Está en la página 1de 57

Mork Fisher (1968-2017) se dio a conocer como

crítico cultural gracias o K-Punlc, un blog pionero LO RARO


en los primeros años de internet en el que Y LO ESP ELUZNANTE
escribía extensos artículos sobre música, filosofía
contemporánea, análisis político, ciencia-ficción
y cine. Más tarde empezó a publicar en revistas y
diarios de prestigio como 7he Guardian, 1he Wire
o frieze. Es autor de los libros Realismo capitalista,
publicado en casteJlano por Cojo Negra, y
Ghosts of my üfe, una selección de ensayos
sobre futuros imposibles, depresión y la
percepción cultural de la memoria.

ALPHA DECA\'
. 105
Mark Fisher

Lo raro y lo
espeluznante

Traducción de Núria Molines

ALPHA DECAY

~-
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

Lo raro y lo espeluznante (más allá de


lo unheimlich) 9

LO RARO

I. Fuera de lugar, fuera de tiempo: Lovecraft y


lo raro I9
2. Lo raro frente a lo mundano: H.G. Wells 33
3. «El cuerpo, un amasijo de tentáculos)). Lo
grotesco y lo raro: The Fall 40
4. Atrapado en el círculo de Uróboros: Tim Powers 48
5. Simulaciones y alienación: Rainer Werner
Fassbinder y Philip K. Dick. sS
6. Cortinas y agujeros: David Lynch 64

LO ESPELUZNANTE

r. Acercamiento a lo espeluznante 7s
2. Algo donde no debería haber nada. Nada donde
debería haber algo: Daphne du Maurier y
Christopher Priest 80
3. Acerca de la tierra que desaparece: M.R.-James
yEno · 93
4. El Tánatos de lo espeluznante: Nigel Kneale y
Alan Garner 101

5. :qe dentro afuera, de fuera adentro: ·Margaret


Atwood y Jonathan Glazer 121

6. Huellas alienígenas: Stanley Kubrick, Andréi


Tarkovski, Christopher Nolan 135 Para Ziie, mifuente de apoyo
7. « . . . Lo espeluznante permanece»: Joan Lindsay 150 constante!/ la razón-por la que
hay algo en lugar de nada.
Bibliografía 159
INTRODUCCIÓN

LO RARO Y LO ESPELUZNANTE
(MÁS ALLÁ DE LO UNHEIMLICH)

No deja de ser extraño que haya tardado tanto tiempo en


· ponerme a reflexionar a fondo acerca de lo raro y lo es-
peluznante. Pues aunque los orígenes inmediatos de este
libro puedan encontrarse en acontecimientos mediana-
mente -recientes, desde que tengo uso de _razón me han
fascinado y perseguido las manifestaciones de lo raro y
lo éspefüznante; si bien no había identificado todavía es-
tas categorías, y_mucho menos h_abía _espec;ificado sus ras-
gos definitorios .. Sin duda~ esto se debe en parte a que los
ejemplos culturales más destacados de lo raro y lo espe-
luznante se encuentran en las fronteras de géneros como
el terror y la ciencia ficción, y las asociaciones que evocan
estos géneros han empañado la especificidad de lo raro y
lo espeluznante.
Por una parte, empecé a fijarme en lo raro hace más de
diez años, tras dos simposios_ sobre la obra de H. P. Love- ·
craft en Goldsmith, en la Univ~rsidad de Londres; por otra
parte, lo espeluznante se co:rÍvirtí6 en el tema principal de
On Vanishing Lamí, el audioensayo· de 2013 que produje
eh· colaboraci{m con Justin Bá.rton. A decir verdad, lo es-
peluz~ante se nos acercó sigilosamente a ambos, pues, en
un principio,_ no era el asunto e~ el que habíamos escogi~
do centrarnos, pero al final dei proyectó nos dimos cuenta
. de que gran parte de la música, películas y obras de ficción
· -que nos habían obsesionado a· lo largo de nuestra vida po-
seían la cualidad de lo espeluznánte.

9
Lo que tienen en común lo raro y lo espeluznante es una Freud da al enigma de lo unheimlich-su afirmación de que
cierta preocupación por lo extraño. Lo extraño; no lo te- se puede reducir al complejo de castración- es tan decep-
rrorífico. La idea de que «disfrutamos de lo que nos asus- cionante como cualquier desenlace manido de una histo-
ta»' no acaba de dar cuenta del atractivo que poseen lo raro ria de detectives de pacotilla. Lo que sigue fascinándonos
y lo espeluznante. De hecho, tiene más que ver con la fas- es el racimo conceptual que circula por el ensayo de Freud
cinación por lo exterior, por <1;quello que está más allá de y la manera en la que este ejemplifica de manera recurren-
la percepción, la cognición y la experiencia corrientes. Esta - te los mismos procesos a los que se refiere. La «repetición»
fascinación suele conllevar una cierta aprensión -pavor y el «doble»: otra pareja siniestra que se duplica y se repi-
incluso-, pero no sería acertado decir que lo raro y lo es- te a sí misma y que parece estar en el centro de todos los
peluznante son, por necesidad, algo terrorífico. Con e·sto fenómenos «siniestros» que Freud identifica.
no pretendo decir que lo exterior sea siempre algo bene- Sin duda alguna, hay algo que comparten lo raro, lo es-
factor. Hay muchísimas cosas terroríficas allí, pero no todo peluznante y lo unheimlich. Son sensaciones, pero también
lo que hay en el exterior es· terrorífico. modos: modos cinematográficos y narrativos, modos de
Que haya tardado tanto a· la hora de abordai: lo raro .y percepción, y, al fin y al cabo, se podría llegar a decir que
lo espeluznante puede que tenga que ~er con el ·hechizo son modos de ser. En todo caso, no llegan a ser géneros.
que lanzó el concepto freudiano de lo unheimlich. Como es Quizá la diferencia más importante entre, por un lado,
bien sabido, lo unheimlich se ha traducido, de manera poco lo unheimlich y, por el otro, lo raro y lo espeluznante sea
adecuada, como lo siniestro o lo ominoso; la expresión que su manera de lidiar con lo extraño. Lo unheimlich freudia-
mejor capta el sentido que Freud le dio a este término se- no se relaciona con lo extraño dentro de lo familiar, lo ex-
ría «no sentirse en casa». Lo unheimlich se suele identificar trañamente familiar, lo familiar como extraño; la manera
con lo raro y lo espeluznante; el propio ensayo de ·Freud en la que el mundo doméstico no.coincide consigo mismo.
emplea estos términos de manera intercambiable. Si~ em- - Todas las· ambigüedades del psicoanálisis freudiano es-
bargo, la influencia del gran ensayo de Freud ha prov9ta- tán reunidas en este concepto. lSe trata de convertir lo fa-
do que lo unheimlich le haga sombra a los otros dos m·o do·s. miliar -y de lo que a la familia se ~efiere- en extraño? lO
El ensayo sobre lo unheimlich ha tenido una gran in- tiene que ver con devolver lo extraño al espacio de lo fa-
fluencia en el estudio. de· la narrativa de terror y ciencia miliar, al seno de la familia? En este punto podemos apre-
ficción -quizá, al fin y. al cabo, más por culpa de las vaci- ciar el doble movimiento inherente al psicoanálisis freu-
laciones de Freud, fas· conjeturas y las tesis desestimad~s . diano: en primer lugar, está el extrañamiento de muchas
que por la definición que en realidad nos proporcion"a--. ·de las nociones comunes sobre la familia, si bien va acom-
Los ejemplos de lo unh.eimlich que plantea Freud -:-entida- pañado de un movimiento compensatorio por el cual lo ex-
des dobles, mecánicas, ·con apariencia humana, prótesis- · terior se vuelve legible en términos 9-e un drama moder-
generan cierta inquietud. Pero la re.solución definiÚva qu·e nista familiar. El psicoanálisis en sí mismo es un género ..

IO II
unheimlich; le persigue una exterioridad a la que da vuel- ños y el inconsciente se libran de cualquier naturalización
tas, pero que nunca puede llegar a reconocer o a afirmar o sensación de familiaridad.
del todo. Muchos analistas han apuntado que el ensayo so- A primera vista, lo espeluznante puede parecer más
bre' lo unheimlich se parece a un cuento, con Freud en el próximo al concepto de lo unheimlich que lo raro; sin em-
lugar de un narrador no fiable al estilo de James. Si Freud bargo, como lo raro, lo espeluznante también está intrínse-
es un narrador no fiable, ¿por qué deberíamos aceptar que camente ligado con lo exterior; y aquí podemos entender
su propio cuento se clasifique en los términos de la catego- lo exterior de un modo netamente empírico, o bien en un
ría que su ensayo propone? ¿Qué pasaría si, en vez de eso, sentido abstracto más trascendental. La sensación de lo es-
toda la enjundia del ensayo residiera en los incesantes in- peluznante no suele emanar de espacios cerrados, domés-
tentos de Freud por contener los fenómenos que explora ticos y habitados; hallamos lo espeluznante con más _faci-
dentro de la jurisdicción de lo unheimlich? lidad en paisajes parcialmente desprovistos de lo humano.
Que lo unheimlich asimile lo. raro y lo espeluznante es ¿Qué tuvo que suceder para causar aquellas ruinas, aque-
sintomático de· un retiro secular del exterior. La genera- llas desaparición? ¿Qué tipo de entidad tuvo que ver con
lizada predilecciÓ.J?, por lo unheimlich va a: la par con una ello? ¿Qué clase de cosa fue la que emitió un grito tan es-
cómpulsión hacia cierto tipo de crítica que siempre ope- peluznante? Como podemos ver en estos ejemplos, lo es-
ra procesando lo exterior a través de las brechas y puntos peluznante está ligado,' fúndamentalmente, a la naturale-
muertos de lo interior. Lo raro y lo espeluznante actúan a za de lo que provocó la acción. ¿Qué clase de agente ha ac-
la inversa: nos permiten ver el interior desde la perspec- tuado? ¿Acaso existe? Estas cuestiones pueden plantearse
tiva exterior. Y, como veremos más adelante' lo raro es
'
a nivel psicoanalítico (si no somos lo que creemos ser, ¿qué
aquello que no debería estar allí. Lo raro trae al dominio de somos en realidad?), pero también se aplican a las fuerzas
lo familiar algo _q ue, por lo general, está más allá de esos· que rigen la sociedad capitalista. El capital es, ~n todos los
dominios y que no se puede reconciliar con lo «domésti- ·. niveles, una entidad espeluznante: a pesar de surgir de la
co» (i~duso ~orno su negación). La forma que quizá enea-: nada, el capital ejerce más influencia que cualquier enti-
ja méjor ·e ón lo raro es· el collage, la unión de dos o más co- dad supuestamente sustancial. · . . ·
sas que no de6erían estar juntas. De ahí la predilección del El escándalo metafísico del cap~tal nos conduce a un
surrealismo por lo raro, donde se entendía el inconscien- tema más amplio, la cuestión de lo inmaterial y lo inani-
te como.una máquina de montaje, un generador de extra- mado: la acción de los minerales y del paisaje para autores
ñas yuxtaposiciones. _De. ahí deri"\;a también la razón por como Nige~ Kneale y Alan Garner, y el modo en el que «no-
l~. qtJ.e Jacques Lacan -=-enfrentándose al desafío plantea- sotros», «nosotros mismos», nos vemos atrapados en los ·
do_por el.surrealismo y al resto de modos de expresión ar- ritmos, pulsiones y patrones de las fuerzas que no son hu-
tística de la modernidad estética- pudo avanzar hacia.un . manas. No existe lo interior salvo como asimilación de lo
psicqanálisú raro en el que la pulsión de muerte, lÓs sue- exteriór;·el espejo se resquebraja, soy otra persona y siem-:
. ' .

I2 . I3
pre lo he sido. Ahí nos provoca escalofríos lo espeluznan- también espeluznante en tanto que plantea preguntas so-
te, no lo unheimlich. bre el sujeto de la acción: ¿quién o qué es la entidad que
Un ejemplo extraordinario del desplazamiento de lo un- ha tejido el destino?
heímlich por parte de lo espeluznante es la novela de D.M. Lo espeluznante tiene que ver con las cuestiones meta-
Thomas El hotel blanco. En un primer momento, la nove- fisicas más fundamentales que pueden plantearse; pregun-
la parece tratar de un estudio de caso simulado sobre una tas relacionadas con la existencia y la no existencia: «¿Por
paciente ficticia de Freud, Anna G. El poema de Anna G. qué hay algo cuando no debería haber nada? ¿Por qu·é no
con el que empieza la novela parece, a primera vista, re- hay nada cuando debería haber algo?». Los ojes ciegos de
pleto de histeria erótica, como propone Thomas Freud en los muertos, los ojos idos de los amnésicos provocan una
el historial que redacta. La lectura de Freud amenaza con sensación espeluznante, del mismo modo que un pueblo
d~~ipar la atmósfera O.Q.Írica del poema de Anna G: y tam- abandonado o un círculo de rocas.
b1en con marcar un rumbo de la explicación: del presente Hasta aquí, todavía tenemos la impresión de que lo raro
al pasado,. del exterior al interior. Pero resulta que el apa- y lo espeluznante tienen mucho que ver con lo inquietal)-
rente erotismo es, en realidad, una confusión y un desvío te o lo terrorífico; .así que permítannos concluir estas no-
del referente más intenso del poema, que no se hallará en tas preliminares señalando diversos ejemplos de lo raro y
el pa~ado de Anna G., sino en su futuro -su muerte en la lo espeluznante q{ie evocan una serie de sensaciones com-
matanza de Babi Yar en I94I-. En este caso, los problemas pletamente· diferent~s. Las obras contemporáneas y expe-
que plantea~ los presagios y el destino nos traen lo espe- rimentales suele:r:i parecernos raras la primera vez que las
lu~nante ba10 una forma inquietante. Sin embargo, se pó- . vemos. Esta sensación de lo erróneo asociada con lo raro
dna decir que el destino pertenece a lo raro tanto como a -la convicción de que algo no debería estar allí- suele ser
lo espeluz!1ante. A las hechiceras adivinadoras de Macbeth, una señal de que estamos en presencia de algo nuevo. Aquí
al fin y al c;abo, se las conoce como las « Weird Sisters» (ii- lo raro es un indicio de· que los conceptos y marcos que he-
teralment~, «hermanas raras») y uno de los significados ar- mos empleado anteriormente se han quedado obsoletos.
caicos de «weird» es <<destino».' El concepto del destino e~ . . · Si en este caso el encuentro con lo extraño no es placente-
raro e~ ta.ni:o que implica formas enrevesadas de tiempo y ro de manera inmediata (lo placentero siempre se refiere
causalidad que so°: ajenas a la percepción corriente, pero a formas previas de satisfacción), tampoco se puede _decir
que sea desagradable: disfrutamos viend9 cómo lo fami-
liar y lo convencional se pasa de moda; un· goce que; por
' ~e.ahí que 3: v~ces se traduzca como las «Hermanas fatÍdicas» (en
ser una mezcla de placer y dolor, tiene relación con-lo que
las ed1Ciones de Lms Astrana y de J. Pérez del Hoyo) para mantener la
relación etimológica de «fatídico» y «destino» ( del lat. «fatidicus», com- Lacan llama jouissance.
..puest-9 P.o:r «fatu~» [destino] y «dicere» [señalar, indicar], el que indica Lo espeluznante también conlleva una desafección en
el destino) . (N. de la T.) ··· ······ · cuanto a _nuestros vínculos actuales. Pero, con lo espeluz-
nante, esa desafección no suele tener la capacidad de im-
pactamos que sí que es típica de lo raro. La serenidad que
normalmente se asocia a lo espeluznante -pensemos, por
ejemplo, en lo espeluznante que es un «silencio sepulcral»-
está relacionada con el distanciamiento de las urgencias del
día a día. La perspectiva de lo espeluznante nos puede dar
acceso a las fuerzas que rigen la realidad mundana. pero LO RARO
que suelen estar escondidas, del mismo modo que nos pue-
de abrir las puertas de espacios que están más allá de la rea-
-
lidad mundana. Esta salida de lo corriente, esta huida más
allá de los confines d~ aquello que normalmente conside-
ramos realidaq es lo que. en ci~rto modo;. explica el atrac-
tivo particular que posee lo espeluznante.

16
LO ESPELUZNANTE

t
t

1
I

ACERCAMIENTO A LO
ESPELUZNANTE

i
1
¡
-¡ ¿Qué es exactamente lo espeluznante? ¿Por qué es impor-
1

¡ tante pensarlo? Como sucedía con lo raro, lo espeluznante


merece ser, por derecho propio, un tipo particular de expe- .
!
riencia estética. Aunque esta experiencia la desencadenan
formas culturales particulares, no surge de ellas. Se podría
decir, en vez de eso, que ciertos cuentos, ciertas novelas o
ciertas películas evocan la sensación de lo espeluznante, si
¡. bien esta sensación no es un constructo literario o fílmico.
j Del mismo modo que con lo raro, a menudo podemos en-
contrarnos lo espeluznante «en l?rutO>>, sin que haga falta
una forma específica de mediación cultural para sentirlo.
Por ejemplo, no cabe duda de que lo espeluznante se ad-
hiere a ciertos espacios y paisajes físicos.
La sensación de lo espeluznante es muy diferente a la de
lo raro. La manera más sencilla de comprenderla es pensan-
do: en la oposición ( con una gran carga metafísica) -qui-
zá la oposición más fundamental de ~das- entre presen-
1. cia y ausencia. Como hemos visto, lo raro se constituye por
una presencia -la presencia de lo qu~ no encaja-. Lo raro,
¡. en algunos casos (aquellos que obsesionaban a Lovecraft),
i
1
viene marcado por una presencia exorbitante, álgo que re-
i
1 bosa y sobrepasa nuestra capacidad de representación. En
i· . cambio, lo espeluznante, se constituye por una falta de au-
sencia o por una falta de presencia. La sensación de lo espe-
1
luznante surge si hay una preseilcia cuando no debería hé\-
ber nada, o si no hay presencia cu.indo debería haber algo.
l
75
1

1
Esto se puede comprender al vuelo por medio de ejem- una explicación de por qué están despobladas estas ciuda-
plos. La idea de un «grito espeluznante» (o escalofriante) des. Comparemos esto con el caso del barco abandonado
-a menudo citado en las definiciones de diccionario de Mary Celeste. Teniendo en cuenta <¡lle el misterio que ro-
lo espeluznante- es un ejemplo del primer tipo de sensa- dea este bergantín -lqué le pasó a la tripulación? lQué hizo
ción espeluznante ( lafalta de ausencia). El trino de un pája- que se marcharan? ¿Adónde fueron?- nunca se ha resuel-
ro puede ser espeluznante si sentimos que hay algo más ( o to, y es ·muy probable que nunca se resuelva, el caso del
algo detrás) en su canto aparte de un simple reflejo animal Mary Celeste está repleto de lo espeluznante. Aquí, el enig-
o un mecanismo biológico; que tiene alguna especie de in- ma, como es evidente, gira en torno a dos preguntas: ¿Qué
tención, un tipo de propósito que normalmente no asocia- pasó y por qué? Pero las estructuras cuyo significado y fin
mos con ün pájaro. Claramente, hay algo en común entre no podemos analizar nos plantean un tipo de enigma di-:
esto y la sensación de _«algo que no encaja>> que hemos di- ferente. Ante el círculo de rocas de Stonehenge o las esta- ·
cho que define lo raro. No obstante, lo espeluznante impli- tuas de la isla de Pascua nos surgen preguntas de otro tipo.
ca de manera neces~ria formas de especulación o suspense En estos casos, el problema no es por qué desaparecieron
que no son.un rasgo esencial de lo raro. ¿nay algo anóma- · las personas que crearon aquellas estructuras -no hay mis-
lo eñ el trino de ·ese pájaro? ¿Qué tiene de extraño? ¿Estará terio alguno al respecto-, sino la naturaleza de lo que de-
poseído el pájaro? Y si la respuesta es afirmativa, ¿qué clase sapareció. ¿Qué tipo de sere·s érearon aquellas e·structuras?
de entidad lo posee? Tales especulaciones son intrínsecas ¿En qué medida eran semejantes a nosotros y en qu~ medi-
a lo espeluznante, y una vez las resolvemos, lo espeluznan- da no?°lA qué tipo de orden simb6lico pertenecieron y qué
te se esfuma sin más. Lo espeluznante tiene que ver con lo representaban los monumentos qué construyeron en dicho
desconocido; cuando descubrimos algo, desaparece. A es- orden? Como las estructuras simbólicas que daban sentido
tas alturas, cabe rE:saltar que no todos los misterios gene- a los monumentos se han desmoronado, en cierto modo, lo
ran una _sensación espeluznante. Ha de haber también una que vemos ante tales estructuras es la ininteligibilidad y la
noción_d_e álteri_dad, una sensación de que el enigma puede inescrutabilidad de lo Real mismo. Ante la isla de Pascua o
conllevar formas de conócimiento, subjetividad y percep- Stonehenge, casi resulta inevitable ~specular sobre qué as-
ción qué van más allá de una experiencia corriente. pecto tendrán las reliquias de nuestra ~ultura cuando los
A modo de ejemplo para el segundo tipo de lo espeluz- sistemas semióticos en los que están inscritas hayan desa-
nante (la/alta de presencia) tenemos la sensación de lo espe- parecido. Nos atrae imaginarnos nuestro mundo como una
luznante que envuelve las ruinas u o_tras estructuras aban- serie de huellas de lo espeluznante. Tales especulaciones -
do.Q.ad~s. -L~- ciencia ficción ·posapocalíptica, pese a no ser qué duda cabe- muestran lo espeluznante que es la céle-
siempre un.género espeluznante en sí, está plagada de es- bre imagen final de la versión original de I968 de Elplaneta
cenas espeluznantes. No obstante, en estos casos,)a s~nsa~ de los simios: los restos de la estatua de la Libertad, tan ile-
ción d~ lo espeluznante se ve limitada, ya que se nos ofrece gibles des"dela perspectiva del futuro lejano posaj:>ocalípti-

