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Publicado en Bermejo, V., García-Moltó, A. y Herranz Castillo, T. (2012). Manual de Terapia Familiar y
de Pareja. Madrid: Magister en Terapia Familiar y de Pareja para Profesionales de la Salud. UCM.
3.5.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales: Terapia familiar
psicoanalítica francesa, terapia familiar de las relaciones objetales. Terapias
sistémicas y estratégicas: Las terapias estratégicas, terapias sistémicas,
terapeutas pos-Milán. Terapias e Intervenciones: psicoeducación
comportamental de Liberman y Falloon, Psicoeducación ecléctica,
Anderson, Hogarty y Reiss, Michel Goldstein. Terapias Feministas.
Terapias integrativas
3.6. Modernidad y posmodernidad. 1990-2000
3.6.1. Desarrollos teóricos
3.6.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales. Terapias estratégicas.
Terapias sistémicas. Terapias posmodernas: La terapia como narración, las
terapias conversacionales
3.7. La terapia familiar aquí y ahora
3.7.1. Una visita a los talleres de terapia familiar: justificación de los talleres
elegidos.
3.7.1.1. Secciones de los talleres.
.
1. Introducción
Este capítulo se ha escrito con un objetivo didáctico y con el deseo de facilitar
el inicio al estudio de la terapia familiar, que sirva como un primer mapa que les guíe
en el estudio del “pensamiento sistémico”, desde su origen hasta la actualidad. Lo
haremos con la imprecisión de la síntesis, y con la limitación de nuestro propio
conocimiento sobre un ámbito de intervención que se ha extendido de un modo
exponencial.
A la hora de escribirlo nos hemos apoyado esencialmente en el texto de P.
Bertrando y D. Toffanetti (2004), del que hemos recogido e integrado los datos y la
estructura que nos permite ver el desarrollo, escisiones y aperturas de la terapia de
familia a lo largo de su historia. Hemos contado con la colaboración de José Antonio
Ríos para abordar nuestra historia, la intrahistoria de la terapia familiar en España, de la
que José Antonio es, y ha sido, uno de nuestros pilares.
Hemos prescindido intencionadamente de la discusión sobre la comprensión y
uso que de lo “sistémico” tienen los diferentes modelos y en qué medida sería discutible
y/o asumible que se pudieran incluir dentro de esta categoría. Hemos preferido empezar
mostrando la lógica epistemológica del pensamiento sistémico y dejar en manos del
lector que haga su propio análisis y consideración sobre el grado en que los distintos
autores, teorías o técnicas son fieles a lo “sistémico”.
En un capitulo de historia no hemos querido dejar de mencionar a los pioneros
de la terapia de familia en otros países, distintos a América e Italia, como un modo de
reconocer su contribución a la difusión de la terapia de familia.
Y por último, al ser este capítulo una guía para empezar e estudiar, hemos
incluido un anexo que sirva para poder situar a los autores y sus ideas de una manera
rápida. De este modo, antes de empezar la lectura de cualquier texto, el lector tiene la
posibilidad de ubicarlo dentro de una corriente de pensamiento y de una época.
2. Quién se mueve: ¿el viento o la bandera?
“Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno de ellos dijo “el
viento se está moviendo”. El otro contestó “la bandera se está moviendo”, un
maestro zen que pasaba remarcó: “Ni el viento ni la bandera se están moviendo,
la mente se está moviendo” (Giacomo, 1987, p.15).
“La terapia de familia se constituye con un grupo de diferentes supuestos que
subyacen a la terapia sistémica (…) los supuestos que subyacen son
contradictorios a los modos tradicionales de pensar en esta sociedad. Por lo tanto
la teoría de sistemas es contracultural” (Becvar y Becvar, 1988, p.5).
A partir de esta afirmación nuestro primer objetivo se centra en reconocer cuáles
son esos elementos que subyacen a la terapia de familia, ¿de qué modo se organiza la
lógica del pensamiento sistémico?
Lo más fácil de observar en el pensar y hacer sistémico está en el foco de
atención, es decir, ¿dónde reside el problema? No está dentro de las personas, lo que
nos llevaría a una psicología y explicación de lo intrapsíquico, sino que el foco está
entre las personas, y lo que existe entre las personas son interacciones y relaciones.
Por tanto, el primer elemento que define el pensar y hacer sistémico nos coloca en el
lugar al que dirigir la mirada para intervenir.
1. El foco de intervención está “Entre las personas”.
El segundo elemento es la aceptación de la subjetividad, la aceptación de la
limitación que impone lo humano se traslada a la práctica clínica. El observador no es
ajeno al mundo que percibe, con el que actúa y al que dota de su propio significado y
realidad. Por lo tanto el observador, en una intervención familiar, será un miembro
inseparable del proceso que construye, en el que interviene, e intenta explicar/se.
“La teoría sistémica es consistente con la tradición llamada kantiana, según la
cual el observador sustituye lo observado como foco de atención”. ” (Becvar y
Becvar, 1988, p.8).
2. Partimos de aceptar la subjetividad como el modo de comprender las
relaciones humanas que se intentan explicar en la medida que se crean.
El tercer elemento es el contexto, las relaciones surgen en un lugar, en un
tiempo, en una matriz de relaciones humanas, de organizaciones. De este modo las
conductas no son explicables al margen del contexto del que forman parte.
3. El contexto es inseparable de las interacciones, por lo que la perspectiva
holística constituye el quehacer sistémico versus a una posición
analítica.
El cuarto elemento a considerar es la causalidad de la interacción, intentar
explicar una relación desde un pensamiento causal “causa—efecto”, ignorando la mutua
influencia de los miembros que participan en la interacción, nos alejaría de la
comprensión del fenómeno al que nos acercamos. Por ello el pensamiento sistémico no
es causal sino que acepta la reciprocidad, y este modo de pensar podría denominarse
como “causalidad circular”.
4. La causalidad circular pone el énfasis en la reciprocidad, la recursividad
y la responsabilidad compartida.
“A y B existen en el contexto de una relación en la que cada uno influye sobre
el otro y ambos con igualmente causa y efecto de cualquier conducta del otro”
(Becvar y Becvar, 1988, p.9).
El quinto elemento a tener en cuenta es “el tiempo”. Para saber qué está
sucediendo en una interacción podemos realizar una búsqueda histórica: ¿qué hace que
ahora aparezca una determinada conducta en A o B? O podemos detenernos en el “aquí
y el ahora”, y preguntarnos ¿qué patrón de interacción sigue la conducta entre A y B en
este momento? Si hacemos esto segundo nuestra pregunta será: ¿Qué está sucediendo?
frente al ¿Por qué está sucediendo, causal, lineal y, en mayor o menor medida,
determinista?
5. El tiempo en terapia de familia es el presente, el Aquí y el Ahora.
El siguiente elemento a considerar consiste en eliminar dicotomías, el o/o se
sustituye por la complementariedad, y nuestra manera de entender los sucesos pasa de
ser excluyente a ser integrador. De este modo, el pensamiento sistémico es inclusivo,
admite una “y”, y podemos entender un suceso como el resultado de una suma “a y b” y
su modo de complementarse dentro de un contexto que le dota de significado.
6. El pensar sistémico se organiza en torno a la “y”, no a la dicotómica o/o.
3.1.2.2. La cibernética
“Personas consideradas dementes emplean literalmente las figuras de dicción o
hablan en metáforas sin reconocerlo. El grupo de Bateson planteó la hipótesis de
que una persona con este tipo de dificultad, podría, en palabras de Bateson,
“aprender a aprender” en un contexto que esa dificultad fuese de alguna manera
adaptativa”. (Hoffman, 1987, p.27).
¿Cómo se estaba moviendo el pensamiento que se terminó organizando en torno al
nombre de cibernética?
Según Bertrando y Toffanetti (2004, p.54): “Bateson atribuye las primeras ideas
sistémicas a Wallace, y las primeras formulaciones cibernéticas a las ecuaciones con las
que Maxwell, en 1868, había descrito cómo funcionaban los reguladores de las
máquinas de vapor. En 1879, Claude Bernard planteó la idea del milieu interne para
referirse a las condiciones que se mantienen constantes en todo organismo vivo. (…)
Cannon (1932) define la “homeostasis” como el conjunto de procesos que permiten al
organismo conservar la estabilidad de su ambiente interno. (…) Ludwing von
Bertalanffy concibe su teoría general de sistemas (1934), (…), el sistema es una
totalidad ordenada y el modo como se ordena tiene consecuencias significativas sobre
su forma de comportarse (…)
Warren McCulloch hacia 1940 trabaja con Walter Pitts, junto al que comprueba
que el lenguaje utilizado para describir la interacción entre las neuronas es el lenguaje
de la lógica formal y el álgebra booleana. (…) El lenguaje formal también estaba siendo
desarrollado por John von Neumann y Norbert Wiener. De sus concepciones se derivará
la naciente cibernética con un carácter dual: ciencia de la autoorganización y, al mismo
tiempo, ciencia del control, cómo funcionaban los reguladores de las máquinas”.
En este cúmulo de ideas surge, de la mano de G. Bateson, M. Mead y Lawrence
Frank, la posibilidad de combinar las teorías de “lo técnico” con las teorías de “lo
humano”.
