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afael Squirru

HACIA LA PINTURA
Si bien eí placer provocado por la contemplación de una
obra de arle precede a cualquier enfoque racional o valoración
crítica, no cabe duda de que el análisis de sus componentes y
el desmenuzamiento de sus elementos desmenuzabas pue-
den actuar como incentivadores de una mayor gustación esté-
tica.
Aprender a mirar un cuadro de un modo ennquecedor se
torna asi posible. Con claro sentido didáctico y ágil estilo,
Rafael Squirru logra, a través de este libro, un acercamiento
entre la obra de arte y el contemplador rara vez logrado en
intentos de esta naturaleza.
OfflO flPRKIflRUI
A sus profundos conocimientos, el autor suma los pensa-
mientos y testimonios de los más prominentes pintores de fa
historia acerca del arte, haciendo de Hacia la Pintura un
manual imprescindible para quienes se inician en ese camino
y un libro de incalculable valor para los ya familiarizados en su
contemplación.
Ralael Squimj (1925| se recibió ae Bachiller en el Colegio del Salvador d»
Buenos Aires y en t9dfl completo su Licenciatura en Leí ""
I Escocia|.
Director del Museo ae Arle Moderno de Buenos Aires (1
también la Dirección de Cultura de nuestra Cancillería De
BIBLIOTECA ÍADAVIA
Director de Asuntos Culturales de la Organización de Est
[OEA). en Washington D F.
Desde 1970 dedica sus esfuerzos a la Poesía. Critica d
conferencias por todo el Continente Americano y por Eu
Con mas de 60 libros testimonia su principal preocupacit
par que su obra una intensa actividad en la promoción del
Latina.

EDITORIAL ATLANTIDA - BUENOS /

ATLÁNTICA
HACIA LA PINTURA
-

A María Rebeca
y Lorenzo Chiaraviglio
RAFAEL SQÜIRRU
"Los hombres buenos desean saber."

LEONARDO DA VINO
{Pensi'eri, Editori S. Beifortc & C. Livorrto.)
HACIA LA PINTURA
"Dos cualidades esenciales para el artista: ía
la perspectiva." moral v

DENISDÍDEIÍOT. 1
Guía para apreciarla
'Para comprender la pintura
es preciso ser bueno."
ÍV'fiSFARGUE."

"Yo sé el corazón que tiene


el que con gusto rae escucha."

JOSÉ HERNÁNDEZ (Manir, Fierro.)


Fierr

' y ? (Paul Eluard: Anrología de escrilos sobre el


arle. Lux y moral. Ediciones Proteo, 1967. Traducción de PRIMERA EDICIÓN
Florea!París,)
d'Art, Mazía del original en francés, Fidirions tercie

EDITORIAL ATLANTIDA - BUENOS AIRES


Alguien podrá decir que este librito que prepara-
mos como introducción modestísima a la aprecia-
ción del arte pictórico, se parece a una colcha de re-
lazos, y quien tal diga no estará sino diciendo la ver-
dad. Lo que leerá se parece, en cuanto a su estructu-
ración y composición, a una colcha de retazos.
He tomado de cada fuente, que indico claramente
en el texto mismo, todo aquello que me ha parecido
UiTcehu-. IM-SITvados Prinitríi edición publk£ld¿i
que ya estaba expresado de manera tul que preten-
!>•>! LDl'i'ÜRiA! ATLANTIDA S.A. Florida 643, der sustituirlo sería para mí tan absurdo como inten-
BiKíios Airtfi Hecho t'l depósito qut? mu rea hi lev
H 723. "r:n1i:d ir Arge ritma r£s(a cjitión
tar poner en mis propias palabras lo que nos aclara el
:-<.' in'rnniKJ de imprimir c¡ 5 d ^ a h i i f de 1983. i*n li>^. diccionario de la lengua castellana. Ahora bien, re-
l i j l l í ^ f i - i t-ráíiroí» flf Hcíituruil Atlantida
LJI EíLobar, rínenos Aires, Argi-ntitü 1 . conozcamos que las colchas de retazos pueden eslaí
Í..S.B.N 95(1-08-0760-2
« RAKAELSOUfRRU HACÍALA PINTURA M

bien o mal cosidas, que pueden ser lindas y que pue- il.id se ve despertada como para buscar mayores ex-
den séricas. Ello indica que algún mérito puede pre- plicaciones, deberá acudir a las fuentes menciona-
tender quien las arma. il.is o a otras que sin duda hoy se ofrecen al que busca
Así como en mis trabajos de poesía o de prosa he intormarse.
procurado ser fiel a mí mismo, esta misma fidelidad Le anticipo lo que diré en la introducción, para
se ha traducido en fidelidad, en muchos easos, a lo i|iie algo quede claro, si hablo de "explicar11 es por-
que otros ya han dicho lo suficientemente bien. que admito que en el arte existen aspectos que son
Aun así, para dar un ejemplo, como el del libro explicables", pero advierto contra el posible error
del eolor de Birren, reducir su contenido de 200 pá- i-n que caen algunos pedantes, de creer que esa in-
ginas a una decena, no es tarca tan sencilla como pu- lormación dirigida a los aspectos racionalizarles de
diera parecer; ellopanrno enumerar varios de los li- l,i pintura constituye la esencia de la misma.
bros que he consultado sin lograr derivar de ellos el Que el artista deba conoeer esos mecanismos téc-
provecho deseado y que por eso no están citados, lo nicos, no significa que el arte pueda reducirse a
que no me evitó la tarea de leerlos. ellos. (Sería como creer que basta conocer las reglas
Hechas estas salvedades anoto que he procurado gramaticales para ser poeta). Muy por el contrario,
simplificar al máximo la sencillez de este manual. He ese resultado final que es la obra pictórica debe ha-
tratado de sortear cuanto pudiese resultar pesado al blarnos un lenguaje directo, del alma que la creó al
lector o de difícil comprensión, llegando al punto de alma del contemplador; y esto, que es lo esencial,
evitar diagramas o ilustraciones que lo distrajesen lan solo se obtiene a través de la experiencia que
de una lectura que pretende explicar el tema sin desnudamente nos pone en contacto con la obra.
apartarse de la lectura misma. Ello me ha obligado Son esas reiteradas experiencias las que irán for-
ex-profeso a reducir al mínimo eiertos tecnicismos, mando nuestro gusto que se afinará en la medida en
salvo en aquellos casos en que se trata de explicar que seamos capaces de frecuentar las obras de los
esos mismos tecnicismos. Mi propósito ha sido que maestros. (Entiendo por obras maestras a las que
el lector pueda, leyendo prácticamente de un tirón, han resultado en verdad perdurables, como opues-
enterarse de algunos aspectos de la problemática tas a las que el tiempo les quita vigencia.)
que supone abordar el arte pictórico. Si su curiosi- El lenguaje esencial del arte hace referencia al a-
tiempo del eterno presóme. Nuestra comunión esté-
tica no se produce, sino para quienes están dispues-
tas a habitar ese tiempo, que es el tiempo de la eter-
nidad, el tiempo espiritual. Creer que por haber en-
tendido algo más acerca de la terminología que
eonslítitye "la cocina" de las artes pictóricas se goza-
rá más del ¡irte es como creer que porque sabemos
tomo so prepara un plato, ello hará que necesaria-
mente ese plato nos guste, lo que no deja de ser un
disparate.
I. INTRODUCCIÓN
Mas aún. la gran obra de arte, es la que evita que
oiríamos en la cuenta de cómo fue lograda. Antes
bien dche brindarse a nosotros como lo que es: un
fifí o de magia, no la magia del prestidigitador del
que algo o bastante tiene, sino la magia del milagro Maurice Denis, pintor francés (1870-1943) es au-
que es ¡n que lo coloca en la situación de verdadero lor de la famosa definición de la pintura: "Recuer-
creador den que una pintura —antes de ser un caballo, un
Hechas estas importantes salvedades, y recomen- desnudo o cualquier tipo de anécdota— es esencial-
dando al lector que terminada esta lectura retorne a mente una superficie plana cubierta de colores ai re-
mirar y a seguir mirando, asumo responsabilidad glados en un cierto orden."
por ¡os errores posibles y manifiesto mi agradeci- No faltará quien piense que es ésta una definición
miento a quienes me encargaron este trabajo y a demasiado simple, demasiado elemental que poco y
esos autores que por.Ia claridad de sus mentes me nada le aporta para iniciarlo en el camino de la de-
uporíaron los frutos de sus propios desvelos. gustación pictórica.
Procuraremos probar que ello no es así.
En primer lugar tomemos nota de que prefiero ha-
Rafael Squirru
blar del "camino de la degustación" y no de la "vía
Buenos Aires, 1987
12
KAI-ALI.SCJUIKRU HACIA LA PINTURA ]3

de] conocimiento", lal como lo hacen otros autores, l'iccursor es Francisco de Goya, español aragonés
l,o dicho no pretende invalidare! hecho de que el re- 11746-1828), a una serie de malos entendidos.
sultado de esa degustación traiga aparejado como A partir de ia obra del alemán Winckelmann
consecuencia un cierto tipo de conocimiento; lan ( 1717-1768). quien dio los fundamentos para la reva-
solo que no se trata de lo que acude a nuestra mente loración dei arte clásico (griego y romano), el térmi-
por regla general cuando hablamos de conocimien- no belleza quedó como identificado automática-
to. mente con el arte de ese gran período de la cultura
El conocer se dirige de modo específico a eso que occidental.
llamamos la verdad, y para llegar a esta "verdad" Tal fue la influencia de este apasionado del arte
ponemos en juego las potencias de nuestra razón, de clásico que la palabra belleza quedó prácticamente
nuestra capacidad pensante. identificada con esc tipo de arle.
Cuando de alcanzar el "Bien" se trata, la forma de Lil camino por cierto había sido preparado por el
obtenerlo la encontraremos en el obrar, en nuestra Renacimiento italiano, que como sabemos debe
conducta que nos conducirá según su grado de acier- precisamente su nombre de Re-nacimiento en la me-
to a la obtención de ese precioso fin. dida en que pretende hacer re-nacer ese arte de la
antigua Grecia. Lllo ocurre principalmente entre
1400 y 1500, si bien ya en 1300 contaba con el funda-
Confusiones que produce la palabra "belle/a" mental antecedente de GIOTTO (1266-1337), de
origen florentino.
Cuando hablamos de arte, en cambio, y en nuestro Ese concepto de lo bello en materia pictórica (y
caso específico de la pintura, para alcanzar la meta escultórica) ha perdurado hasta nuestros propios
que nos es propuesta lo que ponemos en ejercicio es días y todavía es mucha la gente que se siente des-
nuestro gusto, nuestra capacidad de degustación, y concertada por lo que entendemos por "arte moder-
aquello que alcanzamos a través del mismo ha reci- no", desde Goya hasla nuestros días. Aumenta la
bido desde temprana filosofía el nombre de belleza. confusión el que importantes maestros posteriores
El término "belleza" se ha prestado, sobre todo a al gran maestro español, al estiio del francés Ingres
partir de lo que se entiende por arte moderno, cuyo (1780-1867) no se plegaron a ese modernismo repre-
14 RAFAEL SQUIRRlj
H A C Í A L A PINTURA 1.1

