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Echave Delia Teresa Logica Proposicion y Norma PDF
Echave Delia Teresa Logica Proposicion y Norma PDF
,
MARtA EUGENIA URQUIJO
RICAHDO A. GUIBOURG
I!
.Lógica,
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p.ropOSlClon
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y norma
•
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E DITOHIA L ASTI\EA .
DI-: ALfHEJ>O y HICAHOO DEi'ALMA
IIUE!'Ii)S AIIIES
1 9 H (j
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e1o CCClOn
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FILOS()FIA y [)EHECI-IO
9
I
•
I
11
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I
•
I
I
•
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-
~
~
~
~ PRÓLOGO
~
La lógica ocupa una posici6n muy peculiar dentro del
~ IXinorama de las ciendas. Mientras que las demás ciencias
se formaron paulati~arnente a través de una larga e incesante
evolución y son, por 10 tanto, fruto -QCl esfuerzo colectivo de
~ muchos hombres. la ló~ica nació como obra de un solo hom-
bre. Al igual que don Fulgencio, nunca tuvo infancia; como
~ Palas Atenea de la cab.cza de Zeus, nació tan desarrollada
y perfecta (tal fue nI menos la creencia generalizada) de la
cabeza de Aristóteles, que durante veintidós siglos casi no
~ experimentó crecimiento alguno. a pesar de haber sido inten·
. samcIIte cultivada en la Antigiiedad, en la Edad Medi:l y
~ también -aunque con menor intcnsidad- ~n la Edad ~lo·
derna. Hubo cicrtament~ desarrollos interesantes (especial-
J mente por parte de los lógicos antiguos y mediocvales), pero
el núcleo de la teoría aristotélica permaneció incólhrr.,! hasta
muy avanzado el siglo XJX. En est~ sentido es mur :caracte-
~ rística la conocida opini6;1 de Kant de que la 16gica es una.
ciencia perfecta, acabada, en la que no cabe esperar avance
-
~
alguno.
Hoy estas palabras suenan como una cruel ironía; pocos
años después de h~berse escrito, la lógica experimentó un
avance tan rApido y profundo que aún hoy hay gente que
~ se niega a recouoc'er que se trata de la misma disciplina..
~
J
lU ~
En efecto. en la segunda mitad d(·1 siglo XJX y en lo que va • I
•
!
•
cllúntiC::l. Pero todo el mundo sabe algo de matenlática y
~ahc algo de física, mientras --salvo raras exccpciones- no
. i
::abe na'da de lógica moderna. Los libros de lógica. no
formall l);lrte d(~ nlH'stro acervo cultural y, fuera de los ini-
ciados, lladic se siente obligado a {,Jllerarst.~ de qué se trat<l.
Este hecho es, sin duda, profundamente lamentahle,
l'orcpw el objeto de la lógica no es algo alejado de la vida
l'utidiana, como las galaxias, los dinosaurios o el sánscrito.
La lógica estudia algo que hacemos diariamente:. razonar.
y la dbtinción entre un razonamiento correcto y otro in~ ,
correcto interesa por igual al matl'lIlát ico, al político, nI
a bogado y al eco,llornista.
CaLe aquí una advertencia.: aunque la lógica moderna
haya naciuo en el seno de b mutcrnntica. como respuesta a
f'R6LOGO
I
12
~
la 16gica moderna en general y de la ·lógica dc6ntica en par-
ticular, hacia el conocimiento de algunos de sus problemas,
sus métodos y sus técnicas.
Un rasgo muy importante del prescnte lC)ro es. su auto- JJI
1
suficiencia: no se presupone ningún conocimiento previo de
lógica en el lector. En segundo lugar, es un libro extraor- ~
dinariamente daro; aunque trata temns altamente abstractos
y, por ende, difíci1es, es perfectan1.cnte comprensible para
cualquier lector. Siguiendo el aforismo de Wittgenstein, ~
todo lo que el libro dice lo dice dar!lmcnte y en ningún Ino-
mento pretende remover las aguas I para parecer pro.fllndo.