“Bateson, inicia su comprensión del individuo y la sociedad desde la
circularidad y la reciprocidad. Su curiosidad le acerca a Kurt Lewin, con su teoría del
campo psicológico, el conflicto como emergente del campo. También conoce a
Erickson, con su capacidad de generar cambios sin contar con la voluntad del sujeto
induciendo al trance. A su vez mantiene lazos con McCulloch y su código booleneano
como lenguaje de las neuronas y con Wiener y su idea de autoorganización y ciencia del
control. Términos que, posteriormente se nos harán muy familiares, como contexto,
lenguaje, y autoorganización, estaban diseminados alrededor de Bateson. Junto a la
curiosidad intelectual y creativa de Bateson, surge la necesidad de su propia
organización y se pone en tratamiento analítico con Elisabeth Hellerberg” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.58). A juzgar por el trabajo que conocemos de esta analista,
Individual's Relation to Reality In Our Culture (1950), no interferirá su análisis en el
camino “contextual” que desarrollará Bateson sobre la comprensión de la patología.
Si queremos ubicar el escenario en el que nace la cibernética, ese lugar es la Macy
Foundation. “Gracias al esfuerzo conjunto de Bateson, McCulloch y Frank, se decide
que la Macy Foundation financie una serie de conferencias que girarán en torno al
desarrollo de un nuevo lenguaje interdisciplinar que pueda describir fenómenos tan
diferentes como la transmisión de información mediante señales eléctricas, la
neurofisiología, la posibilidad de diseñar máquinas de cálculo y sistemas artificiales
capaces de autorregularse. (…) En 1949 se adopta oficialmente el término “cibernética”
propuesto por Wiener (1948). (…) Según Wiener, “la cibernética es el estudio del
control de la comunicación en el animal y la máquina. Posteriormente, Bateson la
definió como la rama de la matemática que estudia el control, la recursividad y la
información” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.59).
Estamos inmersos en la creación de la primera cibernética, a partir de ahora
conceptos como feedback (retroalimentación), donde los sistemas dan y reciben
información, hace que sea necesaria una nueva causalidad. Frente a la causalidad lineal
donde una causa determina un efecto, se pasará a una causalidad circular, una parte del
sistema causa una modificación en otra parte del mismo que, a su vez, reacciona
modificando la primera y así sucesivamente. La conducta pasa a ser explicada desde la
relación con los demás en el contexto (familia) de la que forma parte, el contexto da
significado a las conductas, y el salto de lo intrapsíquico a la relacional se ha dado.
3.2. Investigaciones. 1950-1960
3.2.1. Contexto
“La familia de clase media estadounidense adquiere características que serán
míticas: una familia cerrada, íntima, basada en la relación estrecha, padres-hijos,
aislada de la familia extensa así como del resto de la sociedad, y fundada sobre
una rígida división del trabajo, entre el padre trabajador y la madre dedicada a la
crianza de los hijos, que adoptan una posición totalmente pasiva” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.67).
“En 1954 aparece la Cloropromazina, el primer neuroléptico, con el que los
síntomas de agitación desparecían, pacientes hasta entonces inalcanzables eran ahora
permeables a las terapias. (…) Pero hay otro fenómeno especialmente relevante, George
Brown comprueba que los pacientes que regresaban con sus familias tras las
hospitalizaciones psiquiátricas recaían y volvían a ser internados. Brown formula el
concepto de Emotividad Expresada” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.69).
Surgen clínicos que se plantean al acceso a la terapia de los pacientes psicóticos,
y ese acceso vendrá sobre todo de la relación interpersonal. John Rosen, Harry Stack
Sullivan, Frieda Fromm-Reichmann, el movimiento humanista de la mano de Carl
Rogers, el psicodrama y la psicoterapia de grupo de J. L Moreno, siguen ganando
espacio.
Toda la terapia que surge de este contexto compartirá algunas características
básicas:
“No son terapias revolucionarias, pero se originan en la psiquiatría y en la
psiquiatría infantil institucional. Se trata de terapias eminentemente científicas. Todos
los fundadores se caracterizan por su actitud heroica y mesiánica, convencidos de haber
descubierto la “verdadera” causa y las “verdaderas” dinámicas de muchos fenómenos
patológicos, animados por la novedad de sus descubrimientos “(Bertrando y Toffanetti,
2004, p. 70).
“La premisa común de todos ellos es que los pacientes deben ser salvados,
rescatados, individuados, emancipados de las familias, o bien de sus familiares. Se
siembran así las raíces de un conflicto destinado a salir a flote muy pronto” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 71).
3.2.2. Ideas
En esta época surgirán las principales orientaciones en terapia de familia. “Los
terapeutas que trabajan en la Child Guidance Clinic se orientan a la terapia de familia a
partir de la psiquiatría infantil (Nathan Ackerman y Salvador Minuchin). Gran parte de
las terapias intergeneracionales proceden del ámbito de investigación sobre la
esquizofrenia: Murray Bowen, Ivan Boszormenyi-Nagy, Helm Stierlin o Carl Whitaker.
De las investigaciones sobre la esquizofrenia que forman parte del proyecto dirigido por
Gregory Bateson nace, gracias sobre todo a Don Jackson, la primera terapia familiar
conjunta sistémica y que busca aplicar a la terapia los conceptos de doble vínculo.
Gracias a Milton Erickson entra en la terapia familiar la idea de estrategia terapéutica”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 74).
3.2.3. ¿Dónde colocar el origen de la terapia familiar como profesión?
Bowlby, en 1949, publica su artículo sobre familias. Bell obtiene resultados
notables con el método de agrupar a todos los miembros de la familia, y publica, en
1961, “Terapia de Grupo Familiar”. Christian Midelfort refuerza el sentido de
pertenencia a la comunidad de sus pacientes psiquiátricos pidiendo a los familiares que
apoyen al equipo médico del hospital en las diversas contingencias cotidianas, además
de tomar parte en las entrevistas conjuntas (está documentado que este trabajo es
incluso anterior al de Bell). Charles Fulweiler utiliza un método que influye
profundamente en la evolución de las terapias sistémicas: deja a los miembros de la
familia solos en la sala de terapia, con el encargo de hablar de los problemas que les han
llevado hasta allí, y luego se retira a observarles detrás del espejo. Su posterior regreso a
la sala de terapia y sus comentarios a los miembros de la familia tenían el objetivo de
cambiar el patrón de comunicación intrafamiliar, que generalmente se manifiesta bajo la
forma de ataques al paciente. “A Fulweiler, Bell y Midelfort, les une que comienzan a
trabajar al mismo tiempo, o incluso antes, que los supuestos fundadores de la terapia
familiar, dejando entrever vías que otros recorrerán con gran fortuna, pero entretanto
quedarán aislados y por tanto marginados”. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 76).
3.2.4. Las primeras terapias de familia
Terapias Psicoanalíticas o Intergeneracionales
Nathan Ackerman
Es un respetado e influyente psicoanalista. Conserva algunos elementos básicos
de la teoría psicodinámica, establecer la diferencia entre normalidad y patología.
Entendiendo la patología dentro de un contexto supraindividual, la importancia de la
organización interna de la personalidad y la integración emocional del individuo en sus
roles familiares, junto con las relaciones y comunicación en el seno de la familia.
Cree en los procesos inconscientes familiares, por tanto las defensas y las
resistencias serán tanto individuales como colectivas al proceso terapéutico. “Cree que
son los procesos colectivos familiares los que hacen surgir la patología en uno de los
miembros. En este sentido aparece la consideración de chivo expiatorio” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 74).
En palabras de Ackerman (1956, p. 66): “Este artículo es un informe de un
estudio en desarrollo de la integración del sufrimiento emocional individual con la
estructura psicosocial de su familia. Los objetivos últimos son establecer criterios para
“el diagnóstico familiar”, una clasificación del funcionamiento emocional y la salud
mental de grupos de familia, y encontrar la correlación entre la patología de los
individuos con los la patología de la unidad familiar”. El objetivo de la terapia es
reabrir el debate intrapsíquico para trasladarlo a una dimensión relacional. El
terapeuta familiar asume el papel de padre sustituto; la tradición psicoanalítica define la
función paterna desde el rol de “dar derechos y de guiar al otro” que, traducido a la
actividad del terapeuta, desempeñará el papel de guía e instrumento de examen de la
realidad para toda la familia. En su modo de trabajar no están exentos el manejo de la
transferencia y contratransferencia como elementos inevitables en cualquier relación
humana.
Helm Stierlin
Psicoanalista alemán formado en la tradición fenomenológica de Karl Jaspers en
Heidelberg. Que de sí mismo nos dice: “la primera etapa fue Heidelberg donde estudié
Filosofía y Medicina con Karl Jaspers, Alfred Weber, Alexander Mitscherlich y Vicktor
von Weiszäker. (…) Mientras por las tardes me imbuía en las obras de Freud en la
Clínica Psicosomática, a la mañana siguiente oía decir en el seminario de Jaspers que
Freud había sido, junto con Marx, el genio maléfico de nuestro tiempo” (Stierlin, 1979,
p. 3).
Su interés se centra en la esquizofrenia, “toda la familia del esquizofrénico
comenzó a convertirse para mí en un problema cada vez mayor. Recuerdo, por ejemplo,
lo doloroso que me resultó que una joven esquizofrénica fuera sacada repentinamente
del hospital por sus padres: se trataba de una enferma de la que creía había hecho
muchos progresos conmigo. Pero Otto Will, mi supervisor, me consoló con las palabras
de Sullivan: frecuentemente, la primera señal de progreso reside en que los familiares de
los esquizofrénicos los aparten del tratamiento” (Stierlin, 1979, p. 3)
La posición que, como terapeuta, adopta podemos encontrarla en sus propias
palabras: “El terapeuta llega sobre todo a una comprensión psicológica reflexionando
sobre sus propios sentimientos y sus propias motivaciones. (…) Así es como puede, por
ejemplo, entender la dinámica sutil de la angustia del paciente sólo en tanto en cuanto
pueda ponerla en relación con sus propias vivencias, actuales, o potenciales” (Stierlin,
1979, p. 64).