sentado por Goya y sus sucesores, sino que se man-


ild siglo XX y que transforma a¡ arte en algo difícil.
tuvieron dentro de aquellas tradiciones clásicas que
habían aprendido junto a su gran maestro David, i»l)'." t|iie no se puede "entender".
francés él también (1748-1825). Mucha gente todavía se pregunta: "¿Y esto, qué
.h'.nil'ica?", y se contesta: "Yo no lo entiendo".
Si hieti es cierto que el concepto de lo bello y de la
Piensen en el gran paso que supone caer en la
belleza como patrimonios exclusivos del arte clásico
t ucnta de que "eso" no significa nada, en el sentido
se ha prolongado hasta nuestros días, ya había reci-
« • u que se pretende derivar de ello una comprensión
bido fuertes sacudones que van desde el arte román-
i Id tipo a que no está destinada a brindar.
tico y medieval hasta el barroco y el rococó que ante-
cedieron y sucedieron al período renacentista. Piensen también en el importante paso que supo-
ne caer en la cuenta de que esas formas abstractas o
'i no figurativas están muy lejos de ser patrimonio
Variaciones del gusto del siglo XX. Oue así como existe un arte figurativo
del paleolítico, el de las famosas pinturas rupestres
de Altamiraode Lascaux, a éste le sigue un arte abs-
Lo que importa dejar aclarado en la mente del
tracto, el del neolítico, posiblemente influenciado
menos iniciado en la degustación pictórica (a quien
van dirigidas estas reflexiones) es que ese gusto al por el arte de la cestería, cuyos diseños, al igual que
que hicimos referencia como camino de captación el de nuestros ponchos, recrean la vista sin más pro-
del fenómeno pictórico ha sufrido muy diversas va- pósito que el de deleitarla, sin pretender lograr nin-
riantes según las edades y según las individualidades gún tipo de representación.
de los artistas que se expresaron en esas épocas.
Para señalar un ejemplo, hay mucha gente que to-
davía se desconcierta con el así llamado arte abstrac- El arte "presenta"
to o no figurativo, esto es, el que no hace referencia
Y aquí señalo algo que para muchos será nove-
a los elementos visibles de la realidad cotidiana. Son
dad, y es que el arte nunca "representa", el arte
muchos los que creen que se trata de una innovación
"presenta".
16 RAFAF-LSQL'lRRl; HACIA LA PINTURA 17

La idea de representación supone que el arte es ihstinta, una realidad autónoma, una realidad que
algo así como una reproducción lo más exacta posi- nos presenta OTRA realidad, que es la del arte mis-
ble de lo que nuestros ojos perciben en el mundo de mo.
la naturaleza, peroelionocsasí, nunca fue así, ni si- Vemos cómo a través de aparentes vericuetos más
quiera en aquellas manifestaciones del arte clásico o menos caprichosos se nos va aclarando la defini-
que muchos creen admirar. ción de Maurice Denis, y cómo su aparente sencillez
El elásico griego, como su antecedente egipcio y no deja de encerrar una verdad profunda.
su sucesor romano, en muy pocos momentos preten- Es a partir de esos elementos reductibles a los ele-
dió aproximarse ;il naturalismo. mentos que señala Denis como se va desmadejando
Winckelmann precisamente los admira por el gra- lo que puede llegar a parecer un indescifrable jero-
do de "idealismo" que encierran esas imágenes. Ha- glífico, en los comienzos.
cen sin duda referencia al mundo de la naturaleza,
pero su objetivo no es representar a la naturaleza,
sino a tipos ideales, que las más de las veces serán Arle c imaginación
identificados con dioses y con diosas, así como antes
lo fueron cotí faraones divinizados y luego lo serán Quiero hacer hincapié en un par de cosas. Prime-
con emperadores también elevados a la categoría de ro, el tema de la degustación. Subrayo que la pintura
divinidades.
es algo que ingresa a nuestra sensibilidad a través del
Alguien podría pensar que esto no deja de apun- ojo. Esta verdad de perogrullo es mucho menos pe-
tar a una representación, por más idealizada que rogrullesca de lo que parece, y trae aparejadas im-
sea.
portantes consecuencias.
Pero re-prcsentar significa presentar dos veces, El ojo es el órgano perceptivo que tiene mayor nú-
repetir una misma cosa. Y la meta del arte nunca fue mero de ramificaciones en el cerebro, más que el
esa. En todo momento de lo que se ha tratado es de oído. El ojo, pues, no solamente ve y percibe en un
la ''presentación" que logra el artista a partir de una sentido primario o burdo; el ojo además piensa.
realidad dada, pero nunca sustituyendo a esa reali- Esto es, percibe brindándonos imágenes que en
dad por otra igual sino creando una realidad nueva y cuanto tales están dirigidas a nuestra capacidad de
1<S RAFAEL ÜOUIKRU HACIA LA PINTURA iy

imaginación, que no quiere decir otra cosa que núes ir ili-cir que lo que ¡os desconcierta es que esperan
tra capacidad de proyectar imágenes. n h i i cosa, esperan precisamente ese tipo de belleza
Vemos cómo gradualmente a la vez se aclara y se i |iu- por costumbre viene derivándose de los clásicos
complica la cosa.
v i|iic no es sino una de las tantas versiones de lo be-
Ya hemos ingresado a uno de los terrenos claves llu que exhibe la cultura universal.
que hacen a la creación y a la captación artística: la I lasta no hace tanto no sólo el lego sino los "en-
imaginación.
k-ndidos en la materia", tampoco aceptaban o
'veían" una belleza que no fuese ese tipo de belleza,
['clisemos lo que debieron padecer los impresionis-
Capacidad de juzgar
i;is y post impresionistas en el siglo pasado. Cómo
una y otra vez fueron rechazados de los salones ofi-
Quiero también, y como de paso, hacerle notar a ciales por jurados de "entendidos" que se escandall-
mi lector que más allá de sus juicioso prejuicios, sin aban frente a un tipo de belleza que les parecía
que el lo supiese necesariamente influenciado por atentatoria contra esa belleza académica que ellos
el entusiasmo dasicista de Winckelmann, él ejerce practicaban. La indignación llevó a Napoleón III a
de hecho esa capacidad de j uicio estético respecto de darle un fustazo a un cuadro de Manet.
aquello que nos dice, no "entender", cuando esa En la experiencia corriente y aproximándonos
misma capacidad se ve trasladada al mundo pictóri- más y más al tema de la pintura, esa misma persona
co.
que queda desconcertada frente a la tela, no lo está
Cuando el hombre clige-una corbata, el color de cuando se trata de elegir una alfombra o unos corti-
sus zapatos o la mujer un vestido o un traje de baño, nados.
lo hace respondiendo a esa sensibilidad que dice que Pues bien, la alfombra en muchos casos es en sí
en nada lo ayuda para compenetrarse del mundo ar- una obra de arte que incluso merece ser colgada en
tístico.
las paredes por su rara belleza, como ocurre con los
Sin embargo se traía de una misma y única sensibi- tapices del artista uruguayo Fresno, y tantos más.
lidad, tan solo que no están acostumbrados a ejer-
cerla frente a lo que llamamos un cuadro. Esto quie-
20 RAFAEL SOUJRRU HACIA LA PINTURA 21

i u.ipníficas reproducciones a color que nos permiten


Conclusiones provisorias irner acceso a nuestro propio museo, lo que hubiese
•.ido impensable en el siglo pasado. Dados los avan-
Pero ya nos hemos internado lo suficientemente ivs de la técnica se han logrado reproducciones de
en nuestro tema como para que podamos sacar algu- una fidelidad al original en verdad sorprendentes.
nas conclusiones aun cuando fuesen provisorias. ( 'nnvicne en todo momento recordar que se trata de
E! arte pictórico no es algo que está destinado u reproducciones, maravillosas apoyaturas para for-
ser entendido en el sentido de la razón analítica de la mar el gusto a través de ese ejercicio que a través de
palabra, sino a ser degustado. una frecuentación permanente logrará introducir-
Sus ingredientes se incorporan a nuestra sensibili- nos, en menos tiempo del que hubiésemos podido
dad a través del ojo. En tanto el ojo es bastante más imaginar, al afinamiento de nuestro gusto visual. Por
que un órgano que produce simples reflejos nos con- cierto que no puede confundirse este tipo de expe-
duce a capas ricas de nuestra mente, ello permite riencia con la de la confrontación directa con la
que esa sensibilidad primordial también pueda sus- obra, del mismo modo que el disco no es lo mismo
tentarse en algunos aspectos que sí hacen a nuestra que acudir a la sata de conciertos para escuchar la
capacidad de análisis. música, pero sería errado creer que eso resta impor-
Por otra parte, así como se educa el paladar así tancia a los discos y grabaciones para ir apreciando
también se educa el gusto auditivo o visual. La vía de los valores de la música.
esta educación es la que se deriva del ejercicio en el Admito que en el campo de la reproducción exista
caso de la pintura de esa facultad de ver. también el problema de escala; las reproducciones
Para inlernarse en la vía de la degustación pictóri- son casi siempre de menor tamaño que las pinturas.
ca hay que praetiear el arte de ver. No hay sustitutos Aceptando pues que no es exactamente la misma la
explicativos en este sentido. experiencia de la contemplación de reproducciones
El mundo de lioy ofrece facilidades desconocidas respecto de la eonfrontaeión directa con la obra, la
para nuestros abuelos. No sólo se han difundido cri- ayuda que presta la frecuentación de las primeras es
terios mucho más amplios en materia de apreciación en verdad inestimable. Por otra parte, es un modo
crítica sino que hemos ingresado en la época de las de "abrir el apetito1' para que, a partir de esas expe-
22 RAFAEL SQUIRRU
HACIA LA PIMTURA 23
riendas, quien haya decidido enriquecer su sensibi-
ni", conduce a saber que no se trata de dos músicas,
lidad en materia visual acuda a museos y exposicio-
••un» ile una misma música que se manifiesta de dos
nes. Allí sin duda le brindarán satisfacciones que di-
ni. idus diferentes; pero a los efectos de composición
fícilmente hubiese obtenido, si no hubiese de ante-
' 1 . 1 1 1 c musical sigue siendo uno y el mismo en ambos
mano frecuentado el rico y variado mundo de las re-
producciones. i .isos: música sinfónica, ópera.
( Mro tanto ocurre con la pintura. La abstracta se-
11,i a la figurativa lo que la música sinfónica es a la
Comparación con la música opera. No se trata de dos pinturas diferentes en
fimnto a los elementos esenciales de ambas, compo-
Mdón, arreglo de formas y colores en una superficie
Una última comparación entre arte abstracto y
plana. El conocimiento del artista no es menos exi-
arte figurativo para terminar esta introducción. El
i'.cnte en una forma que en la otra. Si logramos pues
arte abstracto puede compararse a la música sinfóni-
liberarnos de esos prejuicios y nos acostumbramos
ca, pensemos en una sinfonía o un cuarteto de cual-
v igualmente a que se trata de un mismo lenguaje, ha-
quiera de los grandes músicos, Beethoven, Mo-
bremos dado un paso decisivo hacia la degustación.
zart... Aun cuando puedan existir pasajes de lo que
se llama música descriptiva, como la tormenta, en la
sexta sinfonía de Beethoven, a nadie se le ocurre
juzgar de la excelencia de esas piezas por la relación
que guardan con los sonidos de la naturaleza. Algo
diferente ocurre con la ópera en la que se nos cuenta
una historia, con decorados, personajes y voces hu-
manas. Elijo pensar en La flauta mágica, de Mozart,
o cualquier ópera de Verdi o Puccini. Aquí, desde
las actitudes escénicas hasta el clima de las canciones
guardan relación directa con las pasiones que se pre-
tenden expresar. La más elemental noción musical
II. DIBUJO

