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¿CÓMO APLICA LA BIOLOGÍA EN LA INGENIERÍA AGROPECUARIA PARA EL

DESARROLLO DE LOS CULTIVOS?

Trabajo presentado por:

Yésica Carolina Gómez Builes

Sandra Naryely Cotua Barrera

Danis Dayana Canchila Venta

María Beatriz Montiel Peralta

Trabajo presentado a: Lizeth Bedoya

Docente de Biología

Programa De Ingeniería Agropecuaria

Primer Semestre

Universidad De Antioquia Seccional Bajo Cauca

Caucasia 04 de mayo de 2019


INTRODUCCIÓN

Poner en la mesa comida más asequible, que la cena del día anterior ha sido uno de los
objetivos de la experimentación agrícola. El cultivo selectivo de plantas (que se
desarrolla por medio de biotecnología), se ha convertido en una fuente de alimentos y
de acumulación de capital para quien lo ejerce con eficiencia. En las reconstrucciones
históricas de la agricultura, la mejora de semillas ha quedado oculta tras el
protagonismo de las innovaciones técnicas introducidas por los tractores y los
herbicidas. Sin embargo, los campos agrícolas no se parecen a las fábricas y los
agricultores están más cerca de los artesanos que de los fabricantes industriales. El
proceso biológico de transformación vegetal sigue en el centro de la actividad agrícola.

De ahí que las principales innovaciones de la biología a favor del desarrollo


agropecuario y en especial de los cultivos agrícolas se produjeron entre los siglos XIX y
XX, y procedieron de experimentos llevados a cabo en centros de investigación,
generalmente creados por los gobiernos para contribuir a la mejora y eficiencia de los
cultivos, así como a la prevención y tratamiento de plagas.
APLICACIÓN DE LA BIOLOGÍA EN LA INGENIERÍA AGROPECUARIA

La biología en la ingeniería agropecuaria es una fuente de estudio muy importante, ya


que, están directamente relacionadas pues, la biología es la ciencia que estudia la
estructura de los seres vivos y de sus procesos vitales y la ingeniería agropecuaria es
un programa, donde se desarrollan amplios conocimientos en agricultura que es
precisamente estudiar todo los seres vivos y los componentes que le den vida al suelo y
sus cultivos, en pecuaria que también va dirigida al desarrollo de sapiencias y
metodologías que debemos adquirir para el adecuado manejo y sostenimiento de los
animales y de cualquier actividad pecuaria inquiriendo también  a la aplicación de las
ciencias y las tecnologías, en el contexto económico, socio-cultural y ambiental de una
comunidad.

Pero. ¿Cómo aplica la biología en los cultivos?

Pues bien, todo cultivo agrícola está formado por plantas y las plantas son seres vivos
porque nacen, crecen, se reproducen y mueren.

El ciclo biológico más utilizado en los cultivos es el siguiente: Las plántulas nacen de
semillas y a diferencia de los animales crecen en altura durante toda su vida, por lo
tanto, por medio de los conocimientos aprendidos en la ingeniería agropecuaria
buscamos que dichas plántulas vivan en un medio ambiente donde pueden desarrollar
las etapas del ciclo de vida de manera eficiente, es decir, nos encargamos de
entregarles los nutrientes necesarios, además, de prevenir las plagas, virus y
enfermedades que las puedan afectar.
Aquí debemos hacer énfasis en algo muy importante y es la forma de aplicar los
conocimientos de biología en el desarrollo de la producción agropecuaria, ejemplo de
ello, es el tipo de producción que manejamos: producción industrial (desarrollada de
material genéticamente modificado, aplicando agroquímicos que afecta en el desarrollo
de microrganismo y esterilizan el suelo y que contaminan y enferman a los demás seres
vivos incluyendo a los seres humanos), y la producción biológica o mejor conocida
como producción orgánica o sostenible (en esta podemos utilizar materiales
genéticamente modificados o materiales criollos, pero su importancia más relevante es
que permite el ciclo correcto de vida de las planta y demás microorganismos que
rodean su entorno, pues no utiliza agroquímicos, es una agricultura limpia y no
envenena).

Para comprender un poco más el tema hablaremos de biotecnología y sus aplicaciones


en los cultivos.

La biotecnología no es más que tecnología aplicada a los procesos biológicos y se


refiere en general a la aplicación de una amplia gama de técnicas científicas para la
modificación y mejora de plantas, animales y micro-organismos de importancia
económica.

