Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Marcelle Weissen-Szumlanska
2
PREFACIO
Doctor M. Martiny,
Profesor de la Escuela de Antropología
Ed. Des Champs Elysées. Omnium Littéraire, 1965. París.
De este continente perdido, este archipiélago, esta gran isla que siempre
hizo soñar a los pueblos occidentales sobre su propio origen, la tradición
nos dice que el filósofo griego recibió la revelación de su bisabuelo, que él
mismo la había recibido de Solón, uno de los Siete Sabios de la antigua
Hélade, y éste a su vez de eruditas conversaciones con hierofantes saítas.
3
gravitación universal. Si Pasteur hubiera seguido, como Davaine,
considerando las bacterias microscópicas descubiertas en las secreciones
del carbón como la consecuencia y no como la causa de la enfermedad,
nunca se hubiera creado la microbiología.
Sin embargo, a medida que avanzamos en la lectura del libro, vemos surgir
argumentos cada vez más convincentes. Debemos, por supuesto, seguir
adelante y profundizar en las investigaciones del autor.
1
Región de Francia. N del T: (nota de la traductora/o del corrector).
2
Expresión referida a un rasgo facial: “Hocico roto”. N del T.
4
especialista del mundo fenicio Joseph Boseo durante diez años hasta muerte
de este sabio, continuó su obra, y le sucedió en el Archivo de la Sociedad
Arqueológica de Constantina; practicó numerosas excavaciones en las zonas
funerarias dolménicas de Nubia.
Este tramo se dirige hacia el Hoggar, saliendo del cabo Juby. Consigue
identificarlo, con serios argumentos, en el antiguo cabo Soloéis, el
“Teurfaya” de los Peuls, “la Espuela” de los Ancianos. Por fin, realiza una
última estancia de cuatro meses en el Valle del Nilo donde estudia de forma
3
Estado tributario autónomo del Imperio Otomano. N del T.
5
profunda estos vestigios elocuentes que son los templos, las tumbas, los
textos. Viaja de Alejandría hasta el corazón de Sudán, visita Beni-Hasan,
Sakkara, Edfú, Kom-Ombo, Luxor, Karnak, Medinet Habú, Deir el Bahari, los
valles de los Reyes y de las Reinas, Filé, Asuán, la primera catarata rosa,
Elefantina, la segunda catarata azul en la entrada a Sudán, Buheb, Abu-
Simbel, todos los templos inundados y por fin Khartoum (Djartun).
De todas estas exploraciones nació este tercer libro con, al fin, las
conclusiones que se imponían sobre los orígenes atlánticos, no sólo de los
antiguos egipcios, sino de lo que es aún más conmovedor para nosotros, de
toda la gran Raza Blanca de los Homo-Sapiens del Paleolítico superior, del
que procedemos, y del que los esqueletos, en sus cuevas volcánicas, yacen
por miles en el corazón de los Archipiélagos.
Su relación con los vestigios legados por el Valle del Nilo, en una época
muerta anterior a que nazca en Europa civilización alguna, es presentada
bajo vivos colores, siguiendo las efigies pintadas o grabadas.
Además, la autora hace resaltar los golpes al Egipto dinástico por las
sucesivas invasiones asiáticas y semíticas, de los cuales, los últimos, los
árabes, fueron especialmente destructores. Pero el objetivo de esta obra es
y permanece arqueológico o, mejor aún, antropológico: nos muestra el
mayor número de reliquias que se encuentran en los archipiélagos
atlánticos de las Azores y de las Canarias.
6
Descubriendo y recorriendo la "Ruta de los Grandes Nómadas", la autora
reconstituye el último tramo occidental, desde las islas Atlánticas hasta las
puertas del Hoggar, basándose en los nombres antiguos, las supervivencias
étnicas, los grandes pasillos naturales entre las cadenas de montañas y las
barreras rocosas de las mesetas saharianas, etc. Es toda una
transformación climática del Sahara que resucita a través de este periplo.
Además, algunos lectores, a los que les interesa, saben quizás que una
misión oceanográfica sueca dirigida por del Dr. Malaise, realizó en el
Atlántico, en el oeste de África, un descubrimiento de interés considerable5,
chimeneas submarinas han atrapado algunas algas microscópicas que son
diatomeas de agua dulce.
Estos sabios han podido deducir que estos organismos vegetales habían
formado parte de forma obligatoria de un lago, la parte meridional de los
altos fondos marinos de la actual cavidad atlántica se elevaban antaño por
encima del nivel del mar. Por consiguiente, la corriente del Golfo estaba
entonces alejada de Europa del Norte por esta barrera. Su proximidad daba
a África del norte un clima húmedo y una vegetación abundante. Cuando
esta barrera se hundió, el Sahara se transformó progresivamente en
desierto. Herodoto tenía razón.
4
Dr. Malaise, Océanis Bottom investigations and their bearings on Geology,
Stoeckholm, abril 1957.
5
Dr. Malaise, Atlantis, en Geologisk Verklighet, Stoekholm 1951.
7
Es también al hundimiento en el Atlántico que Jacques de Morgan atribuye
la suavidad climática de estas costas, a pesar de que él soñaba con un
origen oriental de la civilización. Podemos también recordar que en 1898,
durante la inmersión de un cable que unía Brest al cabo Cod, un ovillo se
rompió a 800 Km. al norte de las Azores, a una profundidad de 3.100 m.
durante las tentativas realizadas para izar ese ovillo sacaron trozos de lava
hasta la superficie. Su vitrificación demostraba que la erupción volcánica
había tenido lugar por encima de la superficie del océano6.
6
Cf. La mission océanique, Pierre Termier.
7
Cf. Notas a continuación en el prefacio.
8
el carro de oro de Tutankamón no era más que una mala carroza y que los
egipcios, después de todo, quizás construían sus pirámides para enterrarse,
que los esclavos eran quizás numerosos, etc. Creemos en una civilización
pro científica y en una cosmogonía basada sobre la analogía figurativa y
rítmica del simbolismo como el ciclo solar, con más facilidad que en
cualquier tecnicidad inferior y diferente a la nuestra.
8
Un tipo de “Grandes Antillas” igualmente reducidas por traumatismo telúrico, sólo
algunos siglos a.C.
9
Otro problema: ¿Estas grandes civilizaciones tenían tal plenitud por facilidad
o al contrario, una reacción a una hostilidad relativa a los lugares para los
portadores de un mismo nivel de civilización? ¿También sería posible que
Egipto se haya visto superada por la Atlántida civilizadora ya que el desierto
que rodeaba el Nilo sería la única fuente de fecundación?
De oeste a este, ella fue para verificar in situ los testimonios geográficos y
prehistóricos, después los principios perdidos de la gran pista africana
donde los Hombres Rojos dejaron tantas huellas; ella escudriñó al fin el
corazón mismo de la civilización neolítica prefaraónica, ahí donde esta
grabó, para nosotros, su huella primordial, la cronología de ocho a diez
veces milenaria de los primeros “instructores”, transmitida por la piedra de
Palermo.
9
Ponant: Poniente.
10
NOTA
11
NOTA DE LA AUTORA
12
INTRODUCCIÓN
Marcelle Weissen-Szumlanska.
Cierto es que los escritos de Platón han bañado mis dieciséis años, pero
debo reconocer que no vi, ni busqué ninguna intención encriptada relativa a
un acontecimiento tan extraordinario como el engullimiento de toda una
civilización. Sin embargo, si la antigüedad sabia habló de ello, fue siempre
bajo cuerda. ¿Por qué tantas reticencias?
Este “Hogar”, en ausencia de cualquier otro conocido, ¿no habría sido una
realidad? ¿Los grandes clásicos serían unos burlones contando cuentos de
hadas? ¿Homero, Solón, Herodoto, Platón, Estrabón, Diodoro relatando
ficciones? A propósito de este continente, los Ramsés y los Tutmosis
hicieron grabar unos informes concordantes sobre los muros de sus templos
y de sus tumbas. Ello debería dar qué pensar, incitarnos en la búsqueda de
los métodos de expresión que no son los nuestros pero que utilizaron estos
grandes civilizadores, ya que sus obras permanecen y nos petrifican de
sorpresa.
13
veinte años. Dejando aparte los filósofos, los poetas e incluso una parte de
los historiadores. Me he aferrado al aspecto geológico, geográfico y
antropológico del inmenso problema.
Todos los trabajos, sean cuales sean sus conclusiones, han sido mimados, e
igualmente todas las hipótesis. Hemos situado esta cuna en las regiones
más diversas, y las más opuestas, yendo del Hoggar a la isla de Helgoland e
incluso hasta las de Ceilán, en cualquier lugar donde pudiese sobrevivir las
huellas de una influencia colonizadora única.
Spanuth cree descubrir su “origen” en el mar del Norte, hace apenas 3.000
años de ello, cuando Egipto ya estaba con los Ramsés, después de los
Amenofis y Touth-Ankh-Amón. La ciudad de Basilea10, la capital según
Spanuth, es quizás una fundación colonial de la raza atlántica, borrada del
mapa desde los inicios del Neolítico.
Entre los errores atribuidos a Platón, y a todos los sabios que trataron la
cuestión, uno de los más importantes sería haber confundido los meses con
los años. Cuando, en lugar de situar la desaparición de la Atlántida en una
época que es claramente prehistórica, lejos en la memoria de los hombres,
sólo dejando sobrevivir las impresiones y ninguna certeza, Spanuth la sitúa
en 1.200 a.C., sin más.
10
Spanuth, L’Atlantide retrouvée, Plon. 1955.
11
Confusos son también sus “ensayos de colonizadores instalados en Francia entre
1.400 y 1.200 a.C.” cf. Trabajos de J. Hatt, en Chronique de Protohistoire, in Bull.
S.P.F., enero-febrero 1955.
14
embargo en los más antiguos anales referentes a África, hablando todos de
un horizonte atlántico, oceánico, exclusivamente.
15
Esta búsqueda nos ha permitido cotejar todo lo que, durante largos
milenios, la prehistoria, la antigüedad sabia, las especulaciones
contemporáneas más fecundas, nos han demostrado; la cuna civilizadora
desaparecida.
16
PRIMERA PARTE
Primer Capítulo
ORÍGENES ATLÁNTICOS
17
ORÍGENES ATLÁNTICOS
12
Los descubrimientos de Fontechevade y de Tilloux son una clara demostración,
ellos entregaron cráneos con características cromañoides, yaciendo en capas
geológicas muy anteriores en las que descansan los cuerpos prototipo, y de los
neandertales.
18
tren, y algunas veces el surco de una carreta, lo que pone al descubierto
estos preciosos vestigios.
13
Las medidas de los tres sujetos adultos de Baousse Roussé, establecidos por el
Dr. Verneau, medían de 1,85 m. a 1,97 m.
14
Prof, R. Verneau, cité par M. Boule et H. Vallois en “Les hommes fossiles” pág.
311, ed. París 1946.
15
Los auriñacienses son sapiens, hombres anatómicamente modernos, su llegada a
Europa antes de 40.000 años los hace coexistir con los Neandertales, en particular
en el suroeste de Europa. N del T.
19
estando vivos, capas de este colorante. Los Maxyes autóctonos, dijo él, se
pintan el cuerpo con bermellón (IV. excit.) se trata de los poblados más
occidentales de Libia.
Este rito mortuorio es ejecutado son sumo cuidado, hasta tal punto que no
sólo los cadáveres, sino la tumba entera es coloreada, la tierra circundante
también lo está cuando la fosa no ha sido excavada en la roca, entonces el
suelo es impregnado en la coloración ritual conseguida pulverizando los
minerales: ocre, manganeso, hierro oligisto, etc.
Importancia debida a la demostración aún por hacer del nacimiento del arte
en el alma humana y de su expresión en obras excepcionales llegadas a
nuestros días. Importancia, igualmente capital, por la identificación de los
orígenes de esta raza, de la cual procedemos y que no se inició sobre el
suelo de Europa. Y sin embargo, es en el suroeste de Francia donde fueron
descubiertos los especímenes más arcaicos.
Importancia, en fin, de esta costumbre en sí, que saliendo del sepulcro del
Gran Anciano de cromañón, no desaparece en absoluto con la primera
dominación, sino que nos lleva al final del paleolítico a través de los
magdalenienses, que lo adoptaron. Después fue transmitido al mesolítico
por los azalienses; de ellos como de los cromañones sólo tenemos
rescatados unos raros esqueletos entre las piedras rodadas a su nivel. Este
utillaje (algunos signos pintados sobre guijarros) está tan desperdigado
como los individuos.
Sin más importancia, este hábito, del cual el hombre de cromañón ofreció
las primeras manifestaciones del arte en las obras actualmente conocidas,
se ha mantenido a través de la eras, y especialmente en zonas de influencia
16
Profesor R. Verneau, op.cit, p- 311
20
muy bien delimitadas: del Valle del Nilo a América central, pasando por los
dólmenes de Nubia con losas cubiertas interiormente de ocre.
Entre los autóctonos había, pues, unos jefes, algún elemento dominador,
civilizador, que ofrecía o imponía algunas de sus costumbres.
Pensamos más bien en una elección más que en una obligación, ya que en
las ciudades funerarias que hemos explorado, en particular en Bou-
Merzoug, junto a un gran número de dólmenes, representando un culto
solar, en el mismo perímetro se hallaron unas tumbas excavadas bajo la
roca con la inscripción interior de algún símbolo lunar demostrando la
coexistencia de dos cultos antagonistas.
17
Cf. Er. Erman, “La religion des Egyptiens” donde el autor, en cada ocasión,
ridiculiza las costumbres, sin buscar comprender su significado.
18
Les Hommes Rouges, ed. Adyar, 4, square Rapp, París. 1953.
21
El origen racial de la población entrevista es menos cómodo de establecer,
pero ello permite afirmar, cosa que nos pareció evidente, que los hombres
de cromañón, lejos de ser aquí los únicos especímenes de homo sapiens,
son al contrario menos numerosos. Se encuentran como individuos aislados,
muy raros, por aquí y por allí, en el mismo lugar de su último descanso,
para que podamos así determinar en ellos el hogar inicial de esta gran raza
de los auriñacienses.
22
Su parte principal es una enorme losa de grandes dimensiones (según
Driotón, p157) en diorita, grabada sobre sus dos caras: ella menciona la
historia desde los “Servidores de Horus” hasta la VI dinastía, está rota por
algunos puntos. Porciones de textos semejantes han sido descubiertos, se
dice, entre el Cairo y Minieh, otros en el Cairo mismo. Estos incomparables
documentos han permitido completar y reformar también algunos datos
anteriores.
Los hechos referentes a los orígenes, las reglas de las dinastías llamadas
“divinas” sólo parecían haber sido transmitidos únicamente de forma oral
desde el origen de los tiempos. Fueron grabados en el predinástico, tal y
como confirma la piedra de Palermo y sus importantes restos. Estos nos
han permitido completar la lista de los servidores de Horus que también
reinaron en el Alto Egipto, sin que sea mencionada guerra alguna entre las
dos zonas del país. ¿Esto no significaría que únicamente una división de
influencias, de responsabilidades administrativas, controlaban estos
sectores entre los Shemsu Hor? Excepto, por supuesto, cuando se trataba
de luchar contra el enemigo tradicional (representado por Set), siempre
dispuesto a inmiscuirse en la vida del rico valle.
23
informar del tiempo, varias veces milenario, que separaba Manetón y sus
contemporáneos fundadores de la civilización nilótica.
24
V. Algunos datos de la cronología y etnología egipcia,
orientación primitiva
Con esto, sería suficiente para dejar a los servidores de Horus, esos
Shemsu Hor, el papel de iniciadores que le concedieron los textos egipcios.
Los Shemsu Hor venían de otro lugar, eran portadores de la civilización que
se estableció a las orillas del Nilo, lo que confirman todas las
investigaciones, incluidas las de otros autores como Jacques de Morgan19
que fue un día partidario de un origen asiático, pero la integridad científica
de este autor no le permitió omitir algunas constataciones que afirmaron su
opinión preconcebida; hablando del obrero egipcio, apuntó en sus notas:
…“su espíritu como su mano, son de una incomparable precisión; sea cual
sea la materia que trata, la somete a obedecerle con una maestría que
jamás y en ningún país ha sido superada. Bajo el impulso de un clero todo
poderoso, este pueblo creyente somete el arte a las fórmulas religiosas, y
por tendencia natural busca la perfección en el resultado”… 20
Pero volvamos a los testimonios del gran prehistoriados francés (en general
contrario a nuestra tesis) sobre el tema de la introducción en Egipto de su
propia civilización, diciendo:
19
Les Hommes Rouges, p.227. Ed. Adyar, 4, square Rapp, París. 1953.
