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I. INTRODUCCIÓN
Una de las problemáticas más frecuentes en la salud psicológica y emocional de las personas, y
que afecta su autoestima, capacidad de autonomía y relaciones interpersonales en general, es
lo que se ha dado a conocer en el ámbito de las adicciones como codependencia o coadicción.
Entendiendo, que la persona codependiente experimenta una serie de signos y síntomas tales
como ansiedad, depresión, manifestaciones psicosomáticas, etc., como consecuencia del hecho
de haberse involucrado afectivamente con un adicto.
Beattie (1987); la define como: “aquella persona que ha dejado que la conducta de otra
persona la afecte y que está obsesionado por controlar la conducta de esa persona. La
coadicción es principalmente un proceso reaccionario”.
Whitfield (1989); la define como: “cualquier sufrimiento o disfunción que esté asociado
o que resulta de centrarse en las necesidades y conductas de los demás”.
Génesis
Algunos autores han reflexionado desde hace ya mucho tiempo atrás (Miller, 1994),
acerca de la naturaleza causal y progresiva de la codependencia. De este modo, se
discute si la adicción es causa de la codependencia o, a la inversa, se trata de una
“personalidad codependiente” que genera la progresión hacia la adicción.
Por otro lado, Ellis defiende la hipótesis de que algunas personas establecen
continuamente y permanecen en relaciones con adictos debido a que tienen un temor
extremo a estar solos y mantienen creencia irracional de que no se merecen algo
mejor. Tolerarán todo tipo de abuso pues necesitan desesperadamente estar con
alguien y no soportan la idea de estar solos.
El fenómeno de la codependencia ha sido asociado a variables tales como edad, género, baja
autoestima, depresión, locus de control externo (Rotter, 1966), ansiedad, antecedentes
de trastornos por dependencia de alcohol en la familia, entre otras, y existen varios
artículos que evalúan la capacidad de estos rasgos para predecir la codependencia
(Fuller y Warner, 2000; Lindley, 1999).
Evolución
Jiménez (2002), plantea que la codependencia debe ser considerada como una
condición relacionada estrechamente con la enfermedad adictiva y que se va
desarrollando conforme ésta evoluciona.
Se puede afirmar que mediante este proceso, el coadicto(s) en una familia “se van
haciendo” progresivamente, de manera paralela a la adicción del sujeto, con la
intención de limitar el desarrollo de la adicción y frenar la disfuncionalidad de su familia,
pero que por el contrario, tiene un efecto inverso.
FIG. 1: familia funcional, donde cada uno de los miembros ocupa un rol adecuado tanto
estructural como funcionalmente (el futuro adicto está graficado con líneas punteadas).
FIG. 2: Se aprecia cómo, al evolucionar gradualmente el proceso adictivo, el
farmacodependiente va abandonado su rol, expresado en la quiebra de las normas y
responsabilidades que la familia asigna al subsistema al que éste pertenece.
COD
Los manuales y tratados de clasificación diagnóstica como son el CIE-10 y el DSM III, III-R y IV,
no consideran dentro de sus categorías diagnósticas a la codependencia. Pero se han realizado
varias propuestas para que se incluya la codependencia en éstos. Una de las más serias
propuestas fue realizada por T.L. Cermak.
Cermak (1986), propone los siguientes criterios diagnósticos para lo que él llama Personalidad
Codependiente:
1. Inversión continuada de autoestima en su capacidad para controlarse a sí mismo y a
los otros para enfrentar serias consecuencias adversas.
V. TIPOS DE COADICTOS
Coadicto directo; aquel que proporciona al alcohol, drogas o dinero al adicto para su
consumo, o se une a él en el uso de drogas.
Coadicto pasivo; aquel que no confronta, pero “absorbe el dolor”. Se caracteriza por
observar, sufrir y callar, pretendiendo que no sucede nada. Tiene gran tolerancia al
dolor y habilidad para actuar y callar.
