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D e c a n at o G O C A m é r i c a L at i n a

6 saber más
La Esencia y las Energías de Dios (I)

colección La Ermita romiosini@aol.com


editor Genadio Ramos Castilla EDICIONES «LA VOZ»
Introducción ni quién es Dios así como tampoco cambian a lo qué o a - Energía: del latín ener-
quién las experimenta. Tal y como la planta que gracias gia proveniente del griego
A veces obscurecemos mucho lo que puede decirse de al sol hace la fotosíntesis no se convierte en sol simple- enérgeia: «fuerza en ac-
manera simple y certera. Tal vez porque queremos ser mente porque haya sido impregnada por la energía solar, ción»; la cual se deriva de
originales, únicos, por no repetirnos o incluso porque tampoco se convierte en Dios una persona que haya sido la palabra érgon: «obrar».
queremos explicarnos mejor que nuestros antecesores impregnada por las energías de Dios; aunque sí que pue- - Esencia: relativo y perte-
y que la gente termine mejor preparada. Pero, no se me de ser llamada hija de Dios o un dios. neciente al ser real. Provie-
ocurre otro modo de comenzar que con la mejor de las Este es un modo de expresar la idea de que Dios es tras- ne del latín essentia, térmi-
definiciones, una muy antigua, una que no es mía: La cendente y permanece eternamente «escondido» en su no que traduce la palabra
esencia de Dios es distinta de las energías de Dios de la esencia, pero que, al mismo tiempo, busca comunicarse griega οὐσία (“ousía”) que
misma manera en que son distintas la esencia y las ener- haciéndose inmanente para nosotros, uniéndosenos a viene del participio presen-
gías del sol. través de sus energías. te activo del verbo εἰμί o
La esencia del sol es la de una bola de gas incandescente “ser” (ὤν, οὖσα, ὄν, mas-
y, tal como asegura la enseñanza ortodoxa acerca de Dios, Abundamiento culino, femenino y neu-
es imposible de experimentar, insoportable, inabordable tro respectivamente. Del
en términos prácticos. ¿A ver quién se atreve a adentrar- No podemos decir verdaderamente que somos ortodo- neutro vendría el término
se en lo más profundo del sol para luego contarnos la xos si no hemos dedicado, digamos, algunos minutos de “ontológico”). Como el par-
experiencia? No obstante, aunque no podemos describir nuestra vida de fe a pensar en este importante asunto. ticipio presente activo para
de primera mano la esencia del sol, sí que podemos des- Esta es una doctrina que nos viene de tiempos muy anti- el verbo “ser” no existía en
cribirlo a partir de sus energías, de esas que experimen- guos y que fue cuidadosamente expuesta por los Padres el latín clásico, se tomó la
tamos con solo salir al patio de casa. Tomemos, figurada- de la Iglesia y que ha sido comprobada con las prácticas raíz esse y se le adjuntó la
mente, al salir al patio varios objetos: un cubo de hielo, de la comunidad, sobre todo de aquellos que son conoci- terminación participial -nt y
una planta, un pedazo de tela colorida y una hogaza de dos entre nosotros como los hesicastas. A decir verdad, luego aquella de -ia para
pan y dejémosles allí, expuestos a las energías del sol du- no hubo nadie que la formulase con más claridad que transformarlo en un sus-
rante una o dos jornadas, entonces, al regresar veremos Gregorio Palamás cuando hubo de defender los postula- tantivo y resultó el térmi-
como el hielo se ha derretido y parte del agua resultante dos de los monjes de Monte Athos contra los cargos de no essentia que se usaría
se ha evaporado, la planta habrá crecido un poquito, la herejía que pesaban sobre aquellos y que habían sido le- en la filosofía para definir
tela estará algo descolorida y la hogaza de pan se habrá vantados por el monje calabrés Barlam de Seminara. aquello verdadero de lo
endurecido. Así, espiritualmente, funcionan las energías falso, ya que en la filoso-
de Dios: derrite o fortalece los corazones, nos hace cre- Principios Fundamentales fía clásica lo verdadero era
cer espiritualmente, emblanquece el color del pecado… lo que realmente es y tie-
Y, no sólo en lo espiritual, por ejemplo, verdaderamente La Esencia de Dios ne siempre validez como
en las personas al haber cambios psicológicos hay cam- conocimiento. Lo falso,
bios físicos y a veces en lo inanimado, algo a lo que lla- Este concepto que es llamado en griego ousía (ούσία) se no es, no es real, o como
mamos milagros, al estar en contacto con las energías de utiliza para distinguir entre Dios propiamente hablando dirían los platónicos, es
Dios hay importantes cambios de sustancias: por ejem- y sus energías. Siempre hacemos mucho hincapié en lo solamente opinión o una
plo, el agua en vino. necesaria que son las palabras apropiadas, si tomamos imagen.
