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HISTORIA DE LA TERAPIA FAMILIAR 1

Teodoro Herranz Castillo, José Antonio Ríos y María Herranz Lence


Índice
1. Introducción
2. Quién se mueve: ¿el viento o la bandera?
3. Tiempo y contexto de la terapia Familiar:
3.1. Inicios. 1900-1950
3.1.1. Contexto: ¿qué filosofía de la vida guiaba la sociedad americana?
3.1.2. Ideas acerca de la terapia familiar: sus inicios
3.1.2.1. ¿Qué teoría de qué psicoanálisis?
3.1.2.2. La cibernética
3.2. Investigaciones. 1950-1960
3.2.1. Contexto
3.2.2. Ideas
3.2.3. ¿Dónde colocar el origen de la terapia familiar como profesión?
3.2.4. Las primeras terapias de familia: Terapias psicoanalíticas o
intergeneracionales. Terapia sistémica. Terapia estratégica. Terapias
Experienciales
3.3. Desarrollo de la Terapia Familiar. 1960-1970
3.3.1. Desarrollos teóricos
3.3.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales. Terapias sistémicas.
Terapias estratégicas. Terapias estructurales. Terapias experienciales.
Terapias multifamiliares. Terapias de redes sociales
3.4. Técnicas. 1970-1980
3.4.1. Desarrollos teóricos
3.4.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales. Terapias sistémicas y
estratégicas. Terapias estructurales. Terapias sistémicas. Terapias
experienciales
3.5. La complejidad. 1980-1994
3.5.1. Desarrollos teóricos

1
Publicado en Bermejo, V., García-Moltó, A. y Herranz Castillo, T. (2012). Manual de Terapia Familiar y
de Pareja. Madrid: Magister en Terapia Familiar y de Pareja para Profesionales de la Salud. UCM.
3.5.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales: Terapia familiar
psicoanalítica francesa, terapia familiar de las relaciones objetales. Terapias
sistémicas y estratégicas: Las terapias estratégicas, terapias sistémicas,
terapeutas pos-Milán. Terapias e Intervenciones: psicoeducación
comportamental de Liberman y Falloon, Psicoeducación ecléctica,
Anderson, Hogarty y Reiss, Michel Goldstein. Terapias Feministas.
Terapias integrativas
3.6. Modernidad y posmodernidad. 1990-2000
3.6.1. Desarrollos teóricos
3.6.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales. Terapias estratégicas.
Terapias sistémicas. Terapias posmodernas: La terapia como narración, las
terapias conversacionales
3.7. La terapia familiar aquí y ahora
3.7.1. Una visita a los talleres de terapia familiar: justificación de los talleres
elegidos.
3.7.1.1. Secciones de los talleres.

3.7.1.1.1. De reconocimiento y diagnosis de los distintos temas a


abordar: a. La pareja y la familia hoy. b. El dolor social
c. La dimensión espiritual. d. Diferencias culturales,
diferencias familiares. e. Emociones. f. Traumas
y catástrofes. g. Miradas esperanzadoras.
3.7.1.1.2. Sección de elementos de reparación: a. La relación
paciente- terapeuta. b. Variables evolutivas y terapia
familiar. c. La profesión de terapeuta familiar. d.
Innovaciones técnicas en terapia familiar
3.7.1.1.3. Sección de instrumentos de medida: a. Medidas de la
intervención. b. Descuidos metodológicos.
3.7.1.1.4. Sección de generación de ideas, modelos nuevos y su
aplicación. a. Ideas en ebullición. b. Modelos en
prevención e intervención.
3.7.1.1.5. La meta-Sección
4. Nuestra historia: la historia de la terapia familiar en España
4.1. Nuestros tiempos: un apunte cronológico
4.2. A quiénes podemos identificar como “pioneros” de la TF en España
4.3. La esporádica aparición de terapeutas familiares en el campo de la Psiquiatría y
las Terapias
4.3.1. Primeros intentos de sistematizar la formación de terapeutas familiares.
4.3.2. “Asociación Española para la Investigación y Desarrollo de la Terapia
Familiar” (7 marzo 1997).
4.4. Primeras publicaciones periódicas: revistas españolas sobre TF
4.5. Las actas de las jornadas y congresos nacionales de la FEATF
4.6. La progresiva aparición de obras de autores españoles
4.7. La institucionalización de la TF en España
4.8. La terapia de familia y FEAP (Federación Española de Asociaciones de
Psicoterapeutas)
4.9. La TF Española y la vinculación a expertos e instituciones europeas
5. Los pioneros de otras historias: Alemania, Argentina, Brasil, Inglaterra, México,
Países Escandinavos, Sudáfrica, Yugoslavia (antigua Yugoslavia)
6. Mapa de bolsillo para iniciar el viaje en T.F.
7. Bibliografía

.
1. Introducción
Este capítulo se ha escrito con un objetivo didáctico y con el deseo de facilitar
el inicio al estudio de la terapia familiar, que sirva como un primer mapa que les guíe
en el estudio del “pensamiento sistémico”, desde su origen hasta la actualidad. Lo
haremos con la imprecisión de la síntesis, y con la limitación de nuestro propio
conocimiento sobre un ámbito de intervención que se ha extendido de un modo
exponencial.
A la hora de escribirlo nos hemos apoyado esencialmente en el texto de P.
Bertrando y D. Toffanetti (2004), del que hemos recogido e integrado los datos y la
estructura que nos permite ver el desarrollo, escisiones y aperturas de la terapia de
familia a lo largo de su historia. Hemos contado con la colaboración de José Antonio
Ríos para abordar nuestra historia, la intrahistoria de la terapia familiar en España, de la
que José Antonio es, y ha sido, uno de nuestros pilares.
Hemos prescindido intencionadamente de la discusión sobre la comprensión y
uso que de lo “sistémico” tienen los diferentes modelos y en qué medida sería discutible
y/o asumible que se pudieran incluir dentro de esta categoría. Hemos preferido empezar
mostrando la lógica epistemológica del pensamiento sistémico y dejar en manos del
lector que haga su propio análisis y consideración sobre el grado en que los distintos
autores, teorías o técnicas son fieles a lo “sistémico”.
En un capitulo de historia no hemos querido dejar de mencionar a los pioneros
de la terapia de familia en otros países, distintos a América e Italia, como un modo de
reconocer su contribución a la difusión de la terapia de familia.
Y por último, al ser este capítulo una guía para empezar e estudiar, hemos
incluido un anexo que sirva para poder situar a los autores y sus ideas de una manera
rápida. De este modo, antes de empezar la lectura de cualquier texto, el lector tiene la
posibilidad de ubicarlo dentro de una corriente de pensamiento y de una época.
2. Quién se mueve: ¿el viento o la bandera?
“Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno de ellos dijo “el
viento se está moviendo”. El otro contestó “la bandera se está moviendo”, un
maestro zen que pasaba remarcó: “Ni el viento ni la bandera se están moviendo,
la mente se está moviendo” (Giacomo, 1987, p.15).
“La terapia de familia se constituye con un grupo de diferentes supuestos que
subyacen a la terapia sistémica (…) los supuestos que subyacen son
contradictorios a los modos tradicionales de pensar en esta sociedad. Por lo tanto
la teoría de sistemas es contracultural” (Becvar y Becvar, 1988, p.5).
A partir de esta afirmación nuestro primer objetivo se centra en reconocer cuáles
son esos elementos que subyacen a la terapia de familia, ¿de qué modo se organiza la
lógica del pensamiento sistémico?
Lo más fácil de observar en el pensar y hacer sistémico está en el foco de
atención, es decir, ¿dónde reside el problema? No está dentro de las personas, lo que
nos llevaría a una psicología y explicación de lo intrapsíquico, sino que el foco está
entre las personas, y lo que existe entre las personas son interacciones y relaciones.
Por tanto, el primer elemento que define el pensar y hacer sistémico nos coloca en el
lugar al que dirigir la mirada para intervenir.
1. El foco de intervención está “Entre las personas”.
El segundo elemento es la aceptación de la subjetividad, la aceptación de la
limitación que impone lo humano se traslada a la práctica clínica. El observador no es
ajeno al mundo que percibe, con el que actúa y al que dota de su propio significado y
realidad. Por lo tanto el observador, en una intervención familiar, será un miembro
inseparable del proceso que construye, en el que interviene, e intenta explicar/se.
“La teoría sistémica es consistente con la tradición llamada kantiana, según la
cual el observador sustituye lo observado como foco de atención”. ” (Becvar y
Becvar, 1988, p.8).
2. Partimos de aceptar la subjetividad como el modo de comprender las
relaciones humanas que se intentan explicar en la medida que se crean.
El tercer elemento es el contexto, las relaciones surgen en un lugar, en un
tiempo, en una matriz de relaciones humanas, de organizaciones. De este modo las
conductas no son explicables al margen del contexto del que forman parte.
3. El contexto es inseparable de las interacciones, por lo que la perspectiva
holística constituye el quehacer sistémico versus a una posición
analítica.
El cuarto elemento a considerar es la causalidad de la interacción, intentar
explicar una relación desde un pensamiento causal “causa—efecto”, ignorando la mutua
influencia de los miembros que participan en la interacción, nos alejaría de la
comprensión del fenómeno al que nos acercamos. Por ello el pensamiento sistémico no
es causal sino que acepta la reciprocidad, y este modo de pensar podría denominarse
como “causalidad circular”.
4. La causalidad circular pone el énfasis en la reciprocidad, la recursividad
y la responsabilidad compartida.
“A y B existen en el contexto de una relación en la que cada uno influye sobre
el otro y ambos con igualmente causa y efecto de cualquier conducta del otro”
(Becvar y Becvar, 1988, p.9).

El quinto elemento a tener en cuenta es “el tiempo”. Para saber qué está
sucediendo en una interacción podemos realizar una búsqueda histórica: ¿qué hace que
ahora aparezca una determinada conducta en A o B? O podemos detenernos en el “aquí
y el ahora”, y preguntarnos ¿qué patrón de interacción sigue la conducta entre A y B en
este momento? Si hacemos esto segundo nuestra pregunta será: ¿Qué está sucediendo?
frente al ¿Por qué está sucediendo, causal, lineal y, en mayor o menor medida,
determinista?
5. El tiempo en terapia de familia es el presente, el Aquí y el Ahora.
El siguiente elemento a considerar consiste en eliminar dicotomías, el o/o se
sustituye por la complementariedad, y nuestra manera de entender los sucesos pasa de
ser excluyente a ser integrador. De este modo, el pensamiento sistémico es inclusivo,
admite una “y”, y podemos entender un suceso como el resultado de una suma “a y b” y
su modo de complementarse dentro de un contexto que le dota de significado.
6. El pensar sistémico se organiza en torno a la “y”, no a la dicotómica o/o.

El último componente a considerar se coloca en un lugar metateórico, pues


definir la sistémica como una teoría que se opone a otras teorías, caería en su propia
contradicción. Sólo si se acepta el relativismo teórico, que incluye los modos de pensar
no sistémicos en puridad, se puede hablar de un pensar sistémico. Eso supone aceptar
que lo intrapsíquico complementa lo interpersonal. Pensar de otro modo, es un error
epistemológico.
7. El mundo de los sistemas se caracteriza por la relatividad teórica.
A partir de estos principios iniciamos un recorrido por los distintos modos globalmente
aceptados de hacer terapia de familia, aunque la discusión con respecto a en qué medida
se ajustan a estos principios queda para la reflexión del propio lector.
Otro hecho para evitar la confusión, consiste en no limitar la idea de terapia sistémica a
un ámbito de aplicación. El ámbito de intervención en terapia sistémica ha sido
prioritariamente la familia, pero no es el único ni obliga al trabajo con familias; se
puede trabajar en familias, parejas o en individual. Es necesario partir de no confundir la
epistemología, con su ámbito de aplicación.
“Es importante tener en cuenta que el término terapia de familia es
probablemente un nombre desacertado. Cuando la terapia de familia se
construyó sobre los supuestos de la teoría de sistemas, un titulo más apropiado
podría haber sido el de terapia de las relaciones”… “Trabajar con familias es
uno de los recursos más que una necesidad”… “Sin embargo, es tan apropiado
como trabajar en individual, en pareja, con familia extensa, con redes, a nivel
social, como de hecho muchos terapeutas lo hacen” (Becvar y Becvar, 1988,
p.13).

3. Tiempo y Contexto de la terapia Familiar

Vamos a seguir este camino de la mano del trabajo de P. Bertrando y D.


Toffanetti (2004), que realizan un estudio histórico muy completo de la Terapia de
Familia.

3.1. Inicios. 1900-1950

3.1.1. Contexto: ¿Qué filosofía de la vida guiaba la sociedad americana?

“El punto esencial de la Weltanschauung estadounidense sobre el cual se asienta la


concepción terapéutica de los primeros años del siglo es que cada persona es buena en sí
misma con una potencialidad que debe ser liberada, de tal modo que puede entrar en
relación con su autenticidad que no se identifica en absoluto con su apariencia social”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.27).
En este momento surgen los primeros psicólogos y psicólogos clínicos, William
James, Lightner Witmer, con una idea que guía su modo de entender la intervención:
“enseñar la forma correcta de enfrentarse a las tareas vitales cotidianas” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.29).
Lo alternativo a este modo de pensar está en la psiquiatría, que coloca en lo
hereditario y lo orgánico la razón de los trastornos mentales. El resultado de estos
modos de pensar conduce a una primera visión de la psicoterapia como “un conjunto de
procedimientos dirigidos a la consecución de un fin” (Bertrando y Toffanetti, 2004,
p.31).

De la preocupación por la infancia, surge otro modo de ver los problemas


infantiles, ¿Qué lugar ocupa el adulto en el sufrimiento del niño? (Las Child Guidance
Clinic). Se empieza a transmitir la idea de que la “madre” es responsable de la salud
mental de sus hijos. También surge, desde una posición preventiva, la idea de
“educación matrimonial”. Las clínicas psicoanalíticas tienen la idea de “usar la terapia
como solución también para la psicosis” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.34). Se piensa
en los problemas psíquicos como “corregibles”, esto abre la puerta a la idea de higiene
mental y familiar (en 1924 se crea la American Ortopsychiatric Association).
Se inicia la idea de la psicoterapia dedicada a personas no a “trastornos
mentales”, una concepción despatologizada de las personas a las que se atiende, se
trabaja con “personas fundamentalmente sanas”. Esta despatologización debe mucho al
pensamiento humanista de Carl Rogers.
En este devenir, la psiquiatría y la psicología clínica se han orientado hacia el
pragmatismo, “su objetivo es resolver los problemas de la existencia”. La diferencia
salud/enfermedad es una cuestión de cantidad, todas las personas, incluso los que
requieren psicoterapia, son considerados sanos o curables. En este proceso los
acontecimientos históricos van a determinar las necesidades asistenciales. Tras la
segunda guerra mundial, el foco de la intervención se redirige del individuo al contexto.
La razón la impone la necesidad, en concreto dos necesidades: el volumen de personas
a tratar y la necesidad de que sean breves. En este contexto, aparece la figura de Moreno
y su creación de la psicoterapia de grupo, que marcará una revolución en la concepción
de la psicoterapia; al propio Moreno le gustaba llamarla la tercera revolución
psiquiátrica. A su vez la idea de brevedad supondrá un cambio en la concepción
psicoanalítica freudiana, aunque al propio Freud le preocupaba el tiempo de tratamiento:
“Algunos tratamientos llevan más de 100 horas” (Fernández-Villamarzo, 1995, p.47).
Alexander y French se atreven a plantear la noción de terapia breve psicoanalítica. En
esta eclosión de la psicoterapia, la idea de salud frente a enfermedad y de recursos frente
a déficit de la psicoterapia rogeriana, va arraigándose y popularizándose, se crea una
terapia humanista “de la relación más que de la interpretación”.
En estos años la psiquiatría está cargada de ideas sobre los trastornos mentales,
entre esas ideas circula “la posibilidad de la génesis ambiental de la patología mental”.

3.1.2. Ideas acerca de la terapia de familia: sus inicios


Las ideas que guiarán la terapia de familia tienen su origen en dos lugares de
pensamiento sin conexión entre ellos: “La cibernética de manera evidente y el
psicoanálisis de forma más solapada y, en ocasiones, aparentemente en oposición”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.41).

3.1.2.1. ¿Qué teoría de qué psicoanálisis?


