGLESIA ORTODOXA GRIEGA TRADICIONALISTA DE AMÉRICA
SANTO SÍNODO EPARQUIAL DE LA G.O.C. EN AMÉRICA
DECANATO PARA AMÉRICA LATINA

Índice
Protocolos para la Examinación de un Clérigo ...........................................................................................................2
Pautas Eparquiales (Provisionales).............................................................................................................................5
Los Votos del Clérigo Aspirante ............................................................................................................................... 10

© Decanato para América Latina, 2020

Traducción: Felix (Genadio) Ramos Castilla

Revisión: Su Gracia Máximo Marretta, Obispo de Pelagonia, Decano para Hispanoamérica, GOC

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Protocolos para la Examinación de un Clérigo

(Para un candidato procedente de una jurisdicción ortodoxa que no esté en comunión con la
Iglesia de los Genuinos Cristianos Ortodoxos de Grecia; según lo adoptado por el Sínodo
Eparquial de Norte América, 17 de junio de 2017 [Modo Antiguo]).

1) El candidato solicitante de la incardinación en nuestra jurisdicción será conocido y visto


personalmente, siendo obligatoriamente entrevistado por uno de nuestros jerarcas- o por su
delegado- encontrándose ambos en el mismo tiempo y lugar-. Si el candidato fuese casado, la
presbítera también debe ser entrevistada y ésta declarará, expresando su acuerdo con todos los
puntos expuestos- incluyendo las «Pautas de la Eparquía»-, y aceptará que ella también seguirá
el proceso de examinación. Si tales entrevistas concluyesen positivamente y el candidato quisiese
proseguir con una petición oficial de recepción en esta jurisdicción, vivirá- de ahora en lo
adelante- guiándose por las «Pautas de la Eparquía».

2) El candidato se estudiará concienzudamente las «Pautas de la Eparquía» (provisionales) y los


siguientes documentos: 1. «La Verdadera Iglesia Ortodoxa y la Herejía del Ecumenismo· Temas
Dogmáticos y Canónicos»; 2. «La Unión Eclesiástica de la Comunidad Ortodoxa en Resistencia con
la Iglesia de los Verdaderos Cristianos Ortodoxos de Grecia: Objeciones, Preocupaciones y
Resolución» y 3. «El Código de Ética Clerical para Internet».

3) El candidato redactará una solicitación escrita que incluirá los siguientes puntos (Hágase notar
que el Jerarca examinador tiene la autoridad discrecional para añadir otros puntos a esta lista):

i) Una respuesta explícita a los materiales estudiados (ver 2 arriba) en la cual el


candidato expondrá tanto la aceptación completa de todos los puntos como los
desacuerdos o reparos que conscientemente ha encontrado en ellos,
explicando cada por qué. Deberá proveer una documentación relevante.
ii) Las razones concretas para que nos haga su solicitación precisamente a
nosotros, incluyendo explicaciones de los por qué, entre todos los ortodoxos,
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nos ha escogido, declarando si ha solicitado o no su incardinación a otras
jurisdicciones. Igualmente, deberá proveer una documentación relevante.
iii) Una completa descripción de su historial jurisdiccional en la Iglesia Ortodoxa.
iv) Una ilustración cabal de sus relaciones con su presente jerarca y una
declaración de si en su jurisdicción de origen se enfrenta o no a alguna denuncia
irresuelta o si se enfrenta a algún cargo o ya se le han impuesto sanciones. Si
existiesen cargos o sanciones, el candidato proveerá una completísima
respuesta a todos los puntos que se hayan sumariado en su contra. Igualmente,
deberá proveer una documentación relevante.
v) El candidato manifestará sus expectativas particulares acerca de su futuro
servicio en esta jurisdicción (verbigracia: ser asignado a tal o más cuál
parroquia).

4) El jerarca examinador sumariará los resultados de los puntos 1-3 (arriba) y proveerá sus
recomendaciones escritas en un reporte para su revisión en el Sínodo. Igualmente, deberá
proveer una documentación relevante.

5) El Sínodo revisará la presentación del jerarca examinador, teniendo el derecho de solicitar más
información y, si lo considerase necesario, un encuentro con el candidato. Cuando se hayan
satisfecho los procedimientos de examinación, entonces, el Sínodo decidirá sobre los temas de la
recepción del candidato y, si es pertinente, el modo de recibirle.