La aplicación de la biotecnología a especies agrícolas importantes ha incluido


tradicionalmente el uso de la fertilización selectiva para producir un intercambio de
material genético entre dos plantas, para producir descendencia con características
deseables, tales como, mayor rendimiento, resistencia a las enfermedades y mejor
calidad. El intercambio tradicional exige que las dos plantas cruzadas sean de la misma
especie, o de especies muy próximas. El cruzamiento de plantas ha producido especies
superiores con mucha mayor rapidez de la que hubiera tenido efecto al azar. Sin
embargo, como el intercambio de genes tradicional se limita a especies iguales o muy
semejantes, toma demasiado tiempo. Además, frecuentemente las características
deseadas no existen en ninguna especie relacionada. La biotecnología moderna, en
cambio, aumenta grandemente la precisión del intercambio, reduce el tiempo necesario,
y multiplica las fuentes potenciales de donde se pueden extraer características
deseables.
En la década de los setentas, una serie de progresos complementarios en el campo de
la biología molecular proporcionó a los científicos la capacidad de transferir ADN entre
organismos relacionados distantes. Hoy día, esta tecnología recombinatoria del ADN ha
alcanzado una etapa en que los científicos pueden tomar ADN que contenga genes
específicos de casi cualquier organismo, incluyendo plantas, animales, bacterias o
virus, e introducirlo en un cultivo específico. La aplicación de esta tecnología
frecuentemente se denomina ingeniería genética. Un organismo que ha sido
modificado, o transformado, utilizando las modernas técnicas de intercambio genético
es llamado comúnmente un organismo genéticamente modificado.

Sin embargo, la descendencia de un cruce tradicional también sería "genéticamente


modificada", en relación con el genotipo de las plantas originales. Las plantas
genéticamente modificadas utilizando la tecnología recombinatoria de ADN, para
introducir genes de la misma, o diferentes especies, también son llamadas plantas
transgénicas y el gene transferido, transgene. No todos los OGMs involucran el uso de
diferentes especies, pues la tecnología también puede servir para transmitir genes entre
diferentes variedades de la misma especie o para modificar la manifestación de genes
de la misma planta, por ejemplo, para aumentar la resistencia a enfermedades.

Diferencia entre un transgénico y un OGM:

Los transgénicos son los organismos genéticamente modificados a los que se les han
añadido genes de otra especie. Los OGM a los que simplemente se les inhibe o
potencia la expresión de uno de sus genes son OGM a secas (no transgénicos).

Gracias a los cambios incluidos por la biotecnología en la agricultura, se desarrolló con


más empoderamiento los monocultivos, especies de OGM como el maíz, el tomate y la
soja, se ven casi en el 70% de los cultivos establecidos en Estados Unidos, México,
Argentina y Colombia y como sabemos esta práctica de cultivar y el suelo no se llevan
bien en especial a largo plazo, ya que, el exceso de agroquímicos y fertilización en los
campos no funciona, quedándonos así sin tierras aptas para cultivos, nos estamos
enfrentando a las variaciones del cambio climático y hacia el futuro es más importante
que mantengamos un suelo saludable, el suelo en si es un ecosistema saludable y vivo,
transforma nutrientes, contiene agua, mantiene la vida, toda la vida comienza y termina
en el suelo.

Por medio de la biología podemos entender de qué manera los cambios climáticos
afectan los cultivos. Por ejemplo, la temperatura juega un papel importante en los
diferentes procesos biológicos que son críticos para el desarrollo de la planta.

La temperatura óptima varía para la germinación, el crecimiento y la reproducción.


Estas temperaturas óptimas deben ocurrir en ciertos momentos del ciclo de vida de la
planta, de otro modo, el crecimiento y desarrollo de la planta pueden verse afectados y
a consecuencia de la sobreexplotación del suelo estamos viendo los impactos
económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como: daños en las cosechas
y en la producción alimentaria, las sequías y los riesgos en la salud.