Salvador Minuchin
Psicoanalista que tiene que intervenir con una población que se caracteriza por
ser “miembro del grupo minoritario urbano, habitante del gueto, que sufre pobreza,
discriminación, miedo, hacinamiento y carencia de hogar” (Bertrando y Toffanetti, 2004
p. 83). Se encuentra con la dificultad de su realidad, el psicoanálisis se creó y pensó
para intervenir sobre el mundo fantasmático, esa limitación del método psicoanalítico y
la propia iniciativa de Minuchin le llevan a proponer su propio modelo.
Escuela de Filadelfia
Ivan Boszormenyi-Nagy
Psicoanalista influido por el pensamiento de Martin Buber y su filosofía del
encuentro: “El hombre sólo puede ser percibido en cuanto totalidad existente, como
compañero” (Buber, 1969, p. 78). Por Harry Stack Sullivan, por la teoría interpersonal
de Fromm-Reichmann y la teoría de las relaciones objetales de Fairbairn, Nagy llega a
una primera conclusión “Los síntomas de los pacientes parecen adquirir más sentido si
son vistos a la luz del contexto familiar, mientras que su mejoría tiende a generar
problemas en algunos de los miembros de la familia” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.
84).
Terapias Sistémicas y Estratégicas
A Lyman Wynne le debemos los conceptos de pseudomutualidad, evitar los
desacuerdos a través de mensajes falsos que no sean explícitos de aceptación y
pseudohostilidad, necesidad oculta de intimidad y afecto asociado a tendencias
agresivas y destructivas que protege de un vínculo ansiógeno y sofocante. Estos
conceptos se formulan en su intento de comprensión de la esquizofrenia:
“La interpretación dinámica de la esquizofrenia se desarrolla considerando la
organización social de la familia. Una serie de conceptos e hipótesis son aplicables a los
prepsicóticos, las fases agudas y crónicas de los procesos esquizofrénicos se formulan
con un particular foco en la relevancia de las relaciones familiares” (Wynne et al., 1971,
p. 206).
Theodore Lidz, en su trabajo sobre la esquizofrenia, afirma: “en un cuidadoso
escrutinio de 14 familias que tenían un hijo esquizofrénico, se revela que las relaciones
maritales de los padres estaban seriamente dañadas” (Lidz et al., 1957, p. 241). En este
trabajo identifica dos patrones de relaciones maritales asociados a la esquizofrenia de
los hijos, el cisma conyugal, que lo define como relaciones conflictivas en las que las
dificultades pueden a cada uno satisfacer sus propias necesidades ignorando al otro; y el
matrimonio obligado, donde un miembro claramente patológico de la pareja queda
como figura dominante aceptada por el otro que satisface sus necesidades de
masoquismo y dependencia.
El interés por el estudio de la esquizofrenia es el objeto de estudio de John
Weakland, Jay Haley y William Fry, quienes se ocupan de la comunicación ambigua,
mensajes y metamensajes que ponen al receptor en una situación paradójica.
“Un esquizofrénico es una persona que va al restaurante y se come la carta del
menú” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 95).
El desarrollo conceptual y epistemológico viene del trabajo de Gregory Bateson,
que introduce el concepto de deuteroaprendizaje, “aprender a aprender” o
metaaprendizaje, es decir, un aprendizaje de segundo nivel que implica que al
comprender un comportamiento aprendemos la clase de comportamientos de los que
forma parte. Aprendemos el contexto que da sentido al comportamiento. Su énfasis en
la comunicación como sinónimo de conducta le lleva a establecer los canales de la
comunicación, analógico y digital. El primero asociado al mundo emocional y el
segundo, a los datos, a la información. También define los tipos básicos de interacción,
simétrica es la que se sostiene en la igualdad, y complementaria la que se sostiene en la
diferencia.
Don Jackson, aporta su idea del síntoma esquizofrénico como “epifenómeno” de
mecanismos subterráneos homeostáticos familiares. “Los síntomas de un individuo
mantienen el equilibrio del sistema más que el equilibrio de sus fuerzas intrapsíquicas.
Esta afirmación es una demanda para un importante cambio en el pensamiento
psiquiátrico” (Haley, 1962, p.70).
La unión de estas ideas lleva a la primera teoría relacional de la esquizofrenia,
“el doble vínculo”, un hipotético escenario familiar para el futuro esquizofrénico.
“El doble vínculo es una situación en la que haga lo que haga una persona, no
puede ganar” (Bateson, Jackson, Haley y Weakland, 1956, p. 251).
Don Jackson, reformula su idea de homeostasis familiar, si se presupone que la
familia es un sistema cerrado, cada individuo tenderá a mantener constantes sus
parámetros interactivos aún a costa de uno o varios miembros de la familia. La familia
explica el motivo estructural por el que tiene sentido que en una familia exista una
persona esquizofrénica.
Haley se fascina con el tema del poder, y va a generar una escisión con los
presupuestos de Bateson.
“El poder es una cuestión central en la vida humana” (Haley, 1976, p.59). “El
poder corrompe más rápidamente a los que creen él. (…) Pero sigue siendo un
disparate epistemológico y desemboca inevitablemente en diversos tipos de
desastre” (Bateson, 1976, p. 197).
Haley se convence de la posibilidad de ver la familia como una jerarquía en la
que algunos controlan a los otros y tienen más poder para establecer las reglas del
sistema.
Surgen dos concepciones que derivarán en dos modos de concebir la terapia de
familia: Sistémica en sentido riguroso, fiel a los presupuestos de Bateson; y Estratégica,
más ligada al pensamiento de Haley.
Bateson concibe cada sistema (por tanto también la familia) como un conjunto
unitario pero en el que confluyen los procesos de comunicación. Haley y Jackson la
conciben como una organización jerárquica en la que los individuos luchan por
establecer quién define las relaciones.
Terapia Sistémica
Don Jackson desarrolla la idea de equipo unidireccional, con la que la terapia de
familia se convierte en la terapia pública por excelencia en la que la supervisión es casi
siempre directa. Su concepción del síntoma es funcional y organizacional, tiene como
función mantener el equilibrio de las relaciones entre los miembros de la familia, su
función permite además a otros familiares no exhibir dificultades evidentes.
El objetivo por tanto del trabajo terapéutico es encontrar el contexto en que el
comportamiento desviado adquiere un razonable significado. El estilo de Don Jackson
es directo, focalizado en las interacciones y relegando a un segundo plano el juego de
las emociones
Para Don Jackson “las conductas son comunicacionales, no consecuencia de lo
que sucede dentro de la persona” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 105).
Terapia Estratégica
Jay Haley, quien desarrolla la terapia estratégica, considera a Erickson el primer
terapeuta estratégico. Sus ideas están muy influidas por el pensamiento de Erickson:
“Milton Erickson representaba los nuevos caminos de la psicología clínica. Fue una
especie de prodigio en los años cincuenta cuando la psicoterapia atravesaba un período
de grandes cambios: de ser intrapsíquica, psicodinámica, pasó a ser directiva, externa y
a involucrar a familiares de los consultantes o a familias enteras. Eso precisamente hacía
Erickson en aquellos días, desarrollaba un abordaje muy directivo, centrado en el
cambio y en las relaciones entre los miembros de una pareja o de una familia” (Linares
y Ceberio, 1998, p.33).
La seguridad con la que Haley inicia la terapia estratégica se concreta en
afirmaciones tan rotundas como “toda limitación no es más que una construcción
mental” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 107). Para Haley la estrategia de la terapia
consiste en hacer planes, buscar soluciones peculiares e inesperadas para conducir a los
clientes en la dirección deseada. Introduce tareas para casa con el objeto de darle un
significado simbólico en la vida de los clientes. Y considera la sugestión un elemento
que no se puede descuidar en la relación terapéutica.
Terapias Experienciales
Whitaker era conocido como un hombre carismático y una de las voces más
poderosas en dar forma a la Terapia de familia en los inicios de los sesenta. A menudo
provocativo en sus enseñanzas, una vez dijo en una entrevista que “todo matrimonio es
una batalla entre dos familias luchando por reproducirse a sí mismas” (Goleman, 1995,
p.23).
Whitaker crea un método nuevo de trabajo: la coterapia. Los dos coterapeutas
participan estrechamente en las interacciones emotivas que surgen en el transcurso de la
sesión. Este modo de trabajar supone una profunda implicación del terapeuta en los
procesos emotivos de los clientes además de un especial interés por el mundo
simbólico. En Terapia se reproducen algunos elementos de la relación madre-hijo.
3.3. Desarrollo de la terapia familiar. 1960-1970
3.3.1. Desarrollos teóricos
Los trabajos de Maruyama contribuyen al desarrollo de la teoría cibernética, se
ocupa de los mecanismos que favorecen la homeostasis dentro de un sistema. La
morfogénesis y la morfostasis, como tendencias que mantienen el equilibrio de un
sistema. Bateson entiende la teoría sistémica como una epistemología global.
3.3.2. Terapias Psicoanalíticas e Intergeneracionales
Los modelos psicoanalíticos no prosperan, Ackerman funda el primer instituto
dedicado a la terapia de familia y a su enseñanza. La Escuela de Filadelfia, bajo la guía
de Nagy, integra elementos sistémicos en la teoría de las relaciones objetales.
