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La revisión constitucional de las

sentencias por parte del Tribunal


Supremo de Justicia

Índice
Introducción................................................................................................................................3
La sentencia como especie de acto jurídico..........................................................................4
Revisión en el marco Constitucional.......................................................................................7
La revisión constitucional en el ámbito jurídico.....................................................................8
Finalidad de la revisión.............................................................................................................9
Sentencias objeto de revisión................................................................................................10
Criterios de admisión..............................................................................................................11
Procedimiento a seguir...........................................................................................................12
Conclusión................................................................................................................................13

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Introducción
El presente trabajo tiene como principal objetivo realizar un análisis crítico-investigativo
sobre La revisión constitucional de las sentencias por parte del Tribunal Supremo de
Justicia, para esto debemos saber que La constitución es la norma máxima que
representa al estado.

También debemos saber qué es una sentencia. Sabiendo que en este sentido, Román
Julio Frondizi dice que la sentencia:

Puede ser entendida como el acto procesal conclusivo mediante el cual el órgano
jurisdiccional resuelve la causa, sea que juzgue sobre el fondo del asunto, sea que lo
haga sobre cuestiones previas que puedan impedir un juicio sobre el fondo. Pero no es
solamente esto. El Juez, por medio de la sentencia, debe dar respuesta a las
cuestiones que los litigantes han planteado, a los argumentos y razones que ellos le
han sometido a consideración y decisión. No puede cancelar las razones de las partes;
puede, sí, considerarlas no atendible, pero dando cuenta del por qué, examinándolas
críticamente.

Los recursos son aquellos medios impugnativos de las decisiones judiciales, y por lo
tanto, no entra en dicha definición la posibilidad de denominar así la impugnación de
los actos administrativos.

Resuelto este pequeño excurso, que nos parecía necesario desde el punto de vista
conceptual, nos enfocamos ahora en el tema a desarrollar antes mencionado.

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La sentencia como especie de acto jurídico

Las relaciones entre las personas (tanto naturales como jurídicas), se dan entre actos,
es decir, entre esas diversas manifestaciones que entre los tales se realizan para el
desarrollo de los ideales presentes o constitutivos del vínculo que los une.

Estos actos no son más que la exteriorización de la voluntad de las personas,


tendentes a crear relaciones jurídicas entre estos, es decir, a crear, modificar o
extinguir entre los tales, derechos, obligaciones o garantías de naturaleza plenamente
jurídica, o sea, de conformidad con el derecho.

El acto jurídico se puede definir como la manifestación de la voluntad, que se puede


presentar de manera unilateral o plurilateral, cuyo objeto es crear, transferir o
transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones.

La Teoría General del Acto Jurídico, es una elaboración de la doctrina Francesa


posterior a la promulgación del Código Francés de 1804. No aparece sino hasta el
siglo XIX, pues el acto jurídico, en una formulación teórica, no fue concebido en Roma.
La Formulación teórica del Acto Jurídico comprende conceptos aplicables a toda
operación jurídica susceptible de constituirse en fuente de relaciones jurídicas y dar
lugar a la creación, regulación, modificación o extinción de derechos subjetivos.

En consonancia con los criterios antes escritos el acto jurídico es aquella


manifestación de voluntad y de consciencia de una persona, bien sea natural o bien
sea jurídica, donde con plena aquiescencia respecto a la posición que toma (por
argumento en contrario, la decisión es tomada libremente, sin coacción de ningún
tipo), realiza tal acto con plena intención de producir efectos o consecuencias jurídicas.

Esto quiere decir que cuando dos personas suscriben un contrato, concurriendo en el
mismo los elementos constitutivos del mismo, estamos hablando de la manifestación
inequívoca de un acto jurídico en sentido estricto.

Dentro de la Teoría de la Constitución se explica que la misma no es más que un


contrato social además es necesario recordar que el cimiento mismo de la
Constitución como contrato tiene su génesis en la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, la cual, en su artículo II disponía: “La finalidad de toda
asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del
hombre. Esos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la
opresión”.

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Entonces, bajo estos parámetros, tenemos que el más importante de los actos
jurídicos es la Constitución, como pacto socio-político y jurídico destinado a crear la
nación y sus instituciones y a regular el marco de los derechos fundamentales de los
individuos.