JJI
J
En tcrccr lugar -y se trata de una característica nada desde-
ñable, sobre todo desde el punto de vista pedagógico- el
~
libro está escrito con un scntido del humor que rara vez se
encuentra en este tipo de literutum. Pero el lector no debe
cngailursc: el libro es de fácil y amena lectlJra, pero no de
fá.cil asimilación; detrás de la aparente senciJJez hay compli-
cados problcmas; detrás de los chistes hay observaciones muy
-,
¡
profundas. ~
El capitulo 1, 1ntroducclón, contiene una serie de con-
sideraciones sobre 1a lógica y su utilidad práctica. Los ca-
pítulos JI a V tratan la pRr~e má.s elemental y a la vez bá-
t
"
sica de la lógica moderna: la llamada lógica proposicional.
En el capítulo VI se esbozan los principales conceptos de la
lógica modal, de la que se desprendi6 la 16gírn dc6ntica.
Esta última es desarrollada en los capítulos VII y VIII.
Pur último. en el capítulo IX se analizan algunos proble-
mas tradicionales oc la filosofía. jurídica y se muestra de
qu6 rn~ncra el aporte de la lógica puede contribuir a cbJi~
lNDIC:E GENERAL
Pn6L(){;() ......................................... 9
•
l
INTHODUCCIÓN
Il
III
LAS CONECTrv AS
IV
v
LEYES LóGICAS Y REGLAS DE INFERENCIA
VII
I
?\10DALIDADES DEóNTICAS"
11
l. ()l){:radoTcs ................................ . 119
2. Interdefinibilioad . " .. " ............ " . " ...... " " .. " . 123
•
,
VIII
LEYES DEÓNTICAS
CONDICIONES EXTHASISTEl\1ÁTICAS DE LA
LóGICA DEONTICA
•
145 •
•
l. Conccl)to .................................. .
2. Las leyes de H tlOJe ................ ~ ....... . 148 ....
3. El principiu de proh\bición ................. . 153
, , I
13. lBU()GHAFIA ......•...••..••...•.••••.•..•...•••• 150
lNDlct: ALFAlJLl'¡OO .••..•• '...••..•.••••••....•..••. 161 j
••
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~ 1
INTnODUCCIÓN
~
t. ¿Lógica? Sí, lógica
--
~ Quejarnos porque la cuenta oel restaurante es
alta no nos dará ningún resultado: no lograremos
~ convencer al 1110Z0 y pasaren10s por rnezquinos.
Pero si encontranlOS algún error en la suma provoca-
-- n~)TIOS una consulta y obtendrelTIOS, junto con la en-
l1lienda, las corresponJientes excusas: tal es el poder
~
4c ]a aritrnética, que ni los comerciantes se atreven
~~.
contra ella. Y la aritInética no es una invención
uiab6lica, ni el anna secreta de la adnlinistraci6n
-- ilnpositiva: es, sirnplernente, un sistema teórico que
I
...
[jo De qué se trata, o n qué vanws ti jugar
I
Funnuladas las advertencias prelin1inares, co- ,.
rrespo))(lena 1.
I
lnostrar a1lora Jas caractensttcas
' . con- I
cretas del csttHlio que nos proponernos crnprcnd er.
Pero no es fé1Cil hacer esto con la lógica, que es un •
sistCl na d e relaciones ahst ractas; y en Ulncrar los
proh1elnas qne están o ]lan estado incluidos bajo J
este tí.tulo llev;lría a \Ina exposid()n hLt6rica bastan-
te larga: en veinticinco siglos d~ desarrollo, la ló-
gica occidental ha recorrido un canlino '.argo y muy.
••
variado. Pa ra nuestros fines Lastará decir que la 111
•r
u
/laJ: "J(')íTÍca
b
rnatclnútica", "lútTÍca ~
!\Írnbólica AI- •
L
IN·lll00UtL1V ....
3. 1.6¡ira.
, I
11
DE LA PHOPOSICI6N A LA F()RMULA
1. Concepto de proposicibn
• wbrc derecho 1I1euglúJje, Es. As., 1965, p. 15 Y ss.; Y Copi, Irving, In-
trO'ducdón a la 16g ic<J , Es. As., 1961, p. 34 Y siguiente•.
38 U/X;ICA, I'HOP()~
-
~
stunandos.