El psicoanálisis freudiano prima lo intrapsíquico, lo inconsciente, lo individual,
no niega la influencia ambiental. El lugar de las interacción en los textos freudianos, sus
afirmaciones sobre la psicosis “como enfermedad de realidad”, son lo suficientemente
precisas para resaltar esta posición. Pero el método analítico se crea y desarrolla con un
objetivo: la búsqueda “de la causa inconsciente, la motivación inconsciente de la
conducta”. De tal modo que el psicoanálisis freudiano, sin dejar de ver en el ambiente
un elemento constructor y destructor del psiquismo, focaliza su trabajo en la
reconstrucción del mundo intrapsíquico de las personas. Parafraseando al propio Freud,
“el psicoanálisis tiene por objetivo que donde esté el ello surja el yo” (Fernández-
Villamarzo, 1987, vol. II, p.25).
Frente a la posición freudiana, surgen “otros psicoanalistas” o quizás otros
modos de pensar la psicoterapia que el propio Freud no consideraría propiamente
psicoanálisis, pero que van acercándose a la comprensión de los problemas desde “la
realidad familiar” que nos toca vivir. Una figura especialmente relevante fue Alfred
Adler, “que imparte seminarios en los que entrevista a niños problemáticos junto a sus
padres ante una audiencia formada por profesores. Una consecuencia totalmente
inesperada fue el efecto terapéutico de las entrevistas” (Bertrando y Toffanetti, 2004,
p.42). La explicación de estos resultados según el propio Adler, era que los niños
tomaban conciencia de que eran los miembros de la comunidad los que se hacen cargo
de sus problemas.
El movimiento psicoanalítico se acerca a la terapia de grupo, de la mano de
Slavson y Schilder, ponen su interés en las relaciones que van más allá de lo diádico,
donde lo grupal requiere repensar las ideas de transferencia y contratransferencia para
adaptarlas a los fenómenos grupales.
En este periodo aparece el psicodrama frente al psicoanálisis. Moreno nos dice
que en el único encuentro que tuvo con Freud, tras ser cortésmente preguntado por su
actividad, su respuesta fue “yo empiezo donde usted acaba” (Salles Gonçalves et al.,
1988, p.23), dato que sus biógrafos no han podido comprobar y más parece fruto del
recurso a lo imaginario de Moreno, que un hito histórico. Pero lo que, por el contrario, a
Moreno no se le reconoce en justica es que junto a la terapia de grupo, ya en 1923
realizó la terapia de pareja de Bárbara y Jorge, de manera exitosa, apoyándose en las
técnicas psicodramáticas y en la teoría de roles en la que se encuentran implícitos los
conceptos de complementariedad, mutualidad, y recursividad.
El psicoanálisis, inicia su recorrido hacia la intervención familiar, que se
cuestiona el análisis individual aplicado a varios miembros de la misma familia. Flugel
(1972) muestra el análisis de 5 parejas, un análisis secuencial. Ackerman escribe el
artículo “La unidad de la familia” (1938) y Bela Mittlemann publica los primeros
relatos de terapias conyugales conjuntas en estados Unidos. “El IX Congreso de
psicoanálisis celebrado en Nyon tenía como tema central la neurosis familiar y las
familias neuróticas” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.43). Si bien parecía que el
psicoanálisis se acercaba a la intervención familiar, no desbancó su interés original por
“El análisis” como el método psicoterapéutico por excelencia, dejando en el lugar de lo
complementario y subordinado otros modos de hacer psicoterapia.
El psicoanálisis postfreudiano, empieza a generar un pensamiento compatible
con un enfoque más observable de lo que el inconsciente nos permite a través del
análisis individual. Entre estas teorías psicoanalíticas están: la teoría de las relaciones
objetales; la importancia que Anna Freud da a la interacción del analista con el paciente
pues ella, como analista de niños, interactúa con los niños en el juego; Bowlby que
señala la importancia del apego en el psiquismo humano y aproxima el psicoanálisis a la
etología; y la corriente denominada psicoanálisis culturalista, donde se ubican autores
como Erich Fromm, Karen Horney, o Harry Stack Sullivan.
¿Qué puentes tienden estas teorías psicoanalíticas a la terapia de familia?
La teoría de las relaciones objetales, salvo que nos coloquemos en posiciones
terapéuticas puramente pragmáticas, nos permiten entender la distancia entre los hechos
y el significado de los hechos. No nos relacionamos con “otro” sino con la
representación o “la fantasía del otro”. Hasta donde esta representación esté más o
menos liberada de otras representaciones que forman parte de la biografía de la persona,
permitirá que el juego de proyección/introyección sea más adaptativo o más
disfuncional.
Las ideas kleinianas pueden dejarse al margen del pensamiento relacional, pero
son especialmente adecuadas para describir la vida relacional.
Aunque no es el objeto de este trabajo entrar en profundidad en el pensamiento
kleiniano, sí me parece necesario transmitir los conceptos anteriores con precisión. La
proyección y la introyección son mecanismos de adaptación al mundo, ambos
comparten su carácter no voluntario, y del resultado de su puesta en acción nos
encontraremos con una más o menos correspondencia con los hechos, que es lo que
determinará que en nuestras relaciones predomine lo “interpersonal” o lo
“intrapsíquico”. Si los mecanismos de proyección e introyección se alejan de los
hechos, el mundo psíquico desde el que nos relacionamos es el mundo de la fantasía,
que en su grado extremo podríamos considerar “fantasía psicótica”. Si la distorsión de
estos mecanismos se coloca en la sobrecarga, en el exceso, estamos “en la fantasía
neurótica”, de tal modo que la realidad pasa a ser un lugar que se aleja de nuestra
dinámica intrapsíquica. Si queremos dar una dimensión temporal, el tiempo psíquico en
el mundo psicótico es masivamente pasado, el allá y el entonces, el lugar de
construcción del psiquismo, frente al aquí y el ahora que representaría el juego
interrelacional adaptativo de un adulto.
Pero hay otro dato a clarificar, cuando hablamos de representación mental de un
objeto interno, no hablamos de una representación limitada y condicionada por nuestras
capacidades de percepción, memoria, selección. Hablamos de nuestro psiquismo, que
opera en consonancia con nuestro objeto interno que guía nuestra conducta. Ej. Un
mundo fantaseado persecutorio, se sostiene en un objeto interno peligroso con el que me
relaciono, guía mi conducta, y donde el aspecto externo de la misma, no deja de ser una
solución de compromiso vs al conflicto interno en el que está atrapado el psiquismo.
Estas ideas del psicoanálisis, tenían y tienen la suficiente potencia explicativa como
para cuestionarse versiones simplistas de las “relaciones humanas” y por tanto de
“intervenciones en las relaciones humanas.”
Según Bertrando y Toffanetti (2004, p.48): “Dicha teoría no cesará de atraer a
terapeutas cada vez más insatisfechos por la creciente simplificación y esquematismo de
numerosas teorías de la familia”.
Bowlby se coloca en un lugar entre la etología y el psicoanálisis, centrándose en
el apego como el organizador y regulador emocional de la conducta. El vínculo y,
especialmente, los vínculos primarios son determinantes del modo de ser adulto y, por
tanto, del modo de relacionarse.
Nos dicen Bertrando y Toffanetti (2004, p.48): “Bowlby en 1949 publica The
study and reduction of group tensions in the family (…) que concluye con un epígrafe,
titulado Reacciones circulares en la familia y en los otros sistemas sociales, en el que
propone una visión netamente sistémica de la terapia en relación con contextos más
amplios”.
El psicoanálisis americano, también denominado culturalista, va a colocar su
interés en los factores sociales, el mundo pulsional del psicoanálisis freudiano pasa a ser
reescrito desde una perspectiva predominantemente relacional. Se sustituyen el pensar
intrapsíquico por el interpersonal, las neurosis se explican desde las dificultades en las
relaciones interhumanas, la salud se acerca al concepto de autorrealización, el poder
pasa a ser considerado un elemento a abordar en psicoterapia. Karen Horney, introduce
posiciones diferentes sobre lo femenino cuestionando y especialmente firme es su
oposición en torno a la castración femenina: “Muchas mujeres, niños y adultos, sufren
de manera temporal o permanente del hecho de su sexo. (Horney, 1924, p.5)
Se revaloriza el “yo”, fortalecer el yo pasa a ser considerado el recurso central
para el cambio en psicoterapia, potenciar los recursos del yo, la fuerza de voluntad, la
capacidad para enfrentarse a las situaciones gana peso frente al “análisis de la dinámica
inconsciente e intrapsíquica”, se retoma la importancia de las relaciones tempranas en la
génesis de la enfermedad, especialmente de la esquizofrenia (Fromm-Reichmann, 1960,
p.30).

Pero la figura que se convierte en el puente hacia la terapia familiar, es Harry


Stack Sullivan que, en su trabajo “La entrevista psiquiátrica” (1977), va a centrar la
intervención en la “relación interpersonal” que se construye entre paciente y terapeuta.
Su concepción de la persona se podría definir como “una red de relaciones”, el lugar de
intervención son las interacciones, “el entre”, que pasará a ser uno de los pilares del
quehacer sistémico. Sullivan está convencido del valor de lo humano, “de la relación
humana” frente al poder de la técnica en el tratamiento de pacientes graves como los
esquizofrénicos. Sullivan llegó a definir la psiquiatría como "el estudio de las
relaciones interpersonales". (Sullivan, 1953, p.42)