Si bien es cierto que no podemos conocer a Dios en su la palabra energía en griego, que es la misma que utili-
esencia; el puede ser conocido o experimentado a través zamos nosotros con un ligero cambio de pronunciación
de sus energías; y tales experiencias no cambian ni qué y escrita con el alfabeto helénico nos dice algo, pero, si
traducimos esa misma palabra griega al latín- una de las raíces de nues- cosas o como diría Spinoza todo, incluso nosotros estamos compuestos de
tra lengua- nos ilumina mucho puesto que energía se puede trasladar a la una sola substancia que es Dios. Haciendo lo que Dios hace siendo Dios lo
lengua de Cicerón como actus: acción, acto, actividad. Por tanto, la esencia mismo que el mundo y los seres creados; trastocando al hiper-ser de Dios,
(ousía) de Dios es como Dios es; y, bien entendido, sus energías son las acti- infinito e inefable por una mente finita. Por ello, las filosofías paganas a
vidades de Dios en el universo y es a través de estas energías que Dios nos través de las disímiles dialécticas metafísicas buscan reconciliar todo tipo
hace posible experimentar algo de lo divino. En un principio lo experimen- de existencia con la razón humana o la facultad racional culminando en una
tamos a través de los sentidos y luego intuitiva o noéticamente. La esencia «deificación» llamada henosis (unificación, unidad) mediante la cual, en su
de Dios es increada e incognoscible y está definida como aquello que no momento, toda la creación es absorbida por la mónada o ser supremo y
encuentra existencia ni subsistencia en ninguna otra cosa. La esencia de Dios entonces es «reciclada» de nuevo hacia la existencia creada. Por ello en el
está más de todos los estados de la consciencia y la inconsciencia, del ser y panteísmo no hay nada fuera de la creación o del cosmos, incluyendo a Dios,
del no ser (como el estar muerto o anestesiado); más allá del algo y más allá puesto que Dios, en el panteísmo, es el cosmos. Entonces, considerando que
de la nada. La esencia de Dios no tiene necesidad ni subsiste necesitando o la ortodoxia cristiana busca la deificación como theosis, o sea, busca estric-
teniendo dependencia de ninguna otra cosa excepto de sí misma y como es tamente la salvación como reconciliación colaborativa de la creatura que es
increada es incomprensible para los seres creados como nosotros, los seres el ser humano con Dios que es lo increado y sabiendo que la humanidad no
humanos y hasta los ángeles. Y es por esto que la Dios en esencia es supe- puede ser en la deificación absorbida en la esencia de Dios no la puede con-
rior a todas las formas de lo que hay. El surgidero, el origen de la esencia siderar como una cosa general como un concepto, no puede enseñar que la
de Dios o de su incompresibilidad es la hipóstasis del Padre de la Trinidad; esencia de Dios pueda ser experimentada por el ser humano pues nosotros
un Dios en un Padre. En tanto, las energías de Dios son inengendradas o no podríamos llegar a tener la misma consciencia de Dios, no podemos te-
increadas tal y como son las existencias de Dios: Padre, Hijo y Espíritu San- ner la misma línea de aproximación a Dios que la de los filósofos paganos
to. Tanto las existencias de Dios como sus energías son experimentables y donde no se hace distinción entre la esencia de Dios y sus obras, actus, pues,
comprensibles; pero, al ser la esencia de Dios increada, «al estar» más allá entonces no habrá distinción entre Dios y el cosmos. Si actuásemos de ese
de la existencia y de la no existencia, el hiper-ser de Dios no es algo com- modo estaríamos favoreciendo la postura (Actus y potencia) de Aristóteles
prensible para los seres creados; tal y como dijo san Juan Damasceno: todo en detrimento de la postura patrística defendida por san Gregorio Palamás.
lo que de Dios decimos positivamente, no manifiesta su naturaleza sino las En verdad, no podemos tener las mismas posturas ni de los ateos, ni de
cosas acerca de su naturaleza. los cristianos no ortodoos ni de los paganos que intentan racionalizar lo
increado.