77-
co y poshumano como Stonehenge es hoy en día para no- como no presencias -lNo es acaso lo inconsciente una au-
sotros. Los ejemplos de Stonehenge y de la isla de Pascua sencia de presencia?- o no ausencias (las diversas pulsio-
hacen que nos percatemos de la irreductible dimensión es- nes o compulsiones que interceden allí donde debería ac-
peluznante de ciertas prácticas arqueológicas e históricas. tuar nuestro libre albedrío?).
Sobre todo cuando se trata de un pasado remoto, desde_la
arqueología y la historia se formulan especulaciones que
nunca pueden (volver a) darse en el presente.
Tras todas las manifestaciones de lo espeluznante, el
enigma central es el problema de quién o qué realiza la
acción. Cuando no hay ausencia, la cuestión tiene que ver
con la existencia del sujeto u objeto de la acción como
tal. lHay un agente deliberado.? lNos observa una enti.,
dad que aún no se ha mostrado? En el caso de la no pre- f
sencia, la cu·estión tiene que ver con la naturaleza particu-
lar del agente. Sabemos que Stonehenge fue erigido, así
que la pregunta no es si había un agente tras su construc-
¡.
ción o no; la cuestión con la que hemos de lidiar son las
huellas de un agente que ha aesaparecido -y -cuyo propo~
sito desconocemos.
Ahora nos hallamos en posición de responder por qué
es importante pensar sobre lo espeluznante. Teniendo en 1
¡
cuenta que lo ·~speluznante es un aspecto clave en el pro- ¡
blema de quiép. o qué realiza la acción, está muy relaciona-
do con las fuerzas que rigen el mundo y nuestras propias - -1
vidas. Debería quedar especialmente claro a aquellos que
vivimos en un mundo capitalista globalmente interconec- \·
1
tado que tales fuerzas no son del todo accesibles a nues-
tra aprehensión sensorial. Una fuerza como el capital no
existe en ningún tipo de sentido sustancial, pero es capaz
de provocar efectos de casi cualquier tipo. En otro campo,
lacaso no _nos ID.ostró Freud hace ya mucho tiempo que
las fuerzas que rigen nuestra psique·--¡füeden considerarse

79
ción humana. Esta colaboración entre diferentes especies
2
de aves es una de las primeras señales de que algo extra-
ALGO DONDE NO DEBERÍA ño y sin precedentes está sucediendo: «Los pájaros seguían
HABER NADA. NADA DONDE DEBERÍA HABER sobrevolando los campos. La mayoría eran gaviotas comu-
ALGO: DAPHNE DU MAURIER Y nes, pero también había gaviones. Normalmente no se jun-
taban. Ahora estaban unidos. Algún tipo de vínculo había
CHRISTOPHER PRIEST
reunido a aquellos pájaros.»
Para aquellas personas que estén familiarizadas con la
Ahora pongamos a prueba nuestras observaciones prelimi- adaptación cinematográfica de Hitchcock, se sorprende-
nares en relación con dos plumas _que, con mu<:ha razón, Du
rán al leer la historia original de Maurier. (Se dice que
se han relacionado a menudo con 10 espeluznante: Daph- Du Maurier aborrecía la película de Hitchcock) En lugar
ne du Maurier y Christopher Priest. Los cuentos espeluz- de un soleado escenario californiano, nos encontramos en
nantes de Du Maurier suelen girar en torno a la influencia el plom1.zo ytormentoso Cornualles, aún bajo las garras de
de entidades u objetos que no deberían poseer -una capa- la austeridad de posguerra. E~ lugar.de upa pareja de tor-
cidad de acción reflexiva: animales, fuerzas tekpáticas y el tolitos al comienzo de su historia de amor, en·contramos a
destino mismo. El efecto de lo espeluznante en alguna de· una familia -los Hocken- defendiendo su casa contra el
las novelas de Priest, por el contrario, depende de vacíos en ataque de las aves. En cierto modo, «Los pájaros)), al cen-
·1a memoria, vacíos-que minan de manera fatídica la percep- trarse en una casa alejada de todo y cerrada a cal y canto
ción que tienen los personajes de su propia identidad. El puede leerse como un preludio de La noche de los muertos
célebre cuento de Du Maurier «Los pájaros» (I952) es un vivientes (Ig68) de George A. Romero. La historia de cómo
ejemplo de manual de lo espeluznante. Como he c~men- los personajes pasan de llevar una vida en la coml!nidad
tado antes, los diccionarios, para dar ejemplos de lo espe- pastoral a esa especie de atomización de supervivenóa que
luznante, suelen hablar de <<grito espeluznante». «Los pá- Romero llevaría a 1a gran pantall~, · .
jaros» se co~stmye a partir de la sensación que despierta El poder desconcertante de la historia _depende de dos
un grito de ese 1;ipo en nosotros; la sospecha de que una niveles de de amenaza: el primero_, sin duda, el terror pu-
entidad a la que normalmente no le atribuimos la capaci- rai:nerite físico que provoca el ataque de los pájaros; pero
dad de actuar de manera deliberada sí que la posea. En el . el segundq nivel es el que nos lleva a lo espeluznante. A
cuento de Du Maurier, los pájaros dejan de ser parte del ·medida que la historia avanza, vel!lOS ce_rtezas residuales
1
paisaje natural y asumen el libre albedrío, si bien la natu- de los años de la guerra y estructuras ·ae autoridad que se .
raleza de su capacidad de acción sigue siendo misteriosa. desintegran. Lo que realmente se ve amenazado por los
En lugar de coexistir con.los seres humanos, colaboran en- 1 pftjá:ros son las estructuras que explican lo que antes había
tre ellos para emprender un ataque ~sesino sobre la pobla- dado sentido al mundo. En un primer momento, la explica-
1
80 .1 81

1
ción preferida para el comportamiento de los pájaros es el J ohn y Laura son un matrimonio que visita Venecia como
tiempo. A medida que los ataques se intensifican, aparecen parte de su proceso de duelo por la muerte de su hija pe-
otros elementos narrativos: el granjero para quien Hocken queña, que acaba de fallecer a causa de una enfermedad.
trabaja dice que circula el rumor por el pueblo de que los Mientras están en un restaurante, conocen a una extraña
rusos han envenenado a los pájaros. (Este recurso a las ex- pareja de hermanas que dicen poder ver a la hija de la pare-
plicaciones prefabricadas de la p~ranoia de la Guerra Fría . jade luto sentada entre ellos, riéndose. Laura se queda ma-
tiene cierto sentido si pensamos en que los pájaros han de- ravillada y se obsesiona con las hermanas; John se muestra
jado atrás sus diferencias -para desarrollar una suerte de escéptico y hostil, convencido de que las hermanas se es-
conciencia de especie, análoga a la conciencia de clase.) tán aprovechando del dolor de su esposa. Poco después, el
Los programas de radio de la BBC cobran una importan- matrimonio se entera de que su hijo, que está en una escue-
cia capital en la historia. Al principio, la radio es una fuente la en Inglaterra, ha enfermado, así que deciden que Lau-
fiable de autoridad: cuando la·BBC anuncia que los pájaros ra vuelva a casa para estar con él. Un día, John está dando
se están congregando por toda°s' partes, la situación anóma- un paseo por la ciudad y cree ver l1: Laura con las dos her-
la consigue una especie de validación ofici~. En esre pun- manas en un vaporetto. En un ataque de pánico, acude a la
to, la BBC se convierte en sinónimo de una estructura de policía, convencido de que las hermanas han secuestrado
.autoridad en la que todos confían que «hará algo» para evi- a Laura. Sin embargo, John se entera de que Laura ha re-
tar el ataque de los pájaros. Pero cuando los anuncios de la gresado tal y como estaba previsto; John, humillado, tiene
radio empiezan a escasear, queda claro que no hay ningu- que explicar a la policía que se había equivocado y discul-
na estrategia para lidiar con las aves, del mismo modo que parse con las hermanas. Después de llevar a las hermanas a
tampoco hay una explicación lógica de su ~omportamien- casa, le parece ver a un hombre persiguiendo a un chiqui-
to .. Hacia el final, la BBC deja de emitir. Y el silencio signi- llo. Venecia está siendo amenazada ·por un asesino en se-
fica que estamos de manera definitiva en el espacio de lo rie y John teme que el niño sea su siguiente víctima. Pero
espeluznante. No habrá explicación alguna. Tampoco i.n.- · lo que pensaba que era un niño resulta ser un enano ho-
dulgencia: al final de la historia, el asedio de los pájaros no L micida -presumiblemente, el asesino. en serie- que mata
parece que vaya a cesar. . a J ohn. En el instante de su muerte, se da cuenta de que
Eh otro célebre relato .corto de Du Maurier, «No mires su visión de las hermanas con Laura era una premonición,
ahora» (I97I), ese «algo donde 1ebería haber nada», las · como si hubiera echado un vistazo al futuro cercano cuan-
fuerzas que residen rriás ·allá de los modos ordinarios d~ . do· las tres est~rían juntas en su propio funeral:
explicación, son la percepción extrasensorial y el destino.
La historia trata de cómo. el no reconocer y desmentir el Y vio el vaporetto con Laura y las dos hermanas atravesando el
poder de los presagios acaba contribuyendo a que suceda · Gran Canal dejando una nube de vapor a su.paso, pero no hóy, ........ .
el acontecimiento predicho. ni mañana, sino al día siguiente y entonces supo por qué estaban

82

1-
juntas, y cuál era el triste motivo por el que habían venido. La gabardina que llevaba su hija cuando murió; pero la muer-
criatura estaba farfullando en un rincón. El martilleo y las voces te de su hija no es tanto una catástrofe ya culminada, sino
y los ladridos del pe1To se fueron apagando. «Ay, Señon>, pensó, la apertura de un sombrío motivo poético que solo conclu-
«maldita y estúpida manera de morir.»
ye con la muerte de John a manos del enano, con una ga-
bardina roja casi idéntica. Mientras Roeg aumenta nuestra
En cierto modo, la estructura que aquí emerge es similar al sensibilidad hacia esas rimas, también sugiere toda una se-
bucle temporal del que hemos hablado antes; pero aquí el rie de contornos espeluznantes de fuerzas del destino que
bucle está menos ceñido y el registro es más espeluznante nunca se muestran por completo. Las repeticiones de color
que raro por el hincapié que se hace en un agente oculto: van acompañadas de dobletes sonoros. De conformidad
el propio destino. Sin duda, el sino en esta historia es terro- con la historia, la representación de Roeg de la ciudad de .
rífico, pero, como John:se da cuenta en su último suspiro, Venecia es tremendamente espeluznante, cosa que consi-
los motivos que teje muestran cierto arte que al final resul- gue, en gran parte, mediante el uso del sonido. Roeg supo
ta irónico, incluso ·macabramente cómico, a.la par que an- aprovecharse del modo en que Venecia funciona como un
gustioso. Un aspecto irónico, justamente porque no se re- laberinto sonoro, ya que su arquitectura genera efectos
conocé como tal, es que el presagio de John no le permite «esquizofrénicos» al separar los sonidos de su fuente, cosa
. predecir lo que le depara el destino. John comparte el des-. que produce un espacio son.oro tramposo. J Óhn y Laura
dén hacia sus propios poderes de percepción extrasenso- suelen perderse, regre~an_~in _d~rs~_c::~en!a a l_ugares de_los
rial con otro hombre fatídicamente definido por su ceguera que acaban de marcharse, vuelven tras sus pasos y retroce-
autoímpuesta, Jack Torrance en El resplandor, del que ha- den, deambulan por una ciudad que ·es un laberinto confu-
blaremos en un capítulo posterior. Como le sucede a Jack so y la imagen fragmentada de un destino que solo se re-
Torrance, la percepción extrasensorial compromete el sen- 1 conoce cuando ya es demasiado tarde.
1
tido rnasc1:1Iino de John de autodeterminación; corno Jack, 1 Si estas dos obras de Du Maurier ·tienen que ver con ese
al subesti_n;iar l~s fuerzas que amenazan la capacidad -a fin
de cuentas ilusoria- de ser dueño de sí mismo acaba ali-
!
.1
algo que realiza la acción pero que no. debería estar
.
allí -la
astucia de los pájaros, el poético tejer del destino-, enton-
mentado áquellas mismas fuerzas que al final lo destruyen. ces, las novelas de Christopher Priest La f!.firmación (I98I)
La adaptación cinematográfica de Nic Roeg (I973) -que, y Elglamour(I984) se articulan alrededor de ausencias, va-
en este caso,-sí que gozó de la aprobación de Du Maurier- cíos que deberían estar ocupados por ese algo que realiza
es un ejercicio acerca de _la ·poética del destino. En esta, la acción. Lo¡¡ dos personajes principales se definen a partir
como enm{icJias de·sus películas, Roeg trabaja con parale- de los vacíos de sus historias que ni ellos mismos pueden
lismos,.prefiguraciones y ecos que nos invitan a ver el tiem- relatar, y uno de los efectos de la obra de Priest ( como de
po como una estructura rimada. El rojo de·una mancha .so-, . ,. . la de Alan Garner, en quien más tarde recalaremos) es que
bre una diapositiva que John . analiza' rima con el .roj~ de la apreciemos·erpoder espeluznante de las historias ..

85
En un primer momento, La afirmación parece el relato espacio geográfico-. El premio permite a los ganadores pa-
de un joven, Peter Sinclair, que ha sufrido una conmoción sar por un proceso llamado «atanasia», que les otorga una
tras ~na ruptura y quedarse sin empleo. Tras un encuentro especie de inmortalidad limitada: sus cuerpos quedarán li-
con un viejo conocido, Sinclair acepta la oferta de vivir en bres de cualquier enfermedad y serán inmunes a cualquier
la segunda residencia de este hombre, una ruinosa casita de afección futura, pero sí que podrán morir a causa de acci-
campo en Herefordshire, a cambio de decorarla y reformar- dentes. Sin embargo, el proceso de atanasia implica que
. la. Durante el tiempo que pasa en la casa, Sinclair empieza pierdan la memoria por completo. Su personalidad volverá
escribir lo que cree que es una obra autobiográfica, un tex- a construirse a partir de un exhaustivo cuestionario que se
to que acabará por explicarle su propia vida. Al principio ha de completar antes de la operación de atanasia. Sin em-
no vemos el texto -:-en verdad, quizá no lo vemos nunca-, bargo, Sinclair insiste a las personas que van a encargarse
solo lo que Sinclair piensa sobre él, a veces eufórico y a ve- de su rehabilitación que· utilicen su propio texto autobio-
ces atormentado. Sinclair admite que ha empezado a embe- gráfico ( que, como es evidente, no puede ser el mismo que
llecer y alterar por completo elementos del relato cambian- leemos: tiene que existir un nivel «por debajo» de este rela:- · · ·
do detalles relativamente triviales .como el nombre de los to sobre el archipiélago y el premio).
lugares y los personajes, pero también rasgos de personali- 1 En el resto de La efi:r_mación, la relación entre las líneas
_dad y acontecimientos clave. Así, justifica que estas enmi~n~ narrativas que tienen lug~!'_ en espacios del mundo real.y
das harán que la novela sea fiel a una «verdad más elevada». [ las que se desarrollan en el Archipiélago de Ensueño se va
Esto es algo que dirían muchos noveÍistas y, sin dud.a, Priest imoricando cada vez m_ás. Resulta que Sinclair -o una par-
se está .riendo a costa de sí mismo. t.e de Sinclair- está generando relatos fraccionados para
Cuando, llegado el caso, vemos el texto «autobiográfico» apartar de su mente el trauma por el papel que desempeñó
de Sinclair, no parece serlo ni de lejos: se asemeja a una ex- en eJ suicidio de su amante, Gracia.
1
travagante obra .de fantasía ( de hecho, casi parece pertene- Un episodio de la infanciá de Sinclair nos proporciona
cer al género faritástico ). En realidad, nunca llegamos estar la que podría ser la clave de toda la ncwela. Este recuerda
1 un incidente tras el cual perdió de manera retrospectiva
seguros de que l_o que leemos es ese manuscrito autobio-
·1 todo recuerdo de los tres días anteriores:
gráfico de Sinclair; en una de las versiones de lo que suce-
de, el preciado manuscrit? que Sinclair lleva siempre consi-
¡.
1

go no es más que un fajo de papeles en blanco. Sin embar- Durante aquellos tres días debí de estar alerta, despierto y cons-
go, en el manuscrito que leemos, Sinclair se convierten en ciente de mí mismo, sintiendo la continuidad del recuerdo, se-
el ganador de un premio especial, que tiene lugar en un lu- guro de mi identJ.dad y de mi existencia. Un ·suceso posterior,
gar llamado Collago, una isla que es parte de un «Archipié- sin embargo, los había- borrado, como cuando un día la :i;nuerte
· lago de .EnsQ.eño>> -:un vasto grupo de islas que, tal y ~orno borre todos mis recuerdos. Fue la primera vez que expetimen-
apunta su nombre, parece ser tanto un estado mental como té·una especie de muerte y, desde entonces, aunque no temía la

86
inconsciencia en sí, me di cuenta de que la memoria era la clave La novela de Priest El glamour vuelve a muchas de estas
para poder sentir. Y o existía siempre y cuando recordase. cuestiones, particularmente a los problemas de amnesia
y de fabricación de recuerdos. Richard Grey es un cáma-
La ironía del asunto es que el Sinclair del Archipiélago de ra que ha perdido la memoria tras haber sufrido de cerca
Ensueño ·pasa por la «muerte» de la amnesia para poder la explosión de una bomba terrorista. Durante su convale-
alcanzar la inmortalidad. Y si Sinclair existía «siempre y cencia en un hospital de Devon, lo visita una mujer, Susan
cuando recordase», el problema reside en que las diferen- Kewley, que afirma haber sido su novia. Como en La afir-
tes versiones de Sinclair no recuerdan: el Sinclair «de este mación, la novela gira en torno a huecos y relatos, y se en-
mundo», al tener la conciencia fragmentada por la presión tiende la memoria como un tipo particular de historia, sus-
del suicidio de Gracia y el Sinclair del Archipiélago de En- ceptible a la manipulación y la reéonstrucción. Por ejem-
sueño, al someterse al .p roceso de itanasia. · plo, uno de los médicos que lleva la rehabilitación de Grey
Lo que resulta espeluznante. es la capacidad de acción se refiere a_ la enfermedad como una «paramnesia histéri-
del propio inconsciente. La afirmación puede leerse como ca» en fa ·q ue los pacientes fabrican todo un mundo «recor-
una reflexión extensa acerca del enigma de cómo pode- dado» a-partir de unos pocos fragm~ntos. .
mos ocultarnos algo a nosotros mismos, de CÓJ!)._ü una sola La novela ofrece. versiones alternativas sobre cómo se
entidad puede ser, al inismo tiempo, la que oculta_algo y a· conocieron Richard y Susan. En la primera versión, la que
la que se le oculta ese algo. Esto solo puede suceder por- Richard cree en un primer momento y la que parece ha-
qüe la unidad y l.úraiísparenciá que normalmente adscri- ber recuperado a través de la hipnosis, la pareja se conoció
bimos a nuestra mente son ilusorias. Los huecos y las in- . durante unas vacaciones en Francia. El avance de su rela-
coherencias son aspectos constitutivos de lo que somos. ción se vio ensombrecido por la presencia del amante ma-
Lo que llena esas lagunas sop. historias que, por tanto, tie- nipulador de Susan, Niall, con quien ella quiere romper,
nen vida propia. El recuerdo en sí ya es un relato, y cu.ando pero que tiene una siniestra capacidad de retenerla. Sin
hay huecos en la memoria, necesitamos fabricar historias embargo, Susan rechaza por co~pleto e_sta versión; afirma
nuevas para r~llenar esos agujeros. Pero lquién es el autor que nunca ha estado en Francia y que su escarceó amoro-
de esas historias~ La respuesta es que no es tanto un autor so -de nuevo con Niall entre bambalinás- tuvo lugar en
como sí un proceso de fabricación de recuerdos sin ·<ma- Londres. Hay algo realmente espduznante en la degrada-
die» al mando. Este proceso no es una desviación patológi- ción retrospectiva de los episodios.de Francia. Para el lec-
ca de la norma, sino la manera en la que funciona normal- . · tor -y, como puede suponerse, para Grey-, los aconteci-
mente la identidad. Sin embargo, este ptoceso suele estar mientos qu~ tuvieron lugai:: .en_ Frai:.óa .tienen -tal intensi-
escondido y solo se muestra cuando algo va mal - cuan-
do las historias fracasan y se vuelve inevitable preguntar- ' .. d~d que «parecen» tan reales_, si aqso no más reales, que
los -episodios deLondres narrados pór Kewley. (Es como
una esp.e cie de inversión del ~fectó de lo que sucede en
se acerca de la maquinaria· que las produce-.