En la lógiea proposicional las letras rninúsculas
no representan nl~llneros) sino proposiciones. Se
llarnan por esto variables prol~oSiciona{es, ya que
~ podelnos asii:,'1wrles cOrno contenIdo cualquier pro-
posición concreta que deseernos (suponiendo que
~ queramos asignarles alguno) lo que en general no
•
sucede). Este es el. nOlnbre másextendiclo, pero
algunos autores las l1aroan trrtnbién "letras esquerná-
tieas" o "Iel ras scntenciales"~. Por costuln bre se
O usan prcfcrentenlenlc las letras ¡J, q, r, s, t, 1V) z;
y cualquiera de ellas puede representar una propo-
~ sici{)n. A su vez, cada variahle puede represen lar
cualquier proposición) y aun distintas proposiciones
~ en diferentes contextos: en una dern()str~~,jón, por
cjclnplo, poJen10s suponer que "p" sirnbc{\2.a "hace
e
,. 3 Orayt.'II, Haúl, Verdud, lógica y significado, t'n reViSl:I "CrítIC~l".
Mhico, 1U7fi. \'01. VIII. p. 14.
ÍiI'
<lO
JI
cOlnponcntcs. Así, uno lluc\:,c" será verdadero si
"n tlevet es Ldso) )' viceversa. .. Llueve y' hace frío"
s('))n s(~rú vcnLld si es verdad qn{: nueve lJ taH2viéu
es vcnbd qlle hace frío, y serú falso aunque llueva,
~i 11ace c:l1or, y aunque hiele, si ¡'o llueve. Esta
funcic')n villculatoda es cUlnplida eH castellano •
por pa 1a t)ras ta 1es COlno c' y,"
I
e,"
(),
".""
SI) aunque,"
I
DE LA rl\OPO~ICIÓN A LA f'ÓnMULA 41
CII.S' .. y .dUídicas. O
hi7UlTÍas. El signo ce_u es moná-
<líeo, porque sólo afecta '.~ una proposición: la repre-
sentada por la fónnula de la derecha. Así, la ver-
dad de la fórnlula p " dependerú del valor de
44_
-
sólo a la fónnula "p", o bien
b) -( p . q), donde el operador rnonádico afec-
taalafónnúla"(p. q)".
=4
., No toda fónnula, sin ernbargo. plantea semejan-
tes alnbigücdades; y de allí resulta que puede e~ta
Llecerse una convención práctica: cuando una ex-
-
~
presión sin) bólíca no es susceptible de interpreta-
ciones esquernálicas diversas, es posible eliminar los
~
4. Fónnulas nt6rnicas y fómlu]as O"lOlccuhlfcs
~d
Así'como el lenguaje natural vincula dos o más
" enunciados para fonnar lln enunciado cOluplejo, el
lenguaje simbólico cOJnbina las variables --por me-
dio de las conectivas- para constituir fórmulas conl-
puestas. Por asociación de ideas con el rnodo en
que los átomos de elen1entos sirnples constituyen las
lnoléculas de los cOll1puestos qUÍlnicos, la lógica ha
adoptado aquí una nornenclatura con reminiscencias
LA
I..óCICA. l'IV)l'(}SlCIÚt
•
I
I
lB
LAS CONECTIVAS
1. Casos posibles
V
F
La fórmula atórnica que se encuentra encima de la
línea horizontal representa la proposición a que nos
referiInos, y las iniciales "V" y UF') simbolizan los
48 . '
LOClCA, PROPOSICIóN y NORMA
v V
•
F V
V F
F F
.
'JI
I
¿Por qué esta diferencia en el número de casos
posibles? Porque a cada variable proposicional co-
. rresponden dos casos (V Y F); y, ce mo una combi- I
nación de variables debe prever cada uno de los
casos de l~ segunda (y aun todo esto para cada uno
de los casos de la tercera, si la hubiese), existe entre
el número de variables y' el de casos una re1aci6n
inatemática: a una variable corresponden do; ca-
I¡ sos; .a dos variables, cuatro; a tres variables, ocho;
a cuatro variables, dieciséis, etcétera. El número
de casos posibles, pues, es 2", donde '''n'' es el número
de variables proposicionales presentes en una f6rmu-
la y la base 2 representa la dualidad de los valores
de verdad en la 16gica binaria: V y F'.
El orden en' que aparezcan los casos en la tabla
que los contiene no es en sí mismo importante, con
tal que la tabla contenga todos los casos y ninguno
de ellos resulte repetido. Pero para asegurar .el cum- .
plimiento de estas condiciones se acostumbra a se-
e
2. Negación
~
p -p
V F
F V
Corno puede observarse, una fónuula verdadera l)e-
gada es falsa, y una fónnu}a falsa negada es verda-
<.1era.
. , "-p" se 1ee no p" o' 1 no es e1
1...n exprcsJon le
1:
l
•
(lllC no contienen esa palabra: 41difíciln·lente podría
estar yo de acuerdo con lo expuesto"; Hes inexacto
, " .1 • ,.
que, .. ; es lnentnu que ...