El suelo y su importancia en la biología de los cultivos:

El suelo concentra la mayor parte de la biodiversidad microbiana a nivel global. Estos


micro-organismos no son únicamente bacterias, sino también eucariotas microscópicos,
protistas en su mayoría, que se comportan como depredadores: se alimentan de
bacterias y redistribuyen nutrientes a las plantas vasculares. Influencian el crecimiento
de las plantas y la producción vegetal, y pueden convertirse en valiosos auxiliares en
agricultura sostenible. También influencian la captación de carbono atmosférico en el
suelo y contribuyen a la regulación del clima a nivel global. En efecto, el suelo es el
soporte del crecimiento vegetal, que afecta directamente la alimentación humana.

Protistas, plantas y fertilidad:

Clásicamente, la visión del microbioma en el suelo se concentraba en las bacterias. Es


cierto que estas pequeñas plantas químicas desempeñan un papel importantísimo en el
procesamiento de la inmensa variedad de moléculas presentes en su entorno, para la
obtención de energía, y biomasa. En cierta medida comparten este papel con los
hongos, que construyen densas redes en el suelo influenciando hasta su textura.

Pero ambos organismos tienen depredadores que regulan sus poblaciones e influyen
sobre la composición de sus comunidades: los protistas. Estos últimos son seres
diminutos, constituidos por una sola célula, y extremadamente diversos: en una pizca
de suelo pueden vivir hasta cien mil individuos, representando más especies que
insectos en una hectárea de bosque tropical.

Y, como en la selva, cada una tiene su función: las más pequeñas, de apenas unos
milésimos de milímetro, utilizan sus flagelos para capturar cientos de bacterias antes de
dividirse, lo que hacen hasta una vez por hora. O introducen sus pseudopodios
(extensiones del citoplasma) en micro-grietas para capturar las bacterias que allí
encuentran refugio.

Otras especies comen presas mayores como hongos, y practican unos agujeros en sus
paredes celulares desde donde “chupan” el contenido de las hifas. Algunas especies
son capaces de depredar hasta animales como nematodos (pequeños gusanos del
suelo) cien veces mayores, y practican una suerte de “caza en grupo”, llamando a otros
congéneres con señales químicas para participar en la matanza.

Los protistas son depredadores especializados con dietas diferentes, y hasta los
bacterívoros tienen sus preferencias, comiendo algunas y despreciando otras. De esta
forma, modifican las comunidades y, por lo tanto, los procesos bioquímicos en el suelo.

Uno de estos procesos es la liberación de nutrientes disponibles para que las plantas
puedan crecer. En efecto, las plantas necesitan nitrógeno y fosfatos para fabricar
proteínas y ácidos nucleicos, constituyentes fundamentales de la materia viva.

Estos elementos están presentes en el suelo, pero incorporados en moléculas más


complejas que las plantas no pueden asimilar directamente. Las bacterias sí pueden, ya
que, suelen tener una maquinaria enzimática compleja que les permite romperlas. Pero
no son altruistas: utilizan estos productos para su propio crecimiento, fabricando
biomasa.

En eso intervienen los protistas: depredan las bacterias, excretando el amonio y los
fosfatos que necesitan las plantas. Por lo tanto, influyen directamente sobre el
crecimiento de las plantas, y fertilizan el suelo. Pero su papel no se para ahí.

Hemos visto que los protistas bacterívoros suelen tener dietas especializadas; se han
aislado especies de protistas que preservan bacterias que favorecen el crecimiento de
las plantas gracias a su producción de fitohormonas (llamadas PGPR, Plant Growth
Promoting Rhizobacteria, bacterias asociadas a las raíces que promueven el
crecimiento de las plantas). Concretamente, estos protistas evitan las cepas PGPR y
devoran las demás, ayudándolas a ganar la competencia por los nutrientes.

Por lo tanto, estos “guardaespaldas de bacterias” ayudan las “buenas bacterias” a


asentarse en la punta de las raíces de las plantas, promoviendo el crecimiento vegetal.
Los resultados pueden ser espectaculares: la adjunción de Cercomonas sp. A bacterias
PGPR aumenta la eficiencia de estas últimas de un factor 3. Estos resultados son muy
prometedores a la hora de desarrollar una agricultura ecológicamente sostenible que
mantenga altos niveles de producción, disminuyendo los aportes de fertilizantes
sintéticos.

Pero los protistas pueden jugar también el papel del malo. Phytophthora infestans, el
mildiú de la patata, es un oomycete (protista morfológicamente similar a un hongo)
parásito procedente de América que fue responsable de la hambruna histórica que
ocurrió en Irlanda entre los años 1845–1849 y que forzó millones de familias a tomar el
camino del exilio.