Distinción entre lo Creado y lo Increado
¿Teología Especulativa o Teología Empírica?
La creación es la obra de la energía. Si negásemos la distinción real entre
esencia y energía no podremos fijar claramente los límites entre la proce- Cuando vemos que festinadamente no se hace distinción entre la esencia y
sión de las divinas personas (como existencias y/o realidades de Dios) y la las energías de Dios, estamos presenciando un peligroso error de método
creación del universo pues igualmente veremos tanto al uno como al otro teológico. Muchos cristianos no ortodoxos para «salvaguardar» el dogma
como actos de la naturaleza divina (increado de lo increado). El ser y la rechazan la separación de la inefable esencia de Dios de las energías o acti-
acción o acciones de Dios, entonces nos parecerían idénticas, conducién- vidades de Dios en la creación. Por ello, confundir a Dios con sus actividades
donos a enseñar algo así como el panteísmo. El mayor error de método de equivale a convertir a estas últimas en todo Dios; lo correcto es decir que,
los cristianos no ortodoxos ha sido tratar la esencia de Dios como energía en esencia, Dios es distinto a sus actividades; tal y como distinguimos entre
y dinámica, o sea como al actus y la potencia aristotélicas, el cual permite Dios en esencia y en hipóstasis, distinción que no refleja contradicción o
hacer cognoscible la inefabilidad de Dios y vendría a ser lo mismo que en- dualidad, sino que es complementaria. Si nos negamos a separar la esencia
señaron Aristóteles y los filósofos paganos quienes afirmaban que Dios era de Dios de sus energías o actividades en la creación estaremos postulando
la substancia subyacente, causal, la naturaleza, el ser, la esencia de todas las un tipo de panteísmo que se parecerá más a la filosofía de Aristóteles, Pla-
tón y Plotino que al mismo cristianismo pues, para los Las Realidades de Dios
filósofos helenísticos, Dios es una esencia perceptible o
inmanente el cual como una lineal mónada secuencial o También enseñamos que hay tres realidades distintas en
singularidad siempre emana hacia la realidad de la cual Dios. Están las hipóstasis de Dios en existencia: Padre,
se hace parte. En contraste, el punto de vista cristiano or- Hijo y Espíritu Santo. Segundo, está la esencia de Dios
todoxo, la esencia de Dios es apofática y más allá de todas que confirma que con su propia vida y consciencia cada
las formas de expresión y entendimiento finitas; por lo hipóstasis de Dios es Dios increado e infinito como Logos,
que aseguramos que por su misma esencia Dios está más como Espíritu inmaterial. Entonces, finalmente, está Dios
allá de cualquier cosa y de todas las cosas comprensibles; como las energías increadas y sobrenaturales de Dios en
incluso, Dios está más allá de sus energías y dinamias y el universo creado: amor, belleza, fe, bien, bondad, ver-
no puede ser definido o contenido en ninguna manera ni dad, humildad y sabiduría.
por ninguna forma de comprensión. Por ello, la esencia
de Dios no es reconciliable con la razón humana y por Economía de Dios
su misma inefabilidad, Dios no es estrictamente uno, no
es unidad, sino que está más allá de esos conceptos y es Con la distinción esencia y energía se impone hablar de
por esto que en esencia no es definible, experimentable, la economía de Dios que nos permite no confundir a la
detectable. Dios se manifiesta al hombre en modos expe- trascendental e incognoscible esencia de Dios con sus ac-
rimentables- pero no reducibles- como sus existencias o tividades en la historia.