3.1.2.2. La cibernética
“Personas consideradas dementes emplean literalmente las figuras de dicción o
hablan en metáforas sin reconocerlo. El grupo de Bateson planteó la hipótesis de
que una persona con este tipo de dificultad, podría, en palabras de Bateson,
“aprender a aprender” en un contexto que esa dificultad fuese de alguna manera
adaptativa”. (Hoffman, 1987, p.27).
¿Cómo se estaba moviendo el pensamiento que se terminó organizando en torno al
nombre de cibernética?
Según Bertrando y Toffanetti (2004, p.54): “Bateson atribuye las primeras ideas
sistémicas a Wallace, y las primeras formulaciones cibernéticas a las ecuaciones con las
que Maxwell, en 1868, había descrito cómo funcionaban los reguladores de las
máquinas de vapor. En 1879, Claude Bernard planteó la idea del milieu interne para
referirse a las condiciones que se mantienen constantes en todo organismo vivo. (…)
Cannon (1932) define la “homeostasis” como el conjunto de procesos que permiten al
organismo conservar la estabilidad de su ambiente interno. (…) Ludwing von
Bertalanffy concibe su teoría general de sistemas (1934), (…), el sistema es una
totalidad ordenada y el modo como se ordena tiene consecuencias significativas sobre
su forma de comportarse (…)
Warren McCulloch hacia 1940 trabaja con Walter Pitts, junto al que comprueba
que el lenguaje utilizado para describir la interacción entre las neuronas es el lenguaje
de la lógica formal y el álgebra booleana. (…) El lenguaje formal también estaba siendo
desarrollado por John von Neumann y Norbert Wiener. De sus concepciones se derivará
la naciente cibernética con un carácter dual: ciencia de la autoorganización y, al mismo
tiempo, ciencia del control, cómo funcionaban los reguladores de las máquinas”.
En este cúmulo de ideas surge, de la mano de G. Bateson, M. Mead y Lawrence
Frank, la posibilidad de combinar las teorías de “lo técnico” con las teorías de “lo
humano”.
“Bateson, inicia su comprensión del individuo y la sociedad desde la
circularidad y la reciprocidad. Su curiosidad le acerca a Kurt Lewin, con su teoría del
campo psicológico, el conflicto como emergente del campo. También conoce a
Erickson, con su capacidad de generar cambios sin contar con la voluntad del sujeto
induciendo al trance. A su vez mantiene lazos con McCulloch y su código booleneano
como lenguaje de las neuronas y con Wiener y su idea de autoorganización y ciencia del
control. Términos que, posteriormente se nos harán muy familiares, como contexto,
lenguaje, y autoorganización, estaban diseminados alrededor de Bateson. Junto a la
curiosidad intelectual y creativa de Bateson, surge la necesidad de su propia
organización y se pone en tratamiento analítico con Elisabeth Hellerberg” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.58). A juzgar por el trabajo que conocemos de esta analista,
Individual's Relation to Reality In Our Culture (1950), no interferirá su análisis en el
camino “contextual” que desarrollará Bateson sobre la comprensión de la patología.
Si queremos ubicar el escenario en el que nace la cibernética, ese lugar es la Macy
Foundation. “Gracias al esfuerzo conjunto de Bateson, McCulloch y Frank, se decide
que la Macy Foundation financie una serie de conferencias que girarán en torno al
desarrollo de un nuevo lenguaje interdisciplinar que pueda describir fenómenos tan
diferentes como la transmisión de información mediante señales eléctricas, la
neurofisiología, la posibilidad de diseñar máquinas de cálculo y sistemas artificiales
capaces de autorregularse. (…) En 1949 se adopta oficialmente el término “cibernética”
propuesto por Wiener (1948). (…) Según Wiener, “la cibernética es el estudio del
control de la comunicación en el animal y la máquina. Posteriormente, Bateson la
definió como la rama de la matemática que estudia el control, la recursividad y la
información” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.59).
Estamos inmersos en la creación de la primera cibernética, a partir de ahora
conceptos como feedback (retroalimentación), donde los sistemas dan y reciben
información, hace que sea necesaria una nueva causalidad. Frente a la causalidad lineal
donde una causa determina un efecto, se pasará a una causalidad circular, una parte del
sistema causa una modificación en otra parte del mismo que, a su vez, reacciona
modificando la primera y así sucesivamente. La conducta pasa a ser explicada desde la
relación con los demás en el contexto (familia) de la que forma parte, el contexto da
significado a las conductas, y el salto de lo intrapsíquico a la relacional se ha dado.
3.2. Investigaciones. 1950-1960
3.2.1. Contexto
“La familia de clase media estadounidense adquiere características que serán
míticas: una familia cerrada, íntima, basada en la relación estrecha, padres-hijos,
aislada de la familia extensa así como del resto de la sociedad, y fundada sobre
una rígida división del trabajo, entre el padre trabajador y la madre dedicada a la
crianza de los hijos, que adoptan una posición totalmente pasiva” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.67).
“En 1954 aparece la Cloropromazina, el primer neuroléptico, con el que los
síntomas de agitación desparecían, pacientes hasta entonces inalcanzables eran ahora
permeables a las terapias. (…) Pero hay otro fenómeno especialmente relevante, George
Brown comprueba que los pacientes que regresaban con sus familias tras las
hospitalizaciones psiquiátricas recaían y volvían a ser internados. Brown formula el
concepto de Emotividad Expresada” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.69).
Surgen clínicos que se plantean al acceso a la terapia de los pacientes psicóticos,
y ese acceso vendrá sobre todo de la relación interpersonal. John Rosen, Harry Stack
Sullivan, Frieda Fromm-Reichmann, el movimiento humanista de la mano de Carl
Rogers, el psicodrama y la psicoterapia de grupo de J. L Moreno, siguen ganando
espacio.
Toda la terapia que surge de este contexto compartirá algunas características
básicas:
“No son terapias revolucionarias, pero se originan en la psiquiatría y en la
psiquiatría infantil institucional. Se trata de terapias eminentemente científicas. Todos
los fundadores se caracterizan por su actitud heroica y mesiánica, convencidos de haber
descubierto la “verdadera” causa y las “verdaderas” dinámicas de muchos fenómenos
patológicos, animados por la novedad de sus descubrimientos “(Bertrando y Toffanetti,
2004, p. 70).
“La premisa común de todos ellos es que los pacientes deben ser salvados,
rescatados, individuados, emancipados de las familias, o bien de sus familiares. Se
siembran así las raíces de un conflicto destinado a salir a flote muy pronto” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 71).
3.2.2. Ideas
En esta época surgirán las principales orientaciones en terapia de familia. “Los
terapeutas que trabajan en la Child Guidance Clinic se orientan a la terapia de familia a
partir de la psiquiatría infantil (Nathan Ackerman y Salvador Minuchin). Gran parte de
las terapias intergeneracionales proceden del ámbito de investigación sobre la
esquizofrenia: Murray Bowen, Ivan Boszormenyi-Nagy, Helm Stierlin o Carl Whitaker.
De las investigaciones sobre la esquizofrenia que forman parte del proyecto dirigido por
Gregory Bateson nace, gracias sobre todo a Don Jackson, la primera terapia familiar
conjunta sistémica y que busca aplicar a la terapia los conceptos de doble vínculo.
Gracias a Milton Erickson entra en la terapia familiar la idea de estrategia terapéutica”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 74).
3.2.3. ¿Dónde colocar el origen de la terapia familiar como profesión?
Bowlby, en 1949, publica su artículo sobre familias. Bell obtiene resultados
notables con el método de agrupar a todos los miembros de la familia, y publica, en
1961, “Terapia de Grupo Familiar”. Christian Midelfort refuerza el sentido de
pertenencia a la comunidad de sus pacientes psiquiátricos pidiendo a los familiares que
apoyen al equipo médico del hospital en las diversas contingencias cotidianas, además
de tomar parte en las entrevistas conjuntas (está documentado que este trabajo es
incluso anterior al de Bell). Charles Fulweiler utiliza un método que influye
profundamente en la evolución de las terapias sistémicas: deja a los miembros de la
familia solos en la sala de terapia, con el encargo de hablar de los problemas que les han
llevado hasta allí, y luego se retira a observarles detrás del espejo. Su posterior regreso a
la sala de terapia y sus comentarios a los miembros de la familia tenían el objetivo de
cambiar el patrón de comunicación intrafamiliar, que generalmente se manifiesta bajo la
forma de ataques al paciente. “A Fulweiler, Bell y Midelfort, les une que comienzan a
trabajar al mismo tiempo, o incluso antes, que los supuestos fundadores de la terapia
familiar, dejando entrever vías que otros recorrerán con gran fortuna, pero entretanto
quedarán aislados y por tanto marginados”. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 76).
3.2.4. Las primeras terapias de familia
Terapias Psicoanalíticas o Intergeneracionales
Nathan Ackerman
Es un respetado e influyente psicoanalista. Conserva algunos elementos básicos
de la teoría psicodinámica, establecer la diferencia entre normalidad y patología.
Entendiendo la patología dentro de un contexto supraindividual, la importancia de la
organización interna de la personalidad y la integración emocional del individuo en sus
roles familiares, junto con las relaciones y comunicación en el seno de la familia.
Cree en los procesos inconscientes familiares, por tanto las defensas y las
resistencias serán tanto individuales como colectivas al proceso terapéutico. “Cree que
son los procesos colectivos familiares los que hacen surgir la patología en uno de los
miembros. En este sentido aparece la consideración de chivo expiatorio” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 74).
En palabras de Ackerman (1956, p. 66): “Este artículo es un informe de un
estudio en desarrollo de la integración del sufrimiento emocional individual con la
estructura psicosocial de su familia. Los objetivos últimos son establecer criterios para
“el diagnóstico familiar”, una clasificación del funcionamiento emocional y la salud
mental de grupos de familia, y encontrar la correlación entre la patología de los
individuos con los la patología de la unidad familiar”. El objetivo de la terapia es
reabrir el debate intrapsíquico para trasladarlo a una dimensión relacional. El
terapeuta familiar asume el papel de padre sustituto; la tradición psicoanalítica define la
función paterna desde el rol de “dar derechos y de guiar al otro” que, traducido a la
actividad del terapeuta, desempeñará el papel de guía e instrumento de examen de la
realidad para toda la familia. En su modo de trabajar no están exentos el manejo de la
transferencia y contratransferencia como elementos inevitables en cualquier relación
humana.
Helm Stierlin
Psicoanalista alemán formado en la tradición fenomenológica de Karl Jaspers en
Heidelberg. Que de sí mismo nos dice: “la primera etapa fue Heidelberg donde estudié
Filosofía y Medicina con Karl Jaspers, Alfred Weber, Alexander Mitscherlich y Vicktor
von Weiszäker. (…) Mientras por las tardes me imbuía en las obras de Freud en la
Clínica Psicosomática, a la mañana siguiente oía decir en el seminario de Jaspers que
Freud había sido, junto con Marx, el genio maléfico de nuestro tiempo” (Stierlin, 1979,
p. 3).
Su interés se centra en la esquizofrenia, “toda la familia del esquizofrénico
comenzó a convertirse para mí en un problema cada vez mayor. Recuerdo, por ejemplo,
lo doloroso que me resultó que una joven esquizofrénica fuera sacada repentinamente
del hospital por sus padres: se trataba de una enferma de la que creía había hecho
muchos progresos conmigo. Pero Otto Will, mi supervisor, me consoló con las palabras
de Sullivan: frecuentemente, la primera señal de progreso reside en que los familiares de
los esquizofrénicos los aparten del tratamiento” (Stierlin, 1979, p. 3)
La posición que, como terapeuta, adopta podemos encontrarla en sus propias
palabras: “El terapeuta llega sobre todo a una comprensión psicológica reflexionando
sobre sus propios sentimientos y sus propias motivaciones. (…) Así es como puede, por
ejemplo, entender la dinámica sutil de la angustia del paciente sólo en tanto en cuanto
pueda ponerla en relación con sus propias vivencias, actuales, o potenciales” (Stierlin,
1979, p. 64).
Salvador Minuchin
Psicoanalista que tiene que intervenir con una población que se caracteriza por
ser “miembro del grupo minoritario urbano, habitante del gueto, que sufre pobreza,
discriminación, miedo, hacinamiento y carencia de hogar” (Bertrando y Toffanetti, 2004
p. 83). Se encuentra con la dificultad de su realidad, el psicoanálisis se creó y pensó
para intervenir sobre el mundo fantasmático, esa limitación del método psicoanalítico y
la propia iniciativa de Minuchin le llevan a proponer su propio modelo.
Escuela de Filadelfia
Ivan Boszormenyi-Nagy
Psicoanalista influido por el pensamiento de Martin Buber y su filosofía del
encuentro: “El hombre sólo puede ser percibido en cuanto totalidad existente, como
compañero” (Buber, 1969, p. 78). Por Harry Stack Sullivan, por la teoría interpersonal
de Fromm-Reichmann y la teoría de las relaciones objetales de Fairbairn, Nagy llega a
una primera conclusión “Los síntomas de los pacientes parecen adquirir más sentido si
son vistos a la luz del contexto familiar, mientras que su mejoría tiende a generar
problemas en algunos de los miembros de la familia” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.
84).
Terapias Sistémicas y Estratégicas
A Lyman Wynne le debemos los conceptos de pseudomutualidad, evitar los
desacuerdos a través de mensajes falsos que no sean explícitos de aceptación y
pseudohostilidad, necesidad oculta de intimidad y afecto asociado a tendencias
agresivas y destructivas que protege de un vínculo ansiógeno y sofocante. Estos
conceptos se formulan en su intento de comprensión de la esquizofrenia:
“La interpretación dinámica de la esquizofrenia se desarrolla considerando la
organización social de la familia. Una serie de conceptos e hipótesis son aplicables a los
prepsicóticos, las fases agudas y crónicas de los procesos esquizofrénicos se formulan
con un particular foco en la relevancia de las relaciones familiares” (Wynne et al., 1971,
p. 206).
Theodore Lidz, en su trabajo sobre la esquizofrenia, afirma: “en un cuidadoso
escrutinio de 14 familias que tenían un hijo esquizofrénico, se revela que las relaciones
maritales de los padres estaban seriamente dañadas” (Lidz et al., 1957, p. 241). En este
trabajo identifica dos patrones de relaciones maritales asociados a la esquizofrenia de
los hijos, el cisma conyugal, que lo define como relaciones conflictivas en las que las
dificultades pueden a cada uno satisfacer sus propias necesidades ignorando al otro; y el
matrimonio obligado, donde un miembro claramente patológico de la pareja queda
como figura dominante aceptada por el otro que satisface sus necesidades de
masoquismo y dependencia.
El interés por el estudio de la esquizofrenia es el objeto de estudio de John
Weakland, Jay Haley y William Fry, quienes se ocupan de la comunicación ambigua,
mensajes y metamensajes que ponen al receptor en una situación paradójica.
“Un esquizofrénico es una persona que va al restaurante y se come la carta del
menú” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 95).
El desarrollo conceptual y epistemológico viene del trabajo de Gregory Bateson,
que introduce el concepto de deuteroaprendizaje, “aprender a aprender” o
metaaprendizaje, es decir, un aprendizaje de segundo nivel que implica que al
comprender un comportamiento aprendemos la clase de comportamientos de los que
forma parte. Aprendemos el contexto que da sentido al comportamiento. Su énfasis en
la comunicación como sinónimo de conducta le lleva a establecer los canales de la
comunicación, analógico y digital. El primero asociado al mundo emocional y el
segundo, a los datos, a la información. También define los tipos básicos de interacción,
simétrica es la que se sostiene en la igualdad, y complementaria la que se sostiene en la
diferencia.
Don Jackson, aporta su idea del síntoma esquizofrénico como “epifenómeno” de
mecanismos subterráneos homeostáticos familiares. “Los síntomas de un individuo
mantienen el equilibrio del sistema más que el equilibrio de sus fuerzas intrapsíquicas.
Esta afirmación es una demanda para un importante cambio en el pensamiento
psiquiátrico” (Haley, 1962, p.70).
La unión de estas ideas lleva a la primera teoría relacional de la esquizofrenia,
“el doble vínculo”, un hipotético escenario familiar para el futuro esquizofrénico.
“El doble vínculo es una situación en la que haga lo que haga una persona, no
puede ganar” (Bateson, Jackson, Haley y Weakland, 1956, p. 251).
Don Jackson, reformula su idea de homeostasis familiar, si se presupone que la
familia es un sistema cerrado, cada individuo tenderá a mantener constantes sus
parámetros interactivos aún a costa de uno o varios miembros de la familia. La familia
explica el motivo estructural por el que tiene sentido que en una familia exista una
persona esquizofrénica.
Haley se fascina con el tema del poder, y va a generar una escisión con los
presupuestos de Bateson.
“El poder es una cuestión central en la vida humana” (Haley, 1976, p.59). “El
poder corrompe más rápidamente a los que creen él. (…) Pero sigue siendo un
disparate epistemológico y desemboca inevitablemente en diversos tipos de
desastre” (Bateson, 1976, p. 197).
Haley se convence de la posibilidad de ver la familia como una jerarquía en la
que algunos controlan a los otros y tienen más poder para establecer las reglas del
sistema.
Surgen dos concepciones que derivarán en dos modos de concebir la terapia de
familia: Sistémica en sentido riguroso, fiel a los presupuestos de Bateson; y Estratégica,
más ligada al pensamiento de Haley.
Bateson concibe cada sistema (por tanto también la familia) como un conjunto
unitario pero en el que confluyen los procesos de comunicación. Haley y Jackson la
conciben como una organización jerárquica en la que los individuos luchan por
establecer quién define las relaciones.
Terapia Sistémica
Don Jackson desarrolla la idea de equipo unidireccional, con la que la terapia de
familia se convierte en la terapia pública por excelencia en la que la supervisión es casi
siempre directa. Su concepción del síntoma es funcional y organizacional, tiene como
función mantener el equilibrio de las relaciones entre los miembros de la familia, su
función permite además a otros familiares no exhibir dificultades evidentes.
El objetivo por tanto del trabajo terapéutico es encontrar el contexto en que el
comportamiento desviado adquiere un razonable significado. El estilo de Don Jackson
es directo, focalizado en las interacciones y relegando a un segundo plano el juego de
las emociones
Para Don Jackson “las conductas son comunicacionales, no consecuencia de lo
que sucede dentro de la persona” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 105).
Terapia Estratégica
Jay Haley, quien desarrolla la terapia estratégica, considera a Erickson el primer
terapeuta estratégico. Sus ideas están muy influidas por el pensamiento de Erickson:
“Milton Erickson representaba los nuevos caminos de la psicología clínica. Fue una
especie de prodigio en los años cincuenta cuando la psicoterapia atravesaba un período
de grandes cambios: de ser intrapsíquica, psicodinámica, pasó a ser directiva, externa y
a involucrar a familiares de los consultantes o a familias enteras. Eso precisamente hacía
Erickson en aquellos días, desarrollaba un abordaje muy directivo, centrado en el
cambio y en las relaciones entre los miembros de una pareja o de una familia” (Linares
y Ceberio, 1998, p.33).
La seguridad con la que Haley inicia la terapia estratégica se concreta en
afirmaciones tan rotundas como “toda limitación no es más que una construcción
mental” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 107). Para Haley la estrategia de la terapia
consiste en hacer planes, buscar soluciones peculiares e inesperadas para conducir a los
clientes en la dirección deseada. Introduce tareas para casa con el objeto de darle un
significado simbólico en la vida de los clientes. Y considera la sugestión un elemento
que no se puede descuidar en la relación terapéutica.
Terapias Experienciales
Whitaker era conocido como un hombre carismático y una de las voces más
poderosas en dar forma a la Terapia de familia en los inicios de los sesenta. A menudo
provocativo en sus enseñanzas, una vez dijo en una entrevista que “todo matrimonio es
una batalla entre dos familias luchando por reproducirse a sí mismas” (Goleman, 1995,
p.23).
Whitaker crea un método nuevo de trabajo: la coterapia. Los dos coterapeutas
participan estrechamente en las interacciones emotivas que surgen en el transcurso de la
sesión. Este modo de trabajar supone una profunda implicación del terapeuta en los
procesos emotivos de los clientes además de un especial interés por el mundo
simbólico. En Terapia se reproducen algunos elementos de la relación madre-hijo.
3.3. Desarrollo de la terapia familiar. 1960-1970
3.3.1. Desarrollos teóricos
Los trabajos de Maruyama contribuyen al desarrollo de la teoría cibernética, se
ocupa de los mecanismos que favorecen la homeostasis dentro de un sistema. La
morfogénesis y la morfostasis, como tendencias que mantienen el equilibrio de un
sistema. Bateson entiende la teoría sistémica como una epistemología global.
3.3.2. Terapias Psicoanalíticas e Intergeneracionales
Los modelos psicoanalíticos no prosperan, Ackerman funda el primer instituto
dedicado a la terapia de familia y a su enseñanza. La Escuela de Filadelfia, bajo la guía
de Nagy, integra elementos sistémicos en la teoría de las relaciones objetales.
Psicoanalistas europeos se acercan a la terapia de familia como Helm Stierlin y Mara
Selvini Palazzoli.
Los primeros trabajos de Mara Selvini Palazzoli, hasta 1971, su práctica y su
teoría están relacionadas con el psicoanálisis. Trabaja con interpretaciones de la
dinámica inconsciente y de las transferencias.
Conceptualmente la visión intergeneracional de Bowen se consolida como un
paradigma de intervención en terapia familiar y publica su libro “El uso de la terapia de
familia en la práctica clínica”. Elabora el concepto de triangulación, que define como
la tendencia de toda pareja a incorporar un tercero en sus transacciones de modo que
resulta imposible la relación diádica. Elabora su técnica y su posición terapéutica
cercana a la familia pero objetiva, no se alía con ninguno, mantiene la distancia
suficiente para manejar los triángulos sin ser triangulado. Otra afirmación de Bowen, de
especial relevancia para entender la “capacidad” de cambio de un terapeuta, es su
afirmación de que el “terapeuta puede ayudar a la familia hasta su propio nivel de
diferenciación” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 138). Esta idea de Bowen no es más
que la afirmación clásica psicoanalítica “mutatis mutandis” de que el terapeuta no puede
llegar más allá con un paciente de lo que ha llegado en su propio análisis. Sus conceptos
de yo y diferenciación son cercanos a la posición de Ackerman y Whitaker, aunque su
manera de intervenir “desde la búsqueda de la objetividad”, se aleja de la subjetividad
que supone el manejo de la transferencia y la contratransferencia.
“A partir de 1967 se inicia la edad de oro de la Terapia de los Sistemas
Familiares que se conocerá simplemente como la terapia de Bowen” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 138).
Existen aportaciones sobre la génesis del conflicto entre generaciones, uno de
los más notables es el equilibrio patológico estable en el cual se ve fácilmente un
chivo expiatorio familiar cuya función es evitar que la familia preste atención al duelo.
“La Teoría de Norman Paul tiene por objetivo el duelo operacional en el que los
patrones familiares son modificados por medio de la libre expresión de sentimientos de
duelo, la exhibición de los mismos y, en definitiva, su resolución mediante la acción de
terapeutas en el contexto protector de la terapia” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.
131).
Las terapias experienciales pasan a ser más valoradas, Virginia Satir y Carl
Whitaker son los más representativos de este modelo, que recurren a técnicas
psicodramáticas y gestálticas.
Dentro de la escuela de Filadelfia, Nagy se encuentra con la necesidad de
integrar dos polos: por un lado “las relaciones humanas” y, por otro, la “interioridad”.
Ese esfuerzo conduce a una propuesta, la psicoterapia intergeneracional ecléctica:
“Es de especial importancia el énfasis de lo intrapsíquico, de cómo los cambios
estructurales en los individuos corren de forma paralela a los cambios críticos en el
sistema familiar” (Boszormenyi-Nagy y Framo, 1965, p. 10).
El pensamiento de Nagy se centra en un concepto a caballo entre la ética y la
generación de la identidad. Incluye desde lo más externalista de lo recibido por nuestros
predecesores, pero también desde el punto de vista interno, incidiría en la construcción
de nuestra propia identidad con el legado o la expectativa que se nos ha trasladado. Para
Nagy el sentido del yo se organiza en torno al reconocimiento y continuidad de la deuda
que cada uno tiene.
Terapias Sistémicas
En esta época, el M.R.I. (Mental Research Institute) de Don Jackson pasará a ser
reconocido como la escuela de Palo Alto, por ser el lugar donde se traslada en 1959. La
escuela es un hervidero de ideas que se incorporarán a los campos de clínica e
investigación del futuro de la terapia de familia. Aparece el concepto de “Estrategias en
psicoterapia” de la mano de Haley. Según Virginia Satir, “el paciente necesita hacerse
responsable de sí en todo momento y el terapeuta debe renunciar a su papel de salvador”
(2002, p.57). También destacan los trabajos de Carlos Sluzki sobre la formalización de
las relaciones simétricas y complementarias, y Ferreira acerca de los mitos familiares.
La obra que se considera la mayor aportación de esta época es “La teoría de la
comunicación humana” (Watzlawick, Jackson y Beavin, 1967). Estamos ante los
fundadores de la primera teoría terapéutica de orientación familiar.
Terapias Estratégicas
En 1958, Jay Haley hace una manifiesta provocación cuando publica el artículo
“The art of psychoanalysis”, “donde define el psicoanálisis como un método de atrapar
a los clientes en un doble vínculo del que difícilmente pueden escapar” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.146). Como algunos pensamos, la coherencia de un terapeuta se
manifiesta, más allá de la epistemología con la que se enfrente a su trabajo, con su
propia actitud frente a la vida. Si sus motivaciones son mayores que la curiosidad por el
conocimiento, no es de extrañar que, desde ahí, el tema de interés de Haley sea el poder.
Desde el poder lee las reglas de comunicación e interacción de la familia y el poder que
el síntoma otorga a quien lo padece. Este modo de pensar inicia un alejamiento del
pensamiento batesoniano. Como es sabido el narcisismo exige tener nombre propio.
Terapias Estructurales
Minuchin ya se ha enfrentado a una necesidad: la necesidad de ser operativo ante
situaciones que requieren algo más que el trabajo a través de la semántica del conflicto,
la necesidad que puede llevar a la toma de conciencia y a su resolución. Para ello, tiene
que enfrentarse a la pragmática de la vida, especialmente de la vida familiar que se
organiza en torno a la ausencia de reglas, de roles definidos. El enfoque de Minuchin se
inicia en una diferencia, la diferencia entre funciones instrumentales y funciones
expresivas:
“la dimensión instrumental se refiere a la medida en que las relaciones sociales
son un medio para conseguir objetivos o metas. (…) Las relaciones expresivas
hacen referencia a las relaciones que son un fin en sí mismas” (Gracia-Fuster,
1997, p.58)
La idea de poder de Haley se va a unir con la “falta de organización de las
familias” con las que se encuentra Minuchin. De la síntesis de este pensamiento surge
su meta en el tratamiento: “la jerarquía familiar” como objetivo primario al que se
subordina la relación terapéutica. Para Minuchin las técnicas son el instrumento para
alcanzar el cambio y las utiliza frente al síntoma, es decir, la estructura familiar y la
realidad familiar que permite que se mantenga esa estructura familiar.
Terapias Experienciales
Para Carl Whitaker el eje de la intervención es la experiencia emotiva, esa
experiencia emocional correctora que, como un hilo invisible, impregna todos los
métodos humanistas. Pero su etiología de los problemas familiares no deja de ser un
planteamiento perturbador: “El matrimonio es el resultado de la unión de dos chivos
expiatorios, él es el enviado de su familia y ella de la suya, y ambos tienen la misión de
reproducir sus respectivas familias” (Whitaker, 1991, p.56).
Desde esta afirmación parece que la deducción a la que nos invita Whitaker es
obvia, la intervención debe ir dirigida a que los miembros de la pareja sean capaces de
crear su propia familia.
Virginia Satir, continúa con su propio desarrollo integrador, en el que se incluye
el modelo comunicacional, la terapia gestáltica, el psicodrama y las técnicas narrativas.
“Se sitúa en una modalidad netamente experiencial y en una perspectiva trigeneracional.
Su método se denomina cronología de los hechos de la vida de familia, y recorre las
diferentes etapas de los acontecimientos más significativos de la historia de la familia.
El terapeuta debe siempre confiar en el instrumento y en la intuición: el potencial
curativo está contenido sobre todo en el encuentro humano entre el terapeuta y la
persona que tiene delante de él”.” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.158).
Terapias Multifamiliares
Surge una idea nueva: la intervención con diferentes familias a la vez, con un
objetivo, contribuir entre todos a la diferenciación de los miembros frente a las
posiciones simbióticas de las que, en teoría, parten.
La figura que se coloca en los orígenes de este modo de trabajo es Henri Peter
Laqueur, de orientación psicoanalítica. Laqueur afirma que “los pacientes hablan con
sus propios familiares de un modo que, en el contexto de la familia, parece menos
insensato. Se establece lo que Laqueur denomina comunicación perturbadora”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.161).
Los comportamientos de los terapeutas de aceptar los problemas y las visiones
del mundo que traen las familias sin ponerlas en discusión, están alejadas de la fuerte
directividad de otros modelos.
Terapias de Redes sociales
Este modelo surge como una necesidad frente al progresivo deterioro en el que
la vida familiar puede ir cayendo. Las familias multiproblemáticas son un desafío para
cualquier tipo de intervenciones, de tal modo que la utilización de todos los medios
posibles y coordinados se ofrece como una solución.
“En esta línea de intervención hay dos grandes grupos de trabajo: el de Ross
Speck y Carolyn Attneave en Filadelfia y el de Robert Mac Gregor en Texas. La
intervención parte de formalizar encuentros con toda una red social en la que se engloba
a la familia. Ambos grupos coinciden en la necesidad de involucrar el contexto social en
el proceso de curación. Mac Gregor lo sistematizó en un procedimiento que denominó
terapia de impacto múltiple. Varios profesionales organizan a las familias en distintas
combinaciones, para reunirse después en un único gran grupo donde intercambian ideas
y determinan las preinscripciones” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.164).
3.4. Técnicas. 1970-1980
3.4.1. Desarrollos teóricos
Las ilusiones sobre la eficacia de la terapia de familia en la esquizofrenia se han
desvanecido y se abandona la idea de “la cura de la esquizofrenia” por los terapeutas
familiares. Lo que motivó el origen de la terapia familiar deja una meta no en vano,
estamos en un momento donde se fortalece una preocupación que siempre ha estado en
la psicoterapia: la medida de su eficacia. Se han iniciado los estudios comparativos y
metaanalíticos que no aprecian diferencias entre los distintos modos de hacer terapia,
esto supone una cura de humildad, una renuncia a la verdad terapéutica y abre la puerta
a un pensamiento integrador.
“Lo que Lester Luborsky bautizó como veredicto del pájaro Dodo y consiste en
la imposibilidad con el abultado trabajo de investigación realizado hasta la fecha para
demostrar diferencias consistentes entre intervenciones psicoterapéuticas basadas en
diferentes teorías o escuelas, imposibilidad a la que se ha añadido la dificultad
encontrada para definir un placebo en psicoterapia y la comprobación de la magnitud de
efecto lograda por alguno de los placebos propuestos” (Fernández Liria, 1999, p.209).
En estos años se redescubren las ideas de Bateson que van más allá de las
propuestas del M.R.I.
La psiquiatría empírica se acerca al estudio de la esquizofrenia poniéndola en
relación con la expresión de la emoción. Se debe a Brown el concepto de emotividad
expresada y su relación con la mejoría clínica de los pacientes.
“La Emoción Expresada es un índice de actitudes familiares que ha resultado ser
un poderoso instrumento para predecir la recaída esquizofrénica” (Leff y Vaughn, 1981,
p.102). “Las escalas EE sirven para evaluar la emoción expresada mientras un pariente
habla sobre un paciente designado (quien prototípicamente acaba de experimentar una
crisis esquizofrénica). La crítica y la excesiva vinculación emocional han sido
determinadas como las escalas de EE con mayor poder para predecir recaídas
posteriores” (Simon et al., 1984, p.127).
Esta década “Framo la denomina la batalla por los nombres de las marcas. Los
jefes de las escuelas publican sus versiones más o menos definitivas” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.175).
En el Ackerman Institute se incorporan Lynn Hoffman, Peggy Papp y Olga
Silverstein, que orientan el modelo hacia el MRI, donde se incorpora la teoría sistémica
de Milán y, con posterioridad, el constructivismo y el construccionismo. La terapia
estratégica toma 2 direcciones: la estratégico-sistémica del MRI y la Estratégica y
estructural de Haley. El grupo de Milán propone una terapia estructural Batesionana.
Bowen crea su modelo, teoría de los sistemas familiares; Nagy, la terapia familiar
contextual y Framo una combinación de la terapia de pareja, que incluye los modelos
intergeneracionales y la teoría de las relaciones objetales. Don Williamson ve la vida
familiar como una lucha de generaciones. El auge del humanismo reactualiza la obra de
Virginia Satir junto a Bunny Dolch y David Kantor. Surge el interés por la
investigación cuantitativa y los primeros manuales importantes de terapia de Familia
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.176).

3.4.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales

En las teorías psicoanalíticas la idea de transformación de la realidad en función


de los procesos inconscientes, se traslada a su modo de entender la teoría y la clínica de
la intervención.
“El significado de los sucesos vitales es estrictamente personal e idiosincrático
que podemos entender sólo desde el ciclo vital de cada individuo y su contexto”
(Fairbairn y Dodds Fairbairn, 1952, p.3).
Las formulaciones de Fairbairn sirven de puente entre lo intrapsíquico y lo
familiar. Próximos a esta posición, autores como Main y Dicks afirman “que el
problema individual está inexorablemente unido a otras personas clave del contexto
social más cercano” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.178).
Robin Skynner explica la disfuncionalidad como el resultado de la interacción
entre el estadio de desarrollo (respetando la tradición evolutiva del psicoanálisis) con los
recursos o sus déficits de pautas para enfrentarse a las situaciones estresantes.
“En la concepción de Skynner, cada miembro de la pareja lleva a la familia
aspectos no resueltos correspondientes al nivel de desarrollo que ha alcanzado, y
hace partícipe a su interlocutor de los temas inherentes a su propia historia
mediante mecanismos proyectivos. La lucha entre los dos sistemas proyectivos
lleva a la destrucción de las posibilidades de relación cuando uno de los sistemas
prevalece sobre el otro” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.179).
“Es necesario describir los procesos subjetivos de la familia que tienen que ver
con la conciencia y la experiencia” (Skynner y Schlapobersky, 1984, p.14).

