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Lógica y Teoría de la Argumentación - SESIÓN 2

Tras leer el texto de Hubert Marraud, realiza las siguientes actividades:

Dar y recibir razones es parte de nuestra vida cotidiana. Si ojeamos un periódico, escuchamos la
radio, miramos la televisión, navegamos por internet o simplemente escuchamos una
conversación es muy probable que nos encontremos con algún argumento. Dan razones los
científicos, los críticos, los políticos, los publicistas, etc. Hasta las descripciones y las imágenes
pueden trasmitir razones. Consumimos razones pero también las producimos. Usamos razones
para justificar nuestra conducta, para condenar o elogiar a los demás, para sopesar los pros y los
contras de una elección o de una decisión. También en este sentido somos animales racionales.
Argumentar es tratar de mostrar que una tesis está justificada. Como a menudo el fin es
persuadir a alguien, se dice también que argumentar es intentar persuadir a alguien de algo por
medio de razones, es decir, racionalmente. Cualquier intento de persuasión presupone que el
destinatario no cree, o no cree en la misma medida que el locutor, aquello de lo que se le quiere
persuadir. La discrepancia puede referirse a qué creer, qué hacer o qué preferir, o a la intensidad
con la que se crea, se prefiera o se tenga la intención de hacer algo. Argumentar es un medio
para reducir esas diferencias de opinión.
Se puede definir un argumento como un discurso en el que el autor da razones para sustentar
una opinión. El propósito de ese discurso suele ser la persuasión racional: tratar de persuadir al
destinatario de que acepte la conclusión por las razones y consideraciones aducidas. Si la
racionalidad es la disposición a actuar por razones, argumentar es un ejercicio de racionalidad
manifiesta —es decir, patente y deliberado.
Un argumento, en definitiva, es un intento de justificar una aserción. Esa justificación viene
dada generalmente por otras aserciones, por lo que está claro que en esos casos un argumento
establece una relación entre aserciones. Ese carácter relacional diferencia a los argumentos de
las meras aserciones.
La estructura de los argumentos refleja su finalidad. Si se trata de persuadir con razones, en
el discurso aparecerán enunciados que expresan razones, llamados «premisas», y otros que
expresan la tesis de la que se quiere persuadir al destinatario, llamados «conclusiones». Se llega
así a la definición de argumento que se puede encontrar en cualquier libro de lógica: un
conjunto estructurado de enunciados en el que uno, la conclusión, se sustenta pretendidamente
en los demás, las premisas.
La función argumentativa sería la función primaria del lenguaje, y las demás, y en particular
la función informativa, serían expresiones encubiertas de la pretensión fundamental de influir en
la opinión de los demás.
Hubert MARRAUD, Es lógic@
1. Define los siguientes conceptos (basándote en el texto y/o buscando
información):

a) Argumentar

b) Persuadir

c) Justificar

d) Premisa

e) Conclusión

f) Aserción

2. Busca información sobre los siguientes conceptos, centrándote sobre todo en


su historia y su tipología:

a) Silogismo

b) Falacia

3. Puedes poner algún ejemplo cotidiano de argumento o razonamiento (ya sea


éste correcto o incorrecto)?

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