:l. Conjunción
P le¡ I'p q
- -
I
----
V V I V
F V ! F
V F I F
I
•
,,:v,
F F l
F
La fónnula resultnnle se lee· p Y q", Y su tabla de
H
•
':1
4. Disyunción
LOr.¡CA I'J\OPUS
v V V
}1""'
q p v q
V V
,
V F V I
F F F
J
LAS o)NECnYJ\~
56
.
J.c >CICA, J'lF )I'OS1(;I\..... • ., _ ..
5. Condicional
V ~\i i
\' I
~f
i\
V
• F V \
\' F '1
-, F L
1
1
1 • :\
'F
\'
El uso lógico de esta conectiva se parece lllucho
I al enlpleo de la palabra ''si'' en el lenguaje natural:
"p :) CI" puede interpretarse, por ejernplo, COlllO f(si
los lnetales se calientan, se dilatan", o ''si gano a la
.... nl1eta podré pagar la cuenta del carnicero". Pero,
U)CICA, rn'hPG
•1:
la lógica es sencilla, yo soy japonés", y con esto con-
~iJcranlos haber nfim'lado qlle la lógica es COHlplica-
da. Esto es, en efecto, 10 fIue hichnos; pero exalni-
,
nen10S el razonarniento paso por paso.
Supon ga r110s CJ \le "la l()gica e~ senC';lla" se si rnho-
liza con "p" y "yo soy japonés" con "q". Al afirnlar
.. I
G. niconJicional
F V V F
V F V F
F F T;- V
Corno puede observarse, el biconJicional equi-
vale a la negación de la disyunción excluyente ()'
viceversa), ya que en caJa caso en que una conecti-
va es verdadera la otra resulta fn1sa. De aquí se íL
(leuuce que pOtldalDos representar la disyunción
excluyente (le esta Inanera:
r
-(p == q)
¡
¡
IV
l. Tautología
2. COIlI radiccí6n
v VF F
F F F V
Al construir la tabla de verdad de esta conjun- í
I
ción advertilnos que para todos ·sus casos posibles [
3. Contingencia
1. Implicación fonnal
p q Ip
I
=> q
I
V V ;V V V',
I
F V F V v~
y F¡·Y·F F.
F F¡!F'V: F ...
C'orno puede observarse) la fónTlula "p ::> q" es con-
tingente: corresponde a proposiciones que dicen
algo sobre el mundo y cuya verdad depende d:; que
el valor de verdad del antecedente y del c-onse-
7·i LÓGICA, l'ROPO:
Hsoy violinista":
p q jp ~ (p v (1)
- -
V V V V VVV
F Vi F V FVV
V¡F
F F
V V
F V FFF
VV F
5. EquivulclH.:ih
verdad es la siguiente:
p I p ::.:-,; p
-,----
v VVV
FI F V F
Así con10 todo condiciona 1 tautológico expresa
una ilnplicaci6n, todo bicoudiciollal tautológic..'O ex-
presa una equivalencia. })05 enunciados son equi-
valentes cuando Inedia entre ellos una relación tal
que la verdad de uno garantiza forn1ahncnte la del
otro y viceversa, y que la falsedad de uno asegura
forn1~ Imente la falsedad del otro y viceversa.
I)el rnismo n10do que la Ílnplicación, la eq uiva-
lencia es \1na relación entre proposiciones y no un
vínculo entre hechos. Un biconuiciona-l contin-
gente ( "hace frío si y sólo si rlle visto de azur') pue-
de resultar verdadero porque eventualrnente sus
dos térrninos tengan en un rnornento dado el rnis-
n10 valor de verdad; pero es 16gicanlcnte inlposible
la exist.encia de un estauo de cosas en que la equi-
valencia resulte falsa, por lo que ésta --conlO cual-
(luier tautología- se encuentra desvinculada del
rnundo eJnpírico.
Conviene hacer notar que) tal como acontece
entre el condicional y el bicondicional, la equiva-
lencia es una relación lnás restringida que la de
implicación; cuando dos enunciados son equivalen-
tes púclelnos afirrnar que cada uno de ellos ín1plica
al otro (ya que la verdad de uno garantiza la ver-
dad del rest~nte); pero, si sólo sabernos que un
enunciado irnplica a otro, no podernos sin n1ás ase-
gurar que alnhos son equivalentes. Co¡no una
avenida de tloble Inano, la equivalencia contiene
UOS inlplicaciones de sentido inverso .