6) Al candidato se le informará de la decisión sinodal. Si esta fuese positiva, aquel podrá solicitar
que se le facilite la firma de una declaración- Los Votos del Clérigo Aspirante- en presencia de una
representación del Sínodo, donde prometerá un servicio adecuado y un comportamiento
apropiado, afirmando específicamente que:

i) Ha consentido voluntariamente a este proceso de examinación;


ii) sus respuestas han sido exactas y verdaderas;
iii) no ha omitido u ocultado, conscientemente, nada relevante a nuestra indagación;

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iv) y, finalmente, el candidato concordará en que, si eventos posteriores probasen
que ha mentido, distorsionado, ocultado u omitido conscientemente cualquier
asunto de importancia, será sujeto a la inmediata suspensión y posiblemente
sometido a acciones disciplinarias luego de una indagación formal.

7) Este último documento (una afirmación del proceso de examinación y la promesa de servicio
y comportamiento apropiados) será publicado y su contenido estará disponible a la consulta
ordinaria. El candidato, antes de entregar el documento, se cerciorará de señalar la
confidencialidad que debe dársele a todos los puntos provistos en el punto 3 (arriba). No
obstante, tal observación será nula y vana si se probase que el candidato ha mentido,
distorsionado, ocultado u omitido conscientemente alguna información relevante en el proceso
de examinación.

8) Estos protocolos de examinación serán publicados, de modo que todo futuro candidato pueda
entender cabalmente el proceso antes de comenzarlo.

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Pautas Eparquiales (Provisionales)

A Modo de Introducción.

Estas pautas deben leerse en la libertad de espíritu que ha dado la Iglesia y que sobresale en el
espíritu de los Padres de la Iglesia. Son reglas y pautas que deben atraer a un cristiano practicante,
algo que distingue a los Genuinos Cristianos Ortodoxos de los innovadores; y que deben estar ahí
como asideros que atraen a los creyentes a la firmeza y la seguridad de la Fe que habrá de
reflejarse en el orden y en el amor. Donde prevalece el amor, las reglas llegan a ser amorosos
modelos a seguir. Y donde las pautas son observadas con fidelidad a la Fe, se engendra el amor y
la Fe se propaga, entonces, con el buen ejemplo. La aplicación de todas las pautas de la Iglesia
debe, por supuesto, involucrar a la bondad, a la pacífica corrección, al espíritu de enseñanza y,
sobre todo, tener como objetivo el aseguramiento de la apropiada práctica de la Fe. Si en algún
momento fuese necesario la severa acción correctiva debe hacerse sólo con la muy precisa meta
de la recuperación de la disciplina, la corrección, el saneamiento y no debería realizarse teniendo
en mente el inhumano talante del frío castigo.

I. A los clérigos, con respecto al modo de vestirse, se les demandará seguir los Cánones de la
Iglesia. Diáconos y presbíteros deberán vestir su rasa (sotana) en todo tiempo y lugar. La ropa
clerical no es, simplemente: la ropa de la Iglesia, sino que es el uniforme de los siervos de los
siervos de Dios; y se constituye en Divina Armadura contra aquello que se opone a nuestra
naturaleza espiritual. Estos grados clericales también deberán tener el pelo y la barba sin cortar.
Los clérigos casados que tengan algún empleo secular pueden recortar sus barbas y cabellos
según lo exijan sus empleadores. El cabello podrá usarse al estilo griego con una coleta atada en
la nuca u ocultado bajo el cuello de la ropa. Si no pudiesen vestir la sotana en horas laborales,
deberán vestirla todo el tiempo anterior y posterior a la jornada laboral. Quienes traspasen esta
pauta sin razón alguna serán sujeto a suspensión puesto que, es aceptado por la Tradición, que es
el clérigo el que habrá de dar el ejemplo a los fieles.

Esto también es completamente apropiado para las órdenes menores (subdiáconos, cantores y
lectores) quienes habrán de tener algún vello facial (al menos bigote) y vestir sus sotanas cuando

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estén en la Iglesia o en terrenos de la misma. Desafortunadamente esta costumbre es bastante
ignorada en la actualidad.