20
J. de Morgan, “Préhistoire Orientale” t.II. p.259.
25
todos estos bienes en el Valle. Es pues en otro lugar y no en Egipto donde
se produjo la incubación de la cultura faraónica". 21
Este autor entrevió todos los horizontes posibles, excepto el que estaba
claramente indicado en todos estos Anales locales que no dejaban de
invocar “el Occidente”, la “extremidad de Libia”, “ahí donde el sol se pone”,
etc. Desde donde habría llegado también una parte de la población egipcia,
la que parece haber ocupado un rango de superioridad y que se reclamó del
Primer País, ese País de Pount situado en Occidente (el de la reina
Hapshepsout, no era más que una réplica oriental) evocada con nostalgia
como parte perdida.
«Pount es para los Egipcios, la Tierra divina por la cual profesan una cierta
veneración, mientras que no tienen términos suficientemente despreciables
para designar a las otras naciones. Varios de los grandes dioses egipcios se
sentían honrados de ser originarios del país de Pount. Los más notables de
esos dioses son Min y Hator, que pertenecían a la “montaña” o el
“desierto”».
21
J. de Morgan, op, cit, p.248 (todo lo señalado sigue así, y fue hecho por nuestro
jefe).
22
J. De Morgan, op, cit. p.52. “Hacemos observar que la palabra arruga es
impropia, ya que se trata de un trazo artificial, deseado, una incisión intencionada
en la piel, una cicatriz como la que distinguía los jefes de los Mayas y también hoy
en día, algunos pueblos africanos, en sus nobles, en Sudán, por ejemplo.”
26
Retomemos, pues, el problema en su base y veamos aquí unos cuantos
datos suplementarios:
Los “Instructores” llegaron del oeste, y está varias veces especificado del
suroeste, por la ruta del cabo Soloéis hasta Abydos.
A tres kilómetros al norte de esta antigua capital teocrática, aún existe hoy
una “cabeza de puente”; ella es, en estos altos lugares del antiguo
esplendor de Egipto, la “Ruta de los Nómadas” hacia el oasis de Karguesh,
Dakhel, Koufra y Merzoug, en las puertas del Hoggar oriental.
Sobre las murallas de los templos, sobre las tumbas, sobre las pendientes
mismas de las montañas, en rocas pacientemente alisadas, su historia
empieza a inscribirse en detalle, escrupulosamente, como en ningún otro
lugar lo fue. Cada contacto, con cualquier población, ha sido grabado o
pintado por los dirigentes y sin duda por innumerables artistas.
23
Teniendo en cuenta una aberración debida a la incomprensión de unos y a la
decadencia de otros, no nos atrevemos en 1960, escribir “colonizadores”, que es la
única palabra que conviene aquí, sinónimo de “portadores de la civilización”.
27
VI. Dispersión geográfica del prototipo de Cromañón
El primer estudio confirma y amplifica los del profesor R. Verneau que había
identificado a la raza de cromañón, la antigua raza de los guanches
atlánticos. Pero el prototipo fósil, encontrado en Francia en un yacimiento
geológico datado de 20.000 a 25.000 años más que los civilizadores del
badariense24, siendo los individuos mucho menos numerosos en el suroeste
de Europa que en Egipto.
24
Badariense es la denominación de una cultura del período neolítico que surge en
el Alto Egipto en torno a 4400 a.C., hasta 3800 a.C. y cuyo nombre se tomó de los
arcaicos asentamientos y necrópolis de El-Badari, en las inmediaciones de Asiut, en
la margen derecha del río Nilo.
25
Restos humanos descubiertos por Leakey, L. descritos en el “The stone age of
Kenya” datan del auriñaciense superior, estaban cubiertos de ocre rojo: …"eran del
mismo tipo que el Hommo d’Oldoqay de alta estatura y comparables a los
nilóticos"... escribe el Prof. H.C. Vallois en “Les Hommes Fossiles” última. Ed. pág.
470. (Los hombres fósiles).
28
El profesor Verneau ha tenido en los archipiélagos atlánticos unos
elementos de estudio de varios miles de sujetos: éstos llenaban sólo con
sus cráneos cuatro salas del Museo Canario en las Palmas, capital de la
Gran Canaria. Además de los estudios de Verneau, la biblioteca del Museo
contiene los de algunos sabios internacionales y locales.
¿Cuáles son estos mestizajes? Casi siempre son todos debidos a unas
inmigraciones semíticas, más escasas entre los esqueletos más antiguos,
que se hacen más frecuentes a medida que los individuos pertenecen a una
época más cercana. Esto hasta llegar a cierta predominancia del tipo
africano-árabe-semítico, sabiendo que esta aportación proviene sobre todo
del sur de África septentrional, y que un débil canal separa el archipiélago
del continente negro.
Pero esta predominancia no es más que numérica; ella demuestra una débil
resistencia en los casos de mestizaje, donde sus características propias se
alteran, debilitándose frente al tipo cromañón, frente a la solidez adquirida,
inmutable, de una especie que “resiste, desde el inicio como si estuviera
fijada a su punto de perfección” (Verneau).
29
húmedos y florecientes para ir a instalarse sobre unas islas volcánicas
perpetuamente alzadas o hundidas.
Además, si no hubieran sido nada más que lo que son, es decir, pobres
territorios áridos sin desembocaduras comerciales, sin industrias, sin minas
algunas u otros tipos de elementos por explotar o por hallar, si sólo
hubieran sido eso, las invasiones no hubieran tenido lugar.
En los dos campos, una única raza autóctona, fijada desde largo tiempo con
una morfología superior, dicho de otro modo, que ha alcanzado su último
grado de desarrollo: el de la raza occidental del cromañón.
A tal enseña se puede añadir diversas aportaciones sin alterar las leyes
biológicas de su constitución genética. Es de esta forma que se discierne la
30
aportación extranjera, en un principio muy claramente por aquí y por allí,
pero remontando a la época la más remota con algunos sujetos semitas y
algunos bereberes.
¿Cómo un país tan empobrecido, tan tosco a toda cultura, con montañas
áridas y una población en parte aún troglodita, -a la que, hoy en día, no
interesa en absoluto las solicitudes de la industria ni las del comercio-;
cómo hubieran podido motivar la llegada en progresión masiva a sus costas
de estas de tribus semitas?
31
atrajeron a antropólogos a dirigirse cada vez más hacia occidente, y algunos
de ellos llegaron hasta los Archipiélagos atlánticos.
Chantre retomó todos los trabajos, después Bertholot26 y, por fin, Verneau.
La asimilación a la raza de cromañón fue confirmada en una misión que
duró cinco años, mientras que este sabio entregó a la cuestión planteada
una documentación considerable.27
Ahí donde hay mezcla, el guanche siempre domina; al fin la más antigua y
la más frecuente de las aportaciones extranjeras siempre es semita. Los
caracteres antropológicos de estas mezclas están pues superpuestas, y no
mezcladas; hay muchos ejemplos que ilustran esta particularidad, he aquí
uno de ellos:
“Ellos (los guanches) poseen la línea rasposa, áspera del fémur como el
cromañón, y en algunas islas, incluso cruzados con los semitas mantienen
este carácter y la superioridad numérica”.
26
"No hay duda alguna; los antiguos habitantes de las Afortunadas que, en su
aislamiento, se ignoraban entre ellos faltando comunicación de una isla a otra,
tenían sin embargo, un origen común y constituían un pueblo de una misma raza,
cuyos ancestros vivieron en el tiempo de la gran nación de Lybia extendiéndose en
el África septentrional, de oriente a occidente." (Berthelot). N del T.
27
R. Verneau, Rapport sur une Mission scientifique dans l’Archipel Canarien”, París,
1882-1886.
32
Sobre una decena de individuos originarios de Fuerteventura, fechados
simplemente de “antes de la conquista española”, Verneau apuntó:
28
Del grupo chamaeconque: Término específico de antropología: que tiene un
pequeño índice refiriéndose al cráneo. El cráneo tiene como índice cefálico 72; (es
decir cuya amplitud máxima es a la longitud como 72 es a 100) en un cráneo:
crâne microsème por ejemplo el cráneo de los esquimales. Cuando se trata de la
clasificación en tres categorías, las razas humanas, según su más o menos fuerte
índice orbitario, se ha aplicado “crâne microsème” a las poblaciones que tienen un
pequeño índice orbitario. N del T.
33
IX. Población de algunas islas
29
G. Margy “El auténtico propósito de las pintaderas de las islas Canarias”, extraído
del periódico des Africanistes, T. X, 1946.
30
R. Verneau, Informe citado, p. 83-84 y siguientes.
34
mujeres, con 1.530 cc. de capacidad, 79.77 de índice cefálico. Todos los
otros caracteres, entre los más puros, estaban muy desarrollados: alta
estatura, de "gigantes" dicen las crónicas, como los vemos dibujados en
Nubia, los que erigieron los dólmenes: los Djoals.
Entre los dos mil cráneos alineados en los escaparates del museo: “la
mayoría de estos presenta la curva antero-posterior del prototipo de
cromañón. Otro rasgo demuestra su robustez y son las amplias suturas
naturales de las lesiones traumáticas. En toda la isla, pero sobre todo en el
sur, donde la población ha sido homogénea” (id. op. cit.)
Hay otro hecho que también tiene el valor de un test, por decir, “histórico”:
es la constatación de las invasiones semíticas desde la época neolítica a lo
largo de la cual las encontramos en los dos archipiélagos, pero éstas son
anteriores a esta época. Estos individuos son los descendientes de las
primeras oleadas de asaltantes, trashumantes, no mezclados y
desaparecidos, lo que está registrado en los anales egipcios.
35
En definitiva, el hecho preponderante y quizás más conmovedor es la
persistencia inalterada del rasgo primordial. En ningún otro lugar del mundo
se afirma como en los archipiélagos atlánticos, esta perennidad, esta
homogeneidad perfecta, esta abundancia natural del prototipo de la raza
blanca, antigua de al menos cuarenta mil años.
36
PRIMERA PARTE
Segundo Capítulo
37
I. Territorios del apocalipsis.
Tan humildes como son, y a pesar de que su mayor superficie es casi hostil
a la vida, sin embargo, han conocido los testigos de la “Historia”, y albergan
así en mayor número que en cualquier otro lugar los sujetos salidos del
prototipo de la raza blanca.
Estas resurgencias, estas huellas, son página innegable del libro cósmico de
la Historia de los Hombres. Durante nuestra estancia en Las Palmas de Gran
Canaria, hemos tenido la alegría de documentarnos sobre la estratigrafía del
archipiélago con un geólogo tan cortés como sabio modesto. Contestó a
nuestro requerimiento, nuestro interlocutor se decidió en escribir estas
pocas líneas que hemos traducido aquí con su locuaz brevedad:32
Podemos decir que estas islas eran aún de pertenencia continental después
de los inicios del cuaternario (paleolítico), lo que confirma la observación:
31
Incluidos la Gran Antilla, de la cual no nos ocupamos aquí.
32
El geólogo español escribió en su idioma nativo, se trata del señor don Telesforo
Bravo.
38
Ahí ya existía una superficie continental durante el terciario (continente bien
conocido), pero las actuales islas serían los últimos elementos y no
recientemente "emergidas"; estos territorios continentales se han
desmoronado en varios períodos, y "no de un sólo golpe" según la facultad
de Alger en prehistoria, las erupciones se han producido en el Plioceno y
durante el Cuaternario, esporádicamente repetidas hasta los tiempos
modernos.
Gran Canaria: "la zona más arcaica está situada en el noroeste, el pueblo
de San Nicolás, con una base de rocas antiguas, atravesadas por unas vetas
de sienita. Diferentes ciclos volcánicos se han superpuesto, los unos
después de los otros, existiendo desde las rocas más básicas hasta las más
ácidas (riolitas), estos ciclos se han repetido varias veces".
En dos puntos de la isla, Arguinezia y las Palmas, existen unos terreros del
mioceno, elevados por encima del mar hasta doscientos metros y que
fueron durante mucho tiempo ocupados por las aguas, sus fósiles son
típicos del mioceno.
Por ello se evitan las investigaciones sobre las porciones restringidas que
han permanecido exhaustas de la mayoría de los vestigios paleontológicos y
prehistóricos. Además, estas capas de lava y los movimientos sísmicos que
los anuncian y acompañan no fueron por largo tiempo interrumpidos. Las
poblaciones han vivido y siguen aún en muchos de los lugares, viviendo en
cuevas, a menudo totalmente amuebladas, situándose en los flancos y casi
en la cima de las montañas, donde en el origen se podía estar más
protegido que en las terrazas bajas donde se acumulaban las lavas y batían
las olas.
33
Sobre estas rocas basálticas, las inscripciones sorprenden por su claridad,
algunas prefiguraciones son africanas, pero siempre dominan las reminiscencias pre
célticas en la espiral y la cruz rodeada.
39
Pero sólo el hundimiento de una amplia zona de territorio ha podido
provocar la subida y mantener el mar a una altitud de doscientos metros
por encima del nivel actual. Esta elevación primitiva de la superficie del
océano es el testigo evidente de una configuración topográfica que ha
variado después debido a las transformaciones, sucesivas o masivas, que
finalmente han llevado a 4.000 metros de profundidad amplias porciones de
territorio y ha provocado las fallas aparecidas en la corteza terrestre.
Las tierras que permanecieron emergidas no son más que pequeños islotes
de perfil trágico, tierras labradas por las corrientes de lava fósil, erizadas
como monolitos, invulnerables, ariscas, desafiando todas las fuerzas del
mundo.
Tenerife: "Las rocas más antiguas, las de Teno y Anaga, son basaltos
atribuidos al inicio del terciario con la inclusión de potentes bloques de
fonolita que sobresalen de las aguas bajo forma de rocas.
40
forma el relato de autor egipcio, "el Relato del Naúfrago", pero por encima
de todo, encontramos antiguas huellas de una etnia olvidada, de
inscripciones rituales incomprensibles y también de grafitis líbicos,
recuerdos de las últimas invasiones, mezcladas con símbolos extranjeros,
réplicas de un simbolismo occidental.
Sin embargo, los de la Palma están en el rango más antiguo del estado
actual de nuestros conocimientos, los más occidentales. Pero fue en Egipto
donde alcanzó esta representación espiral su apogeo elevándose hasta una
concepción de la Unidad de Energía Creadora, y de su Eternidad.
¿Qué decir sino que, después de haber padecido los derrumbamientos del
plioceno35, grandes superficies se mantuvieron casi intactas hasta finales
del paleolítico?
34
Ariège (en occitano Arièja) es un departamento francés, situado en la frontera
con España, que forma parte, desde el 1 de enero de 2016, de la región de
Occitania.
35
Plioceno es una división de la escala temporal geológica que pertenece al período
Neogeno; dentro de este, el Plioceno sigue al Mioceno. Comienza hace 5,33
millones de años y termina hace 2,59 millones de años.
41
Las islas de maravilloso clima hubieran podido, pues, antes de este último
período, conservar los representantes de la raza arcaica, sus ciudades, sus
riquezas que atrajeron ineludiblemente los grupos de invasores venidos de
África y del Medio Oriente.
36
Dracaena draco, el drago, es una especie de planta arbórea típica del clima
subtropical de Macaronesia, particularmente de las Islas Canarias, pero cuya mayor
población se encuentra en el oeste de Marruecos.
37
Herodoto, liv. III. CXIV, "L'occident du lac Tritonis, où les hommes ne sont plus
des Nomades".
38
Según E.R.S. Von Sventenius.
39
En las zonas más bajas se desarrollan jarales, cardones y tabaibas.
42
montañosas de estas regiones pintorescas fueron cubiertas de "Lauraceas-
canariensis", esta Lauri-sylva que hoy aún exhala el exceso de humedad
que absorbió antes.
De este mismo período data la extensión de los amplios pinares locales. Las
coníferas fósiles del pinus canariensis descubiertas en la isla de Tenerife,
indican que esta especie, absolutamente autóctona, estaba muy extendida
en la parte central de la isla, y su actual supervivencia apunta que podía
crecer en pendientes abruptas como en las islas de Gran Canaria, La Palma,
el Hierro...
Cuando Verneau creyó poder adelantar que los guanches descendían del
hombre de cromañón, no se estaba equivocando. Pero cuando sugirió que
los de la Dordoña sin duda habían emigrado por España y África del norte
hasta los Archipiélagos, cometió un contrasentido estricto. Como paréntesis,
las Azores, estudiadas en su configuración actual, hubieran sido por este
hecho prácticamente inabordables y su población cromañoide sería entonces
inexplicable.
43
dejado tan pocos testigos osteológicos en la región, la mejor prospectada
del mundo.
También habría que suponer que, partiendo de ese hogar sur europeo tan
limitado, las olas de migraciones hayan podido realizar tal trayecto y utilizar
durante una o dos decenas de milenios, sin poblar con sus esqueletos los
caminos recorridos, los lugares habitados. Por fin, presuponer, que estos
raros sujetos hayan podido dar a luz a los miles de guanches de la era
neolítica... en una palabra, es grave extraer de tan pequeño número tan
gran numeración.