.,:,
v
LEYES LóGICAS y HEGLAS DE INFERENCIA
a) El principio de identidad
El principio de identidad no es otro que el que
in1plícitamente solclnos enunciar cuando -entre
bromas y veras- afinnamos que fe una cosa es una
cosa, y otra cos~ es otra cosa" En efecto, la ¡den-
tidad puede fonnularse así: toda proposición se inl-
plica a sí misnla.
p ::> p
b) El principio de no contradicción
El principio de no contradiccilSn establece que
ningunIl ]1roposici6n puede ser verda'lera y falsa al
1Hisn~o tiernpo:
-.( p . -p)
1:n ocasiones anteriores hCInos utilizado ejemplos
de contradicci0nes para mostrar intuitivalnenle ca-'
S0S típicos de enunciados lógicanlentc inadlnisi-
bIes: "Todavía Ine quedan algunas fichas para el
teléfono, pero se file tenninaron"; e'la lun~ es redon-
da, pero no es redonda". Tales enunciados tienen
la estructura sintáctica representada por la fórrnu]a :
p . -p'
Pues bien, al negar dicha fórmula, el principio de
no contradicción indica precisarnente que cualquier
enunciado con esa estructura lógica es formalmente
falso (una contradicción); y el propio principio,
que niega la contradicción, resulta forrnahnente
verdadero (u~a la utología) ..
p v-p
Esta ley -que corresponde al carácter bivalen-
te de la 1ógica que estudiarnos- fija dos (y s6lo
dos) posibilidades para cualquier proposici6n) a la
vez que excluye, como inexistente, cuaJqui~r terce-
ra posibilidad que no sea su verdad o su fa,isedad:
la pared puede ser Llanca o no ser blanca, "pero al-
guno de estos dos enunciados (lila Ilared es blanca'"
y "la pared no es blancaf~) tiene que ser verdadero.
Aquí es posible prcf.,runtarse.: si una proposici6n
debe ser, necesarian1ente, verdadera o falsa (terce-
ro excluido), péro no puede ser a la vez verdadera
y falsa (no contradicción) ~por qué sinlbolizar el
principio del tercero excluido con una disyuncibn
incluyente? ¿No sería Inás propio utilizar la dis-
yunción excluyente?· En efecto, la fónnula;
p =F --p
RO LÓGICA, PROrnSlC¡
No contradicción:
- (p . --p)
'[erecro excluido:
p v-p
1clelnpotencia de la conjunción:
(p . p) ::::;: p
ldempotencia de la disyunción: f
(p v p) == p L
r
1
I)oble negación: L.
- -p:::= r
'¡
L
LEYES I.ÓCICAS y RECLhS DE lNl"DtE.NClA
Simplificación:
(p . q) :J P
Adición:
P :J (p Y q)
Transposición;
(p ::J q) ~ (-f} :J -p)
Asociatividad de la conjunción:
fp . (q . r)] == [(p. q). r)
u Las equivalencia!! que pern1it~n trnnsfomlnr una conjunción eH
disyullción y vice\ersn (por ello lIamada:s lelles de tTon. vfornwcMn)
fueron enunciadas por el ulalemAtico y lógico Ingl~s Augu~hu De
Morgan (1806-1871).
92 LÓGICA, rROPO!..
Asociatividad de la disyunción:
f. p v (q V r)] == ( (p v (1) v r}
Asociatividad del hiconclicional:
f. P T (CJ ::-.5 r) 1":-:
í(p =::.: q) -- r 1
ConlYlutatividad de la conjunción:
(p . q) ~ (q . p)
Conmutativjdad de la disyunción.
(p v q) .::::: (q V p)
Silogismo disyuntivo: .
[(p v q) . -p] ::> q
Adición de tautología:
p IX:: [p. (q v -q)]
Adici6n de contradicción:
p e: rp v (q . -q)]
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P v q v r y p == q :.:;::: r ". N a tu ra 1In {~n t.C, no
, . . . f
7. Hcglas de infl!rcllt'Ía
(1 ) p ::> (p v q)
lO ¡
(3) r => (r v s)
P P q
Las llaves horizontales lnuestran el modo en que
cada vadable de (1) ha sido sustituida por una fór M
- -p == p
Del nlislno luodo, de la f6nuula
(1) (p. q) :::> [( p
.