Sin embargo, hemos de acotar que dentro de este contrato socio-político, la sociedad
hizo consentimientos importantes como lo fueron: la pérdida de una libertad plena a
favor de una organización seria, objetiva, justa. Y dentro de estos parámetros se
produjo la aparición de los Poderes Públicos, como entes encargados de la
organización política del Estado.

En nuestra Constitución, la organización de dicho entes se encuentra en el artículo


136 que dispone:

“Artículo 136. El Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal
y el Poder Nacional. El Poder Público Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo,
Judicial, Ciudadano y Electoral. Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus
funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre
sí en la realización de los fines del Estado”.

Entonces, en este sentido, vemos como ese acto jurídico de altísimo nivel como lo es
la Constitución, asignó funciones específicas a cada órgano conformante del Estado;
funciones estas que sólo pueden ser desarrolladas a través de otros actos jurídicos.

En efecto, y a simple guisa de ejemplo, cuando nos referíamos a los actos


administrativos, indicábamos que eran actos (actos jurídicos, entiéndase) emanados
de la administración pública.

Pues bien, como quiera que dichos órganos poseen personalidad jurídica no en razón
de su organicidad sino en relación con el Estado venezolano y la función que
desempeñan (de ahí que los encabezados de dichos actos nombren el ente en
cuestión, es decir, «República Bolivariana de Venezuela» cuando es un ente o un
órgano del Poder Público Nacional o una persona jurídica estatal de derecho privado,
como una empresa del Estado, o una persona jurídica de derecho público no
territoriales, como una universidad nacional) ellos producen actos jurídicos, pues es su
forma habitual de desarrollar sus funciones públicas.

Por ello, las decisiones judiciales poseen como encabezado el nombre de «República
Bolivariana de Venezuela» en virtud del cual emiten su decisión con base a las normas
jurídicas (por autoridad de la Ley), por lo tanto, estas decisiones, como quiera que son
resoluciones de juicio, es decir, el final de una labor evaluativa de los argumentos
hechos por las partes, es una auténtica manifestación de voluntad del órgano
jurisdiccional, es decir, la sentencia es un acto jurídico.

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Ya hemos dicho que el pronunciamiento, siendo como es una fase, la tercera del
procedimiento, no se identifica con la decisión de la litis; ésta puede ser, pero puede
también dejar de serlo, pate de ella, y de todos modos nunca es su contenido único;
basta pensar, por una pate, que cuando, por ejemplo declara el juez su incompetencia,
hay ciertamente un pronunciamiento, pero no una decisión, y que, por otra parte, la
condena a las costas o la declaración de la ejecutoriedad provisional de la sentencia
no tienen nada de común con la decisión de la litis, mientras que indudablemente
están comprendidas en el pronunciamiento. Se da, pues, el nombre de
pronunciamiento a aquella sucesión de actos que, cuando mediante el cumplimiento
de la instrucción se han adquirido los elementos para proveer sobre las demandas de
las partes, tienden a formar la providencia del juez y a procura la eficacia de ella.

queda claro que la misma es un acto jurídico, por cuanto: (I) emana del Poder Público
en función judicial, por lo tanto, es un acto emanado de una autoridad público, ergo,
una persona jurídica de naturaleza pública; (II) es una manifestación de voluntad de la
administración de justicia; y (III) tiende a producir efectos jurídicos, lo que en este
caso, y en sentido lato, se refiere a resolver una controversia que le ha sido planteada,
y en sentido específico, el desarrollo de esa resolución pasa por el prisma de crear,
modificar o extinguir relaciones jurídicas.

De esta forma, la sentencia no es sólo un resultado mecánico de investigación jurídica,


por llamarlo de algún modo, sino que es el resultado de una cadena de argumentos
que han sido razonados por el Juez y que en esa decisión han de plasmarse, con el
objetivo palmario de ofrecer una solución justa; siendo esto último un valor, de rango
constitucional, claro está, que ofrece como necesaria utilización a la argumentación
jurídica, es decir, a la razonabilidad o el modo de justificación externa de la resolución
judicial que brinde a las partes, y a la sociedad en general, de la justificación de la
posición asumida por el juez en el fallo.