Pero dos lagunas han impedido hasta aquí la unión entre el prototipo de la
Vézère40 única época accesible en la observación documental de los
Archipiélagos. La primera es la ausencia en los rastros arqueológicos de
cualquier objeto anterior al neolítico; la segunda es la pobreza de los
elementos civilizadores, la inexistencia de obras del pasado, de recuerdos
heroicos de una historia original de cualquier tipo de relevancia.
40
El río Vézère es un río de Francia, afluente por la derecha del río Dordoña.
44
los Servidores de Horus, venidos de Occidente, de la otra punta de la
Lybia." 41
Incluso se ha nombrado, pero sin resultado, esa Rusia meridional, que sólo
fue un centro generador de la raza occidental. Sin embargo, en dirección al
suroeste, la intensidad de los vestigios osteológicos y de las obras de
Aurignac, van en aumento desde España hasta las altas mesetas de Algeria
y Numidia. Superando el sur de Marruecos escasean. Es del oeste, y sin
interrupción desde la nueva era, donde se han sucedido hasta nuestros días
estos innumerables sujetos de la raza original. El punto central de tal
población no puede ser situado con más veracidad que entre los dos
Archipiélagos Atlánticos.
41
Libro de los Muertos, Cap. XIX, y Homero, la Odisea, donde las innumerables
alusiones a los viajes a occidente, con raíces lingüísticas de esencia occidental,
frente a los problemas no resueltos, giran hacia Asia.
45
Valle del Nilo ..."grandes jefes divinos del horizonte del oeste por el camino
de los muertos, después de la Noche trágica de los que ya no son"...42
Nada en los textos nos permite pensar que sólo reflejaban una noción
mística, o religiosa, más bien se trataba de vidas y de destinos humanos
que sin duda fueron tan beneficiosos como para que se acordasen de ello
eternamente, motivándolos a transmitir el recuerdo de éstos héroes,
pintándolos y grabándolos sobre sus monumentos, a fin que la vida
manifestada por estos grandes jefes divinos no desapareciese totalmente de
la tierra. Más tarde los divinizaron siguiendo una costumbre muy humana y
universal.
42
Libro de los Muertos, de los antiguos egipcios, Cap. XX.
43
Libro de los Muertos, de los antiguos egipcios, Cap. XIX, 8-9-10.
44
Cf. L'Odyssée, I. a.
46
Después de la derrota y la muerte de Osiris, Horus fue designado para
sucederle, a pesar de su corta edad, le sucedió en un nuevo país, donde se
habían refugiado su madre, Isis y algunos de los dirigentes que pudieron
huir de las invasiones después de la derrota de su soberano, matado por
Seth. Con tales acontecimientos se inicia los tiempos heroicos de la Historia.
El texto del libro sigue de esta forma ..."en esta noche del juicio de los que
ya no son, frente a los grandes jefes divinos de Sékhem, Horus ha sido
constituido heredero de los atributos de su padre del que era el ojo...
Horus, el Retoño Rojo, enteramente liberado, que nada hiere"... es decir:
"iniciado" 45.
45
Libro de los Muertos, de los antiguos egipcios, chap. XIX, De la couronne de
Vérité de Parole.
46
Plutarco: De Isis y Osiris.
47
son", sobre el altar de Sekhem, atajo estremecedor de un sacrificio que
alcanzó a la nación entera. Sekhem era una ciudad santa que se nombra a
menudo en el "Libro de los Muertos". Era quizás la capital del lejano primer
país, la raíz "Khem" es la de "Khemé", kemet, el Aegyptos de los griegos.47
47
Aegyptos (fonetización griega) viene de "HA-KOU-PTAH": ciudad de Ptah.
48
"Livre I" cap XVII, XVIII, 12-18, LXIV, 15: LXXXVI.4; CXXV, 17 A 20; CLII, 3;
LXIV, 29; LXXIX, 2; CXLIV, 18 donde se ve el "misterioso de cara"; XVIII, cuyos
jefes son Horus y Toth.
49
Cf. Sethe, Beiträge zur älteste Geschichte AEgyptens (Untersuchung zur
Geschichte und Altertumskunde AEgytens, III).
50
Ed. Pottier. Mémoire. Délégation en Perse, T. XIII, P 82 (L.912)./ Delegación en
Persia.
51
Jean Capar, Les débuts de l'art en Egypte, Bruxelles 1904./ Los inicios del arte
en Egipto, Bruselas.
48
..."de pronto, un día, ya no vino nadie de la otra punta de Lybia"... El país
caído en manos de los semitas invasores, ¿se olvidó de sus propios hijos?
Dominando una larga serie de otros relatos, cuentos o leyendas, vemos que
se confirma la importancia histórica, nacional, que tuvo la llegada del primer
maestro en el Egipto hierático, Horus hijo de Osiris. Estos dos nombres
dominaron durante más de ocho mil años53 la historia de este pueblo y este
valle. Llegaron con el cortejo de los portadores de una civilización
abandonada, la que desapareció en las aguas oceánicas, afirmado por la
memoria humana, confirmado por la geología, la antropología, después por
la Odisea, el Critias, el Timeo.
Para nosotros más que todo ello, importó las presencias de los tipos
raciales, unas se sitúan al inicio de la vida predinástica, siendo idénticas al
fondo específico de los más antiguos guanches, sin duda alguna los
autóctonos, unos representantes fieles de la primitiva raza del homo
sapiens; las otras de los invasores semitas con esqueletos más recientes y
cada vez más numerosos en los archipiélagos, demuestran la autenticidad
de las invasiones de las que se quejan las crónicas egipcias, apoyadas por
los datos de la antropología.
52
Cf. Dioton, Egipto; Notas bibliográficas, últimas páginas del libro.
53
En el punto de vista de la cronología, cf. Newberry-Sethe, en Dioton, Egipto,
notas, época pre thinité, pág 161.
49
Después de haber estudiado detenidamente los archipiélagos atlánticos y
los testimonios que contienen, fósiles arcaicos y vivos, se da con toda lógica
que un centro hundido encuentra su lugar entre lo que queda de las Azores,
con forma de islas hechas trizas, y las islas Canarias. Esta convicción nos
hizo tomar la resolución de salir nosotros también hacia las islas
Afortunadas, y luego ir en línea recta al punto más avanzado de Libia, hacia
su oeste, para encontrar y recorrer el tramo de la Vía Imperial entre
occidente y Egipto, tramo que no pudo recorrer Herodoto para llevar a cabo
su tercera ruta hasta llegar al cabo Soloéïs.
50
SEGUNDA PARTE
Primer Capítulo
LA AETHIOPIA OCCIDENTAL.
51
I. Hacia las rutas de las invasiones prehistóricas
Los escritos de los antiguos han sido comentados de todas las formas,
incluso de las más doctas; parecería que en el nivel actual de nuestros
conocimientos ya no hubiera nada más que decir, nada que cambiar a los
textos sobre los que tanto se ha epilogado. Jérôme Carcopino publicó en
1.943 un bello libro del Antiguo Marruecos, basó su documentación en
textos clásicos y los comentó con toda su sagacidad, aunque algunas veces
con ideas preconcebidas: las de la supremacía fenicia.
54
El hinterland es la zona de influencia terrestre de un puerto, o la existente
alrededor de una ciudad o de una infraestructura logística.
55
Gsell, Herodoto, texto relativo a la Historia de África del Norte, pág. 254.
52
saqueadores de beduinos,56 ni que glorificase el Imperio Medio, que había
resplandecido en el Valle del Nilo con sus Amenemhat, sus Sesostris, sus
Mentouhotep y sus Amosis, o que indicase la magnificencia del Nuevo
Imperio.
56
Bed= casa; o-ein = sin. Sin hogar.
57
El término actual en castellano es Etiopía. Se ha respetado en el texto la
denominación antigua empleada por la autora. N. del T.
58
La cultura del valle del Indo fue una civilización de la Edad del Bronce que se
desarrolló desde 3.300 hasta 1.300 a.C., a lo largo del valle del río Indo, en
Afganistán, Pakistán y el noroeste de la India.
59
Cf. Libia septentrional, según Herodoto, en St. Gsell, op. cit., he aquí los nombres
de las tribus: “Amoneos, Augilas, Garamantes, Atarantes, Atlantes” (seguido de un
punto de interrogación) pág. 255. Herodoto añade: “He podido enumerar hasta
estos Atlantes los habitantes de esta orilla límite del desierto; no puedo más allá, a
pesar de que se extiende hasta las Columnas de Hércules y más allá”.
53
hablar de los lugares que no pudo visitar personalmente, llegando hasta
rechazar las descripciones de los que habían conseguido alguna
información. Es por ello que la posición de cabo Soloéïs, punto terminal de
la travesía africana, sólo se sitúa de forma aproximada en un punto de la
costa cualquiera, y claramente equivocado.
Este fin de la Ruta, en un último punto sin nombre de tribu alguna, esta
forma triangular del cabo, su propia ubicación en una carta inacabada y
más al norte que el final de la Ruta, con ausencia total de trazado, de
cualquier precisión excepto su forma; una punta triangular se adentraba en
el mar, todo ello hubiera podido dirigir mejor la trigonometría topográfica de
ese lugar magistral. Ya que esta importancia continental no data
únicamente de la época de Hannon, lo que no deja de afirmar y de
demostrar J. Carcopino a lo largo de su obra.
¿Cual podía ser la razón mayor de este elevado lugar, cuyo delgado
hinterlander viene a chocar en la enorme cadena del Atlas? Sólo pudo tener
un significado real para los navegantes fenicios: servirles de barra, de
depósito de mercancías, sin tener nunca fama ya que era muy antigua en
época del gran Soloéïs, el que se había enfrentado a la Ruta del trazado
inacabado; el que tiene la forma de un triángulo cuyo ángulo obtuso se
adentra en las aguas y su línea sur se desvía fuertemente hacia el sureste,
que es el cabo Juby.
54
Aún hoy, la Vía Imperial entre el Atlántico y el Nilo, es seguida por todos
estos seres impávidos del desierto a los que no afecta las variaciones más o
menos aceleradas de las dominaciones políticas del norte. Es la pista de los
grandes nómadas camelleros, tal y como se denomina actualmente, en las
cartas del servicio geográfico del ejército, conocida por todos las tribus
nómadas o sedentarias. Es tan antigua como la presencia del homo sapiens
en tierra norteafricana.
Dibujada por el historiador griego, las costas nórdicas, desde Egipto hasta
las Columnas de Hércules, es el gráfico más aproximado; un solo punto es
muy claro, muy preciso, semejante a la descripción que figura en el texto:
es el cabo Soloéïs.
60
J. Carcopino, Marruecos antiguo, pág. 92.
61
J. Carcopino, Marruecos antiguo, pág. 97.
55
El trazado de la carretera que llega de Abydos se ve interrumpido
bruscamente hoy hacia el Maghreh, extremo sur. La silueta del cabo figura
en la costa oeste, pero más al norte. Ello marca la incertidumbre donde se
vio el historiador en relación a la ruta del cabo, punto normal de su
conclusión, y de los datos en días de navegación desde las Columnas de
Hércules hasta Soloéïs.
Es mucho más hacia el centro, y después del cabo Juby, que la costa
rígidamente inclinada hacia el sur parece no tener fin a lo largo de este
terrible desierto de ergs y dunas movedizas. En cuanto a la palabra fenicia
que significa Roca pudo ser, según Gsell, un nombre dado a varios salientes
del litoral.
Así que hemos intentado reconstruir este tramo del recorrido que no está
inscrito en la carta de Herodoto. Los exploradores griegos no superaron las
orillas del gran lago alrededor del que vivían los Machytes, no lejos los
Auses, estos pueblos muy alejados de los Syrtes, “a una gran distancia del
56
Sinyps, al oeste”. No se adentraron en “el poniente del lago Tritonis, donde
los libios ya no son nómadas y no tienen las mismas costumbres”. (IX.
CLXXXVII).
¿Qué decir? Más que “esos libios, no lo eran”, y que si los exploradores no
fueron más allá de este lago, no penetraron en las poblaciones residentes
fuera de las columnas de Hércules.
Cogimos un avión para salir de Gran Canaria, no sin tener que superar
numerosas dificultades aterrizamos en un puesto francés en el extremo sur
de Marruecos, ahí donde las órdenes del Office du Maroc, en París y la
cortesía del general comandante de la región de Agadir nos aseguraban ser
recibidos y disponer de jeeps militares a lo largo del recorrido que les
habíamos propuesto.
Las tierras de Libia después del cabo Cantin se adentran hacia el oeste
hasta el cabo Juby, que aparentemente es el más occidental, teniendo en
cuenta el alejamiento de cabo Verde, verdadero giro más hacia el Este de la
orilla africana; y en ese paralelo, ya no estamos en África septentrional.
62
Oued o wadi, de origen árabe ( واديouādī), significa «valle, lecho de río, río»,
término genérico que designa un curso de agua intermitente del norte de África. (lo
más parecido a las ramblas).
57
Llegados al cabo Juby, estamos frente a un inmenso triángulo aplastado,
trazado sobre la carta del siglo V. El maestro Carcopino se detuvo
largamente en la investigación de esta posición geográfica, sin embargo,
sólo se baso el único periplo de Hannon, que fue su propósito. Los fenicios
siendo los últimos llegados en la historia gloriosa de África septentrional,
ello no le permite integrar el periplo en la verdadera historia de Marruecos
antiguo.
“Esas son las de nuestros pueblos indígenas que podemos nombrar (II.c) y
la mayoría de ellos ni tienen, ni tenían entonces cuenta alguna del rey de
Mèdes (II.CXCVI.)”.
63
Cf. Boletín de la Sociedad Prehistórica francesa, n.º 3, marzo 1953, pág 95-97;
notas magrebíes de Weissen- Szumlanska, rectificando en pág 97, “Cabo Noun” por
“Cabo Juby”. Receuil du Congrès de Strasbourg, 1954, del mismo autor.
58
No podríamos mofarnos mejor de los conquistadores asiáticos, ni informar
mejor de la independencia, de la superioridad moral y después de la
homogeneidad racial que conservaron estas poblaciones del cabo Soloéïs
hasta el Alto Egipto.
Esta inmensa África septentrional vivió bajo la misma ley predinástica hasta
la sequía, cada vez más acentuada en este trágico país. No fueron los
conquistadores nórdicos los que los redujeron, ni los invasores infiltrados
como virus mortales los que sometieron o diezmaron y luego aniquilaron a
estos hombre de raza pura, de los que los tuaregs del Hoggar son una
conmovedora expresión.
Hubo, pues, en el gran sur del Magreb, de Mauritania, del norte sahariano,
una existencia particular, se vivía separado de las poblaciones que
frecuentaban los traficantes fenicios y los ribereños del mar interior:
ninguna comunicación existía entre el Tell y el Desierto, a causa de la
interposición de la cadena montañosa del Atlas, de los Ergs y de las
Hamadas, con fama de infranqueables.66
Son estos pueblos del gran sur norafricano los que constituyen la
antigüedad autóctona de estos territorios, Etiopía occidental es el auténtico
rostro del antiguo Marruecos. La trashumancia de estas tribus se ejerció, en
el inicio de su historia, de oeste a este; es lo que proclaman las
inscripciones acumuladas desde el océano hasta Abydos, a lo largo de estos
64
Época de formación de terrazas glaciares durante el deshielo de 12.000 a 15.000
a.C.
65
Una estación de Sébilien III, en Reggan-Taourirt, en el Tanezrouft, Sahara
central. Bull.
66
El Atlas fue franqueado por primera vez por el romano Suetonius Paulinus,
contemporáneo del emperador Vespasiano.
59
territorios de los Ajjer, cubiertos de grabados sobre más de 25 kilómetros
de rocas.67
67
Cf. Henri Lhote y sus últimos datos tomados en Tassili-N-Ajjer.
68
J. de Morgan, Prehistoria Oriental, t, II, pág 246.
69
Fr. Falkenburger, Craneología Egipcia, Mayence, 1946.
70
J. de Morgan, Prehistoria Oriental, pág 253.
60
Se adquiere, sin embargo, una precisión: las inscripciones que han sido
descubiertas se refieren a unos hechos muy remotos; mencionan una lista
de sucesiones de soberanos, los servidores de Horus, del Bajo y Alto Egipto,
“en 4.245 antes de nuestra era” fecha muy aproximada, que testimonia
sobre la unidad de Egipto.71
“Los garamantes les dan caza en unos carros de cuatro caballos, pero los
etíopes son más rápidos en la carrera que todos los hombres de los que
hemos oído hablar. (IV. CLXXXIII) …al atardecer en el lago Tritonis, los
libios ya no son nómadas, y no tienen las mismas costumbres que los libios.