Estos organismos se esparcen por los suelos húmedos a través de sus zoosporas e
infectan raíces y tubérculos. Hoy en día, se favorecen métodos de lucha basados en la
aplicación de distintos pesticidas. Sin embargo, una solución más sostenible podría
consistir en favorecer comunidades bacterianas que impidan el paso al parásito (por los
compuestos químicos específicos que producen), controladas por protistas
“guardaespaldas”. También se han aislado protistas que luchan directamente contra
hongos y oomycetes patógenos en suelos, fagocitando estos últimos. Estos organismos
se están empezando a utilizar comercialmente, como la ameba Willaertia magna.
LOS CULTIVOS: EL DESARROLLO DE LAS PLANTAS.

El desarrollo vegetal es el proceso conjunto de crecimiento y diferenciación celular de


las plantas que está regulado por la acción de diversos compuestos, dentro de los que
se destacan carbohidratos, proteínas, ácidos nucleicos, lípidos y hormonas. Los
procesos de crecimiento y diferenciación se alternan durante todas las etapas de vida
de la planta, desde el desarrollo del embrión, pasando por la etapa juvenil hasta la
planta adulta en donde continuamente se están diferenciando apéndices tales como
hojas, flores y frutos.

El desarrollo de las plantas es un proceso continuo direccionado por grupos de genes


específicos y la disposición de entramados celulares indiferenciados. Inicia con la
embriogénesis y cuenta con un fondo genético necesario para la generación de una
planta. El proceso tiene etapas muy bien establecidas que podrán variar en tiempo y
desarrollo dependiendo de la especie que se esté estudiando. El modelo de estudio
mayoritariamente utilizado en el desarrollo de las plantas es Arabidopsis thaliana, que
es considerado un modelo biológico para la realización de bioensayos vegetales.

Por su parte, el crecimiento de las plantas está directamente ligado al desarrollo


vegetal, pero necesariamente depende de características abióticas como la luz, la
cantidad de nutrientes disponibles en el suelo y la identidad genética de la planta.

La embriogénesis: Es el primer estadio del desarrollo de las plantas e inicio posterior a


la fecundación que generalmente ocurre por polinización cruzada. La ovocélula,
presente en el estigma, se fusionará con una célula gamética haploide para formar un
zigoto. El zigoto, será una célula encargada de generar una planta completa a partir de
una diferenciación celular mediada por la genética de la planta, activación de
reguladores del crecimiento y los nutrientes brindados por el endospermo o los
cotiledones.

Dentro del desarrollo de las plantas, existirá la fecundación de las 2 células polares que
están al interior del estigma y allí se formará el endospermo que será la reserva
nutricional para el embrión; sin embargo, las plantas dicotiledóneas (2 cotiledones)
como A. thaliana, tienden a reabsorber el endospermo y fomentar la acumulación de
lípidos, proteínas y almidones en los cotiledones. De manera general, el zigoto ya
presenta una polaridad que vendrá acompañada por múltiples divisiones celulares, los
cuales fomentan diferentes estados de diferenciación del embrión, conocidos
comúnmente como estado globular, estado de corazón, estado de torpedo y estado de
maduración.

El primer estadío de desarrollo de las plantas, durante la embriogénesis, está


enmarcado por la formación de un patrón axial, que se caracteriza por inducir el
desarrollo de la planta sobre un eje longitudinal polarizado. La polaridad, está dada por
la formación de una región meristemática caulinar o apical, que crece en dirección a la
luz y un meristemo radical que crece en dirección a la tierra. Así mismo, el otro tipo de
desarrollo de las plantas es el radial, que se refiere a la formación de estructuras al
interior de los diferentes órganos en una disposición radial del interior al exterior, por
ejemplo, cambium y protodermis, que se diferenciarán y formarán haces vasculares y
epidermis.