Coadicto confrontador; aquel que busca controlar la conducta del adicto a través de
tratos, sobornos, chantajes y ultimátums. Actúa como control externo cuidando que el
comportamiento del adicto no se descontrole.
Desgraciadamente, el resultado final es que la adicción se fortalece y la familia se enferma más aún,
estableciéndose un sistema familiar que gira en torno al adicto, forman un equilibrio.
Cada uno de los integrantes de la familia tiene un rol, que cumple una función:
El Cuidador: Ellos asumen todas las tareas y responsabilidades que puedan, con tal de que
el adicto no tenga responsabilidades, o tenga las menos posibles (se hacen cargo de todo),
están convencidos de que al menos "las cosas están andando". Lo que no pueden ver, es
que se cargan con tareas que no les corresponden y con responsabilidades que no son
suyas, produciendo una sobrecarga que afecta su salud. Esto a su vez facilita la falta de
conciencia en el adicto.
El hijo olvidado: pocas veces se le tiene en cuenta en los asuntos familiares. Es tímido,
solitario, aparentemente independiente y despreocupado. Internamente se siente solo,
incapaz, temeroso y resentido. Puede emitir reclamos de atención bajo la forma de
enfermedades psicosomáticas o simplemente aislándose cada vez más.
El Desentendido, o el que no se da por enterado: Usualmente este rol es tomado por algún
menor de edad que se mantiene "al margen" de las discusiones y de la dinámica familiar. En
realidad es una máscara a modo de defensa, que cubre una gran tristeza y decepción que
es incapaz de expresar.
El Disciplinador: Este familiar presenta la idea de que lo que hace falta es un poco de
disciplina y agrede al adicto, ya sea física y/o verbalmente. Esta actitud nace de la ira y
frustración que se acumulan en la familia del adicto y de los sentimientos de culpa que
muchos padres albergan por la adicción de sus hijos. Por supuesto que la violencia no
añade nada positivo a la dinámica familiar ya enferma por la adicción.
Stephen Karpman, plantea “El Triángulo Dramático de Karpman” en donde pone de manifiesto 3
roles o papeles que podrían ser adoptados por el individuo como parte de su interacción con otros.
Karpman señala que quienes participan en juegos psicológicos, con frecuencia intercambian sus
papeles. Por ejemplo, una persona que ha desempeñado el papel de Víctima, se puede cansar de
ser humillada y convertirse en Perseguidor repentinamente. De igual forma, alguien que comienza
como Salvador puede descubrir que es una Víctima
Dichos roles pueden ser estar presentes también dentro de la relación entre adicto y coadicto:
P S
(Perseguidor) (Salvador)
Los padres de los adictos suelen hacer regalos en forma de dinero, justifican ausencias
de trabajo, rescatan a sus hijos de las consecuencias legales, proporcionan vivienda y
cubren otras necesidades del adicto.
Los padres con ansiedad de ego piensan que su valía como seres humanos se
determina en la manera cómo salen sus hijos. Si los hijos tienen problemas tal vez fue
porque fueron malos padres y ello es imperdonable y los convierte en malas personas.
Los padres con ansiedad por el malestar creen que los esfuerzos de imponer un
tratamiento a sus hijos son muy difíciles y que ellos son muy débiles para soportar el
dolor de ver a su hijo sufrir por ello.
Se debe indagar con respecto a cómo se encuentra constituida la familia del adicto,
es decir, si ésta es una familia nuclear, monoparental, familia de madre soltera,
familia de padres separados, etc.
Con respecto a la cohesión familiar, está referida al grado de unión emocional que
existe entre los miembros de la familia, así como el nivel de autonomía disponible
en el sistema familiar.
Por otro lado, se debe evaluar las contingencias del comportamiento, es decir,
cómo se refuerza o castiga la conducta adictiva, o si dichos reforzadores provienen
de otras personas.