88 89 .
La afirmación: las escenas del Archipiélago de Ensueño, en to punto, el propio Richard, parecen tener el <cglamour».
un primer momento, parecen ser una fantasía o una ficción «Glamour», según explica la novela, es una antigua pala-
dentro de una ficción, ontológicamente inferiores a los bra escocesa y
episodios que acontecen en espacios del mundo real, pero
alcanzan una intensidad que excede las secciones más «re- [en] su sentido original un ,cglamour» era un hechizo, un encan-
alistas» de la novela). Si la historia de Francia no fue real, . tamiento. Un joven enamorado visitaría a la anciana sabia de su
tenemos ante nosotros, igual que en La qfirmación, la cues- pueblo y le pagaría por un amuleto de invisibilidad, que le colo-
tión del agente que la produjo. En eldímax de Elglamour., caría su amada, para que ningún otro muchacho la deseara. _En
parece que nos contestan a esta pregunta: en un giro me- cuanto la muchacha se volvía «glamurosa», se libraba de mrra-
taficticio, Niall afirma ser el narrador de toda la novela y · das entrometidas.
-ser él quien ha «alim~ntado» los falsos recuerdos de Ri-
chard sobre el_viaje a Francia. _Si bien el abrumador efec- · La novela es ambivalente sobre cómo se produce esta desa-
to de esta revelación se supone que·debe disipar esa sen- parición. ¿Es acaso un error inducid.o? ¿Hay ge~te ~~e, sim-
t plemente, no salta a la vista y se queda en un mv1s1ble se-
. sación espeluznante que la novela. ha construido -pQes ya ¡.
. conocemos la naturaleza precisa del agente que ha perge-
. ñado todas esas historias-, toda,vía nos queda el problema
¡ gundo plano para siempre? ¿o es acaso algún tipo de bruje-
ría lo que permite que Niall y el :resto sean invisibles (pero
del ámbito de influencia de Niall: qué parte de lo que he- sería esto diferente, al fin y al cabo, .de cualquier error in-
mos leído es invención de Nial}, qué parte pertenece a lo ducido relacionado con la visión)?
que Niall sigue llamando la «vida real» de Rif::hard y hasta La desaparición, junto a la amnesia, es un claro caso de
qué punto podemos separar la ficción de Niall de esta «vida «nada donde debería haber algo». Pero cada caso es com-
real». Si Richard tiene una ccvida real» más alla de Niall, eso pletamente diferente. Mientras que t~ amnesia genera una
implica que Niall ccsolo» es el narrador, alguien que cuen- la-guna que se percibe y se siente -un vacío que exige ser
ta la historia de Richard, no su autor-creador, a pesar de ~a ¡
·¡
;
completado por una historia-, la desaparición es un vacío
afirmación de Niall de ccyo te he creado, Grey». t que se oculta a sí mismo. Es un ejempl? de alucinación n~-
La lucha metaficticia entre Niall y Richard puede enten.: • '·t gativa, un concepto introducido en la novela cuando, baJO
derse.como parte del interés clave s).e la novela por la cues- · el influjo de la sugestión hipnótica, Grey es in_ducido a no
tión de la invisibilidad..Si N°iall es el narrador, está un c<ni- ver a una mujer que está en la misma habitación que él. La
¡
vel por encima» de los .personajes· de su narración y, por .alucinación negativa es un fenómeno mucho más intere-
i'
tanto, no es del todo visible pa.Fa ellos (pueden int~n1<;- - · · s·ante -y .más éspeluznante- en muchos ·sentidos que una
tuar con el personaje Nial}, pero no con Niall el narrad<?r).
1
'f
/ h/
alucinación c<positiva». No ver lo que esta a z es tanto mas
I

i
En .todo caso, la novela versa sobre la invisibilidad de un · · t extraño como un lugar común m4s habitl:'al que ver lo que ........ .
. !
modo aparentemente más claro. Niall, Susan y, hasta cier- no está. No ver algo, el proceso involuntario de pasar por

90
alto material que contradice -o que no encaja- con las
historias predominantes que nos contamos es parte del 3
«proceso de edición» que está en marcha a través del cual ACERCA DE LA TIER1=lA QUE
exp~rimentamos al mismo tiempo que se produce la iden- DESAPARECE: M.R. JAMES Y ENO
-tidad. En la alucinación negativa, los objetos y entidades
suelen registrarse, pero no verse. Si, pongamos por caso,
alguien es inducido a no ver una caja que hay en el sue- Como he comentado en la introducción de este libro, mis
lo, cambiará de dirección para evitar la caja cuando cami- reflexiones acerca de lo espeluznante surgieron a partir de
ne por la habitación, y, _además, generará un razonamien- un proyecto colaborativo en el que trabajé con Justin Bar-
to, una pequeña historia que explique por qué lo ha hecho. ton, On Vanishing Land. La forma que acabó cobrando el .
Fue Freud quien introdujo el concepto de alucinación ne- proyecto fue un audioensayo de cuarenta y cinco minutos,
gatíva e, igual que sucede con la fabricación de recuerdos, pero sus orígenes se remontan a un paseo que dimos por
este fenómeno arroja· tuz sobre los rasgos espeluznantes Suffolk, en el este de Inglaterra, desde el pueblecito coste-
del inconsciente, s_u prQducción negativa. Lo inconscien- ro de Felixstowe tierra adentró hasta Woodbridge. Se su-
te, algo~ que, en sí mismo, es un vacío, una invisibilidad, es ponía que estábamos buscando localizaciones para otro
_también el productor de lagunas que no se ven. proyecto, pero el paisaje exÍgía que nos invólu.cráramos
ateniéndonos a sus propios términos. Los marcadores sim-
y
bólicos d~i principio el fin~ del viaje eran el puerto car-
guero de Felixstowe-una «vasta extensión nada frecuen-
tada», como lo describió Justin en el guion de On Vanis-
hing Land- y Sutton Hoo, el célebre enclave donde· se
halló un barco funerario anglosajón.
1 El puerto y el cementerio ofrecen ~os versio1:1es diferen-
.1 tes de lo espeluznante. El puerto carguero se cierne sobre
el decadente pueblo costero; las grúas s.e alzan por enci-
1 ma del complejo victoriano como los trípodes marcianos
de H. G. W ells. Si nos acercamos al lugar desde el inte-
rior, desde lQs pantanos de Trimley, las grúas reinan sobre
el paisaje rural como relucientes dinosaurios cibernéticos
emergiendo desde un paisaje pintado por Constable. Visto
de esta manera, el puerto casi parece un fenómeno raro, un
extraterrestre~--ima erupción inconmensurable en él paisa-

93
je «natural». Sin embargo, a fin de cuentas, lo que predo- dad anglosajona que construyeron los artefactos y enterra-
mina es lo espeluznante. Hay una sensación espeluznan- ron el barco se entienden solamente de manera parcial. (El
te ,de silencio en el puerto que nada tiene que ver con los barco mismo y los artilugios que contiene, entre ellos, al-
niveles de ruido reales. El puerto está lleno de ruidos me- gunas joyas increíblemente complejas, se trasladaron hace
tálicos inorgánicos que salen de los barcos a medida que tiempo al Museo Británico. En el Centro de Visitantes de
los cargamentos descargan; lo que falta, al menos para el Sutton Hoo lo que hay son réplicas.) En segundo lugar, Su~-
espectador que observa el puerto desde fuera, desde un ton Hoo -un montículo funerario que se alza sobre el pue-
punto elevado, son las huellas del lenguaje y sociabilidad. blo de W oodbridge- es un lugar espeluznante eón todas
Al observar los camiones que cargan contenedores y a los las de la ley: desolado, evocador y solitario.
barcos hacer su trabajo, o al contemplar los propios con- Otra J!lanera de ma~car el inicio y el final de nuestro via-
tenedores, las cajas de metal colocadas como una versión je hacia lo espeluznante es reflexionando acerca de dos
materializada de los gráficos de barras en el ciberespacio personajes: M.R. James y Brian Eno. James situó una d e_
de Gibson, _con sus nombres que suenan a cierta poesía in- sus historias de fantasmas más famosa, «Silba y acudiré)>· .
ternacional, vacía, ballardiana ~ Maersk Sealand, Hanjin. (1904), en un Felixstowe ligeramente ficticio, mientras qq.e
K-line-, rara vez percibe uno la presencia humana. Los el disco de Eno de 1;9_82; Ambient 4: On Land, trata, en par-
humanos están fuera del alcance de nuestra vista, en ·cabi- te, de la zona costera de S.uffolk.-J ames abordó el paisaje d e
nas, grúas y oficinas. Así, me viene-a la mente la silenciosa · Suffolk como anticuario que se había cogido vacaciones de
eficiencia alienígena del puesto ·de di~tribución de co~~~- C~bridge. Eno, al contrm.o, llegó al terreno como suffol-
nedores de la versión de 1978 de La invasión de los ladrones queño de cuna que regresa a su h ogar (nació en Woodbrid-
de cuerpos de Philip Kaufman. El contraste entre el puer- ge) y reconstruye a través del sonido los «lugares, tiempos,
to carguero, ~n el que los humanos son conectores invisi- climas y estados de ánim~» de los paisajes por los que ha-
bles entre sistemas automatizados, y el clamor de los viejos bía caminado de niño.
muelles de Londres, reemplazados por el puerto de Felixs- «Silba y acudiré» trata de Parkins, un académico de Cam-
towe, nos dice :111uchas cosas sobre los movimientos del ca- bridge que ha viajado a Anglia Oriental para unas vacacio-
pital y el trabajo en los últimos cuarenta años. El puerto es nes de senderismo. La historia tiene lugar en Burnstow, un
un signo del triunfo de! capital financiero; es parte de la in- claro equivalente a Felixstowe. Parkins es casi un _doble del
fraestructura pesada que facilita la ilusión de un capitalis- propio James, que era un anticuario de Cambridge que so-
mo «desmaterializado». Es lo espeluznante que se escon- lía ir a Suffolk. El contraste entre el mundo urbano que él
de bajo el relumbre mundano del capital contemporáneo. personaje principal ha dejado atrás y el vacío brezal p6r el
Sutton Hoo, entretanto, es espeluznante al menos en dos que pasea también representa la oposición entre_el cono-
sentidos. diferentt:s. En primer lugar, constituye ui;ia lagu- cimiento de la Ilu stración y la sabiduría popular;"y el dis-
. na de conocimiento. Las creencias y rituales de la socie- . tanciamiento de Pa~kins consiste, en gran parte, en su des-

94 95
cubrimiento de que los modos de explicación académica Waxham también es un lugar donde reina la ausencia.
que tan bien funcionan en las bibliotecas de Cambridge Con sus escasas casitas de campo y su ruinosa iglesia, pa-
no parecen tener valor alguno ante lo que se encuentra en rece el esqueleto de un pueblo. Sin embargo, Miller no usó
el paisaje de Suffolk. · ninguno de los pocos edificios del pueblo, sino que se con-
En «Silba y acudiré» y en «Aviso a los curiosos» (I925) centró en el terreno semiabstracto de la playa. La vasta y
James descubre un patrón a partir del cual trabajaron es- uniforme _playa de W axham es una excelente versión del
critores posteriores como H.P. Lovecraft, Alan Garner, Ni- paisaje que describe James:«[ ... ] una larga franja de costa
gel Kneale y David Rudkin. Las dos historias versan sobre donde había una playa de guijarros bordeada por la are-
el descubrimiento de objetos antiguos -un viejo silbato na y mezclada, a intervalos, con rompeolas negros que se
de bronce y una antigua corona- que portan atá'!icas mal- hundían en el agua», un «lugar desolado» donde «no había
diciones. No obstante,..cuando la BBC adaptó aquellas his- nadie a la vista», definido por «la ausencia de hito alguno».
torias, las películas se .convirtieron tanto en un reiato so- En la versión de Miller, Parkin, representado por un es-
bre el paisaje de Anglia Oriental -«desolado y solemne», pléndido Michael Hordern, es un positi.vis"ta lógico que
como lo describió James en «Aviso a los curiosos»- como se ha de·smoronado_, con la m~nte tan er9sionada como la
sobre las criaturas demoníacas invocadas por <lqueUos ar- amenazada línea de-costa de Anglia Oriental, solo qu e en
tefactos inorgánicos. · · su caso el proceso es más rápido. Hordern, que nunca es-
Jonathan Miller no se valió de Felixstowe como locali- tuvo tan brillante como en este papel, transmite la retira-
.zación para-s1iversión d.neniatográfica-de-I968 de «Silba y da de Parkin, sus gestos y expresiones sugieren maniobras
acudiré», sino del legendario pueblo suffolqueño de Dun- conversacionales y anécdotas que funcionan mucho mejor
wich y la aldeíta de Waxham en Norfolk. La escena cru- cuando las ensaya ~n el teatro de su mente que en cual-
cial en la que Pa:rkin (con un.ligero cambio de nomb~e en quier contexto interpersonal. Es un hombre de si: casa y
la adaptación) se encuentra con el silbato mientras pasea sus libros, sin mucho don de gentes: Al estilo de A.J Ayer,
entre las lápidas que hay sobre un acantilado que se está el Parkin de Hordern está acost.u inbrado a desdeñar el
desmoronando fue filmada -de manera bastante recono- concepto de la vida después d~ la muerte como ~lgo ca-
cible- en Dunwi~h, un lugar que el otro James, pero de rente de s~ntido. Sin embargo, la_ vehemencia de su posi-
nombre Henry, apuntó durante una caminata por Suffolk., ci~m filosófica es contradictoria con la inestabilidad de sus
que hoy en día no es más que ausencia. Dunwich, antaño - farlullant~s explicaciones. En un ni-vel, las dunas vacías y
un próspero puerto marítimo, quedó prácticamente des- · el solitario brezal se convierten en_ u.n complemepto obje-
truido de un plumazo por una tormenta en I328; el mar tivo para el estado mental cada .vez más solipsista· dé Par-
fue poco a poco reclamando lo que había quedado, por lo kin. Aunque la playa es también el lugar donde Parkin se
que hoy por hoy solo quedan en pie unas pocas casas -y una enéuentra con el exterior, las fuerzás ajenas que irrumpen
sola iglesia, amenazadas por el lent? y voraz o~éan~. de manera fatídica en su interior.

96 97
Hay una afinidad profunda entre la adaptación televisiva bra extraña para un disco que parece carente de interiori-
de Miller de «Silba y acudiré» y el disco On Land de Eno: dad psicológica. Huelga decir que sí hay una sensación de
am~os son cavilaciones sobre lo espeluznante tal y como soledad, una retirada del bullicio de la sociabilidad banal,
se manifiesta en las tierras de Anglia Oriental. Con su per- pero esta surge como condición previa a la apertura al ex-
sistente concentración en el paisaje, sus silencios tacitur- terior, donde el exterior designa, por una parte, una natu-
nos y sus largas escenas carentes de. acción, es como si Mi- raleza radicalmente despastorilizada y, por el otro, en sus
ller hubiese producido una especie de equivalente a la mú- lindes, un encuentro diferente y más intenso con lo Real.
sica ambiental que Eno inventaría más tarde. En el libreto Eno cuenta en ese mismo librillo que parte de la inspi-
del disco On Laml., Eno escribió: «Los paisajes han deja- ración para este disco surge de su ambición de producir ·
9-0 de ser el telón de fondo que sirve para que algo suceda un «equivalente sonoro» para Amarcord (I973), de Fellini.
por delante; en vez de eso, todo lo que sucede es parte del El paso al sonido deja entrar lo espeluznante. Hay una di-
paisaje. Ya no hay distinción entre el frente y el fondo.» Lo mensión intrínsecamente espeluznante en la música acus-
espeluznante en la película de Mille:r ·surge de la manera mática -el sonido que está desligado de una fuente visi-
que tiene de tratar el paisaje como ·agente por 9-erecho·pro- ble- y una de las canciones más inquietantes de On Land
. · .pio. La película capta una lentitud seductora acorde con ios es «Shadow», en la que se oye un lloriqueo algo descon-
brezales y·las playas casi desiertos, sublime en su sombría 1 certante que podría ser una voz. humana, el gimoteo de
_de~olación: Park_in subestima lo_s poderes deeste terreno 1 un animal o una alucinación sonora producida por el mo-
. arcaico y arcano, y por ello corre peligro. 1 vimiento del viento. Esto sugiere la obra de algún agen-
Para James, que era tanto escritor de historias de terror te hostil, pero parte de lo que vuelve memorable On Land
como un cristiano conservador, la fascinaciÓJ?. por lo exte- es la manera en la que se abre la posibilidad de un tipo de
rior ~iempre es algo fatídico, como deja claro con el título 1 espeluznante que n o encaja en los géneros de terror de
!
de «Advertencia a los curiosos». Sin embargo, On Landes . ! his:torias de fantasmas: un espacio exttrior que -latiendo
una obra más abierta a la idea de un exterior que no tien~ . 1-
más allá de los confines de lo mundanp- es dolorosamen-
por qué ser amenazador o destructivo. Con sus movimien- te· seductor incluso aunque sea desconcertantemente aje-
1.
tos suaves y arremolinados, sus burbujeos y balbuceos, la· . no. Para James, lo exterior siempre está codificado como
sugestión susurrante de la concien€ia inorgánica, OnLand 1. algo hostil y demoníaco. Cuando lee sus historias de fan-
evoca un paisaje onírico-repleto de 9-etalles. El biógrafo de tasmas en Navidad a su público de Cambridge, los reta-
Eno, David Sheppard, escribió que, pese a todas las evoca- ~os .de exteri9ridad que ofrecían sin duda resultaban emo-
ciones de la infancia de Eno, la atinósfera en On Land «no . ciornmtes, pero" también eran una advertencia seria: si te
1
era tantO un lamento sentimental, sino una embriaguez in-
trovertida y sensual». Sin duda, On Landes sensualmen-
..¡ aventuras fuera de este mundo enclaustrado, hazlo por tu
cuenta y riesgo. Pero el mµndo q~e James -un personaje
te embriagadora, pero ccintrovertid_a» quizá sea u~a pala- victoriano en el siglo XX- buscaba defender había desapa-

98 1
99

(
reciclo ya en muchos sentidos, o estaba a-punto de hacer-
lo. El Hotel Bath de Felixstowe - donde James solía que- 4
darse y que le sirvió de modelo para el hotel de «Silba y EL TÁNATOS DE LO ESPELUZNANTE:
ac~diré»- fue incendiado por sufragistas en I9I4. En últi- NIGEL KNEALE Y ALAN GARNER
mo lugar, me gustaría recalcar las dimensiones de lo espe-
luznante que James excluyó, pero, por el momento, pase-
mos a reflexionar sobre dos escritores que lo siguieron en Terror pulp, ciencia ficción arcaica y los aspectos más os-
su exploración de la versión maligna de lo espeluznante: curos del folclore comparten una misma preocupación
por la exhumación o la confrontación con superarmas
Nigel Kneale y Alan Garner.
antiguas categorizadas como Demonios Inorgánicos o
artefactos xenolíticos. Estas reliquias o artefactos, por ·
lo general, están representadas bajo la forma de obje-
tos hechos de materiales inorgánicos (roca, metal, hue-
sos, almas, cenizas, etcétera). Autónomos, sensibles e in-
dependientes de la voluntad humana, su existencia está
caracterizada por su condición de objetos abandona-
l dos, su duermevela inmemorial y sus formas provocati-
vamente exquisitas. [ ... ]Los demonios inorgánicos son
parasitariQ$ por _naturale~;i, [._.. ) pro_vocaILSUS efectos
fuera del huésped humano, ya sea un individuo, una et-
nia, una sociedad o una civilización entera.
1 REZA NEGARESTANI, Ciclonopedia:"
complicidad_ con materiales anónimos
1

Aquí, Reza Negarestani podría estar _describíendo la es-


tructura que James emplea en «Silba y ac;udiré» y «Aviso a
los curiosos», aunque este modelo también lo emplean dos
de los sucesores de James, Nigel Kneale y Alan Garner. En
algunas de sus obras más importantes, Kneale y Garner
muestran «demonios inorgánicos» o artefactos que han
sido exhumados y que actúan como motores fatídicos que
.. arrastran. a los personajes a compulsiones mortales. Tan-
to Kneale éófüb Garner exploran los contornos de lo que

IOO IOI -
podríamos llamar el Tánatos espeluznante, una pulsión de lo que separa de manera definitiva a los seres humanos del
muerte transpersonal (y transtemporal) en la que lo «psi- mundo natural. La intencionalidad incluye el propósito tal
c~lógico» emerge como producto de fuerzas exteriores. y como lo entendemos de manera habitual, pero en reali-
dad se refiere a la capacidad de sentirse de cierta manera
acerca de las cosas. Los ríos pueden tener la capacidad de
EL TÁNATOS DE QUATERMASS actuar -provocan cambios-, pero no les importa lo que.
hacen, no tienen ningún tipo de actitud hacia el mundo.
Las series de televisión que hicieron famoso a Nigel Knea- La creación más célebre de Kneale, el científico Bernard
le suelen describirse como obras que se mueven en los in- Quatermass, se podría adscribir a la estela del pensamien-
tersticios entre géneros ( sobre todo el terror y la ciencia to de la Il9stración Radical, perturbado por esta distinción.
ficción). Sin erribarg9, yo diría que lo que es más caracte- Los pensadores de la Ilustración Radical como Spinoza, ·
rístico de las mejores obras de Kneale es la sensación de Darwin y Freud se plantean continuamente la misma pre-
lo espeluznante. Al contrario que M.R. James, Kneale no gunta: lhasta qué punto se puede aplicar a los seres hm:n·a~
toma lo sobrenatural de manera literal. De hecho, la juga- nos el concepto de intencionalidad sin tener en cuenta él
da típica de Kneale -muy evidente en Quatermass and the mundo natural? Esta.pregunta se plantea, en parte, por la
Pit- es darle una vuelta de tuerca científica a lo que·arites absoluta naturalización enla que·tanto ha insistido el pen-
se había considerado sobrenatural. Lo que en un registro samiento- de-~la Ilustración
•--- ·- . --
Radical:- si los seres
·-
humanos
puede entenderse como· un ·«demonio».aparece en otro re- pertenecen por completo al llamado mundo natural, en-
gistro como un tipo particular de agente material. Cierto . tonces, len función de qué se puede hacer una excepción
es que Kneale está de acuerdo con que la ciencia, desde para ellos? Las conclusiones del pensamiento de la Ilus-
la Ilustración, haya sostenido que no hay sustancia espiri- tración Radical están en las_ antípodas de las afirmaciones
tual, pero tarqbién cree que el mundo material en el que vi- · de los llamados neomaterialistas como Jane Bennett. Los
vimos es mu(:ho más ajeno y extraño de lo que nos había- neomaterialistas como Bennett aceptan que la distinción
mos imaginado; y, en lugar de insistir en la preeminencia entre seres humanos y mundo natural es insostenible por
del sujeto humano, que se supone que es el portador pri- más tiempo, pero la construyen para explicar que muchos
vilegiado de la razón, Kneale muestra que, al indagar en la de los rasgos anteriormente' adscritos solo a los seres hu-
naturaleza para descubrir cómo es el mundo, también se manos se encuentran, en realidad, distribuidos por toda.
desentraña, de manera inevitable, qué es lo que los seres la naturaleza. La II.ustración Radical va en una ·d irección
humanos han considerado que son. completamenté opuesta, pues se cuestiona si acaso existe
En el núcleo de la obra de Kneale está la cuestión del la intencionalidad; y si existe, si se puede afirmar que los
qué _o qu_ién realiza la acción, así como del propósito. Se- .seres humanos la pos~en. La respuesta es compleja:.puede
gún algunos filósofos, la capacid~a·ae intencionalidad es que exista algún tipo de intencionalidad en los seres hu-

I02 I03
manos, pero no corresponde con lo que los seres huma- Pero aquí no acaba la historia. Lo importante no es que
nos, en sus reflexiones propias informales y fenoménicas, seamos esclavos ciegos de la pulsión de muerte, sino que,
c<_>nsideran s:u personalidad, sus intenciones conscientes si no lo somos, es por la existencia de un proceso igual-
o sentimientos. mente impersonal: la ciencia, que consiste, en parte, en
Ahí es donde Kneale entra en escena. Quatermass des- descubrir y analizar el proceso que Freud llama Tánatos.
cubre la base mecanicoautomática y alienígena de lo que El persbn~je del científico afín a la Ilustración Radical es,
se ha considerado como humano. Lo que acaba surgien- por ende, alguien que entiende la naturaleza tanática de
do como fruto de la investigación de Quatermass es lo que sus· propios impulsos, pero que -gracias precisamente a
Freud llama «Tánatos» en «Más allá del principio del pla- que la comprende- ofrece ciertas vías para .escapar de
cer» (I920). En absoluto contraste con la idea del neoma- ellos. Ahora exploraré este asunto reflexionando acerca de
terialismo de la «materia vibrante-»; que sugier~ que toda dos de las .obras más célebres de Kneale, Quatermass and
la materia está viva, al menos en cierto modo,-la conjetura the Pit (I958-59), The Stone Tape (I972) y una de sus se-
que se deriva del planteamiento freudia:Qo del Tánatos es ries menos ·exitosas; la entrega final de la serie de Quater-
que no hay nada que esté vivo: la vida es un reino de muer- mass, Qua,termass de 1979. .
te. El planteamiento posterior de Freud de un_á_luéha dual ¿Qué sucedió ento;.,,ces? [ Quatermass and the -Pit] trata de
entre el Tánatos y el Eros puede leerse como urni .r.etirada una excavación en la ficticia estación de metro de Londres
del monismo estricto de «Más allá del principio de placer», de Hobbs End. Los obreros desentierran lo que resulta ser
donde-se"áfírma que lá-vida noesm-ás -q ue un .camino que - una nave espacial marciana llena de cadáveres de repulsi-
lleva a la muerte. Lo que se considera vida orgánica es, en . vos seres que se asemejan a insectos. Alienígenas, pensa-
realidad, un tipo de pliegue de lo inorgánico. mos. Sin embargo, lo brillante del guion de Kneale es que
Sin embargo, lo inorgánico no se corresponde con_lo pa- los marcianos resultan no ser alienígenas -eD el sentido de
sivo, la contraparte inerte de una vida que supuestamen- ser «diferentes a nosotros»-. Huyendo de la destfucción
te se impuls~ a sí misma; bien al contrario, posee su pro- de su propio planeta, los marcianos ·se habían cruzado ha-
pia capacidad de actuación. Está la pulsión de muerte, que cía cinco millones de años con homínidos protohúmanos
en su formulaci~n más radical no es una pulsión hacia la para perpetuar su especie.
muerte, sino una pulsión de muerte. Lo inorgánico· és el _Así; -la distinción entre lo alienigena y. lo humano que-
piloto impersonal de todo, incluyendo aquello que parece - da.fatídicamente desbarajustada. A .medida que avanza la
personal y orgánico. Visto desde la perspectiva del Tána- · s.rga de Qúatermass, lo alienígena resulta ser cada vez más
tos, nosotros mismos nos convertimos en un caso ejemplar familiar:· en la primera entrega, .El ~xperimento Qu"atermass, .
de lo espeluznante: hay algo que actúa en nosotros ( el in- los_ alienígenas están en el espacio; e;n la segunda, Quater-
.consciente, la pulsión de muerte), pero no es lo que espe- mass 11 ( una especie de equivalente británico de La inva-
rábamos, ni está donde esperába~os. . · · sión de los ladrones de cuerpos), los alienígenas están entre