. qJ
l·
v. r]
",
puede inferirse
(2 ) - ( - P v -'q) :::> [( p. q) v r]
" ,
20 Se sigue aquí la terminología de Quine (ver Quine, \ViII.ud
Van Orman, Los métodos de la lógica. Barcelona, 1005. p. 90 )' si-
:.:uientcs) .
donde hemos intercalnbiado "( p . q )'., en sü pri-
rnera aparición, por su equiyalente según la ley de
De !vi ofgan.
Para resurnir, pues, este telna, pueden fj jarse las
siguientes reglas:
19 ) Una variable (una variable, no cualquier
fórmula) puede ser sustituida por cualquier fórmu-
la, siempre que la rnisma sustitución se opere en
todas las aparicion'es de la lnísma variable.
29 ) Cualquier fórmula (no ya necesariamente' '.'
una variable) puede ser intercambiada, en cualquie-
ra de sus 'apariciones, por otra fórmula equivalente
a eIJa.
Estas formas genéricas de inferencia no valen
sólo para 1as tautologías: la sustitución permite tam-
bién inferir una contradicción de otra contradicción,
y el intercanlbio sirve, (u[Clluís, para deducir una
fórrnula contingente de otra fórmula contingente.
P :J q
P
q
Pero -diren1os- horizontal o vertical, este te·
111:1 ya resulta repetido. ¿Acaso no hernos estudia-
do el 1HOdus f10nens conlO ley? Allí se decía:
[(p => q) . p]=> q
de lo. que se desprende que si afinno "p ::> q" y
tarnbién afinno "p", necesarian1en le he de aclrnitir
. la verdad de q.
Ojalá fuera tan siroplc. Lewis C::arroll (1832·
1898), el aulor lle ¡\licio en el país de las 1}l{lravillas,
q lle era UI1 clni nCll te lna l crn út ieo y lógico, d(~d icó
\In divertid ísítno trabajo:!1 a dcrnostrar que la ley
elel 1J u)(1 11 s' ponen') no 1I0S perrllitc inferir el conse-
cuente él ¡nenos que, previarnente, hayulnos acep-
tado itl1nhién la regla de inferencia correspondiente
expresada en lnetalenguaje. En el cuento de (:a·
1'r01l, la astuta tortuga hace ver al ernpeñoso Aquiles I
I
C~rrolJ.
Lt!wis (Charles L. Dodgson). Lo '1ue ltl ttlttU}{ll le di;o
!!l
(1 Aquiles, en "El juego de 1" h)~ica y olros escritos", t-.t..ulrid, 1972.
I
p, 153 Y siguientes. I
I
.!
L.
I
I
I
que una cosa es aceptar una implicación (corno la
ley del 1nDdus ponens) en la que 110 se afirnla el
antecedente .. (p :,:) q) . p" ni el consecuente "q",
}' otra distinta es adolítir primero el condicional
(p :::> q) después su antecedente (p), y a partir
J
1. 1\fodalidadcs
"
es necesano que yo sea yo .
b) "No es posible que Rodríguez dibuje un
círculo cuadrado", o, 10 que es lo lnismo, ··es impo-
, í
24 Como sticcde con la Jógicn ploposidonal, también la ¡()tik'u \
L ~
modal aléticu tiene distintas notaciones.. AflU¡ seguimos a von \Vrighl
y utiliz:lfemos la letra N mny\'ascula para simbolizar el moc.l&lliz:&dor
"necesario". nsí COIllO la mayúscula M para el mooaliz.'\llor "pusiLlc".
Pero existen otras variantes. Lukasiewicz, por ejemplo" reempbz:..
la "N" por la "L". Otros uliliL'l1l un l:uadrauu va", simbolizar 1.'1 neo
cesidad y un rOI'llbo para la posibilio;ld.
sible que Rodríguez dibuje un círculo cuadrado",
equivale a ""es necesario que Rodríguez no dibuje
un círculo cuadrado".
u
e) "Es posible que no me aUUlcnten el sueldo
es 10 Inismo que no es necesario que me aumenten
Il
el sueldo·'.
d) "'Es posible que yo estudie lógica" puede
traducirse por ·"nb es necesario que yo no estudie
lógica". .