Psicoanalistas europeos se acercan a la terapia de familia como Helm Stierlin y Mara
Selvini Palazzoli.
Los primeros trabajos de Mara Selvini Palazzoli, hasta 1971, su práctica y su
teoría están relacionadas con el psicoanálisis. Trabaja con interpretaciones de la
dinámica inconsciente y de las transferencias.
Conceptualmente la visión intergeneracional de Bowen se consolida como un
paradigma de intervención en terapia familiar y publica su libro “El uso de la terapia de
familia en la práctica clínica”. Elabora el concepto de triangulación, que define como
la tendencia de toda pareja a incorporar un tercero en sus transacciones de modo que
resulta imposible la relación diádica. Elabora su técnica y su posición terapéutica
cercana a la familia pero objetiva, no se alía con ninguno, mantiene la distancia
suficiente para manejar los triángulos sin ser triangulado. Otra afirmación de Bowen, de
especial relevancia para entender la “capacidad” de cambio de un terapeuta, es su
afirmación de que el “terapeuta puede ayudar a la familia hasta su propio nivel de
diferenciación” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 138). Esta idea de Bowen no es más
que la afirmación clásica psicoanalítica “mutatis mutandis” de que el terapeuta no puede
llegar más allá con un paciente de lo que ha llegado en su propio análisis. Sus conceptos
de yo y diferenciación son cercanos a la posición de Ackerman y Whitaker, aunque su
manera de intervenir “desde la búsqueda de la objetividad”, se aleja de la subjetividad
que supone el manejo de la transferencia y la contratransferencia.
“A partir de 1967 se inicia la edad de oro de la Terapia de los Sistemas
Familiares que se conocerá simplemente como la terapia de Bowen” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p. 138).
Existen aportaciones sobre la génesis del conflicto entre generaciones, uno de
los más notables es el equilibrio patológico estable en el cual se ve fácilmente un
chivo expiatorio familiar cuya función es evitar que la familia preste atención al duelo.
“La Teoría de Norman Paul tiene por objetivo el duelo operacional en el que los
patrones familiares son modificados por medio de la libre expresión de sentimientos de
duelo, la exhibición de los mismos y, en definitiva, su resolución mediante la acción de
terapeutas en el contexto protector de la terapia” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.
131).
Las terapias experienciales pasan a ser más valoradas, Virginia Satir y Carl
Whitaker son los más representativos de este modelo, que recurren a técnicas
psicodramáticas y gestálticas.
Dentro de la escuela de Filadelfia, Nagy se encuentra con la necesidad de
integrar dos polos: por un lado “las relaciones humanas” y, por otro, la “interioridad”.
Ese esfuerzo conduce a una propuesta, la psicoterapia intergeneracional ecléctica:
“Es de especial importancia el énfasis de lo intrapsíquico, de cómo los cambios
estructurales en los individuos corren de forma paralela a los cambios críticos en el
sistema familiar” (Boszormenyi-Nagy y Framo, 1965, p. 10).
El pensamiento de Nagy se centra en un concepto a caballo entre la ética y la
generación de la identidad. Incluye desde lo más externalista de lo recibido por nuestros
predecesores, pero también desde el punto de vista interno, incidiría en la construcción
de nuestra propia identidad con el legado o la expectativa que se nos ha trasladado. Para
Nagy el sentido del yo se organiza en torno al reconocimiento y continuidad de la deuda
que cada uno tiene.
Terapias Sistémicas
En esta época, el M.R.I. (Mental Research Institute) de Don Jackson pasará a ser
reconocido como la escuela de Palo Alto, por ser el lugar donde se traslada en 1959. La
escuela es un hervidero de ideas que se incorporarán a los campos de clínica e
investigación del futuro de la terapia de familia. Aparece el concepto de “Estrategias en
psicoterapia” de la mano de Haley. Según Virginia Satir, “el paciente necesita hacerse
responsable de sí en todo momento y el terapeuta debe renunciar a su papel de salvador”
(2002, p.57). También destacan los trabajos de Carlos Sluzki sobre la formalización de
las relaciones simétricas y complementarias, y Ferreira acerca de los mitos familiares.
La obra que se considera la mayor aportación de esta época es “La teoría de la
comunicación humana” (Watzlawick, Jackson y Beavin, 1967). Estamos ante los
fundadores de la primera teoría terapéutica de orientación familiar.
Terapias Estratégicas
En 1958, Jay Haley hace una manifiesta provocación cuando publica el artículo
“The art of psychoanalysis”, “donde define el psicoanálisis como un método de atrapar
a los clientes en un doble vínculo del que difícilmente pueden escapar” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.146). Como algunos pensamos, la coherencia de un terapeuta se
manifiesta, más allá de la epistemología con la que se enfrente a su trabajo, con su
propia actitud frente a la vida. Si sus motivaciones son mayores que la curiosidad por el
conocimiento, no es de extrañar que, desde ahí, el tema de interés de Haley sea el poder.
Desde el poder lee las reglas de comunicación e interacción de la familia y el poder que
el síntoma otorga a quien lo padece. Este modo de pensar inicia un alejamiento del
pensamiento batesoniano. Como es sabido el narcisismo exige tener nombre propio.
Terapias Estructurales
Minuchin ya se ha enfrentado a una necesidad: la necesidad de ser operativo ante
situaciones que requieren algo más que el trabajo a través de la semántica del conflicto,
la necesidad que puede llevar a la toma de conciencia y a su resolución. Para ello, tiene
que enfrentarse a la pragmática de la vida, especialmente de la vida familiar que se
organiza en torno a la ausencia de reglas, de roles definidos. El enfoque de Minuchin se
inicia en una diferencia, la diferencia entre funciones instrumentales y funciones
expresivas:
“la dimensión instrumental se refiere a la medida en que las relaciones sociales
son un medio para conseguir objetivos o metas. (…) Las relaciones expresivas
hacen referencia a las relaciones que son un fin en sí mismas” (Gracia-Fuster,
1997, p.58)
La idea de poder de Haley se va a unir con la “falta de organización de las
familias” con las que se encuentra Minuchin. De la síntesis de este pensamiento surge
su meta en el tratamiento: “la jerarquía familiar” como objetivo primario al que se
subordina la relación terapéutica. Para Minuchin las técnicas son el instrumento para
alcanzar el cambio y las utiliza frente al síntoma, es decir, la estructura familiar y la
realidad familiar que permite que se mantenga esa estructura familiar.
Terapias Experienciales
Para Carl Whitaker el eje de la intervención es la experiencia emotiva, esa
experiencia emocional correctora que, como un hilo invisible, impregna todos los
métodos humanistas. Pero su etiología de los problemas familiares no deja de ser un
planteamiento perturbador: “El matrimonio es el resultado de la unión de dos chivos
expiatorios, él es el enviado de su familia y ella de la suya, y ambos tienen la misión de
reproducir sus respectivas familias” (Whitaker, 1991, p.56).
Desde esta afirmación parece que la deducción a la que nos invita Whitaker es
obvia, la intervención debe ir dirigida a que los miembros de la pareja sean capaces de
crear su propia familia.
Virginia Satir, continúa con su propio desarrollo integrador, en el que se incluye
el modelo comunicacional, la terapia gestáltica, el psicodrama y las técnicas narrativas.
“Se sitúa en una modalidad netamente experiencial y en una perspectiva trigeneracional.
Su método se denomina cronología de los hechos de la vida de familia, y recorre las
diferentes etapas de los acontecimientos más significativos de la historia de la familia.
El terapeuta debe siempre confiar en el instrumento y en la intuición: el potencial
curativo está contenido sobre todo en el encuentro humano entre el terapeuta y la
persona que tiene delante de él”.” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.158).
Terapias Multifamiliares
Surge una idea nueva: la intervención con diferentes familias a la vez, con un
objetivo, contribuir entre todos a la diferenciación de los miembros frente a las
posiciones simbióticas de las que, en teoría, parten.
La figura que se coloca en los orígenes de este modo de trabajo es Henri Peter
Laqueur, de orientación psicoanalítica. Laqueur afirma que “los pacientes hablan con
sus propios familiares de un modo que, en el contexto de la familia, parece menos
insensato. Se establece lo que Laqueur denomina comunicación perturbadora”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.161).
Los comportamientos de los terapeutas de aceptar los problemas y las visiones
del mundo que traen las familias sin ponerlas en discusión, están alejadas de la fuerte
directividad de otros modelos.
Terapias de Redes sociales
Este modelo surge como una necesidad frente al progresivo deterioro en el que
la vida familiar puede ir cayendo. Las familias multiproblemáticas son un desafío para
cualquier tipo de intervenciones, de tal modo que la utilización de todos los medios
posibles y coordinados se ofrece como una solución.
“En esta línea de intervención hay dos grandes grupos de trabajo: el de Ross
Speck y Carolyn Attneave en Filadelfia y el de Robert Mac Gregor en Texas. La
intervención parte de formalizar encuentros con toda una red social en la que se engloba
a la familia. Ambos grupos coinciden en la necesidad de involucrar el contexto social en
el proceso de curación. Mac Gregor lo sistematizó en un procedimiento que denominó
terapia de impacto múltiple. Varios profesionales organizan a las familias en distintas
combinaciones, para reunirse después en un único gran grupo donde intercambian ideas
y determinan las preinscripciones” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.164).