- Exagerar
- Gritar
- Ridiculizar
- Amenazar
- Exigir
IX.2 Instrumentos
La ECD-SF en su versión final consta de 16 ítems con escala de respuesta tipo Likert de 6
puntos; cuenta con una consistencia interna satisfactoria (Alfa de Cronbach 0 ,86) y una correlación test-
retest de 0,87.
Se cuenta con una traducción del instrumento adaptada a nuestra cultura que fue utilizado
en la tesis de grado de la postulante (Biscarra, Brandariz y Garófalo, 2008).
Lea las siguientes declaraciones y marque el número en los espacios que mejor lo
describa
1 = Totalmente en desacuerdo,
2 = Moderadamente en desacuerdo
3= Ligeramente en desacuerdo
4 = Ligeramente de acuerdo
5 = Moderadamente acuerdo
6 = Completamente de acuerdo
6 = Muy de acuerdo
1. Es difícil para mí tomar decisiones 1 2 3 4 5 6
2. Es difícil para mí decir "no" 1 2 3 4 5 6
3. Es difícil para mí aceptar los cumplidos con gracia 1 2 3 4 5 6
4. A veces me siento aburrido o vacío si no tengo problemas
en los cuales enfocarme 1 2 3 4 5 6
5. No suelo hacer cosas por otras personas que son capaces
de hacerlas por sí mismo 1 2 3 4 5 6
6. Cuando hago algo bueno por mí mismo, por lo general me
siento culpable 1 2 3 4 5 6
7. No me preocupo mucho 1 2 3 4 5 6
8. Me digo a mí mismo que las cosas van a mejorar cuando
la gente que forma parte de mi vida, cambia lo que está 1 2 3 4 5 6
haciendo.
9. Me parece que tengo relaciones en las que siempre estoy
ahí para ellos (as), pero que rara vez ellos(as) están allí 1 2 3 4 5 6
para mí
10. A veces estoy concentrado en una sola persona hasta el
punto de descuidar otras relaciones y responsabilidades 1 2 3 4 5 6
11. Me parece entrar en relaciones que son dolorosos para mí 1 2 3 4 5 6
12. No suelo dejar que otros vean lo “real” de mí 1 2 3 4 5 6
13. Cuando alguien me molesta, lo aguanto por mucho
tiempo, pero a veces exploto 1 2 3 4 5 6
14. Por lo general llegaré a cualquier extremo para evitar un
conflicto abierto 1 2 3 4 5 6
15. A menudo tengo una sensación de temor o muerte
inminente 1 2 3 4 5 6
16. A menudo pongo las necesidades de otros por encima de
mis propias necesidades 1 2 3 4 5 6
X. INTERVENCIÓN
X.1 Objetivos:
Para asistir a la consejería individual y grupal es necesario: elaborar una lista de los
miembros que van a participar., así como el reconocimiento del problema, y cumplimiento
con las tareas terapéuticas.
X.3 Técnicas
TREC
A A B
C C
Solución de problemas
Se fija como objetivo educar a la familia a que aprendan a solucionar todo tipo de
problemas (situaciones conflictivas). Pasos:
- Especificar el problema.
- Concretar la respuesta que como hábito damos al problema.
Entrenamiento asertivo
Se tiene como objetivo lograr que la familia en su totalidad, aprenda a expresar sus
pensamientos y emociones de manera adecuada, sin ofender ni dañar a los demás
miembros. Pasos:
Contrato padre-hijo
- Escribir el acuerdo.
- Firmar el contrato y darle un seguimiento.
BIBLIOGRAFÍA
2. Jiménez, J. (2002). “Revista de Psiquiatría y Salud Mental, Hermilio Valdizán” Vol. III – N° 2. Perú,
Lima.
3. Guevara, W. “La Codependencia, Una Forma De Convivir Con El Sufrimiento”. CSI. Boletín 48. 13-
15.