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CULTIVO BIOLÓGICO DEL TOMATE

CULTIVO BIOLÓGICO DEL TOMATE

FERTILIZACIÓN
Las recomendaciones sobre fertilización deben basarse en una prospección de terreno y
posterior análisis del suelo. El tomate, como todas las plantas hortícolas, riquiere ser
cultivado en suelos fértiles, con unos niveles de materia orgánica del 3%.

La fertilización de fondo la basaremos en el compost (materia orgánica fermentada)


enriquecido con aquellos elementos deficitarios en el suelo, especialmente aquellos que
van a constituir el complejo arcilloso-húmico, es decir, la arcilla, el calcio y el hierro.
También aportaremos los elementos minerales que en el suelo, por su constitución, sean
limitantes. Las cantidades a aportar no serán nunca superiores a la correspondiente a una
dosis de 300 kg/ha. La aportación de estos elementos no va dirigida a enriquecer el
suelo, sino a servir como estar de la actividad de los microorganismos encargados de su
movilización.
La dosis de compost será de 10.000 kg/ha. En suelos arcillosos se podrá aportar más
cantidad.

En suelos arenosos es conveniente dividir la aportación en varias veces.

No es aconsejables la utilización de estiércoles frescos; estos favorecen la manifestación


de enfermedades criptogámicas y bacterianas, a las que las tomateras son muy sensibles.

Como fertilizante de cobertura se vuelve a realizar otra aportación de compost maduro,


pero esta vez a una dosis más reducida: 2.500 kg/ha en el momento del aporcado.
Cada 15 días es conveniente realizar tratamientos revitalizadores con infusión de ortiga
o un preparado a base de algas. El mejor momento para realizar este tratamiento es a
primera hora de la mañana, antes de que el sol caliente.

Si se sigue el calendario planetario, estos tratamientos se realizan cuando la luna pasa


ante una constelación de fuego.

PREPARACIÓN DEL TERRENO


Las labores preparatorias las realizaremos con tiempo suficiente, teniendo en cuenta de
trabajar la tierra siempre en tempero.

Empezaremos con una labor superficial (5-10 cm), utilizando una fresadora. Con esta
labor se mezclará la capa herbosa existente sobre el terreno con el suelo, favoreciendo
su descomposición de fondo, promoviendo la formación del complejo arcilloso-húmico
y la actividad microbiológica del suelo.

Las labores siguientes las realizamos con cultivador, dando 2-3 pasadas en las cuales
iremos profundizando. En los suelos más arcillosos y que hayan quedado terrones, antes
de preparar el terreno en caballones, podemos realizar una labor superficial con una
grada de púas oscilante.
Siempre que sea posible, no utilizar aperos rotativos para la realización de las últimas
labores, ya que forman suela de labor.

SIEMBRAS, TRASPLANTES. MARCOS DE PLANTACIÓN


Las plantas más vigorosas se obtienen en las siembras directas, colocando en cada hoyo
tres semillas, que una vez desarrolladas las pequeñas plantitas se aclararán, dejando una
planta, la más vigorosa, por hoyo.

Este sistema presenta varios inconvenientes: las siembras hay que realizarlas cuando las
condiciones climáticas permiten el desarrollo del tomate, obteniéndose plantaciones
tardías. El mantenimiento del cultivo es más costoso, por lo que se refiere a los riegos y
desherbado.

Para limitar este problema las tomateras suelen trasplantarse, pudiendo hacerse a raíz
desnuda o con cepellón, aunque el trasplante con cepellón significa una mayor
dedicación a las jóvenes plantas; este tiempo dedicado se ve recompensado por el
beneficio obtenido.
Con el trasplante con cepellón se respeta todo el sistema radicular de las plantas, no
sufriendo el estrés del trasplante, por esto con este sistema, se obtienen producciones
más tempranas.

Como sustrato para los cepellones, se puede elegir entre dos opciones:

1. Utilizar sólo tierra, a ser posible de peor calidad que en donde se va a realizar el
trasplante definitivo. Con este sistema se van a producir más fallos en el
trasplante del semillero al cepellón, pero las plantas van a ser más resistentes,
resistencia que se va a ver favorecida en el trasplante definitivo al pasarlo a una
tierra de mayor calidad, en donde el sistema radicular tendrá un buen desarrollo.
Este sistema es aconsejable utilizarlo en las plantaciones de plena temporada y
tardías, ya que con él, aunque el desarrollo de las plantitas es más lento, las
plantas son más resistentes.

2. Utilizar una mezcla de tierra de buena calidad y compost bien fermentado. Con
este sustrato las plántulas tienen un desarrollo más rápido, pero después, en el
cultivo, precisan más cuidados. Se utiliza para las plantaciones en invernadero y
tempranas al exterior.

