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El suicidio

El suicidio en nuestra sociedad es una realidad incómoda, algo tabú


de lo que uno se avergüenza. En nuestra profesión de psicólogos, el
suicidio es una realidad a la que nos vamos a tener que enfrentar
tarde o temprano y no nos podemos permitir el lujo de no tener las
habilidades y los conocimientos apropiados llegado el momento.

En este artículo, mi intención es ofrecerte datos realistas sobre el


suicidio y exponer las habilidades más útiles e interesantes para
poder hacer frente a esta problemática a un nivel profesional.

Si nos atenemos a los datos más recientes, en España se suicidan,


cada año, unas 4000 personas (siempre aproximado, teniendo en
cuenta la dificultad de la recogida de datos sobre ésta temática), cifra
que se sitúa por encima de las muertes en accidentes de tráfico. Estos
datos ya son de por sí alarmantes, pero los casos que nosotros vamos
a ver en terapia no son “suicidas”, si no “Gente que se quiere
suicidar”, que es algo más difícil de estimar, aunque los datos indican
que son 10 o 20 veces más que aquellos que se consiguen
suicidar.

Descarga aquí la infografía sobre el suicidio de la OMS


Para empezar a diferenciar, el “suicida” es aquella persona que ya ha
puesto fin a su vida, mientras que “aquellos que tienen intención
suicida” no lo han hecho pero están empezando a elaborar planes e
ideas para llevarlo a cabo.

Esta diferenciación es importante a nivel terapéutico ya que la carga


emocional negativa de la palabra “suicida” es tremenda como para que
una persona la tenga que soportar (como he mencionado al principio,
es incluso vergonzosa).

Por una cuestión de comodidad gramatical, en este artículo voy a llamarlos


“suicidas” a pesar de que dejaré al margen de las estadísticas de
tratamientos de terapia, por razones bastante obvias, al grupo que ya ha
puesto fin a su vida.
Clasificaciones del Suicidio
Para continuar con la diferenciación, podemos hablar de distintos
tipos de suicidas y de distintas clasificaciones según la aproximación
que elijamos.

Los 4 Tipos de Suicidio según Durkheim


En los años 60, el sociólogo Emile Durkheim estableció una
clasificación de los suicidios basándose en las razones por las que se
suicidaban, siempre desde una perspectiva de la sociedad (como buen
sociólogo que era) habló de 4 tipos de suicidios:

1. Suicidio altruista
El sujeto se suicida en pro de la sociedad, por ejemplo, creer que es
una carga para los demás o que ya ha cumplido su misión en la
sociedad.

2. Suicidio Egoísta
El sujeto se suicida por sentirse poco integrado en la sociedad o como
castigo hacia ella. Hay víctimas de acoso que se suicidan como
castigo hacia sus agresores y a su entorno.

3. Suicidio Anómico
El sujeto se suicida debido a déficits que tiene la estructura social para
proveer a ciertos individuos. Aquí el ejemplo lo tenemos en aquellas
personas que, durante la crisis, se han suicidado por ver hundidos sus
negocios o embargados sus hogares.

4. Suicidio Fatalista
El suicidio se comete porque la sociedad posee unas normas
demasiado estrictas. Tirando de ejemplo literario, “Romeo y Julieta”
encajaría perfectamente en esta definición.

Las 3 Tipologías Básicas de Suicidio según el Ministerio de


Salud
Más recientemente, en 2011, el Ministerio de Salud publicó su “Guía
de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta
Suicida” en la que se habla de tres tipologías básicas dentro del
marco de la Atención Primaria en centros médicos y de salud:

1. Cuando han sobrevivido a un intento previo de suicidio.


2. Cuando acuden a consulta manifestando ideación suicida.
3. Cuando poseen ideación suicida pero aún no la manifiestan
verbalmente.

Las 3 categorías del Suicidio según el programa SUPRE de la


OMS
En ésta misma guía se habla también de la clasificación que hace
el programa SUPRE de la OMS. En este programa, siendo el más
detallado, se distinguen entre tres categorías en función del riesgo
de suicidio:

1 | Riesgo Bajo
La persona ha tenido algunos pensamientos suicidas del estilo de “no
quiero seguir adelante”, “desearía estar muerto”, “estarán mejor sin mí”
pero no hay ningún plan para llevarlos a cabo.

2 | Riesgo Medio
La persona tiene pensamiento suicidas y planes para llevar a cabo un
suicidio, pero no es inmediato.

3 | Riesgo Alto
La persona tiene un plan definido, medios para llevarlo a cabo y
planea hacerlo inmediatamente. Lo que ha de primar para clasificarlo
de “alto riesgo” es la elaboración del plan.