Ivan Boszormenyi-Nagy y la Terapia Contextual


“La terapia contextual es una rama de la terapia intergeneracional
dialéctica que se desarrolló en los primeros intentos de terapia de familia
intensiva con esquizofrénicos” (Boszormenyi-Nagy, 1986, p.7). “Los terapeutas
contextuales se guían por principios operativos que comienzan con la definición
que da la propia familia a sus problemas para convertirla en un plan terapéutico.
Los terapeutas contextuales tienen que tener los ojos para ver y los oídos para
escuchar a la familia con sus propios términos. A través de las palabras y las
conductas, las personas definen sus conflictos interpersonales y definen las
fuentes psicológicas y existenciales de su dolor. En el proceso requieren, de
alguna manera, el reconocimiento del que le escucha, una legitimación del
pasado y el presente de su sufrimiento (Boszormenyi-.Nagy, 1986, p.13).
Entre los conceptos de Nagy está el de equilibrio de equidad, que entiende
como universal independiente de la cultura familiar. La perspectiva multigeneracional
de Nagy, coloca a los padres en el rol de responsables del bienestar de sus hijos, en este
sentido debe ser entendido el concepto de lealtad. Los padres pueden depositar en los
hijos herencias más o menos pesadas o más o menos constructivas que los hijos están
obligados, por lealtad, a aplicar en sus vidas siguiendo las premisas de sus padres.
“La lealtad es un sentimiento de solidaridad y compromiso que unifica las
necesidades y expectativas de una unidad social (por ejemplo, la familia) y “los
pensamientos y motivaciones de cada miembro” (Simon et al., 1984, p.211).
“El concepto de lealtad invisible hace referencia a vínculos aparentemente
inexplicables entre las generaciones. La perspectiva del registro semeja un rendir
cuentas de las deudas y los créditos: si la persona tiene la percepción que debe saldar
sus deudas en relación con las generaciones anteriores, su vida quedará bloqueada por
una lealtad invisible y tenaz, y no podrá desarrollarse plenamente” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.189).
Para Nagy individuación y lealtad no son opuestos, se trata de encontrar un
equilibrio entre las exigencias del individuo y de la unidad familiar (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.189).
James Framo
Su pensamiento recoge la influencia de la teoría de las relaciones de objeto y la
teoría de Bowen. Prioriza la intervención sobre los conflictos intrapsíquicos que, sólo
secundariamente, se trasladarán a la pareja. De un modo implícito, está acercando su
concepción del conflicto relacional a los déficits intrapsíquicos, a las necesidades no
cubiertas; de tal modo que lo que guía la elección de pareja es la necesidad. Está
planteando un cuasi determinismo donde los patrones relacionales adultos están al
servicio de las carencias infantiles. En la intervención recurre al uso de técnicas
psicodramáticas clásicas, trabaja en el “aquí y en al ahora” inicialmente para ir
gradualmente acercándose a las relaciones con la familia de origen. El final del
tratamiento es llegar a la sesión crucial con las respectivas familias de origen. Las
sesiones intergeneracionales son el punto culminante y concluyente de la terapia.
“Muchas personas no ven a sus esposas, sus hijos, sus compañeros como
realmente son, sino los fantasmas que les representan. Los otros actuales significativos
están ensombrecidos y se les responde como si fueran aspectos separados del self.
Cuando los clientes están preparados para enfrentarse cara a cara con la crítica, los
temas hasta entonces evitados con los padres, hermanos, hermanas; se llevan los
problemas atrás, donde comenzaron, pueden quitar algunos de los filtros que existen
entre ellos y sus otros íntimos” (Framo, 1992, p.10).
Maurizio Andolfi
Su posición técnica es, en sí mismo, una integración de elementos
psicoanalíticos, sistémicos y técnicas expresivas. Entre sus preocupaciones está la
participación de todos los miembros de la familia, lo que le lleva a desarrollar modos
para conseguir que los niños se sientan partícipes en la sesión adaptándonos a su modo
de comunicación.
“El juego es el elemento fundamental que hace posible incluir a los niños en la
terapia familiar sin tratarlos como adultos en miniaturas. (…)Mediante el juego el niño
puede encontrarse cómodo; percibir como familiar el contexto terapéutico, expresarse a
sí mismo y comunicar sus necesidades y estados de ánimo a los otros” (Andolfi, 1977,
p.20).
Terapias Sistémicas y Estratégicas

Tras la muerte de Jackson, los proyectos se centran en tratamientos de


emergencia, violencia familiar. Su aportación más revolucionaria es concebir los
episodios clasificados como esquizofrenia aguda, como crisis evolutivas en vez de
enfermedad.
“Su concepción de los problemas son intentos fallidos de solucionar las
dificultades de la vida (…) convirtiéndose en más de lo mismo” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.197). Algunas de las pautas que guían su intervención son la
aplicación al área individual, su énfasis en la conducta, y la prescripción de los
comportamientos no deseados, por ejemplo la prescripción del síntoma.
Haley va organizando su pensamiento en torno a la jerarquía familiar y al poder,
de tal modo que su lectura del síntoma lo realiza desde su función equilibradora de la
familia, y como una táctica de poder personal. Esto conduce a afirmaciones tan
interesantes desde el punto de vista teórico como: es “la fuerza de la debilidad”.
Terapias Estructurales
Minuchin continúa su modo de pensar pragmático y lo va sistematizando desde
la técnica en el que será un libro de culto para los estructuralistas, “Técnicas de terapia
familiar” (Minuchin y Fishman, 1981). En el que integra la noción de síntoma desde un
pensamiento circular, de reconducir la epistemología familiar sobre el síntoma de la
linealidad a la circularidad, los modos de reequilibrar el sistema, lo que supone saber
manejar las técnicas de desequilibramiento como paso previo a la obtención de un
equilibrio más evolucionado. El desarrollo del modelo estructural se sostiene desde la
posición del terapeuta con relación a la familia, donde el terapeuta se presenta y se
identifica con el rol de experto de cambio.
Terapias Sistémicas
El grupo de Milán, Mara Selvini Palazzoli, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin y
Giuliana Prata, dirigen su trabajo a encontrar las raíces de los grandes trastornos
mentales. Inicialmente sus aportaciones son técnicas para, en un segundo momento,
reorganizarse hacía una concepción batesoniana, que podríamos definir como
ortodoxamente sistémica.
“El interés se desplaza desde los síntomas a los patrones de comportamiento, a
las premisas epistemológicas y a los sistemas de significado, desde el tiempo
presente a un marco temporal que comprende pasado presente y futuro”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.209).
El grupo de Milán apoya su intervención en conceptos más que homeostáticos,
“impasse y homeostasis no son más que apariencias sostenidas por patrones
comportamentales que derivan de errores epistemológicos de los miembros de la
familia” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.209), La tarea del terapeuta es crear un
contexto de deuteroaprendizaje donde las pacientes pueden descubrir las soluciones
por sí mismos. Utilizan como recurso las preguntas circulares
“Preguntas circulares: Esta técnica, empleada en la terapia sistémica, tiene por
objeto reunir y, a la vez, transmitir información dentro del sistema familiar. La
información reunida ayuda a formular y legitimar hipótesis sobre la estructura dinámica
de la familia. (… )Por ejemplo se pide a cada participante de la sesión de terapia
familiar que exprese sus puntos de vista sobre las relaciones y las diferencias existentes
entre otros miembros de la familia. En consecuencia, cada integrante de la familia
contribuye en un metanivel (metacomunicación) al desarrollo de una imagen de la
estructura familiar y a la comprensión del carácter circular (circularidad) de las
relaciones de la familia” (Simon et al., 1984, p.278).
En 1980, el grupo de Milán presenta su trabajo “Hipotetización, circularidad y
neutralidad”. Su modo de intervenir parte de la formulación de la hipótesis cuyo
objetivo es introducir entropía o negentropía en el sistema familiar. Las hipótesis que
construyen son siempre interrelacionales, diádicas, sistémicas, y se piensan desde la
circularidad. El terapeuta se coloca en este proceso en una posición de imparcialidad. La
hipótesis es un punto de partida sobre los conflictos interpersonales de la familia.
“La entropía es una medida aproximada de la desorganización y el desorden, o la
falta de un modelo en la estructuración de un sistema. La entropía negativa o
negentropía se refiere, en términos generales, al grado de orden u organización
de un sistema cerrado” (Simon, 1984, p.133).
“A partir de 1980, el modelo de Milán es el modelo sistémico por excelencia"
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.209,), lo que sería lo mismo que afirmar
“Mutatis mutandis” es el modelo batesoniano por excelencia.
Terapias Experienciales
El modo de hacer terapia de Carl Whitaker se ha denominado de diferentes
maneras, en este momento lo denominan terapia simbólica experiencial. Para Whitaker
“el origen de los problemas familiares está en los confines internos demasiado rígidos o
demasiado fusionales, de los que derivan subsistemas no funcionales. (…) Recurre al
psicoanálisis para profundizar en los individuos. (…) Es fiel a la coterapia, hace uso del
silencio, del propio yo del terapeuta y de sus propias emociones y fantasías” (Bertrando
y Toffanetti, 2004, p.213).
Insiste en que la terapia no debe tener objetivos previos y su lema es proceso y
no progreso. Estructura el proceso terapéutico en tres fases: “Fase inicial, durante la
cual la familia y el T determinan sus posiciones y responsabilidades dentro del sistema
terapéutico (Whitaker, 1991, p.65). Fase nuclear, durante la cual la familia trabaja con la
reestructuración del sistema. (Whitaker, 1991, p. 75). Fase de terminación en que el
terapeuta y la familia se separan y concluyen el contrato terapéutico” (Whitaker 1991, p.
82).
3.5. La complejidad. 1980-1994
3.5.1. Desarrollo teórico
¿De qué hablamos cuando hablamos de complejidad? ¿Es algo
específico? ¿Es un cambio paradigmático?
“Esta escuela de pensamiento, que estudia la relación entre el conocimiento y la
realidad dentro de una perspectiva evolutiva, postula que un organismo no es
nunca capaz de reconocer, describir o copiar la realidad, y que puede construir
un modelo que se ajuste a ella” (Simon et al., 1984, p.88).
Maturana crea un edificio teórico sobre los conceptos de autonomía y cierre
operativo de un sistema, junto a la limitación del observador que no define un sistema
por su naturaleza sino por su elección.
Con Varela crea el término autopoiesis, con el que definen el proceso mediante
el que interactúan las partes de un sistema hasta que se produce la organización del
mismo.
Este modo de pensar la realidad genera un cambio epistemológico: se pasa de la
realidad objetiva, a la reflexividad y la autorrefencia.
“Los sistemas autopoiéticos son sistemas dinámicos que se definen como
unidades integradas por la red de producción de sus propios componentes
(Maturana y Varela, 1995, p.35), es decir, en la definición de Maturana, un
sistema sólo produce operaciones en la red de sus propias operaciones
(Luhmann, 1996, p.12). Ellos regeneran recursivamente la red de producción
que los produce y realizan, además, una red como una unidad ubicada en el
espacio en el que existen” (Robles Salgado y Cathalifaud, 2000, p. 3).

“La linealidad del modelo del M.R.I. es sustituido por una consoladora
complejidad que acaba con la ilusión de poder actuar sobre las familias como si
fueran maquinas homeostáticas. La terapia familiar es el arte de lo posible y el
terapeuta tiene la tarea de secundar y favorecer la evolución espontánea e
imprevisible de los síntomas observados” Bertrando y Toffanetti, 2004 p.237).
La aceptación de la complejidad no se instala como un paradigma abarcativo,
sino como una fuente de conflicto y escisión entre teorías sistémicas, estratégicas y
estructurales, teorías analíticas, intergeneracionales, comportamentales.

3.5.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales

Terapia familiar psicoanalítica francesa


Según Eiguer, a finales de los 70, un grupo de analistas franceses se ocupa del
discurso familiar respetando la metapsicología freudiana y rechazando el activismo
terapéutico. La intervención se realiza desde la comprensión e interpretación de la teoría
psicoanalítica y el análisis de la transferencia grupal como expresión del proceso
analítico grupal sin descuidar la contratransferencia.
Ruffiot organiza la idea de la situación familiar en torno a tres elementos: la
elección de objeto (narcisista, anaclítica y edípica); el yo familiar, diferenciador de lo
interno y lo externo a la familia; y la interfantasmatización como lugar de encuentro de
la historia familiar (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.241).
Lemaire encuentra en el rol, el concepto integrador de la teoría sistémica y el
psicoanálisis, El rol puede servir como modo de librarse de una conflictividad personal
intrapsíquica mediante el uso de mecanismos proyectivos. Lemaire define lo patológico
como el comportamiento de negociación de la ambivalencia.
Terapia familiar de las relaciones objetales
David Scharff y Jill Savege Scharff buscan observar las relaciones objetales en
el juego familiar. Las ideas de Fairbairn sobre “diadas precoces” y la “falta básica de
Balint” les lleva a pensar que esta falta básica puede llevar a los miembros de la familia
a adherirse a objetos o inventar objetos, de tal modo que las relaciones como pares se
sustituyen por relaciones de dependencia.
“Para Fairbairn, el mayor trauma que podía sufrir un niño era la frustración de su
deseo de ser amado, y de que su amor no fuera aceptado, y creía que, desde el punto de
vista del desarrollo, este trauma era el único que realmente tiene importancia, y de aquí
la gran trascendencia de la relación bebé-madre. Los trastornos del desarrollo se
producen cuando la madre no hace sentir al niño que lo ama por sí mismo, como
persona. Estas madres pueden ser tanto posesivas como indiferentes” (Fairbairn y
Dodds Fairbairn, 1952, p.17).