II. Aquellos conversos que vengan a nuestro amparo serán recibidos por el Bautismo por triple
inmersión, otorgándosele un nombre ortodoxo, sacado del santoral y que usará todo el tiempo a
partir de ese instante. Las peticiones de recepción por economía, en caso de probada necesidad,
será remitida para su consideración al obispo local o al Santo Sínodo.

III. Clérigos y fieles, por igual, deberán observar los ayunos ordinarios de cualquier tiempo
litúrgico, los miércoles y viernes, absteniéndose de los cárnicos, pescados, productos lácteos,
aceite de oliva, vino, del mismo modo como en los ayunos designados en los períodos
cuaresmales, excepto durante los períodos libres de ayuno. Es conveniente que las parejas
soslayen las relaciones maritales durante los períodos de ayuno. A los monjes se les requiere que
se abstengan del consumo de cárnicos en todo tiempo y que observen, además, el ayuno adicional
del lunes, al menos que por prescripción médica le sea imposible cumplirlo por razones de salud.
La recepción de la Santa Comunión deberá ser precedido por un tiempo de ayuno y de
recibimiento de la absolución por la confesión, según a las reglas establecidas por el padre
espiritual de uno, el cual, debidamente, habrá de estar inscrito en la lista de nuestro Sínodo de
clérigos activos o, en circunstancias especiales, en listado análogo de una de nuestras Iglesias
hermanas. Los enfermos, los débiles y/o aquellos con características especiales como las
embarazadas e infantes de edades tempranas serán eximidos de los ayunos por recomendación
de un médico y con la bendición de su padre espiritual. Aquellos que, independientemente, opten
por no ayunar serán sujeto de exclusión de la Santa Comunión.

IV. Hombres y mujeres, tanto en la Iglesia como en la cotidianeidad, deberán vestir bien, pero
sobriamente. Los hombres evitarán las ropas ceñidas y, después de haber alcanzado la madurez,
deberán tener, al menos, bigote. En tanto, las mujeres deberán, de acuerdo con las antiguas
tradiciones, evitar el uso de pantalones, el exceso de maquillaje o las estilizaciones inmoderadas
del cabello. Modestia, dignidad y correctos modos de vestir y no los que obligatoriamente siguen
a las modas del mundo con sus estilos descotados e inmodestos deberán ser los patrones a seguir
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para un cristiano sobrio en este aspecto. Las mujeres, en la Iglesia, cubrirán sus cabezas tal y cómo
sugirió san Pablo. No obstante, aquellos que escojan no seguir estas pautas no deberían, bajo
ningún concepto, ser excluidos de las actividades de la Iglesia ni deberán sufrir burlas, ni tratos
rudos o incongruentes con el amor cristiano. Tales conductas también son inapropiadas.

V. Los templos deberán diseñarse al modo tradicional (según la costumbre nacional preferida).
Podrán colocarse algunos bancos simples o sillas (preferiblemente la tradicional stasidia) en la
«periferia» de las naves interiores del templo de modo que las personas mayores, los enfermos y
las embarazadas puedan sentarse. No deben haber bancadas o hileras de sillas, no sólo porque
estas innovaciones occidentales impiden la realización de postraciones, las cuales son una parte
indispensable de la adoración ortodoxa, sino porque el permanecer de pie es la norma más
antigua y tradicional de la correcta adoración cristiana. Las mujeres se colocarán, a la izquierda-
según se entre al templo- y los hombres a la derecha (todos, menos los niños pequeños, deberán
separarse por género. Desde la más tierna infancia, debe enseñárseles a asistir a los servicios
serena y con conducta apropiada). No serán permitidos en la adoración órganos ni ningún otro
instrumento musical. Los templos deberán tener siempre un iconostasio. Las llamadas liturgias
del «Rito Occidental» son desautorizadas como violación de la unidad litúrgica y tradicional
del ethos de la observancia ortodoxa. A la Liturgia debe precederle el servicio preparatorio
(vísperas, maitines, etc.). Los servicios deben también ser en la lengua de la mayoría de la misión
o de la parroquia o, de ser posible, cantada en más de un idioma para que sea entendida por los
diferentes grupos de hablantes. La adoración seguirá al calendario ortodoxo (Juliano o Antiguo).