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Revisión en el marco Constitucional

La revisión constitucional, se encuentra contemplada en la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela en los artículos 335 y 336 numeral 10; en dichas
disposiciones nuestra carta magna otorgó a la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia competencia para:

1. Revisar decisiones definitivamente firmes de amparo constitucional, dictadas


por los demás Tribunales de la República.
2. Revisar decisiones definitivamente firmes de control de constitucionalidad de
leyes o normas jurídicas, dictadas por los demás Tribunales de la República

Asimismo, se evidencia que la Ley Orgánica del Tribunal Supremo, en el artículo 5


numerales 4, 16 y 22, otorgó a la Sala Constitucional competencia para:

1. Revisar decisiones definitivamente firmes de amparo constitucional, dictadas


por los demás Tribunales de la República.
2. Revisar decisiones definitivamente firmes de control difuso de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas, dictadas por los demás
Tribunales de la República.
3. Revisar sentencias dictadas por una de las Salas, cuando se denuncie
fundadamente: (i) la violación de principios jurídicos fundamentales contenidos
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Tratados, Pactos
o Convenios Internacionales suscritos y ratificados válidamente por la
República, (ii) un error inexcusable; (iii) dolo, (iv) cohecho, o (v) prevaricación.
4. Efectuar, examen abstracto y general sobre la constitucionalidad de una norma
previamente desaplicada mediante control difuso de la constitucionalidad por
una Sala del Tribunal Supremo de Justicia.

Establecidas las disposiciones encontradas en nuestra Constitución y legislación, con


respecto a dicha figura, se procede a su estudio en el contexto de nuestro
ordenamiento jurídico, y en tal sentido, precisaremos su naturaleza, finalidad, doctrina
y jurisprudencia.

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La revisión constitucional en el ámbito jurídico

La revisión constitucional, ha sido definida por PORTOCARRERO, como una potestad


inédita, excepcional, extraordinaria, de la cual se ha desestimado su condición de
recurso, por cuanto a decir de éste, la revisión no cuenta con las garantías procesales
propias del ejercicio del mismo, especialmente el debido proceso y la tutela judicial
efectiva, ello, en razón de que no le es exigible a la Sala Constitucional la admisión,
tramitación y decisión de la solicitud de revisión que se le formule, al ser ésta, de
carácter discrecional.

En cuanto a este particular, conviene resaltar la opinión del profesor Casal según la
cual debe darse un tratamiento diferente a la revisión en el caso de las sentencias de
amparo y a la revisión en el caso de las sentencias en las que se haya ejercido el
control difuso de la constitucionalidad, pues estas últimas no deben quedar al simple
criterio discrecional y selectivo de la Sala Constitucional. Esta posición, parece haber
sido acogida por la jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia. Así, la Sala, mediante sentencia número 1998 de fecha 22/07/2003, señaló
expresamente que “es necesaria la distinción entre las decisiones definitivamente
firmes en las cuales se aplica el control difuso de la Constitución y el resto de las
sentencias que pueden ser objeto de revisión, ya que el tratamiento debe ser distinto”

Ahora bien, en cuanto a las explicaciones realizadas por la Sala Constitucional en


torno a la naturaleza jurídica de dicho mecanismo, debemos mencionar que la referida
Sala, en diversas oportunidades, ha mencionado que estamos en presencia de: 1) una
potestad, que en modo alguno puede considerarse como una tercera instancia, 2) un
recurso extraordinario, 3) una solicitud que no tiene carácter de recurso ni ordinario ni
extraordinario. En tal sentido señalamos que un primer criterio fue el de calificarla
como una potestad extraordinaria y excepcional, ello al mencionar en la sentencia Nro.
2.507 del 15/10/2002, lo siguiente:

“Al respecto, la Sala debe reiterar que la revisión no constituye una tercera instancia,
ni un recurso ordinario que opere como un medio de defensa ante la configuración de
pretendidas violaciones o sufrimientos de injusticias, sino una potestad extraordinaria y
excepcional de esta Sala Constitucional con la finalidad de la uniformación de los
criterios jurisprudenciales y, con ello, garantizar la supremacía y efectividad de las
normas y principios constitucionales, lo cual reafirma la seguridad jurídica”.

Un segundo criterio de la Sala Constitucional ha sido calificar al mecanismo de


revisión como un recurso extraordinario, así señaló en sentencia Nro. 1.615 del
26/12/2000, lo siguiente:

“En el presente caso se solicita la revisión de una sentencia definitivamente firme


dictada en sede constitucional, y de acuerdo a lo que ya se dejó expuesto, esta Sala,
declara su competencia para conocer el Recurso Extraordinario de Revisión
interpuesto...”