“Si el objeto no encaja con las necesidades del niño, esto determina una 'falla
básica', pero si es capaz de adaptarse a sus necesidades, genera un 'sentimiento de
tranquilo bienestar” (Balint y Balint, l968, p.97).
Para explicar su modo de trabajar utilizan dos conceptos: “el de relación
centrada, creemos que la madre y el hijo se relacionan intencionalmente sobre los
límites de su propio yo corporal mientras cada uno de ellos trata de comunicar con el
centro de su propio cuerpo y de su propio yo, marcando recíprocamente la identidad del
otro; y holding contextual, que se refiere a la capacidad de los padres para responder a
las necesidades de los hijos” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.244).
Desde el punto de vista de la intervención no están interesados en desvelar los
secretos familiares, sino en restituir a las familias (reparar) eliminando las resistencias.
Terapias Sistémicas y Estratégicas
Terapias Estratégicas
Cloé Madanes reformula las ideas de Haley. “Los síntomas son vistos como el
resultado de jerarquías incongruentes, es decir, como intentos, por parte de los hijos, de
cambiar a sus padres, con claras referencias no sólo a Haley sino también a las ideas
jerárquicas de Minuchin” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.247).
Jeffrey Zeig tiene puntos en contacto con otras terapias estratégicas pero amplía
las posibilidades de intervención. Pone el acento en las capacidades, generalmente
inconscientes, para generar un cambio natural. Usan un amplio repertorio de
prescripciones, ordalías terapéuticas, metáforas, anécdotas, reformulaciones,
inducciones hipnóticas y sugestiones indirectas.
Dentro de las prescripciones destacan las denominadas prescripciones de
función ambigua:
“Los miembros de la familia que siguen una prescripción ambigua no están en
condiciones de aplicar la usual jerarquía de poder para resolver la ambigüedad. En
realidad, nadie sabe cuál es el objetivo de la prescripción. Cuando se hallan en el
proceso de las prescripciones, los clientes, a un cierto nivel, reexaminan y reflexionan
sobre las experiencias que han acudido a su mente durante el trance. Así, la prescripción
se convierte en un modo de ayudar a los clientes a utilizar lo que han aprendido en la
sesión para aplicarlo en casa” (Lankton et al., 1991, p.273-274).
Las terapias estructurales, con Minuchin a la cabeza, amplían su estudio a las
familias normales. No obstante, sucumbe el modelo pragmático frente a posiciones más
discretas e intelectuales como las de Boscolo y Cecchin.
Terapias sistémicas
En 1980 se produce una escisión en el grupo de Milán en dos subgrupos. Selvini
Palazzoli y Prata que se ocupan del sistema observado, y Boscolo y Cecchin que se
centran en el sistema observante.
M. S. Palazzoli, utiliza la prescripción invariable, que es una teoría y un
método de investigación. Con el uso de este procedimiento descubre lo que denomina
embrollo familiar, para explicar una trama donde el hijo es atrapado en una relación
donde un progenitor se convierte en cómplice de su lucha simétrica contra el otro para,
en un segundo momento, descalificarle. El hijo descubre que ha sido instrumentalizado
y que los padres tienen un vínculo fuerte entre ellos y el hijo reacciona desde la
disfuncionalidad.
“A finales de la década de 1970, nuestra actitud con respecto a los llamados
métodos paradójicos era todavía un tanto ambivalente. Frente al entusiasmo por casos
cuyos resultados habían sido felices y rápidos, estaban las no pocas situaciones confusas
y los fracasos manifiestos” (Selvini Palazzoli et al., 1990, p.19). “La familia Marsi, que
se cruzó (…) en febrero de 1979 hizo saltar la invención (…) Se pretendía buscar un
modelo no verbal de bloquear la interferencia de las hijas en los problemas de los
padres. El resultado fue la elaboración de la prescripción siguiente, que se comunicó a
los padres en la siguiente sesión: Guarden un secreto absoluto sobre lo que se ha dicho
durante la sesión. Si sus hijas les hicieran preguntas, responda que la terapeuta ha
prescrito que todo se mantenga en reserva entre ustedes y ellas. Un par de veces, como
mínimo, durante el intervalo que preceda a la sesión siguiente, desaparezcan de su casa
antes de cenar, sin aviso previo, dejando sólo una nota con las siguientes palabras: “Esta
noche no estaremos”. Vayan a lugares donde presuman que nadie les conoce. Cuando, a
su regreso, sus hijas les pregunten a dónde diablos se habían fugado, les contestarán
sonriendo: “son cosas nuestras”. Por último, en una hoja que conservará bien oculta,
cada uno de ustedes, por separado, anotará las reacciones de cada una de sus hijas ante
su extraña conducta. En la próxima cita, que será también sólo para ustedes dos, nos
leerán sus apuntes” (Selvini Palazzoli, 1990, p.32).
Luigi Boscolo y Gianfranco Cecchin cuando formaban a sus alumnos les
invitaban a preguntarse sobre el terapeuta, no sobre la terapia familiar. La cibernética de
segundo orden y el constructivismo, se convierten en el punto de referencia. El modelo
camina hacia la complejidad. Ahora lo que se considera no son los patrones de
interacción familiar, sino las premisas epistemológicas, los significados, los sistemas
emotivos y las historias de los clientes (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.255).
Cecchin reformula la neutralidad, ya no como ausencia de toma de posición sino como
estado de curiosidad.
“Usted dijo en la conferencia que uno de estos prejuicios en la visión sistémica
es prestar atención a cómo funciona el sistema, y la curiosidad es la forma en la que
ingresamos al funcionamiento del sistema. ¿Cómo funciona la curiosidad? GC: En
primer lugar, si uno ve la realidad como un sistema, autoorganizado, autopoiético,
entonces uno se mantiene alejado de la idea del cambio cada vez que ve un sistema. Lo
único que uno puede hacer es intercambiar, interactuar con él, ser curioso respecto de él.
Entonces, en lugar de pretender la neutralidad en la que se creía en el pasado, uno sabe
que va a interferir y lo hace observando, tocando, estando allí. La única posición que
para mí tiene sentido es la de mostrarse curioso al respecto. Y mostrarse curioso tiene
un efecto, es interferir en la realidad. Da curiosidad saber cómo funciona la gente, no
buscar qué está bien y qué está mal, sino ver cómo es. Entonces uno es sistémico si
respeta los sistemas; si quiere cambiarlos no los respeta: piensa que deberían ser
diferentes y además cree saber cuál es el sistema correcto. Y esto es imposible porque
somos parte de los sistemas, no podemos inventar un sistema. Sólo puede hacerlo Dios,
si existe... Pensar que podemos controlar los sistemas es un error epistemológico. Lo
único que podemos hacer es estar conscientes, observar, ser curiosos, y tener respeto por
cómo es el sistema, "respeto sistémico" (Des Champs y Torrente, 1996, p.1).
Los terapeutas pos Milán
Karl Tomm introduce, junto a las líneas de conducción de la sesión de la escuela
de Milán (hipótesis, circularidad y neutralidad, una tercera que denomina
estrategización, donde analiza la influencia de las convicciones, el comportamiento y la
modalidad de estructuración de diversos niveles de significado contribuyendo a un
modelo que tomará el nombre de gestión coordinada de los significados.
Tom Andersen, cuya aportación más enriquecedora ha sido el equipo reflexivo,
parte de considerar que sea el grupo de trabajo el que sea observado por la familia. Los
problemas que la familia traen pasan a ser matabolizados en voz alta por el equipo
reflexixo, no es una estrategia, en todo caso un catalizador para que la propia familia
reflexione y desencadene sus mecanismos de autoorganización y cambio.
“Si el punto focal de la terapia se desplaza a las premisas que las personas tienen
respecto a un problema, es lógico que se llegue a lo que Anderson y Goolishian
denominan “sistemas determinados por problemas. (…) Los problemas, a su vez, son
entidades lingüísticas, existen sólo dentro de un sistema de significados. Por eso,
afirman que un problema creado por medio del lenguaje desaparece cuando surgen
significados y descripciones alternativas”. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.260).
Terapias e Intervenciones comportamentales
Desde el comienzo se pueden dividir en dos categorias. Una psicoeduación
comportamental que sigue la terapia de familia comportamental y una psicoeducación
ecléctica, sin deudas con ninguna escuela.
Psicoeducación comportamental: Liberman y Falloon
Comparten la idea de que la enfermedad es un déficit y hay que enseñar a los
pacientes y a la familia a convivir con él.
Psicoeducación ecléctica
Hay que enseñar sobre la esquizofrenia, y disminuir la involucración y la crítica.
Anderson, Hogarty y Reiss
Diseñan un modelo de tratamiento psicoeducativo de la esquizofrenia.
Anderson sitúa en la base del modelo dos fuerzas que interactúan negativamente: “la
vulnerabilidad individual y la intensidad emotiva de la familia”. Es minucioso e
informativo, no se detiene en el reconocimiento de los síntomas de la enfermedad, si no
sobre la prevención así como en los recursos que puede activar tanto la persona que
padece la esquizofrenia como la familia, para abordar las dificultades bio-psico-sociales.
El programa preveé y enseña cómo actuar desde la salida del hospital a la prevención de
posibles recaídas.
Michel Goldstein
Desarrolló una intervención de sesiones tras la incorporación del paciente que ha
sufrido un brote psicótico a casa. Se trata de desterrar de la familia la vergüenza frente a
la enfermedad y las expectativas de recuperación inmediata. Después de lo cual, se tata
de que la familia sepa identificar los eventos estresantes, aumente sus recursos frente al
estrés, desarrolle estrategias en esas situaciones y anticipe situaciones que pueden darse
hasta la recuperación (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.269).
Terapias feministas
El primer artículo que publica una serie de líneas guía para con las mujeres, es
de Rachel Hare-Mustin en 1978. El tipo de crítica que predomina en el feminismo
estadounidense es la crítica lingüística. Las femenistas están preocupadas por cambiar el
lenguaje.
“Hay un contenido predeterminado en la conversión de la terapia que proviene
del discurso dominante de la comunidad y de la cultura. Sugiero que el terapeuta
necesita desarrollar una conciencia reflexiva, si enmudece los discursos entrará en la
habitación que les refleja” (Hare-Mustin, 1994, p.19).
Terapias integrativas
Desde sus puntos de vista específicos, tanto Helm Stierlin como Luigi Cancrini,
integran la terapia sistémica y el psicoanálisis. Cancrini “Se centra en el discurso y se
centra en la estructura de fondo que une las varias formas de psicoterapia con una
especie de denominador común sobre el que se alinean todas las intervenciones; la
especificidad sería la gramática de la psicoterapia”. (Bertrando y Toffanetti, 2004
p.279).
3.6. Modernidad y posmodernidad. 1990-2000
3.6.1. Desarrollos teóricos
Se produce una revisión sobre las que se había fundado la terapia familiar y se
dan posiciones radicales que se acercan a la terapia posmoderna y al construccionismo
social.
La postmodernidad introduce la complejidad y el relativismo. Hay una prioridad
en la narración sobre los hechos que desencadena la misma, de tal modo que, desde una
posición extrema, cualquier historia puede ser considerada igualmente válida o inválida.
El construccionismo social es un cambio epistemológico. “La identidad nace en
un contexto desde el principio relacional: el yo crece dentro del marco de intercambios
y conversaciones en los que están insertos y la identidad es el resultado de las
narraciones que cada uno de nosotros escribe dentro de tales danzas conversacionales”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.294).
Se crea la terapia más focalizada en el lenguaje de toda la historia de la terapia
familiar. La tarea del terapeuta será la creación ilimitada del nuevo sentido (nuevas
historias) manteniendo la conversación. Es un paso del contexto (Bateson) al texto
(Derrida).
3.6.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales
Terapia del apego. John Byng Hall, utiliza el concepto de “script familiar”, la idea de
que la familia consiste en una transmisión cultural ha coexistido con las principales
corrientes y diferentes nombres, John Byng Hall lo define como Script familiar. “El
mito es un elemento fundante de la identidad de grupo… El mito termina por crear un
script que los miembros de la familia están obligados a seguir debe ser preservado con
el costo de la eventuales elecciones o autonomías individuales”. (Bertrando y Toffanetti,
2004, p.301).
“Definición de SCRIPT: el conjunto de expectativas que tiene una familia sobre
el modo en que los roles deben ser representados en los distintos contextos” (Bertrando
y Toffanetti, 2004, p.301).
Jeri Doane y Diana Diamond, crean un criterio análogo al de emotividad
expresada pero desarrollado el en la interacción cara a cara entre los miembros de la
familia, lo denomino estilo afectivo. Su tipología familiar es inédita tiene en cuenta la
expresión emotiva, los patrones de apego entre padres e hijos y entre los padres y sus
padres, introduciendo en este género de investigaciones un patrón trigeneracional. Entre
sus técnicas destaca la entrevista intergeneracional, se convoca al hijo problemático
junto a uno solo de sus padres y el terapeuta entrevista a este último haciéndole relatar
la historia de su relación con la familia de origen. (Bertrando y Toffanetti, 2004 p.304).

Terapias estratégicas
A Steve de Shazer, un autor profundamente influido por los casos clínicos de
Milton Erickson, le fascina la idea de crear confusión voluntariamente. Su terapia es
simplemente curativa, no diagnóstica, y se trata de encontrar soluciones. Probablemente
la máxima de la terapia orientada a la solución es la pregunta milagro, es decir:
“supongamos que sucediera un milagro”; y a partir de ahí se pone en funcionamiento
todo lo demás. Generalmente es una pregunta útil en la primera entrevista.
La pregunta milagro, que en realidad es una serie de preguntas consecutivas, se
inicia con la siguiente pregunta: Supongan que esta noche, mientras están durmiendo,
sucede una especie de milagro y los problemas que los han traído aquí se resuelven, no
como en la vida real poco a poco, sino de repente, de forma inmediata. Como están
durmiendo no se dan cuenta que el milagro ha ocurrido. Al día siguiente, ¿qué cosas van
a notar diferentes que les hagan darse cuenta que el milagro ha ocurrido?” (De Shazer,
1988, p.29).
Terapias sistémicas
Llama la atención que, en la terapia posmoderna, Selvini asume la posición
opuesta y reabre la nosografía tradicional. Se redefine la psicopatología como un
proceso de defensa frente a una situación familiar patológica. El bien y el mal de la
relación están ahora ligados a una perspectiva psiquiátrica tradicional. Boscolo vuelve a
colocar la emoción en primer plano y Cecchin modifica la noción de curiosidad en
irreverencia.
“Al terapeuta no le interesa saber qué ha producido el cambio, sino el cambio
mismo. La irreverencia consiste en no aceptar nunca un solo nivel lógico, consiste en
jugar con varios niveles, en saltar permanentemente de uno a otro. Consiste en desgastar
la certeza, en no darse por satisfecho con ninguna descripción. Cada vez que el cliente
expresa una certeza, el terapeuta irreverente sube un nivel de abstracción” (Cecchin et
al., 2002, p.19).
Las terapias psicoeducativas han pasado a ser el tratamiento psiquiátrico familiar
por excelencia.
Terapias posmodernas
La terapia como narración. White y Epston
Michael White separa la persona del problema, el problema es el problema. Se
trata de externalizar el síntoma. Se separa de la persona para transformarse en algo que
la persona puede enfrentar y acaso vencer. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.314).
Las historias pueden ser reescritas. Epston aportó a la terapia narrativa el uso de medios
literarios.
Las terapias conversacionales
Su punto de partida es la idea de que la terapia puede permitir al paciente decir y
pensar lo que aún no ha dicho ni pensado acerca de su historia personal. Anderson y
Goolishian se muestran favorables a una disolución de carácter específico de la terapia,
en pro de una modalidad coloquial.
Redefinen el papel del terapeuta que se coloca en el lugar del no saber,
estimulando la conversación de los pacientes, asumiendo una posición hermenéutica.
Tom Andersen. Usa el equipo reflejo. Trabaja con emociones arraigadas, lo que
supone la implicación del terapeuta o del equipo.
Lynn Hoffman. Su aspecto más significativo residiría en la combinación de la
actitud receptiva, con la empatía y la escucha.

3.7. La terapia de familia aquí y ahora


3.7.1. Una visita a los talleres de terapia familiar: justificación de los talleres
elegidos
Abordar dónde está hoy la terapia familiar es un trabajo, en sí mismo, lo
suficientemente amplio en extensión y complejo, que desborda la posibilidad de ser
recogido en un artículo didáctico e introductorio de la historia de la terapia familiar;
pero, a su vez, no hacer mención a ello me parecía que dejaba al lector sin, al menos,
una imagen del momento profesional que vive la T.F. y que le toca vivir. Por ello, opté
por una solución “de compromiso” entre mi deseo, realizar un trabajo detallado de la
situación de la terapia familiar actual, y mis posibilidades de tiempo, espacio y mis
propias limitaciones.
Partimos de una metáfora, consideramos la terapia de familia una gran industria
dedicada al conocimiento y reparación del sufrimiento. Los “productos realizados se
muestran a través de sus talleres y en distintas secciones, de tal modo, que hemos
elegido dos talleres, y examinado sus productos en los dos últimos años. Nuestros
talleres son el Family Process y el Journal of Family Therapy. ¿Por qué estos y no
otros? Influyó en nuestra decisión la historicidad y el prestigio de ambas revistas,
criterios que podrían aplicarse a algunas otras revistas internacionales más.
Family Process es, de algún modo, el texto escrito de la terapia familiar y fue fundado
por Nathan Ackerman y Don Jackson. Fue la primera revista dedicada a este tema. (…)
Jay Haley fue el primer editor de la revista, de 1962 a 1969, nombrado por Ackerman y
Jackson. Fue asistido en esta función por su primera esposa, Elizabeth Haley. El
objetivo de la revista era fomentar el desarrollo de una ciencia de la familia. La
influencia del grupo de Palo Alto en las primeras ediciones fue muy evidente. Don
Bloch se convirtió en editor en 1970 y permaneció en este cargo hasta 1982.
A partir de 1982-1990, Carlos Sluzki edita Family Process. Su visión era que la revista
era un cerebro colectivo, interdisciplinario, de los cuales, los autores, revisores y
lectores, eran una parte. Se refirió a la revista como un ecosistema de ideas. Bajo su
liderazgo, la revista se centró más en la diversidad de las familias.
En 1991, Steinglass asume está función en la que permanece hasta 1997. Durante este
periodo, la revista incorpora nuevas ideas en el campo relacionado con el feminismo, el
posmodernismo y la construcción social.
Carol Anderson fue la primera editora femenina de la revista, y ocupó este puesto desde
1998 hasta 2003. Incorpora una perspectiva biopsicosocial, se refería a temas más allá
de la familia nuclear, las familias, la cultura, las fortalezas de la familia, las resistencias.
Evan Imber-Black es el editor actual y su mandato se extiende desde 2004-2011. En
abril de 2011 se celebró el 50 aniversario de Family Process.
La segunda revista que consultamos fue Journal of Family Therapy, nos apoyamos en
algunas opiniones cualificadas para realizar esta elección :
“El J F T se ha establecido como una de las revistas más leídas de Terapia
Familiar en el mundo”. John Byng-Hall, Clínica Tavistock de Londres.
“JFT se ha consolidado como un imán de temas conceptualmente difíciles, artículos
clínicos de gran alcance, combinando la profundidad de los temas con la amplitud de los
mismos”. Carlos E. Sluzki, MD Director, Servicios de Psiquiatría, Santa Barbara
Cottage Hospital, profesor clínico de Psiquiatría de la UCLA y Editor anterior de
Family Process.
"Hay varias características de la Revista de Terapia Familiar que me parecen
especialmente refrescantes. En primer lugar, admiro la sinceridad y la franqueza de
muchos los autores, pues es habitual el reflejo rotuliano de reflexiva adoración por
"maestros" y aceptar “verdades" que vemos tan a menudo en muchas otras revistas de
terapia familiar, todo esto sucede sin que se dé falta de respeto, desprecio u hostilidad.
En segundo lugar, mientras que el JFT mantiene un alto nivel académico, de alguna
manera, la escritura a menudo parece más informal y coloquial, sin comprometer la
profundidad o la claridad. Y, en tercer lugar, varios de los autores parecen estar
verdaderamente interesados en mantener las diferencias (por ejemplo, entre las
"escuelas" de la terapia); y comprender las bases de esas diferencias, a menudo,
conduce a la presentación del trabajo clínico muy preciso”. Alan S. Gurman, Profesor
de Psiquiatría,