A decir verdad, estos libios son los hombres más sanos que conocemos. (IV.
CLXXXVII)”.
En fin, para comprender bien la diferencia étnica total que existía entre
estos etíopes, ribereños de la Atlántida, y los indígenas de África o de Asia,
recordemos este párrafo CXIV, del libro III: “del lado donde la región
meridional del cielo se inclina hacia el sol poniente, Etiopía es la última zona
habitada; posee igualmente mucho oro, rica, produce elefantes enormes,72
árboles salvajes de todo tipo, ébano, y los hombres son los más grandes,
los más bellos de todos los humanos, los que además viven el mayor
tiempo.”
71
Schafer, Ein Bauchstück altaegyptischer Annale, Berlín, 1902. Gauthier, Cuatro
nuevos fragmentos de la piedra de Palermo en el museo del Cairo (Academia de
Inser y Bellas Letras, C.R.,1914. Flinders Petrie, Nuevas partes de los Anales
(Ancient Egypt, 1916, pág 114 y siguientes).
72
A propósito de los elefantes, cf. Pomel, en Paleontología, Monografía, Págs. 42 a
67, Elephas atlanticus, Alger, 1895.
61
Quién no vería en estos individuos los descendientes étnicos de los
cromañones, gran raza en el desarrollo definido, no alterado ya que estaba
fijado.
Hay de igual modo en las tribus, junto a los tipos negroides, semitas,
hartitos, el que se denomina berebere en el norte, tauguí en el sur y que es
un mediterráneo aparentado cromañoide.
Las inscripciones sobre las rocas son idénticas desde las islas Canarias
hasta los límites del valle del Nilo, a todo lo largo de este Etiopía occidental,
del Hoggar y de los cuatro oasis apalancados en el lugar de Abydos. Son
unos eslabones dignos de reconstruir el otro periplo, el del camino de los
muertos… por donde se transplantó la civilización occidental de los hombres
de cromañón
73
J. Carcopino, op. cit., pág-51 (nota 6) pág 52, 87, 88, 92.
62
sido dado a numerosos cabos de la costa atlántica. Todos los de las orillas
nórdicas estaban excluidos, y teniendo en cuenta la importancia específica
del río y de las altas mesetas del Drâa en la antigüedad, es en esta región
donde hemos querido empezar las investigaciones.
Un suboficial francés reside ahí, sólo, desde hace muchos años. Es tan
silencioso como los espacios que tiene ante los ojos, acogedor sin frases,
pero con una naturalidad indiferente e ilimitada como su horizonte.
El cabo Drâa, más al norte, tiene un promontorio aún más modesto que el
cabo Cantin, y la costa después de la desembocadura del oued Drâa,
prosigue su senda hacia el oeste. Ello no corresponde pues en nada a las
descripciones y los trazados de los antiguos.
Estaba sobre la líneas de las dunas, no lejos de donde se formaron las dos
barreras naturales que encuadran las altas mesetas, con una monotonía de
dirección impresionante: la interminable cadena de Ouarkziz, lado norte, y
la Hammada de Kerkala al sur.
Esta barrera rocosa, abrupta sobre las altas mesetas a las que domina, es
tortuosa, enorme, franqueable sólo hacia el este por una temeraria calzada
transitable, encaramada en los flancos de rocas por los ingenieros
franceses.
63
Permaneciendo en el eje de los valles, teníamos al oeste la extensión de los
valles áridos que se hunden por grados hasta el nivel del océano, en fin, al
final de esta misma línea axial, en el centro de un nuevo desierto, se
elevaba el promontorio el más avanzado en occidente de Libia
septentrional, el actual cabo Juby.
Sobre unos 20 km. al noroeste, esta línea se adentra hacia el ángulo obtuso
que forman casi cien kilómetros de costas rectilíneas hacia el sureste.
Desde el mar, en cualquier embarcación, la constatación de una disminución
de la costa hacia el este se impone a todo observador.
Pero según todos los autores, Hannon no daba información precisa verídica
sobre sus viajes, sus recorridos, y aún menos sobre los puestos de amarre.
Como su historia no nos interesa en especial, no buscaremos si existe o no
huellas de su ocupación pasajera en las cercanías de los amarres españoles
actuales de Villa Cisneros o de cualquier otra.
74
Los "goumiers" marroquíes, eran soldados indígenas que prestaron servicio en las
unidades auxiliares adscritas al ejército francés de África, entre 1908 y 1956.
64
Hay también otros indicios que nos demuestran que el cabo Juby es el más
arcaico, el más importante de los Soloéïs, y sólo está a cien kilómetros de la
gran isla canaria de Fuerteventura; si no fue utilizado como mostrador por
los fenicios nos sorprendería mucho, ya que es el puerto más cercano, el
más favorable, el único utilizable por todos los invasores que quisieron
alcanzar los archipiélagos de Canarias.
65
SEGUNDA PARTE
Segundo Capítulo
LA GRAN PISTA
66
I. Ruta de la Civilización y de la muerte
A ciegas, porque sola con los viejos textos, la topografía de los lugares, la
intuición y la buena voluntad de los A.I.75 pudimos leer en algunas sesiones
de la carta geográfica, entre Ouarkziz y Hammada, las palabras “Pista de
los grandes nómadas”.
Los grandes nómadas son los herederos de las costumbres antiguas, las
han mantenido hasta los tiempos más recientes, con otros medios de
transporte; se llamaron entonces los grandes nómadas camelleros. Pero el
recorrido es el mismo: les sucedieron a los colonizadores que iban de las
islas atlánticas al país de Khémée.76 Sucedieron a los grupos de los
Instructores huyendo de una patria invadida en la que habían perdido el
poder. Sucedieron también en la gran pista, a estos invasores que en
sentido contrario llegaban desde el este, hace unos 12 o 15.000 años, para
colmarse en el jardín de las Hespérides del jugo de esta tierra afortunada.
La ruta de los grandes nómadas fue una Vía Imperial de amplio recorrido
del cual hoy únicamente quedan briznas de una humanidad fuera de un
lugar del que se ha guardado la costumbre, la nostalgia y el recuerdo
inconsciente. Podemos adelantarlo aunque supere la Historia convencional,
por dos motivos: el primero es la sucesión de excavaciones y de análisis
antropológicos en los dos archipiélagos atlánticos reveló la presencia de una
cantidad considerable de tipo cromañón,77 y otra masa de tipo semítico, los
primeros conservaban, a pesar de los mestizajes, sus características más
típicas, los segundos las perdieron hasta tener alteraciones específicas.
75
Oficiales de los Asuntos Indígenas.
76
Khémée, Kemet, Kemi, transcripción de distintas fonetizaciones con las que se
nombra a Egipto, y más raramente alusión su posible origen. N. del T.
77
Unos descubrimientos análogos han sido hechos estos últimos años en algunos
puntos de Sahara.
67
la sequía y las tribus errantes, poco a poco diezmadas, convergieron al
norte y sobre todo en el este, hacia ese Nilo inagotable, caracterizado por el
aumento periódico de su caudal. El desierto se amplió, y pudimos observar
que, a lo largo de estos períodos, continúa la desintegración de las rocas y
del suelo, degeneración geológica con consecuencias mortales.
Asaltada por todos los costados, después de cinco a seis mil años, esta
civilización resplandeciente y de defensa a menudo victoriosa, la civilización
egipcia se desmoronó a lo largo de las numerosas invasiones de los pueblos
más variados. Después de las de los pueblos del Mar, de los hititas, de los
persas, las heridas inflingidas al genio ya eran incurables. El decaimiento se
acentuó con la ocupación macedónica, luego romana, y también, sin duda,
por el exceso de las riquezas del suelo y del clima, en la exultante
atmósfera del valle nilótico.
René Dussau pudo escribir en su obra maestra que “estos últimos, los
fenicios, se habían convertido en lo mejor de los historiadores de la
antigüedad".78
78
René Dussau. Las civilizaciones pre-helénicas en la cuenca del Mar Egeo, París,
1914, pág. 198.
68
Al inicio de su conquista, una mayoría de casi 300.000 individuos estaba
constituida por los coptos, antiguos terratenientes supervivientes de los
tiempos gloriosos, convertidos al cristianismo desde su aparición y que, en
general, han permanecido profundamente unido a él.
Los turcos, mucho más que los árabes, construyeron mezquitas y algunas
fortalezas. Se sirvieron para ello de las piedras talladas tomadas a los
innumerables monumentos faraónicos erigidos en la tierra conquistada.
Arrancaron a las pirámides sus enormes bloques de revestimiento, de lo que
muchos aún están dispersados a los pies de estas extrañas
construcciones81. Simples elementos del revestimiento de la Gran Obra,
estos bloques eran de granito rosa de Assuán, o azul de Wadi-halfa, o bien
de arenisca de Mokkatam.
Por ser nómadas, los árabes marcaron para la historia la huella de los
antiguos recorridos, cuando sus ancestros, yendo hacia otros países
opulentos, invadieron las islas atlánticas.
79
En 2.018 la población de Egipto superaba los 87 millones de habitantes. N. del T.
80
Como fieles de la Iglesia Ortodoxa, en Egipto hay más de 12.000.000. N. del T.
81
Hoy todos los guías que están en los alrededores de los monumentos egipcios,
afirman que son los romanos los que lo destruyeron todo, martilleando y
saqueando, ¿Los romanos? ¿Esos constructores? Fueron los árabes, que con el
saqueo han superado a todos los conquistadores.
82
Este templo se recuperó y en la actualidad se puede visitar.
83
De la misma forma se tallaron en las laderas volcánicas de las Canarias
profundas cuevas, unos guanartems antiguos. Los guanches inscribieron en la rocas
más duras unos símbolos rituales, grabados en las salas y en celdas de tal modo
que inspiran enseñanzas iniciáticas y el culto solar.
69
exigencias de los sentimientos, todos los valores que ya no existen en los
gobiernos basados sobre la soberanía de la masa. Para morir de igual
forma, volvamos pues a ese pasado que aún nos permite ser escrutado por
los deseos ardientes del hombre, de este homo sapiens que como cada uno
sabe, apenas empieza a pensar.
Después de realizar más de 500 km. en varias etapas en el Ayoun del Drâa,
Tortoz, Mouilah, y las incursiones en las tierras del norte y del sur, en los
alrededores de la pista, hicimos un descanso en Assa, donde nos esperaban
con una gran y reconfortante amabilidad, numerosos grabados rupestres
sobre las rocas que dominaban el pueblo en la linde del oasis.
Son efigies neolíticas como vemos en toda África septentrional, pero son
semejantes a las que hemos podido fotografiar en las Gran Canarias, en la
isla de la Palma, en el Hierro, en Tenerife, etc.
Aquí son, sobre todo, signos líbicos, recuerdo de las invasiones semíticas
correspondientes a cualquier período final del mesolítico europeo. ¿Qué
podemos deducir, sino la existencia de una vía de comunicación que iba
desde los Archipiélagos atlánticos hasta Egipto, cruzando lo que es hoy el
Sahara y algunos pequeños oasis?
Pero sigamos esta senda, desconocida por Herodoto, luego perdida para los
descendientes de África septentrional, después seguiremos la pista de los
grandes nómadas para señalar mejor esta unión intercontinental y la
homogeneidad de las razas y de las comunicaciones.
En la llanura, antiguo lecho del río, los cultivos indígenas han tomado
posesión del aluvión del suelo, último recurso agrícola de un país desolado.
Numerosas herramientas en piedra tallada, a lo largo del recorrido, muy
penoso, atestigua la presencia prehistórica de importantes poblados de
humanos, en un clima dicho lluvioso, favorable a este tipo de agrupaciones.
Los de aquí, de esta esquina del sur, han admitido mi pretensión de
descubrir las revelaciones históricas y han tenido, además, la gentileza de
interesarse por las piedras de cuarcita o de sílex del Bâni.
70
Los meharistas84 recogían ellos mismos todo tipo de piedras heteróclitas
para entregarlas por la noche a su examen por el jefe del puesto. La
acogida divertida de éste, hablaba de la fraternidad que unía a todos estos
hombres, y el clima espiritual de entendimiento para tales preocupaciones.
84
Soldado a caballo de las tropas coloniales africanas cuya montura es el meharí.
71
Dos caballos, dos hombres, uno de ellos a pie, armados de fusiles y de
boussaâdis (puñales) se adentraron en las pendientes pedregosas para
conseguir llegar, después de dos horas de cabalgata, a la caótica meseta
cubierta de losas grabadas.
Por fin el guía declaró que no quedaba nada por ver y se tumbó en el suelo
cerca de los caballos, paciente, resignado, dispuesto a esperar.
Salí en busca de otras huellas que tenía ante mis ojos, en la extremidad de
estos parajes apuntó por fin la silueta del Oryx, ese animal prehistórico de
la fauna sahariana que sobrevivió en Egipto y aún vive en algunos parques
zoológicos y en las reservas sudanesas. El friso del Louvre representando
un fellah sujetando a un oryx por una correa pasada por las fosas nasales
no está mejor representado.
Era una pequeña obra de arte grabada, tomada en directo por un maestro
artista, del animal en la época en la que éste vivía en la flora exuberante
norteafricana. El bello perfil, perdido en el caos, es impecable, con sus
proporciones expresa totalmente el mejor período del estilo paleolítico, que
casi siempre elimina la reproducción de las pezuñas para detenerse en las
características de la cabeza.
Este grabado está recostado sobre una roca pegada al suelo, a ello
probablemente se deba su conservación. Y aquí más adelante, en el dédalo
de los bloques desprendidos de la roca, con unas dimensiones más
reducidas y más finas que todo lo que hemos visto en este perímetro: una
ceremonia de encantamiento con bailes y gestos rituales.
Nuestro goumier, que volvimos a llamar, aceptó con buen talante levantar
la enorme piedra para que pudiésemos fotografiar esta representación
extrañamente mística, de una ideología de primitivos frente a las fases de la
sexualidad humana. La escena obvia no necesitó comentario alguno, y sólo
indicamos con atención una evocación semejante inscrita en las paredes de
una cámara real de Luxor; allí, el artista empleó su genialidad en reproducir
actitudes consagradas de siluetas divinas y faraónicas con posición ritual y
magnética de las manos. Vemos, además, a Toth-Hermes, dios del
conocimiento, e Isis, principio femenino; la ascensión de un adepto al
control de sí mismo, por el dominio de los instintos, maestría que conduce a
la realización de las facultades supremas.
72
el prodigioso filósofo permitió comprender mejor el alcance que tenían tales
conocimientos. Para imaginarse la potencia alcanzada por el hombre que
pudiera asimilarlos totalmente, basta, sin iniciación especial, considerar el
entrenamiento actual del Dalai Lama.
Las pendientes y múltiples barrancos del Djebel Bâni guardan una infinidad
de otros testimonios de una circulación densa y prolongada. La uniformidad
de los grabados, desde las Canarias hasta el oasis frente al Alto Egipto,
confirma la existencia de relaciones de gran influencia hasta después de la
época badariense86 demostrando por fin la existencia de la vía directa de
comunicación, tercera ruta de Herodoto: Archipiélagos atlánticos, Cabo
Juby, Norte del Hoggar, los cuatro oasis de Abydos.
Pero una vez superado, nos vimos en un valle abierto al oeste, bastante
amplio y sin final hacia el este, protegido de las aguas fluviales por la
85
Fabre d’Olivet, Versos Dorados de Pitágoras, con comentarios. La lengua
hebraíca restituída. Charcornac, Vol.I, II. París 1922.
86
Badariense es la denominación de una cultura del período neolítico que surge en
el Alto Egipto en torno a 4400 a.C., hasta 3800 a.C. y cuyo nombre se tomó de los
arcaicos asentamientos y necrópolis de El-Badari, en las inmediaciones de Asiut, en
la margen derecha del río Nilo.
73
cadena montañosa rectilínea, y del desierto por los meandros de rocas altas
de la Hamada.
Entre las dos barreras naturales, este tramo de la famosa pista siempre se
ha designado por el mismo nombre: Ruta de los grandes nómadas, y
siempre fue seguida por los saharianos, supervivientes de las razas
antiguas.
Mucho más lejos, esta pista está cruzada, de norte a sur, por una amplia
carretera de piedras, rectilínea en varios kilómetros, construida por el genio
francés, y que finalmente por unas curvas reviradas superpuestas a las
pendientes de la Hammada, con barrancos de cien metros, conduce a la
cúspide de la impresionante muralla que son estos acantilados.
87
Herodoto, libro III, XX.
74
prolongado tan lejos como nos fue posible el recorrido de nuestro camino
siguiendo ese eje N-E, S-O. Es ahí, al final, donde se erige el cabo Juby,
frente a las islas atlánticas canarias.