El marco de plantación está supeditado a:

- La fertilidad del suelo. Suelos más fertiles admiten plantaciones más densas.
- Condiciones atmosféricas, básicamente iluminación, temperatura y humedad
ambiente. En los lugares donde la iluminación y temperatura sean bajas, se realizarán
marcos de plantación más amplios igual que en donde la humedad ambiente sea
elevada.

La distancia entre los surcos puede oscilar entre 80 y 120 cm y la distancia entre plantas
de 30 a 80 cm.

En las plantaciones tempranas se suelen adoptar marcos de plantación más estrechos ya


que para acelerar el cuajado de los frutos, las plantas se despuntan a segundo o tercer
pomo.

ROTACIONES Y ASOCIACIONES DE CULTIVO


El tomate puede entrar dentro de una rotación de cultivos extensivos en aquellas tierras
de buena calidad o en una rotación hortícola. Tanto en uno como en otro caso, es
conveniente realizar rotaciones amplias, mínimo de 3 años. No deben suceder a otros
cultivos que pertenezcan a la misma familia botánica, como son las patatas, los
pimientos, las berenjenas, ni a plantas que sean cultivadas por el aprovechamiento de
sus frutos, como melones, sandías, calabazas, pepinos, fresones, calabacines.

Las asociaciones de cultivo son aconsejables y convenientes en todos los casos, pero
cuando se trata de grandes extensiones es difícil poder llevarlo a la práctica. En estos
casos, lo que si podemos hacer es intercalar plantas de albahaca y perejil entre el
cultivo.
En huertos de pequeña escala, los tomates podemos asociarlos además de a la albahaca
y al perejil, a la col, puerro, cebolla, zanahoria. También podemos sembrar al lado de los
tomates, maíz. Este cultivo nos indicará cuando comenzar los tratamientos para el
control de la oruga del tomate (Heliothis armigera), ya que antes de entrar en el tomate,
va al maíz.

LABORES DE CULTIVO

 Reposición de fallas. Consiste en la replantación de aquellas plantas que no han


cogido. Se realiza lo antes posible, generalmente coincidiendo con el segundo
riego.
 Aporcado. Tiene el objetivo de favorecer el desarrollo de raíces adventicias,
mejorando así la nutrición y anclaje de la planta. Se suele realizar a las 3-4
semanas del trasplante.

 Entutorado. Con él se persigue que la planta se desarrolle en sentido vertical,


limitando las enfermedades criptogámicas y podredumbres y favoreciendo un
mayor desarrollo de los frutos.
La forma de realizarlo y materiales empleados dependen de la climatología del
lugar, humedad ambiente, viento, y de los materiales disponibles.

 Poda. Se dejan de 1 a 3 brazos según el vigor de la planta, lo cual viene


condicionado por la fertilidad del suelo, iluminación y temperatura y por el
marco de plantación.
A mayor vigor, más brazos es posible dejar. Posteriormente la operación se
limita a eliminar las ramificaciones laterales. Es preferible eliminar estas
brotaciones en sus primeros estados de desarrollo; así los daños que se producen
a la planta son mínimos. Esta operación hay que realizarla cada 7-15 días, según
la climatología del lugar.

Poda a una guía

Se elimina el tallo principal por encima de la cuarta rama. Dejamos desarrollarse el


brote axilar de la cuarta rama que se convertirá en la principal. Cuando se desarrolle
emitiendo otros cuatro niveles de ramas repetiremos la operación y así sucesivamente.
Poda a dos guías

Se elimina el tallo principal por encima de la sexta rama. Dejamos desarrollarse los
brotes axilares de la quinta y la sexta ramas, que emitirán una rama cada uno que se
convertirán en las dos ramas principales. Repetiremos el proceso al volver a salir la
sexta rama de cada guía pero dejando desarrollar sólo un brote axilar en cada una.

 Pinzamiento. Consiste en eliminar el brote terminal de las guías, por encima del
pomo que se considere conveniente. Con esta operación se persigue acortar el
ciclo productivo y favorecer el desarrollo de los frutos, consiguiendo tomates
más tempranos y de mayor tamaño.
 Riegos. La tomatera es una planta poco exigente en agua. Un riego excesivo
repercute de forma negativa en la calidad y período de conservación de las
frutas. El primer riesgo se da en el trasplante, preferiblemente de forma
localizada ya que así se limita la salida de las adventicias. El segundo riego, 6-7
días después. Una vez que está asegurado el enraizamiento de las plantas, se
suspenden los riegos para favorecer el desarrollo radicular. El siguiente riego se
le da cuando las plantas, empiezan a manifestar síntomas de deficiencia de agua.
Una vez se ha iniciado el cuajado de los frutos, los riegos se hacen más
regulares, la cadencia entre ellos está condicionada por:
- Mejorar las reservas del agua del suelo al limitar la evaporación.
- Mejorar la actividad microbiana.
- Reducir el crecimiento de adventicias.