realidades los cuales incluyen sus energías. El cristiano Por un instante hagamos una necesarísima parada, como
ortodoxo sabe que Dios es un hiper-ser en esencia. cristianos utilizamos conceptos que eran comunes en el
lenguaje filosófico- compartido entre paganos y cristia- Los Padres de la Iglesia in-
Las Distinciones de Dios nos- en los tiempos de la aparición de la Iglesia; pero, terpretan la zarza que Moisés
los conceptos y sus significados en sí mismos son dife- vio arder sin consumirse en
Las Existencias de Dios rentes. Para los cristianos ortodoxos las energías de Dios las laderas del Horeb como
no pueden ser creadas ni destruidas. Aquí, las energías una imagen de María, que
Dios, como infinito e hiper-ser (existente) es llamado el como inmanencias de Dios están en las actividades del alumbra a Cristo, fuego divino,
Padre (hipóstasis), origen de todas las cosas creadas e in- espíritu humano que validan la existencia de lo increado conservando intacta su virgini-
creadas. Las «manos» de Dios que crearon el finito mun- en el mundo. Estas son increadas porque son experimen- dad. Para Cosme de Mayuna,
do material fueron la existencia (hipóstasis) increada tadas como algo que viene de más allá de esta existencia. María es "más honorable que
llamada el Hijo (Dios encarnado, Jesucristo) y Dios inma- Los seres humanos no pueden conocer la esencia de Dios los querubines e incompara-
terial llamado Espíritu Santo. Entonces, todas las existen- ya que nos destruiría si la experimentásemos (Moisés no blemente más gloriosa que
cias de Dios, así como todas las cosas derivan del Padre; pudo ver el rostro de Dios porque no sobreviviría); pero,
los serafines". La iconogra-
tanto lo que es increado como también lo que es creado las energías de Dios pueden ser directamente experimen-
fía de la "Virgen de la Zarza
tadas (Moisés pudo ver la espalda de Dios y sobrevivir).
ha venido de Dios Padre (hipóstasis). Dios, increado en Ardiente" es representada de
Por tanto, las energías son distintas de las existencias de
esencia es infinito y por ello no está limitado por el ser o Dios en la Trinidad. Las energías de Dios no son conside- la siguiente manera: la Virgen
la existencia. La esencia de Dios es increada y esta es una radas privativas de una u otra hipóstasis de la Trinidad, (en el centro), las potencias
cualidad compartida en común entre las existencias de sino que son comunes a las tres. angélicas, los cuatro vivientes
Dios; y, a esto, es lo que llamaos hiper-ser o por encima La presencia de las energías no pueden ser tomadas como y las cuatro visiones de Moi-
del ser (hiperousia). una negación a la simplicidad filosófica de Dios. Por ello, sés, Isaías, Ezequiel y Jacob.
cuando hablamos de Dios, es aceptable hablar de sus energías como Dios, tad; aunque su voluntad, para ser efectiva, debe ser libremente expresada
lo que incluiría a las declaraciones catafáticas o afirmaciones sobre Dios en nuestro obrar.
como lo hace san Pablo en su insuperable lista de energías de Dios (1 Cor. Finalmente hagamos notar también un pasaje que es de suma importancia
13:2-13:13) o como san Gregorio Palamás cuando afirma que Dios es Gracia para los padres griegos: … por lo cual os hago saber que nadie, hablando en
e iluminación deificante. el Espíritu de Dios, puede decir “anatema sea Jesús,” y nadie puede decir “Jesús
es el Señor,” sino en el Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero uno mis-
En la Vida del Creyente mo es el Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero uno mismo es el Señor.
Hay diversidad de operaciones (gr.: energematon), pero uno mismo es Dios,
La importantísima distinción teológica y soteriológica radica en que los se- que obra (gr.: ho energōn) todas las cosas en todos. Y a cada uno se le otorga
res humanos experimentamos a Dios mediante sus energías y no por su la manifestación del Espíritu para común utilidad. A uno le es dada por el
esencia. Tradicionalmente, las energías han sido experimentadas como luz, Espíritu la palabra de sabiduría; a otro la palabra de ciencia, según el mismo
como la luz que apareció en el Monte Tabor en la Transfiguración (llamada Espíritu; a otro fe en el mismo Espíritu; a otro don de curaciones en el mismo
photimós) o aquella que rodeó a san Pablo en el Camino de Damasco, o la Espíritu; a otro operaciones de milagros; a otro profecía, a otro discreción de
que apareció sobre los apóstoles: Aparecieron, como divididas, lenguas de espíritus, a otro géneros de lenguas, a otro interpretación de lenguas. Todas
fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos (Hch. 2:3). La tradición orto- estas cosas las obra (gr.: energei) el único y mismo Espíritu, que distribuye a
doxa sostiene que esta luz puede ser vista durante la oración por indivi- cada uno según quiere (1 Cor. 12:3-11).