Finalmente, la embriogénesis produce un embrión, el cual comúnmente está


encapsulado en una semilla y que entra en estado de latencia al perder la actividad
hídrica, por ende, cuando la semilla se hidrata, aumenta la expresión de giberelinas e
inicia la germinación encaminada por un pequeño aumento de auxinas hacia las
regiones meristemáticas. No obstante, los cotiledones que emergen no son
fotosintéticamente activos, por lo tanto, la semilla contiene los nutrientes necesarios
para que la especie complete su desarrollo,

La germinación: Es la fase postembrionaria del desarrollo de la planta. No todas las


plantas germinan luego de que el embrión ha completado su desarrollo; muchas pasan
por periodos de latencia en los que el metabolismo se hace más lento, la semilla se
deshidrata y los tegumentos se endurecen para proteger al embrión. Hormonas como el
ácido abscísico son importantes en el mantenimiento de la latencia y las giberelinas en
su ruptura, pues permiten la conversión de almidón en glucosa además condiciones
como la humedad, la temperatura, el oxígeno y la luz. Por ejemplo, en regiones con
climas temperados, muchas semillas necesitan una temperatura de 5 °C para romper la
dormancia (Estratificación); mientras que semillas disecadas necesitan la rehidratación
(Imbibición).

La germinación se da como producto de interacciones muy evolucionadas entre la


semilla y las condiciones del medio que la rodea. Durante la germinación el embrión
extrae nutrientes del endosperma o, en algunos casos, de los cotiledones. En
monocotiledóneas, el embrión interactúa con el endosperma mediante giberelinas que
activan cascadas de señalización que terminan con la ruptura de almidón en azúcar.
Los cloroplastos empiezan a diferenciarse tan pronto el tallo alcanza la superficie
debido a la exposición a la luz. Elongación de las células fuerzan a la raíz a salir de la
semilla y a dar la anatomía del tallo. Si la elongación se da entre los cotiledones y la
radical, es decir, en el hipocótilo, los cotiledones son levantados por encima de la
superficie del suelo y la plántula es llamada epigea, Ejemplo: Arabidopsis. Por el
contrario, si la elongación toma lugar entre los cotiledones y el meristema apical, es
decir, en el epicótilo, los cotiledones se mantienen bajo el suelo y la plántula es llamada
hipogea Ejemplo: Haba o Vicia faba.

Germinación en Arabidopsis (Epigeal) y en Vicia faba (Hipogeal)

Desarrollo de las hojas: El desarrollo foliar se clasifica en tres etapas.

Primera etapa: La primera etapa es organogénica, se basa en la formación de


primordios foliares que serán la base celular para la formación de la hoja. Allí, los
meristemos axilares, principalmente, en su capa más externa, se dividen y diferencian
rápidamente, formando protuberancias celulares llamadas primordios.

Segunda etapa: En la segunda etapa, dichos primordios, deberán formar estructuras


específicas de la hoja, por ende, inicia una estratificación celular donde las células se
organizan en regiones específicas para diferenciarse.

Tercera etapa: La tercera fase, consta de la diferenciación organogénica de la hoja, en


la cual, algunas células se diferenciarán a estructuras epidérmicas como tricomas o
células dérmicas, mientras que, otra capa se diferencia formando células fotosintéticas
del mesófilo y regiones de los haces vasculares.

Desarrollo de las raíces: El desarrollo de la raíz está enmarcado por diferentes


estructuras que se disponen en las regiones distales de la raíz. La cofia, es una porción
de células madre que se diferencia específicamente y se dispone en la punta de la raíz,
encargándose de penetrar el suelo en búsqueda de agua y nutrientes por medio de
sustancias mucilaginosas excretadas.

Seguido de la cofia está una región meristemática y una zona madura. La zona
meristemática provee de células indiferenciadas que se alargaran, y posteriormente se
diferenciaran para disponerse en la zona madura, en la cual, se pueden generar raíces
laterales para aumentar la superficie de absorción; así mismo, en la zona madura, se
generan elementos celulares de absorción como estructuras traqueales.

Nutrición y crecimiento de las plantas: En los últimos años está claramente


evidenciado que el crecimiento y desarrollo de las plantas tienen un componente
genético bastante significativo, que se caracteriza principalmente por la presencia o no
de factores de transcripción de genes y reguladores del crecimiento.

De manera general, las plantas utilizan la luz como aceptor energético de protones y
electrones, los cuales, se involucrarán en procesos anabólicos para producir sustancias
de reserva o macromoléculas energéticamente disponibles, que se forman partiendo de
nutrientes asimilados del suelo sirviendo como base o esqueleto para formar dichas
macromoléculas o sustancias de reserva.

Los nutrientes utilizados por las plantas tienden a ser clasificados como
macronutrientes y micronutrientes.