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Finalidad de la revisión
Conforme a la naturaleza jurídica del mecanismo extraordinario de revisión
constitucional, así como a lo contemplado en la exposición de motivos de nuestra
Carta Magna, observamos que la finalidad del mismo es pública y objetiva, por cuanto
se traduce en:

1. Garantizar la uniformidad de la interpretación de las normas y principios


constitucionales.
2. Garantizar la eficacia de la Constitución, con especial énfasis en materia de
derechos constitucionales.
3. Garantizar la seguridad jurídica, por cuanto responde a la incolumidad de un
orden constitucional, en el sentido de evitar decisiones que lesionen los
derechos y garantías que consagra la Constitución

De igual forma, la doctrina patria ha señalado que la finalidad del mecanismo de


revisión es objetiva, pues a través de la revisión constitucional lo que se pretende es la
verificación de la constitucionalidad del fallo objeto de la misma, es decir, que debe
estar determinada por una labor de contraste entre el fallo sometido a revisión y las
normas y principios constitucionales.

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Sentencias objeto de revisión
La Constitución así como la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia,
establecen cuáles son las decisiones que pueden ser objeto de revisión, sin embargo,
la Sala Constitucional ha interpretado con amplitud dichas normas, agregando por vía
jurisprudencial otras decisiones que pueden ser objeto de revisión.

En tal sentido, conforme a la Constitución observamos que sólo son dos (02) los tipos
de sentencias revisables, a saber: 1) las de amparo constitucional, y 2) las de control
difuso de la constitucionalidad de leyes o normas jurídicas, y en ambos casos se trata
de sentencias definitivamente firmes dictadas por los Tribunales de la República.

En cuanto a las sentencias de amparo constitucional, señalamos que en sentencia de


fecha 08/02/2000, la Sala aclaró que la facultad de revisión se ejerce sobre sentencias
que resuelven acciones de amparo autónomas. De igual forma cabe mencionar, a
modo de ejemplo, que en sentencia Nro. 2.524 de fecha 12/09/2003 se declaró con
lugar la revisión por haberse pronunciado el Juez en su sentencia de amparo, sobre el
fondo de un asunto contractual, que ha debido tramitarse por el procedimiento
ordinario, desatendiendo el carácter extraordinario del amparo constitucional; y en
sentencia Nro. 2.797 de fecha 24 de octubre de 2003, igualmente se declaró
procedente la revisión por haber utilizado el amparo constitucional para sustituir las
vías procesales ordinarias.

En lo tocante a las sentencias de control de constitucionalidad de leyes o de normas


jurídicas, dictadas por los Tribunales de la República, es necesario señalar que la Sala
ha advertido en sentencia Nro. 3.126 del 15/12/2004, que las mismas se deben
encontrar definitivamente firmes.

Por otra parte, es importante mencionar la obligación, establecida vía jurisprudencial,


que tienen los jueces de la República de informar a la Sala Constitucional las
sentencias en que hayan ejercido el control difuso de la constitucionalidad, así como
de informar si el fallo en cuestión es definitivamente firme y de remitir copia de la
decisión y de todo el expediente, a los fines de la revisión correspondiente, lo cual no
resulta aplicable a las sentencias de amparo constitucional.

En cuanto a la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, observamos, en primer


lugar, que dicha Ley, en su artículo 5 numeral 4, amplió la competencia de la Sala
Constitucional, atribuyéndole (expresamente) la revisión de las sentencias de las
demás Salas del Tribunal, en dos supuestos específicos, a saber:

1) por la violación de principios jurídicos fundamentales contenidos en la Constitución


o en los Tratados, Pactos o Convenios Internacionales

2) cuando la sentencia haya sido dictada por error inexcusable, dolo, cohecho o
prevaricación.