El punto más avanzado de Libia, ahí donde el sol se pone, el cabo con forma
de amplio triángulo obtuso, el ¡gran Soloéïs, en el eje de la gran ruta!
A lo largo de la pista, los vestigios son cada vez más escasos, rotos por los
progresos de la invasora aridez: oasis encogidos, grupos de míseros
nohalas, antiguas supervivencias que están llamadas a fosilizarse antes de
desaparecer como polvo esparcido, perdido en los rayos de un sol
devorador.
La pista vuelve a descender bordeando los Ergs, hacia el sur, hasta la actual
Reggane. Ahí encontramos un puro vestigio del arte egipcio, un
cynocephalus88 tallado finamente en marfil; todos sabíamos que la raza de
los babuinos tiene instintivamente el gusto de montar guardia cerca de los
grupos que forman un clan, viven por familias separadas. El padre en
primer lugar, luego todos los machos en edad adulta, aseguran una guardia
extremadamente efectiva alrederor de los lugares donde el grupo mora,
aunque sea por poco tiempo. Siempre hay unos babuinos montando
guardia, representados de forma más erguida, vigilando cerca de los
objetos de valor, en las puertas de las tumbas o sobre las preciosas
cerámicas, como las tapas de los vasos canopes.
88
Cynocephalus literalmente significa "cabeza de perro". Se aplica a varios
personajes mitológicos basados en seres reales, como Papio cynocephalus, babuino
sagrado de Egipto con la cara de perro. En la Iglesia ortodoxa oriental, algunos
iconos insinúan representaciones de San Cristóbal con cabeza de perro. Wikipedia
75
Este marfil tallado, tan cerca de Etiopía occidental, confirma a la vez el
clima tropical contemporáneo de las transacciones nilóticas en el país y la
influencia civilizadora de esta presencia egipcia.
89
Cf. Henri Lhote. Los Touaregs, Payot, París. 1994. F de Chasseloup-Laurat. Arte
rupestre en el Hoggar, Pío, 1935. Taymond Vaufrey, El arte rupestre norteafricano,
Archivos del Instituto de Paleontología Humana, pág. 128, n.º 20, París Masson Ed.
Y en la última expedición de Henri Lhote, las analogías que hemos señalado con los
confines sahariano atlánticos.
90
Ram vio lo que quedaba del Imperio Rojo, y lo describió bellamente en el noveno
Ha del Ramayana.
76
es el inicio de la nuestra, al menos en lo que se refiere a los territorios
actualmente existentes. Sin duda es más exacta, está mejor fundamentada
y será seguramente más indicadora para nuestros descendientes, la Historia
escrita (aunque sea desde la Revolución de 1789) por aquellos de nuestros
grandes hombres cuyas opiniones se dividen.
77
TERCERA PARTE
Primer Capítulo
I. Orígenes primordiales.
II. Posible cuna de los neandertales.
III. Hor-em-Akhet.
IV. Significado universal.
V. Problema egipcio preadámico.
VI. Lección de los hierofantes.
VII. Concepción egipcia del llamado hombre de neandertal.
78
I. Orígenes primordiales
Nadie antes que ellos fue más hostil a la licencia de los usos y costumbres.
Aparecen milenios atrás, armados de leyes morales estrictas, favorables al
bienestar de la persona humana y, sobre, todo al desarrollo de sus
facultades manuales, intelectuales, espirituales, según la tendencia de los
individuos. Se diría que estos antiguos fundadores de imperios habían
soñado con reconstruir un paraíso terrestre a las orillas del Nilo.
Parecía ser que estos Servidores de Horus hubiesen conocido los Hombres
derrotados, numerosos son los propósitos que lo atestiguan, así como por
otra parte, la más importante, la más arcaica de las obras extraídas de tales
enseñanzas: la Esfinge de Giza.
91
Bienheureux: Bien = bien; heureux = felices. Bienaventurados.
92
Libro de los Muertos, Cáp. CXXV “…de entrar en la sala de la Verdad y separar el
hombre de sus pecados, a fin que vea el rostro de los dioses” en el tribunal de
Osiris, bajo el gran juez Toth. El rey mismo, para acceder a sus moradas solares y
ser admitido entre el número de dioses, debía someterse a un juicio semejante al
que había tenido Horus para ser legitimado en Heliópolis y debía ser declarado justo
en sus actos, Et. Driotón, op, cit, pág. 100, Capítulo CLVIII: “Salir con la Verdad de
la Palabra” o “hacer la Palabra ser Verdad” era adquirir un atributo divino por su
única Palabra, semejante a la de Dios, que prevalece contra todo desorden. Y Cap.
CXXX: “Libro que hace vivir al alma para la eternidad”, después de innumerables
actos de depuración indicados en estos 130 capítulos y seguidos aún de
instrucciones hasta el capítulo 165.
79
Pitágoras, en sus Versos Dorados, transcritos por Lysis, inicia un homenaje
a lo que parece una jerarquía primordial,93 lo que implicaría necesariamente
la creencia en una entidad, completa en sí, auto reproductora ,libre ,ya que
fue animada por el “Pneuma” del Mundo, para espiritualizar su vida formal o
de arriesgar la oscuridad por la atracción de la materia sensible.
A pesar de todos los avatares (si no fuese por su ayuda) la Meta sería
moldear la materia hasta hacerla propia para manifestar a Dios, con la
eternidad frente a la obra por realizar. En la aurora de las edades, unas
alteraciones sucesivas habrían llevado a la reducción del ser: los actos en
contra de la naturaleza humana ocurrieron por atracción animal innata al
fondo de la estructura psicológica de los cuerpos vivos.
93
El Génesis, escrito por Moisés, no procede de otra forma, y el propio Moisés fue
instruido por los maestros egipcios, en su ciencia, en su lengua, hasta sus 40 años.
94
Musteriense: Moustier, situado en el valle de Vézère en Dordoña. Es una
industria lítica prehistórica del Paleolítico medio, en Europa, en Asia, y en África del
Norte, en períodos que varían según las regiones, con una extensión global de
300.000 a 38.000 años a.C. según algunos autores con variaciones importantes
entre ellos.
80
esos técnicos de los metales, cuyo arte en la forja aseguró la supremacía de
Egipto sobre los países africanos y asiáticos.
Estos datos antiguos no han sido rebatidosos por los trabajos modernos,
excavaciones relevaron una documentación diferente que podría suscitar un
cambio de orientación y permitir a un sabio afirmar que se ha dado un paso
que justifica la teoría de una evolución de los neandertales hacia los homo
sapiens, teoría que no admite ningún colega nilótico, y que ningún término
intermedio entre las especies, permite demostrar.
95
Champollion-Figeac, cf. L’Egypte. Pág. 33, añadiendo occidental, después de
Etiopía. J. Capart. Histoire ancienne de l’Egypte de Pharaons, pág. 52.
81
II. Posible cuna de los neandertales
Aunque este libro no sea lugar para tratar esta cuestión, me permitiré
atraer la atención simplemente sobre el hecho siguiente: Los individuos de
este tipo, son poco numerosos y sólo en esas regiones alejadas de las de
los homo sapiens de cromañón.
96
Este terreno está lejos de ser un refugio más o menos habitable, está tan poco
encajado que para señalizar el emplazamiento del descubrimiento, sólo se pudo
grabar algunas palabras en una gran roca transportada hasta el arcén de la
carretera, frente al río que fluye del otro lado.
82
Evidentemente, no tenía nada de humano ese trozo de cráneo de
chimpancé, nada de la mezcla en su pequeño sombrero cerebral, único e
ínfimo vestigio de su individuo. Fueron, más adelante, los que nombramos
los hombres híbridos los verdaderos hombres, pero privados de su especie,
que, ofreciendo unos esqueletos con características pithecoides97 que
inspiran, si me atrevo a decirlo, al acercamiento y el nombre entre Homo y
Simiens.
…"ello está de acuerdo con lo que nos enseña la paleontología sobre otros
grupos de mamíferos, pero con el descubrimiento de Mauer, que nos puso
en presencia de una morfología dental absolutamente humana y asociada a
una mandíbula muy diferente de las demás mandíbulas humanas conocidas.
97
Que hace pensar en un mono.
98
Esta efigie fantasiosa ha sido ataviada, entre otros, con largos y gruesos brazos
que descendían hasta las rodillas…. Sin embargo, nunca hemos encontrado entre
cubitus, radius y humerus fósiles humanos, ningún miembro de tales dimensiones,
ni de neandertal.
99
Boule y Vallois, op. Cit. p-201, 3ª edición.
100
Por ello existen el Sinanthrope de Chou-Kou-tien, el Australopiteco, el Hombre
de Rabat, sin hablar de los Africanthropes de era reciente cuyos cráneos de
Brooken Hill y Boskop, no fosilizados, son dos especímenes a meditar. En cuanto al
Pithécanthropus-Erectus de Java (en Trinil) le ocurrió lo mismo que al Homo, de
Piltdown, en el primer caso, había dos individuos presentes (y sin duda luchando);
un gran chimpancé y un Homo; en el segundo caso estábamos, simplemente, en
posesión de uno falso.
83
La dentición del Hombre de neandertal es también claramente humana, las
pocas características secundarias más específicas que posee son de una
naturaleza primitiva, pero no tendrían valor específico alguno"...
84
El secreto de las atroces inconsecuencias de algunos hombres, era conocido
por todos los primeros hierofantes; habría inspirado la escultura de la forma
de esfinge que insufló un terror sin igual en toda la antigüedad.
III. Hor-Em-Akhet
Pero las islas no eran un valle de paso, eran muy poco accesibles a la
infiltración desde que el fuego, las aguas y la lava las habían privado de sus
riquezas. ¿Qué no hubiera quedado de esta raza primitiva homogénea, si el
centro mismo del gran país, con la mayoría de sus invasores, no se hubiera
hundido de modo sísmico a 4.000 metros de profundidad, desmotivando
cualquier empresa de búsqueda?… ¿qué no nos entregarían sobre la
presencia humana? Los territorios que aún permanecen, si las lenguas de
lava de cien erupciones infernales no las hubieran rodeado por todas partes,
salvo excepción de alguna orilla oceánica, testigo discreto pero tenaz de su
emergencia terciaria en una delgada porción del suelo del mioceno.
85
primer país. En su nombre fue tallado, en la misma colina, el emblema de
las calamidades que se habían abatido sobre su patria.
En ningún otro lugar las manos tienen un papel tan preponderante como en
Egipto. Ni un solo representante del arte egipcio hubiera aceptado utilizar
tales medios de expresión para honrar a los suyos. Jamás ninguno pudo
soñar en reducir de tal forma la silueta de su Divino jefe. Para representar
su valor y todas las virtudes que se le atribuían, los textos eran más
explícitos que los acertijos (jeroglíficos); pero bien, un león de pie junto al
soberano hubiera sido mejor asociado al valor del Rey de los animales, al
del faraón.
Además, al mismo tiempo que se apoya esta idea de una figura real,
diferentes autores recuerdan que la esfinge era una personalidad del culto
solar, honrado en el tiempo de la IV dinastía. Ello no implica que la
101
Los primeros colonizadores del valle del Nilo.
102
El cabo Soloéis está denominado por Hannon y otros griegos como Promontorio
de Poseidón. Se sitúa en el archipiélago Canario “en la extremidad de la Libia, ahí
donde el sol se pone”. Homero, en la Odisea.
103
Flinders Petrie, Ghizeh and Rifeh.
86
realización de esta obra date de esta época, aún más cuando las mastabas
de la primera dinastía, como ya hemos señalado, hacían de la planicie de
Giza, desde los predinásticos, un lugar funerario y sagrado.104
Sólo fue en la época del renacimiento de Egipto cuando hemos tenido una
nueva certeza: la de un culto hacia este emblema, sólo a él, y de ninguna
forma a la persona del faraón de la IV dinastía. En ningún lugar se hace
mención a tal pertenencia. Se considera la esfinge como el dios de los
muertos.
104
Hemos debido suponer para la duración de los tiempos predinásticos relatados
en las Crónicas de las Dinastías Divinas, “cuatro períodos, de los que los dos
primeros fueron muy largos”. Drioton y Vandier, L’Egypte. Pág. 161. Estos autores
precisan: “Los historiadores están generalmente de acuerdo para situar a Mîn
(primer rey mortal), o a Menes entre 3.300 y 3.100, al igual que 3.200 a.C. es
comúnmente adoptada como fecha media.” Op. Cit. p. 162.
105
Textos de las Pirámides, línea 2082. Esto representa más un nombre de lugar.
En la leyenda, “Routa” era el nombre de la mayor de las dos islas de la Atlántida,
con la ciudad de Poseidón, como capital.
87
del rey, de la reina o de algunos personajes importantes; pero más a
menudo son retratos de Demonios, incluso de la muerte misma.106
No describiré algunas esfinges del tiempo de los hicsos, a pesar de que ello
no le guste a Selim-Hassan que la valora mucho más que las obras
faraónicas; no es más que una monstruosa caricatura, desproporcionada
tanto en el cuerpo como en su rostro bestial. La reproducción más horrible
es esta obra de los hicsos: un cuerpo menudo de animal deforme,
soportando una enorme cabeza humana con rictus diabólico. Ya no estamos
en tierra de Egipto, sino en el fango de Tiro, de Sidón o de Babilonia…
106
Echler, Thebanische Sphinx, Jaresheft des Oesterreichen Aerchaeologischen
Institut, in Wien, Vol. XXX, pág. 75-110. cf. Jeb. Weilker, Futwangler. Comparten la
misma opinión.
107
Aportan algunas veces dudas, a pesar de que la clasifican como de las más
antiguas producciones. Flinders-Petrie, en History of Egypt, 1923, pág. 68.
Maspero, El fin de una civilización, pág. 247. Brugsch, Recueil des Travaux, vol. XX.
Pág. 2-10. Budge, The Mummy. Pág. 32. Las opiniones fueron muy influenciadas
por la inscripción de la estela descubierta por Mariette, llena de alusiones a la
montaña de Occidente, etc.
88
ser una alusión al andrógino, el que, según las escrituras, sugiere a dios
que: “no es bueno para el Hombre estar a solas con él mismo108…”.
Y para que esta soledad haya sido probada como “no buena”, ha sido
necesario que una experiencia más o menos larga haya sido realizada y que
su malignidad haya sido demostrada….
108
Génesis, II. 18.
109
Cf. Poimandres, Tratado, I, 12-16.
110
Génesis, II, 18,23: El eterno Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo;
le daré una ayuda semejante a él”. El Eterno Dios formó de la tierra todos los
animales de los campos y todos los pájaros del cielo, y los hizo venir hacia el
hombre para ver cómo los llamaría… pero para el hombre no encontró ayuda
semejante a él.
Y sin duda ello no fue mejor con nuestro andrógino, porque solamente entonces, El
Eterno Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió; tomó
una de sus costillas y reformó la carne: “El Eterno Dios formó una mujer de la
costilla que había cogido del hombre, etc.”
¿La mujer sacada del Hombre?... era evidentemente un tipo nuevo de
reproducción, una verdadera partogénesis, marcando, si le damos crédito, el inicio
que caracteriza la raza actual de los hombres. No fue un gran progreso, ya que fue
necesario, para no destruirlos, expulsar del Edén estos nuevos sujetos.
89
Nadie hasta ahora, se ha comprometido en entrever una solución a estos
enigmas bajo tal dimensión. Será por ello que nadie jamás ha podido
explicar teniendo en cuenta a la vez la colosal realización, de la atrofia
humana y animal, y el carácter cruel y desesperado del misterio que lo
rodea.
Si los faraones y los colegas del Nuevo Impero no dijeron nada es que
conocían el peligroso alcance, y eran temerosos de tal divulgación. La
sabiduría egipcia prohibía la profanación del conocimiento. Sus
representantes desde los Shemsou-Hor, decidieron no dar a las masas
incultas más que el temor saludable del peligro demoníaco. Lo importante
es que ningún bajorelieve, papiros, o texto alguno; ningún rito funerario o
social, asimila la cara de la esfinge de Giza a la de un faraón.
90
Hermeticum bastante alterado por los copistas alejandrinos y sus sucesivos
intérpretes.
Han permanecido, sin embargo, muy bellas sobre una base de las
irrefutables enseñanzas egipcias,111 desde la era del predinástico, las
paletas que han representado la silueta de la esfinge, ello bastaría para
indicar el lejano origen que debemos atribuirle112. ¿Quizás hay salido el
símbolo del primer país? En cualquier caso, fue introducido por los primeros
Instructores, los Shemsu Hor, que rodearon este inicio y este significado del
misterio más implacable, y seguramente no lo hubiesen hecho de no ser por
un motivo igualmente implacable.