3.4. Técnicas. 1970-1980
3.4.1. Desarrollos teóricos
Las ilusiones sobre la eficacia de la terapia de familia en la esquizofrenia se han
desvanecido y se abandona la idea de “la cura de la esquizofrenia” por los terapeutas
familiares. Lo que motivó el origen de la terapia familiar deja una meta no en vano,
estamos en un momento donde se fortalece una preocupación que siempre ha estado en
la psicoterapia: la medida de su eficacia. Se han iniciado los estudios comparativos y
metaanalíticos que no aprecian diferencias entre los distintos modos de hacer terapia,
esto supone una cura de humildad, una renuncia a la verdad terapéutica y abre la puerta
a un pensamiento integrador.
“Lo que Lester Luborsky bautizó como veredicto del pájaro Dodo y consiste en
la imposibilidad con el abultado trabajo de investigación realizado hasta la fecha para
demostrar diferencias consistentes entre intervenciones psicoterapéuticas basadas en
diferentes teorías o escuelas, imposibilidad a la que se ha añadido la dificultad
encontrada para definir un placebo en psicoterapia y la comprobación de la magnitud de
efecto lograda por alguno de los placebos propuestos” (Fernández Liria, 1999, p.209).
En estos años se redescubren las ideas de Bateson que van más allá de las
propuestas del M.R.I.
La psiquiatría empírica se acerca al estudio de la esquizofrenia poniéndola en
relación con la expresión de la emoción. Se debe a Brown el concepto de emotividad
expresada y su relación con la mejoría clínica de los pacientes.
“La Emoción Expresada es un índice de actitudes familiares que ha resultado ser
un poderoso instrumento para predecir la recaída esquizofrénica” (Leff y Vaughn, 1981,
p.102). “Las escalas EE sirven para evaluar la emoción expresada mientras un pariente
habla sobre un paciente designado (quien prototípicamente acaba de experimentar una
crisis esquizofrénica). La crítica y la excesiva vinculación emocional han sido
determinadas como las escalas de EE con mayor poder para predecir recaídas
posteriores” (Simon et al., 1984, p.127).
Esta década “Framo la denomina la batalla por los nombres de las marcas. Los
jefes de las escuelas publican sus versiones más o menos definitivas” (Bertrando y
Toffanetti, 2004, p.175).
En el Ackerman Institute se incorporan Lynn Hoffman, Peggy Papp y Olga
Silverstein, que orientan el modelo hacia el MRI, donde se incorpora la teoría sistémica
de Milán y, con posterioridad, el constructivismo y el construccionismo. La terapia
estratégica toma 2 direcciones: la estratégico-sistémica del MRI y la Estratégica y
estructural de Haley. El grupo de Milán propone una terapia estructural Batesionana.
Bowen crea su modelo, teoría de los sistemas familiares; Nagy, la terapia familiar
contextual y Framo una combinación de la terapia de pareja, que incluye los modelos
intergeneracionales y la teoría de las relaciones objetales. Don Williamson ve la vida
familiar como una lucha de generaciones. El auge del humanismo reactualiza la obra de
Virginia Satir junto a Bunny Dolch y David Kantor. Surge el interés por la
investigación cuantitativa y los primeros manuales importantes de terapia de Familia
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.176).
“La linealidad del modelo del M.R.I. es sustituido por una consoladora
complejidad que acaba con la ilusión de poder actuar sobre las familias como si
fueran maquinas homeostáticas. La terapia familiar es el arte de lo posible y el
terapeuta tiene la tarea de secundar y favorecer la evolución espontánea e
imprevisible de los síntomas observados” Bertrando y Toffanetti, 2004 p.237).
La aceptación de la complejidad no se instala como un paradigma abarcativo,
sino como una fuente de conflicto y escisión entre teorías sistémicas, estratégicas y
estructurales, teorías analíticas, intergeneracionales, comportamentales.
“Si el objeto no encaja con las necesidades del niño, esto determina una 'falla
básica', pero si es capaz de adaptarse a sus necesidades, genera un 'sentimiento de
tranquilo bienestar” (Balint y Balint, l968, p.97).
Para explicar su modo de trabajar utilizan dos conceptos: “el de relación
centrada, creemos que la madre y el hijo se relacionan intencionalmente sobre los
límites de su propio yo corporal mientras cada uno de ellos trata de comunicar con el
centro de su propio cuerpo y de su propio yo, marcando recíprocamente la identidad del
otro; y holding contextual, que se refiere a la capacidad de los padres para responder a
las necesidades de los hijos” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.244).
Desde el punto de vista de la intervención no están interesados en desvelar los
secretos familiares, sino en restituir a las familias (reparar) eliminando las resistencias.
Terapias Sistémicas y Estratégicas
Terapias Estratégicas
Cloé Madanes reformula las ideas de Haley. “Los síntomas son vistos como el
resultado de jerarquías incongruentes, es decir, como intentos, por parte de los hijos, de
cambiar a sus padres, con claras referencias no sólo a Haley sino también a las ideas
jerárquicas de Minuchin” (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.247).
Jeffrey Zeig tiene puntos en contacto con otras terapias estratégicas pero amplía
las posibilidades de intervención. Pone el acento en las capacidades, generalmente
inconscientes, para generar un cambio natural. Usan un amplio repertorio de
prescripciones, ordalías terapéuticas, metáforas, anécdotas, reformulaciones,
inducciones hipnóticas y sugestiones indirectas.
Dentro de las prescripciones destacan las denominadas prescripciones de
función ambigua:
“Los miembros de la familia que siguen una prescripción ambigua no están en
condiciones de aplicar la usual jerarquía de poder para resolver la ambigüedad. En
realidad, nadie sabe cuál es el objetivo de la prescripción. Cuando se hallan en el
proceso de las prescripciones, los clientes, a un cierto nivel, reexaminan y reflexionan
sobre las experiencias que han acudido a su mente durante el trance. Así, la prescripción
se convierte en un modo de ayudar a los clientes a utilizar lo que han aprendido en la
sesión para aplicarlo en casa” (Lankton et al., 1991, p.273-274).
Las terapias estructurales, con Minuchin a la cabeza, amplían su estudio a las
familias normales. No obstante, sucumbe el modelo pragmático frente a posiciones más
discretas e intelectuales como las de Boscolo y Cecchin.
Terapias sistémicas
En 1980 se produce una escisión en el grupo de Milán en dos subgrupos. Selvini
Palazzoli y Prata que se ocupan del sistema observado, y Boscolo y Cecchin que se
centran en el sistema observante.
M. S. Palazzoli, utiliza la prescripción invariable, que es una teoría y un
método de investigación. Con el uso de este procedimiento descubre lo que denomina
embrollo familiar, para explicar una trama donde el hijo es atrapado en una relación
donde un progenitor se convierte en cómplice de su lucha simétrica contra el otro para,
en un segundo momento, descalificarle. El hijo descubre que ha sido instrumentalizado
y que los padres tienen un vínculo fuerte entre ellos y el hijo reacciona desde la
disfuncionalidad.
“A finales de la década de 1970, nuestra actitud con respecto a los llamados
métodos paradójicos era todavía un tanto ambivalente. Frente al entusiasmo por casos
cuyos resultados habían sido felices y rápidos, estaban las no pocas situaciones confusas
y los fracasos manifiestos” (Selvini Palazzoli et al., 1990, p.19). “La familia Marsi, que
se cruzó (…) en febrero de 1979 hizo saltar la invención (…) Se pretendía buscar un
modelo no verbal de bloquear la interferencia de las hijas en los problemas de los
padres. El resultado fue la elaboración de la prescripción siguiente, que se comunicó a
los padres en la siguiente sesión: Guarden un secreto absoluto sobre lo que se ha dicho
durante la sesión. Si sus hijas les hicieran preguntas, responda que la terapeuta ha
prescrito que todo se mantenga en reserva entre ustedes y ellas. Un par de veces, como
mínimo, durante el intervalo que preceda a la sesión siguiente, desaparezcan de su casa
antes de cenar, sin aviso previo, dejando sólo una nota con las siguientes palabras: “Esta
noche no estaremos”. Vayan a lugares donde presuman que nadie les conoce. Cuando, a
su regreso, sus hijas les pregunten a dónde diablos se habían fugado, les contestarán
sonriendo: “son cosas nuestras”. Por último, en una hoja que conservará bien oculta,
cada uno de ustedes, por separado, anotará las reacciones de cada una de sus hijas ante
su extraña conducta. En la próxima cita, que será también sólo para ustedes dos, nos
leerán sus apuntes” (Selvini Palazzoli, 1990, p.32).
Luigi Boscolo y Gianfranco Cecchin cuando formaban a sus alumnos les
invitaban a preguntarse sobre el terapeuta, no sobre la terapia familiar. La cibernética de
segundo orden y el constructivismo, se convierten en el punto de referencia. El modelo
camina hacia la complejidad. Ahora lo que se considera no son los patrones de
interacción familiar, sino las premisas epistemológicas, los significados, los sistemas
emotivos y las historias de los clientes (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.255).
Cecchin reformula la neutralidad, ya no como ausencia de toma de posición sino como
estado de curiosidad.
“Usted dijo en la conferencia que uno de estos prejuicios en la visión sistémica
es prestar atención a cómo funciona el sistema, y la curiosidad es la forma en la que
ingresamos al funcionamiento del sistema. ¿Cómo funciona la curiosidad? GC: En
primer lugar, si uno ve la realidad como un sistema, autoorganizado, autopoiético,
entonces uno se mantiene alejado de la idea del cambio cada vez que ve un sistema. Lo
único que uno puede hacer es intercambiar, interactuar con él, ser curioso respecto de él.
