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Vista de la Plaza de Armas de la ciudad de Arequipa, ubicada en el corazón del

Centro Histórico de Arequipa. De izquierda a derecha se observan El Portal de la


Municipalidad, El Portal de San Agustín, los portales de la catedral y la Basílica
Catedral de Arequipa.

Escudo

Cuando la villa aún no había cumplido un año de ser fundada, el rey Carlos I


de España la elevó a la categoría de ciudad por real cédula del 22 de
diciembre de 1540, dándole escudo de armas, en el que se ve un grifo que
en la mano trae una bandera, en la cual se lee la inscripción Karlos Vo Del
Rey,35 como describe el tradicionalistaRicardo Palma en su libro Tradiciones
Peruanas, en donde se brinda una explicación del porqué de la ubicación de
los componentes en el escudo basándose en lo explicado por un cronista
que contaba con conocimientos en heráldica. En la tradición «El ahijado de
la providencia» es explicado como se cita:
«Nada entendido en heráldica el demócrata que esto escribe, atiénese a la
explicación que sobre tal alegoría da un cronista. Dice que la inscripción de la
bandera expresa la posesión que el rey tomó de Arequipa y que al colocar aquélla,
no bajo los pies, sino en la mano del grifo, quiso el monarca manifestar su aprecio
por la ciudad, no pisándola como a vasalla, sino dándole la mano como a
favorecida. Si hay quien lo explique mejor, que levante el dedo.»
Ricardo Palma, Tradiciones Peruanas35
Complejo San Francisco.

Portal de la Municipalidad.

Bandera

El color carmesí de la bandera de la ciudad, ha sido objeto de discusión


entre historiadores, en el año de 1940 diversas publicaciones científicas de
historiadores como Francisco Mostajo y Víctor M. Barriga ratifican de
manera contundente el color carmesí del estandarte, en contraposición al
color azul reconstruido por el historiador Víctor Benavente y que coincide
con el color usado en las actividades deportivas por la ciudad.36 El 2 de
setiembre el doctor Mostajo dirige un oficio al señor Alcalde de la Ciudad
insistiendo en sus puntos de vista acerca del color del Estandarte de
Arequipa, basando sus afirmaciones en el «Acta de la jura del Rey Carlos
III» del 11 de agosto de 1788. El 23 de setiembre del mismo año el Padre
Víctor M. Barriga a través del diario católico El Deber se publica un
importante documento que contiene entre otros datos una descripción del
estandarte real de Arequipa hallado en el «Acta de 3 de setiembre de
1789».37

En ambos documentos se expresa que el color del estandarte es carmesí y


cuyos orígenes se remontan al estandarte de origen colonial de la ciudad,
que es descrito como se cita:38
«Para la celebración de las fiestas reales de proclamación y jura del rey don
Carlos IV, había mandado el Ilustre Cabildo hacer con anticipación un nuevo
estandarte de terciopelo carmesí, con los escudos de Arreas Reales y de la
Ciudad, guarnecido de sobrepuesto de oro, el cual estaba asido de una asta
primorosamente labrada, rematando ésta en una lengueta de espolón, desde cuya
garganta pendían dos cordones de seda carmesí con sus borlas, que hacían
primoroso juego. Un dosel, paños de sitial, cojines y sobrebancas con flecos y
rapacejos de oro.»
Juramento, proclamación y fiestas populares que hicieron celebrar en esta ciudad
el Intendente D. Antonio Álvarez y Jiménez y el Alférez Real D. Manuel Flores del
Campo en homenaje al Rey Carlos IV, con motivo de su exaltación al trono de
España39

Himno

El himno de la ciudad es el denominado Himno del IV Centenario, la letra


del himno pertenece a Emilio Pardo del Valle y la música a Aurelio Díaz
Espinoza quienes ganaron el concurso para la creación de la letra y música
del himno de la ciudad convocado en 1939 por el cabildo de la ciudad. El
premio se otorga en 1940 y el himno es desde entonces entonado en todos
los actos cívicos realizados en la ciudad.40

Política[editar]
Arequipa, durante el periodo virreinal no tuvo nunca un estatus oficial
importante, pero en cambio se impuso por su sobresaliente papel
económico. En efecto, muy temprano supo aprovechar de su situación de
encrucijada continental en la ruta de la plata en tiempos coloniales y la ruta
de la lana después de la independencia. Esta posición privilegiada le
permitió acumular funciones administrativas, comerciales e industriales, y
forjar clases sociales locales comprometidas con el porvenir de la
ciudad.16 Es así que Arequipa tiene un rol particular a la hora de analizar el
surgimiento de los partidos y las tendencias políticas que han jugado un
papel central en el Perú. A diferencia de la mayoría de ciudades, Arequipa
aportó no sólo cuadros políticos o personajes notables a la política
nacional,41 sino que fue el escenario del surgimiento de varios movimientos
políticos importantes que alcanzaron vigencia nacional.42
A partir de la segunda década del siglo XIX hasta finales de la misma
década se forjó una sociedad de transición en el Perú,43 asimismo los
pilares económicos sobre los que la ciudad basaba su sostenimiento — la
manufactura de la lana y elFerrocarril del Sur — comienzan a decaer y por
esta y otras razones, Arequipa comienza a producir una serie de líderes
políticos conformados por una creciente clase media de profesionales,
intelectuales y tecnócratas, quienes tendrán participación en la defensa de
la legalidad y la estabilidad económica.44 En esta etapa es durante la cual la
ciudad adquiere un incremento poblacional significativo, y por otro lado una
participación política destacada, consolidándose como la segunda ciudad
del país, y como una ciudad en continuo desafío frente a Lima.45