I04 105
nosotros; y en la tercera, ¿Qué sucedió entonces?, nosotros Kneale puso sobre la mesa el tema de las grabaciones en
somos los alienígenas. The Stone Tape. En ella, un grupo de científicos empieza a
Al final de la película, cuando Quatermass pronuncia vivir en unas nuevas instalaciones de investigación. Pron-
un' discurso en contra de los marcianos y espera con to- .to se vuelve evidente que el edificio está encantado: una
tal seriedad que la Tierra no se convierta en el «segun- de ellos, una programadora, es particularmente ,,sensible»
do planeta muerto de los marcian()s», podríamos pensar al fantasma ( una sirvienta del siglo XIX que murió en una
que se trata de una retirada del mensaje despiadado de la misteriosa caída). Inevitablemente, los científicos pasan de
película: que nosotros mismos somos marcianos. Sin em- . la escéptica negación a una necesidad maniaca de explicar
bargo, si bien Kneale ha reconstruido la oposición entre y localízar el fenómeno sin parar ni a tomar aliento.
~ros y Tánatos, humano y marciano, y si bien descentra- La tesis de Kneale es que los lugares encantados y los
mos lo humano, descubrimos que es tan solo un pliegue fantasmas son fenómenos particularmente intensos que es-
dentro del cuerpo de un Tánatos orgánico, todavía tie- tán grabados en la materia de manera literal, en la piedra
ne derecho a tener esperanza e:rda citmcia que lo ha des- de las habitaciones. (De ahí lo de ,cla cinta de piedra» del
cubierto. título). De manera aparentemente cásual, lo que los cientí-
. ·. Una versión más sombría de la historia del.origen de la 1· ficos estaban investigando era un nuevo medio de graba-
h~:rnanidad la podemos ver en 2001: Una odisea del espa- ción más compacto y duradero. Sin embargo, lo que el fe-
cio, de Kubrick ( a la que volveremos en un capítulo pos- nómeno de ese lugar encantado ofrece es la posibilidad no
. tenor), ·aunque ¿Qúé sÜcedz'ó entonces? también . comparte solo de un nuevo meaio de grabación, s·ino de un nuevo
muchos elementos con El mundo sumergido (I962) de J. G. reproductor: el sistema nervioso humano. En un momento
Ballard: sobre todo el aspecto que Greil Marcus llama en de gozo exultante ( antes del desenlace, por fuerza desola-
Rastros de carmín «recuerdo filogenético». En ¿Qué sucedió dor), los científicos se ríen y bromean sobre la idea de un
entoñces?, el recuerdo es un recuerdo ,,literal», una traza sis~ema de comunicación totalmente d~sprovisto de cables:
mental profundamente sumergida pero todavía accesible transmisiones emitidas directamente a: la cabeza ( como el
( desencadenada en la película por la exhumación de una ciberespacio de William Gibson, pero sin los electrodos).
nave espacial); en El mundo sumergido, los ,<recuerdos» es-· No obstante, la obsesiva actividad de los científicos aca-
tán codificados en la form~ físíea del propio ser humano, · ba por borrar la cinta; o al menos, por borrar lo último que
los ,,paisajes espinales» de Ballard. ¿Qué sucedió entonces? se ha grabado en ella. Hay algo más, algo más antiguo que
es arqueológica, El mundo Jumergido es geológica, pero en actúa.larvada:rp.ente y aterroriza a la programadora, que (li-
ambas, los sistemas nerviosos humanos y los recuerdos .se teralmente) cae ·siguiendo los pasos de la muchacha del si-
consideran grabaciones inorgánicas, reliquias de aconte- glo XIX y muere en un estado de pavor total. Por tanto, lo
cimientos traumáticos que· los seres huma11os deben des- que Kneale postula al final es la des?parición de la línea que
codificar o bien repetir. separa el reproductor y lo que se reprodu"ce. Al principio

I06 . I07
parece que los gritos fantasmales son pasivos e inertes, in- dos donde la colonia geriátrica de la serie construyó su ri-
capaces de actuar, como las humedades que aquejan la casa zoma-escondite) en I979·
encantada; sin embargo, al final, resulta que son los seres Si queremos hallar analogías al Quatermass de I979, lo
humanos quienes se ven atrapados en una terrible compul- más adecuado sería fijarse en alguno de los discos más im-
sión de repetición. Es como si la estancia -el enclave, se lle- portantes del post-punk de aquel año -Replicas, de Tube-
ga incluso a insinuar, de algún antiguo lugar inimaginable way Army, o Unknown Pleasures, de Joy Division- en lu-
de sacrificios- exigiera a los científicos que provocaran otra gar de en éxitos taquilleros ( La guerra de las galaxias o En-
muerte reproduciendo la misma antigua secuencia una vez cuentros en la tercera fase [ambas de I977]) con las que, en
más. Los «reproductores» humanos son, en sí mismos, par- su día, se establecieron inevitables comparaciones que no
te de un patrón de ah.surda repetición que sigue en mar- resultaron favorecedoras. Dicho esto, las primeras y obse~
cha desde hace eones ..De nuevo, el espeluznante Tánatos .. . sivas escenas de Encuentros en la tercera fase casi podrían ·
El Tánatos proyecta su alargada sombra en la subestima- ser knealeanas; pero todo esto se esfuma al final por el es-
da entrega final de fa serie Quatermass. Kneale lo conside- . pectáculo de luces al estilo de Jarre y la aparición de alie-
ró un réquiem a los se~enta: una oscura parábola sobre las nígenas bastante monos. Lo que desaparece es, nada más
pulsiones tanatr6picas que el mesianismo de la ·juventud y nada menos, que lo espelu_z~ante mismo, as_Í como el au-
podría alimentar. En lugar del sueño hippie de un planeta. . tomatismo del principio de los personajes principales, y
renovado, sus protohippies pospunks drogados y en tran- muchas de las pregunt~s so~re)gs ~lienígenas ( de hecho,
ce -el movimiento de la Gente del Planeta de Quatermass- la pregunta de si lo son o no) dan paso a algo que se ha
buscan un punto de fuga en otro mundo, otro sistema so- convertido en moneda de cambio· habitual en la ciencia
lar. El paisaje de Quatermass es una proyección directa de ficción taquillera: el obligatorio despliegue de efectos es-
· las angustias de los ~etenta: la biosfera amenazada, la esca- peciales que tengan pinta de caros. Lo que Encuentros en
sez de combustible, los coi:tes de electricidad, la desinte- la tercera fase tiene en común con Quatermass es su visión
gración 9el conti::ato social en una guerra hobbesiana de to- acerca de los pueblos humanos, eml?elesados_en una com-
dos confr~ todos ... el utopismo de los sesenta hecho trizas. plicidad inconsciente con las fuerzas-alienígenas. No obs-
Aquellas calle·s ·con barricadas, las errantes bandas arma- tante, Quatermass es totalmente capaz de resistir a la ten-
das callejeras (inspir-adas en la Baader Meinhof y las Red tación en la que cayó Spielberg, la de antropomorfizar a
and Angry Brigades) podrían haberse largado enfadadas los alienígenas. El objetivo de los ·extraterrestres en Qua-
tanto ante la portada de un disco de 19lling Joke como de termass sigµe siendo insondable, opaco, como la forma de
la retraD:sniis.i"Ón de-las elecciones del Partido Conservador. su cuerpo. Cualquier cosa que «descubrimos» de ellos es
Así fu~ cómq el imaginario y los impulsos -reaccionarios, pura conjetura, inferencia, especulación. Están, en todos
neoarcaicos y :revolucionarios- se amontonaron uI10 enci-:- _.. los sentidos, a años luz .de nosotros.
ma del otro ( amontonados como los vehículos abandona- Los grandes temas de Kneale -la familiaridad del ex-

Io 8 I09 ·
traterrestre, el anhelo de aniquilación de los seres orgáni- A Kneale le decepcionó que escogieran a J ohn Mills para
cos- emergen, en esta ocasión, en un análisis del milenia- el papel, pues le fue impuesto por la productora, Euston,
rismo de la juventud. Como es de prever, su rendición a que insistió en que hubiera una estrella de renombre; él
la cultura juvenil tiene más que ver con Culturas de la pos- hubiese preferido a André Morell o a Andrew Keir ( quie-
guerra (I968) de Jeff Nuttall que con la utopía de la Era nes habían representado el papel del científico, de mane-
de Acuario. La necesidad de congregarse en masas se in- ra respectiva, en la versión televisiva y cinematográfica de .
terpreta de manera sintomática como el seguimiento de un Quatermass and the Pit [ ¿Quésucedió entonces? en cine]). Se
programa sembrado en lo más profundo del inconscien- supone que Milis no le parecía lo suficientemente heroico,
te de los jóvenes. apenas reconocible como el mismo personaje que Morell y
La cibergótica metodología habitual de K.neale -des- Keir había,n representaqo.
enterrando el present~ en las reliquias del Profundo Pasa- Sin embargo, la callada indignación de Mills, su compa-
do- se centra aquí en círculos de piedra neolíticos: Las hi- sión y desdén hacia la humanidad, su ligera pero resistente
pótesis de Quatermass apuntan a que los sitios megalíticos dignidad lo convirtieron en el que podría ser el Quatermass
son hitos de ·un trauma, que las rocas están colocadas para definitivo. Mills aporta un terrible argumento de autoridad.
conmemorar exterminaciones masivas: el tejido cicatriza- al spinozismo cósmico.de la moraleja del programa. Cuan-
do de la Tierra. (El paralelismo entre los acontecimien- .do el joven astrónomo Joe Kapp ·-que está empezando a
tos astroapocalípticos y los círculos de piedra ya se había salir de la conmoción ~e per~er a_tgda su familia-habla del
planteado tres años antes, eri la memorable ·s erie -infantil «m~i»: Quatermass lo corrige: «Puede que el mal sea siem-
de I976 del canal ITV, Children efthe Stones). pre el bien para otra persona. Quizá sea una ley cósmica».
Los círculos de roca fueron los sitios donde tuvo lugar
aquello que Quatermass denomina las «cosechas» previas
de la raza hurqana. ¿Quién sabría decir cómo son las es- LA ERA MÍTICA DE «RED SHIFT»
pecies que est~n cosechando la humanidad y cuáles son
sus motivos? ¿Ansia de proteína? ¿vampirismo energético? Se dice que la extraordinaria novela de Alan Garner Red
Quatermass solo puede especular. Aquí K.neale se aprove- Shift (I973) surgió de una ocasión en la que el autor vio un
cha del efecto espeluznante que suelen provocar los círcu- grafiti en una estación de tren que decía «realmente áho- -
los de piedra. Como he.comentado antes, este tipo de cír- ra no ya no». Hay algo tan espeluznante, tan críptico, tan .
culos nos confrontan con tina estructura simbólica que se sugerente en esta frase, sobre todo al estar grafítéada de
ha desintegrado por completo, por lo que el pasado lejano manera anónima. ¿Qué querría decir el autor sin nombre
de la humanidad se revela como una civilización alieníge- de esta poesía callej-era y qué significaba para dicha per-
na ilegible,_ pues sus rituales y modos de subjetividad son sona? ¿Qué suceso -~na crisis personal, un acontécÍmien-
desconocidos para· nosotros. · to cultural, una revelación mística de algún tipo- provo-

IIO III
có que lo escribiera? lHa habido otra persona aparte de siado adecuada para un texto cuya densidad críptica hace
Garner que haya observado esa frase grafiteada en la pa- que parezca un poema en prosa- yuxtapone tres periodos
red de la estación de trenes? lFue Garner el único en ver- históricos: la Britania romana, la guerra civil inglesa y el
la? No estoy in~inuando que se lo inventó, pero esta frase presente de la época.
que capta a la perfección los vértices temporales de la obra El episodio contemporáneo se centra en la relación tor-
de Garner parece un mensaje especial dirigido únicamen- tuosa y asfixiantemente intensa entre Tom y Jan. Esta re-
te a él. Quizá lo era, independientemente de las «intencio- lación supura bloqueo y frustración desde el principio, o
nes» del grafitero. eso -parece. No solo hay barreras externas -los padres de
Si creemos en la fuente más anónima del mundo, las pa- Tom que no ven con buenos ojos la relación; la distancia
labras «realmente ahora no ya no» ~staban gara~ateadas física entre la pareja, ahora que Jan se ha mudado a Lon-
con pintalabios bajo el nombre de dos enamorados, es- dres-, sino también internas, las más fuertes y desestabi-
crito con tiza. En tal caso, 1~ explicación de la frase pare- lizantes, que. vienen dadas por los celos obsesivos de Tom
ce -teniéndola enfrente- ·algo prosaica. Alguien -alguno y su afáii posesivo, que se vuelve malicioso :...:.1ncluso mor-
de los enamorados, o uno de sus amigos, enemigos o riva- tal- cuarido descub:re que Jan_ tiene una c;tventura con un
les, o incluso un desconocido- hizo un comenta.ri.o -=-lsar- hombre mayor. El deseo de Tom de poseer a Jan, de recla-
cástico~ melancólico o airado?- sobre el estado de la rela- mar la posesión de su mismo ser, es lo qu e acaba alejando
ción de la pareja. Una frase que no es del todo banal, aun- a la chica._Esa actitud pronto se vuelve más autodestructiva
que -ciertameñte transparente: propla de una conversación para Tom que destructiva para Jan, pues ella, poco a poco,
-«realmente ahora no ya no»-, adquiere una opacidad . va afianzando cada vez más su autonomía y acaba por po-
poética gracias a la omisión de la coma. Si bien esta expli- ner fin a la relación.
cación aparentemente <<deflacionista» no logra ahuyei:itar El episodio de la guerra civil trata de un joven c~n epi-
lo espeluznante de la frase «realmente ahora no ya no». En lepsia, Thomas Rowley, y su mujer, Margery, que viven en
cierto modo, decir que el encuentro de Garner con el gra- el pueblo de Barthomley, en Chesp.iré. Otros habita~tes del
fiti estaba predestinado es redoblar esa capa espeluznante, pueblo y Thomas se han atrincherado en la iglesia tras los
intrínseca e indeleple que tiene. lPues a qué apunta la fra- parapetos que ellos mismos han i~provisado para repeler
se sino a la fatídica temporalidad? Ahora no, ya no más; en a las tropas monárquicas, y entonces Rowley ·s ufre un ata-
verdad no. lSignifica que se ha erosionado el presente, que -que y disp~ra un mosquete, cosa que provoca que los mo-
· ha desaparecido (ahora no ya no)? lEstamos en el tiempo nárquicos carguen sin piedad. Viola_n a las. mujeres y todos
de un ya perpetuo donde se ha escrito el ºfuturo, en cuyo los hombres salvo Rowley son-asesinados. Thomas y su es-
caso, no es el futuro, en verdad no lo es? posa logran salvarse gracia a la .ayuda.de uno de los solda-
.Nos estamos precipitando. lQué sucede exactamente en dos· inás despiadados de los monátquiéos, Thomas Vena-
Red Shift? La «novela» -una" etiquet:1 que.no parece·dema- bles, que antaño fue amante de Margery.

II2
El episodio de la ocupación romana se centra en Macey, nes compulsivas y lo que parecía ser nuevo, lo que parecía
uno de los muchos soldados romanos de la Novena Le- el ahora no es más que una representación· de alguna es-
gió:µ, que ya ha sido destruida. El aniñado Macey se hace pecie de patrón que va más allá del tiempo? Esta formula-
_amigo de una sacerdotisa celta que ha sido violada y cap- - ción, quizá, es la más cercana a la fría fatalidad que parece
turada por los soldados. Al final, la sacerdotisa mata a los ( des )entrañarse en Red Shift: si diferentes momentos his-
soldados envenenando su pan y se ~scapa con Macey. La tóricos son, en cierto sentido, sincrónicos, lacaso no sig-
relación entre los tres periodos es enigmática, si acaso no nificaría esto que no hay un ahora, sino que todo es ahora?
del todo ininteligible. Lo que comparten los tres episo- Otra repetición espeluznante completamente diferente
dios, aparte de ciertos elementos traumáticos recurrentes, aparece en primer plano cuando pensamos Red Shiften re-
eª un objeto inorgánico: un hacha votiva del neolítico que lación con el resto de novelas de Gamer y la obra de otros
cobra una importancia-simbólica para las tres parejas. Esa escritores. La novela es una especie de repetición sin ori-
·hacha tiene múltiples funciones; parece marcar, al mismo gen; podría leerse como extensión e intensificación del
«tiempo», la continuidad y la sirriúhaiieidad, a la ve:z que · modelo establecido por novelas má~ tempranas del propio
funciona como una especie de desencadenant_e ( que pr?- Gamer como Elidor (1965) y The Owl Service (1967). En
_v.oca, por ejemplo, que Rowley y Macey encajen). su conferencia «Inner Time», Gamer explica que todas sus
Lo que Red Shift no plantea, como es evidente, es una novelas pueden verse como una· «expresión» de un mito
te!Ilporalidad lineal en la que diferentes episodios histó- en particular, por lo que Elidor_era una «expresión» de la
ricos se suceden de manera simple. Tampoco presenta los balada de «Childe Rowland y Burd Ellen», mientras que
episodios en una relación de yuxtaposición pur-a, en la que The Owl Service era una «expresión» del tnito de Lleu, Blo-
no haya relación causal alguna entre los difer~ntes episo- deued d y Gronw, de la mitología gaélica del Mabinogion.
dios, ~ino que se nos plantean con ciertas similitudes com-· 1
Para Red Shift, la fuente de material (ue la balada de Tam
partidas. Tampoco percibimos -algo familiar en las con- 1 L~. Con cada· novela, la relación ent:Fe la ficción de Gar-
venciones de la: ciencia ficción o la fantasía.:._ una causali-. . ¡.
1
n~r y el mito que se «expresa» se vuel:V-e más oblicua, has-
dad que opere «hacia detrás» y «hacia delante», a través 1' ta el punto de que, en la época de Ret/ Shift, como apun-
del tiempo, de modo que el futuro, el presente y el pasado ta Charles Butler en un destacado ensayo sobre la novela,
puedan influirse entre sí. Esta última posibilidad es la que
r1. «Alan Garner's Red Shift and the Shifting Ball~d of "Tam
¡
se acerca más a lo que Red Shift par~ce hacer, pero la co- Lin"», muchas personas se vieron inclinadas a negar la co-
dificación del tiempo de la novela está tan lograda que no ]J.exión con el mito de Tam Lin por considerarla fantasio-
tenemos noción algúna de «pasado'», «presente» o «futuro». . sao ·rebuscada.· Butler resume el mito de Tam Lin -o qui-
en la que confiemos ciegamente: realmente ahora no ya no. zá sería más acertado hablar de una serie de mitos comple-
. Entonces, lno hay ahora porque el pasado ha con~umido jos- dela siguiente·manera: . -
el presente, porque lo ha reducido a una serie de repeticio-

II4 IIS.
Hay numerosas versiones dela balada de «Tam Lin». Contan- Butler afirma de manera bastante convincente que, a pesar
do solamente las que hay en Baladas infantiles populares ingle- de que no haya muchas referencias explícitas a Tam Lim,
sas!/ escocesas encontramos nueve, y eso que no se trata de una sí que hay muchos ecos del mito ( o mitos) en Red Shift. El
compilación exhaustiva. Muchas de las diferencias que presen- reflejo más obvio -a la par que superficial- se encuentra
tan las distintas versiones son bastante significantes, como ve- en los nombres de algunos de los personajes -Tom /Tho-
remos más adelante, pero el relato pu~de resumirse, a grandes
mas · y J an/Margery como variaciones de Tam y J anet/
trazos, de este m_odo: una joven llamada Janet (Margaret en al-
Margaret-, pero las resonancias más profundas son a ni-
gunas versiones) se va a Cart:erhaugh ( o a Kertonha, a Chaster's
vel temático: la idea de posesión ( que en lugar de adoptar
Wood, a Chester Wood, etc.) contradiciendo la voluntad de sus
padres, que temen que pierda la virginidad con Tam Lin, un jo- una forma fantástica se manifiesta en ataques epilépticos,
ven duende que ronda por el lugar. Allí, deshojando una flor, vacíos traumáticos de la personalidad, que son también
· convoca al propio TafüLjn. Él cuestiona la presencia de la mu- -por esa misma razón- éxtasis) y la noción de «resisten~
chacha, a lo que ell.a responde, desafiante, que Carterhaugh es cia» (Margery y la sacerdotisa salvando a Thomas/ Macey).
de su propiedad y que·tiene el mismo derecho que él a estar allí. De manera más general, Tom y Jan, fuera de un tiempo li-
Al va.lver a ca~a, se evidencia que está encinta. Su familia ( en al- neal, son introducidos en un tiempo mítico o, mejor di-
gunas versiones su ·madre, en otras, su hermana, su hermano o cho, la ilusión de linealidad se hace trizas a causa de las
un sirviente de la familia) no da crédito. La muchacha afirma que_ i espeluznantes repeticiones y simultaneidades de un tiem-
Tam Lin es el padre de la criatura y vuelve a Carterhaugh bien po mítico. Eso es lo que les ocul'!'e _e~ __el fondo a los tres
a buscar a Tam Lin o bien ( en otras versiones) a por una hierba .protago~i~t~;· de .The O~! s;;.~i~e, que se meten de lleno
que le provoque un aborto. Tam Lin aparece y explica que no es en una especie de batalla erótica ·mortal al asumir los pa-
un ser mágico, sino un muchacho humano cuya sangre robó la 1
1 peles de personajes míticos, Lleu, Blodeuedd y Gromw.
. Reina de las Hadas cuando era un niño. Aunque su vida con las
Es como si la combinación de energía erótica adolescente
hadas es ·agradable, cada siete.años las hadas han de entregar un 1