Frente a esta fatalidad, un culto fue instituido, fue sobre todo funerario:
Hor-em-Akhet fue principalmente el dios de los muertos. El-pecado-del-
primer-hombre tuvo por consecuencia la necesidad de la muerte; en efecto,
estaba indicado que la efigie simbólica tomase, en el panteón de las
divinidades egipcias que llevan hasta la Luz-suprema, el rango del dios de
las tinieblas y de la muerte.
111
Existen varios documentos sobre la cuestión, entre otros: Texto establecido por
A.-D. Nock, traducido por A.-J. Festugieres, París, 1945 L. Ménard, Hermes
Trismegisto, en el estudio sobre el Origen de los libros herméticos, París, 1910, p.
VI.
112
Algunas de estas paletas están en el British Museum. J. Morgan describió una en
Recherches sur l’origine de l’Egypte, vol II.
113
Sethe, Urgeschichte und alteste Religion der Egypter. P-191.
91
Las primeras excavaciones profundas solo se fechan en Tutmosis IV. Este
faraón hizo desenterrar la estatua y entonces se constató que sus miembros
inferiores habían sido restaurados desde las primeras dinastías.
92
religión egipcia por Maspero, Moret, Gerbaud, Virey), que tales
explicaciones de este orden están hoy abandonadas?114
La esfinge de Giza es, pues, una obra única por su concepto, su forma, su
técnica; obra única en el mundo ya que único es su significado.115 Cargada
de los pensamientos de los que dirigieron su realización, expresa bien lo
que sus radiaciones emitieron a su alrededor en toda la antigüedad: la
angustia, el espanto, la fatalidad, la decadencia, la sumisión inevitable a las
consecuencias de los actos. Más que un rey, ella fue para los sabios
egipcios, la evocación de un avatar terrible de los inicios de nuestra
humanidad.
El Homo neandertal de los eyzies es aún más bestia con su cabeza que con
sus miembros. Pero no es un simiens, y en lugar de inspirarse el hombre de
la Chapelle-aux-Saints, se ha falsificado sus miembros: no va hacia el
humano sino que cae de él; ha perdido su rostro. Mientras que éste se nos
ofrece como un ancestro, la esfinge de Giza siempre representó en el
pensamiento de las sucesivas generaciones, una evocación infernal.
En todos los tiempos, los grandes egipcios prohibieron a sus sujetos, bajo
pena de muerte, comprender más allá del valor nefasto y lo que se debía
evitar bajo condena de miseria sobrehumana.
114
Et. Drioton y Vandier, op. Cit. p-127, en las notas bibliográficas.
115
¿Qué pensará nuestra posteridad dentro de cinco o seis mil años frente a la
reconstitución fantástica del Hombre de Neandertal? Eregido como soberano en la
plataforma del museo de Eyzies, dominando el valle de Vézère, ahí mismo donde
fue descubierto el gran abuelo de cromañón, y en una capa geológica idéntica.
93
La fatalidad, en caso de transgresión a la ley del equilibrio de las especies,
fue representada por Hor-em-Akhet, del horizonte de Horus, desde donde
vino Horus vengador de Osiris y del país perdido.
94
TERCERA PARTE
Segundo Capítulo
95
I. Estado comparado de la población nilótica
Este país fértil, cuya puesta en valor es cómoda y cuyos habitantes deben
en parte su facilidad a la dulzura del clima, este valle del Nilo conoció en
todos los tiempos las invasiones. Dominadas con más o menos eficacia, los
faraones pudieron conservar la autonomía de su territorio durante
numerosos milenios: su reinados trajeron y mantuvieron la tranquilidad, la
abundancia, el desarrollo de un pueblo laborioso e inteligente. Para su
seguridad, frente al serio peligro, juntos rechazaban a los invasores más
allá de las fronteras del Sinaí. No había nada inestable, odioso o confuso en
el corazón de los antiguos egipcios.
Una imaginería importante grabada o pintada, definió con fidelidad las razas
de los diferentes antagonistas, sus costumbres regionales, la naturaleza de
sus armas, su tipo étnico. Todo ello, con más exactitud que cualquier
trascripción de historiador, sobre todo en aquellos tiempos.
La invasión más nefasta, unos 5 a 6.000 años después de las que marcaron
el final del magnífico primer país, fue del mismo tipo que la de los beduinos
de Palestina, entre la XV y la XVII dinastía. Se infiltró, por así decirlo, a
espaldas del poder demasiado confiado que, por supuesto, se había
relajado.
Los pastores semitas tardaron mucho en ponerse a nivel para llegar a los
puestos de mando. Pero la ambición, la astucia, la lucha enmascarada e
inflexible, en una palabra la perseverancia que desarrollaron para la toma
del poder y de sus riquezas, probarían que ya se trataba de elementos
semitas hebraicos, porque los hijos de Ismael eran menos diestros en el
cometido, menos sutiles, menos aptos también para asimilar los
conocimientos y las costumbres exteriores de los pueblos de diferentes
civilizaciones.
96
Se nombró a estos invasores los hicsos debido a un impropio eufemismo,
esta palabra se traduce generalmente por reyes pastores. Pero De Rougé
estableció el significado lingüístico exacto en su Memoria sobre el origen
egipcio del alfabeto fenicio. El autor analiza de esta forma, esta
denominación:
116
Em. De Rougé. Mémoire sur l’origine égipcienne de l’Alphabet phénicien, Imp-
Nat., París, 1874, pág. 105-106.
97
consiguieron conquistarlo a fuerza de invadirlo, y, expulsados, volvieron a
hacerse humildes, incapaces de provocar ellos mismos un impulso
civilizador más allá, dentro de sus propias fronteras.
Los romanos también tenían mucho por aprender, tanto desde el punto de
vista científico, artístico y religioso como en el punto de vista moral, ellos lo
sabían y no intentaban aplastar, ya que, como en tiempo de la dominación
macedonia, los romanos, como los alumnos que fluían en los colegios
saitas, fueron ante todo aspirantes a los múltiples conocimientos que la
fama atribuía a los egipcios.
El principal refugio donde vivieron María y su Hijo está hoy en el viejo Cairo,
la iglesia la más antigua del mundo cristiano es el santuario de Abou-Sarga,
construido más tarde encima de la cripta (no nos atrevemos a escribir del
panteón) donde se refugiaron, dejada tal cual estaba hace 2.000 años.
98
Este lugar está extraordinariamente inviolado, inmóvil y sin embargo vivo,
parece aún más expresivo, a pesar de su desnudez, que las cuevas
prehistóricas que las masas visitan por curiosidad, sin captar el soplo de
adoración y de creencia en una presencia mayor que la nuestra.
En este barrio del viejo Cairo existen varios edificios arcaicos mantenidos
con una fe tan conmovedora como ejemplar. Esta piedad no siempre se
ejercitó en la paz y la libertad… las infiltraciones árabes que se sucedieron
ahí a lo largo de los siglos, conocieron un empuje febril con la aparición del
profeta Mahoma.
Por otra parte, Sido Okba, uno de los jefes célebres de África del norte, y
sus escasas tropas devastaron Numidia, el Tell y las altas mesetas del Atlas.
Añadiendo a la acción de las armas, la llamada práctica de tierra quemada.
De esta manera convirtieron a los bereberes, los de Mauritania. No
pudiendo ir más allá de las costas oceánicas del Maghreb, Sido Okba dirigió
su caballo algunas zancadas en las aguas para “delimitar el fin de la tierra,
de su entera posesión por los Árabes y la sumisión de todos al verdadero
Dios”.
Ya que fue a los turcos a los que Francia conquistó África del norte y no a lo
árabes, hacía tiempo que estos conquistadores estuvieron vencidos,
subyugados y sometidos a los Otomanos.
99
para ser reducidas a la esclavitud. Los árabes, desde hacía ya más de 400
años, estaban reducidos a la nada.
No debo recordar aquí la magnífica obra realizada en este país por Francia;
ninguna otra obra colonial fue tan humana y no puede serle comparada.
Todos los autores, incluso musulmanes, que abundantemente escribieron la
Historia de esta conquista del colonialismo mahometano (que nunca fue de
la colonización) lo expusieron con una elocuente unidad: la documentación
local sólo puede realzar la excepcional obra civilizadora de la colonización
francesa.117
117
Fiel reflejo del pensamiento de la época. N. del T.
100
de invasiones; los más puros poseedores de la raza, muy disminuidos
después de la XXV dinastía sobrevivieron a tantas invasiones y mestizajes.
V. Técnica faraónica
118
Es a Moisés, que asesinó uno de sus numerosos benefactores egipcios, al que
debemos, sin embargo, la conservación del antiguo lenguaje nilótico en el que fue
el criado e instruido. Es en esa lengua perdida (ya que los jeroglíficos no nos
permiten restituir los sonidos) que este legislador de los hebreos escribió, habló y
transmitió su mensaje para la posteridad, más aún que para el pueblo judío que no
lo comprendía. (Cf. Fabre d’Olivet. Disertación en la Langue hébraique restituée,
XXVII, t.I.)
119
Et. Drioton y Vandier, op. Cit. pág. 168-169.
101
Otro fenómeno intriga al buscador, el de la técnica de los grabados:
inscripciones jeroglíficas grabadas sobre interminables paredes de templos y
de tumbas, o sobre edificios especiales como los que albergaban los “Textos
de las pirámides”. También está esta famosa “Piedra de Palermo” que
contiene las listas cronológicas de las dinastías divinas del Bajo y Alto
Egipto.
Por otra parte ¿qué instrumentos poseían entre sus manos expertas? ¿De
qué material estaban hechas estas herramientas? Nada ha sido hallado, y
sin embargo el museo Mariette, en el Cairo, alberga miles de objetos
llegados de yacimientos diferentes, sin nombrar los demás museos del
mundo entero. Enumeraremos algunas series de estas maravillas locales, y
nos forzamos a ello con el propósito de dar una evocación real de la
extensión y de las extraordinarias reliquias legadas por este pueblo de
impresionante origen.
Entre los objetos los más expresivos, nombremos las ostracas y sobre todo
la placa del rey Escorpión, con su paleta votiva encontrada en
Hierakómpolis: se trata de todo un capítulo de historia pre-tinita.
120
El pórfido es un tipo de roca ígnea. Su nombre se deriva del latín y el griego
antiguo πορφύρα, que significan 'púrpura', debido a su color. El pórfido ha sido
utilizado en la construcción desde la antigüedad por su dureza y aspecto
decorativo. Wikipedia. N del T.
121
La esteatita es una roca muy suave, compuesta principalmente de talco. N del T.
122
f. MINERAL. Carbonato de magnesio, llamado también magnesita. N del T.
123
P. Montet, Khémi, I,II,III,IV,V,VI, 1926. Id. Fouilles à Tanis. ET: Nouvelles
fouilles à Tanis, París. 1936.
También se llaman oushebti las pequeñas efigies magnéticas protectores de las
tumbas.
102
Aparte del sílex paleolítico, ninguna herramienta de dicha época dinástica
puede explicar tales obras de arte, ni siquiera entre los que se encuentran
datados en los inicios del reinado de Menes, llamado el primer rey humano.
Pero ¿fue realmente el primero, o el sucesor del rey Aha, o bien Narmer? o
incluso él mismo bajo esos tres nombres; por extensión podría ser que su
reinado fuera asimilado a unos períodos de desarrollo técnico. Esos nombres
también hubieran podido ser el calificativo de un pabellón real; o de forma
más precisa, el kiosko donde se desarrollaban las ceremonias de la
festividad del Sed.124
124
Et. Drioton, op. cit. pág. 162-163.
125
Et. Drioton, op. cit. pág. 25. Brunton, The beginnings of Egyptian civil.
Antiquity, vol.III. pág. 458-467. 1929.
126
Morgan, Préhistoire Orientale, vol II, chap. VI, pág. 248.
103
En fin, un problema entre mucho más: ¿Cómo se realizaron los grabados
geométricos en las rocas las más duras, sin dejar huella de pulido ni de
instrumento cortante, y sin la sombra de una duda?
Y esto es, sin embargo, lo que todos los edificios nos ofrecen. Las obras
más diversas presentan unos ángulos rectos de "vuelta de pared" formados
por un único bloque tallado en diferentes lugares, como por azar, de dicha
pared,127 a menudo en cualquier lugar, unas finas colas de golondrina,
múltiples o aisladas, afectan las posiciones que no las necesitan, y algunas
son repetidas en cualquier longitud.
Los bloques ciclópeos de los altos muros de Karnak, por ejemplo, más
fácilmente verificable, el obelisco de Hatsepsout, muestran en el filo de sus
aristas a primera vista, medio centímetro de anchura mateado, siendo el
resto de la superficie brillante de tal elegancia, regularidad y diferenciación
de matiz sobre el mismo material que sigue siendo un enigma.
127
En el templo de Karnak y el de Kom-Ombo, entre otros, atestiguan la perfección
arquitectónica y del valor filosófico de la Piedra Angular.
104
El uso de ciertos poderes de la naturaleza, y de alcance hoy desconocidos,
ya fue atribuía a los druidas celtas, a los constructores de los dólmenes,
sobre todo en África del norte son de talla colosal erigidos en pendientes de
45º desde hace más de 3.000 años.128
128
Época del capsien o neolítico africano. Cf. también Weissen, L'âme archaïque de
l'Afrique du Nord. Nouvelles Editions latines.
105
TERCERA PARTE
Tercer Capítulo
106
I. Introducción al mensaje de las efigies
Los célebres templos del valle ya no necesitan ser descritos, y sería bueno
que fuesen mejor interpretados para el gran público. Este público de
turistas, simpático por el mero interés que demuestran en estas
inaccesibles bellezas, en general debe contentarse con una mediocre
documentación de los guías locales. Muchos visitantes han leído libros
antes de aventurarse en el Alto Egipto, otros hacen el recorrido
desgraciadamente con demasiada prisa, a pesar de llevar en la mano un
ejemplar del "Guide-bleu" que sólo sirve para dispersar la atención visual.
Entonces deberíamos aplicar todo el placer del que se dispone para mirar,
únicamente con todas las fuerzas, con toda la voluntad de comprender;
ya que se trata de traducir, frente a las pendientes murales decoradas de
inscripciones y de imágenes, el significado de los emblemas, de los gestos
sagrados, de las actitudes convencionales, de los intereses extrañamente
agenciados en contradicciones y en perspectivas tan armoniosas como
inesperadas.
107
llevado hacia la esencia de las fuerzas constituyentes y equilibradoras del
universo, accesible únicamente a los capacitados que constituían
esencialmente el espíritu humano.
129
Cf. Texto Pyr. 285; id. 1026, 1027, Papyrus Harris: 1, 44, 7, etc.
130
Natura non facit saltus (del latín: «la naturaleza no procede por saltos») es un
principio que expresa la idea de que la naturaleza varía de manera continua y no de
manera abrupta. El principio aparece en mecánica clásica, biología evolutiva y
economía entre otras disciplinas. Al parecer la idea ha sido aplicada en diferentes
circunstancias por numerosos científicos y pensadores desde que Aristóteles
formulara la idea de manera aproximada. N del T.
108
hubieran sido los inventores de la escritura, cuando las mismas fuentes de
su cultura surgieron de los colegas egipcios y los signos gráficos de su
disciplina.131
Para terminar y por encima de todo, las estatuas o grabados, (que expresan
mejor los caracteres divinos que las manifestaciones humanas), nos
deslumbran en cuanto a su realizaciones, sin que podamos representarnos
la idea que simbolizaban, la amplitud de los conceptos que contienen.
Erman, que ridiculiza las costumbres de los egipcios más a menudo que las
vanagloria, escribió sin embargo ..."es ahí lo que forma un Estado civilizado,
de hecho, tan lejos como se remonta en el tiempo, los egipcios aparecen
como un pueblo viviendo en unas relaciones sociales donde reina el
orden"132... y un poco más adelante, ..."los apacibles habitantes del valle
131
E. De Rougé, op. cit. pág. 102-108.
132
H.Erman, La rel. egyp. pág. 189. Trad. Payot, París. 1937.
109
del Nilo no sienten más que desprecio por las guerras y los combates en los
que se complacen la fantasía de otros pueblos"133...
133
Estamos lejos de las pasiones sanguinarias, y otras, de los dioses fenicios, del
cruel Baal, del insaciable devorador Moloch. Estos dioses que dejaron huellas en las
tierras egipcias, fueron dioses semíticos que fueron introducidos por los Hicsos, y
adorados únicamente por ellos, que eran coléricos y vengativos de Jahveh.
134
Posiblemente la autora se refiera al faldellín. N. del T.
110
conservó, desde siglos tan lejanos, unos vestigios de arte de tal riqueza.
Seguimos asombrados, confundidos, frente a esta perfección.