Veamos ahora con tranquilidad algunos de esos


elementos que constituyen, por así decirlo, la gra-
mática a través de la cual se manifiesta el arte pictó-
rico.
Existe un convencimiento, casi diría una intuición
colectiva, que nos hace decir que lo primero en el
arte pictórico es el dibujo. Lo cierto es que aunque
he conocido grandes dibujantes que no han resulta-
do necesariamente grandes pintores, hasta el pre-
sente no he conocido a ningún gran pintor, abstracto
o figurativo, que no supiese dibujar; por ello sin duda
la afirmación de Ingres: "El dibujo es la probidad
del arte".
26
RAFAFL.SQ[jIRR[_;
HAC1A t.A PINTURA 27
Aunque Jas reflexiones que expondré a continua-
ción han conocido ya en alguna oportunidad Ja letra ni i. .innque en castellano esta palabra está más cerca
de imprenta, en tanto continúan vigentes, procuraré i Ir lo que suele entenderse por diseño industrial.
seguir de cerca mis propias anotaciones en la mate-
ria, basadas en textos de P.G. Hamerton y de H.
Hutter, entre otros. M dibujo como estudio previo
La palabra dibujo, según nos informa el Dicciona-
rio de autoridades (1732), se formó de la preposición Aceptando que lo expuesto no es vano ejercicio
"de" y de ''boj'', derivada del latín "nuxum". MHO pista para desentrañar significados, digamos
La madera del árbol llamado boj aún hoy es usada que pasó mucha agua bajo el puenlc desde las pri-
como una de las mejores que se utilizan para el arte meras caligrafías prehistóricas hasta un dibujo de Pi-
de grabar. Como se trata de un tronco de escaso diá- casso o de Dalí. Si bien el dibujo existe desde las
metro para formar una plancha se suelen engarzar y apocas más primitivas, la valoración del dibujo
encolar diferentes trozos hasta lograr una plancha corno arte autónomo es un fenómeno relativamente
de la dimensión descada. En tanto los diseños se moderno.
trasladaban a este noble material, pasó el término al Por moderno entendemos una afición que nace
diseño mismo y de aquí viene lo de "dibujo" y "dibu- con el Renacimiento.
jar". En ingles "drawing", dibujo, proviene deJ latín Hasta el 1400 el dibujo estaba considerado como
"trahere", lo que significa arrastrar algo, en el senti- algo que conduce a una pintura, una escritura o un
do de la acción ejercida. En este caso el lápiz. E) mis- edificio.
mo significado tuvo en francés "tirer", que significa Se conservan en tal sentido dibujos de planos para
"dibujar"' y también "arrastrar". Los romanos ex-
monasterios de la Edad Media.
presaban el concepto lineal del dibujo (que veremos
no es el único) con la palabra "delineare", conser- A pesar del alto refinamiento alcanzado por egip-
vando para lo que llamaremos el dibujo tonal por cios, griegos y romanos, quienes alcanzaron maes-
contrasíes de luz y sombra, la palabra "adumbrare". tría en el arte de dibujar, no es hasta Pisanello (1395-
1455) y Gcntile de Fabriano (1370-1427), que pode-
También usan los franceses "dessin" como dise-
mos hablar de dibujantes en el semido actual. Du-
28
HACIA LA PINTURA ZV

rante la Edad Media existían libros de diseños como IVnlimeiiti y otros dibujos
modelos para temas decorativos o ilustrativos. Aun en aquellos casos en que el dibujo ha servido
Se traía más bien de dibujos impersonales, en los 1 1 mío estudio previo para composiciones de mayor
que el dibujo estaba al servicio de otros fines. .ilicuto, no deja de merecer cuidadosa atención. Por
Los primeros ejemplos de lo que podemos llamar l;i naturaleza de los materiales empleados no era fre-
dibujos autónomos están registrados en los márge- cuente acudir ai borrado, lo que nos permite rastrear
nes de un Codex Vaticano, la idea plástica del creador a través de los así llama-
En ciertos casos existen dibujos en que más tarde dos "pentimenti" (arrepentimientos), que superpo-
maestros al nivel de Durero (1471-1528), sin propo- nen a la primera imagen otra más cercana al resulta-
nérselo, logran obras inmortales en el proceso de co- do buscado.
piar a Mantegna (1431-1506), Otro tanto puede de- Dentro de esa actitud estudiosa debemos incluir
cirse de los de Miguel Ángel (1475-1564) estudiando también los dibujos de la naturaleza que ilustran li-
al Massaccio(1401-1428). Rubens copia con tanta fi- bros de botánica o estudios anatómicos como los cé-
delidad que ;t veces cuesta distinguir los trabajos de lebres dibujos de Leonardo da Vinci (1452-1519),
tos originales y Rembrandí (1606-1669) utiliza su co- quien también captura corrientes atmosféricas, co-
pia del retrato de Oastiglione de Rafael Sanzio rrientes nuirinas y distintos tipos de maquinarias.
(1483-1520) para la pose de uno de sus autorretra- El dibujo arquitectónico se prolonga durante el
tos.
Barroco y llega hasta nuestros días como parte de los
En el mismo concepto funcional deben conside- proyectos de algunos arquitectos modernos.
rarse los dibujos de Claude Lorrain para documen- Con esta categoría se emparenlan sin duda los di-
tar sus pinturas en el Liber Veritatis, que luego si- bujos, pese a su condición imaginativa en algunos
guiese William Turner (1775-1851) en su Liber Stu- casos, dePiranesi (1720-1778).
díorurn.
Hasta aquí señalamos diversas facetas de dibujos
Esta di'sciplina de Ja copia se extiende hasta nues- funcionales; esto es. dibujos que aunque alcanzan el
iros días si bien cada vez los artistas se toman mayo- nivel del arte están al servicio de aplicaciones que
res libertades con respecto al original. van más allá del dibujo mismo.
30 HACÍALA PINTURA 31
RAFAKLSQUIRRU

Ello quedaría completado con el dibujo como i Si aceptamos la dicotomía forma-contenido, ¿in-
ilustración que nos ha dado nombres de la talla de timamos que puede haber un arte sin contenido?
Gustavo Doré (1832-1883) y también del dibujo I a respuesta no es sencilla. Hemos visto como du-
como caricatura que alcanza tal importancia en ca- t.iuie siglos hasta nuestros días, el dibujo viene de-
sos corno el de Daumíer (1808-1879) que merecen M-mpeñando funciones que no le niegan valor artís-
ser considerados como dibujos autónomos. I K O . Pero aquí ya no se trata de reconocer un valor
Algunos dibujantes que no pretendieron ir más .místico, sino de aceptarlo como un arte en sí. Ello
allá de la ilustración alcanzaron también la jerarquía nos conduce a una meditación respecto del arte mismo,
del más alto nivel dibujístico, tal como acontece con l'aru ello pensemos en la diferencia que existe en-
Aubrey Beardsley (1872-í 898). i i u la operación de dibujar frente a un modelo del
El siglo XX ha visto el retorno de los grandes artis- natural y la de tomar una fotografía del mismo mo-
tas a la ilustración, libres ya de servidumbre al texto. delo.
Tales los casos entre otros de Picasso, Matisse, En el caso del fotógrafo, admitiendo que sea ade-
Rouault. Miró y tantos más. más un artista, su enfoque, su ángulo de visión, de-
terminarán el resultado final, pero la imagen estará
Dibujo autónomo siempre dictada por un ojo mecánico, el ojo de la cá-
mara.
Pasemos ahora a lo que entiendo por dibujo autó- Cuando Nicolás Poussin (1594-1665) distinguía
nomo, esto es aquel que no pretende cumplir con entre ver simplemente o ver prospectivamente, se-
otro fin que el de alcanzar la jerarquía de lo artístico ñalaba la diferencia entre un simple mirar sin con-
a través de su propia fuerza de línea o de claroscuro. centración mental y un mirar en que ha sido puesta
Hablamos del dibujo como puro deleite de con- en juego toda la capacidad mental.
templación, fuera de todo cometido que no sea el di- Sabemos que cuando Matisse dibujaba uno de sus
bujo mismo. célebres desnudos, permanecía largo tiempo con-
La pregunta que surge tiene inevitablemente cariz templando al modelo antes de trazar una sola línea.
filosófico. (Lo mismo hacía Miro aunque su trabajo fuese abs-
¿En qué consiste este tipo de dibujo? tracto, contemplando la tela desnuda.)
_Í2 RAFAEL SQUIRRU
r HACÍALA PINTURA 33