VI. Ni el clero diocesano ni los cuerpos parroquiales (Consejo parroquial, Junta directiva…)
podrán establecer gravámenes monetarios a cambio de la celebración de algún Misterio (la
palabra ortodoxa para Sacramento) ofrecido por la Iglesia. Esto incluye, pero no se limita, al
Bautismo, el Matrimonio, la Santa Comunión, la Confesión, Funerales, Servicio suplicatorios
(Paraklesis, Moleben) o Conmemoraciones. Los fieles, por supuesto, podrán hacer donaciones
voluntarias al clero como forma de mostrar aprecio a sus servicios. La gran mayoría de nuestro
clero sirve sin remuneración salarial y las tales ofrendas voluntarias les ayudarán a sostener a sus
familias. Esto debe hacerse fuera del contexto del servicio y la limosna del pobre será tan valiosa
como las abundantes dádivas del rico.
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VII. Se demanda al clero y a los laicos de esta jurisdicción que mantengan relaciones cordiales y
respetuosas con las personas de confesiones no-ortodoxas. No obstante, se debe tener en claro
que los Sagrados Cánones de nuestra Iglesia prohíben las juntas y servicios ecumenistas, tanto
como la oración o la comunión con los no-ortodoxos.

VIII. El clero y el laicado deben evitar recibir de los Misterios ofrecidos en jurisdicciones con
las cuales no mantiene comunión la Iglesia de los Genuinos Cristianos Ortodoxos de Grecia. Esta
regla hace énfasis en la naturaleza de nuestra Resistencia en contra de las innovaciones
adoptadas por algunas Iglesias Ortodoxas tanto como el involucramiento de otras en el exceso de
política ecumenista, que ha introducido en la Iglesia la amenaza del «vagantismo» en el nombre
de la tradición y la desunión que se consigue con todas esas desviaciones de los santos cánones
(los cuales están diseñados para unir la ortodoxia en la verdad y la Santa Tradición).

IX. Los clérigos provenientes de una jurisdicción canónica ortodoxa, deberán solicitar un
licenciamiento canónico de su antigua jurisdicción, tal y como sugieren los Cánones. Si alguna
estuviese renuente a otorgarle la permisión de salida, se remitirá el asunto al Santo Sínodo que
tomará las decisiones pertinentes. De cualquier modo, la recepción de clérigos incardinados
anteriormente en otras jurisdicciones, deben ser aprobadas, en todos los casos, por el Sínodo de
Obispos. Los clérigos impropiamente recibidos en jurisdicciones modernistas o irregularmente
ordenados deben presentar sus casos individuales ante el Santo Sínodo para su escrutinio y final
resolución.

X. En tanto se anima a que nuestro clero diocesano mantenga una interacción amable y
bondadosa con nuestros hermanos ortodoxos, habrán de saber que no pueden concelebrar o
participar en servicios con los Nuevo Calendaristas o innovadores. La concelebración sólo está
permitida con aquellos que mantienen comunión con nuestro Sínodo.

XI. Es esencial que nuestros lugares de adoración se mantengan limpios y ordenados, que sean
ornados del modo tradicional y que, incluso la más pobre de las misiones o de las parroquias,
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hagan lo necesario para construir modestos pero atractivos templos, con los cuales rendimos
reverencia a Dios y a nuestra fe ortodoxa.

XII. Conjuntamente con las reglas formales listadas anteriormente, también interviene en el
espíritu de gobernación de nuestra Eparquía un principio de la mayor importancia: la
comunicación. Mientras más se cultiven los buenos contactos entre el clero, los laicos y su obispo-
especialmente cuando tienen que tratar con circunstancias problemáticas- mayor será el espíritu
de mutuo respeto, la armonía en el caminar juntos hacia el Reino de Dios y será preservada la
colaboración provechosa. Tal y como Abba Doroteo (siglo VI) sabiamente observó en cierta
ocasión: «No hay pecado que no comience en la autosuficiencia». Por tanto, si son importantes las
pautas que mantienen el orden entre nosotros; entonces, son más que esenciales los contactos
personales y el cultivo de los afectos para mantener verdaderamente nuestra fe y unidad. El
espíritu de mantener lejos al obispo o de que éste busque permanecer alejado de su rebaño, es
desconocido para la ortodoxia. Ello no debiera ser cultivado sobre las bases de declaraciones
ocasionales de monjes y ermitaños que se ofrecen no mucho más que como palabras
prescriptivas, sino como una efectiva corrección a los Pastores que olvidan su estatus de
servidumbre ante los siervos de Dios. Una diócesis es una familia y son sagrados los lazos entre
sus miembros.