Macronutrientes: Los macronutrientes necesarios para una morfogénesis completa y


una organogénesis correcta son: fosforo, nitrógeno, potasio, calcio, azufre y magnesio;
estos elementos son considerados macronutrientes porque están inmersos en la
mayoría de funciones celulares, la mayoría serán utilizados como elementos base para
la formación de macromoléculas, sustancias de reserva y organogénesis.
Micronutrientes: Los micronutrientes o elementos menores son: zinc, boro, cobre, hierro
y manganeso, la mayoría de estos elementos están inmersos en una serie de
reacciones enzimáticas, los cuales actúan como cofactores en los centros de reacción
de las diferentes enzimas o como elementos clave para reacciones metabólicas.

Comparación del desarrollo de plantas y animales: Las plantas se diferencian


fácilmente de los animales por sus características morfológicas, relacionadas con
patrones de desarrollo. El ancestro común, descrito como un eucarionte que poseía
mitocondrias y metabolismo aerobio, sistema endomembranoso (aparato de Golgi,
citoplasma compartimentalizado y vesículas para endocitosis y exocitosis),
citoesqueleto con actina y tubulina, receptores celulares que permitían responder a
señales ambientales y cambiar la expresión de genes y capacidad de realizar división
mitótica y meiótica existió hace mil millones de años. Todas estas características fueron
heredadas por los progenitores de los reinos animal y vegetal con la diferencia de la
obtención de cloroplastos, metabolismo autotrófico y pared celular por parte de las
plantas.

Ejemplo aplicado a nuestra región de un cultivo priorizado por el gobierno de Colombia

BIOLOGÍA DEL CULTIVO DE CACAO

Morfología y taxonomía

Familia: Esterculiáceas.
Especie: Theobroma cacao L.

Origen: Trópicos húmedos de América, noroeste de América del Sur, zona amazónica.

Planta: Árbol de tamaño mediano (5-8 m) aunque puede alcanzar alturas de hasta 20
m cuando crece libremente bajo sombra intensa. Su corona es densa, redondeada y
con un diámetro de 7 a 9 m. Tronco recto que se puede desarrollar en formas muy
variadas, según las condiciones ambientales.

Sistema radicular: Raíz principal pivotante y tiene muchas secundarias, la mayoría de


las cuales se encuentran en los primeros 30 cm de suelo.

Hojas: Simples, enteras y de color verde bastante variable (color café claro, morado o
rojizo, verde pálido) y de pecíolo corto.

Flores: Son pequeñas y se producen, al igual que los frutos, en racimos pequeños
sobre el tejido maduro mayor de un año del tronco y de las ramas, alrededor en los
sitios donde antes hubo hojas. Las flores son pequeñas, se abren durante las tardes y
pueden ser fecundadas durante todo el día siguiente. El cáliz es de color rosa con
segmentos puntiagudos; la corola es de color blancuzco, amarillo o rosa. Los pétalos
son largos. La polinización es entomófila destacando una mosquita del género
Forcipomya.

Fruto: De tamaño, color y formas variables, pero generalmente tienen forma de baya,
de 30 cm de largo y 10 cm de diámetro, siendo lisos o acostillados, de forma elíptica y
de color rojo, amarillo, morado o café. La pared del fruto es gruesa, dura o suave y de
consistencia como de cuero. Los frutos se dividen interiormente en cinco celdas. La
pulpa es blanca, rosada o café, de sabor ácido a dulce y aromática. El contenido de
semillas por baya es de 20 a 40 y son planas o redondeadas, de color blanco, café o
morado, de sabor dulce o amargo.

Ciclo de Vida, Velocidad de Crecimiento Y Particularidades Fisiológicas: El crecimiento


es rápido, y la fructificación ocurre de 2 a 3 años a partir de la siembra. Un árbol
maduro puede producir más frutos por año. Y conforme envejece la plantación las frutas
cambian de color de verde o morado oscuro a amarillo brillante, naranja o rojo, cuando
maduran.
Propagación.

Propagación Vegetativa: El injerto del cacao debe realizarse en patrones vigorosos y


sanos obtenidos de semilla, desarrollados en recipientes o en el campo. Los árboles
más viejos se pueden injertar, siempre que los injertos se hagan en varetas jóvenes ya
presentes o en brotes que se producen después de que las plantas han sido podadas
hasta una altura de 30 a 50 cm.

a) Injerto por aproximación. Es demasiado laborioso y costoso en la práctica comercial.