Los 2 Tipos de Derivación según las características del


Sujeto
En este programa se especifican además dos tipos de derivaciones
según las características del sujeto, por lo que podemos hablar de
derivación urgente (de carácter inmediato) y derivación preferente (en
el margen de una semana):

Derivación Urgente
 Presencia de tentativas previas
 Presencia de enfermedad mental grave
 Conducta suicida grave reciente
 Expresión de intencionalidad de suicidio
 Situación sociofamiliar de riesgo o falta de soporte
 En casos en los que se dude sobre la gravedad de la ideación o
riesgo de intento inmediato

Derivación Preferente

 Alivio tras la entrevista


 Expresión de intención de control de impulsos suicidas
 Aceptación del tratamiento y medidas de contención pactadas
 Ausencia de factores clínicos de riesgo
 Apoyo sociofamiliar efectivo

Primeras medidas en terapia


Como terapeutas es fundamental saber cómo reaccionar ante un
caso de intento de suicidio en terapia, no sólo a un nivel técnico
sino también a un nivel empático y actitudinal.

El intento de suicidio te lo vas a encontrar de dos formas:

1. Demandado de una manera explícita por el paciente o por el


profesional que te lo haya derivado.
2. Descubrimiento a medida que van avanzando las sesiones y
el/la paciente te lo confiese.

¿Cómo afrontar el suicidio en terapia?


No obstante, a pesar de que las situaciones pueden ser diversas, la
forma de afrontarlo va a ser muy parecida. El afrontamiento del
suicidio en terapia comienza mucho antes de que el cliente te hable
sobre sus intentonas particulares.

Comienza hablando en terapia sobre el suicidio, tocando temas como las


estadísticas reales o los mitos sobre suicidio, preguntándole directamente si
ha tenido pensamientos suicidas o sobre hacerse daño. Al comenzar a
hablar sobre éstas cosas su nivel de ansiedad bajará (entre otras cosas
porque derribarás sus tabúes, hablarás tú  primero, le mostrarás que no le
juzgas…) sin aumentar el riesgo de conducta suicida. Aún así, hay que
tener en cuenta que la reducción de ansiedad no va a hacer que
desaparezcan las intenciones suicidas.

Cuando aparezca el tema del suicidio en terapia lo primero que has


de hacer es priorizar este tema por encima de cualquier otro y
evaluarlo para poder saber el grado de elaboración del plan de suicidio
que tiene la persona.

Es una de las pocas situaciones en las que puedes saltarte algunas de


las “normas del psicólogo”, ya que debes:

 Alargar la sesión si es necesario


 Dar tu número personal
 Retrasar y cancelar sesiones con poca antelación (las
posteriores a la del suicida)

Qué hacer y qué no hacer en terapia


Qué hacer

 Escuchar, mostrar empatía y mantener la calma


 Mostrar apoyo y preocupación
 Tomar en serio la situación y evaluar el riesgo
 Preguntar acerca de los intentos previos
 Explorar posibilidades diferentes al suicidio
 Preguntar acerca del plan de suicidio
 Ganar tiempo, pactar un contrato de no suicidio que dure hasta la siguiente sesión e ir re
 Identificar otros apoyos
 Quitar y controlar los medios, si es posible
 Tomar acciones, contar a otras personas, obtener ayuda
 Si el riesgo es alto, permanecer con la persona

Qué no hacer

 Ignorar la situación
 Mostrarse consternado o en pánico
 Decir que todo estará bien
 Retar a la persona a seguir adelante
 Hacer parecer el problema como algo trivial
 Dar falsas garantías
 Jurar guardar secreto
 Dejar a la persona sola

Fuente: Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta


Suicida.

Qué, Cómo y Cuándo preguntar


Qué preguntar

 Para descubrir la existencia de un plan suicida: ¿Alguna vez has elaborado planes para a
vida? ¿Tienes alguna idea de cómo lo harías?
 Para indagar sobre el posible método: ¿Tienes pastillas, insecticidas, armas o algo simila
 Para obtener información sobre si la persona se ha fijado alguna meta: ¿Has decidido cu
llevar a cabo el plan? ¿Cuándo lo vas a hacer?

Cómo preguntar

 ¿Te sientes infeliz o desvalido?


 ¿Te sientes desesperado?
 ¿Te sientes incapaz de afrontar cada día?
 ¿Sientes la vida como una carga?
 ¿Sientes que la vida no merece vivirse?
 ¿Sientes deseos de suicidarte?