«diezmo al infierno» y este año todo parece indicar que él será con un artefacto inorgánico ( en este caso, un juego de té
la víctima, Si Jal)et desea salv~rlo (y, por ende, darle un padre a decorado coil motivos de búhos) fuese el ~esencadenan-
su criatura), deberá llevar a cabo un complejo proceso que im- te de la repetición de una antigua leyenda. Aunque tam-
1
poco está del todo claro que «repetición» sea aquí la pa-
plica empujar a Tám Lin de su caballo mientras pase galopando
con la trop~ de las hadas y resistir con fuerza mientras sufre una ¡ labra más adecuada. Quizá sea mejor decir que el mito se
serie de transformaciones escalofriantes y al final cubrir su cuer- ha vuelto a representar, entendiendo por mito el tipo de
po desnudo con la túnica verde de la chic51. Ella consigue supe- ! estructur:a que se puede materializar cuando las condicio-
rar to~qs _los obstáculós y le ·arrebata a Tam Lin a la Reina de las nes son favorables. En todo caso, no se trata tanto de la
Hadas, que se _e nfurece por su derrota. repetición del mito como de la manera que tiene de sacar
a los sl:ljetos del tiempo lineal y de colocarlos en su «pro-
pio» tienip·o~·en el que cada iteración del mito es~ en cierto

II6
sentido, la primera cada vez que sucede. Aquí, el mito se- Así, como la de Kneale, la obra de Garner se centra en
ría como el fatídico patrón compulsivo en el que caen los la cuestión de la entidad que realiza la acción y el propó-
cient,íficos de The Stone Tape. sito de esta. No hay libre albedrío o, al menos, este se ve
Con Red Shift, Garner transforma en The Owl Service fuertemente comprometido. La libertad humana es muy
una forma meramente narrativa en algo que tiene lugar . diferente al <dibre albedrío» y solo puede darse por senta-
de verdad. El lector queda abducido por el tiempo mítico, da cuando se tienen en cuenta las acciones que pertene-
pues su uso de la compresión y la elipsis somete el tiem- cen, en su lugar, a estructuras (inconscientes, míticas) que
po lineal y el relato a tanto estrés, que prácticamente de- extraen su poder de las personas a las que abducen en sí
saparecen. La impresión que nos queda es que no es ni mismas. El paisaje -los paisajes de Cheshire en muchas de
la percepción del tiempo lineal o la experiencia lo que el sus novelas, entre ellas, Red Shift, y el paisaje del norte de
trauma corrompe, sino que es el «propio» tiempo el que Gales en ·The Owl ServÍ"ce- son un elemento clave de es- .
acaba traumatizado. De este modo, no leemos la historia 1 tas estructuras míticas. En muchas ocasíones, en sus diver-
como una serie de acontecimientos ale~torios, sino como sas obras, Garner señala el poder espeluznante del paisaje
un brazado de- sucesos traumáticos. Este tiempo resque- y nos recuerda de qué modo condicionan los espacios físi-.
brajado, este sentido de la historia como repetición ma- cos nuestra percepci~n. y cómo algunos territorios concre-
1 . ·tos están mancillados po~ .~contecimientos traumáticos. Lo
_liciosa es lo que «viven» los tres personajes varones prin- ·
cipales (Tom / Thomas / M:acey) lJajo la forma del ~taque mítico, como lo entiende Garner, es algo que rebasa lo me-
y el derrumbe. He entrecomillado «viven» porque el tipo 1 .. rainente ficticio, igual.que rio se puede reducir a lo fantas-
de interrupción privadora de subjetividad por la que pa- mático. En vez de eso, lo mítico es parte de la infraestruc~
san los tres personajes parece arrasar las condiciones mis- tura visual que hace que la vida humana sea posible como
mas que permit€:ri que esa experiencia tenga lugar. ·Por 1 tal. _No es el caso en que, en primer lugar, tenemos a los se-
este motivo, creo que Butler se apresura demasiado al res humanos y lo mítico llega a posteriori, a modo de ca-
afirmar que los c<t:res hombres se convierten, en efecto, en parazón cultural añadido al núcleo biológico. Los huma-
una personalidad ~nica suprahistórica cuyas experiencias ,
1
.. nos, desde el principio -o desde antes del principio, antes
son todas contemporáneas». Del mismo modo, se podría del nacimiento del individuo- están inmersos en estructu-
afirmar lo contrario, que, al unir tres hombres que se con- 1· ras míticas. Huelga decir que ·la familia es también una-es-.
vierten en el ccmismo» individuo, de lo que en realidad ¡ tructura mítica como las demás. Louis Althusser, h~ciendo
carecen es de sentido del yo. Asimismo se podría decir hincapié en la idea de que el ser humano no es nunca una·
que, en lugar de compartir el ccmismo» momento, Macey, criatura m~ramente biológica, se refiere a la infraestructu-
Tom y Thomas subsisten en un tiempo fraccionado, un ra cultural virtual como algo ideológico y afirma qu~ es im-
_posible vivir fuera de ella..Sin embargo, podríamos ·pasar
-tiempo del qqe se ha _extraído la semejanza, la unidad y la
presencia. ·
'!" al registro que emplea Justin Barton y hablar de sueños e

II8 II9
1
1
1
historias. La ficción de Garner excede las limitaciones tan-
to del realismo ingenuo como de la fantasía gracias a sus 5
complejas reflexiones sobre el poder - el espeluznante po- DE DENTRO AFUERA, DE FUERA
der.'._ de los sueños y las historias. ADENTRO: MARGARET ATWOOD Y
JONATHAN GLAZER

Mujer cortada en dos en una caja de madera, en bañador,


sonriendo, un truco de espejos, lo leí en un cómic; solo
que conmigo hubo un accidente y me partí. La ·o tra mitad,
la que estaba encerrada, era la única capaz de '.'ivir; yo era
la mitad°errónea, desgajada, terminal. No era más que una
cabe_z_a, ~Q, algo ii:icluso !11-enor, como un ·p:ulgar, sin sen-
tir nada más.
El placer y el dolor van de la mano, según dicen, pero la
mayor parte del cerebro es neutral; sin nervios, como la gra-
sa. Ensayé las emociones, nombrándolas: alegría, paz, cul-
pa, alivio, _amor y odio, reaccionar, relacionar; aprender a
sentir era como saber qué ponerte, mirabas a los demás y
memorizabas. Pero.no había más que el miedo a no estar
viva: un negativo, la diferencia entre la sombra de un alfi-
ler y qué sucede cuando te lo clavas en el brazo, en el cole-
gio, enjaulada en el pupitre. Eso hacía yo, con las punf_as de
las plumas y del compás, instrumentos de la sabiduría, el
Inglés y la Geometría; se ha descubierto que las ratas pre-
fieren sentir algo a no sentir nada, sea lo.que sea. Los dor-
sos. de mis brazos estaban punteados de dimin_utas heridas,
· como uha adicta. Me deslizaron la aguja eri la vena y empe-
·cé a cae:c, era como hundirse pasando de una capa de oscu-
ridad a otra más profunda, profundísima; _cuando volví á la
superficie, atravesando la anestesia, verde claro y" luego la
claridad del día, no conseguía recordar nada.
· · [. ..] Puede que toda mi vida hubíesé sido así, igual que .
hay bebés que nacen sordos o sin el sentido del tacto; pero

120 121
si eso fuera verdad, no habría sentido la ausencia. Sin duda,
y amenazas; su apertura y su terrorífico vacío. En Resurgir,
en algún momento, el cuello debía de habérseme clausura-
lo que acecha no son los espíritus de la historia, sino los
do, un lago helado o una herida, encerrándome dentro de
espacios exteriores o que se encuentran en las lindes de lo
una cabeza [.. .].
MARGARET ATWOOD, Resurgir que es humano. Hasta donde podemos discernir, parece
que el padre ha sido presa de su fascinación por lo salvaje,
sus animales y las historias tradicionales asociadas a ellos.
Resurgir, la novela de 1972 de Margaret Atwood y la pelícu- Cuando la narradora entra en su cabaña, se encuentra con
la de 2013 de Jonathan Glazer Bajo la pielnos presentan ca- que su padre había llenado sus papeles con imágenes de
sos complementarios de lo espeluznante. En Resurgirpasa- extrañas criaturas; medio humanas, medio animales: ¿in- ·
mos de una posición ambiguamente «interior» a una exte- dicios de locura o preparativos para una transición chamá-
rior; en Bajo la piel, el interior se percibe desde el exterior. nica para dejar atrás la civilización moderna? Como podría
.Las problemáticas relaciones d~ los dos personajes princi- haber dicho la retórica antipsiquiátrica de la época, laca-
pales con lo que Lacan llamaba el ·orden simbólico (la es- so se diferencian ambas posibilidad_es? ¿Acaso un rechazo
a:uctura mediante la cual se asigna el significado cultural y
que; decía Lacan, viene dada por el nombre del.padre) sa1-
.tán más a la vista por el hecho de que nunca son nombra-

¡
real de la civilización no implica que el sujeto se adentre
en la esquizofrenia? ¿Acaso no es un paso hacia lo exterior

que no puede medirse con arreglo a las formas dominan-
das." La narradora de Resurgir llega a sentir que es una ex- tes de subjetividad, pensamiento y sensa~ión?
traterrestre que ha estado representando el papel de Una En ciertos aspectos, Resurgir podría leerse como un
~ujer; la protagonista de Bajo la piel es una extraterrestre amargo despertar tras la euforia militante de los sesenta.
de verdad que intenta simular el comportamiento humano. La célebre prosa fría de Atwood, que congeló los ánimos
Resurgirresulta ser el enigma del padre perdido. La na-. íj caldeados de los sesenta, que convirti9 los parajes casi de-
rradora ha vuelto a su casa de la infancia, a Quebec, en solados del bósque canadiense en ui:i espacio tan cauti-
1
busca de su padre, que desapareció por las salvajes tierras . vador y abrumador como cualquier otro que pudiéramos
canadienses. La pregunta de qué sucedió se cierne sobre · 1·. encontrar en la literatura. Una lectur<1; conservadora nos
toda la novela y, al final, al no resolverse el misterio -no
solo no. encuentran al padre, sino que la propia narrado-
i sugiere que lo que aflora en esta obra es la estela de con-
l-
1
secuencias de la permisividad que los sesenta ~maginaron
ra se pierde, sin amarres, _sin· coordenadas-, la sombra de dejar tras de sí. Lo reprimido -que, en este sentido, se re-
lo espeluznante no se llega a disipar." Como en Garner, en
1
feriría a los agente.s mismos de la represión- vuelve en la
Resurgir hay mucha.sensibilidad hacia el paisaje; en e_ste . ·fornía espectrai de lo no dicho, el niño que la narradora
caso ya no es el campo británico, con su marcadísima his_- ha abortado, hallado en un espacio oscuro y lacustre don-
toria .de guerras civiles, atrocidades y luchas. sino el espa- de flotan excrementos y restos fe.tales similares a medu~
·cio despoblado del bosque canadiense, con sus promesas_ sas; _lo ~byecto y lo abortado se entremezclan en una cloa-

I22 123 -
ca de lo Simbólico. Lejos de permitir que «recupere» parte como se imagina la narradora- ha desaparecido, apunta la
de su «completitud», la reintegración de este objeto perdi- narradora de Atwood, con un deje de melancolía que, sin
do destruye el frágil montaje de recuerdos encubridores y embargo, ata en corto cualquier clase de lamento nostál-
fantasías que el inconsciente de la narradora ha hilvanado gico. La cuestión que plantea Resurgir - y que deja en el
· diestramente, y con los que la empuja desde la gélida en- aire- es cómo movilizar su descontento en lugar de tratar-
tereza de la disforia a la psicosis, que, según la lectura con- lo como una patología que precisa de una cura -ya sea por
servadora, sería el castigo adecuado por su promiscuidad. una reintegración exitosa en lo Simbólico o en la civiliza-
Hay mucho en juego en la resistencia a esta lectura con- ción, o por medio de algún viaje purificador más allá de lo
servadora, y el concepto de lo espeluznante nos puede Simbólico hacia una Naturaleza prelingüística-. Dicho de
ayudar a ello. La narradora de Atwood siente cada vez otro modo, ¿cómo no perder la fe en la dislexia afectiva de .
con más fuerza que no.existe un lugar para ella; carece de la narradora en lugar de remediarla?
la capacidad de sentir qÚe, supuestamente, es constituti- En algunos aspectos, Resurgirpertenece a esa misma co-
va de la subjetividad ·<morinal». Está fuera de sí misma; es . rriente de textos como Espéculo de la otra mujer, de Luce
un misterio para ella, una especie de hueco que se refle- Irigaray, o El anti-Edipo de Gilles Deleuze y Félix Guattari.
ja en la éstructura predominante: un enigma espeluznan- Estas obras tratan de cuestionar el hecho de que se traten
te. Por ende, la cuestión no reside en resolver el enigma · el malestar, la abyección y 1a: psicopatología co~o huellas
con demasiada celeridad, sino seguir confiando en la cues- de un afuera to1avía_i~i1!1agin_~k_l~_~!}_lugar de ~o_nio .sínto-
tión que plantea. . mas de un desajuste. Cuando sufre un rapto esquizofréni-
La narradora experimenta la contracultura como si fue- co, la visión de la narradora se pareée a la «vida inorgáni-
ra poco más que una farsa, cuya retórica libertaria no solo ca» y a ese «devenir-animal» que Deleuze y Guattari des-
sirve como legitimació_n de un privilegio masculino que ya cribirían en Mil mesetas: «Creen que debería estar invadida
nos es familiar, sino que, ade~ás, proporciona nuevas ra- por la muerte, que tendría que esta~ de luto. Pero nada ha
zones para. l~ e·xplo_tación y la subyugación. Allá por el año muerto, todo está vivo, todo aguard3: a cobrar_vida.» Aun-
I972, los sueños· de la contrácultura de destronar y susti- que este delirio febril va más en línea de lo que Ben Woo-
tuir las estrúcturas·predominantes se habían convertido en dard ha acuñado como «oscuro vitalismo.» que con Deleu-
una serie de gestos huecos, en retórica entumecida. Aun ze, aquello que fluye y acecha en la zona de órganos sin
cuando Resurgir desdeña los ademanes superficiales de cuerpo de aquellos entes que devienen animales y agua
una contracultura ya exhausta,.no plant~a que esté respal- se parece al siniestro «escalofrío de la vida» de Woodard:
dando ~l~uñd·o (aparentemente) seguro y estable que re- <cEscucho una respiración, contenida, alerta, no en la casa,
pudiaba la con~racultura. Aquel mundo de solidez supues- sino alrededor.» El lugar que se encuentra más allá de las
tamente orgánica -el mundo de sus padres,.donde la gen:- . mortificaciones de lo Simbólico no solo es el espacio de
te tiene nijios que crecen como flores en el jardín trasero, una ccvida» obscena y no lingüística, sino también donde va

I2$
a parar todo aquello que ha muerto o que está moribundo cal de principios de los setenta tuvo que bregar y tomar en
una vez ha sido expulsado de la civilización. «Ahí es donde consideración. Igual que Oryx y Cralce, Resurgir concluye
arrojé las cosas muertas.» Más allá de la muerte viviente de con un instante de suspensión, con la narradora -semejan-
lo Simbólico está el reino de los muertos: «Lo tenía deba- te al Hombre de las Nieves-, en equilibrio entre el espa-
jo, flotaba hacia mí desde la zona más lejana donde no ha- . cio esquizofrénico más allá de lo Simbólico y alguna suer-
bía vida, un óvalo oscuro arrastrando sus miembros. Esta- te de retorno a la civilización. Quizá lo más clarividente de
ba.borroso, pero tenía ojos; estaban abiertos, era una cosa Resurgir sea su aceptación de que la civilización/ el gran
de la que yo sabía algo, una cosa muerta, estaba muerto.» Otro/el lenguaje, al final, no pueden verse superados por
Resurgirpuede situarse como parte de otra corriente de medio de la libido, la locura o el misticismo por sí solos;
finales de los sesenta y principios de los setenta: lo oceáni- sin embarg<?, a pesar de t<?do esto, Resurgir no recomienda
co pospsicodélico. El lago de Atwood, pringoso por la san- la aquiescencia en el principio de realidad. «Para nosotros,
gre y otros fluidos corporales, tiene algo en común con el la intersección de mundos es necesaria», conviene la narra-
Bitches Brew en el que Miles Davis se sumerge en 1969 y dora, pero ¿quién es ese «nosotros»? En un primer momen-·
del cual emerge, catatónico, ya pasado seis años; se acer- to solo parece incluir a la -narradora y al hombre con el que · .
ca a los lares de altamar de los sonidos de John Martyn en puede estar a punto de_r_econciliarse. Luego nos podemos
. SolidAir y One World: · · . ver tentados a entender ese ~<nosotros» como la humanidad
- .. ·-
__ ___ _en ·8eneral y la nov~la acab_a~ía__~ntonces c~~ ~~a r econci-
Verde pálido, luego oscuridad, capa tras capa, más profundo liación bastante pobre entre la civilización y la persona que
que antes, el fondo del mar; el agua parecía haberse espesado, . sentía malestar a causa de ella. Sin embargo, resulta más in-
en ella unos puntitos de luz destellaban y punzaban, rojos y azu- teresante considerar ese «nosotros» como algo que señala
les, amarillos y blancos, y vi que eran peces, los moradores de a aquellos, como la narrador~ que no acaban de encajar en
los abismos, aletas ·~urcadas de centellas fosforescentes, dientes el mundo. ¿Qué tipo de lenguaje, qué tipo de civilización
neón. Era maravill~so estar tan abajo [ ... ] . crearían aquellas personas que viven con ese malestar?

Sin embargo, aquellos espacios de identidad abstracta no


se abordan desde la perspectiva de un varón ora torturado, Bajo la piel sondea algunas de estas zonas, p ero despe 'un .
ora calmado que se ha cogido unas vacaciones de lo Sim- ángulo diferente. La película podría ser un estudio d€ caso
bólico, sino desde la de una persona que nunca estuvo in- de cómo producir lo espeluznante a partir de recürsós apa-
tegrada en lo Simbólico desde el principio. rentemente nada.prometedores. El material del que se par-·
Resurgir, como otra obra posterior de Atwood, Oryx y tió para la cinta, la novela de Michael Faber, es bastante efi-
·Cra/r.e, ~s una. .especi~ de reescritura· de El malestar. en la caz, pero no está impregnada de lo espeluznante. O; rirejor
cultura de Freud, un texto con el q~e toda la teorí~ radi- dicho, 1~ manera en la que el relato se desarrolla de manera

126 127
progresiva borra cualquier traza de lo espeluznante hasta lo que se incorpora son, en realidad, lagunas en el conoci-
que desaparece por completo. Al poco podemos reconocer- miento del espectador. La tendencia en la novela de Faber
la como una sátira literaria de ciencia ficción sobre el con- a eliminar la extrañeza de los extraterrestres, a establecer
sumo de carne y la industria cárnica; así, se exponen y se . una equivalencia entre ellos y nosotros -bajo la piel todos
· ridiculizan las incongruencias de la ética carnívora huma- somos iguales ( algo que se ve reforzado por el hecho de
na cuando los humanos se convierten en presa de comer- que Faber ~aga que los alienígenas se llamen «humanos»
ciantes alienígenas de carne. Es una fábula rematada con a sí mismos)-. En cambio, la película no solo hace hinca-
animales que hablan ( aunque huelga decir que el reverso pié én las diferencias entre los extraterrestres y el horno sa-
satírico y propio de la fábula es que, desde la perspectiva piens, sino que despoja a la cultura humana de su familia-
alienígena, los humanos son los «anim~les parlantes~> cuyas ridad corriente al mostrar lo que se ·da por sentado desde
lenguas han de quitarles cuando los tienen en cautividad). una perspectiva indeterminada, aunque exterior.
La película es harina de otro costal. Claro está que es una Según su modo de crear una sensación espeluznante,
. extrapolación de la primera parte de la novela -sola, en un la película ·parte con ·ventaja porque no tieÍÚ!.·q ue darle al
coche, conduciendo por las autopistas de Escocia, una jo- personaje·principal (interpreta<}.o por.Scarlett Johansson)
ven, o lo que parece ser una joven, espía a hombres...:.. En ningún tipo de vida interior. Esto implica qué no solo la
la novela, inás tarde descuhrimos que esa «joven» es Isser- naturaleza de su interior queda abierta; por tanto, la cues-
ley, una extraterrestre quirúrgicamente modificada a suel- üón es si tie~e ~lgo que se pueda considerar_«vida inte-
do .cte uña -empresa-iiiiérpfane-taria di productos c~ico; rior» o no. Solo vemos al personaje de Johansson desde
de lujo. Los hombres a los que persuade para que entren . afuera ( del mismo modo que, recíprocamente, su inescru-
en su coche y a los que seda han sido seleccionados por table comportamient<_> e insondables motivaciones, su falta
considerarlos un corte de primera: La película no nos p:r:o- de respuestas emocionales «normales», nos dan una _pers-
porcioná más información al respecto ( de hecho, no está pectiva externa del mundo social e]) el que se mueve como
nada claro que la película mantenga alguno de esos com- depredadora). Sus-frases son si~ples, funcionales ;_ quizá
promisos narrativos; nunca llegamos a saber si la protago- se ve limitada por sus competencias lingüfaticas y de acen-
nista se llama Isserl~y o si trabaja para una empresa cárni- to ( cuando empieza la película, la· ?Ímos -aprender a pro-
ca). Sin andarnos con rodeos, podríamos decir que lama.:. nun,ciar ·series de palabras). En cualquier caso, habla lo
nera más rápida de generar una sensación espeluznante es j.ustg y nece_sario para atraer a los hombres a su vehículo;
limitar la información de este modo. Pero, como he plan- éosa que -haciendo un mordaz coip.entario ·ª cierto ·tipo
teado antes, esto no implica que cualquier misterio sea es- de sexualidad masculina- no suele comportár mücha éhá- .
peluznante; ~ebe haber una sensación de alteridad, que, chara. Nunca le piden que cuente mucho de sí misma más
en este caso, Glazer se encarga de añadir al material origi- allá de lo fundamental y casi todo lo que· ella dice, en cual-
nal de Faber. Hay un rasgo curioso e,n este añadid~, ya que quier caso, es puro engaño. Nunca verbaliza sentimientos.