La operación que realiza Matisse y que le lleva lar- i i l r i t i i f i c a con lo pesado. Se comparte la sensación
go tiempo, es la de captar la forma del modelo en la li.ipnca con la escultura (sensación de peso).
más íntima esencia. Es un proceso que va más allá de I ' I manierista acentuará los aspectos serpentinos
lo mecánico, se trata de un operativo que pone en
il<- i.-sas mujeres. El cuerpo se alarga, los torsos se
juego todas las potencias del alma tanto afectivas \ m'lven desproporcionados con respecto al ideal an-
como intelectuales.
ii-nor, lo que tan sólo significa que tienen lapropor-
Entre las sensibles (afectivas), tal como fo señaló
i i"i] que corresponde a su propio estilo.
Berenson, no deben excluirse las sensaciones tácti-
l'ara un expresionista moderno la forma podrá pa-
les que acompañan al sentido de la vista. El ojo ya no
u-ccrnos distorsionada al punto en que cuesta com-
solamente mira sino que además toca. Es un ojo se-
l>.iiibilizarla con lo que entendemos por realidad.
lectivo. De allí la afirmación de Ingres: "Mejor que
Pura tomar el ejemplo que guarda mayor afinidad
tres formas chiquititas es una sola forma plena". En- ion la realidad pienso en Modigliani (1884-1920).
tra aquí la sensibilidad propia del artista quien sabrá
uno de los grandes dibujantes de nuestro siglo. La
adaptar las exigencias de su propio temperamento,
longitud de sus cuellos sobrepasa en mucho lo que
del que se deriva su estilo. Hasta dónde llegará esa
parecían inaceptables distorsiones de El Greco
selección dependerá de cada artista. Debe estable-
(1541-1614).
cer un diálogo entre la realidad exterior y las exigen-
cias interiores de su propia visión. El proceso mecánico de ver ha sido sometido a ese
ver prospectivamente, en el que interviene no sólo el
Acertaba Plotino cuando señalaba que para perci-
bir la belleza, previo es llevarla adentro. Los artistas ideal sino también la memoria.
La génesis, por otra parte, se encadena imper-
y las épocas a las que pertenecen tienen sus propios
ceptiblemente durante el proceso histórico. La me-
ideales en el mundo de las proporciones, que consti-
moria es una parte del artista y salvo el caso de los
tuyen verdaderos "a prioris" de su visión de lo bello.
"naifs" (ingenuos), que no incluye al mayor de los
Noven de la misma manera, un clásico, un manie-
rista ni un expresionista moderno. ejemplos, el aduanero Rosseau (1844-1910). quien
frecuentaba el Museo del Louvre. los artistas tienen
Para Rafael Las Gracias serán mujeres de "peso
conciencia de las interpretaciones formales a través
específico'', la forma sigue la ley de la gravedad, se
de los siglos. Fue Goethe quien dijo que alguien con
34 RAFAEL SQUIRRU
HACIA LA PINTURA 35
una memoria menor a tres mil años no puede ser to-
mado en serio. 1.1 de la personalidad del retratado. Atribuye a eilo
Todo el andamiaje de lo rememorado y de lo per- <iue Rembrandt haya exclamado: "No he hecho
sonal signará eso que llamamos el estilo de cada MÜO retratos".
creador. I .lega de este modo a su famosa conclusión:
Recalco que por encima de otras consideraciones ' I 'cxactitude n'estpas laverité" (la exactitud no es
utilitarias el artista al que nos venimos refiriendo Li verdad.)
persigue el obtener nuestra delectación estética a Aquí tal vez una cualidad que distinga al dibujo
través de su expresión dibujística. .mtónomo de los demás. No porque no existan entre
li ts creadores del dibujo autónomo ejemplos que por
su exactitud bordean el campo de lo científico, al es-
El dibujo según Matisse i ¡ lo de Hans Hoibein (1497-1543) o los ya menciona-
dos de Leonardo o de Durero, sino porque ése no es
En su ya clásico prólogo de la exposición de dibu- el aspecto principal de esos dibujos, mientras que sí
jos realizada primero en Lieja, luego en el Museo de lo es tratándose de móviles puramente ilustrativos.
Filadelfia, uno de los índiscutidos dibujantes de En el caso de la pura ilustración debe haber some-
nuestro siglo, Henri Matisse (1869-1954) aclara con- timiento del dibujo al texto.
ceptos. Nos hace notar que sus dibujos no dependen La autonomía, pues, a que venimos haciendo re-
de la suma de detalles sino del sentimiento profundo ferencia, es antes que nada una fuerza emergente de
del artista ante los modelos que penetraron su espí- la forma misma, algo que le da vigencia por encima
ritu. Nos narra cómo esta convicción nació desde de cualquier consideración representativa o figurati-
que cayó en la cuenta de que podía extraerse el ca- va.
rácter común de las hojas de la higuera, la verdad Al hablar de esta autonomía tanto da que esa for-
esencial de las mismas. ma responda a tendencias figurativas corno las de
Ejemplificando con cuatro dibujos de su propio Hoibein, o abstractas como las de Arp o de Paul
rostro nos hace ver que, pese a las diferencias entre Klee, aunque este último tenga en algunos casos al-
unos y otros, en cada uno de ellos se captura la esen- gunas referencias más bien remotas al mundo de lo
cotidiano.
.Vi RAFARLSOUIRRU

Ya sea que el poder descanse en la línea o en los


resultados del claroscuro, como acontece con Odi-
lon Redon (1840-1916), lo que interesa es que esa
forma capturada por el artista tenga, por así decirlo,
vida propia, independiente de cualquier otro tipo de
referencia, una vida que alcance la dimensión de lo
trascendente.

III. COLOR

En el capítulo XLII de su famosa novela Moby


Dick (La ballena blanca), escribía en 1851 el escri-
tor norteamericano Hermán Melviüc (utilizo la tra-
ducción de Enrique Pezzoni) "...Además de estas
consideraciones más obvias acerca de Moby Dick.
que no podían sino suscitar cierta alarma en el áni-
mo de cualquier hombre, fluctuaba en torno a ella
otro pensamiento, o más bien un horror vago, inde-
cible, que a veces dominaba todo lo demás por su in-
tensidad misma. Sin embargo era tan místico e inex-
presable que casi desespero de poder comunicarlo
en forma comprensible. Era, sobre todo, la blancura
de la ballena lo que me aterraba. Pero ¿cómo puedo
38 HACIALAPINFURA 3<J
RAFAEL SQUIRRU

esperar que seré capaz de explicarme en estas pági- I. n este hechizo: fue la grande e insobornable laurea-
nas? Mas debo explicarme, siquiera de un modo os- d,i de Dios, la Naturaleza... Asimismo, la experien-
curo y aproximáisvo; de lo contrario estos capítulos i-¡a común, hereditaria, de toda la especie humana,
no servirían de nada." no deja de testimoniar la índole sobrenatural del
Si bien en muchos objetos naturales la blancura blanco. No puede dudarse que eí rasgo visible en el
destaca con refinamiento la belleza, como si le im- .ispecto visible de los muertos que espanta más a
partiese una virtud especial —así ocurre con los quien los mira es su marmórea palidez como si en
mármoles, las camelias o las perlas—; si bien en los verdad esa palidez fuera tanto el signo de la conster-
más altos misterios de las religiones más augustas el nación en el otro mundo cuanto el de la vacilación
blanco es el símbolo de la pureza y el poder divinos mortal en éste. Esa palidez de los muertos nos ha su-
(de allí que la blanca llama bifurcada de los persas gerido el significativo color del sudario, en que los
adoradores del luego fuera co7isidcrada la más santa envolvemos. Ni siquiera en nuestras supersticiones
en los altares, y que en los mitos de Grecia el gran dejamos de cubrir con el mismo manto niveo a los
Jove en persona se encarnara en un toro niveo)... si espectros, a los fantasmas que surgen en una bruma
bien todos los sacerdotes cristianos derivan directa- lechosa. Sí, mientras estos terrores nos dominan, el
mente de la palabra ¡atina que significa blanco, el rey mismo de los terrores, tal como el evangelista lo
nombre de una parte de su sagrada vestidura, el alba personifica, monta en su pálido caballo.
o túnica, ¡levada sobre la sotana... Esla cualidad elu- Por consiguiente, aunque el hombre, con estado
siva hace que el pensamiento de la blancura, cuando de ánimo menos lúgubre, simbolice con el blanco to-
se aparta de asociaciones más gratas y se vincula con das las cosas grandiosas o bellas, nadie podrá negar
algún objeto terrible en sí mismo, exacerbe el terror que este color en su más profundo sentido espiritual,
hasta su máximo grado. Lo atestiguan el oso polar evoca en el alma una espectralidad particular...
blanco y eí tiburón blanco de los trópicos... Pero aún no hemos explicado el encantamiento de
Recuerdan ustedes el albatros, del cual provie- esta blancura ni hemos descubierto por qué ejerce
nen esas nubes de espiritual asombro y pálido terror tan poderoso influjo sobre el alma: cosa extraña y
en las cuales ese blanco fantasma vuela en todas las portentosa, puesto que, como hemos visto, la bian-
imaginaciones. No fue Coleridge el primero en reve- cura es el símbolo más significativo de lo espiritual
-H) RAFAEL SQUIRRU
HACIA I.A PINTURA 41
unís ;uin el velo mismo de la Divinidad Cristiana—
y al mismo tiempo el factor que intensifica las cosas 1 l'or ello me parece importante tomar de! estudio
más terribles para el hombre. 1-¿iber Birren, COLOR (Univcrsity Books, Inc.
"¿Será acaso que la blancura ensombrece con su N r w York, 1963) algunos de los datos que va rcco-
vaguedad el vacío, las despiadadas inmensidades del i'.u-ndo a lo largo de sus páginas sencillas pero lumi-
universo, y nos apuñala por la espalda con el pensa- MMSÍIS (valga la metáfora).
miento de la nada, cuando contemplamos las albas
profundidades de la vía láctea? ¿O acaso ocurre que
en su esencia la blancura no es tanto un color cuanto Importancia del color como símbolo
la ausencia visible de color, lo cual explica que exista
tal vacuidad -—muda y a la vez plena de significa- Las razas de los hombres siempre han estado or-
do— en un panorama nevado, y ateísmo de todos los f.u!losas de su color y así nos dice Darwin: "Sabe-
eolores tal, que nos estremece?.,." (Melville, Moby mos... que el color de la piel está considerado por los
Dick, Colección Obras maestras. Fondo Nacional Iminbres de todas las razas como un elemento im-
de las Artes. Editorial Sudamericana). portante de su belleza." Entre los primeros usos del
Creo que estos párrafos tomados de Melville i olor existió preocupación a este respecto. Los egip-
constituyen mejor introducción al tema del color en cios, que se consideraban rojos, usaban cosméticos
el arte que cualquier aproximación de análisis cien- para hacer resaltar estas características de las que es-
tífico, que estamos lejos de despreciar, pero que no laban tan orgullosos. En cierta época el rojo fue en
hace necesariamente a la esencia misma del empleo las culturas del Nilo el color más importante.
colorístico por parte del creador. Mucho antes de Los primeros artistas estaban menos atentos a sus
que la ciencia diese sus veredictos aproximalivos a personales interpretaciones de lo real y más a los dic-
través de los siglos acerca de la naturaleza física del lados de los Misterios a los que servían. El egipcio
fenómeno colorístico, ya los artistas vibraban desde (cnía conciencia de por qué empleaba éste o aquel
los albores mismos de la humanidad con las emocio- color, y su gusto personal estaba supeditado a estos
nes de las del tipo tan maravillosamente expresado significados simbólicos.
por Melville. El púrpura era para él el color de la tierra y se refe-
ría a ciertas condiciones naturales primarias de las
HACÍALA PINTURA 43
42 RAFAEL SOU1RRU

que surgirían importantes calidades humanas tales i opa de lino. Podemos así colegir que para Confucio
como la paciencia y la perseverancia. Del color de la los colores sagrados eran el blanco, el negro y el
amatista extraía el coraje necesario para vencer. Los .unarillo. A lo que agregamos nosotros, con nuestra
templos tenían sus techos pintados de azul, y los pi- propia arbitrariedad, que nos parece que Confucio
sos solían estar pintados de verde corno las praderas lenía además muy buen gusto.
fértiles a las que así se rendía homenaje. En la religión de Maboma existen algunas refe-
Para el h ralla enanismo c] amarillo sería el color sa- iencías al color. El paraíso, para quienes lo hayan
grado. También lo expresa la fórmula de ordenación merecido a través de sus obras, promete huríes de
budista sacerdotal: "En compasión, Señor, otórga- ¡'randes ojos negros, cuya tez parece de rubíes. Los
me las vestiduras amarillas." lardines serán de un verde oscuro. El infierno en
Entre las treinta y dos señales del hombre supe- cambio lanzará llamas como camellos amarillos. Sa-
rior cuatro se refieren a la pigmentación, menciona- bemos que el peregrinaje a la Meca está dirigido ha-
dos por Duela: Su tez debe ser bronceada como el cia la Kaaba, piedra santa de color negro.
oro... sus cabellos de negro azulado... sus ojos in- Los griegos vestían púrpura para simbolizar los
tensamente a/ules... entre las cejas debe tener un lu- peregrinajes de Ulises en la Odisea y escarlata para
nar blanco. rememorar ¡agesta sangrienta de la Ufada. Para año
Así como e! occidental hace penitencia por sus pe- nuevo en Roma, el cónsul vestía túnica blanca y
cados a través de buenas obras, el oriental pone én- montaba un caballo del mismo color.
fasis en una meditación que transfigure su mente, En el Antiguo Testamento el Señor manda a Moi-
De aquí parten numerosos ejercicios yogas que tie- sés que se le ofrezcan con corazón dadivoso oro. pla-
nen en cuenta ¡os colores de [a meditación y que se- ta y cobre. Y telas azules, escarlatas, etc. El a/ul pa-
ría demasiado minucioso enumerar. rece ser el color dominante. En el Éxodo se lee: "En-
De Confucio sabemos que evitaba e! púrpura. So- tonces fueron Moisés, Aaron y Nadab, y Abihu, y
bre una vestimenta de lana blanca solía usar una tú- setenta ancianos de Israel y contemplaron al dios de
nica negra, si la vestimenta era de piei de zorro se Israel; y había debajo de sus pies un camino pavi-
ponía encima una túnica amarilla. En sus ayunos su mentado de zafiros que por su claridad parecía el
mayor preocupación era por la limpie/a y vestía cielo."
44 RAFAEL SQUIKRU HACIA LA PINTURA 45