Algunas leyes modales clásicas ·expresan las re-
laciones que existen entre la simple verdad y las
rnodalidades aléticas. Si una proposici6n es nece-
S3 ría (esto es, necesarianlcnte verdadera), claro
está que es verdadera, pues la necesidad es más
fuerte que la simple verdad:
1) . Np ::> P
Asimismo, si una proposición es verdadera, queda
claro que ella es posible, pues la posibilidad es más
débil que la verdad:
2) p ::> Mp
Pero, como herrlos de recordar, una de las leyes
de la lógica proposicional es la denominada "tran-
sitividad del condicional", que dice que si una pro-
posición inlplica materialnlente una segunda y ésta
a una tercera, entonces la primera implica a la ter-
cera:
[(p ::> q) . (q ::> r)] ::> (p ::> r)
I
LOGICA. I'H()J>OSli
~A partir de
la verdad o de. },a falsedad de una
proposición 1110dal se pu~de deJ\lcir la verdad o la
falsedad de otras proposiciones relacionadas con la
prÍlncra. Estas relaciones entre las proposiciones
tonelales suelen representarse l:nec1iante el l1an1ado
ctlad:'o de opusición:
CONTRA1\lEDAD
Np ...
04--------..,..~ N-p
• / VI
0~~ . G'cf/ ~
1¡ <)f/ ~
~,
V/......
t"
:;::l
'-ola z
:>
.l--
-
(')
o
z
11
Mp" -M"':'p
SUBCONTRAI\lEDAD
r
¡ I
't...J' .. . . - _ ._ _ ... _~_
¡'
116
r \\ q
VII
~10D:\LIDADES DEÓNTICAS
l. Operadores
bido", y-
2') ··no está pernlitido que no" equivale a "es
obligatorio" •
I
r
I I
ral, los operadores deónticos son menos ambiciosos:
sólo afectan a descripciones de ciertos estados de
cosas: las conductas o acciones.
'
1..Juego, en 1a fonnu 1a vaCla "1)... "1
I ,,,.. ,"
, e vaclo
habrá de llenarse con el nombre o la descripción
de una acción ~4l.
Supongamos ahora. que "p" designa una acción
cualquiera, tal corno usar sOlTlbrero. La lectura de
nuestras fónnulas sería, entonces, la siguiente:
"Ppu equivale a: 1 ) HPennitido usar sornbrero"
u_pp'. eq ni vale a: 2) HProhibido usar sorn brero"
u_P_p" equiyale ·a: J) "Obligatorio usar sOInbrero"
Las expresiones 1, 2 Y 3 podrían considerarse
sinlplclnente Honnas: unn nornla que pernlÍte, una
que prohíbe y una tercera (pIe declara obligatoria la
acción de usar sornbrero.
Si así fuera, nuestro intento de fornlulizar un
c~l1culo lógico <.le l~s expresiones deónticas elllpeza-
ría por una Jifjcultad. Este cálculo lógico nos in-
duce a asignar valores de verdad a nuestros enun-
2. lulerdefinibiJidad
f
t
L.
I
l
f _ ~
VIII
LEYES DEúNTICAS
1. Importernos tautologías
CONTflAnIED:\O
Op . . . .--------------... Ph p
Pp ......- - - - - - - _ ·.....
sunCONrnAnlEDAO
• .P-p
.f. Contrarieuad
3) -( -P-p . -Pp)
Pero, por interdcfiníbilidad de operadores deón-
ticos, -P-p ;:=.: Op, y -Pp ===: Ph p. Así:
4) -( Gp . f>h p.)
fIemos obtenido -como teorClna- la ley de
contrariedad deóntic3, que afinl1a que un mismo
a'cto no puede ser a la, vez obligatorio }' prohibido.
, -- l
5. Suhn1tern~ción
3) -P-p.~ Pp
Finahnente, por interdcfinibilidad de operado-
res, obtenemos:
4) Op ::> Pp'
que es una de las leyes de subalternación de6ntica:
lo que es obligatorio está permitido (por ejemp10,
si me obligan a pagar las deudas, Ine estará permi-
tido pagarlas). .
De modo parecido. puede deIn0strarse como teo-
reIna la otra ley (le subalternaci6n:
1) Pp v P-p
Sin usar la conmutación, transformarnos la fór-
mula en un condicional:
2) -Pp ::> P~p
I
132 LOCICA, I'R')POS.
fr. Contradicci6n
7. El opcr~u.lor uF"
r .
i
LEYES DEON11CAS
5) P ( P . .C)) :J (Pp . Pq )
IIernos llegado así a la ley que. queríarnos demos-
trar. Podemos enunciarla como: si la conjunción
de dos actos está permitida, cada u~ de ellos tam-
bién estará pennitido 3:1.