111
No encontramos en ningún lugar la conexión inicial ni la causa de este
desarrollo. En algunos lugares prehistóricos, como Tasa, de Helouan,135 en
el Bajo Egipto, de Merinde-Beni-Salamé (este último con habitaciones doce
veces milenarias, excavadas por Junker, y el joven arqueólogo Cotevielle-
Giraudet); en estos lugares dichas excavaciones indicaron algunas fechas
cercanas al doceavo milenio.
En este período, los sílex finamente tallados conviven con los utensilios de
cuero.
Los autores deben pues acordar que: "es más conocida la civilización
eneolítica del Alto Egipto. Se inicia por el Badariense, que sucede
directamente al Tasiense, -siendo Badari, como Tasa, un yacimiento
descubierto por la escuela arqueológica inglesa en la región de Assiout-, y
abre aproximadamente el tiempo entre las fechas de sucesión 20 a 29,138
Testimonios de la cultura de badariense han sido extraídos hasta en Nubia".
135
12.000 años, por lo menos. Et. Drioton, Vandier, op. cit. pág. 25.
136
F. Debono, Le Paléolithique final et le Mésolithique in Ann. du Serv. des
Antiquités de l'Egypte. 1948, vol. XLVIII et id. Expéd. archéol. Royale au Désert
oriental, in. id, XLI. 1951.
137
La Edad del Cobre, también llamada Calcolítico o Eneolítico, es un período de la
prehistoria ubicado entre el Neolítico y la Edad del Bronce. Wikipedia.
138
Recordemos que estas fechas de sucesión han sido establecidas por sir Flinders-
Pétrie, por medio de observaciones realizadas en la tumbas eneolíticas bien
conservadas, con todo el material intacto, y que además escalonó los diferentes
tipos de cerámica en unas categorías, del 1 al 80. Este número corresponde al inicio
de la Historia. Los objetos conocidos empezaron en el número 60.
112
pequeños cofres, piezas de vajilla, etc. Luego apareció la cerámica
decorada, que aquí no da sus primeros pasos, ya que no estaría decorada
con tal perfección.
Nada fue más tenaz ni más preciado para el corazón humano que sus ritos
funerarios; los de los archipiélagos sobrevivieron allí hasta nuestra época.
Mientras que en Egipto la misma costumbre, visiblemente importada, se
disipó con las nuevas generaciones, étnicamente diversificadas.
Una industria, quizás más desarrollada de lo que sugieren los vestigios que
llegaron hasta nosotros, floreció en los tiempos de los portadores de esta
civilización, se perpetuó, reduciéndose hasta el predinástico, donde
sobrevivió sobre todo en la construcción de sarcófagos, es decir, mora en lo
que ese tiene como más sagrado de las costumbres.
Todo esto nos lleva a examinar de más cerca, aunque de forma breve, una
de las más curiosas y antiguas manifestaciones de la civilización del valle
del Nilo.
139
Nombre derivado del lugar nilótico donde fueron descubiertos sus vestigios.
113
predinásticos: Toukh, Ballas, Naggada. Fue como un último eslabón entre
los países recorridos a través de toda África septentrional y el nuevo país.
Intentaremos demostrarlo.
Pero entre esos incontestables documentos, hay datos que a la vez que
suscitan revuelos en las opiniones oficiales, hubieran debido aclararlos más,
ya que las anotaciones modernas sobre la vida social, religiosa, política
traducida por estos documentos indican otras conclusiones que las que
hemos deducido.
Sobre este tema leemos en el libro: "L'Egypte": "Ellas son pues (las
costumbres), el testimonio transmitido por la tradición oral y, a
continuación por la escritura, de hechos o de pensamientos de una época
anterior, es decir, indudablemente, de la época eneolítica".140
¿Qué decir si no que todo ello fue elaborado en otro lugar y que ese hogar
debe ser buscado sin idea preconcebida, siempre hipotéticamente asiático,
o bien limitado en cualquier aspecto?
140
Et. Drioton, Vandier, op. cit. pág. 34.
141
J. Morgan, Préhistoire orientale, vol. II, pág 248.
142
J. Morgan, Préhistoire orientale, vol. II, pág 251.
114
de unos diez a doce mil años, de un hogar de civilización muy lejana,
desaparecida sin duda, y en parte borrada evidentemente.
Está demostrado que la tierra vivía en una escala de tiempo mucho más
lento que el nuestro. También queda demostrado que no podemos recoger
en nuestro tiempo de hombre, ni incluso en varias generaciones nuestras,
algunas características dejadas por la presencia de la especie.
Por fin, en todas estas islas, vemos vistosos balcones, rampas de escaleras,
suelos, techos, etc., de madera tallada.
115
La opinión que, expresada a continuación de este texto, desea localizar el
origen en el Bajo Egipto, aparece contraria a sus propios términos, a la
topografía de los lugares, a su población: comparando el sur a un desierto
que lo aislaba del resto del mundo, el autor califica al mismo tiempo ese
desierto de: "Lugar de fieras y de jabalíes, dedicados a las necesidades de
las tradiciones y de la caza".
Este tiempo es, en efecto, muy antiguo, ya que opone Horus a Seth. Se
trataría pues del conflicto inicial que hizo de Set el vencedordor de Osiris.
Después de ello, Horus fue designado como "vengador de su padre", lo que
fue en "esa noche del Juicio de los que ya no están".143
La lucha prosigue desde los primeros años del más remoto predinástico. Ella
acaba con la victoria de Horus, y es la primera reunificación del Alto y Bajo
Egipto, que por conjetura y de forma totalmente esquemática podemos
intentar reconstituir la historia de la época eneolítica.
143
Livre des Morts, chap. XXIX, 1,8,9.
144
Como residuos o rescatados de los invasores periódicos, en los archipiélagos.
116
1º. La existencia inmediatamente anterior a la historia de los reinados
cuyos monarcas eran igualmente los representantes de Horus, hijo de
Osiris, uno reinaba en El-Kab y el otro en Bouto.
2º. La existencia del sur en la época más remota de un reino bajo el
patrocinio del dios Set.
3º. La formación en un momento dado, en el Delta, de una reagrupación de
los nomos de occidente, frente a un grupo de nomos de oriente.
Ello confirma una nueva infiltración en Egipto por la vía de acceso sur, cuya
importancia está reconocida por todos los investigadores de documentos, y
que estas inscripciones hayan sido trazadas sobre las murallas rodeando el
tiempo de Karnak, en la maravillosa sala escrita de Unas, o sobre todo en la
piedra de Palermo.146
Al fin demuestran que fue para echar a Seth de este refugio, en pleno valle
del Nilo, por lo que se hizo una penetración al sur por la influencia del norte,
sin duda acompañado por un tipo de colonización bastante fuerte para
implantar los dioses del Delta junto, o mejor, en lugar de los dioses propios,
al Alto Egipto.
Esta conquista del sur por el norte hubiera tenido lugar, según A. Moret, en
la fecha de la sucesión 40. El egiptólogo alemán Sethe informa que hubiera
ocurrido bajo la hegemonía de Heliópolis y coincidiría con la institución del
calendario solar, lo que nos daría la fecha de 4.245 a.C.147, es decir
exactamente en el corazón del período eneolítico. Esta fue la victoria de
occidente sobre oriente, de Horus (retoño rojo occidental), sobre Seth (dios
lunar, semítico, asiático), sea cual fuere la posición de salida de los dos
antagonistas.
Para poner fin a estas evocaciones que los descubrimientos en tierra egipcia
hacen inagotables, no citaremos más que los trabajos de organización
hidráulica, que remontan también a este mismo período.
145
Los anales están conservados en el museo del Cairo y llevan los nombres de los
siete reyes "horus" (HORIANOS o HORIES. La población palestina más
antigua, según los israelitas. Vivieron antes de los edomitas, del país de
Seir o Edom) que llevaron el "pshent" o corona del Doble país; otros tres nombres
han sido borrados. Según Breasted, esta unidad del doble país puede situarse en
4.236 a.C.
146
Los últimos fragmentos descubiertos de la piedra de Palermo, confirman la
primitiva unificación del Doble-país, y su exactitud cronológica, en este sentido, de
la "cronología sacerdotal, citada por Manetón".
147
Et. Drioton y Vandier, op. cit. pág. 47. Se debe hacer observar que los trabajos
de la misión inglesa en Badari, por su descubrimiento personal, situaron claramente
esta civilización predinástica en el inicio y no al final del neolítico local, es decir,
según el cuadro mismo de Boule y Vallois, en los Hombres fósiles, pág. 349; de 7 a
8.000 años antes de Cristo.
117
De esta forma, el desbrozamiento y la puesta en valor del valle del Nilo, que
se inició en la época neolítica, se remontaría, según nuestras deducciones,
al tiempo de una primera colonización por la influencia occidental atlántica,
ya que hemos visto en los archipiélagos, al grado de dificultad, de
importancia y de necesitad vital que se considera actualmente, el problema
de abastecimiento de agua, y la ciencia con la que estos problemas se
resolvieron desde la antigüedad en el valle del Nilo.
Esta gigantesca empresa, que conquistó la tierra de Egipto sobre las fuerzas
devastadoras de la naturaleza, las disciplinó y las usó para servir la
industria agrícola del hombre, estaba ya terminada al inicio de los tiempos
predinásticos.148
Esta civilización badariense llegó al valle del Nilo por la gran pista del oeste
y de los oasis, Merzoug, Kargueh, Koufrah, Dakhet. Lo hemos evocado
detenidamente siguiendo a Herodoto y hemos confirmado su trazado con el
sudor de nuestras frentes, como una de las tres rutas imperiales recorridas
por los egipcios llegando al cabo Juby, después de haber seguido a lo largo
del norte del Hoggar, donde subsisten muchas huellas del recorrido como
un concurrido cruce, la ruta que desembocaba a las inmediaciones de las
orillas occidentales del Nilo, al igual que las dos otras rutas.149
148
Drioton, op. cit. pág. 47.48.
149
La de los Syrtes y la de las Columnas de Hércules.
118
El maestro venerado del que hemos tomado tantos apuntes, sugiere un
origen situado en el Fayoum. Por supuesto no es una afirmación, y esta
búsqueda no fue especialmente su propósito, ya que la extensión de su
obra sobre la vida egipcia es totalmente considerable. Pero de cualquier
modo, es igualmente, bien que muy limitado, un horizonte occidental.
Miss Canton Thompson, que excavó en los oasis del desierto de Libia, no
amplia sus adquisiciones más allá del límite actual de las arenas; sin
embargo, en los tiempos neolíticos y eneolíticos, estas extensiones
desérticas eran valles tropicales, poblados, recorridos en todas las
direcciones, bulliciosas, llenas de vida, de expansión y expresión.150
Thompson sugiere además que el hogar era el extremo sur del Alto Egipto,
Nubia incluida. Scharf, por su parte apunta no variar, en nada que Asia es la
proveedora del mundo entero. Sir Flinders Petrie ha hecho igual, pero
ignoró numerosos documentos en su tiempo y al final de su vida modificó
su opinión.
1º. El prototipo.
2º. Los guanches.
3º. Los primerísimos predinásticos.
150
J. Capart, L'Egypte des Pharaons, en la Histoire ancienne de l'Orient. pág. 48.
Hachette, 1936.
119
Un lugar importante debe ser reservado en la topografía, al igual que en la
geología y la historia antigua de África septentrional entera.
Estos son los pocos elementos y las únicas medidas que pueden permitir
entrever, sin deformar ni restringir demasiado la envergadura original de la
cultura faraónica.
120
TERCERA PARTE
Cuarto Capítulo
BENI-HASSAN Y ABYDOS
121
I. Sepulturas de monarcas y escenas de atletismo
Nada es más conmovedor que pasar largas horas en las salas y en el dédalo
de los templos, en Abydos sobre todo, al regreso de la exploración del Alto
Egipto y Sudán, fue ahí donde terminamos este estudio sobre los problemas
de la civilización egipcia.
151
Hipogeo (del griego ὑπόγαιον, cámara subterránea) es el nombre dado a galerías
subterráneas o a pasajes excavados con funciones funerarias (sepulcros). N del T.
152
Tuvimos el honor y la alegría de montar un magnífico pura sangre árabe, un
caballo de un oficial. Tuvimos en este territorio de Minieh, una protección a la vez
benefactora y muy discreta, por lo que nos es muy querido aquí agradecerlo al
gobernador y a los que nos tuvieron bajo su cargo.
122
Después de veinte y siete kilómetros de ruta, un coche de policía turística
nos acompañó hasta un punto de la ribera del Nilo donde nos esperaba una
faluca. La travesía del río se hizo durante una cierta longitud, y después
cabalgamos por el monte para alcanzar el nivel de las cuevas sepulcrales,
excavadas en las dos terceras partes de la altitud y a lo largo de un
kilómetro de fachada; todo ello bajo un sol de plomo, más duro que el que
habían debido soportar los perforadores de la montaña y sus decoradores.
Una puerta, antaño amurallada, aísla cada grupo; las paredes internas son
lisas como el cristal, y los ángulos tan rectos y regulares como si estuviesen
dibujados sobre papel. Más allá de la gran sala principal, donde el lugar de
un sarcófago está señalado, hay, comunicando con ella, varias salas
secundarias. La gran sala está cubierta de grabados pintados, donde desfila
todo el panteón egipcio desde la supremacía de Osiris hasta la de la
Enéada. Es la sala donde se reunían las ofrendas, quizás los objetos y
mobiliario del difunto, testigos que hace tiempo desaparecieron.
Estos combates representados en tal lugar, lo fueron quizás por la gloria del
desarrollo de la conservación estética de la belleza corporal del hombre,
belleza realzada por la raza cromañón en el mundo antiguo y, luego, en
diferentes países, es lo que vamos a examinar.
123
II. Atletas egipcios y atletas atlánticos
153
J.A. Delgado, op. cit. publicado por Studium Canariensium Institutum, en la
Laguna de Tenerife, 1945.
154
J.A. Delgado, op. cit. Tenerife, 1945.
155
Brunner, Die Texte aus den Gräbern der Herakleopolitenzeit von Siut, Glücktadt,
1937. Newberry and Griffith-Beni-Hassan, London, 1900.
124
Estas leyes han sido fundamentalmente transformadas o abandonadas, en
diferentes países, nada nos recuerda la más mínima antigüedad; sin
embargo, en las Canarias la tradición se ha mantenido; fue transmitida a la
historia por una de las más gloriosas y de las mejores conocidas entre las
dinastías egipcias, la de los Amenenhat, la de los Sesostris, cuarto y tercero
de nombre.
156
La tradición de la esgrima con palos sigue viva, practicándose igualmente en el
actual Egipto, se llama tahtib. Sus antecedentes están grabados, por ejemplo, en la
necrópolis de Abusir, ostracas y otros donde se ilustra la esgrima con palo incluso a
dos manos. N.del T.
157
Armas de madera: se utilizan bastones y garrotes quemados y endurecidos en la
lucha cuerpo a cuerpo, así como dardos y jabalinas para lanzar a distancia. Entre
las jabalinas, la más conocida es el banot en Tenerife que adopta diferentes
nombres y variaciones en otras islas. Lo que caracteriza al banot es el abultamiento
o doble abultamiento en el tercio superior para ser agarrado y que presenta gran
semejanza con el soliferreum romano, lo que parece demostrar las relaciones entre
la España romana (S. VIII a. C.) y el Norte de África. Algunos banotes, parece que
tenían unas muesquecillas que se rompían después de dar el golpe quedar dentro
de la herida. En Gran Canaria está el magado que es una especie de banot, con
incrustaciones de obsidiana, para lograr un mayor desparramiento. Torriani, L.
1978 (1590). Descripción e historia del reino de las Islas Canarias. Santa Cruz de
Tenerife. Goya Ediciones. N del T.
125
embalsamiento y la lucha son sin duda dos elementos culturales que
demuestran un estrecho contacto primitivo del pueblo guanche con el de
Egipto. (Op. cit. pág. 31.)".
"Nos gustaría hacer observar el origen primitivo del empleo del banote o
bastón de lanzamiento y el boomerang de los pueblos primitivos, los
egipcios lo usaron más remotamente; la "falaris" de los íberos no es otra
cosa que una arma de lanzamiento. Y es otro punto de contacto con estas
antiguas culturas".
126
¿Cómo la tierra más despojada del mundo hubiera dado al valle más
prodigioso, los elementos de una alta civilización, sino porque su élite, en
las personas de los servidores de Horus y su séquito, formaba parte de ello,
vencida por las invasiones semitas? Ella formaba parte, empleando
solamente su saber, su inmensa sabiduría, de un hogar ya conocido,
adquirido, abandonando el verdadero Pount, o país del poniente.158
Así, seis u ocho mil años después las disciplinas de Seth, los poseedores de
Salatis (Saïtès, Satán) hundieron igualmente el nuevo país.