Entonces, en lugar de pretender la neutralidad en la que se creía en el pasado, uno sabe
que va a interferir y lo hace observando, tocando, estando allí. La única posición que
para mí tiene sentido es la de mostrarse curioso al respecto. Y mostrarse curioso tiene
un efecto, es interferir en la realidad. Da curiosidad saber cómo funciona la gente, no
buscar qué está bien y qué está mal, sino ver cómo es. Entonces uno es sistémico si
respeta los sistemas; si quiere cambiarlos no los respeta: piensa que deberían ser
diferentes y además cree saber cuál es el sistema correcto. Y esto es imposible porque
somos parte de los sistemas, no podemos inventar un sistema. Sólo puede hacerlo Dios,
si existe... Pensar que podemos controlar los sistemas es un error epistemológico. Lo
único que podemos hacer es estar conscientes, observar, ser curiosos, y tener respeto por
cómo es el sistema, "respeto sistémico" (Des Champs y Torrente, 1996, p.1).
Los terapeutas pos Milán
Karl Tomm introduce, junto a las líneas de conducción de la sesión de la escuela
de Milán (hipótesis, circularidad y neutralidad, una tercera que denomina
estrategización, donde analiza la influencia de las convicciones, el comportamiento y la
modalidad de estructuración de diversos niveles de significado contribuyendo a un
modelo que tomará el nombre de gestión coordinada de los significados.
Tom Andersen, cuya aportación más enriquecedora ha sido el equipo reflexivo,
parte de considerar que sea el grupo de trabajo el que sea observado por la familia. Los
problemas que la familia traen pasan a ser matabolizados en voz alta por el equipo
reflexixo, no es una estrategia, en todo caso un catalizador para que la propia familia
reflexione y desencadene sus mecanismos de autoorganización y cambio.
“Si el punto focal de la terapia se desplaza a las premisas que las personas tienen
respecto a un problema, es lógico que se llegue a lo que Anderson y Goolishian
denominan “sistemas determinados por problemas. (…) Los problemas, a su vez, son
entidades lingüísticas, existen sólo dentro de un sistema de significados. Por eso,
afirman que un problema creado por medio del lenguaje desaparece cuando surgen
significados y descripciones alternativas”. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.260).
Terapias e Intervenciones comportamentales
Desde el comienzo se pueden dividir en dos categorias. Una psicoeduación
comportamental que sigue la terapia de familia comportamental y una psicoeducación
ecléctica, sin deudas con ninguna escuela.
Psicoeducación comportamental: Liberman y Falloon
Comparten la idea de que la enfermedad es un déficit y hay que enseñar a los
pacientes y a la familia a convivir con él.
Psicoeducación ecléctica
Hay que enseñar sobre la esquizofrenia, y disminuir la involucración y la crítica.
Anderson, Hogarty y Reiss
Diseñan un modelo de tratamiento psicoeducativo de la esquizofrenia.
Anderson sitúa en la base del modelo dos fuerzas que interactúan negativamente: “la
vulnerabilidad individual y la intensidad emotiva de la familia”. Es minucioso e
informativo, no se detiene en el reconocimiento de los síntomas de la enfermedad, si no
sobre la prevención así como en los recursos que puede activar tanto la persona que
padece la esquizofrenia como la familia, para abordar las dificultades bio-psico-sociales.
El programa preveé y enseña cómo actuar desde la salida del hospital a la prevención de
posibles recaídas.
Michel Goldstein
Desarrolló una intervención de sesiones tras la incorporación del paciente que ha
sufrido un brote psicótico a casa. Se trata de desterrar de la familia la vergüenza frente a
la enfermedad y las expectativas de recuperación inmediata. Después de lo cual, se tata
de que la familia sepa identificar los eventos estresantes, aumente sus recursos frente al
estrés, desarrolle estrategias en esas situaciones y anticipe situaciones que pueden darse
hasta la recuperación (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.269).
Terapias feministas
El primer artículo que publica una serie de líneas guía para con las mujeres, es
de Rachel Hare-Mustin en 1978. El tipo de crítica que predomina en el feminismo
estadounidense es la crítica lingüística. Las femenistas están preocupadas por cambiar el
lenguaje.
“Hay un contenido predeterminado en la conversión de la terapia que proviene
del discurso dominante de la comunidad y de la cultura. Sugiero que el terapeuta
necesita desarrollar una conciencia reflexiva, si enmudece los discursos entrará en la
habitación que les refleja” (Hare-Mustin, 1994, p.19).
Terapias integrativas
Desde sus puntos de vista específicos, tanto Helm Stierlin como Luigi Cancrini,
integran la terapia sistémica y el psicoanálisis. Cancrini “Se centra en el discurso y se
centra en la estructura de fondo que une las varias formas de psicoterapia con una
especie de denominador común sobre el que se alinean todas las intervenciones; la
especificidad sería la gramática de la psicoterapia”. (Bertrando y Toffanetti, 2004
p.279).
3.6. Modernidad y posmodernidad. 1990-2000
3.6.1. Desarrollos teóricos
Se produce una revisión sobre las que se había fundado la terapia familiar y se
dan posiciones radicales que se acercan a la terapia posmoderna y al construccionismo
social.
La postmodernidad introduce la complejidad y el relativismo. Hay una prioridad
en la narración sobre los hechos que desencadena la misma, de tal modo que, desde una
posición extrema, cualquier historia puede ser considerada igualmente válida o inválida.
El construccionismo social es un cambio epistemológico. “La identidad nace en
un contexto desde el principio relacional: el yo crece dentro del marco de intercambios
y conversaciones en los que están insertos y la identidad es el resultado de las
narraciones que cada uno de nosotros escribe dentro de tales danzas conversacionales”
(Bertrando y Toffanetti, 2004, p.294).
Se crea la terapia más focalizada en el lenguaje de toda la historia de la terapia
familiar. La tarea del terapeuta será la creación ilimitada del nuevo sentido (nuevas
historias) manteniendo la conversación. Es un paso del contexto (Bateson) al texto
(Derrida).
3.6.2. Terapias psicoanalíticas e intergeneracionales
Terapia del apego. John Byng Hall, utiliza el concepto de “script familiar”, la idea de
que la familia consiste en una transmisión cultural ha coexistido con las principales
corrientes y diferentes nombres, John Byng Hall lo define como Script familiar. “El
mito es un elemento fundante de la identidad de grupo… El mito termina por crear un
script que los miembros de la familia están obligados a seguir debe ser preservado con
el costo de la eventuales elecciones o autonomías individuales”. (Bertrando y Toffanetti,
2004, p.301).
“Definición de SCRIPT: el conjunto de expectativas que tiene una familia sobre
el modo en que los roles deben ser representados en los distintos contextos” (Bertrando
y Toffanetti, 2004, p.301).
Jeri Doane y Diana Diamond, crean un criterio análogo al de emotividad
expresada pero desarrollado el en la interacción cara a cara entre los miembros de la
familia, lo denomino estilo afectivo. Su tipología familiar es inédita tiene en cuenta la
expresión emotiva, los patrones de apego entre padres e hijos y entre los padres y sus
padres, introduciendo en este género de investigaciones un patrón trigeneracional. Entre
sus técnicas destaca la entrevista intergeneracional, se convoca al hijo problemático
junto a uno solo de sus padres y el terapeuta entrevista a este último haciéndole relatar
la historia de su relación con la familia de origen. (Bertrando y Toffanetti, 2004 p.304).
Terapias estratégicas
A Steve de Shazer, un autor profundamente influido por los casos clínicos de
Milton Erickson, le fascina la idea de crear confusión voluntariamente. Su terapia es
simplemente curativa, no diagnóstica, y se trata de encontrar soluciones. Probablemente
la máxima de la terapia orientada a la solución es la pregunta milagro, es decir:
“supongamos que sucediera un milagro”; y a partir de ahí se pone en funcionamiento
todo lo demás. Generalmente es una pregunta útil en la primera entrevista.
La pregunta milagro, que en realidad es una serie de preguntas consecutivas, se
inicia con la siguiente pregunta: Supongan que esta noche, mientras están durmiendo,
sucede una especie de milagro y los problemas que los han traído aquí se resuelven, no
como en la vida real poco a poco, sino de repente, de forma inmediata. Como están
durmiendo no se dan cuenta que el milagro ha ocurrido. Al día siguiente, ¿qué cosas van
a notar diferentes que les hagan darse cuenta que el milagro ha ocurrido?” (De Shazer,
1988, p.29).
Terapias sistémicas
Llama la atención que, en la terapia posmoderna, Selvini asume la posición
opuesta y reabre la nosografía tradicional. Se redefine la psicopatología como un
proceso de defensa frente a una situación familiar patológica. El bien y el mal de la
relación están ahora ligados a una perspectiva psiquiátrica tradicional. Boscolo vuelve a
colocar la emoción en primer plano y Cecchin modifica la noción de curiosidad en
irreverencia.
“Al terapeuta no le interesa saber qué ha producido el cambio, sino el cambio
mismo. La irreverencia consiste en no aceptar nunca un solo nivel lógico, consiste en
jugar con varios niveles, en saltar permanentemente de uno a otro. Consiste en desgastar
la certeza, en no darse por satisfecho con ninguna descripción. Cada vez que el cliente
expresa una certeza, el terapeuta irreverente sube un nivel de abstracción” (Cecchin et
al., 2002, p.19).
Las terapias psicoeducativas han pasado a ser el tratamiento psiquiátrico familiar
por excelencia.