3.7.1.1. Secciones de los talleres


“Todas las categorías tienen goteras”. Dan I Slobin.
En el intento de organizar los trabajos que, en estas dos revistas, se han
publicado se nos ocurrió, de una manera sencilla, establecer las secciones por las
funciones que desempeñan:
3.7.1.1.1. Sección de reconocimiento y diagnosis de los distintos problemas
a abordar
A. La pareja y la familia hoy
Decir que la pareja y la familia es el objeto fundante de estudio en la terapia
familiar es una obviedad inevitable, pero qué niveles de dificultad atañen a las familias
y parejas actuales en función del momento actual y sus complejidades hace que los
terapeutas de familia incluyan esas dimensiones y complejidades en sus intervenciones.
Falicov (2010) invita a repensar las conceptualizaciones limitantes de género y cultura,
liberando a los hombres de definiciones estereotipadas y que le permiten una mayor
complejidad relacional. Knudson-Martin y Huenergardt (2010) ponen su foco en los
nuevos modos de relaciones de pareja más expansivas, eliminando las restricciones de
los roles y reglas rígidas, se desafían los valores hetero-normativos y abordan temas
como la investigación acerca de las madres lesbianas.
Recuperar la idea de que las dificultades individuales se pueden trasladar a la
relación de pareja, parece un cambio en el pensamiento sistémico tradicional, o quizás
sea la incorporación de la complejidad. Tilden et al. (2010) pusieron en relación los
síntomas depresivos y el ajuste diádico durante la terapia de pareja, el seguimiento duró
3 años. Durante este período comprobaron que mejoraron los síntomas depresivos y, a
la vez, la disminución de los síntomas depresivos mejoraba el ajuste diádico.
Cómo cuidar a los hijos, sí que podríamos decir que es un tema histórico, no por
ello deja de ser objeto de revisión y comparación. Lucas (2011) nos plantea en su
artículo cómo se han incrementado los programas de crianza de los hijos, apoyados en
tres sectores: programas basados en la evidencia científica apoyan su uso en niños con
problemas de conducta; los modelos teóricos de causalidad entre comportamiento de los
padres y los resultados de los niños; y el discurso dominante en el Reino Unido apoya la
acción a nivel de comportamiento de los padres de forma individual.
“Otro lugar menos atendido en la terapia familiar es la discapacidad intelectual”
(Haydon-Laurelut y Nunkoosing, 2010, p.76). Los autores sostienen que el enfoque
sistémico puede ser útil en el trabajo con adultos con discapacidad intelectual y su red
de relaciones, incluidas las personas que estén contratadas para su apoyo.
B. El dolor social
Siempre han existido desigualdades sociales, pobreza, marginación, pero que
esto se convierta en un tema de estudio y trabajo para la terapia de familia, en mi
opinión, enriquece este trabajo. Roberts (2010) nos ofrece una aproximación a la
intervención con familias pobres y marginadas y Ungar (2010) nos ofrece un modelo
social-ecológico que pone el acento en la resiliencia de las familias oprimidas.
El trauma y la inmigración son temas que requieren ser atendidos y comprendidos.
Blackburn (2010) trata no sólo de enfrentarse al trauma sino también a los discursos
dominantes culturalmente informados que han dado forma al trauma en el que
sobreviven. En la misma dirección, pero con un mayor compromiso vital, está el trabajo
de Charlés (2010), quien trabajaba en un hospital de África central afectado por la
guerra, y muestra la necesidad de que los terapeutas familiares sean proveedores de
primera línea de salud mental, utilizando sus recursos, equipos reflejos, preguntas
escaladas...
C. La dimensión espiritual
Todos, a lo largo de nuestro ejercicio profesional, nos hemos encontrado con
preguntas acerca de nuestra fe y nuestras creencias. Algunos lo leíamos como una
resistencia al tratamiento, pero el problema de la diversidad espiritual, y cómo los
distintos credos se convierten en una variable que determina y condiciona la vida de las
familias, en concreto de aquellas familias en que los cónyuges participan de diferentes
creencias, como nos dice Walsh (2010), se convierte en una complejidad relacional
importante en los momentos más simbólicos de la familia (matrimonios de los hijos,
pérdidas, etc.). De este modo, las fuentes espirituales se convierten en conflictos
relacionales.
Neden et al. (2011) va más allá con el tema de la espiritualidad, y lo traslada de
la intervención a la formación. Y cómo esclarecer los vínculos entre recursos
espirituales, la enseñanza y la supervisión en T.F.
D. Diferencias culturales, diferencias familiares
Un concepto que está recogido en la cultura occidental, pero en un lugar
periférico, es el de armonía. Yap y Tan (2011) nos muestran que es un concepto muy
valioso en las familias asiáticas. La armonía la define como “co-existencia armoniosa de
la familia”. Cuando esta falta de armonía aparece en las familias, el terapeuta necesita
colocarse en una posición de autoridad respetuosa con sus clientes.
También la cultura asiática se detiene en poner en relación los hábitos de
alimentación con la distribución del poder familiar. Wong (2011), en su estudio
realizado con familias chinas, muestra un marido dominante y una madre a cargo de sus
hijos. El niño obeso se observa que está en coalición con el padre frente a la madre.
E. Emociones
Cómo enfrentarnos a los duelos es una constante en la psicoterapia, ahora bien,
los duelos “no se eligen, se pasan, se elaboran”. El papel que la familia y las redes
sociales juegan es la variable que Breen y O'Connor (2011) han estudiado, y han
avisado en su estudio, con 21 informantes de duelo, del riesgo que conlleva la muerte de
un ser querido para las relaciones familiares y su deterioro.
La preocupación por las emociones también se recoge en el trabajo de Krause (2010).
Su trabajo nos recuerda que las emociones son cruciales en la consideración de la
relación entre los individuos y los sistemas sociales. El estudio de las emociones, a
pesar de ser un tema querido por Bateson, fue rápidamente sacado de la cultura
sistémica. Pocock (2010) desde una posición, a mi juicio, integradora, donde recoge la
obra, entre otros, de Peter Fonagy o Jessica Benjamin, mira la Emoción desde una
teoría “ecosistémica”. Desde este modelo intenta comprender las autolesiones y los
desórdenes de conducta. Considera la emoción como el contrapunto al énfasis de la
narración en la sesión de terapia.
Todos sabemos lo que decimos cuando decimos te perdono, pero incluir el
perdón dentro de los elementos a tener en cuenta en terapia familiar, es novedoso y
reciente. El trabajo de Clulow y Donaghy (2010) es muy atractivo, por atreverse a
ubicar el perdón donde lo hace, en el terreno de la comprensión y la empatía, no en el de
la voluntad. Y, en segundo lugar, porque establece una relación entre familia de origen
y la capacidad para perdonar. La conclusión a la que llegan los autores es que aquellas
familias donde se daba un contexto empático relacional que respetaba la ambigüedad,
estaban enseñando a sus miembros a perdonar.
F. Traumas y catástrofes.
Las personas que atienden el sufrimiento, no solo ponen su conocimiento al
servicio de la reparación del daño ajeno, se exponen al sufrimiento humano, y como
seres humanos reaccionan al mismo. Aprender a cuidar a los profesionales que abordan
el dolor ajeno, es un trabajo que pasa a ser considerado por Mendenhall y Berge
(2010), que se encargaron de preparar equipos de respuesta para situaciones de
desastre, para que pudieran enfrentarse al desgarro que suponen situaciones vitales tan
desorganizadoras del mejor modo posible para no resultas daños.
Las catástrofes no son solo accidentes naturales, a veces son accidentes
orgánicos. Yeates et al. (2010) nos recuerdan la necesidad de intervención de los
servicios de terapia familiar por las muchas consecuencias psicosociales que
conlleva el síndrome pos-conmoción cerebral (PCS). También es necesario saber
como el dolor psíquico del traumatismo orgánico, no se convierte en un segundo daño
vital y para ello la intervención con la familia se ofrece como una herramienta de
cuidado y protección.
G. Miradas esperanzadoras
No es fácil dejar de cometer los errores que intentamos corregir en los demás. La
esquizofrenia ha sido y es uno de los temas que nos llevan a adoptar posiciones
defensivas, cuando no de desesperanza, por eso el trabajo de Coldwell et al. (2011) es
un trabajo que nos devuelve a un lado esperanzador en el trabajo con la esquizofrenia.
¿Cómo conseguir que las personas con esquizofrenia puedan contribuir positivamente a
su familia? Las gratificaciones obtenidas, tanto para los individuos como para las
familias, sugiere que es un proceso que vale la pena facilitar y usar terapéuticamente en
el trabajo clínico.
.
3.7.1.1.2. Sección de elementos de reparación
A. Relación Paciente-Terapeuta
La relación terapéutica ha sido siempre uno de los elementos que, en algunos
modelos, se ha considerado el eje de la intervención y en otros, como algo a cuidar pero
periférico. Aun así, el análisis de esta variable en la intervención y su medida sigue
siendo un tema de preocupación actual (Watts-Jones, 2010). Lev (2010) nos pone su
foco en el conocimiento y la necesidad de revistar y cuestionar los propios supuestos
con los que el terapeuta actúa, este modo de intervención se traslada a una relación
terapéutica donde se acepta la diferencia en vez de tratar de reducirla.
En el origen está la relación terapéutica. Los modelos humanistas y
psicodinámicos hablan de la alianza terapéutica como la alianza consciente paciente-
terapeuta con la que nos enfrentaremos a los conflictos, no necesaria o totalmente
conscientes. Pero en terapia de pareja, la alianza terapéutica contribuye al progreso de la
intervención. Glebova et al. (2011), ponen en relación los cambios en la alianza y en el
progreso de los clientes, y los resultados se prestan a diferentes lecturas ya que los
cambios en la alianza no siempre van de la mano de los cambios en la satisfacción de la
relación.
Knerr y Bartle-Haring (2010) en un trabajo con 168 parejas puso en relación la
diferenciación entre el estrés percibido y la alianza terapéutica. En este trabajo, los
autores buscan reconocer las trayectorias que siguen los distintos tratamientos más allá
del nivel de satisfacción de la relación.
Las emociones son y han sido otro de los elementos que guían nuestro trabajo.
Rober (2011) traslada la pregunta a las emociones negativas, que tienen un efecto
perturbador en el tratamiento y no contribuyen a la alianza terapéutica. Estas emociones
potencialmente destructivas requieren, según nos dice el autor, la sensibilidad del
terapeuta para que puedan ser reconducidas hacia “historias” que no se habían dicho
nunca.
Para los que aprendimos que la psicoterapia se realizaba en un contexto de
intimidad, la confidencialidad es una condición indispensable. Ahora bien, esto es una
actitud o una variable que se puede traducir en resultados en el trabajo clínico, esa es la
pregunta a la que da respuesta Wulff (2011).
La transgresión como herramienta al servicio de la terapia, no deja de ser algo
por lo menos inquietante. Simon (2010) nos dice que desafiar las reglas, culturalmente
generadas de la práctica sistémica, puede permitir modos más productivos y relevantes
de hablar.
Hace más de 20 años, uno de nosotros (Herranz, 1993) trabajando con un
equipo terapéutico detrás del espejo me pregunté si les motivaría conocer a la familia
con la que iban a intervenir, y si a la familia le ayudaría a eliminar fantasías temidas y,
especialmente, las fantasías paranoides. Desde la intuición pasé a la acción, por eso
cuando me he encontrado con el trabajo de Denton et al. (2011), que se pregunta y
mide si sería favorecedor un encuentro inicial entre el equipo y la familia, tuve la
esperanza de encontrar un aval a este modo de hacer desde los datos. El estudio de estos
autores se realizó con 86 clientes, comparando las dos opciones, con o sin encuentro
con el equipo terapéutico, y los resultados no mostraron diferencias entre las dos
opciones.

B. Variables evolutivas y terapia familiar


En mi barrio había un saludo habitual, ¿Qué tal la familia y los niños? Parece
que en terapia de familia es necesario mirar más o mejor qué pasa por la cabeza de los
niños cuando acuden a terapia de familia. Moore y Seu (2011) lo hicieron recurriendo a
trascripciones de niños entre 8 y 15 años, para comprobar el modo en que ellos se
aprovechan de las explicaciones generadas por los expertos. Aunque el trabajo de los
autores merece un estudio detenido la conclusión era esperable, la edad de los niños es
una variable que determina el modo de “transcribir” su comprensión de las sesiones de
terapia familiar.
C. La profesión de terapeuta familiar
Un tema especialmente controvertido hoy, pero esencial para el futuro de la
psicoterapia es decidir cómo dedicarse a la terapia de familia. Stratton (2011) nos
muestra las iniciativas recientes del gobierno americano para delinear los estándares
profesionales para las distintas formas de terapia psicológica, donde especifican los
niveles esperados para un ejercicio profesional competente. Northey (2011) pone el
énfasis en el desarrollo de las competencias, porque este es el primer paso de un
proceso que conlleva cómo se trasladan estas competencias a los servicios de salud
mental, supervisores, programas de capacitación.
D. Innovaciones técnicas en T.F.
Lange (2010) se aventura a intervenir de un modo en que la familia actúa como
su propio equipo reflejo. En su modo de hacer recurre a representaciones, de tal modo
que la familia es su propio equipo reflejo. La familia y el terapeuta cambian de roles
varias veces durante la representación y se le anima a discutir por partes como cada uno
ve el problema en la familia. Este modo de trabajar, con todo el respeto que el autor
merece, me hizo dudar mucho sobre el taller en el que colocarle, porque aunque está
utilizando instrumentos de reparación, realmente este trabajo pertenece a los
instrumentos de reparación prestados de otra industria la psicodramática.
Cómo se puede unir el biofeedback a un pensamiento e intervención sistémica,
ha sido un modo excepcionalmente original que han utilizado McHugh et al. (2010).
Los autores utilizan un dispositivo de feedback, y monitores que informan cuando se
alcanza un determinado umbral. De este modo, se convierte en feedback sistémico. Así
no sólo se identifican los factores de estrés que conducen a la excitación emocional,
sino también a desarrollar estrategias de tranquilidad.

3.7.1.1.3. Sección de instrumentos de medida


Dedicado a comprobar los resultados de las reparaciones, y perfeccionar los
instrumentos de medida de las intervenciones.
A. Medidas de la intervención
La pregunta universal de la psicoterapia es: ¿es eficaz lo que hacemos? Von
Sydow et al. (2010) responden a esta pregunta desde un estudio metaanalítico donde
comprueban la eficacia de la terapia de familia para la intervención sobre los estados de
ánimos, los trastornos alimenticios, los abusos de sustancias, los trastornos de ansiedad,
así como para intervenciones dedicadas a problemas médicos y físicos, y la
esquizofrenia como modo de paliar el daño vital que la enfermedad genera en el
paciente y en la familia.
El constructo de colaboración, muy usado en modelos como la terapia
construccionista, requiere, para Sutherland y Strong (2011), una mayor
operacionalización. Para eso analizan los diálogos paciente-terapeuta, de tal modo que
pueda quedar reflejada la colaboración de un modo observable en la conversación.
Zimmerman (2011) revisa el uso y la comprensión del concepto de colaboración, y nos
previene de su mal uso conceptual. Colaboración no significa igualdad de la relación
terapeuta-cliente. Se detiene en el aspecto etimológico y nos recuerda que colaboración
es “trabajar con”, y concluye que la igualdad entre paciente y cliente no se puede lograr
y no es necesario esforzarse en ello.
Si la psicoterapia es una técnica, o tendemos a que lo sea, frente a los que se
inclinan por una opción más humana y por tanto, para lo bueno y lo malo, más ligada a
la persona que la realiza que a las herramientas que utiliza, es un debate interesante;
pero, en algunos momentos, elegir una u otra opción requiere poder afirmarlo con rigor.
Hurst (2011) se plantea cómo actuar cuando las decisiones conllevan riesgos;
recurrimos a que las decisiones se tomen de modos cada vez más objetivables, “marcar
la casilla” o confiamos en la intuición de los profesionales a la hora de la toma de
decisiones.
Cahill et al. (2010) han validado una versión del SCORE de 28 ítems que sirve
para evaluar el progreso en terapia de familia. La prueba es fiable y válida.
El siguiente trabajo, de Stratton et al. (2010), lo denominaron el SCORE 15, y mide
tres dimensiones: Puntos fuertes y capacidades de adaptación. Ansiedad vs. Las
dificultades. Comunicación perturbada.

B. Descuidos metodológicos
Recuerdo que una definición de malentendido muy práctica, es creer que
sabemos lo que no sabemos. En trabajos con adultos, Lev (2010) nos dice en un estudio
metaanalítico, de 957 artículos publicados entre 1997 y 2006, que solo en el 2,8 % de
los casos se cita la edad de los adultos con los que se interviene, y eso descuida una
dimensión: el efecto del envejecimiento en la pareja.
3.7.1.1.4. Sección de generación de ideas, modelos nuevos y su aplicación
A. Ideas en ebullición
Esta sección tiene el peso de dar sentido a todas los demás, esta inagotable tarea
que está en el origen y nos acompañará siempre, se traslada a preguntas sobre el lugar
de conocimiento desde el que intervenimos. Dickerson (2010) revisa el concepto de
integración, que está en revisión desde su creación, y nos avisa del riesgo de caer en una
“sopa ecléctica”.
La preocupación de Dickerson también es la de Bertrando (2011), que se
pregunta por las diferencias entre los modelos, si necesitamos crear otros modelos de
integración meta-teóricos. Parece que su posición se inclina hacia un modelo de
proceso terapéutico, una teoría de la práctica que podría explicar la mayor parte de los
aspectos del proceso terapéutico que siguen siendo tácitos. Tal teoría podría ayudar a
explicar lo que acontece en concreto cuando el terapeuta está haciendo terapia y
también cómo interactúan los modelos teóricos con la práctica cotidiana del terapeuta.
¿Hay lugar para la subjetividad individual dentro de una epistemología
construccionista? Esta pregunta es el título del trabajo de Roy-Chowdhury (2010). La
integración no es una actitud, es una posibilidad que se tiene que trasladar a la clínica,
pero antes de la clínica siempre está la teoría. El autor es consciente de la dificultad que
conlleva, dentro del construccionismo social con su énfasis en el contexto social,
afirmar que los individuos tienen personalidades fijas y estables. Este es el objetivo del
autor, mirar el modo en el que, en mi opinión, lo obvio se puede hacer compatible con
otro modelo teórico.
Responder a la pregunta anterior es el objeto de trabajo de Roy-Chowdhury
(2010) y con una frase está servida la polémica: “no hay sujeto ni yo fuera de la
construcción social”.

B. Modelos de intervención y prevención


La intervención adolescente y su dificultad conlleva la creación de modelos más
específicos y precisos. Liddle (2010), nos explica cómo intervenir con adolescentes y
preadolescentes con abusos de sustancias y problemas asociados de salud mental y
comportamiento, así propone “una terapia de familia multidimensional”,
La validez del El EBFT (La terapia familiar con base ecológica) como modelo de
intervención para adolescentes fugitivos que abusan de sustancias, es el trabajo de
Slesnick et al. (2011), que lo compararon con la terapia de estimulación motivacional
(MET) y con el enfoque de refuerzo comunitario (CRA). Comprobaron que los
adolescentes, en un estudio con 179 sujetos, eran más propensos a asistir a una sesión
de terapia EFBT, que a los otros tratamientos.
Stobie y Tromski-Klingshirn (2009), diseñan programas de prevención
familiar frente a las crisis que las personas que padecen TLP pueden contribuir a
desencadenar en las familias. Este modelo pretende la comprensión y aceptación de
TLP y gestionar el entorno inestable que puede generarse tras un divorcio. El modelo
intenta cortar “el efecto dominó” que el TLP puede tener sobre la familia.
En la misma idea de prevención, Valdez et al. (2011) llevan a cabo un estudio
piloto para proteger a las familias y los hijos de la depresión materna. Los resultados
apuntan cambios positivos después de la intervención. Se consiguió mantener fuerte a la
familia, incluida la madre, disminuyeron los problemas emocionales y conductuales de
los niños, mejoró la calidad de las interacciones y las rutinas familiares, incluido su
propio bienestar y el apoyo a los demás.
Westermark et al. (2011) utilizan el Multidimensional Treatment Foster Care
(MTFC) con 35 jóvenes suecos antisociales. Los resultados avalan el éxito obtenido con
este programa en EEUU con menores infractores crónicos. Su conclusión apoyó la
eficacia de este tratamiento en jóvenes con graves problemas de conducta en el contexto
sueco.
Clulow y Donaghy (2010) diseñan un programa de apoyo a familias
vulnerables, introduciendo una novedad: el apoyo no sólo como padres, sino también
como pareja. Este segundo aspecto suele ser subestimado en los programas de apoyo
para familias vulnerables.
Hacer lo que le pedimos hacer a los demás que hagan, siempre es enriquecedor,
supongo que este ha sido el punto de partida de Bond (2010), cuando utiliza la
externalización y objetos como metáforas para evaluar el aprendizaje. El uso de objetos
intermediarios es el nombre genérico con el que se han denominado siempre este modo
de hacer, con propósitos clínicos o docentes.
Una aportación original que utiliza Tseliou (2010), siguiendo el enfoque de
Jaakko Seikkula “diálogo polifónico”, es un método que intenta cambiar el énfasis del
feedback y el monólogo, a la reflexividad por el diálogo y la polifonía intentando
promover la reflexividad.

3.7.1.1.5. La meta-sección
A Carr (2010) tuvimos que crearle este taller para él sólo, porque se dedicó a
revisar los trabajos publicados en todas las revistas de habla inglesa durante el año
2009. Y concluyó que los temas se podrían organizar en torno a las siguientes
categorías: terapia narrativa, problemas centrados en los niños, problemas centrados en
los adultos, el abuso de sustancias a lo largo del ciclo vital, la enfermedad a través del
ciclo vital, violencia familiar y de pareja, diversidad, desarrollos en la práctica, la
formación y la investigación en sistémica.

4. Nuestra historia: la historia de la terapia familiar en España


4.1. Nuestros tiempos : un apunte cronológico
Antes de 1965. Especialistas en Terapia de Familia trabajaban de forma aislada en
distintos puntos de España.
1965. Fundación de STIRPE en Madrid por José Antonio Ríos.
1974-1979. Alberto Sarró dirige el Centro de Terapia de Familia de Barcelona.
1980-1993. Período en que se da a conocer públicamente el trabajo que se venía
haciendo hasta ahora de forma privada en Terapia de Familia.
1980. Se empieza a juntar en Madrid un grupo de terapeutas que habían oído hablar de
la Terapia Familiar para compartir conocimientos y supervisar casos. También en
Madrid aparecen otros dos grupos: el de J. A. Ríos, y el de Carmen Rojero y Teresa
Suárez. Surgen otros grupos en Valencia, Barcelona o País Vasco, pero no tienen
ninguna conexión entre ellos.
1984. Aparece el libro “Orientación y Terapia Familiar” (I.C.H. Madrid) de J. A. Ríos.
1986. Aparece en Madrid la revista “Cuadernos de Terapia Familiar”. Editada por
“Stirpe” y J. A. Ríos que actualmente ha llegado a su número 78-79.
1987. Conferencia de J. L. Pinillos sobre “La familia en el mundo moderno” en el ciclo
de conferencias sobre Orientación Familiar organizado por la UIOF en Madrid.
1987. Inicia sus actividades en Vigo (Pontevedra) el equipo “Psicoestudio”, bajo
la dirección de J. M. González Alonso y M.C. Fernández.
1988. “Stirpe” organiza los siguientes Seminarios de Formación: “Los juegos en la
familia” (J. L. Martorell), “Terapia de redes y TF con niños autistas” (J.R. Abellán),
“Los enfoques psicoeducativos en la esquizofrenia” (E. Gutiérrez), “Perspectiva
relacional y conflicto matrimonial” (V. Escudero) y “Las técnicas de imaginación en
TF” (M. Millán).
1988. Curso “Crisis maritales y contexto trigeneracional” impartido por A. Canevaro y
coordinado por N. Barbagelata en la Asociación Madrileña de TF.
1988. Se inician los Cursos de TF en el Instituto Superior de Orientación Familiar de
Valladolid y en el COP de León participando en los mismos A.M. Martínez Puente,
Caty Roca, Natacha Sánchez y J. A. Ríos.
1989. Seminarios de “Stirpe”: “Familias anoréxicas y familias con enfermos terminales
de cáncer” (R. Pereira), “el trabajo sistémico con las psicosis” (J. L. Linares) y “La TF
Fásica” (C. Gammer).
1991. Se funda la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF).
1992. Creación de la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).
1994. Promulgación del Real Decreto según el cual el Ministerio de Sanidad reconoce e
integra a la TF en el Catálogo de Prestaciones Terapéuticas de la Seguridad Social en
España.
1995. 29 de abril: La Junta Directiva de la FEATF, en su reunión celebrada en Madrid,
reconoce a los primeros Docentes en TF clasificados en 3 categorías: Docente-
Supervisor, Docente y Colaborador-Docente.
1995. Aparece la revista “Systémica” por la Asociación Andaluza.
1995. La FEATF edita el primer número de la revista “Mosaico”.
1996. La revista “Redes” es editada en Barcelona por Paidós y las Escuelas de
Formación del Hospital San Pablo de Barcelona y de la Asociación Vasco-Navarra de
TF.
1997. Se celebra en Barcelona el III Congreso Europeo de Terapia de Familia de la
EFTA (European Family Therapy Association).
La primera cuestión que se plantea es la relativa a cuándo se empezó en España
a trabajar y hablar de Terapia y Orientación Familiar. Tal vez el primer documento
escrito en que puede encontrarse referencia a la Terapia Familiar en España sea la obra
de José Antonio Ríos “Orientación y Terapia Familiar” editada por el Instituto de
Ciencias del Hombre en 1984.