Estas réplicas puras de los hombres de cromañón son como mallas, que por
su número y la conexión a su hábitat, permiten reconstituir la cadena que
une el prototipo a los servidores de Horus. Ya que sin duda, fijan en estos
páramos la cuna original de esta gran raza y los inicios de la civilización del
África septentrional.
IV. Abydos
Es suficiente con evocar las figuras admirables de los frisos cuyos relieves
cubren los muros, rozar su simbolismo tenaz y siempre flotando sobre cada
pared grabada, para que la filiación de los predinásticos y el origen
occidental de su cultura parezca suficientemente establecida. Ella lo fue por
158
La etimología de esta palabra es provenzal. Poniente es el atardecer en el país
celta, patria, antes de la conquista romana, de tribus gaelicas: Vulgientes, Salyes,
Deceates, Suetris, etc, pueblos de origen occidental, herederos de la lengua de los
Druidas.
159
G. Maspero, Historia antigua de los pueblos de Oriente, pág. 162.
127
los sabios trabajos de nuestros contemporáneos, un poco a fuerza de
observación de punta a otra del sendero Archipiélago-Nilo, un mundo
troceado, una tierra que se seca, la ruta que siguieron los portadores de la
civilización justifica la especial naturaleza de su ingenio.
Abydos era la plenitud total de esta cultura, nos detuvimos largamente para
descansar nuestro espíritu y nuestro cuerpo de la aspereza de estos
recorridos, del agotamiento causado por las distancias, el clima, los
desiertos, la hospitalidad, de los hombres y de las cosas....
160
Et. Drioton, cf. Pyr. op. cit. pág. 66. 1458.
161
Los grandes sacerdotes llevaban una máscara de animal simbolizando una
fuerza de la naturaleza, un dios, a fin de evitar cualquier fricción de transición en el
cambio del oficiante principal, y también para que éste no se vea alcanzado por una
impresión de gloria personal.
128
con devoción documental, son testigos auténticos y llegan a menudo hasta
muy lejos en los niveles superados del pensamiento religioso egipcio, del
que permiten reconstituir la historia". (Pág. 64-66).
V. Definiciones Hieráticas
Seti primero está arrodillado frente al sicómoro o árbol de la ciencia del bien
y del mal, el rey recibe su título real después de su título de adepto; le es
confiado por un hierofante de rasgos disimulados por una máscara de ibis;
tiende una mano con el gesto de recoger, mientra que la otra mano hace el
gesto de enviar. El gran sacerdote con la cabeza de ibis es Toth,
personificando los conocimientos accesibles a los humanos.164 Toth habría
vivido en la tierra en las primeras eras de la creación y, como un dios por la
belleza de su alma, de su intelecto, de su cuerpo, hubiera enseñado a los
hombres de las siguientes generaciones todo lo que les era necesario saber.
Cuando los egipcios aparecieron en el valle del Nilo, estaban en posesión del
conjunto de sus conocimientos y tuvieron la ambición de comunicarlos a los
más dignos y aplicarlos.
162
Pyr. 1146.
163
Pyr. 1248, 1652, todos salieron de un solo y mismo dios.
164
Et. Drioton, cf. Pyr. op. cit. pág 123 en las notas. El pontife supremo de
Heliopolis llevaba el título de "el Mayor de los Videntes".
129
Alrededor de la efigie de Seti primero, hemos seguido el proceso de estos
logros por el que investiga; el adepto ha superado los obstáculos, las
dificultades hacia él mismo, las exigencias que lo fortalecieron, lo
equilibraron y permitieron dominar todas las veleidades tiránicas corporales.
Los dioses representados en la tierra por los hombres, o por una estatua,
son provisto pues de una cabeza de fiera o de pájaro; ya hemos dicho que
esto no era más que una precaución de los más sabios, por la cual los
instructores pretendían alejar cualquier posibilidad de identificar al individuo
representando el sujeto evocado, único, sin forma, sin definición.
Las manos son las que mandan, apaciguan, bendicen, curan. Todo ello
sometido a la voluntad y dirigido por ella, ya que dicen los textos: "La
Palabra crea todas las cosas antes que las manos las realicen"166
165
Conjunto de prácticas y hábitos que sigue el asceta para conseguir la perfección
moral y espiritual.
166
Pyr. 1146.
130
Uno de los prodigios del arte faraónico es haber sabido plasmar el diferente
grado de poder de estos intermediarios. La diosa Bastet, doble, amable y
buena de la temida Sekhmet, sobre uno de los grandes murales de Abydos,
expresa el sentido hierático apoyado por la mirada. Llevando el sistro de las
bailarinas, ella lo presenta a la cara del adepto; ella confirma de esta forma
la elección de la vida, bajo un ángulo de apreciación también benefactor e
incluso alegre que permite la fuerza moral del sujeto, lo preserva de las
pruebas infligidas por Sekhmet, de la que sujeta una efigie; esta elección le
valdrá la serenidad que se traducirá en propósitos reconfortantes y dará a
su corazón la paz y la alegría de los elegidos.
Pienso que ninguna disciplina de los pueblos más civilizados haya trazado
mejor ni más profundamente la vía de la salvación.
131
TERCERA PARTE
Quinto Capítulo
EXPOSICIÓN GENERAL
132
I. Homogeneidad civilizadora religiosa y tradicional
Todo ello fue indicado por los datos antropológicos rituales, cronológicos,
artísticos, arqueológicos, las particularidades étnicas, las doctrinas más
antiguas.167
Y también por las alusiones a hechos sociales que están en buena critica, el
testimonio transmitido por la tradición oral y fijada después por la escritura,
hechos o de pensamientos de una época anterior, es decir indubitablemente
de la época eneolítica.168 Simultáneamente a esta precisión, todos los libros
acuerdan dar como nebulosos, enturbiados, incluso disparatados, sino
contradictorios, los aspectos en diferentes períodos de la religión egipcia.
167
Erman, Religion des Égypciens, pág. 94. Et. Drioton: L'Egypte, pág. 25-26.
168
Et. Drioton: L'Egypte, pág. 34 y también pág. 42, 44, 48, 52, 97, etc.
133
La sustitución del disco solar en sí169, no fue más que una variante de un
ideal más sutil y más puro; demasiado puro para las masas y para el
mayoritario clérigo subalterno que lo padeció: la reforma se derrumbó con
el reformador.
Todas las facultades han sido manifestadas por los instructores de Egipto,
esos servidores de Horus. En cuanto a su antigüedad, la piedra de Palermo
transmitió sus Anales de sucesión; los elementos rotos, reencontrados, han
puesto en duda toda la cronología pretinita. Lo que notoriamente es oficial e
indiscutible, es que la duración no les faltó, tiempo que escapa a todas las
fijaciones cronológicas actuales.
169
Por Akhenatón.
134
En el transcurso de los largos siglos que precedieron al reinado de Menes,
Egipto fue gobernado sucesivamente durante cuatro períodos por unos
soberanos del Alto y Bajo Egipto; los dos primeros fueron ambos muy
largos.170
La civilización de Egipto murió con los últimos jefes egipcios debido a las
frecuentes y sangrientas invasiones. Los conquistadores sucesivos, que
copiaron sus costumbres, sus ceremonias religiosas, sus escritura
jeroglífica, su santuario, sus actos religiosos y sus fórmulas filosóficas
(tomadas en su sentido propio) no consiguieron, ni pudieron llegar a su
control psíquico; este control estaba cristalizado en la sangre de estos
veteranos de la prehistoria, adoradores del saber y de la espiritualidad
humana.
170
Et. Drioton y Vandier, op. cit. pág. 50-161.
171
Et. Drioton, op. cit. pág. 161.
135
Frente a la exposición de los hechos, los especialistas se ven obligados a
referirse a algo "anterior de origen desconocido".
Por el contrario los ritos en las orillas del Nilo tendían a la dulzura, a la
pureza de la ceremonia; incluso el de los oficiantes, aunque sólo fuese en su
aspecto: no llevaban el pelo largo, ni la barba de los beduinos; tenía la
cabeza totalmente rasurada, no tocaban las ofrendas.
"No más que los grande señores miraban abatir las bestias y cocer las
carnes de sus almuerzos, el dios no se interesaba en los sacrificios
sangrientos ni en los holocaustos. Los manjares, dispuestos en bello orden
le eran servidos, todos preparados sobre bandejas, como ocurría en los
palacios.
Cuán lejos estamos de las orgías de matadero que fueron los sacrificios y
las leyes descritas en el Levítico, en el Éxodo y sobre todo en los Números y
el Deuteronomio. Qué abismo entre la mentalidad que expresan con
complaciencia los cuatro libros históricos de los hebreos, y la que revela el
culto transcendente del antiguo Egipto.
172
Et. Drioton y Vandier, op. cit. pág. 96.
173
Et. Drioton y Vandier, op. cit. pág. 97.
174
Et. Drioton y Vandier, op. cit. pág. 96.
136
el origen de sus analogías, cuya anterioridad pertenece sin duda, a los
Sabios del antiguo Egipto.
Estas afirmaciones del competente doctor nos garantizan que no nos hemos
dirigido hacia el error. Si se considera el predinástico como mundo de
informaciones convergentes hacia el occidente, constatamos hasta qué
punto Egipto se diferenciaba de todos su vecinos inmediatos. Recordaremos
que su culto a la belleza, se traducía por el cincelado inaudito de las rocas,
de los metales raros, de piedras preciosas, a un nivel que ningún pueblo del
mundo llegó a tal perfección, escribió J. De Morgan, que era gran conocedor
de la mineralogía.176
Unas especulaciones de este tipo que, según Platón, envolvían todas las
ideas, tenían curso desde milenios entre los sabios del Valle. Lo mismo en lo
referente a las artes.178 La influencia fue egipcia antes de que el arte griego
llegase al esplendor de las formas sencillamente humanas, a la expresión
perfecta de un Fidias o de un Praxísteles. El cortejo de artitas que siguieron
a estos puros genios acabó por subyugar a sus vencedores romanos.
175
Et. Drioton, op. cit. pág. 97.
176
J. De Morgan, Préhistoire Orientale, t. II, pág. 256-259.
177
René Dussaud, Les civilisations préhelléniques dans le bassin de la Mer Egée,
pág. 6, 22, 35, 40, 46, 48.
178
René Dussaud, op. cit. pág. 41, 57, 58, 59.
137
Pero todo ello se perdió en Egipto bajo la conquista musulmana. Ya que
ésta, no solo aniquiló los impulsos artísticos, poéticos, industriales, sino
además, imponiendo su armadura de plomo coránica, ahogó sin remisión
las mínimas aspiraciones del espíritu.
Estos auriñacienses eran los detentores del rito del ocre rojo, rito
fundamental y característico del genio faraónico.
138
reproducción continua, conservando sus particularidades. En los casos de
cruce, es la morfología del cromañón la que dominó o persistió.
V. Centro de origen
La primera comunicaba la gran Syrte hacia las islas del Egeo, y poseemos
las ruinas de Ptolémais.
La segunda, o Ruta del Atlas, entre Asia Menor y las tierras nórdicas del
ámbar, del estaño, recorría las altas mesetas númidas y de Mauritania
llegando hasta las Columnas de Hércules.
139
1º. En el sur de Europa.
2º. A lo largo de la ruta nórdica del Atlas.
3º. En la ruta del sur, desde el cabo Soloéis hasta las orillas del Nilo.
Fue de todos modos: "mucho antes de las primeras fuentes escritas" (Et.
Drioton, p66)... en el corazón mismo, sin duda, del largo período,
totalmente desconocido, que separa el Merimdien del Predinástico (idem. p.
166) etc.179
¿Por qué decimos que vienen del oeste? Porque, a fin de cuentas, hemos
seguido esta vía real, esmaltada por sus vestigios, las huellas de sus
conmovedoras estancias... y los exploradores descubrieron aún más.
¿Por qué emigraron? Los viejos "libros" nilóticos dejan unos eslabones que
permiten reconstituir los hechos: apartados del Poder, perseguidos por los
invasores, vencidos y sumergidos, los jefes de Occidente, después de la
derrota final llamada de "Osiris", se alejaron de su país por pequeños
grupos. Lo hicieron durante todo el tiempo que hubo fieles y medios para
irse.
179
La época predinástica se refiere al período anterior al nacimiento de la historia
egipcia propiamente dicha. Las culturas de este período se dividen en dos
categorías principales: la antigua Predinástica, que varía entre -5500 y -4000 y se
subdivide en diferentes fases (Badarien, Amratian o Nagada I, Merimdian, Omratian
y Shamarkian) y el Predinastyc reciente (Gerzéen o Nagada II, Méadien y Post-
Shamarian) (-4000, y -3500). El final de Predinástico se llama Protodinástico o
Nagada III,. Estas diferentes culturas se caracterizan, en particular, por un tipo de
cerámica propia. N. del T.
180
G. Maspero, Le conte du Naufragré. (el cuento del naúfrago).
140
las cuevas de las cimas, fueron tan absolutas que ya no había nada que
temer de los invasores clásicos...181
Al igual que su nombre es venerado, amado, llorado: Osiris, gran rey, luego
dios de occidente. Y también: Iarou, los campos del reposo, que están en el
sol poniente; el Amenti, o Montaña-de-Vida, que se eleva en el Oeste; Isis,
que es la rectora del Poniente.
Todas las primeras obras de los egipcios cantan y glorifican este origen
occidental, grabado más adelante en el Libro de los Muertos.
Las pintura y los grabados murales, los frescos de todo tipo, las paletas
votivas, la tabletas de marfil, las ostracas sin omitir la cabeza de maza del
rey Escorpión, en todo están reproducidos unos rasgos que no son más
asiáticos que negroides o dravidianos: su nariz aguileña y su barbilla
prominente, su rostro estrecho y largo, su gran estatura armoniosa, estos
rasgos generales caracterizan la raza atlántica, la nuestra.
181
La radiodifusión francesa ofreció hace algún tiempo a sus auditores un debate
entre algunos sabios sobre el tema de un "Hogar de la Humanidad". Todos estos
personajes discutieron, según sus competencias, puntos de vista paleontológicos,
étnicos, arqueológicos; todos excepto el más joven que no tenía idea original ni
personal por exponer, sin embargo era uno de los sabios convocados. Ninguno de
esos señores consideró el problema de la transformación de los suelos, a lo largo de
las eras, nuevos afloramientos en algunas regiones de los océanos, hundimientos
por otros, traumatismos volcánicos, desprendimientos de las orillas a amplia escala,
como los de las orillas atlánticas del viejo mundo, que son esencialmente las orillas
del hundimiento según la definición de nuestro gran Pierre Termier. Los geólogos
observaron la desaparición en la era Terciaria de la mayor parte de un continente
atlántico, ¿no sería prudente pensar la suposición (entre otras tantas que son
estériles) de que esa oculta cuna de los Primeros hombres; del homo sapiens en
particular, pudo situarse en las últimas extensiones centrales (y pues en diversos
puntos de estas diferentes persistencias territoriales) de este antiguo continente,
no por completo sumergidas? En cualquier caso, en los últimos vestigios de los
archipiélagos atlánticos (con frecuentes afloramientos de la base terciaria) estos
esqueletos cromañones se encuentran en tal cantidad que no se puede explicar tal
abundancia en esta región más que situando ahí la Cuna de la raza blanca.
141
2º El rey, de los grandes sacerdotes y todos los puros descendientes
varones de la raza original, se pintan el cuerpo con ocre rojo,
conmovedor testimonio de la condición humana primordial, o quizás,
simple pero poderoso rito, ya legado en su tumba intencionada por el
Gran Ancestrono de Dordoña, hace unos 40.000 años.
Recordemos que es en una masa de ocre rojo donde yacían en Europa todos
los fósiles cromañoides: incluso aún en la prehistoria, los poseedores de la
raza Madre, y, algunas veces, los que habían colonizado o influenciado.
Serían, al fin, clasificados en el cuadro que fue el suyo, y con el vocablo que
pertenece a su cuna, los sujetos típicos que responden a la diagnosis de
esta gran raza.
182
Lo incomprensible de esta costumbre permitió a Erman ironizar, una vez más,
sobre un pasado que se había encargado de penetrar y de hacer comprender.
142
Este arte también nació en otro lugar. ¿Quizá proveniente de otro horizonte
en el que prosperaron estos miles de esqueletos idénticos, de las cuevas de
Europa a las cuevas de las atlánticas?
Pero estos últimos parajes han padecido tantos trastornos sísmicos que han
roto los lazos entre estos hermanos de raza. Sería incluso extraño, si su
puerto de amarre no hubiese sido en Atlántida, que hubiera un número tan
restringido de esqueletos en las regiones donde sus obras persistían en
gran cantidad; y tantos de estos mismos sujetos ahí donde los
traumatismos únicamente dejaron sus terribles huellas.
143
144
145
146
147
148
149
150
151
152
153
154