I28
Cuando se relaciona con otro alienígena, no hablan. ¿Tie- procesamiento de carne descrito en la novela, o bien po-
nen su propio lenguaje o el lenguaje es algo que adquieren dría indicar otro modo de transferencia energética (a du-
si~plemente para engañar a los humanos? ¿Tienen senti- ras penas imaginable).
mientos del mismo modo que creemos que nosotros los Esos fragmentos -tantas elipsis espeluznantes- hacen
tenemos? La película apenas nos cuenta algo sobre lo que de los alienígenas, si acaso es eso lo que son, tan extrate-
son esas criaturas o acerca de qué q~ieren, o, de hecho, si rrestres como otros cualesquiera que hayamos visto en el
lo que las motiva se podría concebir como «deseo» o no. cine. Pero las escenas en las que el personaje de Johans-
Los añadidos más relevantes de Glazer son las esce- son está en su furgoneta recogiendo a hombres de ca-
nas en las que se ve la captura de una presa humana. En la rreteras apartadas y bares abarrotados, o tanteando posi- ·
n<;>Vela, la captora se limita a drogar a los hombres en los bles víctimas en calles concurridas de Glasgow, generan
asientos del coche. En la película, se produce en una es- un efecto espeluznante opuesto. Aquí, lo que resulta ex-
pecie de zona intermedia. indeterminada, un espacio se~ traño es la cultura capitalista vista desde el ojo de una fo -
miabstracto en el que los hombre"s·, a ~edida que se ·acer- rastera. La planitud tonal del personaje de Johansson hace
can al personaje semidesnudo de Johansson, se ven absor- que mire desde afuera igual que la Íiarradora de Resurgir
J:>jdós lentamente por un cieno negro y viscoso:. ¿son est¡s lo hace desde su propio estado interior, entumecida, des-
ese.en.as -glacialmente oníricas, sombríamente psicodéli- gajada. Sin embargo, este aparente adormilamiento puede,
1
cas- la representación del estado mental intoxicado de l sin duda, ser una actitud afectiva completamente diferen-
a
los hombres medida -que se adentran e~ una espe~ie de te; o podría sugerir un.tipo de ·ser que no tie~e capac¡dad
semimuerte? ¿Q acaso es un interespacio real, y ese cieno 1 para sentir lo que nosotros entendemos por emociones. Al
negro es una muestra de la tecnología extraterrestre? ¿o 1 fin y al cabo, podría ser que estas criaturas tuviesen mucho
podrí~ ser, como un comentarista sugirió, la se~sación del · más en común con los insectos que con los seres humanos.
f I:Iay cierta afinidad entre la anodina Johansson y el es-
alienígena al tener sexo? La película no nos da respuestas .
y el resto de escenas no hacen más que acrecentar la opa- ...
ciclad de la pesadilla. Vemos algunos de los hombres apre-
sados ya completamente sumergidos en el cieno, apenas
conscientes, abotargados ( qujzá haciendo referencia al en-
gorde al que se somete a las presas humanas en la novela).
l
1
tilo naturalista con el que está filmada:gran parte de la pe-
lícula. Ella es la figura a través de la cual se enfoca la cinta
-el punto de identificación del público-, pero como hay
poco con lo que podamos identificarnos, su personaje es
una especie de análogo a la propia cámara. Eri particular
Cuando, patéticamente, tratan de álc;nzarse unos a otros, 1 ~n las escena_s improvisadas con los transeúntes y los fi-
uno de los cuerpos es succionado y 'regurgitado de maneFa . I· ·gurantes, se nos invita a experimentar cdmportamientos,
terrible. Se produce un corte y se pasa a un plano de algo interacciones y aspectos culturales propios de los huma-
que parece un reguero de sangre, como si se hubiera licua- nos sin las asociaciones qµe sok~os .~stablecer con ellos
.do el cuerpo. Bien podría ser la im~gen semiabstr~cta del . y sin las formas de mediación que suelen interceder en el
cine comercial. Como las escenas están desprovistas de aprecio. Ahora queda claro que la escena del espejo redo-
gran parte de su aspecto corriente, su relato y su mobilia- bla la autobjetivización «normal» que tiene lugar cuando
rio emocional habituales, el naturalismo se vuelve desna- nos miramos al espejo: la extraterrestre no se está mirando
tur~lizante cuando la cámara simula la mirada de una an- .a sí misma, sino el cuerpo humano que lleva puesto.
tropóloga alienígena. Sin embargo, esta disyunción .e ntre el sujeto alienígena
A medida que la película avanza, el personaje de Jo- y el objeto-cuerpo humano lo que realmente hace es poner
hansson pasa de ser una depredadora a una criatura cada de relieve las estructuras fantasmáticas que residen bajo la
vez más vulnerable. No por casualidad coincide con el mo- subjetividad humana «normal». La imagen culminante de
mento en que ella se sumerge más en la cultura humana, esta figura apenas sin rasgos que desecha su forma huma-
cuando se involucra en algo que podría ser un intento de na se corresponde con cierta fantasía recurrente de la re-
entender el afecto y las. relaciones humanas. Hay una per- lación del sujeto con el cuerpo. Esta fantasía fue codifica-
turbadora escena de .sexo en la que ella se somete de ma- da por Descartes en la doctrina filosófica conocida como el
. nera pasiva y aparentemente sin entender nada a su com- .dualismo cartesiano (la creencia de que el alma y el cuer-
pañero Yarón, y.luego se examina con una linterna como si po son dos cosas de categorías totalmente diferentes). No
.la hubieran herido de gravedad. El sexo humano se con- obstante, según Lacan, el error de Descartes no fue un sim-
vierte en algo extraño, el obj eto de atención de una alie- 1
ple error filosófico, pues hay ·uri cierto tipo dé dualismo
nígena aterrada. Los rasgos perturbadores de esta escena
¡ inscrito en la estructura del lenguaje, en particular, en el
se ven retrospectivamente reforzados cuando, en otró as- 1 leriguajé del sujeto. El Yo que habla y el _Yo q~e escucha son
.pecto que difiere de la novela, vemos que el cuerpo huma- l . estructuralmente diferentes. El Yo que habla no tiene pre-
noide de la extraterrestre es una especie de prótesis. Lo ¡ dicados positivos, es como la posición del habla como tal,
descubrimos solament~ en la culminante escena en la que .1 mientras que los atributos definitorios ( altura, edad, peso,
un viandante trata de violarla~ Cuando el· hombre la ata-
ca, parte d~l cu.erpo. prostético se retira y deja un agujero :¡ etcétera) solo pueden atribuirse al Yo· que escucha. La efigie
sin rasgos en aquella escena final de Bajo la piel es como
en su espalda, éo.mo un desgarrón en un vestido. Enton- una materialización de este sujeto-alma,.ese Yo· que habla:
ces, la extraterrestre ·desecha la prótesis humana y emerge al carecer de predicados físicos positivos,.mora, en cierto
una nueva figura -una forma humanoide, negra, suave, a 1 modo, «dentro» del cuerpo, pero, a fin de cuentas, puede
la que le faltan muchos rasgos- del interior de la chatarra. ·separarse de su alojamiento corporal. La contribución fi-
Vemos entonce~ el cuerpo de la alienígena expuesto, estu- nal de la película, por tanto, es recordarnos la sensación
diando .e l rostro· de Bcárlett °Johansson como si fuera una de lo espeluznante que es intrínseca a nuestras inestables
máscara ele láte~, una referencia a una escena anterior en la concepciones de sujeto y objeto, cuerpo y alma.
que Johansson examina su cuerpo d.e snudo ante-un esp~jo Lo espeluznante de la relación entre cuerpo y alma fue
de un modo extrañamente desinter:sado, pero con· cierto el tema de la..adaptación de Andy de Emmony para la BBC

133
de «Silba y acudiré» (20Io), de M.R. James, que ya men- .
cionamos en el capítulo anterior. En esta versión tan ra-
dicalmente diferente, Parkin está atormentado por la de- 6
mencia que ha reducido a su mujer a un caparazón cata- HUELLAS ALIENÍGENAS: STANLEY
tónico: <<Un cuerpo que ha sobrevivido a la personalidad: KUBRICK, ANDRÉI TARKOVSKI,
más terrorífico que cualquier fantasma o espíritu maligno.;>
CHRISTOPHER NOLAN
«No hay nada en nuestro interior», declara Parkin mordaz-
mente en esta versión, «no hay espíritu en estas máquinas.
El ser humano es materia y la materia se pudre.» Si bien la Bajo la piel nos presenta una versión de un encuentro es-
propia afirmación de Parkin establece que hay espíritu en peluznant~ con lo alienjgena: el alienígena que está en-
la máquina, que ciert() tipo de espectralidad es intrínseca tre nosotros. (El hombre que vino de las estrellas, 1976, de
al sujeto hablante. Al fin y al c;ibo, ¿quién puede decir que Nic Roeg, es otra aproximación a este tipo de encuentro y
no tiene nada dentro, quíén puede decir que los humanos el Newton que encarnó David Bowie es un ancestro cine- ·
son materia en descomposición? Quizá no un sujeto sus- matográfico del estilo de la extraterrestre de J ohansson; .
tancial, pero sí el sujeto que habla, el sujeto, es decir, com- aunque el nostálgico exilio de Newton supura un pathos
puesto del~ que está muerto y vivo, del material acorporal romántico ausente en Bajo. la piel, una obra más opaca y
del lenguaje. En el acto mismo de anunciar su nulidad, el extraterrestremeilte ilegibl~.) Y_a h_~ ~en~ionado otra ver-
sujeto no solo cae en una contradicción performativa, sino - - · · - .si6~ de "í~ espelu~nante-alienígena al hablar del final de la
que señala el dualismo no erradicable que surge de la pro- saga de Quatermass. En esta versión no hay una confronta-
pia subjetividad. La condición de materialistas como Par- ción directa con el extraterrestre: su forma física, así como
kin ( nuestra condición, dicho de otro modo) es la de saber sus rasgos ontológicos y me~afisicos, nunca llegan a reve-
que toda subje~vidad puede reducirse a la materia, que larse y el alienígena solo es perceptible a partir de los efec-
no hay subjetiv~dad que pueda sobrevivir a la muerte del tos que causa, sus huellas. Ahora procede que analicemos
cuerpo, pero que, sin embargo, sea incapaz de experimen- el encuentro con lo extraterrestre en sí.
tarse a sí misma_ como simple materia. En cuanto se recono- U na reflexión acerca del espacio exterior genera ense-
ce el cuerpo como sustrato-precondición para la experien- 1· . guida una sensación espeluznante que fomentan nuestras -
cia, entonces, uno se ve ·obligado de manera inmediata a preguntas sobre qué pone en marcha ciertas acciones, y
aceptar ese dualismo fenomenológico, justo porque la ex- que se nos_despiertan al contemplarlas. ¿Hay algo allá afue-
periencia y su sustrato pueden separarse. Son espíritus en ra? Y, si hay agentes, ¿cuál es su naturaleza? Considerando
la máquina; somos ellos y ellos son nosotros. esto, es sorprendente que lo espeluznante sea, para.nues-
tra decepción, uno de_los grandes ausentes de la mayoría
de obras de ciencia ficción.

134 135
2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, es el le resulte familiar, lo que motiva la construcción de esta
ejemplo más célebre de una ciencia ficción que se rebela morada, o aquellas inescrutables inteligencias calcularon
contra esa tendencia, al resistirse a la presión positivista de que ese espacio sería un lugar mejor donde observarlo de
desenmascarar a los alienígenas. El enigma del motor de la manera experimental?
acción alienígena lo plantea el tótem de la película, el mo- (Las escenas en las que aparece el ordenador con senti-
nolito, qÚe es el paradigma de objeto espeluznante. (A lo mientos, Hal, que está al cargo de los sistemas de la nave
largo de la película, la sensación de lo espeluznante se ve espacial Discovery One, plantea cuestiones sobre el motor
reforzada por la asociación del monolito con la música de de·la acción. a menor escala. Hal no tiene cuerpo; si bien
Ligeti, con esa sensación de reverencia y alteridad que le tiene un órgano -un sensor lumínico rojo- y una voz ar-
es propia.) Las cualidades «no naturales» del monolito -su tificialmente calmada. Sin duda, tiene capacidad de acción
rectiliniaridad, su plaQ.itud, su brillo o.paco- nos hacen in- y la naturaleza y alcance de esta -lo que conduce a Hal a
ferir que debe de haberlo creado alguná especie de inte- rebelarse contra la tripulación del Discovery- se convier-
ligencia superior. Aquí, la lógica parece una versión secu- ten en el mayor misterio de esta parte de la película. En las
lar del supuesto argumento del diseño, que sostenía que la escenas en las que vemos a.Bowman. desmantelar sin re-
funcionalidad, practicidad y sistematicidad de ~~chos as- mordimientos y poco a poco a·Hal, y oímos cámo se va de-
pectos· dél mundo natural ·nos llevan a plantearnos l~_idea teriorando mentalmente, nos enfrentamos con la espeluz-
de un diseñador superior. Hay pocas huellas de lo teoló- nante disyuntiva entre la conciencia y el soporte material
gico-en· el tratamienfu.de Kubriék de estcis temis, ni tam- que la hace posible) . . .
poco intención de caracterizar de manera positiva la en-
tidad que puede haber creado el monolito. No se revelan
ni la naturaleza de la inteligen.cia· que ha intervenido en la Otra de las grandes· contribuciones de Kubrick al cine de
historia humana ni el m¿tivo de esa intervención. La pelí- lo espeluznante es otra intervención «metagenéríca», El
cula nos deja con algunos recursos mínimos en función de resplandor. Aquí, estamos en el g~_néro de terror o en una
los cuales pode.mos esp·ecular. Además de los monolitos, historia de fantasmas, por lo qué los· seres ocultos ·son es-
tenemos la habitación de hotel simulada - tan desespe- pectros en vez de extraterrestres ( aunque es perfectamen-
rante de lo banal que es- en la que, al final de la película, te posible.que sean alguna especie ·de inteligencia alieníge-
el astronauta David Bowman se prepara para su ambigua . na). En el paso de la ciencia ficción .al terror también hay
transformación en el supuesto Niño Estelar. La habita- · un cambio implícito en la idea de qu~ las fuerzas_ espeluz-
ción de hotel puede sugerir que la inteligéncia quiere que nantes pTesentes en la película S.on benignas -o al menos
Bowman se sienta como en casa, aunque incluso en este ne1,1trales, como puede que col}cluyamos de 2001-, a la hi-
supuesto sus motivacione$ permanecen ocultas: lse trata pótesis de que las fuerzas reinantes so"n malignas. La ma-
del cuidado de su criatura humana, tan lejos de álgo que lignidad y la benignidad son, sin duda, relativas a los inte-

I37
reses de entidades particulares, como nos recuerda la pa- LLOYD: Está invitado, señor Torrance.
rábola de las águilas y los corderos de Nietzsche. Para los JACK: llnvitado?
corderos -nos dice Nietzsche- las águilas son el mal; es- LLOYD: Su dinero no vale aquí. Órdenes de la casa.
tos animales se imaginan que las aves de presa los odian. JACK: lÓrdenes de la casa?
En verdad, la cuestión no es que las águilas odien a los cor- LLOYD: Beba usted, señor Torrance.

deros -en verdad, su actitud hacia ellos es más cercana al JACK: Soy de esa clase tipos que quieren saber quién les invita a

afecto, incluso al amor, pues, al fin y al cabo, los corderos beber, Lloyd.
LLOYD: No es un asunto que le concierna, señor Torrance, al me--
· son inuy sabrosos-. Lo que Nietzsche plantea de un modo
nos de momento.
cómico, en El resplandor se pone de manifiesto como un
enigma espeluznante que permanece irresoluto tanto en la
película como en la novela, ¿Quién o qué es la «casa»? ¿y qué es lo que quiere? Jack
El hotel Overlook de Ei resplandor es una gigantesca no hace más preguntas, y la película -al igual que la no-
versión de la habitación·de The Stone Tape: una especie de . vela- no ofrece respuestas concluyentes. En el libro, los
sistema de grabac:ión en el que la violencia, las atrocidades entes alborotadores del Overlook que no dejan de repe-
y. desgracias que han tenido lugar en el edificio han que- tir la orden de «ia desenmascararse!» (referencia a una de
dado grabadas y se reproducen por medio de los apara- las mayores intertextualidades de la novela, La· mascarada
tos físicos sensibles de aquellos -como Jake Torrance y su de la muerte roja de Poe). Pero los entes que han tomado
hijo Dañny- que tienen la capacidad de «resplandecer» te- el control del hotel no se muesfranctel todo, ñi ºen 1a no-
lepáticamente. Jack está cada vez más alejado del presen- vela, ni en la película. La cuestión no·es tanto que no des-
te, que comparte con su esposa Wendy y con Danny, en un cubran sus rostros como que no parecen tener rostros que
tiempo aeónico en el que_ se funden y se comprimen diver- revelar. La imagen de la novela que parece definir IJ?.ejor
sos momentos_históricos. (Esta }emporalidad de simulta- su forma esencial es la del rebosante enjambre del nido de
, · neidad esquizofrenica puede que sea algo similar al tiem- t una avispa. Como Roger Luckhurst apuntaba en su libro
po en el que ·se encuentra Toni en Red Shijt de Garner.) sobre El resplandor, la imagen del niCÍ.Q de avispa no apa-
Pero la idea es que lás apariciones que seducen y amena-
zan a Jack son criaturas similares a él, desventurados indi-
'.
·1
rece en la película, pero quizá se traduzca_ en forma de so-
nido por medio de la inclusión del zumbido micropolifó-
viduos que han sido atraídos por la fatídica influencia del · .nico de Lontano, de Ligeti.
hotel Overlook. L_o que permanece oculto ~s la naturaleza Pero ¿qué quieren esas criaturas? La única conclusión a
de las fuerza~ qúe realmente controlan el hotel. J ack lo ex- la que podemos llegar es que son seres que deben de ali-
perimenta en sus _propias carnes en una escena con el ca- mentarse de la desgracia humana. Esto podría hacer que
. marero espectral, Lloyd: .. pareciesen «malvadas» desde cierto punto de vista;_ aunque
no dejaría de..se:r la perspectiva de los corderos de Nietzs-

I39
che. Al fin y al cabo, la mayoría de los seres humanos no plio abanico de especulaciones e hipótesis acerca del pla-
está precisamente en posición de juzgar de qué se alimen- neta. En vez de eso, se centra en el impacto que tiene el
tan otros seres. planeta sobre el psicólogo K.ris Kelvin. Cuando Kelvin lle-
Otra dimensión espeluznante de El resplandor viene ga a la estación espacial que orbita alrededor de Solaris, se
marcada por los fatídicos poderes del hotel Overlook. Le encuentra con que su amigo el doctor Gibarían está muer-
dicen a J ack que «siempre ha sido el vigilante» del hotel. to y los dos científicos que hay a bordo se muestran esqui-
En un sentido, esto apunta al tiempo «aeónico» del hotel vos, y pasan la mayor parte del tiempo escondidos en sus
un tiempo que sobrepasa la linealidad temporal del reloj y cuartos. Al poco comprende por qué llevan una vida tan
en el que el propio Jack se ve arrastrado cada vez con más apartada, cuando aparece un simulacro de su esposa, Hari,
fuerza. Sin embargo, también podría referirse a las cade- que fallecí<'.> hace unos ajios, en un estado de gran confu-
nas de influencias y caqsalidad que lo llevaron a aceptar sión, sin recordar nada, sin saber dónde está. Los científi-
·el puesto de vigilante en el Overlook: el maltrato sufrido a cos llaman «visitantes>> a esas apariciones y cada uno tie-
manos de su padre, su fracaso como escritor, su alcoholis- ne el suyo; son una especie de mensajes que envía Solaris ·
mo, sus golpes a' Danny al estar borracho ... ¿A cuánto se cuya motivación y propósito se desconoce. Con pánico y' ·
remonta la influencia del hotel? a
repulsión, Kelvin mete. «Hari» a la fuerza en una cápsula
espacial que envía al cosmos. Sin embargo, Hari o, mejor
~~cho,_o_tra ve_rs_i{>~ de Hari regresa. En unél_ele la~ escenas
. Dos grandes película·s de Tarkovskí' de los años setenta más perturbadoras de la película, vemos que el vestido de
-Solaris (I972) y Stalker (I979)- son reflexiones amplia- «Hari» no tiene cremallera. ¿Por qué no? Porque el planeta
das sobre el tema de lo espeluznante-extraterrestre. En am-
i
ha construido a «Hari» partiendo de los recuerdos de Kel-
bos casos, la versión de Tarkovski fue a la contra del mate- 1 vin y. el ·recuerdo de aquel ve~tido (brumoso e incompleto
i
rial original que empleó para la adaptación: Solaris, de Sta- 1 como suelen ser los recuerdos) no incluía una cremallera.
nislaw Lem (I96I) y Stalker: Pícnicextraterrestre(I9?I), de
los hermanos Strugatski, Arkadi y Boris. Lo que Tarkovs-
ki elimina de las n9velas son sus elementos satíricos, iróni-
·l. ¿Qué quiere Solaris? ¿Quiere algo ó sus mensajes son
más bien emisiones automáticas de algún tipo? ¿Qué pro-
pósito tienen los visitantes que envía? Casi podríamos ver
cos y absurdos en aras de su interés habitual por cuestio-
nes como la fe y la redención ..En todo caso, lo que sí con-
í el planeta como una combinación del inconsciente .exter- -
nalizado y el psicoanalista, que sigue mandando a los cien-
serva es la preocupación central por los encuentros con lo tíficos material traumático no procesado con el que ·d eben
desconocido. lidiar. O, por el contrario, ¿será acaso que elºplaneta ofrece
Solaris trata de un planeta oceánico supuestamente sen- lo que «piensa» que son los deseos de los humanos, en un
sible. Ta:rkovs~ resta importancia a la ciencia «solarística» grotesco «malentendi~o» de la naturaleza del duelo,·casi
-algo que ocupa una gran parte la novela:-ae·Lem-: el am- coino si fuera un niño dotado de grandes poderes? La pe-
1
lícula activa el espeluznante callejón sin salida.que apare- también tiene sus propios peligros. Nos enteramos de que
ce cuando se enfrentan diferentes modos de inteligencia., otro stalker, Porcupine, fue a la Habitación tras haber con-
cognición y comunicación que no concuerdan; o, se podría ducido a su hermano a la muerte; sin embargo, en lugar de
1
decir' más acertadamente, cuando no logran confrontarse. devolverle a su hermano, la Habitación le dio dinero. Con
La alteridad sublime del océano de Solaris es una de las la oferta de conceder sus deseos más profundos, la Habi-
grandes imágenes de lo desconocido del cine. tación ofre~e un juicio de valor sobre la persona.
En Stalker, Tarkovski coloca la huella alienígena en la
· Zona., un espacio en el que las leyes físicas no parecen apli-
1( En Stalker cabe destacar lo bien que se consigue gene-
rar ün espacio espeluznante sin recurrir a efectos especia-
1
carse igual que en el mundo exterior. El motivo típico de les. Tarkovski empleó una localización extraordinariamen-
los cuentos de hadas -la concesión d~ deseos- qu~ ve- te evocadora en Estonia: un espacio· dejado de la mano de
mos de manera implícita en Solaris se convierte en el tema dios donde el follaje que rebrota se apodera de lo.s residuos
central de Stalker, que sé centra en la idea de que hay una humanos (fábricas abandonadas, trampas para tanques,
· <<Habitación» en algún lugar de la Zona que puede hacer fortines); do"ri.de se irivocan'túneles subterr.ineos y almace-
realidad los deseos más profundos de aquellos que entran nes en ruinas en una orografía (?Ilírica; un terreno anómalo
en ella. El stalkeres una especie de experto autodid,ú:;ta ·e n lleno de trampas que-parecen más bien metafísicas y exis-
.la Zona que· guía a aquellos que quieren explorar este. ~s- tenciales que amenazas físicas directas. No hay nada uni-
pacio traicionero y maravilloso. En la novela· original d~ ¡
-1-
fon11e: el tiempo y el e_spa_cio p!_.Ieden curvarse y doblarse
los Stnigatski, los si~tiers forniabaíi-párte de una red cri- ! de maneras impredecibles. El espectador acaba por apre-
minal que se dedicaba a extraer artefactos de la Zona. En hender los rasgos del-terreno no tanto por lo que ve, sino
la película de Tarkovski, el stalker sigue siendo un renega- por lo que intuye gra~ias a la pericia del stalker. Cauteloso,
do -algunas de las primeras escenas lo muestran pasando í
siempre alerta ante posibles peligros, valiéndose de sus co-
con sus cargamentos a través de verjas, puntos militares de ¡
.J
nocimientos previos sobre el terreno pero consciente-de la
control y bases armamentísticas-, pero sus motivaciones i mutabilidad de la Zona., que suele_ v.olv~r obsoleta la_ expe-
son de carácter ~ás. espiritual que materialista. El stalker, 1 riencia previa., el stalker evoca un espacio repleto de ame-
respetuoso con el mi~terio de la Zona., sensible a sus pe- nazas e invisibles promesas. Humil4e anté lo desconocido,
ligros y su volatilidad, quiere que los demás se transfor-· · 1 si bjen ·entr.egado a la exploración de lo exterior, el stalker
men al entrar en contacto con sus maravillas. Sin embar- ofrece una <:ierta ética de lo espeluznante.
go, los dos personajes de nombre genérico que lo acompa- · · Para Tarkovski, la Zona puede ~onsidera_rse un· e·spa-
ñan en este viaje -«Escritor» y «Científico»_: demuestran 1 cio donde se pone a prueba la .fe .. Evita la idea que sugie-
ser demasiado cínicos y poco fiables como para explorar re el título de los Strugatski de que -la Zona podría ser
la Zo.na con ese espíritu; amarga decepción para el stalke-r. ull'niero accidente: En lugar de set ü_na señal maravillo-
No solo es peligroso llegar alá Hab~tación,.sino que esta sa de alguna especie de providencia, los Strugatski d~jan