Cuándo preguntar

 Después de que se haya establecido la empatía y la persona se sienta comprendida.


 cuando el paciente se sienta cómodo expresando sus sentimientos.
 Cuando el paciente está en el proceso de expresar sentimientos negativos de soledad, im

Fuente: Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta


Suicida.

Técnicas para el Tratamiento de la Conducta Suicida


A corto y medio plazo
 Razones para vivir: Elabora una lista de razones del cliente
para seguir viviendo. Vale cualquiera, pero preferiblemente se
buscan positivas y a largo plazo.
 Tareas incompatibles: Acuerda con tu paciente una lista de
tareas, preferiblemente agradables, que sean completamente
incompatibles con el método de suicidio elegido debido al lugar
de realización, la gente, los materiales disponibles…
 Chantaje emocional: Se busca que tome consciencia de todas
las consecuencias que conlleva el suicidio: “¿Quién encontrará
tu cadáver?”, “¿En qué estado estará tu cuerpo cuando lo
encuentre?”,“¿Cómo crees que le sentará?”, “¿Le marcará para
toda la vida?”, “¿Qué pensarán tus hijos de ti si te matas?”,
“¿Hablarán mal de tu familia y tus amigos a sus espaldas?”.
Puedes discurrir con él o ella cómo ocurrirá toda la secuencia del
suicidio, desde la preparación hasta el descubrimiento del
cadáver y sus consecuencias para su círculo social cercano,
pasando por todos los detalles emocionales y escatológicos que
puedan haber pasado por alto.

A medio y largo plazo

 Pros y contras del suicidio: Elabora una lista con los pros y
contras de suicidarse. Cuidado con ésta técnica si no hay
suficientes Pros. Se emplea sobretodo para poder discutir la idea
del suicidio.
 Resolución de problemas: Para analizar las posibles
alternativas al suicidio. Es bueno combinarla con los Pros y
Contras para evaluar cada alternativa.
 Discusión cognitiva de las ideas suicidas: Se trata de rebatir
los pensamientos negativos presentes en la conducta suicida
según los principios de la Discusión Cognitiva. Los pensamientos
a discutir serían del estilo de : “No puedo soportar más este
dolor”, “El mundo estaría mejor sin mí”, “Quiero descansar”, “Es
la única solución”, “Mi vida no tiene sentido”…
 Proyección temporal con refuerzo positivo: Se trata de hacer
que tu paciente cree una imagen de sí mismo dentro de un año,
de cómo se ve a sí mismo finalizada la terapia, con todas las
estrategias aprendidas y su situación mejorada. El objetivo
es crear una imagen que actúe como refuerzo positivo de la
terapia para momentos de gran desesperanza, que además sirve
para aumentar la motivación hacia la terapia.

Asumir que puedes fallar


Siempre va a existir la posibilidad de que fallemos. En otras terapias,
fallar significa cambiar el tipo de técnica empleada, cambiar de
profesional, dejar de venir, alargar la terapia… En estos casos
significa que el paciente ha muerto.

La muerte de un paciente siempre nos va a afectar porque, por


muy profesionales que seamos, la vinculación está ahí. Lo que no
debemos permitir es que ello nos afecte más de lo apropiado: no
podemos dejar que afecte a nuestras vidas o a las demás terapias que
llevemos.

¿Cómo puedes conseguir esto? Ciertamente es algo difícil, porque


requiere de fortaleza y entrenamiento por tu parte, pero te puedes
aplicar el cuento de tus propias terapias y darte autoinstrucciones a ti
mismo/a, además de trabajar con el concepto de la “aceptación de lo
ocurrido”.

“No habría podido hacer más por ella”, “Es solo un caso entre decenas que
he atendido y el resto ha salido bien”, “Esto no quiere decir que sea mal/a
profesional”, “Para bien o para mal, todo pasa”… Éstas son sólo algunas de
las muchas frases que podemos incluir, pero claro, debemos incluir aquellas
que nos sirvan a nosotros.

No obstante, es bueno incidir en la idea de que hemos de tener muy


claro que la posibilidad de que se suicide siempre va a estar ahí, y
va a ser algo que tendremos que aceptar, pero después nuestra
vida va a seguir y tendremos que tratar a más gente que se merecerá
que estemos con ellos al 100%.

Será por eso que el trabajo hacia uno mismo con actitudes de


aceptación sobre lo que ha ocurrido, nos va a resultar fundamental
para tratar con pacientes de éste tipo, ya que, como se menciona
anteriormente,  son casos que dejan devastado emocionalmente al
profesional que los atiende.

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