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Los Votos del Clérigo Aspirante

1. Yo, no tengo padecimientos físicos que puedan ser un impedimento a mi sagrado servicio, ni
tengo enfermedades contagiosas o incurables. Yo soy ortodoxo en la Fe y no tengo ninguna
relación con grupos heréticos o cismáticos.

2. Yo estoy casado por primera vez con ________________________________ [nombre], hija de


_______________________________________________________ [nombres de los padres], una virgen de Fe
Ortodoxa, irreprochable y de conducta virtuosa.

3. Yo acepto la ordenación al _____________________________ [rango sacerdotal] sólo para la Gloria


de Dios y la salvación de las almas, por mi propia voluntad, libremente, y con la sincera intención
de servir a la Santa Iglesia y no por ninguna ganancia terrenal.

4. Yo acepto la obligación de realizar todos los servicios litúrgicos según las reglas de la Iglesia,
piadosamente, contentándome con el salario que me sea asignado y las donaciones voluntarias
de mis parroquianos, sin exigir remuneración por servicios especiales. Yo, prometo realizar los
servicios divinos en lo santos días, en los prescriptos por las rúbricas y en el día domingo.

5. Yo prometo vestir la ropa apropiada al clérigo, no cortar mi pelo ni mi barba y observar los
ayunos de la Iglesia Ortodoxa, no fumar, no emborracharme ni ser asiduo a los juegos de azar; y,
en general, comportarme como se espera de un clérigo, teniendo cuidado en no comprometer mi
elevada posición y a no escandalizar a los fieles por exhibir algún comportamiento indecente.

6. Yo, dirigiré mi casa y educaré a mis hijos tal y como corresponde a un servidor del altar, de
acuerdo con la fe cristiana y en temor de Dios.

7· Yo, siempre, los servicios relacionados con los Misterios, los celebraré con la preparación
necesaria, piadosamente y con temor de Dios. En el santo altar y en toda la Iglesia me conduciré
con el respeto debido a la santidad del lugar, instruyendo a los demás a reverenciar esta santidad.

8. Durante mi servicio no olvidaré que un clérigo no puede hacer nada sin aprobación y la
bendición de su obispo. Prometo ser obediente para con las autoridades eclesiásticas y actuar
conforme con los Cánones de los Santos Apóstoles, de los Concilios Ecuménicos y Locales y las
enseñanzas de los Santos Padres.

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9. Como un constante recordatorio del elevado oficio que yo mismo he aceptado y para en mí
encender la llama de los dones de la Gracia de las Órdenes Sagradas, prometo llenar el tiempo
que me quede libre del servicio con la lectura de las Santas Escrituras, las obras de los Padres de
la Iglesia y con el estudio del Typicón.

10. Yo, en consideración de los Protocolos de Examinación de la Eparquía de América de la Iglesia


de los Genuinos Cristianos Ortodoxos de Grecia, afirmo lo siguiente:

i) Yo, libre y voluntariamente, he consentido a este proceso de examinación;


ii) Mis respuestas han sido veraces y completas;
iii) No he ocultado nada relevante a la indagación;
iv) Yo, estoy conforme en que, si eventos subsecuentes probasen que he mentido,
distorsionado, ocultado u omitido conscientemente en cualquier asunto
relevante, seré sujeto a la inmediata suspensión y posiblemente sometido a
acciones disciplinarias después de un proceso de indagación. Además, entiendo
completamente que, en tal caso, toda promesa de confidencialidad tocante a la
documentación escrita ofrecida por mi persona, será nula y sin validez.

En testimonio de las declaraciones que he hecho con anterioridad inmediata, beso la «Palabra»
(Evangelio) y la Cruz de mi Salvador, estampando con mi propia mano mi rúbrica.

Candidato: ___________________________________________ Fecha:_______________

Testigo: _____________________________________________ Fecha: ______________

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