I_4~ I43

1
entrever que la Zona y todas sus propiedades «mágicas» Por tanto, la intervención providencial se revela como
podrían no ser más que la basura abandonada de mane- bucle temporal por medio del cual los humanos del futuro
ra inintencionada por un equivalente alienígena a un píc- pueden actuar sobre el pasado para generar las condicio-
nic en la cuneta. Aquí fo espeluznante se convierte en una nes que permitan su propia supervivencia. Dentro de este
· broma absurda. bucle temporal se encuentran también otras anomalías -la
más reseñable, la anomalía por la que Cooper, el astronau-
ta que lidera la misión espacial definitiva, «persigue» a su
La cuestión de la providencia es un aspecto central de ln- hija, Murph-. En el teseracto de cinco dimensiones, Coo-
terstellar (20I4), de Christopher Nolan, una película que per trata de contactar de manera desesperada con Murph
permite regresar al terreno donde se habían apostado Ku- en un intento ·de conseguir que su yo del pasado se quede
brick y Tarkovski, perQ en el panorama cinematográfico en casa en lugar de emprender la misión que le hará per-
del siglo XXI, qu~, hasta entonces, no había dejado mucho derse la mayor parte de la vida de su hija. Hay algo extra-
espacio a lo espeluznante. La película depende de la inter- ñamente frágil en esta anomalía tei:p.poral. Si Cooper con-
vención providencial de un grupo de ~eres aparentemen- siguiera persuadir a su yo del pasado para que se quedase
te benefactores -a los que se refieren como «Ellos»- que en casa, la misión no habría despegado ( o, en todo caso,
parecen ayudar a la humanidad en su huida de un plane- él no la habría encabezado); pero el hecho de que esté en
. ta moribundo. Al principio, «Ellos» generan un agujero de el teseracto y pueda comunicarse con Murph en el pasa-
gusano que posibilita 1os viajes a otra galaxia. Hacia el fi- do implica que tiene que haber fracasado, pues ha acaba-
nal de la película, nos enteramos de que esos «Ellos» no do por encabezar la misión.
son propiamente extraterrestres, sino humanos del futuro La misión que Cooper lidera es un intento de huir de
que han evolucionado y pueden acceder a una «quinta di- una Tierra que se ha marchitado por completo: los culti-
mensión.>> que les permite salirse de la cuarta dimensión, el v~s no crecen·, la población disminuye a gran velocidad;
!
tiempo. Sin embargo, la alteridad de «Ellos» no se ve com- J dentro de poco, la tierra dejará de ser habitable para los
prometida por la revelación de que son humanos del futu- s~res humanos. Han reclutado a Cooper para trabajar en
ro, pues no se muestra la naturaleza de tales humanos. Por una NASA que se ha convertido en una organizació_n encu-
fuerza, han de ser diferentes a ~osotros, el porvenir discu- bierta que opera de manera clandestina. El jef~ de la NASA,
rre en un planeta extraterre&tre .. Todo lo que descubrimos John Brand, parece haber diseñado dos planes para salvar
de esta especie futura es solamente a través de sus huellas: a fa población _humana: el plan A consis_te en lanzar una
la construcción de un agujero de gusano y el misterioso .. · centrífuga al espacio para formar una estación espacial; el
c~teseracto» de cinco dimension~s en el que se despliega el plan B consiste en poblar uno de los tres planetas pote~-
tiempo como si fuera espacio y donde Cooper .entra en el cialm~nte habitable·s a los que se.puede llegar por med10
clfmax de la película. · del_agujero de gusano que hay cerca de Saturno. Esos tres

I44 I45.
planetas fueron descubiertos durante una misión que tuvo Las desesperadas escenas que tienen lugar en el plane-
lugar una década atrás. En realidad, se enviaron doce na- ta -cuando la tripulación se da cuenta de que el planeta
ves, pero solo tres, las que pilotaban los astronautas Miller, es una especie de océano yermo, incapaz de albergar vida;
Mann y Edmunds, enviaron una señal que indicara que ha- cuando confunden un tsunami con montañas; su lucha
bían llegado a un planeta viable. para evitar acabar aplastados bajo la monstruosa ola- co-
La película gira en torno al contraste entre una visión bran más fuerza al ser ellos conscientes de que, a causa del
de un universo indiferente y uno cincelado por una suer- efecto distorsionador de un agujero negro cercano, cada
te de providencia material (material en el sentido de que hora que pasan en el planeta equivale a siete años de tiem-
implica un tipo de agente humano-tecnológico y no so- po terrícola. Sabemos que esto resulta especialmente do-
brenatural). Algunas de las escenas más poderosas de la loroso para Cooper, que quiere volver con sus hijos. Cuan:-
película -las del «planeta de Miller»- nos muestran el do Cooper vuelve a la nave, se entera de que ha habido un.
sublime erial de una naturaleza indiferente. Este plane- error de cálculo: en realidad han pasado veintitrés años en
. ta oceánico, cuya superficie está completamente cubierta el planeta de Miller. En una desgarradora escena, Cooper
. de agua, ~s, en cierto modo, el hermano insensible de So- ve pasar la vida de sus hijos en unos pocos minutos, los ob-
·laris. Mientras que Solaris suscita especulaciones irreso- serva convertirse en adultos al ver los mensajes que le han
lubles -lqu é propósitos y deseos alberga el planeta?-, el ido enviado a la nave a lo lárgo de dos décadas.
pJalleta <:le Miller presenta el_dete1~minismo mudº de un .. El amor - sol?re to1o el amor p~ternofilial-:-: es uno de los
mundo desprovisto de voluntad. Los tsunamis y la quie- temas más importantes de la película. El amor entre Cooper
-tud de los infinitos océanos del planeta son acciones sin y su hija, Murph, es lo que acaba permitiendo que el plan A
. meta alguna, el producto de causas sin una motivación de- de Brand tenga éxito; pues la conexión entre ambos es lo
trás. La ausencia misma de un agente intencional gene- que permite a Cooper, cuando está en el teseracto, enviar
ra una sensa.ciqn espeluznant~ (¿cómo puede ser que no a Murphy los datos que necesita para resolver la ecuación
haya nada?). . .El tirmino «indiferente» puede no ser ade- de la que depende todo el plan. A~nque el amor es el hilo
cuado a fin de cuent;is, pues s~giere una capacidad inten- afectivo central de la película, se ve frustrado de manera
cional que no_ se está empleando. La naturaleza muda, po- trágica. Padre e hija solo consiguen reupirse en el lecho de
dría decirse, ni tan siquiera es indiferente: carece hasta de muerte de Murph. A causa de los efectos de la relatividad,
la capacidad de ser indiferente. Incluso en ese caso, sería Cooper tiene prácticamente el mismo aspecto que cuando
como una capp.cidad d~ actu.ación de nivel cero, si la defi- se marchó de la Tierra; Murph, en cambio, es ya una ancia-
nimos, simplemente, como la capacidad de ·hacer que algo na, sus días están llegando a su fin y Cooper se ha perdido
suceda. El planet~ de Miller está lleno de causas y efec- la mayor parte de su vida.
tos, pero lo qti~ no posee es un diseño, una inleligencia ·1
Durante una escena a bordo del Endurance, en un pa-
con voluntad. saje ante:rio¡:··de la película, Amelia Brand, la hija de John,

147
. hace un alegato en favor del amor como fuerza de una «di- Aquí es muy fácil caer en la tentación de tachar todo esto
mensión superior»: de sentimentalismo cursi. No obstante, parte de la fuerza
de lnterstellar surge de su disposición a correr el riesgo de
parecer ingenua, así como excesiva en términos emocio-
COOPER: Eres científica, Brand. nales y conceptuales. En realidad, lo que consigue la pelí-
BRAND: Entonces hazme caso cuando te digo que el amor no es cula es abrir la posibilidad al amor espeluznante. El amor _
algo que hayamos inventado, es observable, poderoso, tiene pasa de estar en el bando de lo aparentemente (muy) co-
que significar algo.
nocido a estar en el bando de lo desconocido. Segú-n dice
COOPER: El amor tiene significado, sí, tiene una utilidad, una
Brand, el amor es desconocido, pero se puede investigar y
función social, la educación de los hijos ...
BRAND: Amamos a personas que han muerto, lqué utilidad so-
cuantifica1:: se conviertt: en un agente de lo espeluznante.
cial tiene eso?
COOPER: Ninguna . .
BRAND: A lo mejor significa algo más, algo que aún no alcanza-
. mos a comprender. A lo mejor se trata .de una prueba, de un
artefacto, de una dimensión superior que no percibimos cons-
cientemente. Estoy cruzando el universo atraída por alguien a ·
quien no he visto en una década y quien, probablemente, esté
muerto. El amor es lo único que somos capaces de percibir que ·-
trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio.

El discurso de Amelia Brand sobre el amor está lejos de


ser desinteresado. L? pronuncia cuando la tripulación está
a punto de decidir s~ viajar al planeta de Mann o al de Ed-
: munds. Brand quiere ir al planeta de Edmunds, pero su
. elección está influep.ciada por el hecho de que Edmunds y
ella estaban juntos. De ahí la razón para creer que el amor
es una fuerza misteriosa, cori sus propios poderes y capa-
cidades que permanecen ocultos. Sin embargo, resulta que
al final Brand está en lo-cierto, al menos por lo que al pla-
neta de Edmunds se refiere. Es el único entorno viable: se-
. !.
-gú.n se h.t visto, el planeta de Miller es un océano desQla-
do y el de Mann-un erial helado.

I48 I 49
plantea un espacio exterior que, sin duda, suscita un mie-
7 do reverencial y la sensación de peligro, pero que también
« ... LO
ESPELUZNANTE implica un paso más allá de las vanas represiones y los sim-
PERMANECE»: JOAN LINDSAY ples confines de la experiencia común para adentrarse en
un ambiente caracterizado por una fuerte lucidez onírica.
Pícnic en Hanging Rock muestra que, a veces, una desa-
Observaban cómo se desvanecían las paredes del parición puede ser más inquietante que-una aparición. Po-
gimnasio para dar paso a una exquisita transparencia. dríamos decir que en Pícnic en Hanging Rock no sucede
El techo se abría como una flor y dejaba ver el cielo nada. No sucede nada, pero no en el sentido de que no se
que brillaba por encima de Hanging Rock. La sombra
producen acontecimientos aunque· la novela trate de un
de la Roca se extendía, luminosa c~mo el agua, pór la
enigma sin resolver. No: no sucede nada en el sentido de
deslumbrante llanura, y todas ellas volvían a estar de
que la ausencia irrumpe en la realidad empírica. La nove-
nuevo en el pícnic sentadas en la seca y cálida hierba,
a la sombra de los árboles del caucho . : . la versa ·sobre el hüeco que se abre y las·perturbaciones
que prodqce.
JOAN LIND~A.Y, · La desaparición c~tral de la novela se produce durante
Pícnic en Hanging Rock 7_ .. un pícnic un Día de San Valentín en Hanging Rock, Victo-
ria, Australia. Hanging Rock acoge entre sus brazos la no-
Las ultimas palabras han de ser para la novela de I967 d~ vela como un paisaje espinal .propio de las decalcomanías
Joan Lindsay, PícnicenHanging Rock. No solo porque esta de Óscar Domínguez o Max Ernst; es una reliquia geoló-
obra sea prácticamente un ejemplo de manual de novela gica de tiempos pretéritos, de una época anterior a la lle-
espeluznante -hay desapariciones, amnesia, una anoma- gada de los seres humanos, milenios anteriqr. Solo puede
lía geológica y uri terreno intensamente evocador- , sino · verse por partes, su espacio labe~Íntico es tan traicfonero
también porque la manera de Lindsay de plasmar lo es- como el de otro lügar de pícnic, la_Zona de Tarkovski. Ha-
peluznante tiene Ull$1.cara pósitiva, un encanto lánguido y de
cia el final, parece que ciertas partes la Roca -e·spacios
. delirante que está aus~nte, o se elimina, en muchos otros tanto psíquicos como físicos-pueden transitarse solamen-
textos espeluznantes. Lindsay es el caso opuesto a M.R. Ja- te .al alcanzar un estado delirante: Esa clase· de sosegado
mes. Mientras que James, como ya hemos visto, retrata lo . delirio es el estado de ánimo que impregna la fidedigna
exterior como algo peligroso y letal, Pícnic enHanging Rock . adaptación cinematográfica de I97s 1e Peter We~r,. donde
se retiene el tiempo (y el rel~to) con un sus·pense doloro- .
7
La tradu~ción de todos los fragmentos de la novela reproducidos so y donde domina un fatalismo onírico.
en el lib,ro esla de la ed. castellana: PicnicenHanging Roch (2orn), trad.· '. · El pícnic tiene lugar en una excursión de un día que se
Pilar Adón. Madrid: Impedimenta. (N. de la T.) ha organizado para las estudiantes del colegio Appleyard,
un internado privado para chicas. El colegio, en un intento Es como si Marion ya no formara parte de ese mundo de
por simular una pequeña parte de la Inglaterra victoriana abajo, como si ya hubiese franqueado un umbral. Cuan-
en condiciones que apenas podrían ser más diferentes de do las cuatro ven un monolito, «un único bloque de pie-
Gran Bretaña, ocupa ilegítimamente el paisaje que lo rodea dra lleno de agujeros; algo así como el huevo de un mons-
como una especie de nonsequitural estilo de Magritte. Gra- truo que colgara sobre la escarpada pendiente que caía en
cias al contraste entre la Roca y la elega~te y opresiva ele- picado hacia la explanada», los ánimos cambian de mane-
gancia de los uniformes y rituales del colegio, nos damos ra drástica. A las cuatro les sobreviene un enorme cansan-
· cuenta del inherente surrealism6 del proyecto colonial: cio y se quedan profundamente dormidas. Ahora la his-
toria se centra en el punto de vista de Edith. Se despierta
Aisla~as de cualquier tipo de contacto natural con la tierra, el aire con un ataque de pánico pidiendo volver a casa. Pero las
y la luz del sol a causa de los corsés que les oprimían el plexo so- demás parecen haber entrado en una especie de estado ( o
lar, de las voluminosas enaguas, las medias de. algodón y Ías bo- trance) alterado :
tas de cabritilla, las chicas, somnolientas y biei1 alimentadas, hol-
gazaneaban a la sombra sin llegar a integr~se en el paisaje más.
iMiranda! -seguía exclamando Edith-. iMe encuentro fatal! lPor
de lo que lo habrían hecho de ser figuras recortadas i .dispues-
qué no nos vamos a casa? Miranda la miraba de una forma muy
tas en un álbum 9e fotos, posando de ma~era arbitraria sobre un
extraña, casi como si no la estuviera viendo. Y cuando Edith re-
· fondo füi rocas de corcho y árboles de cartón.
pitió la pregunta en voz más alta, lo único que hizo Miranda fue
darle la espalda y comenzar a caminar de nuevo en dirección á la
Durante el pícnic, cuatro de las alumnas, Miranda, Edith, roca ascendente, con las otras dos siguiendo sus pasos un poco
Marion e Irma, y la profesora de matemáticas, Greta Me- más atrás. Aunque en realidad no se puede decir que estuvieran
. Craw, deciden subir hasta la cima de la Roca. En un primer andando sino, más bien, deslizándose sobre las piedras con los
momentÓ, el ascenso es del todo corriente, cháchara ocio- pies descalzos, c;omo si se movieran por las alfombras del salón.
sa, cotilleos, conversaciones sobre la cantidad de años que
tiene la Roca. Al principio, tan solo un curioso comentario Miranda, Marion e Irma desaparecen tras el monolito.
de Marion resulta incongruente con los ánimos generales: Edith corre roca abajo gritando. Cuando vuelve al pícnic,
«llorando y riendo al mismo tiempo, y con el vestido hecho
lQué estará haciendo toda esa gente-ahí abaj?? Se mueven como jirones», no es capaz de dar indicación alguna ·sobre dón-
si fueran hormigas. Creo que hay Üri número sorprendente de se- <:Ie se separó de sus compañeras. Se emprende la búsqueda
res humanos que vive sin ningún propósito. Aunque lo más pro- . . . ·por toda la Roéa, pero no encuentran ni a las estudiantes
bable, por supuesto, es que estén ll_evando a cabo alguna fun- ni a la señorita McCraw. (Al cabo de unos días, Edith dice
ción nece~aria, que a ellos mismos les-es totalmente desconocida. .. t
que recuerda haber•visto .a la señ?rita McCraw en la roca
en ropa interior por alguna inexplicable ~azón). Las bús-

153
quedas preliminares de los días siguientes no arrojan luz vincentes que los pájaros trataron de comérselas. Parrasio,
sobre el caso. Sin embargo, unos días después, encuentran por su parte, pintó una cortina, que Zeuxis le pidió que co-
a Irma en la Roca con la ropa hecha jirones y sin el corsé. rriese para revelar lo que había pintado. La ausencia de
Amnésica, es incapaz de dar cuenta de lo sucedido en la explicación hace que Pícnic en Hanging Rock sea análoga
·Roca. En el resto de la novela, no descubrimos nada más al cuadro de Parrasio. Se convirtió en un velo, un enigma
de lo ocurrido. Al final, cuando el colegio se viene abajo que, al quedar irresoluto, prod~jo la ilusión de que debía
por el escándalo relacionado con lo acaecido en Hanging de haber algo tras la cortina.
Rock, las desapariciones siguen sin tener explicación. La novela parece justificar la idea de que se puede crear
Junto -y creo que contribuyendo también- a la sensa- y mantener una sensación espeluznante con el mero he-
ción espeluznante de la novela está su capacidad de ge- cho de retener información. En el caso de Pícnic en Han-
nerar «efectos de realid!ld», Aunque toda la novela es fic- ging Rock, eso es justo lo que sucedió: la forma en la que
ción, hubo la extendid_a pero errónea creencia de que es- se publicó la novela fue el resultado de un acto de extir-
. taba basada en una historia r eal. Lindsay fomentó que se pación. En su manuscrito original, Lindsay planteaba dife-
leyera así; escribió la novela_ como si fuera un relato de los rentes soluciones al rompecabezas, que sus editores la ani-
hechos, empleó localizaciones reales ( entre ellas, Hanging maron a eliminar de la versión definitiva de la novela. El
Rock, que es una formación geológica real). El truco de la «capítulo dieciocho» se publicó" por separado con el título
· novela está en la reescritura de un cuento de hadas clási- The Secret oJHanging Rock. . . .
co -muchachas abducidas a otro inundo- valiéndose de . No cabe duda de que el capítulo dieciocho original ha-
la§, convenciones del realismo. Una de esas convenciones bría minado, en cierto modo, el «efecto de realidad» de la
era darle una fecha precisa al suceso en cuestión. Según la obra. El capítulo extirpado se caracteriza por un cambio
obra, las tres. mujeres desaparecieron el 14 de febrero de de tono muy claro. El aire sugerente que había marcado
1900. Esta fecha, 1900, no es bat~dí, pues es -el año en que las partes anteriores de la novela -fos indicios de algo ex-
· Freud quiso fe.ch-ar Lq interpretación de los sueños ( esta fe- terior, de algo que está más allá del mundo normal- da
cha, como bien.se·sábe, es ficticia, ya que el texto de Freud paso a lo que ahora es un claro relat·O. de una ·experiencia
se publicó en realidad en 1899, pero él quería que fuese anómala. El capítulo empieza, más o men~s, en el punto en
una fecha más históric;a). Por su parte, Pícnic en Hanging que Edith sale corriendo. Miranda, Marion e lrma sienten
Rock no tiene lugar en nuestro 1900, cuyo 14 de febrero no que «están siendo arrastradas desde dentro» por el mono-
cayó en sábado, sino en miércoles .. lito. Se q~edan dormidas y cuando se despiertan, lo hacen
No obs~~1;1t_e, por encima de ·todo, la ilusión de realidad con una sensibilidad hacia su entorno exacerbada, aluci-
la produce 1~ no r~solución del misterio. La historia de los nada. Aparece una mujer mayor en ropa interior -pare-
. pintores Zeuxis. y Parrasio, relatada por Lacan, nos ofre~ . ce ser Greta McCraw, pero en la novela no la llaqian así ni
ce una parábola. Zeuxis pintó un racimo de uvas tan con- el resto de personajes la reconocen-. Cuando la mujer se