Terapias posmodernas
La terapia como narración. White y Epston
Michael White separa la persona del problema, el problema es el problema. Se
trata de externalizar el síntoma. Se separa de la persona para transformarse en algo que
la persona puede enfrentar y acaso vencer. (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.314).
Las historias pueden ser reescritas. Epston aportó a la terapia narrativa el uso de medios
literarios.
Las terapias conversacionales
Su punto de partida es la idea de que la terapia puede permitir al paciente decir y
pensar lo que aún no ha dicho ni pensado acerca de su historia personal. Anderson y
Goolishian se muestran favorables a una disolución de carácter específico de la terapia,
en pro de una modalidad coloquial.
Redefinen el papel del terapeuta que se coloca en el lugar del no saber,
estimulando la conversación de los pacientes, asumiendo una posición hermenéutica.
Tom Andersen. Usa el equipo reflejo. Trabaja con emociones arraigadas, lo que
supone la implicación del terapeuta o del equipo.
Lynn Hoffman. Su aspecto más significativo residiría en la combinación de la
actitud receptiva, con la empatía y la escucha.
B. Descuidos metodológicos
Recuerdo que una definición de malentendido muy práctica, es creer que
sabemos lo que no sabemos. En trabajos con adultos, Lev (2010) nos dice en un estudio
metaanalítico, de 957 artículos publicados entre 1997 y 2006, que solo en el 2,8 % de
los casos se cita la edad de los adultos con los que se interviene, y eso descuida una
dimensión: el efecto del envejecimiento en la pareja.
3.7.1.1.4. Sección de generación de ideas, modelos nuevos y su aplicación
A. Ideas en ebullición
Esta sección tiene el peso de dar sentido a todas los demás, esta inagotable tarea
que está en el origen y nos acompañará siempre, se traslada a preguntas sobre el lugar
de conocimiento desde el que intervenimos. Dickerson (2010) revisa el concepto de
integración, que está en revisión desde su creación, y nos avisa del riesgo de caer en una
“sopa ecléctica”.
La preocupación de Dickerson también es la de Bertrando (2011), que se
pregunta por las diferencias entre los modelos, si necesitamos crear otros modelos de
integración meta-teóricos. Parece que su posición se inclina hacia un modelo de
proceso terapéutico, una teoría de la práctica que podría explicar la mayor parte de los
aspectos del proceso terapéutico que siguen siendo tácitos. Tal teoría podría ayudar a
explicar lo que acontece en concreto cuando el terapeuta está haciendo terapia y
también cómo interactúan los modelos teóricos con la práctica cotidiana del terapeuta.
¿Hay lugar para la subjetividad individual dentro de una epistemología
construccionista? Esta pregunta es el título del trabajo de Roy-Chowdhury (2010). La
integración no es una actitud, es una posibilidad que se tiene que trasladar a la clínica,
pero antes de la clínica siempre está la teoría. El autor es consciente de la dificultad que
conlleva, dentro del construccionismo social con su énfasis en el contexto social,
afirmar que los individuos tienen personalidades fijas y estables. Este es el objetivo del
autor, mirar el modo en el que, en mi opinión, lo obvio se puede hacer compatible con
otro modelo teórico.
Responder a la pregunta anterior es el objeto de trabajo de Roy-Chowdhury
(2010) y con una frase está servida la polémica: “no hay sujeto ni yo fuera de la
construcción social”.
3.7.1.1.5. La meta-sección
A Carr (2010) tuvimos que crearle este taller para él sólo, porque se dedicó a
revisar los trabajos publicados en todas las revistas de habla inglesa durante el año
2009. Y concluyó que los temas se podrían organizar en torno a las siguientes
categorías: terapia narrativa, problemas centrados en los niños, problemas centrados en
los adultos, el abuso de sustancias a lo largo del ciclo vital, la enfermedad a través del
ciclo vital, violencia familiar y de pareja, diversidad, desarrollos en la práctica, la
formación y la investigación en sistémica.
El mismo Navarro habla de una “segunda etapa” que “comienza en 1981, año en
el que se celebra el I Encuentro de Terapeutas Familiares del Estado Español” en la
Universidad. El primer profesor titular de Universidad que impartió Terapia Familiar,
con tal denominación, fue Emilio Gutiérrez en Santiago de Compostela.
Progresivamente van apareciendo otros nombres que han llenado muchos años
de la vida de la TF. Ricardo Sanz inicia una lista de algunos de los que empezaron a
ocupar un lugar destacado en este desarrollo y que me permito completar con los que
han ido incorporándose con los años: J. L. Ruiz de Munain, A. Espina, B. Pumar, I.
Landaburu e I. Ochoa (San Sebastián); J. Navarro Góngora, M. J. Olea, M. T. Blanco,
M. Martínez Zulaica, A. Rodríguez Morejón, y J. L. Rodríguez-Arias Palomo
(Salamanca); E, Gutiérrez, M. Siota (+), E. Gutiérrez, L. Ferrer y P. Bermejo (Santiago
de Compostela); C. Martín y A. Carreras (Zaragoza); C. Rojero, T. Suárez, J. A. Ríos
(con J. L. Martorell, S. Alonso, Natacha Sánchez, A.M. Martínez Puente, C. Roca, M. J.
Chichón, Z. Villar, M.D. Baratas, A. Soria, J. García Alba, Elena López Santiago y Mar
Gamella), N. Barbagelata y A. Rodríguez, Elisa López Barberá, Pablo Población, S.
Baer, Danilo Ubri y Teodoro Herranz (Madrid); R. Sanz y C. Pérez de León y M.
Millán, (Valencia); A. Sarró, L. Albadalejo, J.L. Linares, C. Campo, L. Cabrero, A.
Fernández, R. Ramos, G. Feixas, J. Alegret, Paloma Lago, M. Rives, A. Roche, P.
Flores, C. Pérez i Testor y F. Castillo (Barcelona); R. Pereira, A.M. Zurimendi e I.
Aramberri (Bilbao); F. Carrasco y M. Martínez de Velasco (Vitoria); R. Manrique
(Santander) y P. Guilló y N. Hervás en Sevilla, además de tener que aludir al pujante
Grupo de Canarias en el que siempre han dejado su impronta José Pereira Miragaya y
Jorge de Vega.
Esta fue la verdadera génesis del nacimiento de la FEATF con J.A. Ríos como
primer presidente de la misma.
Alejandro Ávila y José Guimón se propusieron “reunir” a todos para, desde esa
mínima base fundamentada en algo tan elemental como “conocernos”, “unirnos” en una
tarea común, formar una Federación que deseaba integrar a las Asociaciones de
Psicoterapias ya existentes. La primera etapa terminó con la constitución de la FEAP el
25 de septiembre de 1992 con la presencia de 36 Asociaciones fundadoras. El Acta
fundacional está firmada por los promotores (A. Ávila y J. Guimón) y todos los
representantes de las Asociaciones que manifestaron su deseo de integrarse. La Junta
Directiva elegida en la Reunión Fundacional: Alejandro Ávila (Presidente), J. Guimón y
Esther Miralpeix (Vicepresidentes), F. Cabaleiro (Secretario), J. A. Ríos
(Vicesecretario), F. Bas (Tesorero) y, como Vocales, J. Lledó, J. L. González de Rivera,
R. Pereira, V.E. Caballo, M. J. García Martín, P. Falcón, P. Guilló, J. A. Espina Barrio,
A. J. Miranda y P. Fernández-Villamarzo.
ALEMANIA
En los años 70 Helm Stierlin, Walter Toman y Jurgen Hargens desarrollan la Terapia
de Familia en Alemania formando grupos, fundando institutos y asociaciones de
Terapia de Familia.
En los años 90 tiene lugar una gran discusión entre el gobierno federal y las
asociaciones de terapeutas familiares porque la Secretaría de Sanidad no acepta otras
orientaciones que no sean la psicoanalítica o la conductual, practicada por médicos.
Actualmente la Terapia de Familia tiene una sólida reputación gracias a la investigación
científica, que ha permitido también definir más claramente programas de tratamiento y
demostrar al gobierno su efectividad.
ARGENTINA
El psicoanálisis intenta extender sus interpretaciones a todos los eventos psicosociales,
pero muchas cuestiones familiares y de pareja quedan sin responder en este intento.
Finales años 70: Se crea la Sociedad de Terapia Familiar. Alfred Canevaro es el editor
fundador de la revista “Terapia Familiar”. En los años 80: La terapia de Familia y Pareja
se establece como método de intervención. Aparece la Federación Sistémica Argentina.
En 1985 se funda la revista “Sistemas Familiares” de ASIBA (Asociación Sistémica de
Buenos Aires). Otros autores importantes son: Pedro y Cecilia Herscovici en el grupo
sistémico y Carlos Díaz Usandivaras en la terapia de familia.
BRASIL
En 1972 Lindemberg Rocha se hace cargo del Sector Familiar en el Hospital Pedro
Ernesto de la Universidad Estatal, tratando adolescentes y sus familias. Es el pionero en
Río de Janeiro.
En 1977 se ofrece el primer curso de Terapia de Familia supervisado por Luis Fernando
Mello Campos y Anna Maria Hoette.
1980: Lucia Ripper, Gladis Brun Y Ana Maria Hoette fundan CEFAC (Centro familiar
y de pareja).
1985: Moisés Groisman funda Núcleo-Pesquisas, el primer instituto de Terapia Familiar
en Brasil.
1987: Brun y Hoette dirigen el Instituto de Terapia de Familia de Rio de Janeiro (ITF).