duos particularmente devotos. Además, se le considera escatológica pues Este pasaje comienza asegurándonos que incluso una acción tan ordinaria
creemos que esta será la Luz del Mundo Futuro o del Reino de los Cielos, el y voluntaria como lo es la de llamar Señor a Jesús requiere la colaboración
Reino de Cristo. del Espíritu. Luego nos encontramos con una lista muy variada de dones
espirituales, cada uno de estos es un energema (algo realizado) del Espíri-
Las Energías de Dios en la Salvación del Hombre tu. Es una lista que no sólo incluye a dones extraordinarios como realizar
milagros sino, también, a algunas cualidades más ordinarias como la fe y la
En los últimos de nuestros trabajos hemos citado en más de una ocasión, palabra de sabiduría. Algo que nos muestra que no hay una línea divisoria
lo que vendría a llamarse, contenidamente, la ontología sinérgica de san entre lo natural y lo divino. Todo creyente es llamado a vivir una vida de
Pablo: Así, pues, amados míos, como siempre habéis obedecido, no sólo cuan- continua cooperación con el Espíritu, una cooperación que puede manifes-
do estaba presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, con temor y tarse de muchos modos tanto excepcionales como mundanas.
temblor trabajad (gr.: katergazesthe) por vuestra salud. Pues Dios es el Una Cooperación Desigual
que obra en vosotros (gr.: ho energōn en humin) el querer y el obrar (gr.: Hablar de sinergia puede desorientarnos si se sugiriese una imagen de
energein) según su beneplácito (Filp. 2:12-13). Aquí la exhortación a tra- agentes iguales que simplemente escogen trabajar de consuno. Llanamen-
bajar está acompañada con un recordatorio de que es Dios el que actúa; te, puesto que en este caso uno es el Creador y el otro la creatura, la acción
pero, tampoco niega que los cristianos seamos tanto agentes responsables del último depende del apoyo activo del primero. San Pablo interpreta esta
de nuestra propia salvación como el «espacio» donde Dios trabaja para sal- noción a la luz de la experiencia común que indica que las acciones de uno
varnos. Teniendo presente en nuestras mentes esta dualidad, uno podría, no eran verdaderamente propias mientras uno estuviese hundido en el pe-
legítimamente, traducirlo así: Es Dios el que pone la energía en ti así como cado. Según su perspectiva, la sinergia, la cooperación de Dios y el hombre,
la voluntad y el obrar su beneplácito, donde obrar se refiere tanto al de los ni es una relación simétrica ni una relación en la que lo divino aplasta y
cristianos como a las acciones de Dios que se expresan en ellos. remplaza al ser humano; antes mejor, es una relación en la que el ser huma-
Esta traducción nos ayuda a extraer el por qué san Pablo no considera que no se convierte en completamente humano al aceptar lo divino. En ningún
haya contradicción en exhortar a los cristianos a hacer algo que el consi- modo esta es una idea radical nacida con el cristianismo porque es un tema
dera, al mismo tiempo, como la obra de Dios. La naturaleza peculiar de la prominente, muy presente, en el Antiguo Testamento. Lo que es completa-
actividad de Dios es que es Él el que ofrece la energía para obrar su volun- mente nuevo es el uso del término energía para expresarlo.