154 155 .
. desmaya, Miranda le afloja el corsé. Eso anima a Marion a La versión publicada de la novela -la que no incluye el
sugerir que las tres estudiantes «se quiten esos estúpidos capítulo dieciocho- no solo deja el enigma sin resolver,
vestidos», por lo que las tres se quitan los corsés y los lan- sino que deja abierta la cuestión del género de la novela
zan Roca abajo. En la que quizá es la imagen más cautiva- (les realismo literario? lEs una novela de misterio y asesi-
.dora del capítulo dieciocho, los corsés no caen al suelo en natos? lEs fantasía? lEs ciencia ficción?). Incluir el capítulo
picado de manera inmediata, sino que se quedan flotando dieciocho no hubiese aclarado la cuestión del género, pero
en el aire por uno de los costados de la Roca. lSe ha dete- sí que habría eliminado ciertas posibilidades. Ya no podría-
nido el tiempo? Sin duda, estamos más allá del tiempo del mos leer la novela como una obra de misterio y asesínatos.
reloj: quizá.en un tiempo onírico. (En su ensayo «Comen- Sin embargo, el capítulo dieciocho genera más enigmas de
tario sobre el capítulo dieciocho», incluido en El secreto los que re~uelve. lDe ql!é índole son las experiencias que
de Hanging Rock, Yvom:ie Rousseau apunta a un juego de viven en la -Roca? lHay que entender de un modo literal,
palabras, una compresión onírica relacionada con la ima- por ejemplo, que Greta McCraw se convierta en un cangre-
gen de los corsés flotando en el aire, volando desencorse- jo? lHay que entenderlas como fruto de alguna clase de iii- ·
tados ). Aparece <<Un agujero en el espacio»: «Del tamaño toxicación? (Si fuera este el caso, los acontecimientos aún.
aproximado de una luna llena de verano que va y viene. La podrían encajar en una·especie de lectura realista.) La idea
. vio como los pintores y escultores veían un agujero, como · de que las mujeres han atravesado·una puerta que conduce
un objeto en sí, algo que da forma y significado al resto de a lo exterior nos invita a leer Pícnic en Hanging Rock como
formas. Como presencia, rio como ausencia[ ... J.» Cuando- un cu~nto raro y la inclusión dei'capítulo dieciocho lleva a
este agujero desaparece, ven una serpiente que se mete en la novela a un espacio intermedio entre lo raro y lo espeluz-
un agujerito. La mujer dice que la seguirá; de algún modo, nante. Lo que está claro es que el capítulo dieciocho no nos
se transforma en un cangrejo y consigue pasar por ese es- ofrece una solución sencilla _a los rompecabezas que plan-
pacio tan estrecho."_Tras una señal, Marion la sigue (aquí tea la novela. Como dijo Yvonne Rousseau: «La intención
no hay mención algµna a una metamorfosis, ni tampoco se original de Jóan Lindsay se acaba revelando, pero su inten-
explica cómo consigue que su cuerpo quepa por el aguje- ción no era resolver el misterio. Se clarifica la orografia del
ro). Cuando llega el ·turno de Miranda, Irma, aterrorizada, Pícnic, pero lo espeluznante permanece.»
le ruega que no lo haga, pero Miranda no entiende su mie- Lo espeluznante es, en parte, una cuestión que ~ories- .
do ni sus reservas y se mete por el agujero. Irma se queda ponde a la atmósfera que envuelve las experiencias que tie-
sola, esperando. Tras un periodo indeterminado de tiem- nen lugar en la Roca. Justin Barton la llamó «trancé solar»
po, una roca rodante se-coloca sobre el agujero. La imagen y se manifiesta á través de una especie de fatalismo positi:.
final del capítulo nos muestra a Irma -quien presumible- vo. Al principio, este fatalismo parece una carencia (no hay
. mente ya s~ ha clado menta de que ahora ya no podrá :me- nada donde debería haber algo). Cuando se convierten en
terse en el agujero- llorando descon~oladáJünto a la· roca. prisioneras de la Roe~ parecen carecer de pasiones. Aun-

I57
que estas pasiones, entre las cuales sin duda se cuenta el
miedo, son lazos que las unen al mundo corriente. El miedo
de IJ:ma, su incapacidad de liberarse de esos lazos cotidia-
nos ( en la descripción final que Lindsay hace de Irma nos BIBLIOGRAFÍA
habla de su buena mano para el bordado) es lo que evita
que entre por el agujero. Es incapaz de ver qué se esconde
tras el acto de quitarse los corsés. Por el contrario, Marion y LIBROS
Miranda están del todo preparadas para emprender un via-
je hacia lo desconocido. Les posee una calma espeluznan- Atwood, Margaret. (2013). Oryx and Crake. Londres: Virago
te que se asienta siempre que puedan dejar atrás las P<!Sio- [Oryx!! Crake, trad. Juanjo Estrella. (2005). Barcelona: B (Edi-
nes conocidas. Han desaparecido y su desaparición deja va- ciones B)J .
-. (1997). Suifa.cing. Londres: Virago [Resurgir, trad. Gabriela
cíos inquietantes, indicios de lo espeluznante del exterior.
Busteh (2"oo8). M~drid: ~ianza]
Ballard, 1:G. (2014). The Drowned World Londres: Fourth Estate
[El mundo sumergido, trad. Francisco Abelenda. (!wo2). Barce-
lona: Minotauro] ·
Barton, Justin. (2015). Hidden Valleys: Haunted by the Future. Lon-
dres: Zero Books
Borges,JorgeLuis. (2000). «PierreMenard,Authorofthe Quixo-
te», en Labyrinth.s: Selected Stories and Other Writings. Londres:
Penguin («Pierre Menard, autor del Quijote», en Ficciones.
(2010). Barcelona: PlanetaJ
Burroughs, William S. (2012). The Western Lands. Pengoin Mo·
dern Classics [Tierras del Occidente, trad. José Manuel Alvarez
Flórez. (1989). Barcelona: Penínsofa] · · .
Butler, Charles. (209~). «Alan Garne1,'s Red Shijtand the Shifting
Bailad of "Tam Lin"» en Children's Literature Association Quar-
. ter/y, verano del 2001
·. !:c;;irn. «The Templeton Episode» (http://www.ccru.net/ digithy-
pe/ te~pleton.htm) . . .
Deleuze, Gilles & Guattari, Félix. {2013). Anti-Oedipu.s, trad. Ro-
bert Hurley, Helen R. Lane &· Mark S~em. Londres: Bloom-
soµry [El anti-Edipo: capitalismo!! és<Jlfizofrenia, trad. Francis-
co Monge. (1998). Barcelona: Paidós]

1_5 .8. 159


-. (20I3). A ThousandPlateaus, trad. Brian Massumi. Londres: Galouye, Daniel F. (!wn). Simulacron-3. Nueva York: Gollancz
Bloomsbury [Mil mesetas: capitalismo!/ esquizefrenia, trad. José Harman, Graham. (20I2). Weird Realism: Lovecreft and Philoso-
"."ázquez. (I994). Valencia: Pre-Textos) · ph!J. Londres: Zero Books
Dick, Philip K. (2003). Time Out ofJoint. Nueva York: Gollancz Hofstadter, Douglas. (2008). /Ama Strange Loop. Nueva York: Ba-
[Tiempo desarticulado, trad. Rubén Masera. (20I2). Barcelona: sic Books [Yo SO!J un extraño bucle, trad. Luis Enrique de Juan.
Minotauro) t
¡ . (2008). Barcelona: Tusquets]
Du Maurier, Daphne. (2006). «Don't Look ·Now», en Don't Look !1 . Houellebecq, Michel. (2008). H.P. Lovecreft: Against the World,
!
Now and Other StorZ:es. Londres: Penguin [No mires ahora!/ otros 1 AgainstLife, trad. Dorna Khazei:ti; Núeva York: Gollancz [HP
relatos, trad. Miguel Sanz Jiménez. (20I8). Madrid: La Biblio- Lovecraft: contra el mundo, contra la vida, trad. Encarna Caste-
teca de Carfax) jón. (2006). Madrid: Siruela)
- . (2004). «The Birds», en The Birds and Other Stories. Londres: Irigaray, Luce. (I985). Speculum: Of the Other Woman, trad. Gi-
Virago [«Los pájaros)) :en Los pájaros y otros relatos, trad. Mi- llian C. Gill. Nueva York: Cornell University Press [Espéculo de
guel Cisneros. (2m7). Sevilla: El paseo .e ditorial] . la otra mujer, trad. Raúl Sánchez. (2007). Madrid: Akal]
Faber, Michael. (20I4). Under the Sir.in. Londres: Canong~te James, M. R. (2007). «Oh, Whistle, an.d I'll Come to You, My
~óo~s [Bajo la piel, trad. Cecilia Ceri.ani y Txaro. Santoro~ Lad)), en Collected Ghost Stories. Londres: Wordsworth [«Silba
(2006). Barcelona: Anagrama] y acudiré», en Historias de fantasmas de un anticuario, trad.
Freud, Sigmund. (20n). Be!Jond the Pleasure Principie, trad. Ja- Francisco Torres Oliver. (2002). Madrid: Valdemar]
m~s _S~achey. Nueva .YorJc Ci.-ea!espace [«Más allá d_el princi- _ - . (20I3). «A Warning to the Curious», en Collected Ghost Stories.
pío del placer», en Obras completas, tomo XVIII, trad. José Luís Oxford: Oxford Universty Press [«Av-iso a los curiosos», trad.
Etcheverry. (I992). Buenos Aires: Amorrortu) Mirta Meyer y Carlos Gardini, en Cuentos de.fantasmas. (20I4).
- . (20Io). Civilisation and its Discontents, trad. James Strachey. Madrid: Siruela)
Londres: Penguin [«El malestar en la cultura», en Obras comple- -. (20I3). «Casting the Runes», en Collected Ghost Stories. Oxford:
tas, tonio XXI, trad. José Luís Etcheverry. (I992). Buenos Aires: Oxford Universty Press [«El maleficio de las runas», trad. Mir-
Amorrortu) ta Meyer y Carlos Gardini, en Cuentoi de fantasmas. (20I4).
-. úwrn). The lnterpretation ofDreams trad. A. A. Brill. Londres: · Madrid: Siruela]
Basic Books [«La interpretación de los sueños», en Obras com- Jameson, Frederic. (I992). Postmodernism, or the Cultural Lo-
pletas, t<?l!lºS IV y V, trad. José Luís Et<:heverry. (I992). Buenos gic of Late Capitalism. Londres: Verso [Elposmodernismo o la
Aires: Amorrortu] lógica cultural del capitalismo avanzado, trad. José Luis Pardo.
- , (2003). The Uncann!J, trad. D~via McLintock. Londres: Pen- (I99I). Barcelona: Paidós]
guin [«Lo siniestro» en Obras.co~pletas, tomo 7, trad. Luís Ló- Jarry', Alfred. (2<;>03). Ubu Roi, trad. Beverly Keith y G. Legman.
pez Ballesteros. (I974). Madrid: Bibliot~ca Nueva) . Londres: Dover Editions [Ubú re!J, trad. Wenceslao Lozano.
Garner, Alan. (2m4). Elidor. Londres: HarperCollins (20I7). Madrid: Alianza]
-. (20I4). Red Shift. Londres: HarpeiCollins King? Stephen. (20n). 'I'he Shinzng.. Lo~dres; Hodder [El resplandor,
- . (20I4). The Owl Service. Londres: Ha~perCollins trad. Marta Isabel Guastavino. (200I). Barcelona: Debolsillo)

I60
Lacan, Jacques (2,004). The Four Fundamental Concepts ifPsycho- Marcus, Greil. (2.on). Lipstick 'Haces: A SecretHistory ifthe Twen-
Analysis, ed. Jacques-Alain Miller, trad. Alan Sheridan. Lon- tieth Century. Londres: Faber & Faber [Rastros de carmín: una
dres: Karnac Books [Los cuatro conceptosfandamentales delpsi- historia secreta del siglo XX, trad. Damia Alou. (r993). Barcelo-
coanálisis, trad. Juan Delmont. (r987). Barcelona: Paidós] na: Anagrama]
Lem, Stanislaw. (2002). Solaris. Londres: Faber&Faber [Solarir, Matheson, Richard. (2008). The lncredible Shrinking Man. Nueva
trad. Joanna Orzechowska. (2.on). Madrid: Impedimenta] York: Tor Books [El incre{ble hombre menguante, trad. Isabel
Lévy, Maurice. (r988). Lovecreft: A Study in the Fantastic. Detroit: Merino. (2006). Madrid: La Factoría de Ideas]
Wayne State University Press McHale, Brian. (r987). PostmodernistFiction. Londres: Routledge
Lindsay, Joan. (2.o r3).· Picnic at Hanging Rock. Londres: Vintage Moorcock, Michael. (rg 9 9). Behold the Man. Nueva York: Gollancz
Classics [Pícnic~nHanging Rock, trad. Pilar Adón. (2.orn). Ma- [He aquí el hombre, trad. Domingo Santos. (r990). Barcelona:
drid: Impedimenta] Destino]
- . (2.or3). The SecretifHanging Rock. Londres: Vintage Classics Negarestani, Reza. (2,008). Cyclonopedia: Complicity withAnony-
Lovecraft, H. P. (2,0 o 5). At th~ Mountains ifMadness: The Definiti- mous Materials. Melbourne: re.press [Ciclonopedia: complicidad
ve Edition. Penguin Random House: Modern Library [En las con materiales anónimos, trad. Rugo Castignani. (2or6). Sego-
. montañas <je la locura!/. otros relatos, Fernando Calleja. (r996). via: Materia Oscura]
.Madrid: Alianza] · Nuttall, Jeff. (r968). Bomb Culture. Londres: HarperCollins [Las
. - . (2.on). «Call of Cthulhu », en HP Lovecreft: The Complete Fic- culturas de posguerra, trad. Lucila Benítez. (r974). Madrid:
tion. Nueva Yok: Barnes and Noble [«La llamada de Cthulhu», Martínez Roca]
.. . en La llamaaa de Cthulhu y otros cuentos, trad. Francisco·Torres -·orto, Rudolph.' (r958). Theldea )ftheHoly. Oxford: Oxford Uni-
,9liver y Aurelio Martínez. (2.on). Madrid: Alianza] versity Press
-. (2.on). «Colour Out of Space», HPLovecreft: The Complete Fic- . Parrinder, Patrick. (2008). ]ames ]oyce. Cambridge: Cambridge
. tion. Nueva York: Barnes and Noble [El color que cayó del cielo, University Press
trad. Ricardo Gosseyn. (r988). Barcelona: Edhasa] Poe, Edgar Allen. (2or6) Masque ifthe Red Death. Nueva York:
.-. (2.on). «Dreams in the Witch House», HP Lovecreft: The Com- Createspace [«La máscara de la muerte roja», en La máscara de
plete Fiction. Nueva York: Barnes and Noble [«Los sueños de la !º la muerte roja y otros relatos, trad. Benjamin Briggent. (2or5).
casa de la brµja », e:q . Obras completas, trad. León Arsenal. Barcelona: Plutón]
(2,004). Madrid: Edaf] Powers, Tim. (2005). The Anubis Cates. Nueva York: Gollancz
-. (2.on). «Notes on Writing Weird Fiction», SupernaturalHorror [LaspuertasdeAnubis, trad. Albert Solé. (2or5). Barcelona: Gi-
in Literature & Other Literary Essays. Maryland: Wildside Press gamesh]
-. (2.on). «The Sh~do~ Out <?f Time,;, HP Lovecraft: The Comple- Priest, Christophe;r. úwn). The Affirmation. Nueva York: Go-
te Fiction. Nueva York: Barnes· arid Noble . [«La sombra fuera llancz [La qfirmación, trad. Luís Horno. (r984). Barcelona: Ed-
del tiempo,?, en La sombrafaera del tiempo y otros relatos, trad. hasa]
Benjamín Briggent. (2.or5). Barcelona: Plutón Ediciones] ,. -. (2005) ..The Glamour. Nueva York: Gollancz [Elglampur, trad.
Luckhurst, Roger. (2Ór3). The Shining Londres: BFI · Ruhén Mai;eta: (r999). Barcelona: Minotauro]
.... .... .. .... .... .. .... ... ... ...
Sheppard, David. (2m5). On Some Faraway Beach: The Life and PELÍCULAS
TimesefBrianEno. Londres: Orion 1
2001: A Space Odyssey (I968), dir. Stanley Kubrick [2001 : Una
Strugatsky, Boris & Arkady. (20n) Roadside Picnic. Nueva York:
Gollancz [Stal.ker: Pícnic extraterrestre, trad. Raquel Marqués.
J
l odisea del espacio]
(20I5). Barcelona: Gigamesh] Amarcord(I.973), dir. Federico Fellini
Thomas, D.M. (2004). The White Hotel Londres: W&N [El hotel TheBirds(I963), dir. Alfred Hitchcock [Losptijaros]
blanco, trad_.Jaime Zulaika. (2ou). Barcelona: RBA] Blue Velvet(I986), dir. David Lynch [Terciopelo azul]
Thomson, Philip. (I972). The Grotesque. Londres: Methuen Close Encounters of the Third Kind (I977), dir. Steven Spielberg
Wells, H. G. (20I5). «The Door in the Wall», en The Door in the [Encuentros en la tercerafase]
Wall and Other Stories. Nueva York: Createspace [La puerta en Don"tLookNow (I973), dir. Nicolas Roeg [Amenaza en la sombra]
el muro, trad. Roser Vilagrassa. (2003). Barcelona: Acantilado] lnception (20m), dir. Christopher Nolan [Origen]
Woodward, Ben. (20n) Slime Dynamics. Londres: Zero Books lnlandEmpire(2006), dir. David Lynch
Zizek, Slavoj; (2009). The Sublime Object ofldeology. Londres: Verso lnterstellar(20I4), dir. Christopher Nolan
[El sublime objeto de la ideología, trad. Isabel Vericat. (2orn). Ma- lnvasion ef the Body Snatchers (I978), dir. Philip Kaufman [La_
drid: Sigloxx1] · invasión de los ladrones dé cueryos]
The Man Who Fell to Ear.Íh (I.976), dir. Nicolas Roeg [El hombre
MÚSICA 1 · que cayó a la tierra] . .. ·
1 TheMatrix(I999), oir. The WachowskiBrothers [Matrix]
Miles Davis. (I970). Bitches Bre·w . - 7 ifulh~lfa;db;.ive(200I), dlr. David Lynch
Brian Eno. (I982). Ambi~nt4: OnLand Night ofthe Living Dead (I968), dir. George Romero [La noche de
The Fall. (I980). Grotesque (A.jter the Gramme) los muertos vivientes]
The Fall. (I982). HexfinductionHour Picnic at Hanging Rock (I975), dir. Peter Weir [Pícnic en Hanging
Joy Division. (I979). UnknownPleasures R~ck] .
Gyorgi Ligeti. (I963). ftequiem far Soprano, Mezzo-Soprano, 2
1 Planet efthe Apes (I968), dir. Franklin J. S<;haffner [El planeta de
Mixed Choirs and Orchestra
Gyorgi Ligeti. (I967) Lontano
John Martyn. (I973).- SolidAir
l los simios]
Quatermass and the Pit(I967), dir. Roy Ward Baker [¿Qué sucedió
entonces?] _
John Martyn. (I977). One World 1 - ·The Quatermass Xperiment (I955), dir. Val Guest [El experimento ·
Nico. (I968). TheMarblelndex · del doctor Quatermass] __
Tubeway Army. (I979). Replicas· The Shining(I980), dir. Stanley Kubrick [El resplandor]
S0laris(I972), dir.-Andréi Tarkovski ·
Stalker(I978), dir. Andréi Tarkovski
1 Star Wars (Ig 77), dir. George Lucas [La guerra de las galaxias]
1

Uizde~ the Skin (20I3), dii-. Jonathan Glazer [Bajo la piel]


.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..... .. .. .. .. .. ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Welt am Draht (World on a Wire) (1973), dir. Rainer Werner
Fassbinder [El mundo conectado]
The Wi"cker Man (1973), dir. Rob in Hardy [El hombre de mimbre]

PRODUCCIONES TELEVISIVAS

Children ofthe Stones (1976), producción de ITV, guion de Jere-


my Burham y Trevor Ray, dir. Peter Graham Scott
Quatermass(1979), producción de Euston Films para ITV, guion
. de Nigel Kneale, prod. Trevor Childs Título original: The Weird and the Eerie
Quatermass j¡ (1955), producción de la BBC; creada por Nigel © 20I6, Mark Fisher
Kneale
· ·wié:ialmente publicado en UK y USA en·2·o i6
Quatermass and the Pit(1958-1959), producción de la BBC, creada
por Repeater Books, una marc.:1 de W atkins Media Limited
por Nigel Kneale
· www.reapeterbuoks.coin · ·
The Quatermass Experiment(1953), producción de la BBC, ~i:eada
por Nigel Kneale Todos los derechos reservados,
The Stone Tape (1972), producción de la BBC, guion de Nigel incluidos los derechos de reproducción
--- - Kñeale, di:r. Pel:fa Sasay" total o parcial en ·cualquier fo:tmató.
TwinPeaks(1990-1991), dir. David Lynch © de la tradHcción: Nuria Molines Galarza
Whistle andFll Come to You (1968), producción de la BBC, dir. Jo-
nathan Miller © 20I8 Ediciones Alpha Decay, S.A.
Gran Via Garle~ III, 94 - 0·8028 Barcelona
Whistle andFll Come to You (2010), producción de la BB e, dir. Andy ·
www.alphadecay ..org
deEmmony
Primera edición: abril de iOI8

Fotografía de cubierta:
Charles C. Zoller, Silver Lake, I907-I932 .
George Eastman House Collection

Composición: Sergi Godia


Impresión: lmp:!!~t~ Kadmos ·

BIC: DNF
ISBN: 978-84-947423°8-5
Depósito Legal: B 326I-20I8

166

También podría gustarte