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Criterios de admisión

Entre los supuestos de inadmisibilidad, observamos que nuestra jurisprudencia ha


venido aplicando los siguientes:

1. La Sala Constitucional declara inadmisibles las solicitudes de revisión cuando la


sentencia cuya revisión se solicita, no se encuentra definitivamente firme, por no
haberse agotado los recursos dispuestos en nuestro ordenamiento jurídico. Sentencia
Nro. 60 de fecha 24/01/2002.
2. Asimismo, se declaran inadmisibles las solicitudes de revisión que contienen una
pretensión de amparo constitucional, por inepta acumulación de pretensiones y
procedimientos. Sentencia Nro. 3.516 de fecha 17/12/2003.
3. De igual forma, se declaran inadmisibles las solicitudes de revisión que no acompañen
a la misma copia certificada de la sentencia cuya revisión se requiere. Sentencia Nro.
2.217 de fecha 07/12/2006.
4. También se declaran inadmisibles las solicitudes de revisión constitucional que
resulten ininteligibles. Sentencia Nro. 1.988 de fecha 21/11/2006.
5. Así también, la Sala ha establecido como causal de inadmisibilidad el hecho de que el
presentante de la solicitud no se haga asistir de abogado o que éste no acredite su
representación judicial mediante instrumento poder conjuntamente con su solicitud.
Asimismo, ha declarado inadmisible la solicitud presentada por un abogado que tenga
un poder general, en donde no se establezca expresamente que el mismo tiene
facultad para interponer solicitud de revisión constitucional.
6. Finalmente, ha establecido como causal de inadmisibilidad el hecho de que el
solicitante de la revisión constitucional carezca de un interés particular, personal y
directo en la solicitud o legitimación, el cual puede evidenciarse de la condición de
parte o tercero en el proceso en el cual se produjo la sentencia cuya revisión se
solicita, que se verá afectado en su esfera jurídica particular con la misma. Sentencia
Nro. 2.862 de fecha 20/11/2002.

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Procedimiento a seguir

La Sala Constitucional, mediante sentencia del 18/05/2001, reguló el procedimiento,


ello al no haberse dictado la Ley orgánica respectiva (reserva legal expresa) exigida en
la Constitución para el ejercicio de la «atribución» de revisar sentencias
definitivamente firmes dictadas por los tribunales de la República; con fundamento en
lo dispuesto por el derogado artículo 102 de Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, que se corresponde con el párrafo tercero del artículo 19 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, el cual estipula que, ante la inexistencia de ley, la
Sala determina el procedimiento más conveniente siempre que tenga un fundamento
jurídico legal.

Es así, como la Sala ha asimilado para la revisión de sentencias los mismos


formalismos establecidos en la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales para la interposición del recurso de revisión. Esta vez adecuado el
procedimiento al nuevo ordenamiento constitucional, la Sala establece en sentencia de
1º de febrero de 2000, caso José Amado Mejía, que este procedimiento será el que
corresponde a la apelación de sentencias de amparo constitucional, en el sentido de
que una vez admitida la solicitud de revisión constitucional, habría un lapso de treinta
(30) días consecutivos para que la Sala profiriera su sentencia, lapso durante el cual
las partes podrían presentar cualquier escrito de alegatos.

Asimismo, estableció en dicha sentencia, que a los fines de emitir el correspondiente


pronunciamiento de admisión, la Sala puede fijar la realización de una audiencia, en la
que las partes expongan sus alegatos.

No obstante, para quienes ejercemos el derecho, se observa que en la práctica, la


Sala simplemente recibe la solicitud, designa el Magistrado Ponente y pasa a emitir
pronunciamiento sobre su procedencia o no; o sobre su inadmisibilidad.

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Conclusión
De lo expuesto podemos concluir que las sentencias que pueden ser objeto de
revisión constitucional son:

1. Las sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional, dictadas por


las Salas del Tribunal Supremo y demás tribunales.
2. Las sentencias definitivamente firmes en las que se haya ejercido el control
difuso de la constitucionalidad y las leyes, dictadas por los demás tribunales.
3. Las sentencias de las demás Salas que violen principios jurídicos
fundamentales contenidos en la Constitución,
1. Tratados, Pactos o Convenios Internacionales ratificados por la República.
4. Las sentencias de las demás Salas, que sean consecuencia de: (i) un error
inexcusable; (ii) dolo, (iii) cohecho, o (iv) prevaricación.
5. Las sentencias que violen la Constitución.
6. Las sentencias que se aparten de la doctrina vinculante o no de la Sala
Constitucional.
7. Las sentencias que violen derechos constitucionales

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