1. Concepto
.
I
•
158 . . LÓGICA, PROPOSICIÓN Y NORMA
:;
lb 1
I~
lNDICE- ALFAB:E:TICO··
o 1=)0.
prnposicjofW'(
obligad,:m "ltern:ltiva (tcoH:rna). contTaria5 '! l'ontradictoriás, 115.
1·10. lIonnativils: 122.
obligatorio, 119 y ~s. Sl1haltenulJlte~ )'. subalternas,.
operadort!s. 41, }07. 110, 120, 116.
J34. !iuhcontrnrins. 115.
deónticos, 119, 1:34. I'u(cr.dorf. 1.52.
owci6n. 35.
Ora yen, 39. Q
p 'Juine. 56, 102.
contrarios); las verticales, las leyes de subalterna- tema; pero es posible fonnular una justificacióD: ra-
ción (donde "Op" es subalternantc de "Pp" y "Ph p" cional y hasta intuitiva de tal principio. ..,
10 es de "P-p") j y las diagonales, las de contradic- En' efecto, 10 que esta ley 'sostiene es que no
ción (que establecen la incompatibilidad entre "Op" todo puede estar Hrphibido. Alguna vez se ha vis-
y "P-p" y entre "ph p" Y "Pp", así como entre sus to en esta expresi6n el requisit9 de un mínimo de
respectivas negaciones). libertad (esto es, dé existencia de actos facultátivos
El cuadro de oposición indica la existencia de
I dentro del sistema)'; pero tal cosa no es, en rigor,
cierto repertorio básico de tautologías deónticas que estrictamente necesaria: nuestro sistema deóntico'
no provienen de la lógica proposicional. Pero en- nos permitirá simbolizar, del mismo modo, un or-
tonces, ¿de dónde salen, y por qué son tautologias? den normativo en que la .libertad brille por su au-'
Esto es lo que tendremos que demostrar ahora. sencia.
Supongamos que me prohíben usar sombrero:' si ,
el orden conserva un mínimo de racionalidad, me
3. El principio de subcontrariedad
estará permitido andar descubierto;, Y si me pro-
En nuestras demostráciones contaremos con un híben no usar sombrero (es decir,' me obligan a
sólido instrumento: las tautologías "importadas". usarlo), tendrán que 'permitirme que 10 use. Na-
Pero, además, necesitamos un punto de partida, una turalmente, también' puede ser que un legislador
cabeza de playa en el territorio deóntico. Es decir, menos proclive a fastidiar a sus semejantes me per-
un axioma que nos pennita deducir las demás leyes. mita tanto usar sombrero como no usarlo (con lo
que el acto deviere libre o, para decirlo con mayor
Seguiremos para esto a van Wrighe 1 y tomare- propiedad, facultativo). Pero, aunque el legislad~r
mos como axioma el priIlcipio de subcontrariedad: no desee dejarme' margen alguno de libertad, alme-
Pp v P-p 32 (por ejemplp, está permitido apostar o nas deb~rá permitirme que cumpla con mis obliga-
bien está pennitido no apostar). Por tratarse de dones y
permitirme que no realic~ las conductas
un axioma no corresponde prob1rlo dentro del sis- prohibidas. Esto· es, sr~que las nO!:!llas
motiven mi Cclnd~ menos para dis-
31 Wright, Georg H. von, .Un ensayo de l6g1ca deóntica V ÚI
leorla general de la Clcc!ón, México, 1916, p. 18; ver también Ver- tinguir íñis acciones lícitas de mis acciones ilícitas.
nengo, Roberto J., Curso de teorla general del clere,.1IO, Bs. As., 1972, Tal es, precisamente, el sentido de la ley de sub-
p. 82, párr. 2.1.9. . .
32 Nótese que la ley de SlJbcontrarieJad (Pp v P-p) es dife-
contrariedad: dada una acción detenninada (p), o
rente de \a ley "imporladu" del tercero excluido (Pp V -Pp). bien está pennitido cumplirla (Pp) o bien está per-
V. L6¡¡:lea.
fNDICE Al.F ADÉ'nOO
\ ' . . : . • f'
silogismo disyuntivo,
.. ~ •••
93.
..,
oc" lá' ," obH'gació'J ·aherllaUva•..
I
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y •• ' ,
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