Navarro (1993) habla de un período de 13 años (1980-1993) que creemos


insuficiente, aunque bien es verdad que tal punto de partida puede considerarse como un
momento en que se hace “oficial” o público” lo que un reducido número de personas
venían haciendo desde años atrás. Sanz (1987) afirma que para él “una fecha de
nacimiento” es mayo de 1981 cuando se reunieron en Zaragoza un grupo de
profesionales interesados en el tema, dando origen a lo que, en años posteriores,
cristalizó en las “Jornadas Nacionales de Terapia Familiar” que posteriormente
adoptaron el nombre de “Congresos”.
Antes de 1965 no se conoce ninguna experiencia de especialistas dedicados a la
TF en España. Si había alguno, trabajaban de forma independiente. La alusión más
antigua, aunque posterior a 1965, es la de Alberto Sarró quien, en la página 25 de las
Actas de las XV Jornadas Nacionales de TF de la FEATF en Vitoria en 1994, dice que
“yo desde hace unos quince o veinte años, dirijo un centro que es el “Centro de Terapia
Familiar de Barcelona” … “que no hay que confundir con otro centro que se ha fundado
ahora, que me parece que se llama Centro Sistémico de Terapia Familiar o no sé qué de
Barcelona”. Si el suyo es de “hace 15 o 20 años” cuando lo afirmaba, nos situamos entre
1974 y 1979.
Navarro (1983) explica que en 1980 se empezó a juntar en Madrid un grupo de
terapeutas que habían oído hablar de TF con el objetivo de compartir conocimientos y
supervisión mutua de casos, entre los que se encontraba el mismo Navarro. Por la
misma época, funcionaban otros dos grupos en la capital de España, el del profesor José
Antonio Ríos González y el de Carmen Rojero y Teresa Suárez, y probablemente
alguno más en Barcelona, Valencia y en el País Vasco, sin ningún tipo de conexión y
conocimiento mutuo. Estos grupos, parece que pertenecen a la “prehistoria” de la TF en
España.

4.2. A quiénes podemos identificar como “pioneros” de la TF en España

El mismo Navarro habla de una “segunda etapa” que “comienza en 1981, año en
el que se celebra el I Encuentro de Terapeutas Familiares del Estado Español” en la
Universidad. El primer profesor titular de Universidad que impartió Terapia Familiar,
con tal denominación, fue Emilio Gutiérrez en Santiago de Compostela.
Progresivamente van apareciendo otros nombres que han llenado muchos años
de la vida de la TF. Ricardo Sanz inicia una lista de algunos de los que empezaron a
ocupar un lugar destacado en este desarrollo y que me permito completar con los que
han ido incorporándose con los años: J. L. Ruiz de Munain, A. Espina, B. Pumar, I.
Landaburu e I. Ochoa (San Sebastián); J. Navarro Góngora, M. J. Olea, M. T. Blanco,
M. Martínez Zulaica, A. Rodríguez Morejón, y J. L. Rodríguez-Arias Palomo
(Salamanca); E, Gutiérrez, M. Siota (+), E. Gutiérrez, L. Ferrer y P. Bermejo (Santiago
de Compostela); C. Martín y A. Carreras (Zaragoza); C. Rojero, T. Suárez, J. A. Ríos
(con J. L. Martorell, S. Alonso, Natacha Sánchez, A.M. Martínez Puente, C. Roca, M. J.
Chichón, Z. Villar, M.D. Baratas, A. Soria, J. García Alba, Elena López Santiago y Mar
Gamella), N. Barbagelata y A. Rodríguez, Elisa López Barberá, Pablo Población, S.
Baer, Danilo Ubri y Teodoro Herranz (Madrid); R. Sanz y C. Pérez de León y M.
Millán, (Valencia); A. Sarró, L. Albadalejo, J.L. Linares, C. Campo, L. Cabrero, A.
Fernández, R. Ramos, G. Feixas, J. Alegret, Paloma Lago, M. Rives, A. Roche, P.
Flores, C. Pérez i Testor y F. Castillo (Barcelona); R. Pereira, A.M. Zurimendi e I.
Aramberri (Bilbao); F. Carrasco y M. Martínez de Velasco (Vitoria); R. Manrique
(Santander) y P. Guilló y N. Hervás en Sevilla, además de tener que aludir al pujante
Grupo de Canarias en el que siempre han dejado su impronta José Pereira Miragaya y
Jorge de Vega.

4.3. La esporádica aparición de terapeutas familiares en el campo de la psiquiatría y


las terapias
Quiero destacar que en el conjunto global de los primeros terapeutas familiares estaban
presentes médicos-psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y algunos educadores
sensibles al tema. La formación que habían recibido se centraba en cursos llevados a
cabo en EE.UU, Suiza, Francia e Italia.

4.3.1. Primeros intentos de sistematizar la formación de terapeutas


familiares
a) Primeros grupos y Cursos de Formación de Postgrado en O y TF: cursos
esporádicos sin una sistematización establecida en cuanto a programas, docentes y horas
de duración, tales como los llevados a cabo en Madrid “Stirpe” (1980) y por el Instituto
de Ciencias del Hombre (Instituto de Asesores Familiares dirigidos por J. A. Ríos,
1980-1983), Grupo Zurbano, Provincias del País Vasco, antes y apenas iniciada la vida
de la Asociación Vasca de Terapia Familiar, Salamanca (Universidad Civil y Pontificia,
grupos dirigidos por J. Navarro, A. Rodríguez Morejón, J. L. Rodríguez-Arias y Marck
Beyebach, A. Carreras en la Universidad de Zaragoza y E. Gutiérrez, en Galicia, que
supo aglutinar a su alrededor a un grupo de jóvenes licenciados y doctorandos que
constituyeron la base de la TF en aquellas tierras.
b) Gutiérrez, cuando aún no existían como tales lo que ahora conocemos como
Másteres, organizó el I Curso de postgrado de TF (niveles I y II) celebrado de enero a
junio de 1990 con la participación de J. L. Rodríguez-Arias (Salamanca), S. de Shazer
(Milwaukee. USA), P. Watzlawick (MRI. Stanford), J. A. Ríos (Madrid), Christine E.
Vaughn (Londres), Edna Rogers (Utah. USA) y Frank E. Millar (Wyoming. USA)
c) Se realizaron Cursos de la UNED en Calatayud (veranos de 1991 y 1992),
dirigido por José Antonio Ríos, así como el dirigido por él mismo como uno de los ya
famosos Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid que se celebró en
Almería, (1991) codirigido por José Antonio Ríos y Salvador Paniker y la participación
de Emilio Gutiérrez, J. Navarro, C. Sluzki, R. Pereira, C. Angelo, A. Canevaro y
L.Onnis.
Primeros Máster Universitarios: E. Gutiérrez (Santiago de Compostela, 1990);
Francisco José Ortega Beviá, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Sevilla,
creó el Máster de Terapia Familiar y de Sistemas en el Departamento de Psiquiatría,
Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, también a principios de los años
90. Espina en la Universidad del País Vasco, 1993) continuado por Avapsi (A. Espina e
Iñigo Ochoa de Alda); J. Navarro y A. Fuertes (Universidad Civil de Salamanca, 1991);
Luis Jiménez Díaz, M. Beyebach, A. Rodríguez Morejón y J. L. Rodríguez- Árias
(Pontificia de Salamanca, 1993); M. Garrido (Universidad de Sevilla, 1996),
Universidad Pontificia de Comillas-Madrid (Alicia Moreno directora, Virginia Cagigal ,
Mercedes Díaz Salazar, Teodoro Herranz, entre otros profesores a partir de 1994, así
como los creados y dirigidos por V. Escudero (Universidad de La Coruña); el Máster de
Terapia Familiar de la Escuela de Trabajo Social de la UCM de Madrid, dirigido por
Cristina Pérez Díaz-Flor.
Actualmente ha ampliado su ámbito con el Máster de Terapia Familiar
reconocido por la FEATF y vinculado al Centro “Libredón” de Santiago bajo la
dirección de José Antonio Expósito. Desde hace 2 cursos y tras algunos ajustes respecto
al nombre inicial y la estructura de su funcionamiento y profesorado, funciona un
Máster en TF en la Universidad Complutense de Madrid dirigido por V. Bermejo,
catedrático en la Facultad de Psicología.
Tal vez sea el momento de hablar del “Máster de Intervención y Mediación
Familiar” de la Universidad de Sevilla, que es uno de los primeros Másteres oficiales de
la Universidad Española y que coordina el Departamento de Psicología Evolutiva y
Ciencias de la Educación y dirige el profesor Jesús Palacios González.
No debemos omitir la existencia del “Máster en Psicología de la Familia” del Instituto
Juan Pablo II con sedes en Valencia y Madrid, dirigido el último por Juan José Pérez-
Soba Díez del Corral, así como los Cursos de Especialización en Ciencias de la Familia
impartidos por la Universidad de Navarra.
Igualmente hay que aludir al Máster de Familia que dirige, en la Universidad de
La Laguna, la catedrática de Psicología de la Educación, María Jesús Rodrigo.
4.3.2. “Asociación Española para la Investigación y Desarrollo de la
Terapia Familiar” (7 marzo 1997)
Una vez más volvieron a aglutinarse algunos terapeutas familiares que
conectaron con esa inquietud. La primera Junta Directiva la formaron, desde el
Presidente (J. A. Ríos), hasta Alberto Espina y Valentín Escudero (vicepresidentes),
José Luis Martorell (secretario), Miguel Garrido (tesorero) y los vocales Manuel Millán,
Aquilino Polaino, Carles Pérez i Testor, José Luis Rodríguez-Arias y Alberto Rodríguez
Morejón, con la presencia posterior, según hubo que renovar algunos cargos, de Elena
Hayward (secretaria), Jesús García Alba y Mar Gamella (Tesorera en funciones).
4.4. Primeras publicaciones periódicas: revistas españolas sobre TF

La primera revista española dedicada a temas de Terapia Familiar es “Cuadernos


de Terapia Familiar” (“Stirpe”, 1986-…) que alcanza en estos momentos su número 78-
79. En los años siguientes fueron apareciendo “Systémica” (Asociación Andaluza de
TF, 1995-…), “Redes” (Barcelona, 1996) editada por Paidós y las Escuelas de
Formación de Hospital San Pablo de Barcelona y de la Asociación Vasco-Navarra de
TF. “Mosaico” (FEATF, 1995), nació desde el embrión muy silenciado de una “Hoja
informativa”, doméstica, fotocopiada y sencilla que, durante los 5 primeros años de la
Federación y desde la Presidencia de la misma, se hacía llegar a todos los miembros
como vínculo de información y lanzadera con los asociados. El incipiente movimiento
de la Orientación Familiar, uno de cuyos focos fue la creación del Instituto de la Familia
de la Universidad Pontificia de Salamanca, comenzó a editar en 1999 la revista
“Familia: Revista de Ciencias y Orientación Familiar”, que sigue apareciendo en la
actualidad.
4.5. Las actas de las jornadas y congresos nacionales de la FEATF

Las primeras Jornadas fueron las celebradas en Zaragoza en 1981, seguidas de


las de Barcelona (1982) en las que lo que hubo fue un intercambio de experiencias de
los pocos que pueden considerarse primeros terapeutas familiares. Segovia (1982)
concentró a más terapeutas para hablar, con un programa coordinado por personas de
Madrid, sobre “La primera entrevista”, siguiendo las de Vitoria (El Contrato y la
intervención terapéutica, 1983), Salamanca (“El trabajo con familias en un contexto
público”, 1984), Valencia (“Instrumentos en TF”, 1985), Madrid (“Eclecticismo y
juegos terapéuticos”, 1986), Zaragoza (“Evaluación en TF”, 1987), Sitges
(“Intervenciones sistémicas”, 1988), San Sebastián (Terapia de Parejas, 1989), Toledo
(“Familias psicosomáticas”, 1990), Sevilla (“Familias separadas. Monoparentales y
reconstituidas, 1991), Cáceres (“TF y sentimientos”, 1992), Santiago de Compostela
(“Género y TF”, 1993), Vitoria (La formación en TF”, 1994), Valencia (“TF y
prevención”,1995), Canarias (“TF y familias multiproblemáticas”, 1996), Barcelona
(“Familias y Terapia en diferentes realidades sociales”, 1997), Madrid (“TF en acción”,
1998), Cádiz (“La intervención en los distintos sistemas”, 1999), Valladolid (“Familias
de cine: el cine como sugerencia sobre la TF, 2001), Santander (La TF ante el fenómeno
transcultural, 2003), Santiago de Compostela (“Violencia y Sistemas: TF, una
intervención eficaz”, 2004), Madrid (“El perfil del Terapeuta Familiar, 2007) ) y Oviedo
(“Los nuevos retos de las familias y el trabajo en red”).

4.6. La progresiva aparición de obras de autores españoles

Los autores españoles más prolíferos son M. Beyebach, V. Escudero, A. Espina,


M. Garrido, E. Gutiérrez, J. L. Rodríguez-Arias, J.L. Linares, C. Campo, E. López
Barberá, A. M. Martínez Pampliega J. Navarro y J. A. Ríos.

4.7. La institucionalización de la TF en España

Es una parte importante de la historia de la TF en España. Las personas


implicadas en el trabajo estábamos haciéndolo tal y como podíamos aunque sin
vinculaciones que pudieran servir de contexto en el que beneficiarnos mutuamente de
las experiencias que íbamos adquiriendo. Con anterioridad a los años 80, algunos
habíamos conseguido un acercamiento al tema aprovechando estancias de mayor o
menor duración fuera de España (R. Sanz, J. L. Ruiz de Munain, J. L. Linares, F.
Carrasco, J. A. Ríos). En España no había ningún núcleo donde iniciar y actualizar lo
que cada uno sabía, ni donde practicar o intentar poner un punto de apoyo para
“institucionalizar la TF”. En 1991 se encargó a la Asociación Madrileña de TF, fundada
en 1989, organizar las que serían las XII Jornadas Nacionales que se celebrarían en
Toledo. El tema elegido fue “Familias Psicosomáticas”, el invitado especial fue L.
Onnis y ahí surgió una primera chispa cristalizada de manera concreta para poder llegar
a una Federación de Asociaciones.
J.A. Ríos fue a Toledo con un “borrador” de “Estatutos de la Federación
Española de Asociaciones de Terapia Familiar”, estructurados en 20 artículos y 3
Disposiciones Transitorias, sometiéndolos en la Asamblea como una propuesta que
condujese a la aceptación de los socios para iniciar un “período constituyente” del que
pudiera salir la fundación de la Federación (FEATF) y el nombramiento de una
Comisión Gestora y más tarde una verdadera Junta Directiva encargada de desarrollar
cuanto implicaba el planteamiento que se hacía.
La “jugada” dio resultado y se nombró tal “Comisión” con el mandato expreso
de dar forma definitiva al “borrador” redactado y hacer las primeras propuestas para
llevar a cabo cuanto parecía necesario a fin de poder presentar unos Estatutos
definitivos en la Asamblea a celebrar en las XIII Jornadas que tendrían lugar en Sevilla
el año siguiente. Los participantes en las Jornadas de Toledo, aceptaron la formación de
tal Comisión en la que estarían, en representación de las Asociaciones entonces
existentes, Juan Luis Linares (Catalana), Roberto Pereira (Asoc. Vasca), Ricardo Sanz
(Comunidad Valenciana), Alberto Espina (Aragonesa), Pedro Guilló (Andaluza), y J.A.
Ríos en representación de la Asociación Madrileña (Ríos González, 2009).

Esta fue la verdadera génesis del nacimiento de la FEATF con J.A. Ríos como
primer presidente de la misma.

4.8. La TF y FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas)

Alejandro Ávila y José Guimón se propusieron “reunir” a todos para, desde esa
mínima base fundamentada en algo tan elemental como “conocernos”, “unirnos” en una
tarea común, formar una Federación que deseaba integrar a las Asociaciones de
Psicoterapias ya existentes. La primera etapa terminó con la constitución de la FEAP el
25 de septiembre de 1992 con la presencia de 36 Asociaciones fundadoras. El Acta
fundacional está firmada por los promotores (A. Ávila y J. Guimón) y todos los
representantes de las Asociaciones que manifestaron su deseo de integrarse. La Junta
Directiva elegida en la Reunión Fundacional: Alejandro Ávila (Presidente), J. Guimón y
Esther Miralpeix (Vicepresidentes), F. Cabaleiro (Secretario), J. A. Ríos
(Vicesecretario), F. Bas (Tesorero) y, como Vocales, J. Lledó, J. L. González de Rivera,
R. Pereira, V.E. Caballo, M. J. García Martín, P. Falcón, P. Guilló, J. A. Espina Barrio,
A. J. Miranda y P. Fernández-Villamarzo.

4.9. La TF española y la vinculación a expertos e instituciones europeas


EFTA (European Family Therapy Association) integrada por Miembros y
Asociaciones de los distintos países europeos.
En la EFTA han ocupado cargos directivos J. L. Linares, R. Pereira, A. Kreuz y
J. de Vega.
Un hito importante en la Historia de la TF en España fue la celebración en
Barcelona del III Congreso Europeo de Terapia Familiar de la EFTA que se hizo
coincidir en octubre de 1997 con el XVIII Congreso Nacional de la FEATF.

5. Un apunte de otras historias : Alemania, Argentina, Brasil, Inglaterra, México,


Países Escandinavos, Sudáfrica, Yugoslavia (antigua Yugoslavia)

ALEMANIA
En los años 70 Helm Stierlin, Walter Toman y Jurgen Hargens desarrollan la Terapia
de Familia en Alemania formando grupos, fundando institutos y asociaciones de
Terapia de Familia.
En los años 90 tiene lugar una gran discusión entre el gobierno federal y las
asociaciones de terapeutas familiares porque la Secretaría de Sanidad no acepta otras
orientaciones que no sean la psicoanalítica o la conductual, practicada por médicos.
Actualmente la Terapia de Familia tiene una sólida reputación gracias a la investigación
científica, que ha permitido también definir más claramente programas de tratamiento y
demostrar al gobierno su efectividad.

ARGENTINA
El psicoanálisis intenta extender sus interpretaciones a todos los eventos psicosociales,
pero muchas cuestiones familiares y de pareja quedan sin responder en este intento.
Finales años 70: Se crea la Sociedad de Terapia Familiar. Alfred Canevaro es el editor
fundador de la revista “Terapia Familiar”. En los años 80: La terapia de Familia y Pareja
se establece como método de intervención. Aparece la Federación Sistémica Argentina.
En 1985 se funda la revista “Sistemas Familiares” de ASIBA (Asociación Sistémica de
Buenos Aires). Otros autores importantes son: Pedro y Cecilia Herscovici en el grupo
sistémico y Carlos Díaz Usandivaras en la terapia de familia.