Estamos en posición de considerar cuál fue el uso que nas de esas, estamos exponiendo su esencia?
hicieron los Padres griegos de estas ideas. Por razones Entonces la cuestión es cómo caracterizar la distinción
de espacio, nos concentraremos en la controversia ano- entre aquello que no puede ser conocido de Dios, la esen-
meiana. Eunomio fue un sofisticado filósofo arriano que cia divina, y lo que puede conocerse: el poder divino, la
esgrimía sólo un simple argumento: el Hijo no es Dios. sabiduría, la bondad… La respuesta de Basilio es clarísi-
Pero, ¿por qué? Porque Dios es sin haber sido generado y ma: Las energías son varias y la esencia es simple, afirma-
sin haber sido engendrado; y, además, esto no es privati- mos que por sus energías conocemos a nuestro Dios; pero,
vo de la concepción humana; sino que es aplicable, tam- no aceptamos acercarnos a su esencia. Sus energías des-
bién, a la misma esencia divina. Una esencia no puede cienden sobre nosotros, mas, su esencia permanece más
compartirse con otro por engendrársele; por tanto, de- allá de nuestro alcance.
cía, el Hijo, engendrado del Padre no podía ser de la mis- Si se entiende bien a Basilio, vemos que está aplicando a
ma esencia (homousion) que el Padre. Entonces, argüía Dios la distinción entre esencia y energía que se encuen-
Eunomio, en referencia a los términos que, como vida, tra en la tradición filosófica, particularmente en Ploti-
luz y poder, son utilizados en el Nuevo Testamento tanto no. Su quehacer, al menos, suscita dos cuestiones. Una
para el Padre como para el Hijo, estos deben ser conside- es la relación ontológica entre la esencia y las energías.
rados distintos en ambos casos. Puesto que la esencia di- En Plotino el acto externo del Uno (Lo Uno de la teoría
vina es simple cada término que se utilice para significar de Plotino es indescriptible, ya que es la unidad, lo más
la esencia del Padre debe ser forzosamente equivalente grande, hasta tal punto que a veces le denomina el pro-
al significado de to agenneton (no engendrado). O sea, si pio autor como Dios, único, infinito) sale como diferentes
se dice del Padre, tales palabras significarían a la esencia hipóstasis del intelecto de lo Uno; inexactamente, pero
divina, si eran dichas acerca del Hijo, entonces estas sig- para que nos entendamos, el amor como energía de Dios
nificarían a una creatura. La tarea de responderle a Eu- sería una hipóstasis, un ser o realidad verdadera, en sí.
nomio recayó en san Basilio Magno. ¿Verdaderamente es en algo similar a lo dicho por Ba-
Lo primero que hizo san Basilio fue refutar tanto la asun- silio? La otra cuestión es la de la libertad divina o, más
ción implícita en el discurso de Eunomio de que la esen- precisamente, la capacidad para hacer de otra manera.
cia divina puede ser conocida como aquella en que, a cau- En Plotino, lo Uno no podía hacer otra cosa que producir
sa de la divina simplicidad, el arriano predicaba que los intelecto. Por supuesto, Plotino veía este hecho no como
términos si eran aplicados a Dios, entonces tendrían otro una deficiencia sino como una expresión de la libertad de
significado: Él santo escribió: Decimos que conocemos la lo Uno puesto que nada que no fuese la propia naturale-
grandeza, el poder, la sabiduría, la bondad, la justicia de su za de lo Uno determina el acto como es hecho; digamos
juicio y la providencia de Dios; pero no su verdadera esen- que también crea desde su misma esencia. Sin embargo,
cia… Pero, de Dios, él (Eunomio) dice que Dios es simple en la tradición cristiana, Dios es considerado como una
y cualquiera de los atributos que de Él reconozcas como persona que, en algunos casos como en la creación del
cognoscible es un atributo de su esencia. Las absurdidades universo, pudo haberlo hecho de otra manera. Entonces,
involucradas en este sofisma son innumerables. Cuando ¿podríamos decir que sus energías podrían ser diferen-
todos esos atributos han sido enumerados ¿son todos ellos tes de lo que son?