En este periodo de transición surgen grupos intelectuales como el «Grupo


Aquelarre», movimiento cuyas demandas se limitaron a una
descentralización política, desvinculándose de demandas relacionada con la
justicia social y la reforma económica, como la reforma agraria, y que
fracasaron en un final abrupto como consecuencia de la Gran
Depresión.46Surgen también líderes destacados, Víctor Andrés
Belaunde y José Luis Bustamante y Rivero, dejando su huella como
constitucionalistas de carácter fuerte a principios de 1930, y de 1945 a
1948 José Luis Bustamante y Rivero quien sirvió como presidente del
Perú.44

En 1950 el abogado Francisco Mostajo (prominente liberal arequipeño


desde 1901) encabeza una revolución en Arequipa contra Odría, en 1956
el arequipeño Fernando Belaunde Terry logra obtener un gran bloque de la
votación de la clase media y en 1962 y 1963 Acción Popular de Belaunde
Terry con el apoyo de otro partido originario de Arequipa,Democracia
Cristiana, tuvo un apoyo tan fuerte que fue suficiente para obtener la
presidencia del Perú.

Con un tercio del electorado se alió con el APRA, el vestíbulo de Arequipa y


sus partidarios en Lima y en otras partes del país se tornaron invencibles en
1945; tiempo después al diferir claramente las ideologías de estos
demócratas de centro-derecha con el APRA, la alianza rápida y
permanentemente se vino abajo.
Tendencia política[editar]
El punto de partido del camino político seguido por Arequipa está marcado
por la nueva burguesía nacional, que aparece para desafiar a la élite
burguesa ya existente en el Perú; en donde existía un estrato importante y
creciente de personas en Perú con intereses profesionales, administrativas
y comerciales.47

Desde los años 1900 el espíritu rebelde arequipeño, renace de la pluma de


un grupo de intelectuales, una nueva generación de liberales caracterizados
por el anticlericalismo en una sociedad sumamente católica y por su
oposición al centralismo económico y político del país,48 esta oposición
arequipeña a la centralización política y económica del país condujo de
forma natural a una posición constitucionalista en la década de 1930 y la
subsecuente adopción de ideologías Demócrata-Cristianas en las décadas
de 1940 y 1950. Los abogados y la iglesia proyectaron una fuerte influencia
en la política arequipeña, así como también la clase media que obtuvo
mayor participación al declinada la prosperidad económica en el sur del
país.44

Estos nuevos intereses toman estructura política con mayor claridad en el


interior del país cuya estructura política más fuerte era la ciudad de
Arequipa, y sus puntos fuertes de este potencial electoral a nivel nacional
que se vio reflejada por fortaleza en la candidatura de Fernando Belaúnde
Terry en las elecciones presidenciales de 1956. La región sur, dominada por
la ciudad de Arequipa tiene una larga historia de separatismo con la
República del Perú, y la clase alta arequipeña del siglo XX ha conservado
una distintiva identidad regional.44
Levantamientos[editar]
Revolución de 1856, desde su destierro en Chile Vivanco conspiró epistolarmente
contra el segundo gobierno de Castilla, y, proclamado jefe supremo por una
revolución iniciada en Arequipa (1 de noviembre de 1856), retornó para ponerse al
frente. Fue el inicio de una larga guerra civil, quizás la más grave que ha sufrido la
República Peruana.

A lo largo de la historia política de Arequipa se han suscitado múltiples


levantamientos que le valieron a la ciudad el adjetivo de «El León del
Sur».49 Según Leslie Bethell de la Universidad de Cambridge «si Arequipa
fue la capital del liberalismo las otras regiones del Perú solo promovieron
sus propios intereses a través de sus ideologías».50 otros autores concluyen
que las revoluciones no fueron desarrolladas bajo intereses personales, ni
los políticos que los incentivaban, sino por pasión por el derecho y la
Justicia, por su fe religiosa y por su honor.49

Leslie Bethell destaca la importancia de las revoluciones de Arequipa


afirmando:
«None of the numerous aprista insurrections in the three decades,
including that in Trujillo in 1932, secured as much politicial
leverage as these three Arequipa-based movements.»
«Ninguna de las numerosas insurrecciones apristas en las tres
décadas, incluyendo la de Trujillo en 1932, han garantizado una
gran influencia política como estos tres movimientos surgidos en
Arequipa.»
Leslie Bethell, The Cambridge History of Latin America: Latin
America since 193050 )
Esta fama revolucionaria conocida todavía entre los peruanos se la
ganó a través de numerosas rebeldías en donde casi totalidad de las
revoluciones, algunas con impacto nacional, se armaron para
defender la autonomía local, frente a una capital más y más
centralizadora tomando las armas en las siguientes revoluciones:51

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