BRASIL
En 1972 Lindemberg Rocha se hace cargo del Sector Familiar en el Hospital Pedro
Ernesto de la Universidad Estatal, tratando adolescentes y sus familias. Es el pionero en
Río de Janeiro.
En 1977 se ofrece el primer curso de Terapia de Familia supervisado por Luis Fernando
Mello Campos y Anna Maria Hoette.
1980: Lucia Ripper, Gladis Brun Y Ana Maria Hoette fundan CEFAC (Centro familiar
y de pareja).
1985: Moisés Groisman funda Núcleo-Pesquisas, el primer instituto de Terapia Familiar
en Brasil.
1987: Brun y Hoette dirigen el Instituto de Terapia de Familia de Rio de Janeiro (ITF).
Actualmente tres institutos privados ofrecen formación dentro de la línea sistémica: ITF
con intervenciones basadas en el constructivismo, Núcleo-Pesquisas ha desarrollado un
modelo de terapia familiar breve en 9 sesiones, y el reciente Instituto Mosaico.

INGLATERRA
1971: John Howells conceptualiza la terapia de familia centrada en la “terapia vector”,
que se centra en manipular el ambiente para cambiar la fuerza o dirección inadecuadas
de las fuerzas emocionales familiares.
1973: John Byng-Hall se esfuerza por expandir las ideas del psicoanálisis individual a
las dinámicas familiares.
1976: Robin Skynner amplía su trabajo psicoterapéutico de orientación dinámica con
grupos, a la familia como grupo. Fue uno de los primeros terapeutas de familia en
Inglaterra.
Años 80: Allen Cooklin, Gill Gorell Barnes, Hugh Jenkis y Arnon Bentovim fundan el
Instituto de Terapia de Familia de Londres.

MÉXICO
Años 60: Raymundo Macías, R. Derbez y L. Estrada regresan a México desde Montreal,
donde se formaron en Terapia de Familia con Nathan Epstein quien, a su vez, fue
alumno de N. Ackerman que introdujo la Terapia de Familia en Canadá.
1969: Epstein y Macías formalizan un posgrado de Terapia de Familia en la
Universidad Iberoamericana.
1972: Es fundado el Instituto de Familia (IFAC) por Macías, Derbez, Estrada y Leopold
Chagoya.
1981: Es fundada la Asociación Mejicana de Terapia Familiar por Casares, Emerich,
Freidberg y Roach.
Actualmente el estudio de la Terapia de Familia se ha ampliado de Ciudad de México a
otros lugares como Guajanato, Queretaro, Cuernavaca, Puebla y Guadalajara. La
mayoría de las corrientes y escuelas en Terapia de Familia tienen sus propias
propuestas.

PAÍSES ESCANDINAVOS

NORUEGA: Hans Jurgen Holm en los años 70 es pionero en ver familias en el hospital
donde trabaja, y en utilizar las casas de campo de las instalaciones como residencias de
familias donde pasan estancias de un mes. Holm es el primer editor en los años 70 de
“Focus Pa Familien”, la Revista Noruega de Terapia de Familia.
SUECIA: Kjell Hansson y Magnus Ringborg son los pioneros en los programas de
formación y difusión de la Terapia de Familia.
FINLANDIA: Jukka Aaltonen hacía Terapia de Familia en familias con un miembro
esquizofrénico. Jarl Wahlstrom y Raile Rinne también han trabajado con Terapia de
Familia.

SUDÁFRICA
Años 60: diferentes profesionales llevan a cabo Terapia de Familia de forma aislada e
individualmente, sin una organización formalizada.
1974: Donald Bloch lleva a cabo talleres introductorios de Terapia de Familia en dos
universidades.
A partir de 1975: tras la visita de Avner Barcai, se incrementa el interés por la Terapia
de Familia y se empiezan a formar grupos locales en Transvaal y Cape.
1979: muchos profesionales de la salud no creían en la utilidad de la Terapia de Familia
por renunciar a ver los problemas en un contexto familiar; había una actitud muy
reticente al respecto.
1979: Se forma el Comité Directivo del Instituto sudafricano de la Terapia Familiar. La
mayoría de las regiones van estableciendo establecido programas de formación en
Terapia de Familia.
1981: Se pone en marcha el Instituto Nacional presidido por Judith Ladau. Primera
conferencia del Instituto de Terapia Familiar sudafricano (SAIMFT).
El desarrollo en este país se basó en las visitas de profesionales de todo el mundo.

YUGOSLAVIA

Años 50: Vojin Matic funda la primera unidad de asesoramiento médico-pedagógico.


1963: Se funda el Instituto de Salud Mental en Belgrado, y la primera unidad de
asesoramiento de pareja.
Años 70: comienza la Terapia de Familia en este país.
1973: Branco Gacic empieza el primer programa de terapia familiar para tratar
problemas de alcoholismo y en 1978 funda el Centro de Terapia Familiar y
Alcoholismo.
Actualmente destaca el continuo desarrollo con una tendencia a la integración de
conceptos y técnicas que se adapten a la realidad actual. Los terapeutas yugoslavos
están obligados a buscar respuestas a nuevos problemas y según las necesidades de su
complejo contemporáneo, desgarrado por la guerra.

Invitación final
Queremos acabar con una contradicción. A partir de este capítulo, en este texto,
encontrarás la terapia de familia, luego el final es el principio. Nos gustaría que la
lectura de este capítulo te dejara dos sensaciones. La primera es el esfuerzo que supone
“saber terapia de familia”, para nosotros este capítulo ha sido un proceso cicloide donde
el miedo al no saber nos sumía en una fase de cansancio que superábamos con una fase
de entusiasmo cuando creíamos que sería útil para el lector.
La segunda sensación, es la de la utilidad, creemos cada vez con más firmeza en
la necesidad de acercarse al estudio de una disciplina con un mapa, el mapa nos enseñó
Bateson que no es el territorio, pero no se os ocurra salir a estudiar terapia de familia sin
mapa, os perderéis con toda seguridad. Y el estar perdido os puede llevar a la
confusión, a la irritación y, lo que aún es peor, al rechazo.
Por eso, con vuestro mapa en la mano, ya estáis preparados no sólo para
aprender terapia de familia, sino para aprender desde donde enseñan los que enseñan
terapia de familia y luego confiar.
Un viejo amigo terapeuta me enseñó que él, junto a sus mapas, tenía una brújula,
una brújula que le decía de entre todas las direcciones a seguir cual sería la más
fructífera, la más enriquecedora. Su brújula le venía a decir, cuando leas un libro que
dice lo que tú piensas o has pensado, ese, y no otro, es el bueno.
Pero viene muy bien, cuando el territorio es tan vasto, tan fácil perderse y caer en la
confusión y, lo que es peor, en el rechazo, frente a caminos más rígidamente trazados y,
en algunos casos, dogmática y académicamente instalados en “la verdad”.

6. Mapa de bolsillo para iniciar el viaje en T.F.


1900- 1950
Autores e Ideas
Weltanschauung (estadounidense) “Cada persona es buena en sí misma”
James, William; Witmer, Lightner “Enseñar la Forma Correcta de enfrentarse
a las tareas vitales”
Child Guidance Clinic La madre es responsable de la salud
mental de los hijos
Freud Motivación inconsciente de la conducta
Adler, Alfred Imparte seminarios donde entrevista a
niños con sus padres
Slavson y Shilder Se acercan desde el psicoanálisis a la
terapia de grupo
Moreno, Jacob Levi Realiza la primera terapia de pareja “el
caso Bárbara y Jorge” (1923)
Oberndorf, Clarence Analiza de manera secuencial 5 parejas
Ackerman La unidad de la familia (1938)
Psicoanálisis Posfreudiano
Teoría de las Relaciones Objetales La relación a través de la “fantasía del
otro”
Freud, Anna La interacción con el paciente como
instrumento de cambio
Bowlby Acerca Psicoanálisis y Etología
Fromm, Erich; Horney, Karen; Sullivan, Psicoanálisis culturalista: Énfasis en los
Harry Stack factores sociales
Horney, Karen La neurosis se explica desde las
dificultades en las relaciones humanas.
Fromm-Reichmann, Frieda Retoma la importancia de las relaciones
tempranas en la génesis de la enfermedad
Sullivan, Harry Stack Puente a la Terapia Familiar: Centra la
intervención en la relación interpersonal
Cibernética
Bateson, G.; Mead, M.; Frank, Lawrence Combinar la teoría de las técnicas con la
teoría de lo humano
Bateson, McCulloch y Frank Macy Foundation
Bateson, G. Circularidad y Reciprocidad.
Erickson, E. Cambios sin voluntad del sujeto
McCulloch Código Booleneano como método de
estudio del funcionamiento neuronal.
Wiener Autoorganización y ciencia del control.
Define la cibernética
1950-1960
1954. La Cloropromazina Los síntomas de agitación desaparecen y
los pacientes son permeables a la terapia.
Brown Emotividad Expresada.
Bowen Masa del yo familiar indiferenciado.
Síntoma como proceso multigeneracional.
Terapias Psicoanalíticas e Intergeneracionales
Ackerman, Nathan La patología se entiende en un contexto
supraindividual. Cree en procesos
inconscientes familiares.
Stierlin, Helm Sensibilidad y tendencia a la
estabilización en el tratamiento de los
esquizofrénicos.
Boszormenyi-Nagy, Ivan Los síntomas parecen adquirir un mayor
significado si son vistos a la luz del
contexto familiar
Sistémica y Estratégica
Wynne, Lyman Pseudomutualidad – Pseudohostilidad
Lidz, Theodore Fractura conyugal
Matrimonio Oblicuo
Ruesch, Jurgen Procesos de comunicación.
Bateson, Gregory 1951”Comunicación: La Matriz social de
la psiquiatría”.
Deuteroaprendizaje
Doble vinculo.
Hacia una teoría de la esquizofrenia
(1956)
Weakland, John; Haley, Jay; Fry, William Comunicación Ambigua.
Jackson, Don Los síntomas son un fenómeno de
mecanismos homeostáticos familiares.
Homeostasis familiar.

Haley El poder en psicoterapia (1959)


Terapias Sistémicas (Bateson)
Jackson, Don; Satir, Virginia; Riskin, 1959. Funda el M.R.I.
Jules Espejo Unidireccional.
Equipo Terapéutico.
El síntoma eminentemente explicado
desde la funcionalidad.
Los comportamientos humanos son
comunicacionales no consecuencia de lo
que sucede dentro de la persona.
Terapias Estratégicas (Haley)
Erickson, E. Las estrategias de la Terapia: hacer
planes, buscar soluciones peculiares e
inesperadas para conducir a los clientes en
la dirección deseado.
Instituye “las tareas para hacer excesos”
Sugestión.
Terapias Experienciales
Whitaker, Carl Coterapia
Los terapeutas participan estrechamente
en las interacciones emotivas en el
transcurso de la sesión
1960-1970 Desarrollo
T. Sistémica
Maruyama 1961 Morfogénesis y Morfostasis.
Las fugas
Bateson La teoría sistémica se convierte en una
epistemología global.
Modelos de la Teoría Psicoanalítica
Ackerman 1960. Funda el 1er instituto privado
dedicado a la T.F. y a su enseñanza.
Stierlin, Helm y Selvini Palazzolli, Mara Se interesan por la T. de Familia
Paul, Norman Equilibrio patológico estable.
La terapia tiene como objetivo “el duelo
operacional”
Terapias experienciales
Satir, Virginia Terapeuta humanista por excelencia.
Whitaker, Carl A quién se considera un gurú.
Terapias Psicoanalíticas
Intergeneracionales
Stierlin, Helm Sostiene que la T.F. nace a partir del
psicoanálisis.
Selvini Palazzoli, Mara Hasta 1971 su práctica está relacionada
con el psicoanálisis.
Trabaja con interpretaciones de la
dinámica inconsciente y de las
transferencias.
Bowen, M. Triangulación.
El trabajo con la propia Familia de
Origen.
Define la relación terapéutica.
Diferenciación
Boszormenyi-Nagy, Ivan Psicoterapia familiar intergeneracional
dialéctica.
Ética de las relaciones.
Lealtad y fidelidad gratificante.
T. Sistémicas y Estratégicas
Watzlawick, Haley, Weakland Comentan las sesiones con las familias,
dejan de usar este método rápidamente.
Haley Estrategias en psicoterapia.
Satir, V. Terapia familiar conjunta
Watzlawick, Beavin, Jackson “Teoría de la comunicación humana”
Sluzki Relaciones simétricas y complementarias
Ferreira Mitos familiares
Family Process.
T. Estratégica
Haley El poder en la Familia, El poder en la
terapia.
El poder del síntoma
T. Estructurales
Minuchin, Salvador Se centra en la organización familiar y su
importancia sobre el comportamiento de
la persona.
T. Experiencial
Whitaker. C. Batalla por la estructura.
Satir, V. Propone una integración ecléctica del
modelo comunicacional, la terapia Gestalt,
el psicodrama y la técnica narrativa.
Su método se denomina cronología de los
hechos de la vida de la familia.
Terapias multifamiliares
Laqueur, Henri Peter Grupos de Familias.
Comunicación perturbadora.
Terapias de Redes Sociales
Speck, Ross y Atteneave, Carolyn Influida por Nagy.
Macgregor, Robert Terapia de Impacto Múltiple.
1970-1980 Técnicas
Psicoterapia Integradora Factores comunes en psicoterapia.
Brown y Leff Emotividad Expresada
Bloch, D, Hoffman Lynn, Papp Peggy, Orienta el modelo del M.R.I. Pero
Silverstein Olga incorpora la T. Sistémica de Milán y más
tarde el constructivismo y el
construccionismo.
Terapias sistémicas y estrategicas
M.R.I. Proyecto de terapia breve
John Elderskill Bell sustituido por Riskin Director proyecto familias no etiquetadas
Bodin y Diane Evertine Tratamiento dirigido a la violencia
familiar.
Watlawick, J, Weakland J, Bodin, A, Los episodios psicóticos de la
Fish, R esquizofrenia son crisis evolutivas no
enfermedades mentales.
Estratégica estructural de Haley. La iniciativa es siempre del terapeuta.
Los síntomas son modos de estabilizar la
estructura jerárquica de la familia y por
otra parte son tácticas de poder personal
Terapias Estructurales
Minuchin, S. Se interesa por las enfermedades médicas.
Se desplaza de la patología individual a la
relación.
La terapia es una reorganización de la
estructura familiar.
Es característico el uso de metáforas
espaciales y organizativas.
Terapias sistémicas batesonianas :El
grupo de Milán
Selvini Palazzoli, Mara Raíces relacionales de los grandes
trastornos mentales incluidas las
esquizofrenias.
Su método se denomina método de terapia
breve largo.
Define un principio terapéutico la
connotación positiva.
Prescribe la configuración conjunta de la
familia.
A partir de 1972. El modelo de Milán
representa el purismo sistémico que
recoge los principios de la epistemología
cibernética de Bateson.
El terapeuta debe crear un contexto de
deuteroaprendizaje.
Surgen las preguntas de diferencias que
más tarde se llamaran preguntas
circulares.
Los principios de la intervención son
hipotetización, neutralidad y circularidad.
Terapias intergeneracionales
Bowen Tª de los sistemas familiares.
Rechaza la concepción de familia como
lugar de vínculos emotivos. Su teoría se
centra en las ideas de diferenciación,
sistemas emocionales perspectivas
multigeneracionales, triángulos
emocionales.

Carter, Elizabeth y McGoldrick, Mónica Ciclo vital familiar.


Borzosmengi-Nagy, Ivan T. F. Contextual.
Ética relacional, equidad, herencia,
Registro, Lealtad invisible.

Framo, James Una combinación de terapia de pareja,


modelos intergeneracionales y teoría de
las relaciones objetales.
Sea cual sea el problema la primera
admisión se harás tras un diagnóstico
familiar.
Su pensamiento está influido
predominantemente por la Tª de Fairbairn
de las relaciones objetales y de Bowen, M.
Su modo de modificar las relaciones de
objeto, es recurriendo a modalidades
psicodramáticas clásicas.
Williamson La terapia como lucha de generaciones.
Andolfi, Maurizio Síntesis entre Minuchin y Whitaker y sus
propias intuiciones.
La valoración de los niños que para él la
parte débil por excelencia de cada familia.

Terapias Psicodinámicas.
Las ideas de Satir son recogidas por Terapia familiar integradora.
Dolh,Bunny y Kantor, David
Ezriel y Bion Teoría de las relaciones objetales
aplicadas a la psicoterapia de grupos.
Bertovim Arnon y Kinston Warren Aplican a las familias el método de
psicoterapia focalizada de Malan
(Psicoterapia psicodinámica Breve)
Skynner Lucha entre los sistemas proyectivos
Stierlin, Helm Redefine el concepto de identificación
Proyectiva de M. Klein.
Mitos Familiares.
Proceso de Delegación
Terapias comportamentales
Patterson Adiestramiento de los padres.
Reciprocidad.
Stuart, Richard Contrato de Contingencias
Liberman, Robert Evalúa las relaciones funcionales entre los
síntomas y los patrones de interacción
familiar.
1990.1994 .Complejidad
El constructivismo
Maturana, H, Varela F. Autonomía y cierre operativo de sistemas.
Autopoiesis.
Desplaza el foco de lo observado al
observador.
Terapias psicoanalíticas
Terapia familiar psicoanalítica francesa Se caracteriza por el setting regular y
estable de las sesiones.
Las intervenciones se derivan de la
interpretación analítica.
Dan importancia a la transferencia
colectiva y contratransferencia.
Ruffiot Organiza la comprensión de la familiar en
torno a tres elementos: relación de objeto,
Yo familiar, interfantasmatización.
Lemaire El Rol.
Lo patológico en la pareja es el
comportamiento de negociación de la
ambivalencia
Scharffy, D, Savege Scharff, Jill Relación Centrada. Holding Contextual.
Terapias sistémicas y estratégicas
Terapias Estratégicas
Cloé Madanes Son una reformulación de las ideas de
Haley y Minuchin
Terapia Ericksoniana
Zeig, Jeffrey Utilizan un amplio repertorio de
intervenciones.
Prescripción de funcional ambigua
Terapias Estructurales Decae el peso del modelo estructural
Terapias sistémicas
Selvini Palazzoli y Prata Prescripción Invariable.
El embrollo familiar
Boscolo, Luigi, y Cecchin Giangranco El foco está en observar al terapeuta.
La neutralidad se redefine como estado de
curiosidad
Terapeutas pos- Milán
Karl Tomm Gestión coordinada de significados
Tom Andersen Equipo reflexivo
Harry Goolishian Sistemas determinados por problemas
Terapias e intervenciones
comportamentales
Intervenciones psioeducativas
Psicoeducación comportamental
Liberman y Falloon La enfermedad es un déficit, hay que
enseñar a manejar ese déficit.
Falloon Su modelo tiene una estrecha adherencia
al de solución de problemas
Psicoeducación Ecléctica
Leff Reducir la crítica e informar a la familia
sobre la esquizofrenia
Anderson, Hogarty, Reiss Tratamiento Psicoeducativo familiar
Goldstein, Michel Psicoeducación terapéutica
Terapias Feministas
Hare-Mustin Guías para la terapia con mujeres.
Terapias Integrativas
Helm Stierlin Psicoanálisis y Sistémica
Luigi Cancrini Gramática y Sintaxis
1990-2000 Modernidad-Posmodernidad
Posmodernidad
Construccionismo social Del contexto al texto.
Terapias psicoanalíticas e
intergeneracionales
John Byng Hekk Script Familiar (guión familiar
Doane, Jeri y Diamond Diana Estilo afectivo, Entrevista
intergeneracional
Terapias Estratégicas y sistémicas
Terapia estratégica
Steve de Shazer Terapia centrada de soluciones.
La pregunta del milagro.
Terapias Sistémicas
Mara Selvini Retoma la nosografia tradicional.
Se resignifica la concepción de
psicopatología en términos defensivos.
Boscolo, Luigi Pasa a primer plano el mundo de las
emociones
Intervenciones Psicoeducativas Son el tratamiento psiquiátrico familiar
por excelencia.
Terapias Posmodernas
White y Epston La terapia como narración.
Externalizar el síntoma
Epston Uso de medios literarios.
Terapias Conversacionales
Anderson y Goolishian La idea del no saber
Tom Andersern Equipo Reflejo
Lynn Hoffman Escucha y Empatía
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