los nombres de una misma esencia? Y ¿hay la misma fuer- En lo concerniente a la primera cuestión, para Basilio las
za en su ira que en su amorosa bondad, en su justicia que energías no son hipóstasis separadas ni mucho menos
en su poder creativo, en su previsión que en su retribución, una serie de hipóstasis emanadas de Dios; antes bien,
en su majestad que en su providencia? ¿al mencionar algu- son una serie de actos que Dios ha realizado. Muchos
eruditos y estudiosos, de hecho, preferirían traducir del pasaje que hemos expresó vívidamente este sentimiento de anhelo que siempre está siendo
citado «energía» como «operaciones»: Las operaciones son varias, la esen- satisfecho y buscando la satisfacción: En Él mismo (Dios) se suman y contie-
cia es simple… y así tendríamos un respiro pues no habría complicaciones nen todos los seres, sin haber tenido principio en el pasado ni fin en el futuro;
si tuviésemos a san Basilio diciendo que sus operaciones descienden sobre como un gran océano del ser, ilimitado e inmenso, trascendiendo toda concep-
nosotros, en lugar de lo que dice: sus energías descienden sobre nosotros. ción del tiempo y la naturaleza; sólo, muy opaca y magramente, presagiado
Esta traducción, como clarificación, es válida, pero no se ciñe a la verdad por la mente y no directamente por las cosas relativas a Él, sino por las que
que se nos muestra en toda la historia de la distinción entre la esencia y la le rodean; de una fuente se obtiene una imagen (phantasias) y de otra fuente
energía divinas. En este punto encontramos apoyo en un interesantísimo otra; y, combinándolas, en una especie de presentación de la verdad que en
argumento semántico presentado por san Gregorio de Nisa, hermano de parte se nos escapa cuando la hemos aprehendido y se nos va volando cuando
Basilio, quien adoptó un punto de vista muy difundido en la antigüedad, la hemos concebido, una parte saltando hacia nuestro Señor- incluso cuando
esto es que un nombre es, de algún modo, indicativo de la forma o de las está clara, como la luz del relámpago que ante nuestra mirada no mantendrá
características intrínsecas de la cosa nombrada. Puesto que Dios no tiene su curso- como, para por esa parte que podemos comprender, llevarnos hacia
forma, Él no tiene un nombre en el sentido concreto. En verdad, el término sí mismo… y por la parte de la cual no podamos comprender mover nuestro
dios o theos indica a la energía divina de la supervisión o la soberanía del Al- asombro y como un objeto de asombro llegar a ser más un objeto de deseo y
tísimo; pues theos deriva- según Gregorio- de theaomai: ver, mirar. Ahora, es siendo deseado purificar; y purificándonos hacernos como Dios.
evidente que con esto, Gregorio tiene en mente una operación. No obstante, Las cosas que «rodean» a Dios son otra manera de referirse a las energías
ello no puede ser sólo una operación, pues, entonces, al hablar de Dios lo divinas. En el pasaje anterior hay dos puntos dignos de mención. El pri-
estaríamos haciendo de una operación de Dios; o sea, una operación de una mero, la necesidad de buscar imágenes: de una fuente se obtiene una ima-
operación y así en una infinita regresión. De un modo u otro, parecería que gen y de otra fuente otra, para formar algo como una adecuada concepción
Gregorio y Basilio entienden por energía tanto lo que Dios es como a aque- de Dios. Ahí subyace la racionalidad filosófica para la inmensa variedad de
llo que Dios hace. expresiones poéticas e iconográficas de la tradición litúrgica ortodoxa. El
Esto es perfectamente inteligible si no se pierde de vista a la historia. El otro punto es la secuencia admirar, desear, purificación y homoiōsis theōi,
concepto energía fue introducido por Aristóteles para indicar tanto a lo que hacernos como Dios, semejantes a Dios. Aquí hay ciertos ecos de Platón y
Dios es como a lo que hace; luego Plotino refinaría esta imagen al distin- Aristóteles; por una parte se puede entrever la declaración aristotélica de
guir entre los actos interiores y exteriores; pero sin desechar enteramente que la filosofía comienza con la admiración y, por la otra, se trasluce el énfa-
al concepto aristotélico. En cambio, Basilio y Gregorio hicieron una revi- sis platónico sobre la necesidad del alma de purificarse; y que el propósito
sión de Plotino y rechazaron la distinción entre las hipóstasis y lo Uno. Para (telos) humano es conseguir un asemejarse a Dios.
ellos, la distinción relevante es entre Dios tal y como Él existe dentro de sí Sin embargo, la distinción fundamental entre como Dios se conoce a sí mis-
mismo y que sólo es conocido por Él mismo y Dios como Él se manifiesta a mo y como Él es conocido por nosotros se derivó de las enseñanzas de los
otros. capadocios que no la dedujeron de las fuentes filosóficas sino de la Biblia.