Actualmente tres institutos privados ofrecen formación dentro de la línea sistémica: ITF
con intervenciones basadas en el constructivismo, Núcleo-Pesquisas ha desarrollado un
modelo de terapia familiar breve en 9 sesiones, y el reciente Instituto Mosaico.
INGLATERRA
1971: John Howells conceptualiza la terapia de familia centrada en la “terapia vector”,
que se centra en manipular el ambiente para cambiar la fuerza o dirección inadecuadas
de las fuerzas emocionales familiares.
1973: John Byng-Hall se esfuerza por expandir las ideas del psicoanálisis individual a
las dinámicas familiares.
1976: Robin Skynner amplía su trabajo psicoterapéutico de orientación dinámica con
grupos, a la familia como grupo. Fue uno de los primeros terapeutas de familia en
Inglaterra.
Años 80: Allen Cooklin, Gill Gorell Barnes, Hugh Jenkis y Arnon Bentovim fundan el
Instituto de Terapia de Familia de Londres.
MÉXICO
Años 60: Raymundo Macías, R. Derbez y L. Estrada regresan a México desde Montreal,
donde se formaron en Terapia de Familia con Nathan Epstein quien, a su vez, fue
alumno de N. Ackerman que introdujo la Terapia de Familia en Canadá.
1969: Epstein y Macías formalizan un posgrado de Terapia de Familia en la
Universidad Iberoamericana.
1972: Es fundado el Instituto de Familia (IFAC) por Macías, Derbez, Estrada y Leopold
Chagoya.
1981: Es fundada la Asociación Mejicana de Terapia Familiar por Casares, Emerich,
Freidberg y Roach.
Actualmente el estudio de la Terapia de Familia se ha ampliado de Ciudad de México a
otros lugares como Guajanato, Queretaro, Cuernavaca, Puebla y Guadalajara. La
mayoría de las corrientes y escuelas en Terapia de Familia tienen sus propias
propuestas.
PAÍSES ESCANDINAVOS
NORUEGA: Hans Jurgen Holm en los años 70 es pionero en ver familias en el hospital
donde trabaja, y en utilizar las casas de campo de las instalaciones como residencias de
familias donde pasan estancias de un mes. Holm es el primer editor en los años 70 de
“Focus Pa Familien”, la Revista Noruega de Terapia de Familia.
SUECIA: Kjell Hansson y Magnus Ringborg son los pioneros en los programas de
formación y difusión de la Terapia de Familia.
FINLANDIA: Jukka Aaltonen hacía Terapia de Familia en familias con un miembro
esquizofrénico. Jarl Wahlstrom y Raile Rinne también han trabajado con Terapia de
Familia.
SUDÁFRICA
Años 60: diferentes profesionales llevan a cabo Terapia de Familia de forma aislada e
individualmente, sin una organización formalizada.
1974: Donald Bloch lleva a cabo talleres introductorios de Terapia de Familia en dos
universidades.
A partir de 1975: tras la visita de Avner Barcai, se incrementa el interés por la Terapia
de Familia y se empiezan a formar grupos locales en Transvaal y Cape.
1979: muchos profesionales de la salud no creían en la utilidad de la Terapia de Familia
por renunciar a ver los problemas en un contexto familiar; había una actitud muy
reticente al respecto.
1979: Se forma el Comité Directivo del Instituto sudafricano de la Terapia Familiar. La
mayoría de las regiones van estableciendo establecido programas de formación en
Terapia de Familia.
1981: Se pone en marcha el Instituto Nacional presidido por Judith Ladau. Primera
conferencia del Instituto de Terapia Familiar sudafricano (SAIMFT).
El desarrollo en este país se basó en las visitas de profesionales de todo el mundo.
YUGOSLAVIA
Invitación final
Queremos acabar con una contradicción. A partir de este capítulo, en este texto,
encontrarás la terapia de familia, luego el final es el principio. Nos gustaría que la
lectura de este capítulo te dejara dos sensaciones. La primera es el esfuerzo que supone
“saber terapia de familia”, para nosotros este capítulo ha sido un proceso cicloide donde
el miedo al no saber nos sumía en una fase de cansancio que superábamos con una fase
de entusiasmo cuando creíamos que sería útil para el lector.
La segunda sensación, es la de la utilidad, creemos cada vez con más firmeza en
la necesidad de acercarse al estudio de una disciplina con un mapa, el mapa nos enseñó
Bateson que no es el territorio, pero no se os ocurra salir a estudiar terapia de familia sin
mapa, os perderéis con toda seguridad. Y el estar perdido os puede llevar a la
confusión, a la irritación y, lo que aún es peor, al rechazo.
Por eso, con vuestro mapa en la mano, ya estáis preparados no sólo para
aprender terapia de familia, sino para aprender desde donde enseñan los que enseñan
terapia de familia y luego confiar.
Un viejo amigo terapeuta me enseñó que él, junto a sus mapas, tenía una brújula,
una brújula que le decía de entre todas las direcciones a seguir cual sería la más
fructífera, la más enriquecedora. Su brújula le venía a decir, cuando leas un libro que
dice lo que tú piensas o has pensado, ese, y no otro, es el bueno.
Pero viene muy bien, cuando el territorio es tan vasto, tan fácil perderse y caer en la
confusión y, lo que es peor, en el rechazo, frente a caminos más rígidamente trazados y,
en algunos casos, dogmática y académicamente instalados en “la verdad”.
Terapias Psicodinámicas.
Las ideas de Satir son recogidas por Terapia familiar integradora.
Dolh,Bunny y Kantor, David
Ezriel y Bion Teoría de las relaciones objetales
aplicadas a la psicoterapia de grupos.
Bertovim Arnon y Kinston Warren Aplican a las familias el método de
psicoterapia focalizada de Malan
(Psicoterapia psicodinámica Breve)
Skynner Lucha entre los sistemas proyectivos
Stierlin, Helm Redefine el concepto de identificación
Proyectiva de M. Klein.
Mitos Familiares.
Proceso de Delegación
Terapias comportamentales
Patterson Adiestramiento de los padres.
Reciprocidad.
Stuart, Richard Contrato de Contingencias
Liberman, Robert Evalúa las relaciones funcionales entre los
síntomas y los patrones de interacción
familiar.
1990.1994 .Complejidad
El constructivismo
Maturana, H, Varela F. Autonomía y cierre operativo de sistemas.
Autopoiesis.
Desplaza el foco de lo observado al
observador.
Terapias psicoanalíticas
Terapia familiar psicoanalítica francesa Se caracteriza por el setting regular y
estable de las sesiones.
Las intervenciones se derivan de la
interpretación analítica.
Dan importancia a la transferencia
colectiva y contratransferencia.
Ruffiot Organiza la comprensión de la familiar en
torno a tres elementos: relación de objeto,
Yo familiar, interfantasmatización.
Lemaire El Rol.
Lo patológico en la pareja es el
comportamiento de negociación de la
ambivalencia
Scharffy, D, Savege Scharff, Jill Relación Centrada. Holding Contextual.
Terapias sistémicas y estratégicas
Terapias Estratégicas
Cloé Madanes Son una reformulación de las ideas de
Haley y Minuchin
Terapia Ericksoniana
Zeig, Jeffrey Utilizan un amplio repertorio de
intervenciones.
Prescripción de funcional ambigua
Terapias Estructurales Decae el peso del modelo estructural
Terapias sistémicas
Selvini Palazzoli y Prata Prescripción Invariable.
El embrollo familiar
Boscolo, Luigi, y Cecchin Giangranco El foco está en observar al terapeuta.
La neutralidad se redefine como estado de
curiosidad
Terapeutas pos- Milán
Karl Tomm Gestión coordinada de significados
Tom Andersen Equipo reflexivo
Harry Goolishian Sistemas determinados por problemas
Terapias e intervenciones
comportamentales
Intervenciones psioeducativas
Psicoeducación comportamental
Liberman y Falloon La enfermedad es un déficit, hay que
enseñar a manejar ese déficit.
Falloon Su modelo tiene una estrecha adherencia
al de solución de problemas
Psicoeducación Ecléctica
Leff Reducir la crítica e informar a la familia
sobre la esquizofrenia
Anderson, Hogarty, Reiss Tratamiento Psicoeducativo familiar
Goldstein, Michel Psicoeducación terapéutica
Terapias Feministas
Hare-Mustin Guías para la terapia con mujeres.
Terapias Integrativas
Helm Stierlin Psicoanálisis y Sistémica
Luigi Cancrini Gramática y Sintaxis
1990-2000 Modernidad-Posmodernidad
Posmodernidad
Construccionismo social Del contexto al texto.
Terapias psicoanalíticas e
intergeneracionales
John Byng Hekk Script Familiar (guión familiar
Doane, Jeri y Diamond Diana Estilo afectivo, Entrevista
intergeneracional
Terapias Estratégicas y sistémicas
Terapia estratégica
Steve de Shazer Terapia centrada de soluciones.
La pregunta del milagro.
Terapias Sistémicas
Mara Selvini Retoma la nosografia tradicional.
Se resignifica la concepción de
psicopatología en términos defensivos.
Boscolo, Luigi Pasa a primer plano el mundo de las
emociones
Intervenciones Psicoeducativas Son el tratamiento psiquiátrico familiar
por excelencia.
Terapias Posmodernas
White y Epston La terapia como narración.
Externalizar el síntoma
Epston Uso de medios literarios.
Terapias Conversacionales
Anderson y Goolishian La idea del no saber
Tom Andersern Equipo Reflejo
Lynn Hoffman Escucha y Empatía
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