También se emplea el injerto de astilla o enchapado y el Forkert modificado.

b) Injerto con yemas. Es una de las técnicas más empleadas. Las yemas se deben
tomar de aquellos brotes que se encuentren en árboles sanos y vigorosos. Las varetas
de yemas deben ser aproximadamente de la misma edad que los patrones, pero las
yemas deben ser firmes, rechonchas y listas para entrar en desarrollo activo. El injerto
en yema no debe hacerse en época de lluvias, ya que, se puede favorecer el desarrollo
de enfermedades fúngicas.

c) Empleo de estacas. En la multiplicación de árboles por estacas o injerto de yemas se


obtiene una mayor uniformidad de la plantación, árboles más fuertes y que se pueden
podar para darles una mejor estructura, debido a que, las ramas tienen más espacio en
el cual desarrollar. Se obtienen mejores rendimientos por superficie, concentrando la
producción en las zonas más próximas al suelo y por tanto reduciendo los costos de
recolección. Los inconvenientes de este tipo de propagación son los elevados costos de
obtención y de cuidado de los árboles.

Propagación por semilla: Es la forma más antigua y común para el establecimiento de


plantaciones de cacao pero se obtiene una gran variabilidad de árboles, por lo que no
se recomienda su utilización salvo cuando se empleen semillas de elevada calidad. En
los últimos años se han recomendado las siembras con semilla certificada, debido al
buen comportamiento de los árboles provenientes de semilla de polinización controlada,
usando clones seleccionados. Estos híbridos han mostrado una gran precocidad en la
fructificación y un desarrollo vigoroso de las plantas. La semilla híbrida se produce
polinizando en forma controlada manipulando las flores de los clones seleccionados
durante la fecundación.

Variedades comerciales

Se distinguen dos razas de cacao:

a) Forastero (= Trinitario) o cacao amargo: Originario de las Américas es la raza más


cultivada en las regiones cacaoteras de África y Brasil. Se caracteriza por sus frutos de
cáscara dura y leñosa, de superficie relativamente tersa y de granos aplanados de color
morado y sabor amargo. Dentro de esta raza destacan distintas variedades como
Cundeamor, Amelonado, Sambito, Calabacillo y Angoleta.

b) Criollo, híbridos o cacao dulce: Actualmente están sustituyendo a las plantaciones


antiguas de Forasteros debido a su mayor adaptabilidad a distintas condiciones
ambientales y por sus frutos de mayor calidad. Se caracterizan por sus frutos de
cáscara suave y semillas redondas, de color blanco a violeta, dulces y de sabor
agradable. La superficie del fruto posee diez surcos longitudinales marcados, cinco de
los cuales son más profundos que los que alternan con ellos. Los lomos son
prominentes, verrugosos e irregulares.

Exigencias en clima y suelo

Exigencias en clima:
Los factores climáticos críticos para el desarrollo del cacao son la temperatura y la
lluvia. A estos se le unen el viento y la luz o radiación solar. El cacao es una planta que
se desarrolla bajo sombra. La humedad relativa también es importante, ya que, puede
contribuir a la propagación de algunas enfermedades del fruto. Estas exigencias
climáticas han hecho que el cultivo de cacao se concentre en las tierras bajas
tropicales.

Temperatura: El cacao no soporta temperaturas bajas, siendo su límite medio anual de


temperatura los 21ºC, ya que, es difícil cultivar cacao satisfactoriamente con una
temperatura más baja. Las temperaturas extremas muy altas pueden provocar
alteraciones fisiológicas en el árbol por lo que es un cultivo que debe estar bajo sombra
para que los rayos solares no incidan directamente y se incremente la temperatura.

La temperatura determina la formación de flores. Cuando ésta es menor de 21ºC la


floración es menor que a 25ºC, donde la floración es normal y abundante. Esto provoca
que en determinadas zonas la producción de mazorcas sea estacional y durante
algunas semanas no haya cosecha, cuando las temperaturas sean inferiores a 22ºC.

Agua: El cacao es una planta sensible a la escasez de agua pero también al


encharcamiento por lo que se precisarán de suelos provistos de un buen drenaje. Un
anegamiento o estancamiento puede provocar la asfixia de las raíces y su muerte en
muy poco tiempo.