 Acolchado. Podemos realizarlo con paja u otro material orgánico como virutas
de madera, hojas secas, etc. Sirve para evitar la pérdida de agua del suelo y
controlar el nacimiento de malas hierbas.

El grosor de la capa de paja debe de ser tal que no se vea el suelo. Generalmente se debe
ir reponiendo, porque se va descomponiendo. Con este procedimiento, además,
enriquecemos el suelo, pudiendo así reducir las aportaciones de fondo para el cultivo
siguiente.
El acolchado con plástico es más fácil y rápido de realizar y el control de adventicias es
más eficaz. Sin embargo, tiene una repercusión negativa sobre la actividad de los
microorganismos aerobios del suelo, que ejercen una acción favorable sobre la nutrición
y sanidad de las plantas, por lo que su acción es imprescindible en agricultura biológica.

PRODUCCIÓN DE SEMILLAS
El tomate es una planta autógama, por lo que la obtención de semillas, manteniendo los
caracteres de la variedad cultivada, es fácil.
Se tiene que elegir una variedad local, bien adaptada a las características de la zona, con
buenos rendimientos y resistente a plagas y enfermedades.

Los tomates para semilla tienen que proceder de las plantas más sanas, vigorosas,
productivas, y de frutos homogéneos.
Para evitar la degeneración de la variedad es conveniente que cada año se introduzcan
plantas de la misma variedad, pero de otro agricultor.

Antes de sacar las semillas, se dejan fermentar los frutos, así las semillas aumentan su
capacidad germinativa.
Las semillas se separan de la pulpa con un cedazo fino, se dejan secar a la sombra y se
guardan en una bolsa de algodón o en bote de vidrio. No utilizar nunca envases de
plástico para guardar las semillas; en este tipo de envases la capacidad germinativa se ve
mermada.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
LA ORUGA DEL TOMATE (HELIOTHIS ARMIGUERA)
Es una plaga polífaga. Ataca a otros cultivos como el maíz, por el que siente mayor
atracción, utilizándose como planta de cebo. También es plaga para el algodonero, el
pimiento, el tabaco,...

Pasa el invierno bajo tierra en forma de crisálida. En mayo-junio aparecen las


mariposas, que tienen hábitos nocturnos. La puesta la lleva a cabo a los pocos días de la
nascencia, de donde nacen las larvas que emigran a los tomates jóvenes, penetrando en
ellos y consumiendo su interior. Cuando las larvas son grandes y los frutos pequeños
pueden atacar varios tomates en un día.

Las orugas alcanzan su máximo desarrollo en unas tres semanas, pasando a ninfosar al
suelo. La ninfosis suele durar un par de semanas, saliendo posteriormente los adultos,
repitiéndose el ciclo. Puede presentar 2-3 generaciones anuales.

MEDIOS DE CONTROL
Medidas Preventivas:

 Sacar y destruir los tomates atacados.


 Rotaciones de cultivo, no haciendo suceder cultivos susceptibles a ser atacados:
maíz, pimiento, algodón.

 Trabajar el suelo en invierno para destruir al máximo las formas invernantes del
insecto.

Medios Curativos:
Realizar control de vuelos con feromonas. Iniciar los tratamientos cuando la curva de
vuelos empieza a decrecer. O seguir las indicaciones del Servicio de Protección de
Vegetales.
Los tratamientos se realizan con Bacillus Thuringiensis, repitiendo el tratamiento a los
diez días.

EL ACARO DEL TOMATE (PHYLLOCOPTES DESTRUCTOR)

Los daños empiezan a manifestarse en las hojas inferiores. El haz comienza a amarillear
entre las nervaduras y el envés toma un brillo particular.
Los ácaros viven en el envés de las hojas en donde depositan los huevos. Su ciclo lo
completa en 15-20 días, dependiendo de la climatología. Es debido a este rápido ciclo
que los daños pueden llegar a ser importantes.

MEDIOS DE CONTROL

Espolvoreo con azufre muy fino, aplicándolo en forma de nube, poniendo especial
atención que la parte inferior de las hojas queden bien recubiertas.

MILDIU (PHYTOPHTEHORA INFESTAUS)


MEDIOS DE CONTROL

Al tratarse de un hongo que se desarrolla en el interior de la planta, su control solo se


puede realizar de forma preventiva, evitando que el micelio penetre en la planta.

Los tratamientos se realizan con compuestos de cobre (caldo bordelés, oxicloruro de


cobre), cuando las condiciones ambientales sean favorables para el desarrollo del
hongo, es decir en tiempo húmedo y sol, es aconsejable seguir las indicaciones del
Servicio de Protección de los Vegetales en lo que se refiere al momento de realizar los
tratamientos.

En suelos con una actividad microbiológica equilibrada la incidencia del mildiu es


menor.

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