La primera es la esencia divina y la segunda las energías divinas. Es im- Obviamente, les fue inspirada por el encuentro de Moisés con Dios en el
portante hacer notar que ambas son Dios; pero diferentemente percibido: Monte Sinaí (Ex. 33). Allí Dios advierte a Moisés que: mi faz no podrás verla,
Dios como incognoscible y como cognoscible; como totalmente más allá de porque no puede hombre verla y vivir. No obstante, Él no desechó por ello
nosotros y como dentro de nuestro alcance. Al poner la distinción de esta el encuentro con el hombre sino que dio una alternativa: te cubriré con mi
manera, sin embargo, no debemos suponer que la esencia y las energías mano mientras paso; luego retiraré mi mano y me verás las espaldas; pero mi
están separadas por algún tipo de límite fijado y permanente. En lugar de faz no la verás (22-23).
ello, los capadocios enseñaron que aquello que en Dios es incognoscible es San Gregorio Nacianceno tomó este pasaje como modelo para entender su
como un horizonte que retrocede mientras se avanza. Precisamente por el propia experiencia. Al acercarnos por esta vía nos propone una distinción
hecho de que no podemos conocer a Dios como Él se conoce a sí mismo nos mucho más clarificada: ¡Oh!, amigos e iniciados, amantes seguidores de la
impulsa a buscar conocerle más profundamente. San Gregorio Nacianceno verdad ¿qué es esto que me ha sucedido? Yo estaba corriendo cuesta arriba
para asir a Dios y así subí hasta el monte, descorrí la cor- los querubines; sino que sólo alcancé a ver a la naturaleza
tina de nubes y dejando atrás la materia y las cosas ma- que al menos está a nuestro alcance. Y esto es lo más que
teriales, tan lejos como pude me retiré dentro de mí mis- puedo contarles, la majestad o como el santo David la lla-
mo. Y, entonces, aunque yo estaba guarecido por la roca, ma, la gloria que se manifiesta entre las creaturas que ha
el Verbo que se hizo carne por nosotros, cuando levanté mi creado y gobierna. Pues, estas, la majestad y la gloria son
mirada, a duras penas entreví la espalda de Dios. Y cuan- las espaldas de Dios, lo que va dejando de sí mismo como
do, un poco más cerca, miré no vi la naturaleza primigenia las sombras y los reflejos del sol en el agua que a nuestros
y desenmarañada, quiero decir, a la Trinidad, no vi a eso débiles ojos nos lo muestran porque no podemos mirar di-
que habita detrás del primer velo y que está velado por rectamente al mismo sol.

“Conocemos la esencia a través de la energía,” afirma san Basilio, “nadie ha visto


nunca la esencia de Dios, pero creemos en la esencia porque conocemos la energía.”
Por la esencia de Dios, entendemos su alteridad; por las energías, su proximidad.
Siendo Dios un misterio que está más allá de nuestra comprensión, jamás conocere-
mos ni su esencia, ni su ser profundo, tanto en esta vida, como en el mundo futuro.
Si conociéramos la esencia divina, sería evidente que conoceríamos a Dios como él
se conoce a sí mismo, lo cual es imposible, puesto que es Creador y nosotros hemos
sido creados. Si la esencia profunda de Dios sigue estando más allá de nuestra com-
prensión, sus energías, su gracia, su vida y su poder llenan todo el universo y nos
son directamente accesibles.
Kallistos Ware

La Colección «La Ermita» de la Biblioteca Digital GOC del Decanato para América Latina, publica
bajo la dirección de Su Gracia Máximo de Pelagonia, Decano para esta jurisdicción, breves con-
tenidos oportunos y necesarios, contenidos catequéticos accesibles a todos pero sin descuidar
la inmensa cultura acumulada en la Iglesia durante estos dos milenios. Esperamos que con la
Gracia de Dios, este esfuerzo produzca en nosotros los frutos de deificación que Dios ha querido
desde el principio: a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.

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