Las necesidades de agua oscilan entre 1500 y 2500 mm en las zonas bajas más
cálidas y entre 1200 y 1500 mm en las zonas más frescas o los valles altos.

Viento: Vientos continuos pueden provocar un desecamiento, muerte y caída de las


hojas. Por ello, en las zonas costeras es preciso el empleo de cortavientos para que el
cacao no sufra daños. Los cortavientos suelen estar formados por distintas especies
arbóreas (frutales o madereras) que se disponen alrededor de los árboles de cacao.

Sombreamiento: El cacao es un cultivo típicamente umbrófilo. El objetivo del


sombreamiento al inicio de la plantación es reducir la cantidad de radiación que llega al
cultivo, para reducir la actividad de la planta y proteger al cultivo de los vientos que la
puedan perjudicar. Cuando el cultivo se halla establecido se podrá reducir el porcentaje
de sombreo hasta un 25 o 30 %. La luminosidad deberá estar comprendida más o
menos al 50 % durante los primeros 4 años de vida de las plantas, para que estas
alcancen un buen desarrollo y limiten el crecimiento de las malas hierbas.

Para el sombreo del cultivo se emplean las llamadas especies para sombra, que
generalmente son otros árboles frutales intercalados en el cultivo con marcos de
plantación regulares. Las especies más empleadas son las musáceas (plátano,
topochos y cambures) para sombras temporales y de leguminosas como el poró o
bucare (Eritrina sp.) y las guabas (Ingas) para sombras permanentes. En nuevas
plantaciones de cacao se están empezando a emplear otras especies de sombreo que
otorgan un mayor beneficio económico como son especies maderables (laurel, cedro,
cenízaro y terminalia) y/o frutales (cítricos, aguacate, zapote, árbol del pan, palmera
datilera, etc.).

Exigencias en suelo: El cacao requiere suelos muy ricos en materia orgánica,


profundos, franco arcillosos, con buen drenaje y topografía regular. El factor limitante
del suelo en el desarrollo del cacao es la delgada capa húmica. Esta capa se degrada
muy rápidamente cuando la superficie del suelo queda expuesta al sol, al viento y a la
lluvia directa. Por ello, es común el empleo de plantas leguminosas auxiliares que
proporcionen la sombra necesaria y sean una fuente constante de sustancias
nitrogenadas para el cultivo.

Las plantaciones están localizadas en suelos que varían desde arcillas pesadas muy
erosionadas hasta arenas volcánicas recién formadas y limos, con pH que oscilan entre
4,0 y 7,0. Se puede decir que el cacao es una planta que prospera en una amplia
diversidad de tipos de suelo.

CONCLUSIÓN

Al finalizar este trabajo podemos concluir que:

 Las innovaciones biológicas introducidas por la mejora de semillas


reconstruyeron el sector agrícola y el ganadero; aumentaron la productividad
mucho antes de la invención de lo que hoy se conoce como biotecnología.
 Desde sus orígenes, el objetivo de la agricultura ha sido satisfacer la necesidad
humana más básica: la comida.
 Gracias a los avances de la ciencia, en especial en el ámbito de la biología, la
productividad agrícola se ha visto profundamente beneficiada, ya que, se ha
avanzado mucho en especial en el control de plagas y en el mejoramiento
genético de las plantas.
 El desarrollo vegetal es el proceso conjunto de crecimiento y diferenciación
celular de las plantas.
 Los protistas depredan las bacterias, excretando el amonio y los fosfatos que
necesitan las plantas. Por lo tanto, influyen directamente sobre el crecimiento de
las plantas, y fertilizan el suelo.
 El suelo concentra la mayor parte de la biodiversidad microbiana a nivel global.
 Los cultivos de importancia comercial priorizados en nuestra región como el
cultivo de cacao se desarrollan en condiciones edafoclimáticas, morfológicas y
de propagación muy especiales, en donde, es de mucha relevancia a conocer el
tipo de suelo a trabajar, los microrganismos que se encuentran en él, los
sistemas de propagación del cultivo, la cantidad de nutrientes y de agua que
necesita el cultivo y la calidad del prototipo a utilizar.

REFERENCIAS

Investigación de Enrique Lara, investigador en el CSIC e investigador del jardín botánico de Madrid
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