El profeta Ezequiel compara a la majestad de li/;uio con el gris, mezcla de la luz divina de la crea-
Dios con el arcoiris y no podemos olvidar que ésta ( i o n y de la oscuridad de la muerte.
fue la señal que dio Dios a Noé como símbolo del 1 lasta aquí con nuestra introducción mellviliana.
nuevo pacto de su perdón. i-sias brevísimas referencias a los simbolismos y las
Célebre es el pasaje de Isaías: "Ven entonces y ra- i (.'percusiones anímicas del color.
zonemos juntos, dijo el Señor: aunque tus pecados Hagamos ahora un resumen de k», tratamientos
sean escarlatas, se tornarán blancos como la nieve, ilcl tema desde el punto de vista de la ciencia.
aunque fuesen rojos como el carmesí, serán como la
lana."
También la Kábala hace referencia a tríadas de
colores que dan lugar a otras tríadas que terminan I .os colores y la ciencia
por convertirse en todos los colores. De este modo el
Microcosmos, creado a semejanza de Dios y nacido El haber establecido un conocimiento puramente
humano en mis años de estudiante en Edimburgo, a
en sus emanaciones, reflejará la gloria del poder que
lo creó. través de mi buen amigo el destacado físico Antonio
Rodríguez con algunas de las grandes personalida-
En la Cristiandad, el color azuf se torna caracte- des del mundo físico y matemático tales como Max
rístico de María, mientras el azuipáíido simbolízala Born y Whittakcr, me exime de caer en la ingenui-
paz y la serenidad de conciencia.
dad de creer que lo que puedo aportar a mi lector en
El blanco represep'a la castidad, la inocencia y la tal sentido es algo más que una somera y modesta
pureza. apreciación. Comenzaré siguiendo humildemente
Algunos de estos simbolismos han llegado hasta algunos de los datos que aporta Birrcn.
nuestros días, como lo demuestran los colores que Ya en el libro de Zoroastro se pregunta a qué se
viste la novia para el casamiento. debe la presencia del arcoiris. La respuesta supone
El negro, en cambio, se une a la muerte y a la rege- que "el secreto deberá encontrarse entre la mezcla
neración. La rosa negra entre los iniciados es símbo- del brillo del sol con la bruma y las nubes. Lo terreno
lo de silencio. Por ello Cristo resucitado se ha simbo- se convierte en agua de brillantes colores". Aunque
4f>
RAFAEL SQU1RRU
HACIA LA PINTURA 47
el enfoque permanece lleno de implicancias esotéri-
cas y responde a intuiciones místicas no puede ne- ñu son colores... Pero como los pintores no pueden
garse que se ha dado un paso en el sentido de una ex- l'icscindir de ellos, les daremos un tugar junto a los
plicación científica. i lemas.
Bastante más tarde Aristóteles, considerado como Y así nombra los colores en este orden: blanco,
padre de la ciencia occidental, en su tratado "De co .imarillo, verde, azul, rojo y negro. E! blanco repre-
loribus" desarrolló una teoría según la cuai todos los M'iila la luz, sin la cual no pueden verse los demás co-
colores derivan de la mezcla del blanco con el negro. lores; amarillo es la tierra, ei verde corresponde al
Su teoría puede resumirse así: las verificaciones .ij;ua, ei azul al aire, el rojo a! fuego y el negro a la os-
obtenidas a través de la experiencia y ía observación < uridad total.
de cosas similares es necesaria si hemos de llegar a Para Leonardo los primarios eran rojo, amarillo,
claras conclusiones acerca del origen de los diferen- verde y azul. No sería hasta el siglo XIX que esta te -
tes colores, y Ía principal similitud es el origen co- I ralogía sería asumida como la correspondiente a las
mún de casi todos los colores en mezclas de diferente sensaciones primarias.
intensidad entre la luz del sol y la del fuego, del aire y
del agua. Además del blanco, negro y gris, mencio-
na al amarillo, dorado, carmesí, rosado, marrón y teorías del color
violeta, sin hacer mención del azul.
De Plinio podemos decir que siguió de cerca la au- Adelantemos que hoy los campos están dividi-
toridad aristotélica que se mantuvo a lo largo de la dos respecto a la teoría de! color. El físico mira el fe-
Edad Media, nómeno objetivamente como algo que se puede ana-
Debemos aguardar hasta el Renacimiento para lizar a través de los instrumentos. El psicólogo se
que ese hombre universal que fue Leonardo da Vin- aparta de fotómetros y espectrómetros y acepta al
ci anote observaciones de indudable validez surgidas color como algo vital, personal.
de su propia experiencia. Los primeras se dirigen a la energía, los segundos
El primero de los colores, nos dice, es el blanco, a !a sensación.
aunque los filósofos sostengan que blanco y negro Para comprender la autoridad que venía ejercien-
do Aristóteles baste citar a Giordano Bruno, quien
HACIA LA PINTURA 49
RAFAEL SQU1RRU

visitó a Oxford en 1583 y nos dice que quienes se llores), A los primeros los llamó "aparentes", a los
apartaban de la autoridad dei Estagirita debían pa- segundos "genuinos".
gar una multa de cinco chelines. También detectó Boyle la importancia del factor
humano en las sensaciones de color. Los tintes no
Durante el siglo XVII todavía se consideraba al
podían ser cualidades exclusivamente inherentes de
color como mezcla de luz y sombra. Los colores se-
los objetos pues ellos pueden aparecer al ojo a través
rían cualidades inherentes a las cosas que la luz nos
de una experiencia interior. Con los químicos de su
permite ver.
época concordó en que los colores se producían por
El filósofo francés Rene Descartes (1596-1650) ¡ mpulsos sobre los órganos de la visión a través de di-
abandonó por completo la teoría de Aristóteles. minutas partículas sólidas.
Todo el espacio estaría permeado por el éter. La luz Digamos que la física del color aún hoy tiene as-
consistía en una presión transmitida a través de una pectos que siguen siendo un enigma. El enigma per-
densa masa de partículas invisibles, y la diversidad siste en tanto no se aprecie que una es la naturaleza
de colores y de luz se debería a la diferente forma física del color, y otra su naturaleza humana.
como se movía la materia. Mayor velocidad para el Sir Isaac Newton en 1666 experimentando con un
rojo, menor para el azul. prisma de vidrio y observando el fenómeno de re-
fracción vio cómo un haz de luz se convertía en los
colores del arco iris. Formuló así su doctrina de que
Boyle, Newton y Voltaire la luz blanca no es simple sino que es el resultado de
la mezcla de colores que pueden ser separados por el
Este apartamiento de la teoría griega se acentuó prisma. Vio siete en lugar de seis colores, se supone
con la contribución de Boyle (1627-1691). También por su propia tradición mística. El número siete co-
asumió la existencia del éter, pues la luz debía viajar rresponde a la armonía de las esferas, las correspon-
sobre algo. Todas las gamas estarían contenidas en dencias musicales, los siete planetas... etc. En su li-
la luz blanca, distorsionada por los objetos que pro- bro de Óptica notó la similitud del rojo con el viole-
ducirían los colores. Los colores serían pues o at- ta, los dos extremos del espectro, y arregló de acuer-
mosféricos (cielo, arco iris) o estructurales (rocas, do con ellos los tonos que formaron su círculo original
HACÍA LA PINTURA 51
50 RAFAKLSQUIRRU
i nnlenía en la luz, sino que era el resultado de la
de colores. Los rayos de luz provocan vibraciones, niivcla de luz y sombra. En su Farbentehere compa-
que según su tamaño producen los distintos colores, ro a la teoría de Newton con un viejo castillo cons-
así como las vibraciones del aire producen sonidos. 11 nido a la medida de su arquitecto, destinado a de-
Esta teoría de la emisión aunque tuvo opositores se
sostuvo durante mucho tiempo por la autoridad que i nimbarse.
lin 1813 conoció a su joven discípulo Schopen-
emanaba del sabio inglés.
!i;mcr, quien comenzó compartiendo sus enseñanzas
Entre los que se apoyaron en sus observaciones, pero quien en su panfleto sobre "Visión y colores" se
lanzándose a la propia investigación, se cuenta Vol- .ipartó de las enseñanzas de su maestro, poniendo el
taire, quien instaló un laboratorio eon su amiga Ma- iMifasis más en la visión y menos en la óptica. Se ocu-
dame du Chatclet, llegando a condensar sus tareas pó así de los problemas de la retina, pero sin dar sufi-
en unos "Elementos de la filosofía de Newton", que ciente importancia al cerebro. Más allá de sus erro-
fue colocado entre los libros heréticos de su época. res, arabos sabios alemanes intuyeron la importan-
Voltaire dejó un manuscrito en Amsterdam y el edi- cia del color en aspectos que luego serían estudiados
tor, aprovechando la fama de Voltaire, publicó, en
1738, un libro bellamente ilustrado que, pese a las por la psicología.
Importa tener presente a los efectos de una con-
protestas de Voltaire, ya que el mismo había sido re- cepción moderna que, como lo hemos adelantado,
tocado, se ha mantenido como una curiosidad den- el color tiene un doble aspecto: el físico y el mental o
tro de esta disciplina.
psicológico.

Goethe y Schopenhauer
Planck y Bohr
Goethe, quien se preciaba de ser uno de los hom- Respecto del físico la ciencia moderna tiene su
bres universales de su época y que hasta cierto punto deuda para con sabios de la talla de Max Planck y
lo era, produjo su propia teoría de los colores. Sus
conclusiones lo llevaron a sostener, al igual que Niels Bohr.
Las últimas teorías sostienen que la transmisión se
Aristóteles y Leonardo, que el color no solamente se
5¿ RAFAEL SOUIKRU
HAClA LA PINTURA 53
hace a través de una energía radiante propagada ai
n-iiie largas de rayos infrarrojos hasta las más cor-
el espacio por ondas electromagnéticas. Una sus
f. ondas de rayos ultra-violetas.
tancia excitada por Ja luminosidad irradia este tipt
I 11 el medio están el resto de los colores.
de energía. Tal colección de ondas es característici
de cada sustancia y puede ser analizada por el esi
pectroscopio. Estas ondas así excitadas son idénti- \iiihito humano del color
cas a las que absorberá cuando la energía radiantt
caiga sobre ellas. La estructura no es solamente on- Cuando llegamos al ámbito humano del color el
dular sino también corpuscular. psicólogo nos habla con más autoridad que el físico.
Fue Max Planck quien en 1900 desarrolló la teoría H color es además una sensación mental y emocio-
del Quantum. nal recibida a través del ojo. A la física y a la química
Asumió por cálculos matemáticos que la energía poco le interesan las repercusiones espirituales y es-
radial nú era emitida a través de ondas permanentes, ícticas del color. Para la química el color es cuestión
sino por medio de lo que podríamos llamar paquetes de pigmentos.
de "quanta". Este descubrimiento fue aprovechado Para la física es un problema de luz.
por Einstein. Las sensaciones de color surgen del Desde el punto de vista de sensaciones, es un pro-
bombardeo de nuestros nervios ópticos por "quan- blema fisiológico y psicológico.
ta" de luz que difieren unos de otros. Einstein subs- Pasemos ahora a estos últimos aspectos.
tanció estas ideas a través de fórmulas definiendo al El ojo humano ha sido diseñado para ver lo mejor
fenómeno foto-eléctrico. posible según las diferentes condiciones de ilumina-
No es necesario recalcar los efectos de estos des- ción. El hombre no puede ver en la oscuridad como
cubrimientos que van desde el invento de la televi- la lechuza o el gato, pero de día ve mejor que estos
sión a los variados resultados del uso del espectros- animales. Aunque !a luz solar lo molesta más que al
copio en el arte de curar y muchas otras aplicaciones águila no está obligado a retirarse cuando se pone el
científicas. sol. De tal modo que aunque su visión no es la mejor
en cada momento específico del día, lo es en térmi-
El espectro solar se extiende desde ondas relativa-
nos de una mayor adaptabilidad a esas variables. El
54 RAFAEL SQUIRRU
HACIA LA PINTURA 55

ojo humano funciona en forma bastante parecida _


una máquina fotográfica. Sobre la órbita ocular está s animales se debe a su mayor capacidad cere-
la córnea, una cobertura transparente. Detrás de l ' i . i l . Los estímulos que recibe el ojo adquieren sen-
ésta está el iris que forma la pupila del ojo. Detrás de i u lo a partir del momento en que el cerebro los ínter-
la pupila está el lente que acomoda la visión de los l'icta. En su sensibilidad para el color, el ojo huma-
objetos según estén cerca o lejos. no responde a un abanico relativamente pequeño
Detrás de todo el mecanismo está la retina, una dd espectro electromagnético. Es posible que la
red de terminales nerviosas, desde donde se enfoca evolución de la visión se haya producido en el agua
la luz y desde donde los impulsos son transmitidos al pues el espectro visible es en general la transmisión
cerebro. del espectro acuático.
La visión no responde a las simples leyes de la óp- Si bien el color tiene connotaciones espirituales y
tica. Si el sistema óptico dista de ser perfecto la natu- estéticas, a la naturaleza lo que más le interesa es la
raleza ha obrado milagros al diseñar la retina. claridad de la visión. En tal sentido la percepción del
El iris se expande o se contrae para regular el ta- color ayuda a la percepción. El ver. pues, trabaja de
maño de la apertura óptica —se abre más en la pe- dos modos: los estímulos del mundo exterior entran
numbra, se contrae cuando la luz es brillante. Para por el ojo. el cual envía sus impulsos a la mente; el
tranquilidad del.lector le diré que el proceso exacto cerebro añade su experiencia, juicio y percepción, y
de la visión tiene todavía mucho de misterio si bien mira sabiamente al mundo que ve.
la ciencia acepta la teoría llamada de la duplicidad
de Max Schultze de 1866. No entraremos en los de-
talles de ¡a misma. La región cortical del cerebro es Misterios de la visión
responsable de la visión en áreas que corresponden a
ciertas áreas del ojo. El hecho de que el lado dere-
cho del cerebro controla el lado izquierdo del cuer- Son varias y complejas tas teorías que han tratado
po, también se aplica a los fenómenos de la visión. de explicar los misterios de la visión desde el punto
La visión, pues, reside en el cerebro como en el ojo. de vista del color. En una de las más aceptadas, la
La razón por la cual el ojo humano ve mejor que teoría de Muller, se trata de un proceso fotomecáni-
co en los comienzos, seguido de otros procesos. Los
HACIA LA PINTURA 57
56 RAFAELSOU1RRU

bien fisiológicamente el negro implica ausencia de


nervios ópticos son estimulados por distintas bandas
del espectro. estímulo, psicológicamente reconocer la ausencia
de luz constituye una percepción positiva (Peddie).
En lo que todos están de acuerdo es que existen
La visión es, según creemos, el más sorprendente de
capacidades receptivas en el ojo que descomponen
los sentidos y entre sus maravillas debemos contar la
independientemente la acción de la radiación de la
energía. imaginería eidética, que se complementa con otras
dos. Las imágenes de la memoria producidas por la
La capacidad de ver no se somete a una estricta
mente y la imaginación que participan de la calidad
progresión de lo oscuro a lo brillante, ni es una reac-
de idea; la imagen recién recibida que es más literal,
ción de la visión directamente proporcional al estí-
cuyo tamaño depende de la distancia. Suele ser una
mulo. Se trata de un mecanismo de adaptación des-
imagen complementaria. La imagen idéntica es la
de la penumbra a lo más claro que funcionan por se-
parado. más notable. Se trata de fenómenos que toman una
posición intermedia entre sensaciones e imágenes.
Newton habló del color como un conj unto de par-
Constituyen un regalo de la niñez y de la juventud, y
tículas y del ojo como un mecanismo nervioso que
responde aellas. aunque se aproximan a lo trascendente constituyen
Fue Young quien desarrolló la teoría ondulatoria. una realidad sensorial.
Algunos autores las relacionan con la personali-
El mismo fundó la ciencia de la fisiología óptica a
dad. En materia de colores la facultad eidética re-
partir de la física. A ello agregó Maxwell que la cien-
quiere una expresión más personal. El colorista pue-
cia del color debe considerarse una ciencia mental.
de reconocer que el efecto del color está relacionado
Helmholtz dijo que toda impresión colorística pue-
a la conciencia humana, influenciada por lo que ocu-
de ser definida en términos de radiación de la ener-
gía. rre en la mente.
Con respecto a la visión fisiológica conviene re-
El color exige ser abordado en términos de vida.
cordar que se trata de una visión binocular, en la que
Si bien el color como ene'rgía radiante tiene su inte-
determinadas áreas de la retina enfocan simultánea-
rés, resulta algo muerto en tanto no esté percibido mente formas, brillo, color y detalles asegurando
por el ojo humano.
una imagen perfecta en cuanto a tamaño, forma y
Escasas observaciones para ilustrar el punto. Si
58 RAi-'AF.I SOUJRRU
HACÍA !-A PINTURA 54

distancia. AI mismo tiempo el área periférica de


uncía del ojo: aquél que está rodeado de sombra pa-
retina responde al cambio de brillo o a movimientc
i rcerá el más blanco, y la sombra que lo rodea más
en los límites externos del campo visual.
nscura.,."
" Diferentes colores perfectos: resultará el más ex-
Leonardo, precursor i cíente el que esté más cerca de su contrario... así el
.i/ul cerca del amarillo, el verde cerca del rojo..,".
Esto que puede parecemos elemental y aun erró-
Si bien el hombre primitivo no estaba preocupado
neo si pensamos que el complementario del amarillo
con las teorías de la armonía de colores, a partir de
i-s el violeta, en épocas de Leonardo resultaban ob-
Renacimiento existió la preocupación para encon
trar leyes que revelasen el principio de lo bello. servaciones revolucionarias.
Así: "La armonía y la gracia se producen a partir
En textiles, cerámicas, vitrales ya existían oportu-
de una disposición juiciosa de los colores...".
nidades para la armonía en el diseño puro, abstrae
to.
Del pintor en cambio se esperaba que mantuviese
una relación con los aspectos naturalistas del mundo Círculos de colores
visual, a diferencia de los casos anteriores en que po-
El primer círculo de colores fue diseñado por
día crear escalas y armonías según su manera de sen-
Newton en la segunda parte del siglo XVII.
tir. !
Unió los dos extremos del espectro hasta formar
Ya lo hemos insinuado, que el primer teórico del ?
un círculo conectando al azul con el violeta (separa.-
color de jerarquía, fue Leonardo de Vinci. Fue él
dos por el púrpura) y mostrando en ordenado circui-
quien reconoció el carácter primario en ciertos colo-
to desde el rojo al naranja, verde azul e índigo (su
res que, para él, fueron rojo, amarillo, verde y azul,
séptimo color) hasta el violeta retornando así al
lo que le otorga la condición de precursor de la teo-
ría moderna del color, en abstracto. En tal sentido rojo.
. Este fue quizá el primer intento de diseñar un dia-
dejó anotadas ideas de rara vigencia:
grama que nos diese una imagen organizada del
"Diferentes cuerpos de la misma blancura y dis-
mundo del color.
60 RAFAEL SQUIRRU HACIA LA PINTURA 61

Algo más de medio siglo más tarde (1730) el ( orno premio Nobel de Química los conocimientos
bador alemán Le Blon descubrió que en verdad su disciplina.
primarios eran el rojo, el amarillo y el azul; esto . I'use a ello, dudando de la autoridad de físicos y
colores que no se obtienen a partir de ninguna ot químicos, llegó a la conclusión, de que el color pertenece
mezcla. Hoy esto puede parecemos elemental a al mundo de las sensaciones y que el estudio debía
como que de la mezcla de rojo y amarillo surge el n . i ncaminarse por la fisiología y la psicología. A partir
ranja, de azul y amarillo el verde y de rojo y azul e ilc entonces creó un nuevo diseño para la arquitectu-
violeta, pero no lo era entonces. i;i que alberga elcoior. (Hasta aquí Birren.)
En la cada vez más nutrida serie de investigado
nes en torno al tema ocupa lugar destacado M.E
Chevreul (1786-1889) quien vivió hasta la provecta Algunos términos respecto a los colores, según Crespi
edad de 103 años y cuya importancia deriva en partí
y Ferrarlo
de la influencia que tuvo sobre tos pintores impre
sionistas.
Teniendo en cuenta el empleo de términos que no
Las proposiciones de Chevreul alcanzaron la je
rarquía de clásicas en la educación artística, llegan- lie aclarado ex-profeso, lo haré ahora citando tex-
do hasta nuestros días. Cuando oímos hablar de la tualmente del Léxico técnico de las arles plásticas de
Irene Crespi y Jorge Ferrario (Ediciones EUDEB A
armonía de los adyacentes, de complementarios, es-
tamos citando al notable Chevreul. 1971) que por su precisión y claridad creo que consti-
tuyen un instrumento de rara utilidad. Procuraré
evitar redundancias con lo ya expuesto citando algu-
Munsell y Ostwald nas definiciones a título ejemplificador:
"Círculo de. color: Ordenación convencional y sis-
Dos fueron los mayores contribuyentes a este temática del color basada generalmente en los tres
tema, después de Chevreul. Albert Munsell adoptó ilamados fundamentales: rojo, amarillo y azul, sus
algunos conceptos de Helmholtz; las constantes del opuestos adyacentes y derivados, sus marchas de la
color: tinta, valor y tono, y Wilhelm Ostwald aportó claridad a la oscuridad y sus escalas de saturación,
HACIA LA PINTURA (,3
62 RAFAEL SQUIRRU
t'|i-mj una atracción definida por contraste, área
con el objeto del análisis y estudio de las mezclas pij in.iynr, intensidad, temperatura, etc. También color
mentarias y sus aplicaciones. • l.ivc. Tinte o matiz que participa de buena parte de
Color primario: Cualquiera de las sensaciones los tonos de una obra; también tonalidad dominan-
tos matices fundamentales (rojo, amarillo, azi
percepíualmente irreductibles, de las que deriva u-
('olor inducido. Es la sensación de color que ad~
los demás colores. ... En la práctica se considera p> i]iuere una superficie neutral al estar rodeada de un
rnarios a la tríada expuesta más arriba, ya que tant
mlor real...
por mezcla aditiva como sustractiva es posible obte«i ('olor simbólico. Cualidad subjetiva por la que se
ncr verde a partir del amarillo y del azul. También se| ,iti ibuye a un color un significado por el que se quic-
los llama colores polares.
io expresar cualidades particulares, atributos o ca-
Color complementario: í) Se llama así a las radia- i aete rísti cas de naturaleza religiosa, mística, políti-
ciones cromáticas que juntas restituyen la luz blan-¡ ca, cultural, patriótica, musical, poética, etc. Son,
ca. Estos pares de complementarios son, según cu su mayor parte, arbitrarias o convencionales y
Helmholtz: rojo-verde/ amarillo verdoso-violeta/ i espondeo en general a factores de asociación litera-
naranja-azul verdoso/ con variantes según los diver- iios, atávicos, tradicionales, evocativos o simple-
sos investigadores. Arnheim da por ejemplo amari-
mente procedenles del inconsciente.
llo-violeta azulado/ rojo-verde azulado/ azul-naran- Tono: Color integrado en todas sus dimensiones.
ja. Otras variantes más disímiles se producen según Se denomina también tono a la escala resultante
los autores incluyan o no al verde como color fun- de un color mezclado sea con blanco, negro o gris; es
damental . 2) Se dice de ios pigmentos que se oponen decir, al matiz, o bien con su complementario.
diamctralmente en el círculo cromático que son la Tono local. Se denomina tono local a aquél que es
respuesta psico-fisiológica a otros estímulos senso- propio del objeto y que se percibe aun dentro de las
riales del color.
gradaciones del claroscuro, tanto como al color que
Complemento psicológico. 3) Colores pigmenta- colocado plano o no, cubre totalmente la zona que
rios diferentes entre sí cuya mezcla los anula recí- corresponde a la figura; es decir, se halla localizado,
procamente al neutralizarlos alcanzando el gris... aun no siendo éste el color propio del objeto.
Color dominante: Color que en una composición
64 RAFAEL SQUIRRU

Valor. Grados de claridad u oscuridad que existen


entre dos extremos de valor, por ejemplo, blanco y
negro..."
(Los puntos suspensivos responden a artículos
que llevan adelante una mayor explicación.)
Aunque muy lejos de agotar la terminología co-
rrespondiente al color, he querido con estos pocos
ejemplos indicar la riqueza de la materia y guiar en
todo caso al lector a obras, como el citado Léxico,
que les permitan satisfacer una deseada curiosidad IV. TÉCNICAS PICTÓRICAS
que espero haberle despertado sobre el tema.
Para cerrar este asunto de los colores baste men-
cionar que, por referencia a las sensaciones térmicas
que se supone producen o evocan, se los ha dividido
Procuraré resumir en pocas líneas lo más funda-
entre cálidos (amarillo, naranja y rojo) y fríos (vio-
mental de las diferentes técnicas pictóricas, advir-
leta, azul, verde), como si tal fuera el resultado de su
tiendo que cada una tiene sus propias posibilidades,
percepción. Con referencia a las sensaciones de tipo
y que saber sacar partido correcto de esas posibilida-
espacial los colores cálidos son llamados salientes,
esto es, que avanzan sobre el espectador, mientras des es parte del genio del pintor.
Como las pocas líneas que resumiré están toma-
los fríos reciben el nombre de entrantes en tanto se
das en su mayor parte del capítulo que les dedica
alejan de él.
Gonzalo M. Borras Gualis en su libro Introduccton
al arte - Pintura (Ediciones Itsmo, Madrid, I «WJ, y
en algunos casos con las mismas palabras, evitaré el
correspondiente uso de las comillas.
La pintura mural: el fresco. Aunque el fresco no es la
única técnica que se emplea para la pintura mural, dado
HACÍA LA PINTURA 67
66 RAJ'AFI., SOIÜRRU

que es la más tradicional, ha quedado prácticamente •.ñu: el temple o tempera, el óleo, la acuarela y el
identificado con eila. A pesar de ello algunos fresquistas li.islei. Uno de ¡os pumos principales que ¡as diícren-
mexicanos eximo Siqueiros pintaron sus murales de otra i i;i reside en la ciase de líquido utilizado para disol-
manera. En esencia la pintura mural al fresco consiste en ver ¡os colores. El temple, hoy día uiÜiza el agua
aplicar los colores disueltos en agua de cal sobre e! muro, p¡ita disolver los colores, añadiéndose aveces, líqui-
que deberá ser previamente preparado y humedecido. dos oleaginosos como aglutinantes, mezclándolos
La técnica ofrece sus dificultades pues el artista debe cu- ron agua. También existe el tempie mc¿ciaclo con la
brir el área preparada antes de que el muro se seque yema de huevo, que se U ama tempie al huevo.
(mientras esté todavía fresco), lo que exi^c seguridad y La pintura ai oleo disuelve los coioves ton aceiie y
rapidez en [a ejecución. desde el siglo XV hasta nuestros días viene gozando
La pintura mural en seco. de especial favor. El soporte para ¡a pintura al óleo
En ciertos casos la necesidad de hacer retoques ha suele ser la tela o lienzo, si bien existen casos t-n que
aconsejado trabajar sobre el muro seco con distintas se ha sacado partida del cartón como en ¡as pinturas
formas de temple {caseína, yema de huevo., etc.). El de Figari.
méíodo usado en la antigüedad para el procedimien-
to mural es conocido como e! de la encáustica, en el
que los colores eran disucltos en miel de abeja y apli-
cados en caliente.
Como diferente de la pintura mura! hablamos de
la pintura de caballete, no porque necesariamente e!
artista pinte sobre un caballete, sino porque lo hace
en un tamaño más reducido (por lo general), ya tra-
baje en su tallero al aire libre.
Podemos reducir este tipo de pintura a unas pocas
categorías aun cuando en el mundo de hoy las así lla-
madas técnicas mixtas admiten el empleo de todo
tipo de materiales. Las técnicas, pues, tradicionales
V. COMPOSICIÓN

De los diversos libros consultados, dos han resul-


tado particularmente útiles dentro de lo que noso-
tros queremos señalar respecto de la composición.
El primero pertenece a Juan-Ramón Triado (Edi-
ciones Ariel, Barcelona, 1986).

Juan-Ramón Triado

En el capítulo correspondiente a la estructura de


la obra, nos dice que: "Las formas adquieren su sig-
nificado dentro del espacio, estructurándose en una
composición". A pesar de lo cambiante, el lenguaje
70 RAFAL-1.SOUIRRU H A C Í A L A PINTURA 71

artístico obedecería a una cieña lógica que se debe r.1. cuya cultura se pretende hacer rc-nacer: "el
respetar, sin que ello implique hablar de regias rígi- hombre es la medida de todas las cosas"'. Basla pen-
das. Considera que uno de los aspectos principales '..11 en Leonardo y su célebre proporción del hombre
de ia composición pictórica aJ ser "ia distribución de ili-ntro de las figuras perfectas del círculo y del cua-
las formas en el espado1', produce como resultado ih;itio.
una nueva realidad, tillo conduce a ¡a perspectiva Las figuras adquieren tamaño según el lugar que
como "manera que hace posible la visuaiización del ¡ ocupan en el espacio pictórico que procura capturar
espacio pictórico, según unas leyes intuidas o experi- :il espacio real. De allí que en el siglo XV surja el así
mentadas de manera racionai." Esías formulaciones llamado espacio artificial de enfoque científico que
han vanado en el tiempo según condicionantes múl- se aposenta en la matemática y sobre todo en la geo-
tiples, unos formales, otros conceptuales, tales metría.
como ia rcíigión o ía filosofía. E! artista mismo, como lo señala Triado, deja de
ser un simple artesano más y adquiere su tarea, je-
Hn apretada SÍIJLCSIS resume madó (a concepción f1 rarquía, ¡unto a las artes liberales.
del espacio según disiinlas épocas. Para ímprimiti- ; Hasta entonces, si bien pertenecía a uno de los gre-
vos "la ley üe fruntalidad", en que ¡os elementos se mios mayores junto con los boticarios, sin duda por-
yuxtaponen en ia superficie sin orden establecido. que tenían que hacer sus propios colores, no era su
Para e! Romántico el espacio se organiza ocupando posición social lo que devino, protegido por los
ci priiicipaí personaje ia parte más aita del cuadro. grandes mecenas. No olvidemos que Leonardo expi-
"E¡ espacio ordenado es distancia que separa al ró en brazos de Francisco I, rey de Francia.
hombre de los seres divinos.' 1 Las telas preferidas han sido las de lino o cáñamo.
En el Gótico aparece la perspectiva que llama Los aceites empleados como aglutinantes son
"teológica", donde ios personajes adquieren su lu- aceites grasos además de resinas tales como el agua-
gar según su importancia referida a esas nociones. rrás, que ayuda al secado rápido.
Esiajeiarquizaclónse abandona durante el Rena- Los colores aplicados con pincel o espátula admi-
cimiento donde el hombre se vuelve punió principal ten diferentes grados texturales, que van desde las
de referencia; según la vieja frase de la filosofía grie- más tenues capas a los más densos empastes.
72 RAFAEL SQUIRRU HACIA LA PINTURA 73

Es frecuente aplicar al resultado un barniz final^j Ht.m difusión entre los artistas contemporáneos.
Acuarela y gouache. Aunque suelen confunda I u óneo sería creer que los efectos en éste o en cual-
por su aplicación mezclando el color con agua, , quier otro medio son de antemano mejores o peo-
gouche es más pastoso, mientras la acuarela result ics; son distintos, y es el cómo han sido utilizados lo
más ligera. El soporte preferido es el papel, y , i|iu- mide el talento de los pintores.
buen acuarelista sabe sacar partido de las blancura "Se creará así un espacio pictórico homogéneo,
de ese material y de las transparencias que le ofrece i n n t i n u o e infinito en el que... cualquier punto pue-
si bien sería errado tomar lo dicho dogmáticament. tk- ser tomado por centro. Generalmente se utiliza
ya que existen grandes acuarelistas que no empleaí una perspectiva central, en que los ejes, vertical y
ese recurso. horizontal (línea de horizonte) en su intersección
Algunos artistas humedecen el papel, logrand( loinciden con el punto de fuga." (J.-R. Triado)
así los efectos deseados. Agreguemos que algunos maestros holandeses lo-
El pastel. Se logran los lapices de pastel que pue-¡, gran la perspectiva curva a través del reflejo de cier-
den ser de distintos grados de dureza, mezclando lo»' lotipo de espejo.
pigmentos con sustancias aglutinantes, como pue- Asimilada la perspectiva renacentista aparecen la
den ser engrudos, jabón o goma tragacanto. perspectiva de color y la perspectiva menguante.
El principal problema del pastel reside en la esca-
sa adherencia al fondo, lo que obliga al empleo de fi-
jadores, al igual que ocurre con el dibujo a la carbo- Otra vez Leonardo y siglos siguientes
nilla.
Hoy en día son muchos los pintores que trabajan "Según Leonardo leemos: De las partes de la pin-
conpintura acrílica, así llamada por tratarse de "una tura. La primera parte de la pintura atiende a que los
combinación de moléculas de acriiato con emulsión cuerpos por ella fingidos parezcan sobresalir, y que
de agua" (J.R. Triado), Es de secado rápido y se los campos que los circundan parezcan, por el con-
aplica con agua. Permite diferentes grados de densi- trario, y de acuerdo con sus distancias, hundirse en
dad en su aplicación, ofreciendo así ventajas funcio- la pared en que están pintados; todo ello con auxilio
nales respecto de otros medios lo que le ha valido de las tres perspectivas, esto es de la mengua de los
/-I RAFAEL SQUIRRU
HACIA LA PINTURA 75

contornos cié los cuerpos {menguante), de ¡a men- En la actualidad persisten, según las personalida-
gua de sus magnitudes (lineal) y de ¡a mengua de sus des de los pintores, enfoques que corresponden a los
colores (de color). De estas tres perspectivas la pri- del pasado, si bien podemos añadir "'la perspectiva
mera resulta (de ¡a estructura) del ojo, en lauto que plana" —situación yuxtapuesta de los elementos del
las dos restantes son causadas por e¡ aire que se in- cuadro—, la del cubismo a base de diferentes puntos
terpone entre el ojo y los cuerpos vistos por él Je vista en simultaneidad, la de los impresionistas
(área)...". (23.10) (16)' sobre 1a.base del color en términos de ía descomposi-
Tratado del paisaje. Í7uemex y documentos para la ción lumínica, que los llevó a practicar el "plain air",
historia de! arle, Renacimiento en Europa, de Joa- la pintura al aire libre, para capturar mejor esa reali-
quirn Garriga, Ed. Gustavo Gigií, Barcelona 1983) dad cambiante de la luz, la de la propia cámara loto-
Los manicristas que siguen a ¡os renacentistas em- gráfica que utilizan los hiperrealistas, proyectando a
picarán ta perspectiva ilusoria que consigue median- veces la foto sobre la tela.
te engaños ópticos ios así llamados "trompe 1'oeil" Hasta aquí el resumen de parte de !a síntesis de
(engaña-ojos), hacer ver algo que en realidad no es. .íuan Ramón Triado, quien sigue adelante con lo que
Esto conduce a los punios de fuga múltiples y a los considero una ajustada exposición del tema; pero
cscorzos virtuosistas de la figura humana. prefiere pese a ello intercalar el ensayo "Pintura",
En el sigio XVH aparece el infinito como espacio de Gonzalo M. Borras Gualis. quien es uno de los
pictórico, fiel reflejo de nuevas concepciones cien- autores del libro "Introducción General al Arte", de
tíficas. Así el estilo Barroco busca esa indefinición 1980 publicado por Ediciones Istmo de Madrid.
que conduce a escor/os violentos.
En ía composición de caballete se utilizará la pers-
pectiva aérea, que mezcla ¡a de color con la men- Borras Gualis: Ordenación v unidad
guante, una verdadera conquista atmosférica.
En el siglo XVlIf se introduce "la vecluta", nuevo Borras Gualis ya ha tratado el tema de la perspec-
aeercamie'nto científico a la naturaleza. Se trata de tiva cuando aborda lo que titula Composición. Nos
la perspectiva de la cámara oscura que se ascmaja a dice: "Al hablar de composición en pintura (y tam-
la cámara fotográfica actual. bién en escultura) nos referimos a la ordenación or-
76 RAFAEL SQUIRRU HACIA LA PINTURA 77

ganizada de todos los medios plásticos que constitu "Cuando la composición se fundamenta en las
yen la obra pictórica...". "lormas" el pintor busca un cálculo equilibrado de
"Esos elementos", aclara el autor, "se manifies- 11 ricas y volúmenes", suele basarse en figuras geo-
tan formando un todo único que es la obra de arte; métricas, "cuya interpretación supera lo puramente
en ella los distintos componentes son totalmente so- lormal, ya que se trata de formas simbólicas que ex-
lidarios, constituyen un organismo, un universo pro- presan toda una concepción y sistema de pensamien-
pio en el que nada puede suprimirse o modificarse to". Para mencionar sólo algunos ejemplos que nos
sin que la obra se venga abajo." da Borras Gualis, hagamos referencia "al principio
Este concepto de la unidad formal de la obra nos de simetría lateral", según la cual la obra se organiza
parece esencial y en ello reside por así decirlo la en dos mitades correspondiendo a ambos lados de
prueba de fuego de lo que entendemos por calidad un eje central.
pictórica. Esta integralidad de la obra según hemos Esta simetría se parece al contrapeso de una ba-
observado está en relación directa con la integralidad y » lanza" y tuvo gran importancia en Egipto y en Gre-
la integridad del creador y es la que permite hablar de * cia.
la realidad "otra", que es la realidad del arte. Otro sistema compositivo es "el piramidal, mal
Lo importante pues es "penetrar la trama del cua- llamado por algunos triangular, puesto que se trata
dro, en la estructuración de los elementos plásticos de un procedimiento volumétrico que consiste en or-
con los que se ha dado forma a lo representado" {no- ganizar las figuras dentro de un esquema piramidal,
sotros diríamos a lo "presentado"). Esto nos condu- que por el sentido del equilibrio... fue muy emplea-
ce al análisis de tensiones y de ritmos, los criterios de do durante el Renacimiento italiano".
armonía y proporción que presiden la dinámica in- En los períodos clásicos predominan los ritmos es-
terna de la obra. táticos, mientras que en los barrocos crecen los rit-
Forma y contenido constituyen una unidad cuyos mos dinámicos. Esto incluye al manierismo y sus for-
lazos de unión han variado según las épocas; vimos mas en espiral.
cómo la perspectiva es uno de esos elementos. El En algunos casos el elemento compositivo sobre
creador tiene la opción de elegir dónde va a poner el el que recae el acento será la luz. Esta luz puede ser
acento de su composición. más serena como en Leonardo o más dramática
78 ¡ÍAFAEI.SQUIRRU HACÍA LA P.NTURA

como en eí Caravaggio. También juega rol principal yor granueza, ios situados debajo aparecen empe-
en Rcmbrandt. Y en nuestra época es la preocupa- queñecidos.
ción principa! de un Emilio Pfítoruti. Las diferentes forminas de composición acuden a
El color es elemento predominante de épocas que la geon.iei.ria como lo hervios señalado, y así ios ele-
van desde el post-impresionismo de un Van Gogh, mentos se ordenan en base al círculo, óvalo, triángu-
en el que responde a estados anímicos exacerbados, lo, cuadrado, pentágono, hexágono, rombo... por
hasta una buena parte de la pintura moderna como separado o combinadas estas figuras. Los elementos
la de Albers pasando por la escuela del color de se organizan también según rectas, curvas, vertica-
Washington, para no señalar lo obvio, como lo es el les, horizontales o diagonales,
caso de los "fauves" de comienzo de siglo. "Entre los esquei.ias compositivos más utilizados
está ia ííamaaa sección áurea o divina proporción".
Ya Encimes la había definido; "división de un seg-
Otros conceptos compositivos mento en su media y extrema razón". Es decir (con-
t inflando con Triado) "ios dos segmentos son entre
Según J.R. Triado podernos añadir "las concepcio- ellos lo que eí más grande es al todo". Aunque ene-
nes de composición cerrada" (en la que los elemen- migo de 3as fórmulas que parecen complicar ai lec-
tos se dirigen al centro teórico del cuadro) y "centrí- tor, creo que en esie caso se justifica y sigo con nues-
peta" que incluye la totalidad de los elementos. La tro autor: "Su fórmula será ji_ = a t;_b. No tiene ex-
"composición abierta" puede ordenarse alrededor b a
de un eje central o lateral o en función de un punto presión numérica racional, sino inconmensurable y
de fuga exterior. Los elementos huyen del centro responde a una raíz cuadrada cuyo resultado es
teórico - composición centrífuga. La composición 1,6 L8... que se conoce como número de oro o núme-
cerrada globaliza todos los elementos, mientras la ro píii".
abierta los fragmenta, "Entre las diiereni.es tiguras geométricas... una
Aspecto importante de la "composición perspec- ue la'j más queridas es eS pentágono, símbolo cié la
tiva" es la situación de la línea de! horizonte. Los quintaesencia platónica, que en volumen se convier-
elementos colocados sobre esta línea adquieren ma- te en dodecaedro... Su utilización corno base Ue la
SO RAFAFX SOUIRRU

proporción áurea ya tiene antecedentes en el mundo


medieval."
La mayoría de los términos que hemos tomado
con sus correspondientes comentarios de "Las cla-
ves de la pintura", de Triado, también pueden encon-
trarse definidos con claridad expositiva en el ya
mencionado Léxico técnico de las artes plásticas de
Crespi y Ferrado.
VI. HABLAN LOS ARTISTAS

Para reunir los textos que leeremos a continua-


ción he empleado fundamentalmente para los maes-
tros hasta el impresionismo, la voluminosa colección
"L'art de la peinture", de Jacques Charpier y Pierre
Seghers (Editions Seghers, París 1957). A partir de
los post impresionistas mi fuente principal ha sido
"Theories of Modern Art (A source book by artists
and critics)", de Herschel B. Chipp, con las contri-
buciones de Peter Selz y Joshua Taylor. En algunos
casos, para un mismo artista he tomado de ambos.
También, en contadas ocasiones, he confrontado
textos con Los Caprichos de Coya, editado por R.
Díaz Casariego, Madrid, 1961; Ingres, Henri Pión,

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